Aclaraciones: Los personajes pertenecen a la maravillosa mente de Rumiko Takahashi, yo los utilizo para mis fines perversos.
La historia se sitúa luego del regreso de Kagome, solo que en mi mundo ellos si pueden continuar cruzando por el pozo como siempre lo hicieron.
En mi país un Motel son lugares donde la gente arrienda por horas para tener sexo.
Espero disfrutes esta historia caliente.
"Besos dulces y salvajes como tu esencia"
Habitación temática
Capítulo 1: Casa
InuYasha tiró del pelo de Kagome levemente hacia atrás para tener mejor acceso a su cuello, besó y lamió mordisqueando con suavidad, buscó su boca desesperadamente, acariciándose sus lenguas con premura, apretándola contra el tronco del árbol sagrado.
-Quiero hacerlo en un lugar diferente…-Susurró aún con la respiración entre cortada sintiendo la dureza de InuYasha en su vientre.
-¿Un lugar diferente….?-Preguntó curioso con voz ronca asomándose su colmillo, sus ojos dorados se observaban oscuros por la dilatación de excitación de sus pupilas. La vio asentir.
-En mi época existen unos lugares…distintos para esto, se llaman Motel-Comenzó ella con las mejillas alborotadas, InuYasha se inclinó nuevamente a besar su cuello y mordisquearlo mientras ella continuaba con su explicación-Son temáticos y…-InuYasha había lamido cerca de su oreja y un cosquilleo placentero se había extendido por su piel- Oh, detente o no podré…-Él la ignoró unos segundos más contemplando maravillado como su piel reaccionaba ante sus pequeñas succiones en la zona.
-Está bien-Dijo finalmente apartándose-Llévame…
-¿Si?
-Lo hemos hecho en la cabaña, en el pozo, cerca del río, aquí en el bosque, sobre las ramas de mi árbol… -Enumeró pensando donde más habían hecho el amor.
-En el lago también-Dijo Kagome terminando de arreglar su ropa y acomodándole el cuello del Aori a InuYasha. Tomó su mano para caminar hacia el pozo y él la entrelazó inmediatamente-Todo en la naturaleza…
-¿Eso está mal?-Preguntó escapándose la preocupación en sus palabras. Para él cada encuentro era diferente y delicioso, jamás pensó en su vida que podría experimentar tales sensaciones.
-No… me encanta, solo que me gustaría probar un lugar nuevo si tú quieres también…
-Si quiero-Dijo inmediatamente para que ella no tuviera dudas, hacerle el amor a Kagome siempre era un placer, realmente donde fuera para él estaba bien, ella había sonreído ante su respuesta y retomado la caminata.
InuYasha tenía preguntas en su cabeza, qué era un motel, cómo era, dónde estaba, qué tendría de distinto que ella quería ir.
Cuando llegaron al pozo, él la tomó entre sus brazos sin previo aviso, lo cual sorprendió gratamente a Kagome, si de algo estaba agradecida es que desde que eran esposos InuYasha ya no disimulaba lo que sentía por ella, demostraba físicamente sus sentimientos, era más gentil y procuraba mantener contacto con su cuerpo regularmente, también comprendía cuando Kagome quería su espacio y él también necesitaba el suyo. De alguna manera, llevaban un año juntos desde que había regresado al Sengoku, se habían logrado adaptar a la nueva vida en pareja y conocerse profundamente, en más de una forma.
Cuando se introdujeron en el pozo el entorno rápidamente se volvió de un azul con destellos, cuando sus pies tocaron el fondo y a lo alto solo pudo ver el techo supo que ya estaban en la época de Kagome. Antes de salir se volteó a besar a Kagome abruptamente, introduciendo su lengua y apretujando su pelvis contra la de ella, recordándole así que su excitación no se había apaciguado. Cuando se separó, apreció los ojos entrecerrados y oscurecidos por el deseo de ella, se sintió satisfecho, la tomó en brazos y dio un brinco saliendo de la pagoda rápidamente para no ser vistos por los familiares de la joven.
-Espera InuYasha-Le dijo Kagome solicitando que la bajara.
-¿Qué?
-Necesitamos dinero para ir-Le explicó, InuYasha se encogió de hombro y de sus ropas extrajo un saquito con dinero, Kagome negó-Ese no nos sirve aquí, en mi pieza tengo guardado-Le susurró.
Él la subió a su espalda y con movimientos agiles llegaron a su ventana, la deslizó con suavidad, entraron intentando hacer el menor ruido, en el primer piso podían escuchar a la familia almorzando y comentando sobre la noticia de la televisión.
Kagome se inclinó sobre su escritorio, tomó un libro y lo abrió, tomó un sobre, lo revisó y asintió para sí, todo ante los curiosos ojos de InuYasha.
-Creo que es suficiente-Le anunció bajito, InuYasha pensó que se irían pero la vio cruzar hacia su velador y tomar un aparato tecnológico-Debo revisar en el teléfono que moteles hay cerca y ver las referencias.
Una curiosa idea flotó por la mente de InuYasha, nunca lo habían hecho en su pieza.
Kagome no advirtió cuando el joven la abrazó por detrás ahogando un gritito para no alertar a su familia.
-Inu…
Él la recostó sobre la cámara rosada, se ubicó entre sus piernas, ignorando su rostro sorprendido descendió su cara directo a su vulva, besando sobre la ropa.
-¿Qué…?-Ella no pudo conectar la idea cuando sintió sus dedos tocando por encima, en su centro que seguía húmedo-Nos van a escuchar-Susurró mitad nerviosa por su familia que se encontraba abajo y mitad expectante a su dominancia en ese momento que le excitaba.
-No si te cubro la boca-Gruñó suavemente desde su lugar entre sus piernas, desarmando el nudo y deslizándolo la ropa por sus extensas piernas.
Kagome pensó en protestar nuevamente pero olvidó como se hablaba cuando sintió su lengua sobre su piel, sopló su aliento allí como una caricia, ella ahogó otro sonido apretando sus labios ante la sensación eléctrica que se transmitió a cada poro de su cuerpo.
InuYasha buscó su mirada, la contempló con las mejillas alborotadas, los labios entre abiertos y los ojos profundamente oscuros, ese rostro lo encendía, quería hacerla gritar de placer, no sabía por qué, pero saber que estaban haciendo eso a escondidas, en la casa, le agregaba una adrenalina inesperada que lo excitaba.
Llevó su mano derecha para alcanzar el cuello de ella y apretarlo mientras su boca se abría para succionar directo en su clítoris, ella casi hace un sonido fuerte pero él fue más rápido y se irguió levemente para con su mano taparle la boca. Kagome agradeció que el sonido fuera ahogado por la palma, traviesamente pasó la lengua allí, él fue quien soltó un gruñido ante ese gesto.
-Tramposa-Murmuró, enfocándose nuevamente en lamer el pequeño bulto que se erguía, su sabor se mezclaba entre dulce y picoso, su aroma lo llenaba todo, sintió el tirón de su pene erecto pidiendo con urgencia ser atendido, pero aun no quería introducirse en ella, quería hacerla tocar el cielo con su boca.
Su lengua danzó en la zona en movimientos que se alternaban, primero pequeños toques, luego en zig zag, para después chupar el clítoris con mayor intensidad, Kagome gemía contra su mano llenándose el silencio de sonidos ahogados, las manos de ella apretaban la frazada rosa. Saber que tenía ese efecto en ella le encantaba.
Pasó su lengua entonces desde el comienzo de su vulva hasta llegar a la entrada vaginal, introdujo allí su lengua con movimientos intensos, entrando y saliendo, con su mano libre, acarició con dos dedos por sobre el clítoris lentamente para acompañar la caricia.
Kagome sentía como el nudo en su bajo vientre crecía y hacía vibrar cada parte de su ser, era delicioso, solo podía pensar en que quería tenerlo dentro, pero él no parecía interesado aun en llegar a ese momento.
Kagome sintió que su humedad crecía, empapando la boca y mentón de InuYasha, quien continuaba afanado chupando, lamiendo, tocando su centro disfrutando de su sabor, sus gemidos callados, regocijándose su corazón de lo afortunado que era de tenerla en su vida.
Él como Hanyou, por muchos años creyó que no era digno de ser amado, que jamás podría tener ese tipo de vínculo con una mujer. Que equivocado había estado.
Sintió el cuerpo tembloroso de Kagome, reconociendo que eran los espasmos previos antes de alcanzar un orgasmo, introdujo entonces dos dedos en su cavidad llenándose de su humedad, deslizando suavemente y tocando con las yemas hacia abajo, teniendo el completo conocimiento tras todos sus encuentros que eso la volvería loca de placer, bajó su cabeza para continuar succionando su clítoris mientras sus dedos se movían en el cálido interior.
Así ocurrió, debió aumentar la presión de la mano contra sus labios, porque ella hizo un gemido mudo en su palma poniendo los ojos casi blancos de placer, al sentir como la tensión de su vientre se liberaba, su cerebro se desconectaba de las ideas para volverse todo sensaciones.
Su cuerpo seguía tiritando, lo sintió retirar sus dedos lentamente, dejando un beso sobre su vulva, para subir hasta su rostro, su mirada dorada dulce, cálida y caliente, miró sus labios y él los de ella, se inclinó para besarla, ella reconoció su sabor mezclando con el de él, se sonrojo entre medio del beso, era increíble tener esa comodidad y complicidad con él.
Lo amaba.
No había más palabras, ni siquiera esa palabra realmente lograba expresar todo lo que sentía por él.
-Eres un tramposo-Logró decir cuando recordó cómo hablar nuevamente.
-Quizás-Él le sonrió retorcidamente-Esto solo es un preámbulo…
-Entonces continuémoslo donde te quiero llevar-Le dijo ella levantando su cara para depositarle otro beso, suave y dulce, acariciando con su mano la mejilla masculina, su quijada hasta llegar a su cuello.
-Me parece perfecto…
InuYasha se recostó al lado de Kagome para que ella pudiera alcanzar el teléfono móvil que se había caído silenciosamente al suelo en el pequeño encuentro.
InuYasha llevó su concentración a lo que pasaba abajo para relajar su erección. Los escuchaba aun comiendo, hablaban de algo de la escuela de Souta. Si bien, solían visitar a la familia, hace mucho que no estaban en la habitación de ella, de algún modo se sintió nostálgico. Recordó todas las veces que él regresaba antes porque la extrañaba y terminaba acompañándola silenciosamente en sus estudios, o al menos él creía que estaba siendo silencioso porque Kagome le reclamaba siempre que la distraía. Él con la experiencia que tenía ahora, se lamentaba de no haberla distraído con sexo, sonrió para sí ante su pensamiento. Miró a Kagome, que parecía concentrada examinando lo que ella llamaba "teléfono".
Por un momento ambos se paralizaron al escuchar los pasos de Souta subiendo las escaleras y pasando a prisa por el pasillo, segundos después lo sintieron volver a bajar.
-Encontré uno…-Dijo al fin Kagome-Es…temático…-Ella sintió sus mejillas enrojecer.
-¿Temático?
-Mira…-Ella le enseñó la pantalla del teléfono, mostrándole diferentes tipos de habitaciones decoradas y algunas con objetos que le parecieron raros-¿Cuál quieres?-InuYasha se sintió confundido así que prefirió que ella eligiera.
-Decide tú, cualquiera para mi estará bien.
-Bueno…
Kagome revisó una vez más las habitaciones, sintiéndose indecisa entre la habitación Jungla y la habitación de San Valentín. Tras considerarlo unos segundos se decidió.
-Listo, ya está reservada, vámonos.
Continuará…
¿Cuál habitación creen que eligió Kagome?
Esta idea la tenía en mente hace rato y había escrito un boceto, hoy día tuve deseos de arreglarlo bien, no será una historia larga, más bien son diferentes encuentros que ellos tienen en habitaciones con peculiaridades. Se me hace interesante todo lo que InuYasha conocerá con Kagome, jiji.
Las frases entre comillas de cada capítulo son solo oraciones sueltas que me surgen.
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Un abrazo, linda semana
