Aquí Saint Ninja 11 reportándose.

Esta vez este OS es una petición de un amigo mío por lo que lo importante es que lo disfrute.

En Saint Seiya hubo varios personajes los cuales prometieron mucho y al final no mostraron lo deseado, siendo esto de los llamados vendehúmos.

Veremos qué pasaría si muchos de estos personajes se reunieran, ¿Qué dirían? ¿De qué se excusarían? Ahí lo veremos.

Antes que nada, quiero decir que si son fans de algunos de los personajes que saldrán, no busco ofender ni nada, simplemente es algo que se debe tomar con humor.

Sin más, comencemos…

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En un bar muy concurrido de la ciudad de Rodorio, este estaba recién abriendo para recibir a los clientes, aunque lo que el bartender no sabía, es que esa noche sería inolvidable.

- Bienvenidos – el encargado miró justo a las dos personas que entraban, siendo estos Jabu de Unicornio y Dohko de Libra.

- Deme una cerveza, pero de las grandes – el viejo pedía.

- A mí una normal, no quiero beber mucho.

- Salen dos cervezas – el bartender fue a sacar las cervezas.

- Joder, realmente siento que no he podido despegar mi verdadero poder – el rubio golpeó un poco la mesa.

- Apenas eres un Caballero de Bronce, además de que no has entrenado lo suficiente para estar al lado de los otros de Bronce.

- ¡Pero siempre me tienen cuidando el Santuario! ¿Cómo mierda quiere que me haga fuerte? – el Unicornio reclamó mientras parecía que quería llorar.

- Da igual, de suerte uno Dorado.

- ¡Pero si usted no hizo nada! Solo se la pasaba sentada en la cascada dejando que los de Bronce hicieran todo.

- Tenía una misión que cumplir.

- Misión que nadie ha hecho en la historia – en ese momento, otra persona entró y para sorpresa de ambos atenienses, era justo alguien que fue considerado enemigo.

- Me dijeron que este bar era bueno y que sirven buenas cervezas y… - justo este miró a los dos Caballeros delante de él – no me jodan.

- Radamanthys – justo era el juez del Inframundo el cual estaba por hacer algo, pero el encargado trajo las cervezas de los dos Caballeros.

- Aquí tienen, y bien frías – este miró al juez – ¿Qué vas a pedir muchacho?

- Como sea, tráigame un whisky, pero del fuerte.

- Le traeré uno que lo dejaré como en el Inframundo – el juez se sentó al lado de los Caballeros.

- ¿Y qué haces aquí?

- Vengo a tomar algo, al final de todo, nadie me impedirá entrar aquí.

- Tal vez no, pero al menos no decepcioné como juez – Jabu decía a lo que Radamanthys frunció el ceño fuertemente.

- ¿Oh sí? Al menos yo si tuve relevancia en mi saga.

- ¡Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuh! – Dohko decía.

- Aquí tiene su cerveza – el bartender le dio su bebida a Radamanthys el cual al probarla, quedó fascinado.

- Por esta cerveza no destruiré este sitio, tráeme otra – en ese momento, otras personas entraron siendo estos los Caballeros de Acero, Orfeo de Lira, Atlas de Carina y Docrates quienes también venían a lo mismo.

- ¿Qué demonios haces aquí Radamanthys? – Orfeo preguntó al rubio.

- Lo mismo podría decirte a ti.

- Vaya, miren a quienes tenemos aquí, a los caballeros que no tienen armaduras y que solo sirvieron una vez y no salieron porque eran más inútiles que la letra G en Gnomo – Jabu reía mirando al trio de guerreros de acero.

- Uy, lamento que nosotros hayamos sido menos relevantes que el Caballero de Unicornio que no hizo nada en la saga de Hades – de nuevo todo el mundo se burló de Jabu.

- ¿Por qué todos se la traen contra mí?

- ¿Y estos quiénes son? Nunca los había visto, es más, desde que salí hasta que dejé de aparecer había escuchado de estos 3 – Docrates exclamó.

- Soy Daichi de la Armadura terrestre.

- Soy Sho de la Armadura Celeste.

- Y yo soy Ushio de la Armadura Marina.

- Ni en mi vida escuché de esas armaduras – Dohko decía – y eso que tengo casi 300 años.

- Al menos fuimos de ayuda, no como otros que solo se la pasaron en el Inframundo – ahora las miradas fueron hacia Orfeo.

- Yo estuve ahí por mi amada, además, al menos soy un Caballero oficial y no una copia barata.

- Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuh.

- Parece idiotas peleándose por eso – Docrates dijo, aunque las risas abundaron en el recinto – ¡¿de qué carajos se ríen?!

- De nada Señor huyo de la policía.

- Jajajajajajajajaja.

- Hasta en el Inframundo llegó esa noticia y siempre era un cagadero de risa – el juez de Wyvern decía entre risas.

- ¿Se ríen de mí? ¿Y qué dicen de él? – el gigante señaló a Atlas – a este lo mataron de forma bien estúpida, además de que tuvo a los de Bronce para matarlos y no lo hizo.

- Me ganaron de la nada – exclamó el tipo, aunque igual se llevó risas.

Cuando menos acordaron, todos estaban reunidos en la mesa del bar tomando cervezas, aunque lo que no se esperaban, es que aparecieran dos personas más las cuales llamarían mucho su atención.

- Aquí es donde los humanos se vienen a reunir para emborracharse.

- Espero que no comiences con tus cosas ya que venimos a tomar algo – por la puerta del bar, ingresaron los dos dioses que intentaron apoderarse de la Tierra: Hades y Poseidón.

- Señor Hades.

- Poseidón.

- Lo que faltaba, tenemos más personas aquí.

- ¿Qué hacen dos dioses en este lugar? – el Dorado preguntó.

- A tomar, dicen que aquí sirvan buenas cervezas.

- ¿Por qué todo el mundo viene aquí? – susurró Jabu.

- Oye, a mi dame una cerveza mega grande.

- A mí solo leche, es lo que único que quiero – los demás vieron raro al Rey del Inframundo.

- No mames Hades, ¿en serio solo eso beberás?

- ¿Cuál es el problema pues?

- Esto es un bar, no una puta tienda de bebés.

- Una mega cerveza y un vaso de leche para los señores – el bartender fue a traer su pedido.

- No veía al señor Hades tomar leche desde aquella vez en la que tomó junto conmigo, Minos y Aiacos.

- Parece que hay guerreros aquí que prometían, pero no fueron nada – el emperador de los mares exclamó.

- Pues no creo que debería hablar de ese modo – uno de los Caballeros de Acero dijo – después de todo, solo estaba resentido porque a su humano, Julián, la señorita Saori lo rechazó.

- Me vale 4 carnavales de berenjena pelada esa tipa, al final de todo, pude haber ganado la guerra de no ser por el traidor de Dragón Marino.

- Típico de ti Poseidón, nunca pudiste pensar con la cabeza, solo eras de "lancémonos al ataque sin miedo, perras".

- No quiero oír eso de ti – Poseidón miró con enfado a su hermano – es más, ¿Quién era el que no salía por temor a que le golpearan el cuerpo?

- Uuuuuuuuuuuuuuuuh.

- Aquí tienen sus bebidas – los dos dioses tomaron sus bebidas.

- Esta cerveza está deliciosa, dame otra.

- Y a mí dame más leche – los demás miraron a Hades con una sonrisa maligna – me refiero a la bebida.

- No te conocía esas mañitas Hades.

- Una palabra más y los envío al Cocytos.

A medida que pasaba el tiempo y las cervezas así como las bebidas alcohólicas, además de la mezclada de alcohol a la leche de Hades en donde todo se puso tenso.

- ¡Yo al menos si hice algo en la batalla! – exclamó Orfeo mirando a los demás.

- Tocando tu puta lira cualquiera.

- Al menos no huyo de la policía aun sabiendo que yo soy más fuerte que ellos – Docrates se molestó por ese comentario.

- Ya verán pedazos de hojalata – el gigante reclamó a los Caballeros de Acero – es más, nadie se acuerda de ustedes, apuesto que solo porque dijeron sus nombres las personas se habrán acordado de ustedes.

- Retráctate de lo que dijiste, ¡yo fui un fuerte Caballero de Bronce! – Jabu, Dohko y Atlas se peleaban entre sí.

- No lo haré, al final solo te ponías como un perro para que Athena te montara como su caballito.

- Que pelea de tontos.

- Lo dice el Caballero de Libra, aquel que le salieron hemorroides del culo por estar solo sentado.

- ¡Al menos yo fui de utilidad!

- Si tu armadura solo servía para usar las armas de Libra, por eso la gente prefiere tu versión de The Lost Canvas.

- Sí el Unicornio de ese universo es mejor que tú por mucho, ¿Cuántos de aquí no aman a Yako de Unicornio? – Radamanthys se metió a la pelea.

- Lo mismos que aman más a tu versión de ese universo que a ti.

- ¡¿Qué has dicho?!

- ¡Al menos a mí no me venció Athena por el mandato de Atenas! – ahora eran los dos dioses quienes se peleaban.

- Uy lo siento Hades, pero al menos a mí no me ganan siempre cada 200 años y sigo de necio para querer derrotar a Athena.

- ¡Tú haces lo mismo!

- Pero cada 2500 años para no estar jodiéndome la cabeza.

- ¡Eres un huevón!

- ¡Y tu un maricón!

- Discúlpate conmigo.

- Oblígame perro – ambos dioses se lanzaron a pelearse ahí mismo, eso fue el detonante para que los demás comenzaran a pelearse a los golpes.

Las botellas volaban por el sitio, todos empleaban sus cosmos para golpearse, así como llaves de lucha libre, todo era válido en esa batalla.

Pero la persona que no soportó que estuvieran peleándose era el bartender.

- Ya sacaron boleto – el tipo sacó un shinaí como lo hacía Tatsumi, pero este se veía más aterrador.

- ¿Acaso osas tú levantar esa cosa contra un dios? ¿Sabes quién soy yo?

- ¿Y tú sabes quién soy? Es más, todos ustedes ¿saben quién soy yo?

- ¿Quién eres tú?

- Ya me conocerán – sin más, el tipo saltó hacia todos los guerreros y los dos dioses quienes no se esperarían eso.

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Minutos después…

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- ¿Qué carajo fue lo que pasó aquí? – Seiya decía mirando cómo es que todos los sujetos que estuvieron en el bar eran llevados en patrullas, además de ir malheridos.

- Maldito humano… espera que mueras… solo espera – Hades decía siendo ingresado a una ambulancia, Poseidón iba inconsciente.

- Sí, sí, he conocido locos que se creen dioses – los demás estaban en la cabina trasera de una patrulla.

- ¡Señorita Laura, yo no soy el desgraciado! – a Docrates se lo llevaban en una volqueta debido a su tamaño.

- Nunca se metan con un bartender y la próxima vez les iré peor – dijo el sujeto quien solo daba declaraciones a la policía. Radamanthys, Dohko, los Caballeros de Acero, Orfeo, Jabu y Atlas iban arrestados con muchos golpes en sus cuerpos.

- Quisiera saber qué diablos pasó – el Caballero de Pegaso exclamó, aunque tal vez dentro de un tiempo se daría cuenta de todo lo que pasó con esos sujetos.

Y la lección era: nunca pelees en un bar con un bartender con un shinaí.