Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
Capítulo 2
No había llorado quizá desde el divorcio de mis padres. Hoy simplemente no podía dejar de hacerlo, me sentía tan dolida y traicionada que no acepté compartir la cama con Edward.
Era la primera vez en los ocho años que teníamos juntos que discutíamos de la manera que lo hicimos.
Sorbí la nariz y borré mis lágrimas de un manotazo cuando escuché su voz:
― Nena por favor abre la puerta, hablemos.
Sacudí la cabeza de un lado a otro. No importaba que no me viera, no quería hablar con él, no por ahora.
Solloce.
Odiaba sentirme vulnerable. Porque no estaba acostumbrada a llorar, a sentirme débil ante los demás.
Eché un poco más de agua en mi rostro. Debía borrar todo rastro de llanto en mis ojos, sabía que era estúpido, sin embargo me hacia sentir bien verme sin lágrimas.
De mala gana tomé una toalla de algodón del último cajón y sequé mi rostro con brusquedad quedando libre de residuos de agua. Vi mi reflejo en el espejo, mi nariz estaba roja y mis ojos hinchados.
― Bella… entraré y no me importa si te enfadas.
Me sobresalté cuando pateó la puerta, jamás pensé que se atrevería a entrar al baño.
― En estos momentos no quiero hablar ―admití― creo que ya no tiene caso, cuando has sido tú quién ha decidido todo.
― Mi amor, escúchame ―se acercó y sujetó mis hombros― no tenía opción, créeme.
― No importa si tuviste opción o no, tu deber era contarme la verdad ―señalé con mi índice en su pecho―. ¿Sabes cómo me siento? Como una idiota que no conoce a su propio esposo.
― Amor… ―me sostuvo como si no pesara un gramo y me sentó al lado del lavabo, me rehuse a mirarlo, pero fue tan terco que su fuerza me venció al sujetar mi rostro, sus dedos borrando mis lágrimas con demasiada ternura―. Perdóname, nena. Te juro por mi vida que mi intención no fue dañarte, es… es simplemente una parte de mi vida que odio con toda mi fuerza.
― No es fácil… algo de aquí se rompe ―llevé la mano a mi pecho mientras me perdía en su mirada, dolía.
― Soy un idiota de mierda. Te amo, Bella y lo que menos quiero es hacerte daño, créeme. No dudes nunca de mi amor, solo entiéndeme nena… es vergonzoso no pertenecer a tu mismo status social…
― Nunca he sido clasista, Edward, menos mi familia y lo sabes. Así qué no vengas con mentiras.
Inclinó su rostro, manteniendo sus manos apoyadas en el granito del lavabo. Me tenía encerrada entre sus brazos y solo apreciaba su pelo revuelto y cobrizo. Quería tocar sus hebras, pasar una y otra vez mis dedos en esa suave cabellera que amaba.
― Naciste teniéndolo todo ―argumentó como si fuese un delito―. En cambio yo provengo de una mujer drogadicta que nunca supo quién era mi padre.
Elevó lentamente su rostro, mirándome bajo sus tupidas pestañas.
No comprendía porque se veía avergonzado. Tampoco me gustaba ese tono de acomplejado que estaba usando.
― Entiéndeme amor, no es fácil hablarlo sin sentirme mal ―prosiguió― es vergonzoso andar diciendo que soy adoptado.
Estuve a nada de poner los ojos en blanco. ¿Acaso creía que era estúpida?
― No se trataba de que tomaras un megáfono y lo gritaras al mundo, se trataba de confianza, Edward. Es obvio que no la tienes conmigo.
― Bella, eres lo más importante de mi vida ―sus grandes manos acunando con facilidad mi rostro con su mirada viéndome suplicante―. Te amé desde el primer momento que te vi, no miento. Te suplico que no dudes de mi amor por ti, no lo hagas, nena.
Solté una suave exhalación.
― ¿Quién me comprende a mí? No es fácil digerir todo lo que me has dicho, de hecho sigo sin procesar por completo. Encima me estás obligando a hacerme cargo de chicos que no conozco, que no sabía de su existencia. Me pides que acepte que eres adoptado como si se tratase de nada importante, ¿sabes lo que significa?
― Tenemos que posponer nuestras vacaciones ―masculló.
― Edward, créeme que las vacaciones son lo de menos ―traté de no sonar dolida cuando en realidad había añorado mis vacaciones a Finlandia, era un viaje que teníamos planeado desde hacía años y que por distintos motivos no logramos nunca concretar―. Estamos hablando de un cambio en nuestras vidas, un giro de ciento ochenta grados y aún no entiendo el porqué, ¿cuál es el motivo para que vengan?
― Mi amor… ―intentó besarme y eché mi cabeza hacia atrás, negándome. Bufó ―. ¿Podrías darme un poco más de tiempo?
Listo. Su respuesta fue suficiente para encender de nuevo toda la rabia que mantenía en mis cabales.
Bajé de un salto del lavabo y salí del baño con él siguiéndome. Caminé hacia el pasillo hasta llegar a la estancia principal; tomé las llaves de mi auto y bolso.
Lo miré. Edward se acercó y sujetó mis brazos.
Debía marcharme porque sabía que sí me quedaba seguiríamos discutiendo hasta hacernos daño.
― Bella, por favor, no te vayas.
― Necesito irme, porque te juro que no quiero empezar a odiarte.
Empezamos a forcejear hasta que pude librarme de su agarre. Salí corriendo hacia el ascensor, donde me refugié para llorar amargamente.
.
En el trayecto a casa de mi madre marqué varias veces el número de Rose, prefería desahogarme con mi mejor amiga que con Renée, fue lamentable que la rubia no me contestara.
Y no es que no quisiera a mi madre. Solo que Renée tenía una forma tan extraña de ser, mi madre vivía en su propia burbuja y rara vez prestaba atención a los demás.
Internamente agradecí que fuese tan distraída y que no notara mis ojos hinchados y mi semblante triste.
― Oh, cariño, ¿te gusta este conjunto? ―me mostró ropa diminuta en color amarillo―. Lo compré para cuando tenga mi bebé.
― ¿De nuevo el mismo tema? ―inquirí molesta.
Renée tenía cuarenta y cinco años. No era ninguna jovencita, había riesgos si ella continuaba con esa locura de darle un bebé a Phil, su novio. Estaba tan aferrada en darle el primer hijo a un hombre diez años menor que ella, sus celos e inseguridades eran demasiadas que estaba dispuesta a todo por retenerlo con ella.
Tenía una obsesión insana que no le importaba nada que no fuese ese hombre.
― Bella, estamos intentando tener un bebé, te lo he dicho. No tiene nada de malo, cariño. Deberías alegrarte por mí.
― No cuando estás arriesgando tu vida.
― Bebé preciosa ―pellizcó suavemente mi mejilla como si fuese una cría―. Apoyame, nena, es mi sueño más grande.
¿Su sueño más grande? ¿Quiénes éramos mi hermano y yo en su vida? ¿Un experimento? Si analizaba la situación tal vez sí lo fuimos, quizá por la misma razón siempre fue tan despegada de nosotros. Renée siempre tuvo miedo de cuidar sola de Seth y de mí, nunca se sintió capaz de ser responsable y por ende fuimos criados por Sue, nuestra nana.
Renée prefirió vivir en su burbuja de felicidad al lado de papá… hasta que conoció a Phil y bueno, salió de una burbuja para entrar en otra. Era triste pensar que nunca se esforzó por conseguir nada, creció en un ambiente donde solo ordenó hasta conseguir lo que deseaba.
Tal vez su mayor esfuerzo era retener a Phil, en su mente, un hijo era el precio a pagar.
La miré fijamente: una mujer delgada con ropa de una chica adolescente y no es que criticara su forma de vestir, solo que desde que Phil llegó a su vida sus atuendos se reducían a leggins y top con sudaderas.
― ¿Qué sabes de mi hermano? ―Lancé la pregunta tan solo para saber qué sabía ella.
Empezó a jugar con sus dedos de forma nerviosa. Nuestras conversaciones siempre eran de la misma forma, ella parecía la hija que yo debía reprender por equis motivos.
― Sigue en Italia, ¿no? Nena, a veces haces preguntas tan difíciles, tu hermano es un loco que ama viajar por el mundo ¿qué voy a saber dónde está?
― ¿Podrías una vez interesarte por la vida de los demás? Dejar de pensar un solo día en Phil y no sé… podrías preguntar cómo estamos Seth y yo. Si quieres podemos empezar por hablar de mi hermano menor, cumplió veinticinco años el mes pasado, estudió ingeniería robótica en Corea del Sur porque se fue de intercambio, acaba de regresar al país y está viviendo con nuestro padre.
― Bebé a veces siento que no me comprendes.
― No lo hago. Un día solo me di cuenta que me convertí en tu niñera y todo cambió. Ese hombre te embruteció.
― Phil me ama, llevamos juntos cinco años ―empezó a bailar, dando giros como si se tratara de una bailarina.
― Está contigo porque le has resuelto su vida ―sonaba cruel, pero era la verdad. Mamá dejó de bailar y me observó desilusionada―. Quítale todo lo que le das y verás cómo desaparece.
― Nena, ¿por qué no te alegras por mí? Yo soy inmensamente feliz, Bella. Me siento enamorada después de muchos años. Me siento plena y lo único que quiero es que te sientas feliz por mí.
Mis hombros se hundieron. Era una conversación sin fin y desgastante.
Era obvio que nuestras perspectivas no coincidían. La razón era que ella estaba encandilada con un hombre menor, un tipo nefasto que sabía cómo manipularla.
Quería ignorar la rabia que me hacía sentir, pero al final de todo era mi madre y lo que le pasara me dolería.
Salió corriendo apenas escuchó el timbre, fue suficiente para que mi estómago estuviera revuelto de pensar que era Phil.
― Oh, Edward ―escuché que dijo y sí mi estómago sintió un profundo estirón de tripas―. Aquí está Bella, me encanta que me visiten. Estamos hablando del bebé que Phil y yo queremos, ¿te ha contado?
Rodé los ojos.
― De hecho me lo dijiste tú ―respondió él. Llegó a la sala principal y miró vacilante, traía un ramo de rosas rojas―. Sabía que estarías aquí ―dijo― por favor, Bella, necesitamos hablar.
Abracé mis piernas y apoyé el mentón en mis rodillas.
Renée volvió de nuevo a mirar con profunda ternura toda esa ropa de bebé que había en el sofá. Ella era ajena a lo que estábamos viviendo, en su burbuja no entraba mi sentir ni nada referente a lo que me pasara.
― Unas flores no resuelven nada ―comenté al tener las rosas en mi manos.
― Concuerdo contigo ―admitió―. Solo que ahora quiero que sepas quién soy en realidad, quiero que conozcas mi pasado y compartirte porque lo odio y me avergüenzo.
Miré sus ojos. No sabía qué tanto podía doler, sin embargo estaba convencida qué necesitaba saberlo.
Feliz 2024
Hola. Les agradezco mucho su entusiasmo, ¿qué piensan del capítulo? Sé qué algunas empezarán a odiar a Edward ¿creen que Bella deba perdonarlo fácilmente? Cuéntenme sus opiniones qué yo estaré leyendo. Ojalá sigan dándole una oportunidad.
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Aquí los nombres de quienes comentaron el capítulo anterior: mrs puff, Daniela Masen, marisolpattinson, Dulce Carolina, Cassandra Cantu, Diannita Robles, Valeria Sinai Cullen, Maribel 1925, Jenni 317, PaolaValencia, Jimena, sandy56, Mabelli Masen Grey, nataliastewart, Sindey Uchiha Hale Malfoy, Isabella Salvatore R, Mapi13, Lizdayanna, Amy Cullen 85, Eli mMsen, Pepita GY, Isabella Salvatore R, Jade HSos, Lily Pattinson Stewart, Lizzye Masen, ALBANIDIA, Elizabeth Marie Cullen, TwiFan, Flor McCarty-Cullen, saraipineda44, solecitopucheta, Verónica, catita1999, Antonella Masen, Maiisa, maries24, Lore562, tulgarita, Beastyle, Cinthyavillalobo, Estefania Rivera, Maryluna, Lili Cullen-Swan, Marbelli, rociolujan
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