Formando Objetivos.
Adentro de la mansión, mis ojos exploran cada rincón con asombro. Es sin duda lo más opulento y lujoso que he presenciado en toda mi vida. Aunque personalmente no soy fanático del estilo de la Edad Media, puedo apreciar la belleza y el esplendor que esta mansión irradia.
Cada paso que doy sobre el suelo de mármol pulido me hace sentir como si caminara sobre un espejo, mi reflejo apenas visible en su superficie brillante.
El espacio a mi alrededor parece infinito, como si estuviera inmerso en un mundo de dimensiones inimaginables. En comparación, las casas más grandes que he visto parecerían diminutas y modestas.
Me sobrecoge la idea de la inmensidad de este lugar, y no puedo evitar pensar en la tarea monumental que sería mantenerlo limpio y ordenado. El simple hecho de imaginarlo me causa un estremecimiento.
A pesar de su impresionante magnificencia, no puedo evitar sentir una sensación de horror al pensar en vivir en un lugar tan vasto y desproporcionado. Prefiero con creces una casa acogedora y de tamaño más modesto, donde la calidez y la intimidad puedan florecer. Aquí, uno podría fácilmente albergar a todo un pueblo si así lo deseara, la idea de tanta grandiosidad me resulta abrumadora.
—Esto es... Grande —miro hacia todos lados con la boca abierta.
Ya no quiero trabajar en la mansión. Me rehúso a limpiar todo esto.
Puedo dedicarme a la cocina, considero que soy buen cocinero así que no estaría mal. O dedicarme a ayudar en las cuentas y otras cosas.
Me rehúso a limpiar esto. Si me pongo a limpiar todo esto es seguro que moriré más de una vez.
Mientras rechazó la idea en mi cabeza ambas se detienen en seco.
—Hemos llegado —Rem abre las puertas y se inclina para dejarnos pasar.
Emilia entra sin ningún temor, pero yo entro viendo directamente a los ojos a esa persona.
—Buenos días, muchas gracias por recibirme —hago una reverencia hacia Roswaal.
Roswaal me mira por un segundo y vuelve a sonreír.
—¡Va~aya! ¡Pero que bue~~nos modales! —dice Roswaal complacido —Pensaba que venías de los barrio~~os bajos.
Miro a Ram a los ojos por unos segundos, esta me ve y me sonríe satisfecha. Tuvo que ser ella quien le dijo algo así.
—No, no vengo de ese lugar.
—Ven, pasa~ y sieentate para comer, aunque me gustaría sabe~~er tu nombre prime~~ro.
Asiento con la cabeza, y esta vez, a diferencia de hacer una reverencia lo miro directo a los ojos, lo único que hago es poner la palma de mi mano en mi pecho e inclinar un poco la cabeza.
—Me llamo Marco Luz. Es un placer conocerlos y ver a todos los presentes.
Giro mi cabeza hacia Beatrice, que desde un principio me estaba ignorando mientras habla con Puck. Su apariencia es un poco difícil de explicar, si la veo puedo decir que es un humano y a la vez no. Sus ojos sin duda son lo que te indican que no es humano, grandes, y con pupilas en forma de mariposa me dan un poco de inquietud. A su vez, su apariencia tierna es como la de una muñeca.
—Ya que te presentaste también debo hacerlo —Roswaal entonces cambia su postura a una recta, aún sentado, este simplemente habla—. Soy el due~eño de esta mansión Roswaal L. Mathe~ers.
Roswaal procede a presentarme a Ram y a Rem, diciendo que son empleadas de él. A su vez, presenta a Beatrice ya que esta no tenía signos de querer hacerlo.
—¡Hmpf! Si no fuera porque Pucky está aquí me hubiese ido hace mucho —Beatrice hace un puchero para luego seguir hablando con Puck.
Roswaal entonces me indica para sentarme. Una vez me siento este vuelve a hablar:
—Nos has hecho un inme~~enso favor, si esa insignia se hubie~~ese perdido todo habría sido arrui~~nado. Por ello te doy las gra~acias personalmente.
Ugh, su forma de hablar es lo más molesto que he escuchado en toda mi vida. Quiero darle un gran golpe en la cara solo por hablar así.
—¿Esa insignia es tan importante? —miro directo hacia Emilia.
—Si, es algo muy importante para nosotros —Emilia saca la insignia para ver como el cristal en ella se ilumina en rojo.
—Como pue~~edes ver, la razón por la cual se ilumina es porque la señorita Emi~~ilia es cualificada para el trono de Lugunica. Sin la insignia no podría participa~~r en la selección.
Roswaal me mira, juzgando mi reacción al escucharlo.
Trato de calmar mi mente, después de todo tengo que pensar bien todo lo que voy a decir. Si digo algo mal entonces mi vida podría correr peligro.
—Entonces sí, es algo de suma importancia —miro a Emilia con seriedad—. No fue poca cosa lo que hice entonces.
Emilia me sonríe, con una expresión agradecida.
—No lo fue, por eso te vuelvo a agradecer de todo corazón —Emilia pone sus manos en su pecho.
—No puedo deja~rte sin una recomp~ensa después de todo lo que has hecho así que, si hay algo que pueda hacer por ti, me gustarí~a que lo dijeses —añade Roswaal.
La mirada de Roswaal cambia, probablemente este sea un punto que está escrito ya en el tomo de la sabiduría. Si me equivoco, puede que el incite a Rem a torturarme para que reinicie.
Permanezco en silencio, consciente de que cualquier palabra que pronuncie en este momento podría tener consecuencias significativas. Observo atentamente la expresión de Roswaal, tratando de descifrar sus pensamientos. Su sonrisa, aunque amigable en apariencia, no revela sus verdaderas intenciones.
Finalmente, decido tomar la palabra, eligiendo cuidadosamente mis palabras antes de hablar:
—Señor Roswaal, aunque soy consciente de mi posición como recién llegado a su mansión, tengo dos propuestas que me gustaría plantear.
Observo la reacción de Roswaal, esperando alguna indicación de aceptación o desaprobación. Mi mente corre frenéticamente, analizando las posibles consecuencias de mis palabras
—¡Vaaya! Que propuestas podría tener el invita~~ado.
Por suerte responde con una sonrisa.
Mis dos propuestas. Ahora mismo dependo de si me pueden creer que vengo de otro mundo, Puck está aquí así que tengo una carta a mi favor. Ahora mismo solo hay dos cosas que puedo tomar.
—Primero. No tengo donde vivir, en este momento me encuentro completamente sin hogar ni dinero así que —miro hacia Ram por un momento—. Me gustaría trabajar en este lugar, pero con la posibilidad de tener un cambio de posición.
—Eso no es un premio ¿Seguro que es una petición que quieres? —Emilia me mira preocupada.
—¿Ca~ambio de posición? —pregunta Roswaal.
El ambiente se vuelve tenso mientras espero la reacción de Roswaal y los demás presentes. Mi propuesta de cambio de posición parece haber llamado su atención. Miro a Emilia, quien muestra preocupación en su mirada, y asiento brevemente para transmitirle que sé lo que estoy haciendo.
—Señor Roswaal, sé que es una petición inusual, pero me gustaría proponer una oportunidad de ascenso dentro de esta mansión. Deseo tener la posibilidad de convertirme en un colaborador de confianza, alguien que pueda contribuir de manera significativa en proyectos y decisiones importantes.
Con cautela, coloco mi celular sobre la mesa, buscando generar intriga y curiosidad en los presentes. El dispositivo es una representación simbólica de mis habilidades y conocimientos únicos provenientes de mi mundo anterior.
—Este objeto, mi celular, no es solo un simple aparato tecnológico. Contiene una fuente inagotable de información y conocimiento que podría resultar valiosa para la mansión. Con mi experiencia y habilidades, puedo ofrecer perspectivas frescas y soluciones innovadoras a diversos desafíos.
—No veo como inve~rtir en ti me lleve a ello —responde rápidamente.
Mientras Roswaal muestra escepticismo ante mi propuesta, aprovecho la oportunidad para profundizar en mi explicación y persuadirlo aún más.
—Señor Roswaal, entiendo su inquietud. Mi experiencia en diferentes campos y las oportunidades comerciales que ofrece pueden abrir nuevas puertas para expandir los recursos y las posibilidades de este lugar.
Hago una pausa estratégica para enfatizar mis siguientes palabras.
—Puedo introducir tecnologías innovadoras que optimicen la eficiencia y la productividad en diversas áreas. Desde la automatización de tareas repetitivas hasta la implementación de sistemas avanzados de gestión, mis conocimientos pueden ayudar a reducir costos, maximizar los recursos y generar mayores ingresos.
Mientras hablo, noto que Puck se ha vuelto más atento a la conversación, lo cual me da cierta satisfacción al ver que mi estrategia está funcionando. Continúo con mi argumento.
—Además, tengo una visión emprendedora y la capacidad de identificar oportunidades comerciales prometedoras. Podemos explorar nuevos mercados, ampliar las actividades de la mansión y diversificar nuestras fuentes de ingresos. Esto nos permitirá no solo obtener ganancias financieras considerables, sino también aumentar nuestra influencia y poder en este mundo.
En el momento que Roswaal parece querer hablar, le doy una señal a Emilia, esta llama a Puck. Beatrice, al ver que Puck está atento también pone atención con una expresion de molestia.
—Puck —Emilia mira a Puck con una expresión seria— ¿Podría juzgar si lo que dice Marco es verdad o no?
Puck mira a Emilia por un momento y luego sonríe.
—¡Si! No puedo decir exactamente si es verdad o es mentira —Puck entonces cambia su vestimenta a una parecida a un detective— pero puedo saber si su cuerpo reacciona a ello, es imposible engañar al cuerpo así que es bastante preciso.
El silencio se instala en la habitación mientras mis palabras se afirman en el aire. Todos los ojos están fijos en mí, esperando una explicación convincente y coherente. Siento la necesidad de transmitir mi verdad con total sinceridad y convicción.
—Entiendo que lo que estoy a punto de decir puede sonar increíble y difícil de creer. Pero les aseguro que lo que digo es la verdad. No soy de este mundo, provengo de un lugar completamente diferente al que conocen. Un mundo lleno de avances tecnológicos y conocimientos que podrían cambiar la realidad en la que vivimos.
Mis palabras fluyen con calma pero con firmeza, mientras intento mantener la atención y el interés de todos.
—Durante mi tiempo aquí, prometo adaptarme y comprender las dinámicas de este mundo. Pero también, estoy aquí para compartir mis habilidades y conocimientos con ustedes. Podemos aprovechar mi experiencia en campos como la tecnología, los negocios y la innovación para llevar a la mansión a nuevas alturas. Podemos lograr cosas que antes solo parecían inalcanzables.
A medida que termino mi explicación, me quedo en silencio, esperando las reacciones y las palabras de aquellos a quienes les he revelado mi origen. Estoy consciente de que mis palabras pueden desencadenar diversas emociones y reacciones, y estoy preparado para enfrentar cualquier desafío que se presente.
—Eso es... cierto —dice Puck lentamente, indicando que incluso él se sorprendió por esa revelación.
Las palabras de Puck capturan la atención de todos en la habitación, incluida Beatrice, quien hasta ahora parecía estar distraída. Antes de que alguien pueda hablar, decido continuar y respaldar mis afirmaciones.
—Increíble o no, aquí estoy. Tengo pruebas tangibles de mi origen distinto a este mundo. Además de mi vestimenta, que es imposible de fabricar aquí, como mis zapatos, pantalones y chaqueta, también poseo este dispositivo.
Señalo el celular sobre la mesa, asegurándome de que todos lo noten. Ahora que tengo su completa atención, es el momento de impresionarlos aún más.
—Esto es un dispositivo de mi mundo —enciendo el celular y busco un video específico que grabé durante mi visita a Kioto y la compra de este dispositivo.
El video reproduce imágenes en movimiento, mostrando la vida cotidiana en las calles bulliciosas de una ciudad moderna. Se pueden ver automóviles circulando, personas caminando rápidamente, edificios altos y tecnología avanzada. La calidad de imagen y sonido del video es sorprendente para aquellos que solo han conocido un mundo entre medieval y ficción.
A medida que el video avanza, puedo notar las expresiones de asombro y fascinación en los rostros de Roswaal, Emilia, Rem y Beatrice. Sus ojos se llenan de curiosidad y admiración ante las maravillas que se despliegan en la pantalla.
—Esto es solo un pequeño vistazo de las maravillas que existen en mi mundo. Tecnología, avances científicos, comunicación instantánea... Son solo algunos ejemplos de lo que podríamos implementar aquí. Podemos transformar la mansión y su entorno en algo que nunca se haya visto, combinando la belleza de su mundo con los avances del mío.
Mi voz suena entusiasta y convincente, transmitiendo mi visión de un futuro próspero y emocionante para todos.
—Les ofrezco mi conocimiento y habilidades para llevar a cabo proyectos que no solo generarán riqueza, sino que también mejorarán la calidad de vida de todos los que forman parte de esta mansión. Podemos crear oportunidades, atraer inversiones y convertirnos en un referente en este mundo.
Termino mi exposición, dejando que mis palabras y el video hablen por sí mismos. Ahora, espero con ansias las reacciones y comentarios de aquellos que me escuchan, deseando que vean el potencial y las oportunidades que se abren ante nosotros.
Cada uno intenta por su lado comprobar si es un metía. Todos sostienen el teléfono e imbuyen maná en él, todos menos Rem.
—Es imposible que un dispositivo tan avanzado, que ropas tan bien confeccionadas y valiosas, que alguien con mi apariencia y que no sabe leer ni escribir el idioma de este lugar, simplemente aparezcan sin un trasfondo o sin provenir de una familia noble.
Todos vuelven a mirar a Puck para corroborar y este asiente aprobando lo que digo.
La mirada de Rem sigue siendo penetrante, a pesar de lo que digo más que sorpresa su furia es casi palpable.
Beatrice, por primera vez, rompe su silencio y dirige sus palabras hacia mí con incredulidad en su voz.
—Es imposible de hecho, una magia de tal magnitud no puede ocurrir sin una razón. Requiere un poder que solo unas pocas personas poseen supongo.
Sus palabras representan un desafío, una prueba que debo superar sin mencionar directamente mi relación con Satella. Debo hacer que Puck lo comprenda sin revelar demasiado. Sé que su instinto será ocultarlo para preguntarme más tarde.
—Antes que nada, quiero dejar en claro que no soy su enemigo. Mis intenciones son sinceras y deseo que inviertan en mí para que todos podamos beneficiarnos —dirijo mi mirada a Puck, buscando su complicidad—. Creo que mi llegada a este mundo está relacionada con una maldición.
No puedo mencionar a Satella directamente, así que debo expresarlo de forma vaga y cautelosa.
—Antes de venir aquí, vi algo, una sombra que apenas puedo recordar. Luego de eso, simplemente aparecí en la capital de Lugunica. Me di cuenta de mi situación cuando un caballero me estaba sacudiendo.
Procedo a relatar todos los eventos que ocurrieron antes de mi encuentro con Emilia, omitiendo detalles de mí. Mi relato fluye en un torrente de palabras, revelando cada paso que di y cada desafío que enfrenté desde que llegué a este mundo.
En ese momento, Emilia me mira con preocupación evidente en sus ojos.
—Al principio, pensé que era un truco para distraerme mientras Felt me robaba —la expresión de Emilia se transforma en tristeza mientras recuerda el incidente—. Te vi y creí que necesitabas ayuda, pero antes de que pudiera acercarme, Felt me arrebató la insignia y tuve que perseguirla.
La revelación de Emilia aclara el comportamiento cauteloso de ambos. Mi primer encuentro con Emilia fue mientras yacía en el suelo, lo que explica por qué no pude ver a Felt en ese momento.
El aire se carga de emociones y miradas expectantes. Ahora, debo esperar a que mis palabras calen en cada uno de ellos y despierten su confianza y curiosidad.
—Si. Entonces, si tienen preguntas soy todo oídos. Me gustaría que todos pudieran confiar en mí, pero primero tenemos que hacer el trato. Si les cuento todo el que sale perdiendo soy yo.
Roswaal me ve satisfecho, como si se hubiese forzado a aceptar mis palabras. Quizás lo crea o quizás no, pero si su libro de sabiduría dice que tiene que apoyarme entonces lo hará.
—Es impresio~nante que algooo así te ha~aya sucedido —Roswaal soba sus manos levemente—. El espíritu no puede mentir, por lo que es seguro que lo que dices es cierto.
Sonrío enormemente, pensando que Roswaal me va a aceptar.
—Sigo sin entender porque debería invertir —Roswaal hace una sonrisa indiferente—. Lo que vimos fue impresionante pero es diferente verlo desde ese... ¿Celular? No puedo ver como apoyarte nos va a ayudar. Después de todo son cosas que están en tu mu~~undo.
Emilia intenta hablar para apoyarme pero Roswaal la detiene con una mirada. Beatrice simplemente se limita a observar el celular como si quisiese juguetear con él. Rem y Ram solo están detrás de Roswaal, confiando totalmente en lo que vaya a decir él.
Ahora, lo que voy a decir va a cambiar la percepción de ellos.
—Es evidente que tengo limitaciones en ciertos aspectos. Mi tierra natal carece de maná, por lo que la magia es algo inexistente, aunque les resulte sorprendente.
Nuevamente, señalo mi celular para llamar su atención.
—Nosotros hemos experimentado más de 200,000 años de desarrollo, sin depender de la magia. Hemos avanzado comprendiendo la naturaleza y aprovechándola a nuestro favor. Permítanme repetirlo: no tenemos magia, pero hemos creado e inventado formas de facilitar nuestras vidas y avanzar como sociedad. Nuestra civilización ha logrado avances tecnológicos superiores a los que pueden imaginar. Lo que ven en el video son automóviles, vehículos que se desplazan sin necesidad de un animal. Los edificios que aparecen son imponentes, alcanzando alturas que desafían los límites del cielo.
Cambio el video de mi celular y muestro el lanzamiento de una sonda espacial de SpaceX
—Nuestra civilización ha llegado a la luna, ha contemplado los astros desde perspectivas inimaginables y ha alcanzado logros que trascienden la imaginación.
Coloco mi mano sobre mi pecho, mostrando sinceridad y convicción.
—Yo, Marco Luz, les aseguro que invertir en mí es beneficiarse en todos los aspectos. Apostar por mí significa acceder a todos los conocimientos y habilidades que poseo. No será un camino fácil, pero estoy seguro de que mis capacidades serán de gran utilidad para todos.
El silencio se instala en la habitación, cargado de expectación. Cada uno de ellos procesa mis palabras, considerando las posibilidades y los beneficios que podría aportar.
—Mientras interactuaba con Emilia, pude percibir cómo la gente inexplicablemente le teme a pesar de ser una candidata —suspirando, Emilia baja la cabeza, mostrando claramente el peso de esas palabras en ella.
—Si hay otros candidatos, estoy seguro de que nos encontramos en desventaja —exclamo con determinación, apretando mi puño con fuerza.
Llegó el momento de asestar el golpe final.
—Mis conocimientos no son meras palabras vacías. Poseo un amplio conocimiento en política, matemáticas, física, biología y química. Aunque no sepa leer o escribir, tengo la capacidad de aprender. Puedo realizar cálculos y mejorar la eficiencia de las cosas. Mis habilidades son diversas y novedosas —resalto, elevando mi pecho con orgullo.
Quiero demostrar que no soy un simple títere al que utilizar, no soy alguien sin ambiciones ni metas, y mucho menos un simple trabajador.
Me dispongo a ir más allá.
Con una determinación inquebrantable, dirijo mi mirada a todos, aprovechando mi voz grave para pronunciar mis últimas palabras.
—Si creen que seré alguien que les cause daño, me iré de inmediato. Si no confían en mí, esto carece de sentido —afirmo, dejando un breve momento de silencio.
Emilia parece reaccionar ante esas palabras, pero la detengo suavemente con mi mano.
—No soy alguien que se rinda fácilmente. Lo digo con sinceridad. No soy su enemigo. Puedo vislumbrar el potencial de Emilia y tengo la intención de apostar por ello, incluso si la situación está en contra nuestra, incluso si la gente la discrimina.
Mis palabras resuenan en la habitación, envueltas en una mezcla de valentía y determinación. El tiempo se detiene por un instante, permitiendo que mis palabras se asienten en sus corazones y les muestren mi verdadero compromiso. Ahora, solo queda esperar su respuesta y confiar en que mi convicción haya sido suficiente para ganar su confianza.
Emilia me mira con los ojos abiertos, su mirada, su dulce mirada parecía querer que me quedase.
—Haré todo lo que esté a mi alcance para apoyar a Emilia. Yo, Marco Luz, utilizaré todos los recursos a mi disposición para respaldarla. ¿Por qué? Porque veo claramente su potencial. No soy alguien que actúa sin razón.
Ya me ha costado suficiente, si voy a apostar por ella debo darlo todo.
—Aunque desconozco este mundo en este momento, tengo la capacidad de juzgar adecuadamente. El potencial de Emilia es verdaderamente ilimitado. Haré que se haga realidad, porque mi nombre es Marco Luz. Colocaré a Emilia en el trono y utilizaré todo lo que esté a mi disposición para lograrlo.
Con gesto abierto, muestro mis manos desnudas hacia ellos, simbolizando mi compromiso y entrega total.
—Eso es todo lo que tengo por decir —concluyo, dejando un breve instante de silencio para que mis palabras se asienten en el ambiente.
Emilia me mira con ojos llenos de vulnerabilidad. Mis palabras parecen haberle causado un profundo impacto, no solo haciéndole daño, sino también infundiéndole esperanza. Después de todo, soy un completo desconocido que le asegura que ve su potencial y está dispuesto a trabajar por ello.
Ram y Rem me observan con incredulidad ante lo que acabo de declarar. Sin embargo, Roswaal parece satisfecho, como si ya supiera que este momento llegaría.
—Apostar por ti dices... —Roswaal cierra los ojos y asiente satisfecho—. Tienes razón en algo, las posibilidades no están a nuestro favor.
Roswaal se levanta de su asiento y se acerca a mí en silencio, sin pronunciar una palabra hasta que está frente a frente. Yo, sin temor alguno, me pongo de pie y le sostengo la mirada directamente a los ojos.
—Es algo completamente extraordinario que vengas de otro mundo, pero has hablado con sinceridad en todo momento, así que solo puedo creer en ti —dice Roswaal mientras extiende su mano y revela una sonrisa avariciosa—. Si realmente provienes de otro mundo, no puedo dejar pasar esta oportunidad. Eres como una carta misteriosa que espero que traiga consigo muchas sorpresas agradables.
Contemplo a Roswaal con una sonrisa similar en mi rostro. No tengo la intención de detenerme, de volver a huir o de caer en una trampa.
Con determinación, tomo la mano de Roswaal con firmeza, sellando nuestro acuerdo.
—Ya verás... Esta es la elección correcta —afirmo con convicción.
Ante el apretón de manos, el rostro de Emilia se ilumina con una expresión de alegría. Sus orejas se alzan y sus ojos brillan como preciosas gemas amatistas, reflejando la esperanza y la confianza que deposita en nuestro futuro juntos. En contraste, la expresión de Rem parece decaer y sus ojos me miran con rabia, penetrando en mí.
—Estoy dispuesto a revelar todo, pero antes, prométeme una cosa —le digo a Roswaal, mirándolo directamente a los ojos.
Roswaal me observa confundido, esperando saber qué es lo que necesito que le prometa.
—Verás, soy un tanto paranoico, así que me gustaría que tú, frente a todos, me prometas que ninguna propiedad tuya me dañará con malas intenciones.
Ahora tengo la oportunidad de asegurar las cosas, aunque sea de manera un tanto desconfiada. Tarde o temprano, me ganaré su confianza.
—No soy una persona malvada, pero debes entender que para mí ustedes también son desconocidos —añado, inclinándome con sinceridad—. No quiero ser grosero, pero si puedes asegurarme de que nadie bajo tu empleo me atacará, me sentiré más tranquilo.
La mirada de Roswaal no cambia, su expresión se mantiene inmutable, completamente satisfecho con mis palabras.
En ese momento, Rem intenta decir algo, pero Ram la detiene, dejando claro que deben respetar mi solicitud.
Entonces, Roswaal responde con una voz seria y sin su estilo característico de hablar:
—Yo, Roswaal L. Mathers, te hago esta promesa aquí y ahora. Mientras no atentes contra nosotros, ninguna persona que trabaje para mí en este día te causará daño alguno.
Roswaal dirige su mirada a Rem y Ram, asegurándose de que también estén incluidas en esta promesa.
—Esto incluye a mis trabajadoras —agrega.
Rem y Ram, sin poder negarse, hacen una reverencia hacia mí, aceptando implícitamente la promesa y demostrando que se someten a mi petición.
—Si, señor Roswaal, prometemos no cometer un acto en contra de la vida de esta persona dentro de los límites de la mansión —dicen ambas al unisonó.
¡Lo logre! No sé qué tan efectivo sea, pero en este mundo las promesas son más que eso. Las palabra de Roswaal fueron perfectas, de esta forma Rem estará tranquila de que no caya a atacar.
O eso espero.
—Yo también, prometo que no atacaré a quien no atente contra mi vida. Lo juro por mi nombre.
Después de establecer las promesas y tranquilizar el ambiente, me siento nuevamente junto a todos. Es el momento de abordar los temas más importantes y responder a las preguntas que puedan tener.
—Si tienen alguna pregunta, cualquier cosa que deseen saber, siempre y cuando pueda responderla, lo haré con la mayor honestidad posible, ya sea que Puck esté presente o no —les digo, tratando de transmitir confianza y calma.
Entonces, con más confianza, todos comienzan a hacer preguntas, lanzándolas hacia mí como una avalancha. Me siento abrumado por la cantidad de interrogantes, pero intento mantener la compostura y responder de la mejor manera posible.
—Por favor, tengan paciencia. Hay tiempo suficiente para hablar y abordar todas las preguntas —les pido, tratando de tranquilizarlos.
Emilia me mira directamente a los ojos, y noto que su expresión ya no es de desconfianza, sino de felicidad y curiosidad. Puedo notarlo porque cada vez que está contenta, ella entrelaza sus manos. Esto me da la confianza de que estamos avanzando en la dirección correcta y que mi presencia y palabras están generando un impacto positivo en ella.
—¿Cómo es tu mundo? Pude ver todo eso pero hay mucho que no logro entender.
Todos me miran con curiosidad, como si fuese algún objeto extrañó por investigar.
—En mi mundo, solo hay humanos. Somos más de ocho mil millones de personas en mi planeta, llamado Tierra. A lo largo de nuestra historia, hemos pasado por diversas etapas de desarrollo. Actualmente nos encontramos en la era moderna, donde hemos dejado atrás las espadas y el feudalismo, así como el sistema de nobles. Ahora vivimos en un mundo donde aquellos que tienen poder pueden hacer lo que deseen. Si bien existen injusticias, en general, todos tienen oportunidades.
Emilia escucha felizmente, como si escuchar tales palabras la reconfortaran.
—Nuestra sociedad está basada en avances científicos y tecnológicos. Tenemos una amplia variedad de tecnologías que nos facilitan la vida cotidiana. Por ejemplo, mencionaste los carros y los edificios altos que viste en el video. Esas son algunas de las muchas invenciones que hemos desarrollado para mejorar la eficiencia y comodidad en nuestras vidas.
—Mas de doscientos mil años, eso no es una cifra cualquiera —dice Roswaal.
—La época en la que se encuentran en este momento sucedió hace 531 años en mi mundo, más o menos, entre sus avances totales que desconozco. Durante ese tiempo, mi sociedad ha experimentado avances significativos en varios aspectos tecnológicos.
—Tu planeta, como lo nombras, ¿Cómo es? ¿Tiene monstruos también? —pregunta Rem.
—En mi planeta no existen monstruos como los que hay aquí. Es una esfera habitada por una gran variedad de animales y plantas, incluyendo seres humanos. Nuestra diversidad biológica es muy amplia, con una amplia gama de especies que coexisten en diferentes hábitats. Su nombre, es planeta tierra.
Entonces prosigo.
—A diferencia de este mundo, donde los monstruos son una presencia constante y representan una amenaza para los habitantes, en mi planeta los seres humanos son la especie dominante y no hay una presencia similar de criaturas peligrosas o monstruosas.
Beatrice suelta un suspiro.
—Una esfera, eso es imposible de hecho —Beatrice extiende sus brazos arrogantemente.
—¿Este mundo no es redondo?
Entonces Emilia me responde:
—Este mundo es plano, a sus lados está el inmenso vacío, también tenemos algo llamado la gran cascada, donde cae agua hacia el vacío.
Un mundo plano. Es algo que no tiene sentido físico. La gravedad, tal como la entendemos, no funciona de esa manera. Es físicamente imposible que exista un mundo plano, pero aquí es donde la magia juega un papel importante al romper las leyes de la física.
—La principal diferencia radica en que en mi mundo, las cosas están regidas por las leyes naturales. Tomemos como ejemplo la gravedad. Desde nuestra perspectiva, entendemos que los objetos caen al suelo debido a la fuerza de gravedad, que actúa como una atracción hacia el centro de nuestro planeta.
Muestro una cuchara y la levanto, captando la curiosidad de todos los presentes.
—La fuerza de gravedad atrae a los objetos hacia el centro del planeta. Cuanto más grande es un objeto, mayor es la fuerza de atracción que ejerce. En consecuencia, los planetas, al ser masivos, atraen a los objetos en todas las direcciones posibles. Es por eso por lo que nuestro planeta tiene una forma esférica, ya que atrae los objetos hacia su centro desde todas las direcciones.
Pido papel y lápiz, y dibujo un círculo rudimentario con flechas apuntando hacia el centro.
—Sin embargo, entiendo que es difícil para ustedes comprenderlo en un mundo plano. Me pregunto cómo funcionan las cosas aquí, si la magia hace que sean similares a mi planeta o si hay diferencias significativas. Para ayudarles a entender mejor, pongamos un ejemplo más sencillo.
Sumerjo mi dedo en un vaso con agua y al sacarlo, una gota se queda adherida a mi mano.
—Imaginen que mi dedo representa la fuerza de atracción. En este caso, atrae la gota de agua y la mantiene pegada a mi mano. Sin embargo, la fuerza que ejerce mi dedo es inferior a la que existe en este mundo, lo que hace que finalmente la gota caiga.
Todos parecen estar reflexionando sobre mi explicación, generando sus propias hipótesis y tratando de comprender la diferencia entre sus leyes mágicas y las leyes naturales de mi mundo.
—En pocas palabras, es como cuando atraemos maná hacia nosotros —dice Beatrice.
—¡Exacto! Eso es, de esa forma se puede explicar, tal como cuando ustedes atraen maná, el mundo nos atrae a nosotros constantemente.
La mirada de todos cambia con esa explicación, parece que logran entender a la perfección ahora que Beatrice habló. De verdad, parece que Beatrice es más inteligente de lo que esperaba.
—Eres muy inteligente Beatrice —le sonrío agradecido por ayudarme.
—¡Por supuesto! De hecho —resopla Beatrice orgullosa.
Tendré que hacer que ella me ayude a juntar mis ideas a este mundo. Estoy seguro de que le va a gustar trabajar conmigo.
Roswaal entonces habla:
—Es una plática muy interesante, pero ya hemos terminado de desayunar y debemos continuar con nuestro trabajo. Tendremos otros momentos para hablar ya que estaremos juntos por un tiempo —Roswaal entonces se levanta— Ram se encargará de enseñarte a leer y escribir, también, puedes pedirle que haga una carta con tu propuesta. La leeré y podremos hablar sobre ella en otro momento, si es muy buena entonces dejarás de trabajar como sirviente.
Roswaal deja la sala junto a Ram.
—Yo tengo que ir a estudiar, cuando termine quiero preguntarte más cosas —dice Emilia emocionada.
—Si, con gusto —le sonrío.
Beatrice no dice nada y se va junto Puck. Ambos parecían ajenos a la situación, sin embargo antes de desaparecer de mi vista Puck me guiña el ojo.
Parece que tendré que hablar con alguien a profundidad.
Quedamos solo Rem y yo. El ambiente no tardó en pasar de interesante a incomodo. Rem, aun mirándome con cautela y rabia camina hacia mí.
—Señor, permítame mostrarle la mansión para que te familiarices con esta —Rem hace una reverencia hacia mí.
Debe ser difícil para ella tener que hacer esto. Después de todo, yo tampoco puedo perdonar a quienes acabaron con mi familia.
Y al igual que ella...
Yo no puedo perdonarme.
