Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
Aomine llama por su nombre de pila a Sakurai, ¿Con qué derecho? Se preguntaba Wakamatsu.
En Japón la amistad se mide dependiendo del grado de respeto y admiración de la persona en cuestión. Dejando de lado el cariño y amor que se le tenga a la persona, eso no le brindara el apoyo laboral y profesional que el japonés promedio busca en sus círculos sociales.
Un poco frío, sí, pero la filosofía japonesa es interesante de estudio y admiración.
Entre los jóvenes nipones la situación era la misma solo que esta se basaba en la popularidad que obtendrías si te hacías cercano a alguna persona de interés común para el mundo estudiantil del que hablemos.
Los chicos eran selectivos para hacer amistades. Si les servías te escogían, si no te ignoraban.
Así de simple.
Wakamatsu Kosuke eran de los pocos chicos que les interesaba más tus habilidades que el beneficio que podría obtener de ti al permanecer a tu lado. Era objetivo y decidido pero distraído en ocasiones.
Un fiel y buen amigo como compañero.
Respetuoso y educado. Siempre manteniendo su distancia contigo y tus cosas. Sencillamente porque a él también le costaba tratar con nuevas personas y volverse cercanas a ellas.
Había límites que él no estaba dispuesto a romper aún en su segundo año de preparatoria.
Si, él tenía un trato con las personas como a él le gustaría que lo tratarán.
Entonces llego el infierno en el paraíso. Su paraíso personal.
-¡Oi Ryou!- el rubio escupió sobre la cara de su capitán el agua que tenía en la boca al oír a su compañero de equipo llamar así a SU amigo.
¡¿Qué demonios le pasa a Aomine?!
-No grite Aomine-san- pidió el castaño al lado del moreno. Dio un suspiro cansado al ser ahora su cabeza la recargadera del moreno -¿para qué me buscaba? Iba a entrenar con Wakamatsu-san ahora- explico Ryou viendo a su compañero de equipo.
Aomine soltó algo parecido a un gruñido molesto. Aquello llamo la atención del rubio que aún se estaba disculpando con Imayoshi y al castaño que le veía confundido por el actuar de su compañero.
¿Qué es? ¿Un perro? Pensó Kosuke acercándose al castaño. Aomine se estaba tomando demasiadas libertades con Ryou. Libertades que el aún no se tomaba con su amigo castaño.
-Ya te he dicho que me llames Daiki, Dai~ki- separo las silabas de su nombre para hacer énfasis a la petición que le ha hecho al castaño desde que lo conoció el primer día en Toó -además, ya no tienes que entrenar con el idiota de Wakamatsu. Yo ya estoy aquí, creo que te serviré mejor que ese- acoto separando su brazo de la cabeza del castaño y ahora rodeaba con el mismo el cuello de Sakurai y lo atraía a su pecho para vergüenza del bajito.
-Repite eso infeliz- respondió Kosuke con el ceño fruncido -además ¿por qué te tomas tantas libertades con él para llamarlo por su nombre de pila? ¿Eh?- quiso una respuesta de Aomine.
¿Qué intensiones tenía con su amigo?
-Eso es simple- respondió Aomine aun con el rostro del castaño en su pecho. Apretó su agarre para vergüenza del honguito y pena de este quien estaba aspirando el aroma varonil del moreno -eso es porque me agrada Ryou y quiero ir enserio con él en el futuro. Tú sabes a lo que me refiero ¿no? Digo, no por nada no te le despegas todo el maldito entrenamiento- el rubio trago duro al verse descubierto, aquello molesto al moreno -¿lo ves? La diferencia es que yo no me voy por las ramas y voy directo al punto y a lo que quiero ¿entendiste?- luego de eso se llevó consigo al castaño quien con dificultad le seguía el paso a Aomine.
Wakamatsu chasqueo la lengua.
Aquello era la guerra.
