Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
~I. Sorpresa. ~
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Senku contempló a su alrededor con expresión perpleja, al caos ordenado y orquestado que reinaba en lo que hasta entonces fue una de las bodegas del complejo científico, el que por cierto, ahora servía como salón de fiestas improvisado.
—Pudiste al menos haberme avisado, Leona. —Ishigami se volvió hacia su esposa y le envió una rápida mirada de falso reproche mezclado con diversión.
Pero a pesar de sus palabras, Kohaku pudo notar la ligera metamorfosis en él. Los labios de Senku estaban relajados en una ligera sonrisa de medio lado, sus hombros caídos en señal de que estaba cómodo y tranquilo, y sus ojos que por lo general eran filosos y burlones parecían divertidos. Era como si hubiera realineado su cuerpo y sus expresiones junto a sus emociones para aceptar la situación: una fiesta de cumpleaños sorpresa.
Una fiesta que obviamente habían organizado Gen y Ryusui como en cada ocasión o cuando se presentaba cualquier excusa para llevar a cabo alguna celebración. Aunque claro, en ese momento al menos uno de los "anfitriones" no se encontraba presente.
—Si te hubiera avisado, seguramente te hubieras encerrado en tu laboratorio o te habrías ido con Gen, Xeno y Why-man a Estados Unidos a esa conferencia —Kohaku intuyó que esa era una certera posibilidad ya que Senku parecía reacio a las exageradas celebraciones que ese par solía organizar cada año en sus cumpleaños—. Gen me dijo que estarían aquí en media hora más, Francois irá por él y Xeno al aeropuerto para traerlos al complejo.
—Claro… como si ese murciélago fuese a perder una de estas cosas —Senku puso los ojos en blanco al recordar cada celebración en la que Gen fue el involucrado directo y organizador. El asunto de "celebrar" por cualquier logro o acontecimiento iba muy en serio al parecer—. Como sea, quedémonos sólo un rato más y después volvamos a casa… por cierto ¿Dónde están mi padre y el cachorro?
Senku miró más allá de la multitud de conocidos que se encontraban bebiendo y comiendo del banquete que Francois había preparado para la ocasión, pero ciertamente no encontró a ninguno de los dos en la periferia. ¿Dónde rayos se metieron?, se preguntó. La última vez que vió a su padre cerca fue cuando estaba charlando con Kaseki… y de su hijo ni hablar, el mocoso no se separaba del viejo así que deberían estar juntos.
—Tu padre está charlando con Yuzuriha en una de las mesas, y Byakuya está con Touma y Raiden junto a la mesa de bocadillos. —informó Kohaku, quien ya tenía localizados a su hijo y su suegro dentro de la multitud.
—No cabe duda de que tienes una excelente vista. —aunque él ya lo sabía y era una de las cualidades que admiraba de ella.
—¡Ja! quizá la mejor —Kohaku se jactó con falsa altanería, aunque en el fondo sabía que su excelente visión era producto de años de práctica y atención al detalle—. Así que tampoco creas que podrás escaparte de mí alguna vez, es imposible que te pierda de vista Senku, siempre estás frente a mis ojos. —en un acto reflejo, se acercó a él para tomar su mano entre las suyas y apretarla. Un gesto tan íntimo entre ambos que reservaban para cuando estaban en público y no podían demostrar más afecto del necesario.
Sintió la mano de Senku estrechar la suya y entrelazar sus dedos, sus miradas entonces se conectaron en ese momento y el tiempo pareció detenerse. Solos, en aquel rincón mientras sus amigos y conocidos eran ajenos a su mundo.
—¿Cómo te atreves? —una voz cuestionó a su lado haciendo a Senku y Kohaku volverse en la dirección del dueño de dicha voz.
Senku reconoció a uno de sus colegas extranjeros, un científico de mediana edad que trabajaba en el área de prueba de motores y nuevos materiales.
—Nos has visto la cara todo este tiempo Dr. Ishigami —los ojos del hombre eran gélidos y amenazantes—. ¡Tú y esa cosa no han hecho más que vernos la cara durante años! —esta vez levantó la voz, llamando así la atención de los presentes.
Los invitados comenzaron a aglomerarse a su alrededor con miradas y murmullos interrogantes.
—¿De qué rayos está hablando, Dr. Volkov? —Senku pudo reconocer en la voz del hombre ruso lo que parecía ser odio y desesperación.
Grigory Volkov, uno de los científicos despetrificados para el proyecto de la máquina del tiempo y que posteriormente se unió al equipo de la misión de la base lunar, el hombre que en apariencia parecía sereno y muy serio, era un ex cosmonauta de la Mir (la estación espacial rusa que sentó las primeras bases de las investigaciones fuera del planeta). Un veterano que no dudó en unirse al equipo.
—Deja de fingir, Ishigami —ladró de nuevo, esta vez acercándose sólo un paso más a Senku—. ¿Creíste que nunca nos enteraríamos del engaño de esa cosa? —Grigory emitió una risa nerviosa que nada tenía que ver con humor, más bien parecía una risa lastimera y hueca—. Y todos ustedes lo sabían… —siseó.
En ese momento el hombre se volvió hacia los presentes y reconoció que en su mayoría eran los amigos cercanos de Senku, miró a cada uno con certera acusación y desprecio.
—¿De qué está hablando Grigory? —Ryusui fue el primero en intervenir al ver el estado del hombre—. Lo que sea que esté molestándolo podemos hablarlo civilizadamente afuera… —mientras soltaba esas palabras, Nanami también le indicó con la mirada a Taiju (quien para el caso se encontraba más cerca del científico) que lo inmovilizara antes de que tuviera la oportunidad de hacer cualquier cosa.
Por desgracia Volkov pareció darse cuenta de ese pequeño y sutil intercambio de miradas entre Ryusui y Taiju, entonces, antes de que siquiera Taiju pudiera dar un paso hacia él, desenfundó su arma y apuntó directamente hacia la cabeza del grandulón.
—Ni siquiera lo intentes Oki —siseó y sin dejar de apuntar hacia Taiju, se dirigió a Senku—. Y si alguien intenta algo más, no sólo le voy a disparar sino que también voy a volar este maldito complejo. —su tono no guardó ni una pizca de duda sobre su amenaza.
—¿Una bomba? —Chrome le recriminó, intentando dar un paso hacia él pero desistiendo cuando el dedo de Grigory se movió lo suficiente para comenzar a presionar el gatillo—. ¿Qué es lo que te sucede? Has trabajado durante años en nuestro equipo… en el proyecto, incluso nos diste algunas ideas para el mejoramiento de los cohetes.
Y era verdad, por años Volkov fue parte importante dentro del equipo terciario del proyecto ¿Por qué estaba haciendo eso?
—Si, he trabajado por años en este caprichoso proyecto… en cada una de esas estúpidas y fantasiosas ideas ¿Y todo para qué? Para descubrir que todo este tiempo he sido engañado y he sido un peón más en los retorcidos planes del que mandó a este mundo a la ruina. —replicó el hombre mientras su enojo iba en aumento—. ¿Por qué? ¿Cómo pueden confiar tan ciegamente en esa cosa? Nos petrificó por cientos de años y nos ha engañado… les ha lavado el cerebro con la idea y la promesa de un progreso que sólo está en los libros de ciencia ficción ¿No lo ven? ¡Sólo está usándolos para su propio beneficio!
Senku escuchó atentamente cada palabra llegando a la conclusión de lo que estaba sucediendo.
—kukuku, podríamos decir que esto es una especie de relación simbiótica con Why-man, Dr. Volkov —Senku chasqueó la lengua y sonrió al hombre con una expresión de seguridad, dejándole en claro que estaba equivocado—. No hay mentira en ello, mire todo lo que hemos logrado tan sólo en este par de años… algo que en nuestro siglo aún con toda la tecnología disponible a nuestro alcance todavía parecía fantasía y ficción.
Aquel comentario no hizo más que fastidiar aún más al hombre, su mirada oscura se encontró con la de Senku, preguntándole en silencio si es que acaso estaba hablando en serio.
—De todos, tú eres el más ciego en todo esto, Ishigami… no eres más que el títere de esa cosa ¿No lo entiendes? —el hecho de que Ishigami defendiera a capa y espada a la Medusa no era una novedad, pero para Grigory ya era el colmo—. Ese mensaje de tu padre en aquel entonces, no fue más que un absurdo engaño ¿No es así? Una treta que Why-man llevó a cabo para darnos una ridícula esperanza y que nos uniéramos y siguiéramos adelante con la máquina del tiempo. Y aún sabiendo eso, no dijiste nada porque de hacerlo sabías que abandonaríamos este absurdo proyecto.
Senku admitió que en palabras de su colega, la noción parecía egoísta y desesperada. Pero lejos de esa conclusión, la verdad fue que no consideró necesario sacar a la luz esa inhumana treta de Why-man o al menos ni siquiera venía al caso cuando la prueba irrefutable del éxito de ese proyecto se encontraba con ellos.
—El mensaje tal vez fue una mentira, pero el hecho de que encontráramos la estatua de mi padre en la isla del tesoro es la prueba de nuestro logro en el futuro.
Grigory miró a Byakuya Ishigami, el anciano de 84 años que se encontraba a sólo un par de metros de él y que protegía cautelosamente al niño que reconoció como el hijo de su colega. Sí, quizá en eso Ishigami tenía razón, pues en contra de todo pronóstico habían encontrado al anciano petrificado en la susodicha isla donde su equipo aterrizó. Aún así, los detalles sobre dicho suceso siempre permanecieron en el aire con la excusa y la mentira de un segundo mensaje con las coordenadas de la isla.
Otra vil mentira.
Volkov había escuchado del mismo Why-man la aberrante realidad cuando sin querer éste y Senku rememoraban a manera de broma sobre el suceso días atrás. Para ellos quizá no representó más que un momento insignificante del pasado, pero en su caso fue diferente ¿Qué otra cosa podrían estar ocultando? ¿Cuáles eran los planes reales? Bueno, esa era su misión después de todo. Porque Grigory Volkov no era solamente un científico más dentro del equipo sino también un espía del grupo opositor del nuevo mundo que rechazaba la alianza con el causante de la desgracia mundial y la decadencia de la civilización.
Un grupo que se negaba principalmente a los ideales de Senku y quería restaurar el viejo orden mundial.
—Un logro cuya base son las mentiras. Nos estás ocultando cosas Ishigami ¿No es verdad? Hay algo que aún no nos has dicho…
Por supuesto, el secreto de la "inmortalidad"... que la medusa era una especie de santo grial. Y era por este tipo de situaciones que Senku se negó a revelar la noticia y les pidió a Tsukasa y Chrome que guardaran recelosamente el secreto.
—kukuku ¿Ocultando cosas? —Senku prácticamente se mofó.
—¡No nos trates como a unos idiotas! —Grigory vociferó como si aquello fuera la maldición de su existencia.
Y entonces, perdiendo la paciencia, Volkov giró rápidamente el brazo hacia Senku para apuntarlo con el arma. En ese instante Kohaku se interpuso entre el arma y el cuerpo de Senku sin dudar un segundo, empujando a su esposo justo detrás de ella para protegerlo.
—Tira el arma ahora mismo. —la guerrera aguzó la mirada en el hombre al lanzar la advertencia, totalmente lista para saltar sobre él si intentaba algo contra Senku.
—¿Qué demonios haces Kohaku? apártate. —Susurró Senku, intentando hacer a un lado a su esposa pero sin éxito alguno debido a la abismal diferencia de fuerza entre ambos.
Con una mirada sobre el hombro ella le dejó en claro que no se apartaría.
—No lo haré… no hasta que me deshaga de una vez por todas de Ishigami, y recibirás el mismo destino que tu esposo si no te apartas. —su mirada no demostró duda alguna sino más bien una fiera determinación a cumplir con su objetivo.
Entonces antes de que Kohaku pudiera hacer algo, Grigory apuntó la pistola y apretó el gatillo,y un inmenso estruendo resonó en el ambiente mezclado con chillidos y jadeos de sorpresa y horror.
—¡Kohaku!
—¡Mamá!
El cuerpo de Kohaku se desplomó sobre Senku, la sangre manando de su cabeza y bajando por su rostro comenzó a manchar las manos y la ropa del científico. Sus ojos lo miraron directamente a él, totalmente apagados y carentes de esa chispa de vida… y eso bastó para quebrar el semblante imperturbable de Senku y reemplazarlo con miedo, desesperación y dolor.
—Kohaku… Kohaku… ¡Kohaku! —lentamente cayó al suelo con ella, sacudiéndola con desesperación pero Kohaku no respondió a ningún llamado.
Grigory emitió un lastimero chillido de dolor cuando Hyoga atravesó su mano con una de las cuchillas que siempre llevaba consigo. El arma cayó al suelo justo al lado de Senku mientras Tsukasa, Taiju y Mozu inmovilizaron al culpable.
—¡Suéltame! Mi mamá… ¡Tengo que ir con mamá! —el chiquillo gritó con desesperación desde la multitud.
En medio de la conmoción Senku lo escuchó y al mirarlo encontró a Kinro, Matsukaze, a su padre e incluso Yuzuriha sosteniéndolo mientras trataba de zafarse y correr hacia Kohaku. En ese instante no pudo más que apretar a Kohaku entre sus brazos y levantar una de sus manos para observar la mancha de sangre que cubría su piel.
—¡Maldición, Kohaku! ¿Por qué demonios lo hiciste? —estaba en el suelo, sosteniendo con todas sus fuerzas el cuerpo inerte de su esposa mientras un par de lágrimas caían sobre el rostro de la guerrera.
La herida en su cabeza seguía sangrando profusamente y Senku comprobó que no tenía pulso o al menos era muy débil… ella iba a… Kohaku estaba… ¡No! Senku se negó a aceptar aquello, todavía quedaba una esperanza.
Why-man.
Gen y Xeno se llevaron a la medusa a una de las conferencias pero se suponía que estarían ahí en cualquier momento. Entonces, en un acto desesperado Senku trató de cargar el cuerpo de Kohaku para salir de ahí y llegar a la entrada principal del complejo e interceptar a Gen y Xeno. La petrificación era la única opción para salvar a Kohaku y definitivamente él no la dejaría morir, no iba a perderla.
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N/A:
No sé de dónde salió esta idea pero me gusta, aunque puede que algunas cosas me las saque de la manga por el bien de la trama uwu
En fin, disculpen los errores de ortografía o redacción que esto pueda tener :3
Hasta la próxima n.n
