En un mundo mucho tiempo después de los sangrientos conflictos que marcaron la historia de Marley, el legendario héroe Helos había dejado su huella en la memoria colectiva de la humanidad. Su destreza en el campo de batalla y su habilidad para inspirar a sus aliados habían sido fundamentales para poner fin a la tiranía del rey demonio que había aterrorizado a la gente durante generaciones. Después de su victoria, Helos se encontró reencarnando en un reino muy distinto: el mundo de Konosuba. Con su reencarnación, trajo consigo un don único: la capacidad de aumentar las habilidades de sus aliados, elevando sus capacidades a niveles extraordinarios. Utilizando sus dones recién adquiridos, Helos se embarcó en una nueva serie de hazañas heroicas.
Pronto, encontró el amor en los ojos de una encantadora princesa. Su unión fue celebrada por todos los rincones del reino, y juntos fundaron una familia que florecería a lo largo de los años. Sus hijos y nietos crecieron bajo la influencia de su legado, y uno de sus nietos, seducido por la ambición, optó por separarse de la familia real para crear su propio reino. En su búsqueda de poder, se autoproclamó Rey Demonio, desafiando el orden establecido y amenazando la paz que Helos había luchado por mantener.
Angel Aaltonen, el visionario inventor de los equipos de maniobras tridimensionales, había dejado un legado duradero en su propio mundo. Sin embargo, su historia no terminaría allí. En un giro inesperado del destino, Aaltonen fue transportado al mundo de Konosuba, donde sus habilidades creativas y su inmenso maná adquirieron un nuevo significado. Deslumbrado por las posibilidades que se le presentaban, Aaltonen utilizó su don para crear maravillas aún mayores. Diseñó la impresionante Fortaleza Destructor, una formidable arma de defensa capaz de rivalizar con cualquier amenaza. Pero su genio no se detuvo allí. Aaltonen también dio vida a los magos carmesi, seres artificiales imbuidos de magia y sabiduría sin igual.
A medida que pasaba el tiempo, Aaltonen se sumergió enla vida de este nuevo mundo
Angel Aaltonen terminó perdiendo la vida en su propia creación, la fortaleza destructor, que desde entonces ha permanecido en piloto automático, siendo un recordatorio de su influencia y legado.
