Eternos había caído, la otrora gran ciudad de su homónimo reino ahora no era más que un montón de ruinas calcinadas repleta de los cuerpos de aquellos desafortunados que no lograron huir a tiempo de la hecatombe.

A causa de estos los enfurecidos Amos del Universo sobrevivientes persiguieron sin descanso ni tregua a Skeletor y sus secuaces hasta las tierras más heladas de toda Eternia en donde tuvieron que refugiarse bajo un domo, todo mientras las fuerzas Eternianas rodeaban el área y bloqueaban toda posible salida.

Entonces el domo desapareció y de el emergió un empoderado Skeletor con las almas del Concilio del Mal.

— Ahora, He-Man, pongamos fin a esta lucha de una vez por todas —Dijo Skeletor rodeado de los cuerpos petrificados de aquellos que lo siguieron.

— ¡Estoy de acuerdo! ¡Pondré fin a esta lucha al derramar tu sangre sobre estas tierras! —Exclamo He-Man poniéndose en posición de ataque y lanzándose contra Skeletor.

Skeletor no tuvo ni que mover un dedo para lanzar por los aires a He-Man cuando esté estuvo a un centímetro de atravesar su pecho.

Inmediatamente He-Man reaccionó y generando un látigo de energía con su espada lo hizo clavarse contra el suelo y procedió a retraerlo para volver rápidamente, luego cuando estubo a centímetros del suelo jalo de su espada para arrancar un enorme pedazo de tierra del suelo y la arrojo contra Skeletor.

La roca ni pudo llegar a un metro de distancia suya antes de ser destrozada y sus restos convertidos en estacas que fueron arrojadas contra He-Man, quien creo un campo de energía con su espada que lo protegió, luego uso la telequinesis dada por su arma para manipular la forma de dicho campo hasta que estaba se ajusto a su cuerpo con solo unos centímetros de distancia de el.

Tras hacer esto procedió a seguir empleando la telequinesis, esta vez para levitar docenas de piedras que hizo girar alrededor de Skeletor.

— ¿Eres idiota? ¿Que te hace pensar que arrojarme más piedras me va a lastimar? —Demandaba saber.

— ¿Quien dijo que te las iba a arrojar? —Expreso He-Man saltando directo hacia una de esas rocas.

Segundos antes de impactar, He-Man giro su cuerpo 180 grados para que fueran sus pies los que aterrizarán sobre la roca y así poder volver a saltar a otra, y luego a otra, y luego a otra, cada vez a mayor velocidad mientras hacía llover una ráfaga de rayos sobre Skeletor.

— Un truco ingenioso, debo reconocer, pero no te servirá de nada si ninguno de ellos logra darme —Le decía mientras todos los rayos se disipaban antes de siquiera rozarlo—. Es una pena para ti, pero no tengo un hueso de tonto como para bajar mi defensa, tu nunca podrás…

En un breve instante, tan rápido como para que el ojo Humano lo captase, un manchón dorado se acercó lo suficiente a Skeletor y le dió justo en el cráneo. La única razón por la que su cráneo no se cortó en dos fue porque en ese mismo instante copió la técnica del campo de energía comprimido de su sobrino, salvándose por muy poco.

Aún así las embestidas no cesaron, yendo cada vez más rápido como para que reaccionara a tiempo, recibiendo ataque tras ataque en un intento de menguar su fuerza y resistencia poco a poco. Y por si fuera poco, la velocidad de He-Man se volvió tal que se empezaron a producir imágenes residuales, haciendo imposible para Skeletor saber a cual apuntar, no ayudado por el patrón de movimiento y ataque errático de su sobrino.

— ¡Basta! —Grito Skeletor golpeando el suelo con su báculo y generando una fuerte onda expansiva.

Aunque ni con eso detuvo los continuos ataques, pues nuevas rocas fueron levantadas para reemplazar a las destruidas. Pero sin embargo si le dió tiempo más que suficiente a Skeletor para realizar una invocación.

De pronto de los cielos se abrió un portal que comenzó a absorber todo cuanto había dejado suyo con excepción de Skeletor, provocando el cese del ataque de He-Man, pues ahora estaba luchando para no terminar dentro del portal e ir a la Diosa sabrá dónde.

— ¡Mierda, mierda, mierda! —Gritaba He-Man tras ver cómo el trozo de tierra en el que había clavado su látigo de energia se estaba empezando a desgarrar.

— ¿Que pasa, sobrinito? ¿Acaso el hombre más fuerte del universo no puede escapar de la tracción de un portal tan insignificante? —Se burlaba Skeletor acercándose al látigo.

— ¡Maldito infeliz! ¿¡Cómo es que tú no estás siendo afectado!? —Demando saber He-Man.

— ¿Por qué me afectaría mi propio hechizo? ¿Acaso me crees tan tonto como tú para dispararme en el pie? —Quería saber Skeletor mientras usaba su Báculo de Estragos como un bate para romper el látigo de energía—. ¡Espero que disfrutes del lugar en el que termines, sea cual sea ese, chaíto!

— ¡Skeletor, eres un maldito miserable, juro por la Diosa que te haré pagar! —Grito a viva voz mientras era absorbido por el portal.

— ¡Te deseo suerte! pues dudo que escapes de ese por… ¿Que carajos? —Expreso Skeletor viendo cómo el portal explotó y de el surgía un muy enfurecido He-Man—. ¡¿Pero como?!

Confundido, Skeletor de percató de que la coraza de He-Man ya no estaba, y que de el emanaba una cantidad inquietantemente alta de energía.

— ¿¡Acaso nunca te preguntaste para que era la armadura de Coridita si mi piel es impenetrable!? —Le preguntaba He-Man con los ojos totalmente en blanco—, algunos creían que era para aumentar mi poder, que equivocados estaban, lo que hacía era contenerme, ¡Pero ya no más!

Y de un impulso se le acercó a tal velocidad que ni siquiera pudo pestañear y nada más le basto un solo puñetazo para romper la barrera de Skeletor y mandarlo a volar. El golpe fue tan fuerte que cuando Skeletor se estrelló contra una parte de la montaña procedió a escupir sangre.

— ¡¿Que de… ¿Sangre? ¿Aún soy capaz de vomitar sangre? —Expresaba sorprendido al ver su sangre en las piedras tras caer al piso.

Skeletor ya había visto su sangre fluir fuera de su cuerpo desde su transformación tras tantos años de batalla, pero está era la primera vez que salía de un sitio en el que pensaba que ya nunca iba a pasar otra vez.

— Okay, cometi en error al subestimarte tantas veces en el pasado, un defecto mio, soy muy autodestructivo, ¡Pero eso se acaba hoy! —Exclamo empezando a hacer temblar la tierra con su poder.

— ¡Ven aquí, estoy listo para lo que me lances! —Exclamo con fuerza y convicción.

La batalla procedió a prolongarse durante horas hasta que la montaña no fuese mas que tierra quemada y reducida a polvo, pero incluso entonces no cesaron de combatir mientras al mismo tiempo en el Castillo Grayskull la Hechicera se encontraba en el Nexo buscando respuestas.

— ¡Por favor, Ancianos de Grayskull y demás espíritus que moran en este lugar, les suplico que me den una idea de como ayudar a He-Man, pues no aguantara mucho mas en ese estado! —Pedía la Hechicera de rodillas frente al Orbe de Grayskull—. ¡Por favor, denme aunque sea una señal!

Entonces el orbe brillo de un dorado fulgor que iluminó la mente de la Hechicera, quien levantándose lo mas rápido posible se dirigió hacia la cámara que resguardaba la forja de Grayskull mientras generaba un portal hacía la batalla entre He-Man y Skeletor, específicamente al lado de la piedra que se mancho de la sangre de este ultimo, llevandola hacia el Castillo Grayskull.

— Suerte que con una sola gota basta —Dijo la Hechicera retirando telequineticamente la poca sangre de Skeletor de la piedra para proceder a derramarla en el suelo—. Al menos con esto y el haber creado a Teela habrás hecho dos cosas útiles en tu triste vida, Keldor.

Al caer al suelo la sangre se dirigió hacia la pared que separaba la forja del resto del castillo y al entrar en contacto con esta procedió a abrirse.

— Me queda poco tiempo, ojala pueda terminarla antes de que sea tarde —Decía la Hechicera entrando decidida.

De vuelta a la batalla, He-Man había hecho retroceder de un cabezazo a Skeletor y este respondio con una explosión mágica a quemarropa que a He-Man no le hizo ni un rasguño y simplemente se paso la mano para quitarse el polvo, luego procedió a golpear el abdomen de Skeletor tan fuerte que de tener ojos estos se hubieran salido de sus cuencas. A esto el respondió con un grito semejante al de una Banshee que si logro lastimar los oídos de su adversario, momento aprovechado para golpearlo con una explosión de energía veinte veces mas potente, que tan solo pudo tumbarlo unos poco segundos antes de que se volviera a levantar para frustración de su tío.

— ¡Maldito, quedate abajo de una vez! —Exclamó lanzando un haz continuo de energía directo al pecho de He-Man.

— ¡Como si fuera a hacerte caso, infeliz! —Exclamo He-Man moviéndose pese a todo directo a Skeletor y propinandole un puñetazo que lo lanzo hacia arriba.

Skeletor se recompuso en el aire y creo dos portales de distintos tamaños, luego metió su mano en el mas pequeño para que saliera del más grande con un tamaño gigantesco y así aplastar a He-Man.

— ¡Idiota, esta táctica nunca te funcionó! ¿¡Por que la sigues intentando!? —Demandaba saber He-Man mientras detenía y soportaba el peso del puño.

— Por esto —Respondió Skeletor mientras dos portales se abrían a los costados de He-Man y las dos partes de la espada de Skeletor salían disparados de estos directo a sus piernas—. ¿No adoras lo útiles que son las distracciones, sobrino?

— ¡Maldito! —Exclamo He-Man mientras se derrumbaba en el suelo y era aplastado por el puño.

— ¡Se siente tan bien que esta técnica funcionara por una vez! —Exclamó Skeletor hasta que se percató de algo—. ¿Por que ya no lo siento presionado contra mi puño?

Intrigado levanto su mano para ver y vislumbró un agujero en el suelo con las dimensiones correctas para que He-Man pudiese cruzar.

— ¡Oh mierda! —Fue la reacción de Skeletor al darse cuenta que su sobrino podría estar en cualquier lado.

Mientras veía todo el campo de batalla en busca de la mas mínima indicación sobre el paradero de He-Man sintió como algo enorme había surgido detrás de el. Cuando Skeletor se dio la vuelta para atacar se dio cuenta de que era una simple roca, arrojada para que no pudiera ver como un látigo de energía se enredaba en su pierna derecha hasta que fue demasiado tarde y ya se encontraba siendo jalado hacia el suelo a toda velocidad hasta impactar fuertemente contra el suelo y quedar estampado contra este en un cráter generado por el impacto.

— Menos mal que funciono la distracción, no se que hubiera hecho de lo contrario —Expreso He-Man reacomodandose los hombros que se había dislocado para pasar mejor por el túnel que cabó—. Odio que esto haya tenido que terminar así, pero no me dejaste otra opción, tío.

Pero justo cuando estaba a punto de rematarlo con un golpe de gracia, su cuerpo colapso, empezando a crecer de forma grotesca y descontrolada a causa del poder que ya no pudo ser capaz de contener.

— ¡¡¡¡NO, NO AHORA, NO JUSTO A LAS PUERTAS DE LA VICTORIA, NO POR FAVOR!!!! —Suplicaba He-Man mientras veía como sus brazos se retorcian y agrandaban a un ritmo descontrolado.

La mirada de aquel Dantesco evento provoco desagrado incluso a Skeletor, quien si aun tuviera la capacidad de vomitar lo habría hecho al ver la montaña de carne en la que se estaba convirtiendo su sobrino.

— ¡¡¡¡YO REGRESO EL PODER!!!! —Grito He-Man antes de que su boca fuera bloqueada por su propia carne.

Tras un flash cegador, Adam cayó al suelo indefenso y adolorido.

— Que dulce ver como la suerte te ha abandonado, sobrino, ya me estaba preocupando de que de hecho me pudieras ganar —Expresaba Skeletor dándole unos aplausos por el intento—. Será mejor que te mate en estos momento antes de que algo mas ocurra.

Entonces hizo materializar una hoja de guadaña en el cráneo de Carnero de su Báculo de Estragos, listo para reclamar la cabeza de su sobrino cuando vio a este reirse.

— ¿Que encuentras tan gracioso? —Quiso saber un muy confundido Skeletor.

Adam no le dijo y dejo que se diera cuenta por si mismo de que todo el lugar estaba brillando de dorado y que las sombras se habían vuelto mas oscuras, como si una intensa luz se hubiese ceñido sobre el campo de batalla para instantes después la figura de un Halcón dorado se cirniera sobre ellos, momento en el que Skeletor se dio la vuelta para atacar a la invocación.

La invocación fue demasiado rápida para Skeletor y para cuando finalmente disparo al Halcón este ya se encontraba a medio camino de Adam.

En cuestión de segundos la luz se intensificó hasta el punto de que si Skeletor aun tuviera ojos estos se hubieran dañado irremediablemente. Aunque la explosión de energía que lo mando a volar volvió lo primero irrelevante.

Cuando Skeletor cayó al suelo y empezó a levantarse vio para su horror como una figura de rojos ropajes y dorado cabello energía de la luz.

— ¡Esto no se ha terminado aun, Skeletor, la Hechicera me ha concedido este poder a un alto precio, y no dejare que sea en vano! —Exclamo He-Man revitalizado de energía.

Un puñetazo al estomago cuando Skeletor se levanto dejo en claro que la fuerza que demostró en las ultimas horas no había disminuido ni un ápice, y ahora no habría riesgo alguno de morir por su poder desbordado.

— ¡Maldita sea, otra vez me arrebatan la victoria cuando ya la tenia en la palma de mi mano! —Exclamo Skeletor agarrando su estomago y tratando de recuperar el aire.

— Sin duda alguna apesta ser tu —Expreso He-Man para luego golpearlo en la cara.

— ¡No pienso perder, no contra un milagro sacado del culo! —Exclamo Skeletor elevándose por los aires y empezando a cargar el ataque mágico mas poderoso que alguna vez haya hecho—. ¡Empieza a rezarle a tu diosa por el destino de tu alma, que pienso enviarte a ti y a todo este maldito continente con ella!

Viendo lo que se avecinaba, He-Man empezó a hacer lo mismo, canalizando toda la luz de Grayskull en la Espada del Poder haciéndola brillar de dorado fulgor.

— ¡Desaparece de una vez! —Grito Skeletor disparando un rayo de energía del tamaño de una montaña.

La explosión resultante del choque de ambas fuerzas fue tal que incluso se vio desde el espacio y el estruendo y temblores subsecuentes se sintieron por toda Eternia, todo mientras ambos combatientes ponían todas sus fuerzas tratando de superar el poder del otro y hacer retroceder sus respectivos rayos.

Tanto He-Man como Skeletor sentían como sus músculos eran desgarrados por la tensión a la que los sometían, llevándolos a los gritos mientras intentaban por todos los medios no bajar la intensidad de sus ataques y tan siquiera evitar que se les safara las armas de sus manos por el dolor.

— ¡Solo un poco mas, solo resiste un poco mas! ¡No colapses ahora! —Gritaba He-Man a su propio cuerpo mientras lo llevaba al límite—. ¡Continua hasta que el ceda! ¡Continua hasta que Eternia este libre de su mal!

— ¡Es inutil, tu cuerpo va a ceder mucho antes de que puedas sobrepasar mi poder!—Afirmaba Skeletor a pesar de estar pasando por el mismo predicamento.

De hecho, en su caso era mucho peor, la propia naturaleza necrótica de su cuerpo hacia que el desgarro fuese mas extremo y sus gritos eran mas intensos mientras sentía como si mil cuchillas cortarán su piel a cada segundo.

Dandose cuenta de que el ataque de Skeletor había flaqueado momentaneamente, He-Man intensificó aun mas su ataque ganando ventaja sobre su tío.

— ¡Mierda! —Exclamo Skeletor al sentir el empuje energético—. ¡No pienses ni por un instante que me harás ceder!

Entonces He-Man, gritando a todo pulmón, llevo sus fuerzas al máximo sintiendo como cada tendón, musculo, hueso y piel en su cuerpo se rompían y desgarraban conforme la intensidad de su ataque aumentaba de golpe.

— ¡Maldición! —Exclamo Skeletor al sentir como si su cuerpo fuera licuado—. ¡No, me niego a morir aquí!

Y con todas sus fuerzas reunidas en su báculo intensificó su ataque a tal punto que empezó a desgarrar la tela de la realidad, creando una anomalía espacial en la zona en que ambos ataques impactaban el uno contra el otro, anomalía que empezó a extenderse y consumir todo a su alrededor

He-Man vio angustiado como esa cosa se acercaba cada vez mas a el con cada segundo que pasaba, y sin saber que mas hacer se limito a seguir haciendo presión contra el ataque de Skeletor, pues si intentaba alejarse seria golpeado de lleno.

— ¡Maldita sea! —Grito He-Man con lágrimas producto del inhumano esfuerzo que realizaba corriendo por su cara—. ¡Ya casi, solo un poco mas!

Su visión empezó a nublarse y sus brazos empezaron a temblar descontroladamente perdiendo fuerza en su agarre, sus piernas cedían y empezaba a ser empujado hacia atrás por la inmensa fuerza de Skeletor.

— ¡No, no! —Gritaba con las pocas fuerzas que tenia aun en su cuerpo mientras la anomalía finalmente había logrado alcanzarlos.

Ambos sintieron como su carne y espíritu parecían estar a punto de disolverse en el vacio éterico que los había consumido y los estaba sometiendo a un estado que ningún mortal debería pasar, forzandolos a estar en todas partes y en ninguna a la vez mientras estelas e imágenes residuales de ellos se manifestaban a su alrededor en expresiones congeladas de miedo y dolor y oían los susurros de aquellos detrás del velo.

— Lo siento, perdónenme —Dijo en voz baja mientras los susurros se tornaban en risas leves por su sufrimiento.

— ¡Finalmente! ¡Por fin me voy a deshacer de ti, y juro que cuando acabe contigo mataré personalmente a todos cuanto amas, lo juro por...

Y en ese mismo instante su cuerpo colapso, lo que provoco que su ataque cesará y el de su sobrino se aproximada en cuestion de segundos a golpearlo de lleno.

Lo siguiente solo duró unos breves segundos, pero para Skeletor se sintió como una eternidad en el que todo se movía a cámara lenta y los recuerdos de su vida asaltaban su mente mientras trataba de comprender que había pasado. Momento en que se dio cuenta de que sus brazos ya no estaban, habían sido destrozados a causa de la presión a la que se habian sometido desde que la anomalía los engulló.

— Ah —Expreso Skeletor en una extraña serenidad—. Supongo que se acabo.

Incluso alguien como Skeletor sabe reconocer cuando ya no se puede seguir escapando de la muerte, por lo que por mucho que lo odiara, al final al menos intentaría irse con algo de dignidad y orgullo mientras era consumido por el ataque de He-Man.

Su muerte fue instantánea e indolora, algo que no se merecía, pero su sobrino jamás alargaría el sufrimiento de nadie, ni siquiera a el, y tan pronto finalizo el ataque de He-Man la anomalía empezó lentamente a desaparecer hasta que no quedó ni rastro de ella.

— Finalmente —Fue lo único que alcanzo a decir antes de caer de rodillas y segundos después colapsar inconsciente en el suelo mientras las risas se desvanecían.

Así finalizo de una buena vez la Gran Agitación, el largo conflicto que había desgarrado Eternia al fin había acabado, aunque a un costo enorme. Un costo que aun hay día de hoy sigue presente en la vida de aquellos que vivieron para ver la victoria de los Amos del Universo y serian capaces de volver a ver la luz de un nuevo día.


Años después.

Adam se encontraba relajadamente recostado sobre un muy cómodo sillón en el balcón del nuevo Palacio Real viendo a la nueva ciudad que habían construido tras la destrucción de Eternos.

Aun con el sombrío y eterno recordatorio de su perdida alzándose en horizonte en la forma de las ruinas de la otrora gran ciudad capital de su reino, Adam también se sentía alegre de ver a su pueblo superando la perdida y reconstruyendo sus vidas.

En ese mismo instante recibió un llamado de la Hechicera.

— ¿Que pasa, Hechicera, ha ocurrido algo? —Quiso saber Adam.

Si, necesito que vayas cuanto antes al bosque ubicado en las Montañas de Fuego —Le dijo la Hechicera.

— Eso se encuentra cerca del Hemisferio Oscuro, ¿Que es tan importante como para ir allá? —Quería saber Adam.

Cuando llegues ahí sabrás el porque, no me atrevo a decirlo por miedo a que alguien intercepté nuestra conversación, nadie debe saber que hay ahí —Respondió la Hechicera.

— Entonces debe de ser serio, si ese es el caso me iré preparando para partir cuanto antes —Acepto Adam—. Vamos, Gringer, debemos prepararnos.

— ¿Enserio tengo que ir? —Preguntaba Cringer temblando.

— Si vas te prometo triplicar tu ración de carne —Juraba Adam.

— ¡Hecho! —Exclamo Cringer.

«Siempre funciona», pensaba Adam—. Bueno, a prepararse.

Poco sabia Adam lo mucho que su vida cambiaría tras esta nueva aventura, mas esa es otra historia. En cuanto a estas, son solo algunas de las muchas historias que se desarrollan día tras día en este mundo, y aunque me fascinaria el poder contarlas todas, mucho me temo que me resultaría imposible, pues siempre emergen nuevas historia a cada momento y el poder narrarlas seria una tarea eterna. Con todo dicho espero que hayan disfrutado de lo hoy aquí conte, soy Scrollos El Observador y me dedico a recopilar las historias de los mas grandes héroes y villanos y contarlas a aquellos que las deseen oir, y espero volver a reunirme con ustedes en otro tiempo y en otro lugar.