QUERIDO DIARIO
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Historia sin fines de lucro.
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12 de diciembre.
Querido diario.
Ha pasado más de una semana desde la vez que te escribí, la verdad he estado ocupada, sin embargo, necesito terminar mi relato, como ya te había dicho, no tengo a quien contárselo, bueno, al menos no con detalles porque... me siento muy frustrada, orillada y juzgada.
Me había quedado en mi sospecha de embarazo, ¿cierto? pues bien, en aquella ocasión me quedé tullida del miedo, no quería saber, algunas otras pocas veces había tenido retrasos y tenía la esperanza de que me bajara, pero pasaban los días y nada de nada.
Obviamente, decirle a mis amigas no era una opción, querrían saber todos los detalles y yo no podía mencionar el nombre de Saotome sin ponerme a llorar, tampoco podía decirle a mi familia, mi padre se pondría como loco, es muy tradicional, y de mis hermanas… Kasumi es igual que papá, o peor, y Nabiki seguro querría matar al susodicho.
Una tarde, me armé de valor considerando que era mi única opción, pero para mi desgracia, justo cuando llegué frente al mostrador de la farmacia, se me revolvió el estómago al ver por el vidrio que cubría la caja registradora el reflejo del mismísimo Saotome; si hubiera visto al diablo me hubiera espantado menos y él lo notó, peor aún me miraba directamente a los ojos a través del vidrio. Ni loca pediría algo como una prueba de embarazo frente a él, así que intentando hacerme la desentendida de él, pedí lo primero que vi, un bote de gomitas vitamínicas, pagué y casi salí corriendo mirando hacia el suelo.
Corrí lo más rápido que dieron mis piernas y me metí en el primer callejón que encontré, me recargué contra la pared y me dejé caer sentándome sobre el pavimento. Mi respiración se volvió agitada, pero no por la carrera, sino por contener el llanto, aún en esta situación, Saotome seguía produciéndome un efecto devastador.
"Akane" Su voz retumbó en mis tímpanos como si la hubiera dicho por un megáfono, solté un grito de sorpresa dando varios tras pies por el suelo, Saotome se inclinó, me tomó del brazo y me levantó de un solo jalón. Se notaba sumamente enojado y por un momento pensé que me reclamaría no haber ido a entrenar, o por haberle dejado la carta con su asistente, o simplemente por existir. "¿Dónde demonios te metiste?" Me reclamó por lo bajo mientras me conducía a su auto, "ese auto", pensé para mis adentros recordando de nuevo aquella noche.
Me abrió la puerta del copiloto y me hizo entrar, cerró, rodeó el carro, entró al lugar del piloto y arrancó. "¿A-a-a dónde me… llevas?" pregunté tenuemente pero no respondió, tras algunos minutos en los que incluso se escuchaban nuestras respiraciones, la de él más ya que parecía un búfalo furioso, llegamos a un mirador, sabía de ese lugar, los alumnos siempre lo mencionaban como el sitio para parejas.
"¿Por qué bloqueaste mi número?" preguntó sin más, "Yo… yo no", intenté negar, "Sé que lo hiciste, tan pronto marco se escucha ese odioso mensaje de que no estás disponible y en la fila de la farmacia te vi usando el aparato así que no es como que te lo hayan robado o lo hayas perdido." Me quedé en silencio y tras algunos segundos no pude aguantar más y me puse a llorar, odiaba llorar… Saotome dejó caer su cabeza contra el volante suspirando, como si se estuviera rindiendo. "Leí tu ridícula carta, así que dejas el equipo, sin más…" Mencionó sin levantarse. "Lo siento… pero yo no soy como tú, yo no puedo seguir por la vida como si lo que pasó no hubiera existido" Reclamé entre hipidos enojada, pensando que le importaba más el maldito torneo (que por cierto ya era en unos días), que lo que yo pudiera sentir al respecto.
Levantó la cabeza y me miró con completa incredulidad, "¿Eso es lo que crees? ¿qué no me importa? ¿Quién demonios fue la que huyó apenas salió el sol? ¡¿Quién demonios fue la que decidió bloquearme sin explicación?! ¡¿Quién es la que me está evitando como la peste?! ¡Yo lo único que estoy tratando de hacer es que actúes con madurez! ¡Si lo que quieres dejar en claro es que lo que pasó entre nosotros te horroriza y prefieres olvidarlo bien! ¡me parece excelente! ¡pero no tienes que arruinar tu carrera solo porque te doy asco!" Soltó sin pausas y yo me quedé petrificada, ¿sería acaso que antes de lanzar ese mensaje en mi buzón ya había intentado llamarme para arreglar las cosas? ¿al final de todo sería que si le importaba yo?
"¿Me llamaste? Antes del mensaje de voz, ¿me llamaste?" Pregunté casi por instinto. "¡Cien mil veces Akane! ¡Tal vez más! ¡¿porque rayos no te llamaría?! ¡Incluso fui a tu casa un par de veces después del martes, pero nunca me recibiste!", me achacó, "¿Fuiste a mi casa? ¿cómo sabes dónde vivo?" Era una pregunta tonta, pero estaba muy abrumada por la información, él solo soltó un chasquido como si fuera lo de menos, "¿A qué hora fuiste?" Terminé por preguntar, "¿Eso importa? Ni siquiera abriste" "¡Porque nunca estoy! No de siete a tres a veces hasta cuatro…" Dejé al aire. "¿De qué hablas? ¿De siete de la mañana a cuatro de la tarde? ¡Yo fui después de las…" intentó discutir, pero yo lo interrumpí, "De siete a cuatro de la mañana." Me miró incrédulo para luego preguntar, "¿pretendes que crea eso?" "Salgo a las siete de mi departamento, mis clases terminan a las dos o tres de la tarde, depende del día, antes estudiaba en la biblioteca hasta las cuatro y tantas para llegar a las cinco a la clase contigo, pero ahora aprovecho el tiempo en estudiar y adelantar mis tareas, no regreso a casa, se pierde mucho tiempo, mi trabajo comienza a las nueve y salgo a las tres, cuatro si hay muchos clientes, más el regreso a casa…" "¿Qué demonios pasa contigo Akane? ¿Quién demonios tiene ese horario? ¿no duermes? ¿por eso estás enferma?" dijo mirando mi frasco de gomitas antes de continuar, "¿en que trabajas? ¿En un bar o algo así? ¿por qué nunca me dijiste? ¿y por qué…" "¡Son muchas preguntas! ¡me estás mareando!"
Saotome se llevó las manos a la cabeza intentando lidiar con las dudas sobre mi vida, yo mientras tanto jugué con el frasco en mis manos mientras respondía, "Yo… tengo ese horario porque no me queda de otra, soy becada, no puedo bajar mi promedio; lo que no paga la beca lo tengo que pagar yo, más mi arrendamiento, comida, servicios, transporte, los gastos del deporte, papá no tiene una buena situación económica, no puede ayudarme, necesito el trabajo y uno nocturno es la mejor opción, no pagan tan mal y me deja libre el día para tener una rutina. No estoy enferma, solo… a veces cansada…" Y era verdad, sin embargo, no estaba lista para decirle que tenía la duda de estar embarazada. "No puedes continuar así, no puedes hacerlo". Declaró antes de abrazarme.
Dios… juro que se sentía extremadamente bien… ¿entonces si le importaba? Antes de que pudiera decir algo más, un auto se estacionó por el lado del piloto, dentro del auto vi a una pareja que reían coquetamente, cuando uno de los dos se dio cuenta de nuestra presencia y me observó fijamente. Yo no conocía a la pareja, pero me veían como si quisieran descubrir algo… intenté esconder mi rostro y le dije a Saotome lo que pasaba, él lanzó una maldición al aire, se separó, encendió el auto y nos fuimos de ahí.
A mitad de camino mi celular comenzó a sonar, era Sayuri y sonaba muy mal al teléfono, no entendía lo que explicaba, pero me pedía que fuera a casa, le pedí disculpas a Saotome, él lo comprendió y se ofreció a ayudar, sin embargo, como no sabía de qué se trataba y como Sayuri era algo exagerada, negué, ambos quedamos a pocas palabras que volveríamos a hablar, me dejó en mi casa y eso fue todo.
Por cierto, la emergencia de Sayuri era un corte en el dedo…
Al siguiente día fui a buscarlo en su horario de clases, lo esperé afuera para evitar encontrarme con Kuonji, pero igual terminé viéndola cuando ella misma salió a paso furioso del auditorio. "¡¿Y ahora tu qué quieres?!" "Yo no… no…" intenté excusar cuando me vio, pero ella completó aún más enojada, "Solo te advierto que si tu objetivo es Ranma, ¡ponte en la fila niña! ¡de la cadena eres el eslabón más débil!"
Me quedé sin saber que significaba mientras la veía marcharse, raro, porque se suponía que debía dejar todo listo antes de que llegara Saotome, ¿o sería que tal vez él ya estaba adentro? ¿quizás habrían peleado? Como no me iba a quedar con la duda ingresé lentamente al lugar, a simple vista no había nadie, y pensé en tomar asiento y esperar, sin embargo, una voz me saludó alegre desde las gradas sobre la entrada. "Hola, ¿estás buscando a mi prometido? Él aun no llega, si quieres puedes esperar o dejar el recado conmigo, con gusto le diré que viniste." La miré desde abajo analizando a la mujer. Su sonrisa perfecta combinaba con todo en ella, una chica alta, espigada, voluptuosa, de pelo largo de un color muy llamativo y una vestimenta impecable, como si acabara de salir de una reunión de negocios.
Mi sangre se paralizó, ¿podía estar hablando de alguien más?, "¿prometido?" pregunté tontamente, "Si, mi prometido Ranma, ¿eres su alumna?" Sus curiosos ojos me miraban con interrogación. Negué fervientemente, "Te ves asustada… Yo soy Shampoo, ¿tú eres…?" no respondí, "¿Te puedo ayudar en algo?" Preguntó de nuevo haciendo ademán de bajar de donde estaba, y yo… obviamente, como buena cobarde, corrí despavorida en lugar de dejarle en claro que su prometido le había puesto los cuernos conmigo, al menos para darle un par de dolores de cabeza al idiota ese.
Los próximos días no fueron mejores, tal vez ya solo eran mis nervios pero sentía que todos me miraban al pasar, comencé a vomitar constantemente y por supuesto, estaba más deprimida que en un principio; a estas alturas por mis síntomas, estaba casi segura que si estaba embarazada, ya no me concentraba en nada, y ahora si me había comenzado a esconder de Saotome, había ido a buscarme varias veces a la biblioteca, también a mi casa casi a las cinco de la mañana e incluso había faltado a mi clase de economía porque lo había visto esperando fuera de mi salón. ¿Qué más quería de mí? ¿Burlarse? ¿Repetir lo que ni siquiera recordaba? Maldición… ojalá recordara…
Entonces, en mi único día libre desde hacía meses, Sayuri llegó a casa gritando mi nombre, ni siquiera preguntó y entró como ráfaga a mi habitación hablándome de cosas que ni le entendía, Asami se unió y tuve que gritar para que se calmaran. "¿Por qué no nos había dicho que estás saliendo con Saotome Ranma?" Me quedé congelada antes de contestar a monosílabos, "¿Qué? ¿De dónde sacaron… eso?"
Asami y Sayuri se miraron entre sí antes de decirme, "Todos lo saben Akane, todos lo comentan en la universidad." Apreté los ojos sin querer creer aquello, como si no fuera suficiente ahora estaba en boca de todos y no de buena manera, ya me imaginaba lo que decían a mis espaldas, no era la primera vez que un escándalo sobre una relación alumna-maestro sonaba por el campus, el profesor siempre terminaba despedido y la chica con la reputación arruinada en el "mejor de los casos".
"¿Qué dicen de mí?" pregunté con miedo, pero tenía que saberlo antes de ir a la escuela "a ciegas". Mis compañeras de departamento volvieron a mirarse, no querían hablar, pero insistí, no solo a que me dijeran la verdad, sino que me la dijeran sin endulzar.
En resumen, todos en la escuela piensan que soy una ofrecida y el calificativo menos ofensivo es golfa, alguien esparció el rumor de que le estuve coqueteando a mi maestro desde hace meses hasta que pude seducirlo; que hay varios testigos que confirman los hechos, desde personas que hablan del "trato especial" que me daba en el club de karate (¡¿Cuál maldito trato especial?!), que varios testigos nos vieron salir juntos de la fiesta de Sayuri (y por cierto pude enterarme que si Saotome estaba ahí esa noche es porque lo había invitado su mejor amigo, que resultó ser el enigmático novio de mi amiga), incluso hay testigos que afirman habernos visto en sitios para parejas y yo supuse que se referían al mirador. Entonces confirmé mis suposiciones, sí me miraban. Seguramente los chismes venían desde hace tiempo esparciéndose poco a poco como veneno.
No tenía idea de que haría respecto a eso…
Así que, sin más, tomé una pequeña maleta, empaqué lo más esencial y me fui al único lugar seguro que conocía, Nerima.
Estuve dos días recluida en la casa familiar, llorando a mares sin saber qué hacer, papá estaba muy preocupado por mí y lo único que se me ocurrió decirle fue que tenía mal de amores, y él, lejos de darme un sermón sobre cómo algunos hombres no valen la pena, solo me abrazó y meció como cuando era niña, haciéndome sentir segura como hace mucho tiempo no sucedía.
El lunes a primera hora tomé el autobús de regreso a Tokyo, en mi trabajo me habían descontado los días faltados, pero como me había reportado enferma no me habían despedido, ahora me sentía más fuerte y si tenía que soportar las miradas de cientos de personas juzgándome, que así fuera, seguiría esforzándome por llegar a mis metas, un idiota como Saotome no me iba a arruinar la vida.
Al entrar al departamento a dejar mis cosas y tomar las de la escuela, como si fuese hecho adrede, comencé a vomitar de nuevo, supongo que aunado a mi "posible condición" también estaba muy nerviosa, aunque me hiciera la fuerte tampoco era de papel, pensé que me recuperaría pronto, pero pasadas las horas me sentía cada vez peor.
Cerca del mediodía, apenas pude levantarme decidida a comprar algo que me ayudara con mis malestares, que ahora no solo eran los vómitos, también tenía un dolor generalizado en el cuerpo y un cansancio descomunal, era imposible que yo me presentara en esas condiciones a la universidad. Casi muriendo llegué a la farmacia más cercana y pensando que, a lo mejor había comido algo en mal estado, pedí un medicamento para tal cosa, al final terminé pagando uno de los varios fármacos que me mostraron por vergüenza a no comprar nada y tuve que regresar a casa con aún menos ánimo, todas las cajas ponían por enfrente el clásico dibujo de "no embarazadas", y sí, estaba aterrada sobre llevar un bebé, pero siendo sincera tampoco haría nada para dañarlo. Estando de vuelta me dejé caer contra la puerta de entrada sin ganas de nada, también me había pasado por la cabeza comprar la bendita prueba de embarazo, pero conocía a la dependienta y ella a su vez conocía más chicos de la universidad, no iba a alimentar de gratis los rumores de mi vida.
No supe si me quedé dormida en esa posición, pero cuando abrí los ojos, fue porque la puerta sonaba sin cesar, asustada me moví por el suelo, no podía ser ningún vecino, la mayoría eran estudiantes y estaban en sus respectivas clases, tampoco un repartidor ni nada por el estilo, no había ordenado nada. De pronto la perilla comenzó a moverse y me asusté aún más, intenté levantarme del suelo, pero solo caí sobre mi trasero ante la debilidad de mis piernas, la agitación del pomo cesó y tras la puerta alguien preguntó, "¿Eres tú?" por poco vomito de nuevo y sobre mí misma, Saotome estaba ahí.
Intenté respirar en silencio, cada segundo me hiperventilaba más, no respondí. La puerta comenzó a moverse de nuevo y tampoco era que tuviera demasiada resistencia, desde que llegué a este lugar debimos de haber cambiado la chapa de la puerta, pero como era un edificio tranquilo y nunca había habido incidentes, nunca lo hicimos.
"Akane..." Llamó cuando abrió la puerta, tan pronto pudo poner un pie dentro, me observó en el suelo con la cara llena de lágrimas y probablemente con una apariencia más deplorable de lo que yo creía tener. "Lo siento, lo siento tanto..." dijo acercándose en el acto, hincándose a mi lado y abrazándome. "Yo me acabo de enterar... no era mi intención meterte en problemas, lo juro, pero te prometo que lo arreglaremos, si es necesario..." lo que sea que fuese a decir se quedó en el aire cuando lo empujé con fuerza. "¡¿Por qué no me dejas en paz?! ¡Estoy cansada, estoy harta de ti!" intenté de nuevo levantarme y ni siquiera pude hacerlo.
"Sé que..." intentó ayudarme, pero lo rechacé. "¡Maldición Akane! Sé que desde el principio no debí enfocarme tanto en ti, no debería haber mostrado preferencia de ningún tipo en el club, no debí buscarte tanto y claro que debí de haberme controlado en la fiesta, ¡pero no pude evitarlo! Lamento que todo est3én hablando de ti, pero te pro…
"Mira, lo hecho está hecho, ya no importa, solo vete... solo vete y déjame tranquila, puedo arreglármelas sola, no necesito nada de ti."
Se levantó del suelo asistiendo en silencio, "La verdad Akane... no sé si te gustaba solo hacerme perder la cabeza, o si solo te pareció divertido jugar conmigo... yo también estoy harto de tu actitud cambiante, un día es si y al otro no, y ya estoy cansado de estar adivinando que rayos quieres... Pero supongo que...
"No te hagas la victima Saotome, no te va..." Le dije y eso pareció enfurecerlo. "Tú eres el que jugaste conmigo todo el tiempo, me tratabas bien y al siguiente instante ya estabas gritándome, me hiciste creer que te importaba y solo eres uno más del montón que juega con las chicas." Le recriminé abrazando mis rodillas y metiendo mi cara en el hueco formado por mi cuerpo. "¡¿De qué demonios hablas?!" "¡¿Por qué no le preguntas a tu prometida!? ¡¿O a tu asistente?! a estas alturas no dudo que también ella esté en tu lista de conquistas." Aseguré, ahora caía en cuenta en las palabras de Kuonji, ella sabía todo, pero la diferencia entre ella y yo es que al menos yo prefería quedarme con mi dignidad.
Se quedó callado, supuse que sorprendido de que yo lo hubiera descubierto, sin embargo, cuando volvió a hablar, no sonaba nervioso o titubeante, era apesumbrado. "No es lo que piensas Akane... Hay una explicación" "No creo, mejor ya vete, tengo que encontrar como lidiar con..." No pude terminar, el impulso de mi estómago fue más fuerte y tuve que cubrirme la boca, Saotome lo notó y de inmediato me cargó hasta el baño, me dejó frente al váter y tuvo la amabilidad de sostener los cabellos que rodeaban mi cara hacia atrás.
Cielos, nunca había sentido tanta vergüenza, y mira que eso era lo de menos, tenía problemas mucho más grandes. De todas maneras, no fue tan grotesco como las escenas de esta mañana, al menos ahora solo había sido bilis lo que expulsé ya que mi estómago estaba vacío.
"¿Qué está pasando Akane?" Habló con una dulzura que casi me hizo llorar de nuevo cuando me ayudaba a llegar al lavabo a enjuagar mi boca. Yo negué repetidas veces, pero él no estaba conforme, me levantó de nuevo y se movió por el lugar hasta que dio con mi habitación. Al dejarme sentada en la cama me tapé el rostro con las manos sin saber que hacer.
"Dime..." Pedí aun con la cara cubierta, me había equivocado, ahora si sería el momento más vergonzoso de mi vida. "¿Hasta... hasta... donde... llegamos...?" Saotome se sentó a mi lado y contestó lo que fue su entendimiento de mi pregunta, probablemente como si fuese una cuestión existencial, "No tenemos por qué ser enemigos... déjame explicarte y si aun así decides que..." "¡No me estás entendiendo!" Lo interrumpí ahora si mirándolo, "¿Hasta dónde llegamos esa noche?"
Saotome me miró confundido antes de contestar, "¿No lo recuerdas?" "No sé... no sé si todo... lo último en mi cabeza fue que... estábamos en tu cama... ¿pasó algo más?", "En la cama pasaron muchas cosas, sé específica" "¡Sabes a lo que me refiero!" "¡No sé, por eso te estoy preguntando! ¿te refieres a los besos? ¿o a lo que pasó entre los besos? ¿o después?" "Después, al final, solo quiero saber si lo hicimos, si llegamos hasta el final, ¡si hay una mínima posibilidad de que yo esté..." me callé de golpe.
Él se mordió los labios y yo no supe cómo interpretar aquello, pensé que me pediría ser aún más clara, pero en su lugar, preguntó... "¿Crees que podrías estar embarazada?" "¡Maldición, solo contesta Saotome! ¡Solo dime si sí o si no!" Intenté levantarme, pero mis piernas me dolían tanto que Saotome tuvo que tomarme de la cintura y no conforme con eso, me sentó en su regazo, como si fuese a regañarme. "No Akane, no llegamos hasta "el final", y no hay posibilidad alguna de que estés embarazada, los dedos no..." "¡cállate no lo digas!" le tapé la boca. él se soltó y agregó, "Y por favor deja de llamarme Saotome, no me gusta." Me acurruqué contra su torso, el alivio que sentía al saber que no había posibilidad alguna de llevar un bebé me hacía quitarme un gran peso de encima, por otro lado, seguí sintiéndome horrible, "Así te llamas." Contesté aferrándome a su camisa, creo que era la primera vez que caía en cuenta de que efectivamente él me llamaba Akane, no Tendo, y desde hace algún tiempo, con razón había tantos rumores.
Por otro lado, no es que hubiese olvidado el asunto de que era un mujeriego, pero en realidad me sentía mal hasta el punto de no poder moverme, y para qué negarlo, un poco aprovechando que esa sería la última vez que lo tuviera así de cerca. "Ranma, de ahora en adelante, solo Ranma". Yo negué con la cabeza y fuera de eso no pude alegar nada más.
Abrí los ojos intentando orientarme, el techo era de un blanco impoluto, era obvio que no estaba en mi cuarto.
"Akane" Su voz preocupada me hizo girar la cabeza un poco, ahí estaba él, ahí seguía Saotome... Ranma... me corrigió mi traidor cerebro, ahora menos que nunca necesitaba sentir cercanía con él.
"¿Cómo llegamos aquí?" Pregunté y el muy aprovechado se hizo espacio a mi lado, pasó su brazo por debajo de mi cabeza y se recostó un poco en la camilla.
Me explicó que le había dado un susto al terminar desmayada en sus brazos, me había llevado al hospital más cercano donde me habían hecho varios estudios mientras estaba inconsciente, más de dos horas para ser exactos, y finalmente, el doctor había confirmado una brucelosis a mi supuesto prometido; porque el "listo" para evitar que lo sacaran del cuarto, había contado como yo no tenía familia en la ciudad, y él y yo estábamos próximos a casarnos.
"No me vayas a contradecir, sino me sacarán de aquí y en menos de dos horas tu padre estará llorando a lado de tu cama." "Tú... ¿cómo sabes que mi papá..." Tragué saliva esperando que no contestara lo que ya suponía. "Le marqué desde tu celular, no sabía si era grave, además necesitaba ciertos datos tuyos para que te atendieran, debía llamarlo. No te preocupes, de todas maneras, le dije que yo lo mantendría informado, intercambiamos números y ahora somos amigos, iremos a jugar golf la semana que viene." Le hice una cara de desagrado ante su broma, pero en general, entendía la amenaza implícita, si lo contradecía y lo sacaban del hospital me acusaría con papá.
Tras dos horas más en las que no hablamos demasiado (porque cerré los ojos como si intentara dormir) me dieron el alta con un motón de medicamentos, una lista con una dieta controlada y cientos de indicaciones para no hacer aumentar mi enfermedad, también me programaron dos citas médicas de revisión.
Todo el tiempo en el que estuve en la camilla Ranma se la pasó a mi lado, acariciando mis cabellos, a veces tocaba mi rostro o mi mano, me hizo sentir acompañada, querida, como si nada malo pasara afuera, casi hasta olvidar que había jugado conmigo, que mi reputación estaba arruinada o que en los siguientes días perdería valiosos días de clases y peor aún, días de trabajo.
Al llegar al edificio me cargó hasta que me dejó de nuevo en la cama a pesar de que ya podía caminar gracias a las medicinas.
"Gracias... por llevarme y eso... yo, te pagaré todo lo que gastaste" Aseguré a sabiendas que la atención médica era gratuita por parte de mi aseguranza estudiantil, mas no los medicamentos que eran de precios exorbitantes. "No me importa el dinero" Aclaró recostándose de nuevo a mi lado, ¡este aprovechado!, quise decir algo, pero no tenía valor, en su lugar solo me giré para darle la espalda y me recorrí un poco dejando de hacer contacto con su cuerpo, "Ya... puedes irte, gracias de nuevo." Esperé a que lo hiciera, pero debí saber que estaba siendo demasiado positiva; él no solo no se fue, sino que se recorrió hasta llegar a mi lado y me abrazó.
"El compromiso con Shampoo no lo elegí yo... fue algo entre mi padre y la abuela de ella, apenas tenía quince y la verdad ni siquiera me importó, no me interesaba nada que no fueran mis entrenamientos y no pensé que esa ridiculez fuera a trascender. A Shampoo le importa el legado de la dinastía a la que pertenece, una larga historia que un día te contaré; yo soy lo que su abuela considera lo mejor y ella cumplirá con lo que le pida la anciana, pero fuera de eso, sé que tiene un amante desde hace varios años con el cual no terminaría ni aunque nosotros nos casáramos"
"¿Y eso es lo que pretendes? ¿Qué yo sea una amante?" Me sentía exhausta, no tenía fuerzas para llorar más. "¡Claro que no! Solo quiero que entiendas el contexto, voy a romper el compromiso con Shampoo formalmente, pero debo esperar hasta año nuevo, la anciana vendrá desde china y se lo haré saber, ya ni siquiera quiero que papá intervenga, quiero que sepa que es mi decisión, que le quede claro que nadie va a controlar mi vida."
Me removí un poco tratando de escapar, pero no me dejó. "¿A cuántas mujeres no las han engatusado con una historia parecida? No Ranma, no me voy a quedar esperando algo que no va a llegar." "Por fin me llamas Ranma y es para reclamarme algo" Suspiró en mi oído. "Te juro que lo haré"
Me senté de tajo en la cama con el ceño fruncido y lo miré. "¿En serio?" Pregunté sarcástica, "Quiero una prueba, ¡una sola prueba de lo que dices!" Estaba segura de que se echaría atrás.
Ranma sacó su teléfono del bolsillo del pantalón, marcó un número para después poner el altavoz, y mientras los "bip" sonaban esperando la contestación, dijo: "Pero atente a las consecuencias de lo que estás pidiendo"
Me quedé sin entender de lo que hablaba hasta que la línea se abrió y la voz de una mujer se oyó, "Vaya que eres desconsiderado Ranma, mira que no llamar en más de un mes a la mujer que te dio la vida." bien... había llamado a su madre, lo miré con confusión. "Lo siento madre, he estado ocupado, pero quiero comunicarte algo. Sabes que la fiesta de fin de año donde se juntan los clanes de peleadores está cerca, la vieja momia estará presente, y quiero que estés enterada que romperé formalmente el compromiso con Shampoo, ve avisándole a papá, no quiero dramas." "¡No me digas! ¡No me digas que por fin vas a entablar una relación con alguien!" La mujer estaba tan emocionada que me hizo abrir los ojos con sorpresa, ¿eso significaba que Ranma no había tenido alguna novia antes de esto?, y más importante, la mujer ni siquiera le había prestado atención a la ruptura en sí, como si el compromiso, como bien había dicho Ranma, no importara, "¿Cómo se llama? ¿cuántos años tiene? ¿es bonita? ¿también se dedica a las artes marciales o a que se dedica? ¡Debes de traerla pronto a casa! ¡Qué tal el próximo fin de semana! ¡Prepararé un festín para celebrar!"
"Mamá, mamá..." intentó interrumpirla, pero ella seguía y seguía. "¡Oh Ranma no sabes cómo me hace feliz que ya vayas a dejar de ser ese obseso de las artes marciales!, hasta me estaba temiendo que fueras a casarte con ellas o que salieras con otro tipo de gustos." "¡Madre!" La amonestó, así que por lo escuchado no pude más que contener una sonrisa, Ranma no había estado antes con nadie, al menos hasta donde su madre sabía. "¡Muero de ganas por conocer a tu prometida!" Dijo por fin y yo solo pude abrir los ojos con estupor. "Oye mamá, tranquilízate un poco." Fue lo único que alegó como si ya estuviera resignado a la fluidez de su madre. "Hablando del festín, te enviaré una lista de ingredientes, acaban de detectarle a Akane brucelosis y no puede comer cualquier cosa, si quieres mantenerla en esta familia más vale que no la enfermes más." "¡Dalo por hecho!" Contestó ella antes de colgar.
Lo miré largamente y él a mí, no sabía si estar feliz porque su madre había confirmado su versión o asustada de lo rápido que iban las cosas, en cualquier caso, él me tomó de los hombros y me hizo regresar a acostarme, esta vez me puso de frente a él, me dijo que seguiríamos hablando mañana, que no me preocupara por nada porque de ahora en adelante el cuidaría de mí, y me pidió que durmiera que buena falta me hacía, que estaría al pendiente por si me sentía mal durante la noche.
Al día siguiente, ¿porque no? para no perder la costumbre de las vergüenzas, sentí algo incómodo en "mi ropa". Salté de la cama sin importarme sentirme mareada mientras Ranma se despertaba y me veía alarmado, pero no le presté atención. Desde ayer me habían informado formalmente que no estaba embarazada, entre los varios estudios que me habían hecho, los valores numéricos no mentían, no había embarazo, y el doctor sugirió que el retraso podía ser por estrés o bien porque con la brucelosis casi no comía y mi cuerpo estaba falto de nutrimentos como para además menstruar.
Sin embargo, ver la prueba con mis propios ojos me hizo suspirar solo de agrado y sonreír.
Me cambié con ropa que tenía en el baño para este tipo de ocasiones, aproveché para lavarme los dientes y salí del lugar, el departamento estaba en silencio lo que significaba que probablemente serían pasadas de las siete y Sayuri y Asami ya se habrían marchado.
Al entrar en la habitación Ranma cargaba con las sábanas de cajón de mi cama (obviamente manchadas) y me quise morir, se había dado cuenta de lo que había pasado. "¿Dónde pongo esto, prometida?" dijo casi riendo.
Las cosas entre los dos aún no están del todo definidas, aún tengo algo de recelo sobre todo viendo como Kuonji lo llama todo el tipo, como le deja mensajes casi seductores y le habla con mucha confianza, sin embargo, él también tiene una versión para ella que dice, podrán también corroborarme sus padres el día de la comida.
No he ido a clases ni tampoco a trabajar, aún me siento muy débil; me preocupa bastante lo que pasará después, sé que ahora mismo todos siguen hablando sobre mí de maneras muy vulgares, Sayuri y Asami hacen lo que pueden para no preocuparme pero yo siempre les pido la verdad, de todas formas, ya no puedo negar nada, aunque no estemos formalmente juntos, muchos han visto a Ranma entrar y salir de mi edificio y de mi departamento a diario.
También me preocupa que ya comenzó el periodo de proyectos y exámenes finales y he perdido al menos cuatro de ocho materias, además estoy casi segura de que perderé las otras cuatro que vienen, solo espero poder recuperarme en extraordinarios sin perder mi beca porque estaría perdida.
Sobre mi trabajo, aunque han entendido que estoy enferma, son días que no me pagan y me da miedo que el dueño termine cansándose de mi ausencia y me despida.
Ha sido difícil y temo que se ponga peor, sé que lidiar con este estrés no me hace bien en mi condición, pero no puedo evitarlo, Ranma dice que debo aprender a relajarme, para él es fácil decirlo, nadie lo señala como a mí y todo porque hace poco, por fin fueron las regionales y aunque yo no estuve presente, en general le fue bien al equipo y de hecho su sección de peleadores expertos clasifico en una copa nacional, así que a la universidad le conviene no meterse con él y tenerlo feliz.
Supongo que no tengo nada más que agregar por ahora, si sucede algo interesante me pondré al corriente.
Akane.
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- ¿Y qué es esto? - Ranma tomó la libreta italiana entre sus manos, estaba ayudando a Akane a empacar, la habían despedido de su trabajo sin derecho a remuneración final y le habían retenido su último salario y ahora no tenía con que pagar el dinero de la renta del mes. La muy tonta le había pedido dinero prestado jurándole que le pagaría cuando encontrara un nuevo trabajo.
Primero por supuesto que la regañó, Akane no había mencionado nada de vivir al día (aunque debió haberlo supuesto), menos aún de las condiciones que le preocupaban de su empleo y era un fastidio que no le tuviera la suficiente confianza para decírselo. Le negó el dinero, en pero, se la llevaría a vivir a su casa con la excusa de cuidar de ella durante su enfermedad, ya después arreglarían cuentas; la joven no pudo objetar mucho, Sayuri, Asami y Yuka había dado el sí por ella, estaban muy preocupadas por la salud de la chica y por su estado mental, y como ellas no podían encargarse de ella más que en los ratos libres, era mejor que Ranma se ocupara.
La familia de Akane aún no sabía nada, pero Saotome ya estaba tejiendo una estrategia, una vez que Akane se instalara en su casa, vería la manera de no dejarla escapar.
Asomó su cabeza por la puerta oyendo como Akane se movía por el baño empacando sus pertenencias de aseo y se dispuso a husmear.
- Será tonta... - Soltó mientras leía los primeros párrafos. Luego lo guardó en el fondo de la caja de sábanas cuando ella apareció en la habitación, en ese apartado la joven no lo buscaría.
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- Perdona las molestias. - Dijo mirando al suelo cuando Ranma abrió la puerta de su departamento, comparado al departamento en el que ella había vivido durante los últimos dos años, este era una mansión.
- Ya te dije que dejes de disculparte, esto no es molestia. Es algo que cualquier prometido haría por su prometida.
- No soy tu prometida. - Le golpeó la espalda cuando él avanzó dentro y ella tuvo que seguirlo, todavía faltaban bastantes cosas que subir desde el auto de Saotome.
- Yo te dije que tendrías que atenerte a las consecuencias, meter a mis padres en esto solo significa hacer las cosas del modo que ellos quieren, tú misma escuchaste a mamá.
- Ya, pero... - Iba a protestar, pero él intervino.
- Mira, esta es tu habitación. - Dijo después de abrir una puerta y dejar dentro la caja que llevaba en las manos. - Pero mientras no te cures, como tengo que estar monitoreándote, te quedarás conmigo… en mi habitación.
- ¿Y qué dijiste? Esta ya cayó, ¡olvídalo! - Negó haciendo burla, de por si a su padre le daría un paro cardiaco cuando supiera que se había mudado con Ranma, al menos así podría mirarlo a la cara defendiendo firmemente que solo eran "compañeros de piso." Ranma bufó antes de decir.
- Como quieras, prometida. – Dijo antes de salir de la habitación para traer más cosas.
Un poco más tarde, Akane terminaba de acomodar sus cosas en el cuarto de invitados, se había empeñado en hacerlo ella misma a sabiendas de que no podía hacer esfuerzos, pero al menos se lo había tomado con calma.
- Oye Ranma, ¿sabes si en el auto hay más cosas? - Ranma dejó de menear la cacerola de la cena.
- No, nada, ¿por qué? - Contestó a propósito. - Prueba esto. -Le acercó a la boca el cucharón. - Creo que le di el punto, nunca había cocinado esto, pero supongo que funciona para tu dieta.
- Está bueno... gracias por preparar comida para mí. - Dijo agradecida, le tomó por sorpresa que el joven se inclinara rápidamente a besarla, era el primer beso que le daba sin estar ebria y prefirió no decir nada o él notaría el color rojo de su cara. - Ranma, no encuentro la caja donde estaban las sábanas. - Le informó a su espalda, él se había puesto a lavar trastes.
- En el closet de la lavandería hay sábanas limpias. - Ranma había quitado a propósito todas las sábanas y cobijas del cuarto de invitados antes de que ella llegara, solo como incentivo de sus planes que hasta ahora estaban truncados.
- Es que ese enredón me lo regaló mi hermana, no quiero perderlo. - Explicó.
- A lo mejor se volcó la caja y todo pudo haberse ido bajo el asiento. Mañana reviso, ¿si? no tengo ganas de bajar ahora, mira que me tomé la tarde libre para ayudarte con la mudanza y cuidarte, prefiero estar aquí arriba y cenar contigo que bajar a buscar eso. - Siguió en lo suyo y Akane no pudo más que tomar las chicas bijas que él le había ofrecido.
.-.-.-.
A la mañana siguiente, sábado, salieron temprano a casa de los padres de Ranma. La mayor parte del viaje Akane la pasó dormida, cuando llegaron, ella comenzó a estrujarse las manos mientras caminaban a la entrada de la casa tradicional.
- ¿No crees que esto es… demasiado…? ¿Qué conozca a tus padres no es muy… intimo? Ni siquiera… tu y yo… - Al final se quedó callada era vergonzoso admitir que no habían aclarado su situación.
- Puede que tengas razón… - Le tomó la mano mirándola a los ojos y ella se perdió en el momento hasta que sintió que algo se deslizaba por su dedo anular.
- ¿Qué… qué es… esto? - Miró sin creerse que llevaba un precioso anillo de compromiso.
- Bueno, mis padres no se conformarán con menos, ya estás aquí, y es parte de las consecuencias que aceptaste. - Se encogió de hombros antes de besar el dorso de la mano femenina.
- Yo… yo no acepté nada…
- Igual viniste, ¿no? - La cuestionó acercándose, inclinándose y besándole los labios. Esta vez el contacto fue largo, con movimiento y hasta un poco sofocante. - Supongo que… - Dio un suspiro de felicidad al recargar su frente en la de ella. - Debí hacer esto desde el principio en lugar de hacerte pasar por el largo entrenamiento riguroso, ¿verdad? - Confesó, no iba a admitir que había leído el diario, pero al menos se redimiría con ella.
- Ehh… - Entre confundida y feliz asistió. - Eras odioso.
- Era la única forma de llamar tu atención. - La tomó de la cintura - Y solo para que lo sepas. - Le plantó otro beso rápido. - Aun quiero que entrenes, quiero que el próximo año entres al torneo nacional femenil de artes mixtas.
- ¿Es en serio? - Sorprendida aferró sus dedos a la tela de la camisa de él. Era demasiado bueno que su ídolo declarara que veía talento verdadero en ella.
- ¡Pero si ya llegaron! - La puerta se abrió de pronto y Nodoka gritó con felicidad, lo primero que vio la mujer fue la espalda se su hijo, luego cuando él se movió pudo distinguir a la chica que lo acompañaba, al instante se quedó callada.
- Mu-mucho gusto en conocerla… mi nombre es Tendo Akane - Dijo Akane verdaderamente nerviosa, Nodoka siguió callada. Apenas iba a hablar cuando Genma salió y vio a la pareja recién llegada.
- ¡Pero si es la chica de la cartera! - Señaló a Akane sin ningún tipo de filtro.
- ¿La chica de la cartera? - Preguntó la chica sin entender.
- ¡Par de entrometidos! - Reclamó pero antes de que pudiera decir algo más Genma continuó y esta vez apropósito para avergonzar a su hijo.
- Lleva tu foto en su cartera desde hace un año. - Confesó. - Pensamos que se habría rendido con esa chica al saber que por fin tenía una novia.
- ¡Ca-callate viejo! - Gritó atestándole un golpe a su padre. Nodoka se adelantó y con ojos llorosos le tomó el rostro a Akane.
- Gracias por darle una oportunidad. Es un buen chico. ¡Y veo que le ha dado ya un anillo! - Celebró tomándola de la mano con la sortija. - ¡Por fin! ¡Por fin nuestro Ranma se casa!
.-.-.-.
- Así que… la chica de la cartera. - Preguntó Akane esa noche cuando vio a su prometido entrar sigilosamente a su alcoba. Nodoka los había acomodado en habitaciones diferentes a pesar de los alegatos de Ranma que se fundamentaban en "Es mi prometida".
Ranma dio un sobre salto, apenas la distinguía en la obscuridad.
- Entrometidos. - Masculló acercándose a la cama.
- Puedo ver la foto.
- No… no tengo la cartera por aquí, tal vez después. - Objetó metiéndose a la cama con ella, que a diferencia de otras veces no le puso peros.
- Al menos dime que foto es, ¿de dónde la sacaste?
- De tu solicitud para entrar al club.
- Ranma, después de hoy, definitivamente quiero ser tu prometida. - Él dio una carjada al aire.
- Claro, después de que toda la tarde mis padres expusieran todos mis secretos… - Ni Genma ni mucho menos Nodoka tenían filtros para describir y contar cosas de su hijo.
- En verdad… ¿soy tu primera novia?
- Sabía que no lo dejarías pasar. - Se quejó. – Si, si, ahora duérmete.
- Antes de mi… ¿hubo alguien… con quien…
- ¡¿Qué clase de pregunta es esa?! – Le recriminó completamente rojo sabiendo a lo que la tonta se refería. - ¿Porqué quiere saber eso?
- Cuando pasó lo de… aquella vez en el auto… luego en tu casa… aunque no recordaba haber llegado hasta el final contigo… la verdad… el único consuelo que tenía… era saber que mi primera vez había sido contigo. - Lo miró con sus ojos brillantes a pesar de la oscuridad, con la tenue luna de esa noche reflejada en sus pupilas antes de besarlo. – Me alegra saber que de alguna forma, estabas esperando por mí.
Se besaron de nuevo esta vez sin detenerse.
.-.-.-.
07 de mayo.
Querido diario.
Han pasado varios meses desde la última vez que escribí algo, perdona pero no fue del todo mi culpa, ¿yo que iba a saber que el idiota de mi prometido te tenía escondido?
Estos meses han sido algo ajetreados, mi enfermedad ha tardado bastante en salir de mi sistema, es algo que ya me había advertido el médico y continuo en evaluación para saber que estoy completamente limpia.
Sobre la escuela, Ranma estuvo hablando conmigo, me dijo que si mi carrera no me gustaba no tenía que regresar a ella, y en honor a la verdad, no sé si lo mencioné antes, pero solo escogí Negocios para poder ayudar en el futuro a mi papá con el dojo, fuera de eso, no era lo que yo quería. Ya me habían quitado la beca después de reprobar por la inasistencia y la falta de presentar mis exámenes y proyectos finales por mi enfermedad, así ni siquiera tenía caso seguir en esa universidad en concreto. En su lugar me matriculé en la misma escuela de donde Ranma se graduó hace dos años y me uní a Enseñanza del deporte.
Por otro lado los rumores que enlodaron mi nombre acabaron cuando Ranma renunció a la universidad, si antes ya había anunciado que se iba para dedicarse completamente a las batallas, ahora con más razón se retiraba, sin embargo, se dio el gusto de dar un discurso público sobre como su prometida se había tenido que involucrar como una alumna más del plantel desde el principio, una mentira denla que nadie dudo ante su solemnidad y que cambiaba las habladurías sobre mí de "una chica fácil que sedujo a su maestro" a "una pobre chica que tardó más de un año en unirse a la clase de karate porque no llenaba las expectativas de su prometido y tuvo que esforzarse el doble que sus compañeros para obtener reconocimiento."
Actualmente no trabajo, Ranma no me lo permite, es muy cuidadoso en cuidar de mí y no le gusta que me sobre esfuerce, la verdad me siento una aprovechada ya que él no solo me cuido estos meses, me dio casa y ahora sustento, sino que también paga mi educación, pero es algo que no puedo cambiar en mi prometido, me tiene demasiado consentida, no me puedo quejar.
Papá obviamente puso el grito en el cielo al saber que estoy viviendo con un hombre, pero se calmó significativamente al saber que Ranma se ocupaba concienzudamente de mí y que tan pronto estuviera sana nos casaríamos.
Ya no sé que más agregar, supongo que eso es todo, y supongo que esta será la última vez que escriba, ya que desde que tengo a Ranma no me falta con quien hablar, a quien contarle mis penas y alegrías, alguien en quien pudo apoyarme sin dudar.
Sin embargo te doy las gracias por ser en estos meses un apoyo para mi, un aliado y un amigo, mi querido diario.
Con amor, Akane.
PD. 02 de junio
Ahora ella es mi esposa.
Atte. Ranma.
FIN
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N/A
Para el 07 de diciembre.
Creo que este formato de primera persona no me agrada tanto como el que uso regularmente pero bueno, una vez al mes, no hace daño xD.
Gracias a todos por su apoyo, en especial a:
1. Benani0125
2. Vero,Guti
3. Akanita de Saotome (x2)
4. Vane
5. Rowenstar,art
6. Arianne Luna
7. Psicggg
8. Juany Nodoka
9. Nita-chan84
10. Gatopicaro831
11. D-Infinity
12. Sandy
13. Akai27
14. Pao Vedder
15. Guest 01
16. Jesse rj
17. Luz
18. Kris de Andromeda
19. Guest 02
20. Lelek An3li
21. Picoro
Ahora si, hasta mañana, de este lado del internet, AkaneMiiya.
