Capítulo único:


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FLOR MORADA

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Estoy muriendo por volver.

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La primera vez que se besaron fue en aquel bar de mala muerte a las tres de la mañana y el culpable había sido Naruto.

―Sakura―

Sakura sonrió de lado cuando sintió la mano de Naruto en su nuca, enredo sus dedos en el cabello rosado y la fue acercado poco a poco, la pelirrosa sintió su respiración en los labios y ese aroma a vainilla que ella siempre desprendía.

―Hinata―

Hacia tanto calor allí dentro, las luces iban y venían, el vestido color rojo se le subió un poco por su trasero y el cabello se le pego en la nuca, Sakura se mordió el inferior y apoyo ambas manos a cada lado del rostro de Hinata, sonrió ebria y la pelinegra se sonrojo hasta las orejas cuando Sakura le metió la lengua hasta la garganta apretó sus senos con los de ella.

Naruto casi escupe el ron con cola que estaba tomando cuando las vio comenzar a restregarse sin pudor alguno en medio de aquel bar. Eso lo excito tanto, sobre todo porque ambas le encantaban.

―Eso fue asombroso― Murmuro el rubio cuando las vio separarse.

Sakura sonrió de lado, tenía los ojos rojos de tanto alcohol y de tanto haber llorado tras ver aquellos mensajes en el móvil de su novio. Hinata creyó que al fin Sakura había abierto los ojos con Sasuke pero supo que cualquier esperanza que tuviera con la Haruno se había ido a la mierda cuando la vio ingresar a la Universidad tomada de la mano del Uchiha.

Por lo visto, Sasuke la había vuelto a convencer de seguir juntos.

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―Hola― La saludo con timidez, Sakura le sonrió a través del espejo del baño pasando el bálsamo color rojo por sus labios ―¿Todo bien?― Pregunto acercándose al lavamanos y sintió como su voz se hacia cada vez mas bajita.

Sakura le sonrió de lado y clavo esos ojos verdes en ella.

―Se lo que piensas― Murmuró ―Pero Sasuke y yo nos conocemos desde niños, hemos estado juntos desde siempre― Suspiro y se recostó en el mármol del lavamanos dándole la espalda al espejo, Hinata se enjuago las manos sin dejar de verla ―Es difícil soltar―

La pelinegra asintió, se seco las manos con las toallas de papel y paso de largo, fue Sakura quien la detuvo sosteniéndola de la muñeca y evitando que avanzara.

―Lo de la otra noche― Murmuro sin soltarla, la pelinegra evito verla y clavo sus perlados ojos en el suelo del baño ―¿Fue un error? ―

Hinata la miro de reojo roja hasta las orejas. A ella no le gustaban las mujeres, es más hacia años que estaba enamorada de Naruto pero el Uzumaki solo la veía como una amiga, el viernes a la noche se beso con Sakura creyendo que así llamaría la atención del rubio, lo hizo porque luego de dejar a una semi inconsciente Sakura en su casa, ella y Naruto tuvieron relaciones sexuales en el coche del rubio pero lo raro fue que cuando abrió los ojos y llego al orgasmo se imagino que era Sakura quien la besaba.

―No sé― Murmuro muy bajito volteando a verla.

Sakura la acercó más a ella, abrió levemente las piernas ubicando a la pelinegra entre ellas y paso su mano por la mejilla sonrojada de la Hyuga sintiendo ese aroma a vainilla drogarla por completo.

―Yo creo que no―

Hinata sonrió y se acerco despacito a besarla, el corazón se le salía del pecho a medida que sentía ese aroma a cereza cada vez más cerca pero cuando estaban a punto de rozar sus labios la puerta del baño se abrió de par en par y ambas se alejaron de prisa.

―Aquí estas, frentezota― Chillo Ino acercándose a su amiga y la tomó de la mano ―Ven, debo contarte algo― Comentó emocionada tirando de la pelirrosa a la salida del baño.

Sakura la observó de reojo marchándose del baño.

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La primera vez que estuvieron juntas fue un jueves a la media noche. Hinata escucho su móvil vibrar sobre la mesita de noche, dejo los libros de lado levantándose del escritorio y camino despacio hasta la cama para tonar su móvil. Sonrió al leer su mensaje.

Estoy afuera.*Sakura.

Bajo las escaleras sin hacer ruido evitando despertar a sus padres pero cuando estaba por abrir la puerta de entrada de la casa las luces se encendieron.

―¿Y tú a donde vas? ―

Hinata respiro más tranquila al notar que no era su padre sino Neji, su primo mayor quien la había descubierto escapándose de casa a la medianoche.

―Sakura me paso a buscar― El castaño frunció el ceño ―Peleo con Sasuke― Explicó.

El Hyuga suspiro.

―Ve, yo te cubro―

Hinata lo miro agradecida y salió de prisa de la casa antes que Neji se arrepintiera de cubrirla, sonrió nerviosa al ver a la pelirrosa al volante y Sakura la recibió con un casto beso en la mejilla. Manejaron unos cuarenta minutos hasta que la Haruno se detuvo en el faro y la hizo pasarse al asiento trasero.

―A ti― Murmuro la pelinegra soltando el humo de aquel cigarro de marihuana despacito por entre sus labios ―¿Te gustan las chicas? ―

Sakura largo una carcajada, le quito el cigarro de entre los dedos y se lo llevó a los labios. Entre cerró los ojos en la primer calada y aguanto el humo lo más que pudo en sus pulmones.

―No― Le respondió, eso la decepcionó ―Me gustas tú― Dijo mirándola a los ojos ―Me gustas mucho, Hinata―

La Hyuga no pudo evitar sonreír, se acercó despacio a la Haruno y apoyo su mano derecha en la mejilla sonrojada de la pelirrosa, paso la lengua por sus labios y la beso. Sakura suspiro en su boca, dejo el cigarro de lado apoyándolo en el cenicero que había a un lado de la palanca de cambios y le siguió el beso. Fue Sakura quien lo intensificó.

―Ah― Gimió cuando la pelirrosa apretó sus pechos por sobre la ropa ―Me gusta, Sakura― Le dijo y eso la motivo para quitarle la sudadera y el sostén.

La única vez en sus veinte años que Sakura había estado con una mujer fue cuando Sasuke prácticamente la obligo a hacer aquel trio con Karin y esto no se sentía para nada igual, se sentía mucho mejor.

―Esto te va a gustar aun mas― Le dijo bajando despacito y paso la lengua por el pezón hinchado de la Hyuga.

La pelinegra abrió las piernas y dejó que Sakura metiera sus dedos entre ellas, nunca había estado tan mojada en su vida. Se sentía tan excitada, tan viva. Los dedos de Sakura la estaban llevando al paraíso.

―Ah, Sakura― Gimió con fuerza y sus paredes vaginales se contrajeron contra los dedos de la pelirrosa.

Fue Hinata quien se abalanzo a besarla y quitarle la ropa, la dejo desnuda y la recostó en el asiento del coche, coloco una pierna entre las de la pelirrosa y comenzó a moverse despacito haciendo rozar sus clítoris.

―Ah, si. Así, Hinata― Gimió avergonzada la pelirrosa pero estaba cada vez más mojada.

Sentía como sus clítoris se rozaban y sus pechos se apretaron cuando la pelinegra se inclinó sobre ella a besarla. Sakura jamás había sentido tanto placer, estaba entre avergonzada y extasiada de que quien le provocará todo eso fuera una mujer.

―¿Ya habías echo esto antes? ―

Hinata negó con la cabeza, apoyo uno de sus pies en el piso del coche y se restregó con más fuerza sobre el clítoris de la pelirrosa, el sudor baño su espalda y su frente.

―Pero me alegra que seas la primera― Respondió.

Sakura sonrió cerrando los ojos y sintió el orgasmo recorrer su cuerpo, el resto de la noche pasaron haciendo el amor en ese viejo Chevy.

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Sakura no dejo a Sasuke luego de esa noche pero comenzó a verse a escondidas con Hinata, cada vez más seguido. Para nadie fue extraño que ambas se hicieran tan amigas, después de todo se conocían desde niñas.

Fue una semana antes de terminar el primer semestre que alguien las vio besándose detrás de los vestidores.

―Hinata― La llamo.

La pelinegra se volteo aún sonrojada por su fugaz encuentro con la Haruno pero todo el color de sus mejillas se desvaneció cuando vio a su primo mayor acercarse a ella completamente serio.

―Neji― Saludo cortés acomodando su bolso sobre su hombro derecho ―¿Cómo estas?―

Neji suspiro con paciencia y paso de ella.

―Ten cuidado Hinata―

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Esa noche Sakura se apareció en su casa a las dos de la mañana, tenía los ojos rojos e hinchados. Hinata la dejo ingresar a su dormitorio y recostarse en su cama, Sakura lloro unos veinte minutos hasta calmarse.

―Perdón― Murmuró avergonzada tapándose el rostro con las manos.

Hinata negó con la cabeza y le quito las manos para poder verla a los ojos.

―¿Es por Sasuke?―

Sakura asintió.

―Terminamos― Le confesó y para sorpresa de Hinata, Sakura sonrió feliz ―Ya no lo amo―

La pelinegra se tiro a besarla, se ubico entre sus piernas y le levantó el remeron que llevaba puesto, Sakura hizo lo mismo y sonrió entre sus labios cuando acaricio los pezones desnudos de la Hyuga.

―No― Dijo seria quitando la mano de la pelirrosa de entre su ropa, Sakura frunció el ceño confundida ―Yo te quiero hacer sentir bien―

La pelirrosa la miro sin entender sus palabras pero dejo que Hinata le quitara el remeron y las leggins negras dejándola solo en ropa interior, la sintió bajar despacito por su abdomen y el flequillo le hizo cosquillas en su bajo vientre. Una corriente eléctrica cruzo su espina dorsal cuando la Hyuga le corrió la ropa interior y le paso la lengua por el clítoris mientras le metía dos dedos en la vagina.

―¿Así te gusta?―

Sakura asintió perdida entre el placer, abrió más las piernas y aguanto gemir muy alto cuando la Hyuga se dedico a darle placer con su lengua y sus dedos.

Dejar a Sasuke había sido la mejor decisión de todas pero dormir juntas esa noche no. Fue Hanabi quien las encontró semi desudas en la cama a la mañana siguiente y sino fuera porque Neji le prohibió abrir la boca toda la familia Hyuga se hubiera enterado de la sexualidad de la futura heredera del clan más prestigioso de Konohagakure.

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―Pero yo no quiero― Susurro y las primeras lágrimas bajaron despacito por sus mejillas ―Yo no lo quiero―

―Nadie te está pidiendo que lo quieras― Chillo Neji ya más molesto con la actitud de su prima ―Solo te están pidiendo que seas amable con él. Que lo trates― Explicó.

Hinata se seco las lágrimas con bronca y se observó al espejo. Hoy cumplía veintiún años y hacía exactamente dos semanas que había terminado su relación con Sakura.

―Hinata― Susurro Neji aproximándose a ella.

La pelinegra clavo sus ojos en el espejo y observó ese delicado y corto vestido color lila, su belleza contrastaba con su demacrado y angustiado rostro.

―Toneri es un buen chico― Comentó el Hyuga observándola a través del espejo ―Solo dale una oportunidad―

Hinata puso su mejor sonrisa, bailo con el albino la mitad de la moche e intento sentirse feliz en aquella lujosa fiesta que su familia le había echo pero su corazón se estrujo cuando cerca de la medianoche Sakura apareció en el jardín de su casa con Naruto. El rubio la saludo de lejos y las dejo hablar a solas cuidando que nadie las interrumpiera.

―Feliz cumpleaños―

Hinata sonrió. La pelirrosa llevaba un delicado y bonito vestido de volados color rosa y las botas blancas la hacían lucir más linda de lo que ya era, el cabello corto y desordenado y los ojos adornados de brillitos. Los labios rojos era lo que más le gustaba a Hinata de ella.

―¿Fue por él? ― Hinata asintió sin poder hablar, aguanto las ganas de llorar y Sakura suspiro observándola el interior de la casa ―Las dos sabíamos que no teníamos un final feliz― Comentó la Haruno sacando una pequeña cajita de su bolso.

―Sakura, yo― Tartamudeo sin poder hablar.

La pelirrosa se aproximó con una leve sonrisa, tomo su muñeca para acercar su mano a ella y dejó aquella pequeña cajita envuelta en papel color plata sobre la palma de la mano de la Hyuga.

―Tu tienes demasiados prejuicios― Pronunció la Haruno ―Y yo tengo demasiado miedo― Y se alejo unos pasos en dirección a Naruto.

Hinata abrió aquella cajita de prisa y observó ese hermoso anillo color lila, Sakura levanto su mano izquierda enseñándole su dedo índice adornado por aquel anillo color rosa, por fuera muy sutil y pequeño llevaban sus nombres grabados.

―Sakura― La llamo, la pelirrosa le sonrió con ternura a unos metros de ella.

―Tranquila, Hinata― Susurro con voz dulce ―Siempre vamos a estar destinadas― Bromeó.

A Hinata se le estrujo el corazón cuando la vio alejarse con Naruto. Las únicas dos personas que amo en su vida ahora se iban juntas. Se llevó el anillo a los labios depositando un casto beso y lo coloco en su dedo índice. Sonrió al verlo brillar bajo la luna y leer el nombre Sakura grabado en él.

―En otra vida quizás―

Quizás en otra vida cuando Hinata no tenga tantos prejuicios y Sakura no tenga tanto miedo a estar sola, quizás en otra vida cuando tengan más valor, ellas se vuelvan a encontrar y esta vez si se queden juntas.

Para siempre.

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