Hola! Muchas gracias por los reviews que me habéis escrito que siempre me animan a continuar. Hay semanas en las que puedo escribir más rápido y otras en las que no, así que paciencia! Aquí os dejo otro cap que espero que os guste.
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FBI: Criminal Investigative Division
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Capítulo 32: "Set y partido"
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Desde que era muy pequeño, a Sasuke siempre le había gustado la competencia. De hecho, no sólo era competer, si no ganar y por eso siempre intentaba aceptar cualquier reto que supusiera un desafío físico o mental. Quizá por esa perseverancia, orgullo y competitividad no era de sorprender que ahora estuviera frente a uno de sus mayores enemigos en un duelo mental.
- ¿Dónde están el resto de tus compañeros? – preguntó el Uchiha, aunque ya conocían parte de esa información gracias al testimonio de Kisame, quien no había tenido ningún reparo en vender a los otros compañeros. Zetsu había volado del país con un alias nuevo y había ayudado a escapar a Yahiko y Konan, quienes seguramente ya estuvieran en alguna ciudad aglomerada lejos de aquí, pero aún no sabían nada de Madara. - ¿Dónde podemos encontrar a tu líder?
- Si de algo estoy seguro es de que Yahiko y Konan estén en algún sitio de América, probablemente Nueva York o Chicago. Siempre les ha gustado hacer dinero en esos sitios – hizo una pausa. – Zetsu seguramente no se llame ni así y esté tranquilamente en una playa caribeña sin importarle un mínimo lo que deja atrás. No es para tenérselo en cuenta, pero sólo estaba en Akatsuki por ganar más dinero – mostró una sonrisa de lado. – Y en cuanto a Madara, bueno, no creo que haya huido, pero no es fácil de encontrar.
- ¿Por qué?
- Conoce mucha gente poderosa que le habrán proporcionado refugio – contestó acomodándose en el asiento. – Es mi turno, Uchiha. ¿Qué relación tienes con Madara Uchiha?
- Ninguna. Sólo tenemos el mismo apellido – contestó bastante seguro de su respuesta, aunque aquella pregunta le había descolocado un poco.
- Qué pena, sabes – chasqueó su lengua bastante desilusionado. – Me hubiera encantado que provinieras de una familia criminal. Así tendríamos más cosas en común – mostró una sonrisa socarrona.
- Tú y yo no somos para nada iguales, Akasuna – aseguró Sasuke con semblante segura. – Siguiente pregunta. ¿Quién os subvenciona?
- Mucha gente lo hace – se encogió de hombros mientras daba aquella respuesta vaga.
- ¿Podrías ser más específico?
- Gente con mucho dinero: empresarios que no quieren competencia, millonarios que quieren protección, políticos que necesitan dar salida a su campaña… - sus ojos se clavaron en los de Sasuke. – Mucha gente.
- ¿Es Shimura Danzo uno de ellos?
- Oh, me parece que eso es otra pregunta, ¿no? Es tu turno de responder, Uchiha – Sasuke apretó los dientes a la vez que Sasori sonreía. - ¿Tienes hermanos?
- Sí.
- ¿Podrías ser más específico? – cuestionó en tono burlón mientras repetía la misma pregunta que él le había hecho minutos antes.
- Uno mayor – Sasuke no cambio su expresión, pero estaba empezando a cuestionarse la estrategia que el pelirrojo estaba usando para entrar en su mente. - ¿Danzo?
- No eres nada divertido, Uchiha – chasqueó su lengua con expresión divertida. – Sí, Danzo es quien nos subvenciona mayormente, aunque creo que ya sabes el por qué.
- Las elecciones – dijo recordando las palabras de su novia.
- Efectivamente, pero tengo la sensación de que esa deducción no la has sacado tú – su mirada se volvió enigmática y por un momento Sasuke pensó que aquel sociópata era capaz de leerle la mente. - ¿Qué tal está Sakura?
Sasuke se tensó totalmente incrédulo porque no creía, no esperaba que aquel personaje tan despreciable hubiera tenido la desfachatez de preguntar por el bienestar de su chica cuando era el principal culpable de todas las desgracias. Una parte de él quería levantarse y propinarle un puñetazo en el ojo que hiciera a juego con su malherida cara, pero había prometido comportarse o de lo contrario, echaría a perder el interrogatorio.
- Te dije que no respondería a preguntas que no son apropiadas, Akasuna, y teniendo en cuenta tus actos de inmorales hacia ella, como comprenderás, Sakura no es tema en esta conversación, ¿entendido?
- Le quitas diversión al juego, pero es justa esa obstinación – volvió a encogerse de hombros a modo desinteresado, gesto que crespó internamente al agente. – Yo no pretendía hacerle daño. Yo la quiero, ¿sabes? – dijo muy seguro con una expresión de locura.
- Tu amor es enfermizo y dañino y por eso ella está como está, Akasuna – dijo entre dientes Sasuke mirando con malicia al chico. Si no podía hacerle daño físico, por lo menos que fuera psicológico. – Y creo que sí que pretendías herirla porque de lo contrario no habrías matado a su padre.
- No me quedó otra opción – dijo rápidamente mientras fruncía el ceño. - ¿Nunca os habéis preguntado el por qué? ¿Por qué hice lo que hice?
- No necesito cuestionarme el hecho de que seas un psicópata enfermizo – respondió apretando una de sus manos en un puño. – Ambos sabemos que entraste en la vida de Sakura y te quedaste en ella para vigilar a su padre, pero algo salió mal, él sabía demasiado y eso suponía un problema en tus planes y decidiste encargarte del problema, ¿no, Akasuna?
- No es del todo cierto – respondió haciendo que el otro hombre lo mirara entre interrogante y confuso. – Yo no decidí matarlo.
- Madara pues.
Oyó como Sasori soltó una risa mientras sus ojos se clavaban de manera divertida sobre el moreno, como si lo que acabara de decir fuera una locura o el mejor chiste que en su vida hubiera escuchado, para momentos más tarde mostrar una sonrisa de superioridad poco agradable a la vista de Sasuke.
- No tenéis ni idea, ¿verdad? ¡Esto sí que es delicioso! – su sonrisa socarrona se amplió y las ganas de partírsela también crecieron en el interior de cierto moreno. – ¿Piensas que maté a Kizashi por gusto propio? ¿Por qué entorpecía nuestros planes? Me ordenaron hacerlo y no fue nadie dentro de Akatsuki.
- ¿Quién fue?
- Oh, querido Uchiha, esa información no te será tan fácil – Sasori se relamió los labios sin perder aquella actitud de superioridad que crispaba al moreno.
- Ya teníamos un acuerdo, Akasuna.
- Pero tú no has querido responder a mi pregunta sobre Sakura, así que yo decido cambiar las reglas.
- ¿Qué quieres? – interrogó entre dientes bastante cansado por esa situación.
- Quiero ver a mi Sakura.
- Ni de coña – gruñó clavando su mirada pura furia en los ojos color café. Estaba verdaderamente demente si se pensaba que le iba a dejar acercarse a su novia. – Estás jodido de la cabeza si piensas que lo voy a permitir. Busca otra cosa, Akasuna.
- Ya la he elegido, Uchiha – se encogió de hombros a la vez que se relajaba en la silla. – Os diré toda la verdad con la condición de ver una última vez a mi bella flor.
- ¿Cómo sé que no mientes y es una estrategia?
- Tengo todas las pruebas en una carpeta en un sitio seguro que sólo te relevaré una vez hayas cumplido con tu parte del acuerdo – aseguró mostrando una sonrisa de lado. - ¿Qué me dices? ¿Juegas?
En ese instante, viendo la mirada desafiante y de orgullo que el criminal mostraba, a Sasuke le hubiera gustado no ser tan competitivo para no tener que aceptar ninguno de los retos ni acuerdos que le proponían. Sin embargo, al pensar en su chica, en todo el sufrimiento que había pasado, no podía evitar estar vacilando ante aquel pacto, por mucho que significara vender su alma. A pesar de que sabía que la decisión era de la propia Sakura, no estaba dispuesto a que ella se acercara a su agresor.
- Mañana tendrás tu respuesta – vio como el Akasuna abría la boca, seguramente para emitir alguna queja. – Yo también sé cambiar las reglas y no seré yo quien decida acceder – mostró una sonrisa de lado. – Hasta luego, Akasuna.
- Espera, no puedes…
- Oh, claro que sí puedo.
Sin decir nada más, Sasuke se acercó hasta la puerta, no sin antes dedicar una última sonrisa de lado y de superioridad antes de abandonar la sala, dejando a un frustrado Sasori dentro con gritos y reclamaciones.
Una vez se encontraba fuera, soltó de un suspiro toda la tensión que llevaba acumulando desde el momento en el que había entrado en el interrogatorio y dio un par de pasos hasta la sala contigua, donde le esperaban expectantes.
- Espero que sea una broma eso de traer a Sakura – dijo su jefe con el ceño fruncido.
- No permitiré que ese tipo se acerque a ella – bufó cruzándose de brazos. – Sakura no está lista para enfrentarse a él.
- ¿Y cómo vamos a conseguir que hable? Esa información es clave para cerrar el caso de Kizashi y seguro que nos sirve para desmontar a Akatsuki.
- Eso es lo que tenemos que pensar ahora – dijo el Uchiha chasqueando la lengua.
- Yo tengo una idea – las palabras del supervisor captaron la atención de los presentes. – No ha especificado que quiera ver a Sakura físicamente, así que haremos una videollamada. Sakura estará segura, en un entorno ajeno y alejada de su agresor y nosotros podemos obtener esa información – explicó con una pequeña sonrisa. - ¿No le gusta jugar? Pues seguiremos su juego.
- ¡Eres un genio, Shikamaru! – felicitó Naruto dando una palmada en la espalda al chico. - ¡Qué bien pensado, 'ttebayoo!
- Haremos eso. Sasuke, ¿puedes hablar con Sakura? – pidió su jefe. – Si ella considera que no puede hacer esto, buscaremos otra forma de obtener esa información sin ella.
- ¿Qué pasa con lo que nos ha dicho de Danzo? ¿Podemos actuar contra él?
- Necesitamos pruebas verídicas y no sólo el testimonio de un criminal – respondió Kakashi. – Si pudiéramos acceder a las cuentas de Akatsuki, a lo mejor nos ayuda a relacionar a Danzo con la banda – sus ojos se posaron en el rubio. – Naruto, ve a visitar a Kisame e interrógale a ver si nos puede decir algo de cómo acceder a esas cuentas. Llévate a Shino contigo – el rubio asintió antes de marcharse. – Shikamaru, es el momento de que llames a Ino para investigar aquel antiguo caso con la NSB sobre el casi atentando del Presidente Sarutobi. Interrogad a Kakuzu, hacedle saber que conocéis información nueva sobre aquel caso para ver si podemos encontrar pruebas directas entre el atentado y Danzo – sus ojos se podaron en el Uchiha. – Y tú, ve a buscar a Sakura y hazme saber una respuesta. Adaptaremos todo a sus condiciones, pero sólo estaré dispuesto a acceder si ella se siente cómoda.
- ¿Qué vas a hacer tú? – preguntó Shikamaru algo curioso.
- Avisar a la Directora Senju para que vigile al Presidente Sarutobi, informarle de todo lo que hemos obtenido y empezar a buscar a Uchiha Madara.
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- Bien, por hoy será suficiente, Sakura-chan – dijo la voz de la doctora. – No es bueno forzarse y menos siendo el primer día – la mujer se levantó de su silla con una sonrisa amable. – Has hecho un trabajo estupendo.
- Gracias, Dra. Yuhi.
- Por favor, llámame Kurenai – la mujer de cabellos largos negros y ojos rojos como el pintalabios que usaba extendió su mano a modo de despedida. – Nos veremos mañana a la misma hora.
- Hasta mañana, Kurenai-san.
Y tras dar un leve apretón a la psicóloga, salió de la sala con una pequeña sonrisa y con una actitud mucho más relajada, como si el cerebro y el cuerpo ya no le pesaran tanto después de haber tenido aquel primer psico-análisis que había durado casi dos horas.
Sacó su móvil con la intención de llamar a Karin para hacerle saber de que había acabado la sesión y de que se iba a casa, pero justo cuando iba a hacerlo, una presencia en la sala de espera le llamó la atención.
- Sasuke-kun – dijo con sorpresa a la vez que se acercaba a él con paso lento. - ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar trabajando?
- Kakashi me dejó el resto del día y he venido a buscarte – respondió antes de darle un suave beso. - ¿O preferías que hubiera venido otra persona?
- Ya sabes que no – ella soltó una risilla. - ¿Ha pasado algo en el trabajo?
- Han pasado muchas cosas, pero prefiero contártelo en casa – entrelazó su mano con la de ella. - ¿Qué tal la primera sesión? ¿Cómo te encuentras?
- Me gusta mucho la Dra. Yuhi. Ha hecho que me sienta mucho más ligera mentalmente.
- Eso es lo importante, cariño. Poco a poco – dijo Sasuke acercando su mano entrelazada a su boca para darle un suave beso en los nudillos.
- Poco a poco – repitió ella.
El camino a casa había sido bastante tranquilo, aunque Sakura podía percibir el nerviosismo de su novio, incluso cuando él intentaba aparentar tranquilidad y serenidad, sabía que en el fondo estaba algo inquieto, como si de una sorpresa se tratara.
- ¿Y bien? – inquirió una vez llegaron a casa y se acomodaron en el sofá. Bueno, más bien ella se sentó mientras su novio daba caminaba nerviosamente por el salón. - ¿Me quieres decir que ha pasado en el trabajo para que estés así de inquieto?
Sasuke clavó sus ojos en los de su chica y tragó duro antes de sentarse a su lado. Siempre había sido bastante bueno en ocultar sus emociones, pero esta vez no podía porque era vulnerable ante aquellos ojos jades.
- El interrogatorio con Sasori fue bastante fructífero – dijo en un tono tranquilo, demasiado para el gusto de la Haruno. – Nos respondió a las preguntas necesarias y nos facilitó información sobre Akatsuki.
- Eso es bueno, ¿no?
- Sí, bueno… - el chico soltó un suspiro. – El problema es que fue parte de un juego. Sólo respondía mis preguntas si yo accedía a contestar a las suyas – Sakura se tensó al intuir que aquello tenía que ver con ella. – Todo iba bien hasta que preguntó por ti.
Cuando su novio dijo eso, era algo que se había esperado porque sabía que su expareja era un sociópata obsesivo que no entendía que hubiera hecho el mal. Es más, estaba seguro de que no consideraba que la hubiera agredido sexualmente porque era una forma de demostrarle lo que siente hacia ella. Otras personas no hubieran llegado a esa conclusión, pero había que recordar que ella era una experta analista capaz de meterse en la mente del criminal y que, sobre todo, era Haruno Sakura, y pocas cosas se le escapaban de sus perspicaces ojos.
- No pareces sorprendida – arrugó el ceño sin apartar la vista de aquella mirada felina.
- No, no lo estoy – sus tono fue algo lento y delicado. – Sé cómo es Sasori y sé cómo piensa un sociópata como él – intentó componer una sonrisa, pero sus músculos faciales no parecían querer colaborar. - ¿Cuál fue tu respuesta?
- Que por supuesto que no – se cruzó de brazos y la chica no pudo evitar sonreír internamente porque sabía que su novio había suavizado sus palabras ante la real respuesta, la cual seguro que tenía un par de insultos.
- ¿Qué pregunta exactamente no quiso contestar para hacerte chantaje?
Aquellas palabras tensaron de nuevo al Uchiha, quien apartó durante unos segundos la mirada de los ojos de la chica para poder soltar un gran suspiro antes de enfrentarse de nuevo a ella.
- Tiene información sobre el caso de tu padre, Sakura – su voz era suave y cautelosa, cómo temiendo que sus palabras fueran a asustarla. – Sabe quien ordenó matarlo y no es nadie dentro de Akatsuki.
No supo exactamente cuánto tiempo estuvo en silencio, con la mirada perdida y analizando la información que acababa de oír, pero sabía que era mucho por la cara de preocupación de su novio. ¿Acaso no había sido Sasori quién había asesinado a su padre? ¿Quién había ordenado su muerte?
A decir verdad, no era la primera vez que se cuestionaba el por qué de aquel fatal asesinato, pero siempre había pensado que tenía que ver con la investigación que su padre había llevado a cabo sobre Akatsuki. Él había descubierto muchas cosas y eso había supuesto su asesinato.
Sin embargo, ahora parecía que había un tercer implicado en todo ese misterio, alguien que había pedido a Sasori que asesinara a Kizashi para que no se revelara más información. ¿Quién podría haber hecho algo así? Pensó, por un momento, en El León, pero pronto descartó la idea cuando analizó que la persona que Sasori protegía debía ser alguien distinto, con poder y con influencia suficiente como para cubrir sus huellas.
- Acepto – dijo en un susurró clavando sus ojos jades en esas orbes negras.
- ¿Qué?
- Necesito esa información para poder cerrar de una vez por todas el caso de mi padre y si esperamos, pronto saldrá en la prensa que tenemos a Sasori y el otro individuo podría aprovechar para huir – hizo una pausa. – Lo haré, ¿vale?
- No tienes por qué hacer esto si no estás preparada, cariño – una de sus manos agarró la de ella mucho más pequeña. – Buscaré otro modo de encontrar al culpable, pero no tienes que enfrentarte a esto. No tan pronto.
Sakura soltó un suspiro a la vez que su mano libre acariciaba la mejilla del moreno de manera delicada y cariñosa.
- No le tengo miedo, Sasuke-kun – aseguró con tanta firmeza que incluso sorprendió al moreno. – ¿Sabes por qué no? Porque si se lo tengo, le estaré dando poder y no quiero que tenga nada de mí – su tono sonó seguro. – Si le dejo, ganará y no lo merece.
- Eres la mujer más fuerte que conozco – confesó el Uchiha totalmente maravillado con la chica que tenía ante sus ojos. – Es una de las razones por las que me enamoré de ti – le dio un casto beso. – Tu asombrosa fuerza interior.
- Gracias, Sasuke-kun – sus labios se volvieron a encontrar, esta vez en un beso un poco más largo. - ¿Cuándo ocurrirá el encuentro?
- Esa es la otra cuestión – dijo Sasuke en un tono algo divertido. – Shikamaru tuvo la genialidad de hacer una videollamada. Así no tendrás que estar en la misma sala que él.
- ¿No irá en contra de sus condiciones?
- Sólo dijo que quería verte, no especificó cómo – su sonrisa de lado apareció haciendo que la chica sonriera ante la gran idea de su vago amigo. - ¿Qué opinas?
- Es perfecto.
- Avisaré al equipo de que has aceptado – se levantó del sofá dejando a la chica ahí sentada. - ¿Te viene bien mañana a las 9?
- Sí, no tengo cita con la Dra. Yuhi hasta las 12.
Y tras asentir, Sasuke desapareció de aquel salón para ponerse en contacto con Kakashi y sus compañeros mientras que Sakura acariciaba la cabeza de Anubis y soltaba un par de respiraciones en un intento de relajarse. No obstante, no tuvo que estar durante mucho tiempo sola porque al cabo de un rato, su novio apareció por la puerta con una pequeña sonrisa y un bote de la mano.
- Es la hora de comer y de la medicación, cariño – ella asintió con intención de levantarse del asiento, mas unas fuertes manos en sus hombros se lo impidieron. – Cocino yo. Tú tómate las pastillas y relájate.
- Pero…
- Sin peros. Es una orden, SA Haruno – dijo él guiñándola un ojo antes de desaparecer por la puerta de la cocina.
Sakura sonrió para luego encogerse de hombros. ¿Quién iba a ser ella para llevarle la contraria?
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No había sido una noche especialmente tranquila y placentera en la residencia Uchiha para ninguno de los inquilinos. Sabían que se estaban jugando mucho, pero sobre todo, Sasuke sabía que su chica iba a pasar por un proceso mental que no era para nada fácil y eso le preocupaba. Le hubiera gustado quedarse con ella durante el interrogatorio, aunque fuera online, pero Kakashi había exigido que fuera el intermediario entre el criminal y la agente.
Para su suerte, no se encontraba sola ya que su rubio amigo, en compañía de Shino, habían venido para ayudar y darle apoyo moral en esa situación tan complicada.
- Ya está todo conectado – habló el ciber-experto interrumpiendo sus pensamientos. – En cuanto Sasuke nos avise, iniciaremos la llamada.
- Gracias, Shino.
- Aún puedes echarte atrás, Sakura-chan – dijo Naruto en la silla de su derecha. – La unidad lo entendería perfectamente.
- Lo sé, Naruto – soltó un suspiro mientras sentía como una mano agarraba fuertemente una de las suyas. – Pero necesito acabar con esto por el bien de mi salud y la de todos.
- Vale, pero a la mínima que diga algo ofensivo, arrancaré los cables y se acabará la conexión, ¿entendido?
- Sí – ella mostró una sonrisa divertida.
- Sasuke está llamando – avisó Shino provocando cierto nerviosismo en la joven. - ¿Estás lista?
- Estaré ahí con Shino si me necesitas – Naruto se levantó no sin antes darle un beso en la cabeza a su amiga. – Suerte, Sakura-chan.
Ella mostró una pequeña sonrisa antes de poner su atención en la pantalla del portátil que tiene delante, donde un símbolo circular dando vueltas se le aparece en una pantalla negra, provocando que la chica suelta un par de respiraciones para controlar tanto sus nervios como sus pulsaciones.
No tiene que esperar mucho cuando esa pantalla negra pasa a una imagen donde rápidamente reconoce a las dos figuras de la cámara: Sasuke y Sasori. Por un momento, está a punto de abandonar la sesión de videollamada, pero recuerda rápidamente que está haciendo esto no sólo por ella, si no por su familia y las de otras muchas víctimas que han sufrido a manos de Akatsuki. Por ello, tras dar una bocanada de aire, activa su cámara y se hace visible ante aquellos dos hombres.
- Gracias por acudir a la llamada, SA Haruno – dijo Sasuke en un tono profesional, aunque su mirada parece mostrar alivio y cariño. – Tal y como lo prometido…
- Esto no es lo que yo había exigido – interrumpió el criminal en un tono molesto.
- Tal y como lo prometido, – continuó de nuevo ignorando al pelirrojo – contarás la información requerida a la SA Haruno. Nada más allá de lo acordado – sus ojos negros se clavaron con dureza en los del criminal. – Si en cualquier momento, la agente se siente incómoda, podrá cortar esta llamada, ¿entendido? – Sasori asintió. – Estaré escuchando todo y entraré dentro de cinco minutos.
El agente dirigió una mirada a su novia antes de salir por la puerta del interrogatorio y dejar solo al individuo que en ese momento miraba con intensidad a la pelirrosa.
- ¿Dónde están los documentos? – pidió Sakura directamente en un tono seguro el cual le sorprendió hasta a ella.
- ¿Ni si quiera me vas a saludar, Sakura-chan?
- Sabes perfectamente que no he accedido a esto para verte, si no para saber la verdad – dijo algo enfadada. - ¿Dónde está la información?
- Siempre te obsesionó tu trabajo…
- Mataste a mi padre – vociferó apretando con fuerza sus manos, tanto que las uñas se le clavaron en la palma, pero aquel dolor en las palmas era pequeño en comparación con el que sentía en su corazón. – Comprenderás que quiera justicia.
- Como le he dicho a tu querido, no fue una orden directa. Yo no quería matar a Kizashi.
- Pero lo hiciste.
- Fue una orden, Sakura – sus ojos se mostraban sinceros, aunque Sakura ya no creía nada de esa persona hasta que no viera las pruebas con sus propios ojos. – Fue una orden directa que no podíamos negar.
- Dime quién lo ordenó – su tono fue entre suplicante y exigente. - ¡Quién!
Hubo una pausa en la que sólo se oía la respiración rápida de la chica ya que Naruto y Shino se habían quedado tan estáticos que parecía que no estaban en esa sala. Estaba enfadada, cabreada, cansada y harta y necesitaba que aquel juego macabro acabara cuanto antes.
- Homura Mitokado – confesó tras unos segundos haciendo que todos se sorprendieran.
- No… estás mintiendo – susurró perpleja. No podía ser que aquel hombre que le había tratado como un padre, aquel que había sido compañero y amigo de su padre durante años fuera el responsable de su muerte. – Mientes.
- ¿Por qué iba a mentir? Sé que voy a ir a la cárcel por todos mis pecados, pero no dejaré que él tampoco pague por los suyos – Sasori se acomodó en la silla. – Tengo pruebas. Están en el apartamento de Deidara. – Sakura escuchó interesada. – En el segundo cajón de su cómoda, hay un fondo falso. Allí encontraréis una carpeta con todo esto y más – el chico soltó un suspiro. – Lo juro. Él ordenó el asesinato de tu padre.
No supo que estaba llorando hasta que sintió las lágrimas nublar su vista. Soltó un sollozo y se llevo una mano al pecho, justo donde su corazón, intentando asimilar aquella traición. ¿Por qué? ¿Por qué Mitokado iba a hacer algo así?
- Lo siento mucho, Sakura – la voz de Sasori interrumpió sus pensamientos. – Sé lo que significa él para ti. Yo…
- Qué él sea el que ordenó el asesinato de mi padre, no te exculpa de ser el responsable – su tono sonaba amenazante y frío. – Tampoco te exime de todos los crímenes que has cometido, ni del hecho de que Sai esté en coma, ni, por supuesto, te exonera de que me violaras y mataras a mi hijo en el proceso – soltó con veneno y rabia haciendo que el criminal palideciera ante esas duras palabras. – Gracias por la información, pero ojalá te pudras en la cárcel.
- Yo…
- Vete al infierno, Sasori.
Y sin decir nada más, Sakura cortó la conversación con la respiración jadeante por la emoción y el sobresalto. No fue capaz de ser consciente de nada a su alrededor hasta que sintió un par de brazos envolverla y la colonia de Naruto inundar sus fosas nasales.
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¿Os ha gustado? ¡Pronto el siguiente!
Un saludo,
SheNdy.
