TERROR DE ORO

TRADUCCIÓN

Historia original por Lirenel


Después del terrible error que habían cometido, casi resucitando a la Bruja Blanca, Caspian se sentía menos preparado que nunca para ser uno de los líderes narnianos. Antes, sólo se había dedicado a revolcarse de rabia y culpar al Gran Rey por actuar con tanta arrogancia. La decepción y la amargura se mezclaron cuando Peter lo "puso en su lugar", y parecía odiar al telmarino a cada respiro que daba.

Luego vino la Jadis, y el príncipe había sido seducido por su encantamiento, y también Peter, ambos miembros de la realiza cayeron en la tentación. No fue hasta que se trizó el hielo, mirando el rostro furioso del Rey Edmund, que Caspian recordó que el mayor no era el único Rey que había regresado de los viejos tiempos. Edmund había seguido tan silenciosamente el ejemplo de su hermano que casi había olvidado que existía. Hasta que el muchacho, muchos años más joven que él, había destruido a la Bruja, mirándolos con ojos furiosos y sabios, siendo un rey mucho más noble de lo que Peter o él habían sido hasta entonces.

Tal vez por eso Caspian observaba ahora al rey más joven durante el consejo de guerra. Edmund se había encargado rápidamente de redactar el desafío de combate tal como Peter lo dictaba, intercalando sugerencias sobre la marcha.

Caspian se dio cuenta. Ellos ya lo habían hecho antes, reyes hermanos que desafiaban a feroces oponentes con la facilidad que dan los años. Al verlos como niños, olvidó que no lo eran en realidad, o al menos no siempre lo habían sido. Una vez habían sido dos reyes adultos con galas reales y coronas majestuosas, planeando batallas y duelos, gobernando Narnia como el Justo y el Magnífico.

La frase "dos reyes, dos coronas, de plata y oro las coronas" susurró en la memoria de Caspian, pero éste se limitó a sacudir la cabeza, ignorando la rima cantarina mientras observaba a Peter y Edmund trabajar.

—¿Quién dialogará con Miraz, señores?

Todos los ojos se volvieron hacia Glenstorm, que había hecho la pregunta. El príncipe frunció el ceño, no había pensado en quién iría al campamento telmarino a entregar el desafío.

—Me temo que mi tío no respetará a un embajador que no sea… humano—lo que los dejaba exactamente con cinco personas que podían ir, y Caspian no tenía idea de cuál sería la elección adecuada.

Edmund sí, aparentemente.

—Bueno, debo ir yo por supuesto.

Caspian parpadeó cuando el rostro del sumo monarca perdió todo color. Había miedo en aquellos ojos azules, un terror que él nunca había visto en ellos, ni siquiera entrando en combate, ni siquiera cuando estaban perdiendo la batalla.

—Ed…

El rey más joven enarcó una ceja mirando a su hermano.

—¿Enviarás a Susan o a Lucy?—preguntó—Obviamente tú no puedes ir, eres el retador. Y no podemos enviar a Caspian al peligro.

Eso sobresaltó al príncipe telmarino.

—¿Qué? ¿Por qué no?

El joven rey le dirigió una mirada irónica.

—El punto de este combate y la probable batalla subsiguiente—comenzó a explicar—la razón por la que Aslan muy de seguro nos trajo aquí, es para ponerte en el trono de Narnia. No puedes hacer eso si estás muerto.

Caspian se quedó mirando, oyendo lo que Edmund decía y viendo la mirada culpable del Gran Rey. No importaba que Peter hubiese asumido el liderazgo del ejército, no importaba que el sumo monarca no hubiese pensado en la voluntad de Aslan, todo este tiempo el Rey justo había estado luchando para él, para ponerlo en el trono, no para quedárselo él mismo. Esto lo sorprendió tanto, que casi no se percató que le pidió a Glenstorm y al Gigante Wimbleweather que lo acompañaran, para intimidar a los Telmarinos.

Mientras la planificación continuaba, Caspian intentaba descifrar el enigma de las palabras del rey Ed, pero lo distraía el comportamiento de sus hermanos. El rostro de Peter había recuperado muy poco de su color, y sus ojos parecían oscurecerse cada vez que alguien mencionaba la embajada de los telmarinos. Pudo haber pensado que sólo estaba canalizando su ira por la invasión a Narnia, ira contra su pueblo en general. Pero recordó el miedo en sus ojos, vio la cara de las Reinas y se dio cuenta de que pasaba algo más, algo que los cuatro soberanos ocultaban al resto del consejo. Susan tenía los ojos llenos de preocupación y miraba a sus dos hermanos como si quisiera abrazarlos y no perderlos de vista. Lucy, la reina Valiente, se mordía el labio inferior y… Caspian se dio cuenta que la joven estaba agarrando el mango de su cuchillo hasta que los nudillos se le pusieron blancos.

Sí, definitivamente estaba pasando algo más y no tenía ni idea de qué podía ser.

Si Caspian pensaba que los cuatro soberanos actuaban de forma extraña en el consejo, verlos despedirse de Edmund confirmó sus sospechas. Peter había revoloteado alrededor de su hermano todo el tiempo que el rey más joven se ponía la armadura y la túnica, con el rostro aún blanco y preocupado. Los dos hablaron en susurros bajos que no pudo distinguir, pero aún podía oír la ansiedad en la voz de Peter y el consuelo en la de Edmund. No parecía que el rey más joven lograra calmar a su hermano. En un momento dado, cuando el Justo estaba dando los últimos toques a su atuendo de soldado, Peter se negó a darle el anillo de sello del menor, lo que dio lugar a una confusa discusión.

—Peter, dame mi anillo—el menor suspiró.

—No.

—Pete, es mi anillo.

—No.

—Es un símbolo de mi autoridad como Rey de Narnia. Necesito tenerlo conmigo—pero Peter apretó la mandíbula obstinadamente.

—Ten el mío—ofreció

—¡No soy el Gran Rey!

Esto había continuado durante un rato hasta que Peter entregó a regañadientes el anillo que Edmund colocó en su dedo meñique izquierdo. Y entonces el mayor se lo quitó otra vez y lo puso esta vez en su mano derecha con una mirada pálida. Cuando Edmund estuvo a punto de irse, Caspian se sorprendió de que el Gran Rey no hubiese cancelado todo e insistido en entregar el desafío él mismo. En cambio, se limitó a abrazar a su hermano con fuerza, aunque por un momento pensó que no lo soltaría.

Entonces llegó el turno de las Reinas de despedirse. Susan abrazó con fuerza a su hermano mientras le decía que se cuidara, acariciándole el pelo en un gesto maternal que a Caspian le recordó a su querida enfermera, en cambio Lucy estuvo a punto de lanzarse sobre el chico, haciéndolo caer de espaldas hacia atrás chocando con él. Así fue como el Telmarino escuchó los susurros de la pequeña.

—Vuelve sano y salvo, Edmund.

—Siempre lo hago.

Caspian creyó oír que Lucy contenía un sollozo.

—No siempre. Y si pasa algo, no detendré a Peter. Sólo tú podrías—agregó.

Caspian no escuchó más mientras Glenstorm pasaba a su lado, diciéndoles a los cuatro que sólo esperaban la partida del Rey Edmund. Así que se quedó de pie con el Gran Rey y las dos Reinas, y observó a los tres narnianos salir de la tumba de Aslan hacia la incertidumbre del campamento telmarino. El joven Edmund estaba derecho y erguido, su porte era el de un rey, aun sin su corona de plata que se había perdido en el tiempo. Entonces le vino a la mente la rima, "plata perdida se mantiene fuerte, plata del bien y del mal imponente", otro cántico que ignoró mientras observaba a los tres soberanos restantes.

En cuanto perdió de vista a su hermano, Peter dio media vuelta y se alejó del grupo.

—Yo haré el primer turno—Susan puso la mano en el hombro de Lucy—Él te necesitará más después—terminó antes de darse la vuelta para seguir a toda prisa a su hermano.

Lucy dedicó una última mirada a la puerta por donde salió Edmund, antes de salir prácticamente corriendo por los túneles. A Caspian no le resultó difícil adivinar que se dirigía a la sala de la Mesa de Piedra; la reina más joven parecía encontrar en aquella habitación un consuelo que a muchos les producía temor.


Hola! tengo una nueva traducción, como siempre debo advertir que si no se entiende bien, lo lamento mucho.

Primero que todo, la autora explica al principio que piensa que la historia de narnia además de estar en libros, también está en canciones, así al estilo juegos para niños o canciones de cuna. Lo cual tiene mucho sentido para mí xd

Y no se preocupen que solo es el primer cap.

Disfruten por favor!