Romeo y Julieta
Parte 2 Interludio
La última etapa de los Exámenes Chunin había llegado y Naruto se encontraba cara a cara contra Neji. Los representantes del clan Hyuga estaban ahí para ver la batalla del joven Neji que era el prodigio de su clan pero tenían nervios de que Naruto usara el poder concedido del clan.
El rubio recordaba una clara advertencia de su padre sobre ese poder suyo que no debía ser usado en los exámenes ya que el clan Hyuga no se lo tomó bien y podía colarse la información de que el Byakugan podía ser transferido a personas no nacidas en esa familia.
Flashback…
—¡¿Cómo que no puedo usar el Byakugan?! ¡Me va a costar mucho trabajo vencer a ese miserable!—.
—Escucha Naruto, si alguien se entera de ese poder vas a llamar la atención de los demás países, podrías provocar una guerra—.
Aunque Minato tenía razón, había un doble motivo oculto y era que el clan Hyuga no se lo tomó bien esto. Naruto sabía esto por lo que Hinata y su madre le advirtieron.
—Entonces tendré que ganar con otros medios—declaró Naruto pensando en alguna alternativa.
—Naruto, no quiero que ganes esa pelea—le pidió el rubio mayor a su hijo.
—¿Qué?—.
—Naruto, necesitamos que Neji gane el encuentro—.
—¡¿Por qué quieres sabotearme?! ¡Soy tu hijo!—reclamó el chico muy enojado.
—Necesito que te quedes como Genin, así podrás ser seleccionado en misiones más especializadas. No quisiera que tuvieras más responsabilidades de las que ya tienes—.
Naruto se veía decepcionado de la decisión de su padre ya que eso significaba que realmente no creía en él y sus deseos. Sabía que era solo un niño y que él quisiera protegerlo pero eso ya no era algo que fuera amor, sino que rayaba en ofrecerlo como moneda de cambio a las aldeas.
—Si tú y mamá no creen en mi, entonces esto significa que voy a trazar mi propio camino—le respondió el chico a su padre.
—Naruto, hago esto por tu bien—.
—No, lo haces por complacer a los demás sin pensar en mi. No está mal darlo todo por la aldea, pero esto es demasiado. La señora Hanamei tenía razón, tu y mamá aman más su posición que a su familia y amigos—declaró Naruto viendo con una cara de decepción pura a Minato.
—Naruto…—.
—Te voy a demostrar que no solo estás equivocado sobre mi, sino que eres un idiota—se fue Naruto de su oficina.
Flashback fin…
Esto ya era personal para el chico y no usaría ese poder que se le fue concedido para demostrarle a todo el mundo que tenía más cosas a su disposición, lo que le recordó un detalle importante. Naruto cerró los ojos y podía ver al zorro demonio en su interior parado detrás de esas rejas.
—¿Al fin me vas a entregar tu alma, niño?—.
—No, pero quisiera que me cedieras algo de ti poder—.
—¿Por qué haría eso?—preguntó la bestia.
—Porque estamos juntos en esto, mis padres te sellaron en contra de mi voluntad. Además, ¿No fuiste creado por el hermano del hombre de la Luna?—dijo el rubio muy sonriente.
—Esa mujer sabe bastante de mi origen, que triste que una Hyuga sepa más que los descendientes del viejo sabio. ¿Para que quieres mi poder? No prestaré mi poder a cosas tan banales—.
—¿No quieres demostrarle a mi madre que tú y yo somos mejor equipo juntos?—le intentó convencer el chico picando el orgullo a la bestia.
—Lo único que quiero es ser libre, no quiero involucrarme contigo en lo absoluto—.
—Vamos, solo por esta ocasión—.
—Nunca va a ser solo una ocasión, niño. Al final siempre vas a depender de mi, y así seré libre por fin. Estás jugando con fuerzas que no puedes controlar—le advirtió el zorro.
—¡Pero tú si! ¡Ya tengo suficiente con mis padres controlándome, al menos ayúdame un poco!—.
—Tsk, eres un niño molesto. Esta bien, solo por esta ocasión, quiero ver la cara que pondrán esos dos idiotas cuando vean que puedes usar un poco de mi poder—aceptó Kurama solo por orgullo.
Neji se preparaba para combatir y se hallaba confiado porque le llegó el rumor de que Naruto no usaría ese poder regalado. Al parecer el chisme en el clan se corrió y Neji se hallaba preocupado por lo que vio en esa pelea, pero si fue condicionado en esta pelea se demostraría que sin ese poder solo era un perdedor.
—¿Crees poder vencerme sin el poder superior del clan Hyuga? Tu destino será caer en esta arena—.
Kushina estaba muy preocupada y empezó a mirar feo a Minato porque justamente de esto era lo que menos quería.
—Con solo unas cadenas de Diamantina podría ganar. No, nunca se las enseñé o unas puertas torii. Demonios, que es lo que hice—pensó Kushina muy nerviosa de que su actitud había llevado a este situación y la orden de Minato era ilógica con tan de complacer a las masas.
—Hanamei te lo dijo y no escuchaste, ahora al pobre Naruto le van a dar una paliza—se oyó a Mikoto llegar a su asiento.
—Mikoto—.
—Aunque Hanamei siempre ha sido una rarita, siempre tiene razón, duele admitirlo—comentó la Uchiha.
Mikoto recordó que ellas dos hablaron del tema por una casualidad del destino y es que era tremendamente absurdo lo que Minato quería.
—Yo no sé tú, pero esto llegó lejos. Hanamei tenía razón cuando dijo que el Golpe de Estado era absurdo sin el apoyo popular de la gente—.
—Crei que habían aceptado los términos de Minato—volteó a ver Kushina en shock.
—No ha cambiado nada las cosas en la aldea, Minato no ha cumplido con su parte del trato y estamos impacientes. Si Fugaku no ha hecho algo malo aún es porque Hanamei nos dijo algo que podría beneficiarnos como clan—.
—¿Qué cosa?—.
—Naruto—.
—¿Qué tiene que ver mi hijo con todo esto?—.
—Es muy sencillo, tu hijo va a cambiar el mundo. Las estrellas se están alineando—.
—¡¿No me digas que crees en esas cosas?!—.
—No solo creo en eso, ya están sucediendo los cambios—.
Mientras tanto, Naruto fue directo a dónde estaba Neji y comenzó una batalla de Taijutsu donde el Hyuga era muy superior, pero el rubio mantuvo la distancia porque era muy rápido para él.
—Es cierto, mi versión del Puño Suave es muy inferior a la tuya. Pero no es todo lo que tengo. ¡Jutsu Multiclones de Sombra!—.
El rubio hizo aparecer muchos clones y todos empezaron a pelear contra Neji pero ninguno era efectivo. Era inútil atacar con este método ya que Neji tenía un Taijutsu muy superior, pero el Uzumaki ganaba conocimiento sin que el Hyuga se percatara ya que era un efecto secundario.
—¿Crees que con eso me vas a ganar?—decía Neji muy engreído.
Naruto sonreía y Neji comenzó a sentir algo extraño en su cuerpo, como cierto cosquilleo. Cuando se dio cuenta con el Byakugan, habían unos Narutos muy pequeños en cuerpo y estos parecían burlarse de él.
—¡Tonto!—le decía estos miniclones en un tono burlón.
En ese momento, los clones explotaron como balas explosivas de viento y Neji sintió como varios golpes muy fuertes en las áreas de impacto.
—Estilo de viento: Mini Clones de Sombra, ¿verdad que son útiles?—sonrió el Uzumaki muy travieso.
Hinata se rio un poco porque recordaba esos mini clones y eran algo inventado de aquel intento fallido por defenderla cuando eran niños. Por su parte, Minato que miraba todo desde su palco miró esto muy preocupado porque Naruto creó una variante del Jutsu Clones de Sombra pequeño, siendo útil para espionaje y sabotaje, con un porcentaje de daño extra.
—Eso no me va a detener de acabar contigo—declaró Neji aún confiado en sus habilidades.
—Tengo mucho más que eso—.
Naruto hizo dos clones de sombra más y empezó a hacer un jutsu especial con el que todos se quedaron muy sorprendidos al verlo.
—Eso es…—balbuceó Kushina al reconocerlo.
Minato notó una gran diferencia porque ese Rasengan tenía unas aspas giratorias, además de que era blanco.
—Imposible, él logró combinar el viento en su Rasengan—dijo este sin creer su hazaña.
Hanamei observaba todo con el Byakugan y sonrió porque el niño se las arregló para completar el jutsu especial que Minato se robó todos los créditos. La mujer miró a Hinata y notaba que no se hallaba sorprendida, a lo que entendió que ella lo había visto.
La peliazul miraba ese poder especial y recordó como es que ella fue participe de eso, ya que Naruto nunca iba a dominar tan rápido ese jutsu. Jiraiya le había encomendado esa técnica para hacerle perder su tiempo, pero no esperaba la presencia de la Hyuga en el entrenamiento.
Flashback…
Jiraiya no estaba nada feliz de que la peliazul haya llegado al lugar y los dejó solos porque quizás sería la excusa perfecta para entorpecer el progreso del rubio sin echarle la culpa. Sin embargo, la niña resultó ser bastante inteligente para su sorpresa.
—Es un jutsu bastante complejo, me recuerda mucho a las bases del Puño Suave. No tienes tanto control para hacerlo solo—comentó la chica dando su opinión.
—¿Qué me aconsejas?—.
—Usar clones, pero primero lo hagamos juntos. Tengo una idea de que hacer, quizás podamos terminar hoy el jutsu—.
—¿Tú crees?—preguntó Naruto impresionado
—Si lo hago sola, me tardaría unos días, pero contigo esto va a ser más rápido. Si tienes alguna duda, házmelo saber—.
Naruto asintió y el Sanin miró horrorizado como es que la chica y el rubio completaban en tiempo récord el Rasengan. No lo podrían hacer por separado sin duda pero juntos todo era más sencillo y lo mejor de todo es que para la tarde ya tenían preparado el jutsu.
—¡Al fin terminamos el jutsu!—celebró el chico.
Hinata probaba si ella podía hacerlo sola pero era bastante complejo por ser su primera vez y solo le salió un mini Rasengan ya que no dominaba ese poder.
—Demonios, no me sale del todo_—aventó Hinata el jutsu y este se desvaneció para después impactar en el árbol.
—¿Cómo hiciste eso? ¡El Rasengan no se puede arrojar, ya lo probamos así y no funciona así!—exclamó Naruto en shock.
—No lo sé, deja volver a probar—.
Hinata volvió a hacer ese mini Rasengan y Naruto hizo el suyo con clones, pero la chica notó que si existía una diferencia fuera del tamaño.
—Oh, creo que agregué algo de rayo por accidente a mi Rasengan. Por eso tiene ese efecto—declaró Hinata seria.
—¡Espera, lograste agregar el rayo al Rasengan! ¡¿Cómo es que lo hiciste?!—dijo Jiraiya saliendo de los arbustos.
—¡¿Estuvo aquí todo el tiempo?!—reclamó Naruto furioso.
—¡Eso no importa! ¡Niña, dime qué fue lo que hiciste! ¡Lo que acabas de hacer es algo que he buscado hacer desde hace años!—.
—Eh, fue un accidente. Solo agregué en pequeñas cantidades algo de rayo cuando formaba el Rasengan—explicó la chica.
—¡Niña del demonio, dime cómo le hiciste! ¡Haré lo que quieras!—.
—¿Lo que quiera?—.
Flashback fin…
Neji miró con el Byakugan que el poder tenía muchas cuchillas de viento y si lo recibía, podía ser asesinado, por lo que este esperó a que el ataque impactara, pero antes de eso generó una rotación.
—¿Qué? Así que si tenía esa técnica—maldijo Naruto el tener que lidiar con ese poder.
Hanamei miró que su sobrino engreído había aprendido por su cuenta una técnica de la rama principal y alzó la ceja porque su credo del destino se contradecía bastante. ¿Acaso buscaba salir de su destino dictado? Que hipócrita.
—Admito que si tu ataque me hubiera dado, sería peligroso para mí. Déjame informarte que no tendrás tanta suerte está vez—.
El chico se colocó en posición de ataque y Naruto lo reconoció como las 64 palmas de los Hyuga. Este las recibió de lleno y parecía que el combate estaba totalmente decidido.
—Esto se acabó, nunca tuviste oportunidad contra mía. Tu destino ya estaba decidido desde antes de esta pelea—declaró el ninja engreído.
—Crei que esa técnica era de la rama principal. No se supone que ese poder no te pertenece, eres un doble moral, hijo de perra hipócrita—se levantó Naruto con dolor en todo el cuerpo.
—Eso no te interesa, no eres un Hyuga. Eso solo demuestra que a pesar de todo soy superior—se excusaba Neji.
Si algo odiaba más Naruto que otra cosa eran los hipócritas y ya sabía bastante de antemano el trasfondo de la historia de Neji, pero eso no le importaba en lo más mínimo ya que su actitud era el reflejo de lo que no debía ser.
—Lo que más me enferma de todo es que pregones con esa actitud estúpida de superioridad del destino. ¡Eres el primero en romper su propio credo! Lo peor de todo es que culpas de todo a Hinata cuando ella es la que menos ha tenido que ver en todo—.
—¡Yo no tengo la culpa de que ella sea débil y haya nacido en cuna de todo! ¡No se merece nada de lo que ha recibido de la rama principal como beneficios!—alegó Neji ignorando la realidad.
—¡¿Cuáles beneficios?! ¡Los Hyuga solo la ven como alguien peor que basura! ¡Ella es mucho más fuerte de lo que todos piensan, la he visto trabajar más duro que nadie! ¡Ella no se h rendido en cambiar a su clan a pesar de que parezca imposible! ¡Eso es digno de admirar y pienso ayudarla en su sueño!—.
—Ese es un sueño imposible como toda posibilidad de que me ganes, tu destino ya está decidido—.
Todos veían que iba a hacer Naruto en este momento y para ellos el encuentro ya se había terminado. Naruto estuvo a punto de sacar su carta de triunfo pero antes de eso, Hinata se levantó de su asiento para darle ánimos al rubio.
—¡Naruto, no te des por vencido! ¡Yo creo en ti! ¡Demuestra a todos que puedes ganar!—exclamó Hinata para la sorpresa de todos.
Hanamei sonrió porque su hija se estaba volviendo más atrevida y Hiashi parecía algo molesto por esto, pero no dijo algo sobre el tema. Kushina no le gustó para nada eso ya que sentía que ella era mucho más peligrosa que Hanamei, algo en su interior le decía que ella se estaba convirtiendo en la mujer más importante para su hijo.
—Vaya, vaya, quién diría que la hija de Hanamei es tan buena amiga de Naruto, o quizás…—comentó Mikoto pero fue interrumpida.
—¡No te atrevas a terminar la frase! ¡Todas menos ella!—le dijo Kushina con ese miedo latente.
Naruto sonreía porque Hinata jamás perdería las esperanzas en él y su orgullo como hombre se alimentaba de eso. No le importaba nada más en ese momento más que esas palabras de apoyo, aunque de todos modos estaba seguro de su victoria.
—Entrometida—murmuró Neji irritado.
Este notó que Naruto hacía un sello de mano y no sabía que el rubio estaba preparando su carta de triunfo. En ese momento, un siniestro chakra rojo cubrió a Naruto por completo y el Byakugan miró que esta energía tomaba la figura de un monstruo horrible.
—¡¿Qué es este chakra rojo?!—.
—Mocoso ingenuo, el que va a perder eres tú—se oyó a Naruto con una voz muy grave y monstruosa.
—¿Esa voz es el…?—se levantó Kushina aterrada.
—El zorro se apoderó de Naruto—dijo Minato estando a punto de parar el encuentro.
—¡¿Qué es lo que pasa?!—exclamó el Hyuga aterrado.
—Soy el Zorro de las Nueve Colas, el monstruo que atacó la aldea hace varios años. Cometiste un grave error al enfrentar a mi contenedor, lamentablemente para ti nos hicimos amigos y mi poder superior está surgiendo ahora en el niño. Prepárate para sufrir las consecuencias de tu arrogancia—se oía al zorro en las gradas.
Todos los aldeanos estaban aterrados porque era la misma sensación de hace tantos años que calaba en sus huesos, pero luego de eso Naruto volvió en si.
—¡Gracias, te debo una!—exclamó Naruto feliz.
Una cola de poder había salido del chico, suficiente para ganarle al Hyuga por mucho y la arena se rodeaba de ese chakra siniestro.
—Pudo controlar ese chakra—balbuceó Kushina en shock.
—Vaya, eso sí no me la esperaba. Hanamei tenía razón de que Naruto es una caja de sorpresas—admitió Mikoto estar sorprendida.
El rubio fue tras el Hyuga y apenas podía seguir con su velocidad. Su Puño Suave era inútil contra el rubio e incluso llegaba a quemar su mano. Sus movimientos se volvieron más fuertes y rápidos, además de sus reflejos habían aumentado.
—¡Si no me doy prisa, me va a matar!—pensó Neji alarmado.
Esto se había salido de control y Naruto ya tenía ganada la batalla. Neji estaba recibiendo la paliza de su vida solo a punta de Taijutsu, esto no era una batalla de ninjas, sino la defensa de la dignidad de una doncella debido a que este era el karma de años y años de desprecio a Hinata.
—Este encuentro se terminó—declaró Hanamei y Hiashi la veía con resignación.
—Madre, ¿Por qué apoyas a ese muchacho más que a Neji?—preguntó Hanabi muy confundida.
—Porque me cae bien—alegó su madre para la molestia de la chica.
Neji estaba a punto de caer desfallecido y Naruto perdió el chakra que le dio el zorro, pero ya no había forma de que él perdiera.
—Maldito, hiciste trampa. Usaste un poder que no te pertenece—dijo el Hyuga muy furioso y siendo un mal perdedor.
—Tú comenzaste primero, no solo eres un cretino, sino que eres el primero en romper sus propios ideales cuando te conviene—.
—¡No voy a perder esta pelea!—.
Neji estaba colérico y no se había dado cuenta que en el suelo Naruto dejó unas marcas especiales que se revelaron con un sello de mano.
—¡jJutsu de invocación!—.
En ese momento, un sapo pequeño rojo anaranjado cayó desde el aire a Neji y el peso lo hizo perder el equilibrio.
—Auch, al fin puedo luchar—.
—¿Ese es un sapo?—miró Hanamei que al parecer el rubio firmó contrato con los sapos famosos de Jiraiya.
En ese instante, el Hyuga se quitó de encima al sapo pero este disparó bastante aceite al sujeto dejándolo todo engrasado.
—Que asco—.
Luego de eso, Naruto sacó un encendedor que le robó a Jiraiya en un descuido y se lo arrojó a Neji que empezó a prender fuego.
—¡Aaaaaaaah!—gritó este por el ardor de las quemaduras.
—Este encuentro se terminó, no sé hacer jutsus de agua, así que apaguen a Neji—declaró el rubio.
—El ganador del encuentro es Naruto Uzumaki—determinó el árbitro.
El fuego que tenía Neji fue apagado y tenía varias quemaduras de segundo grado, pero apenas eran graves de no ser porque usó lo último de su chakra para proteger su piel como pudo.
—Perdí, perdí por un truco barato. Yo que soy un genio, no puede ser—pensó el Hyuga todo desmoralizado y sin ánimos de nada.
Hanamei sonrió ante el resultado del encuentro y Hiashi sabía en el fondo que Neji si necesitaba este golpe de realidad, a lo que miró a su esposa.
—Voy a hablar con él de ese tema—le dijo el castaño serio a la peliazul.
—Ya era hora, finalmente recuperaste las pelotas—alegó Hanamei que rodó los ojos ante ese asunto.
—Madre, ese lenguaje es vulgar—dijo Hanabi espantada.
—Lo sé, pero en esta ocasión si lo amerita. Tu padre debió hacer esto hace años—.
Hiashi se fue pensando que quizás su esposa decía la verdad y además notó ese resentimiento en su voz. Todo esto fue por complacer al clan y sacrificar a su familia sin pensar en el daño que les provocaba, siendo muy similar a la situación de Naruto y la razón de la simpatía de ella al niño.
