Había perdido la noción del tiempo para este punto. Estaba sentado en una banca de uno de los pasillos de la Academia, su hermana lo había hecho quedarse ahí luego de que ocurriera todo ese caos. Estaba temblando y mirando a la nada sin poder dejar de llorar, había tenido un ataque de pánico luego de que su hermana lo sacara de la arena de combate, había gritado y llorado, exigiendo saber dónde estaba Juliana y qué le había pasado. Corín no pudo responder a su pregunta, no tenía forma de saber del paradero o estado de Juliana luego de que su Gardevoir se la llevara. Intento calmar a su hermano, asegurándole que si Jabari se ha llevado a Juliana a algún sitio, ese sitio sería el hospital mas cercano.
Lejos de calmarlo, Cass había comenzado a hiperventilar nada mas escuchar mencionar el hospital, negando con la cabeza y dando tirones de su cabello mientras dejaba cundir el pánico, como si no pudiera asimilar que Juliana pudiera haber acabado en un hospital por su culpa. Corín tuvo que sostenerlo con fuerza cuando, en su furor, Cass se hizo daño en el cuero cabelludo hasta hacerse sangre, necesitó de la ayuda de la enfermera de la academia para poder superar la crisis.
Ahora, luego de una hora, se encontraba sentado en aquella banca junto a Corín, y era evidente que el chiquillo no estaba mejor, su cara delataba que solo necesitaba una mínima cosa para volver a tener otra crisis y Corín no estaba segura de si podría controlarle cuando eso sucediera. Miró sus propios brazos, con arañazos y mordiscos dados por Cass en medio de su enajenación ¡Por Arceus, jamás había visto a su hermano tan asustado ni tan descontrolado, ni en sus peores momentos!.
Lo miraba, atenta a que en cualquier momento pudiera volver a perder el control, reprimiendo el impulso de acariciarle la espalda para darle consuelo, sentía que cualquier toque que recibiera lo alteraría de nuevo. Corín se sentía tan imponente, no pudiendo hacer nada más que estar sentada a su lado, vigilando y esperando mientras la ansiedad también comenzaba a invadir su pecho por lo que iba a pasar a continuación.
Algo que parecía que iba a llegar pronto, pues Corín escuchó unos pasos a lo largo del pasillo y, al mirar, encontró la expresión fría de Levi, que caminaba hacia ellos. Corín tragó saliva al verlo con esa cara, por eso significaban malas noticias viniendo del siempre relajado Levi. Sin dedicarle una sola mirada a Cass, Levi se paró junto a Corín, con las manos en los bolsillos.
-La he encontrado.-anunció y al segundo en el que apenas Corín pudo reaccionar, Cass se levantó de su asiento y corrió a tomarle de los hombros.
-¡Cass!-jadeó Corín.
-¡¿Dónde está?!-exigió saber Cass con la mirada desorbitada pero Levi solo le devolvió otra llena de frialdad.-¡Levi, por favor, dime algo! ¡Dime que ella está bien! ¡Por favor, dime que está bien! ¡No quiero escuchar otra cosa que no sea esa!
-Ella entró en parada.-soltó Levi sin ningún tipo de delicadeza contemplando como el rostro de Cass se volvía de horror.
-¿Qué...?-susurró con apenas un hilo de voz, soltando lentamente a Levi.
-¡¿Qué has dicho?!-exclamó Corín asustada, levantándose de su asiento.-¡¿Cómo que ella ha entrado en parada?!
Levi, ignorando a Cass, contestó a Corín.
-Juliana recibió de lleno el impacto de un movimiento de tipo dragón y su cuerpo se estrelló contra un muro de concreto y, hasta donde yo sé, los humanos no estamos hechos para soportar algo como eso y salir ilesos-le recordó, sin variar su tono frío, incluso agrio.-Se le han roto varios huesos del cuerpo, entre ellos las costillas, se le han clavado en los pulmones y se han empezado a llenar de sangre.
Cass retrocedió un paso, negando con la cabeza y las manos cada vez mas temblorosas con cada palabra que escuchaba. Huesos rotos, sangre en los pulmones, parada cardiorrespiratoria...No, esto no tenía que acabar de está manera ¡él no quiso hacerle daño! ¡Ella no tendría que estar en el hospital! No, no, no...
-¿Ella está...?-quiso preguntar Corín pero no se atrevió a terminar la frase.
-No lo sé.-admitió Levi, esta vez viéndose mas apesadumbrado-Cuando llegué, ya la habían metido en quirófano para una cirugía de emergencia. El doctor me dijo que se podía tener esperanzas por lo rápido que fue llevada al hospital. Si no fuera porque Jabari usó su Teletransporte y su Pulso Cura tal vez ella no habría logrado llegar al hospital a tiempo.-un gruñido por lo bajo por parte de Cass se hizo notar- Pero cuando me marché aun estaba en el quirófano.
-¡¿Ella está sola?! ¡¿Por qué la has dejado sola?!-exclamó Cass, totalmente alterado, mirando a Levi con una expresión que mezclaba la ira y la desesperación.
-No soy pariente, los médicos no iban a decirme nada mas por mucho que me hubiera quedado esperando fuera.
Cass, sacudió la cabeza ¡Juliana estaba sola, debatiéndose entre la vida y la muerte! ¡¿Por qué no había nadie allí con ella?! ¿Por qué nadie estaba esperándola fuera del quirófano?! Desesperado, Cass intentó pasar por el lado de Levi pero éste, viendo sus intenciones, le tomó con brusquedad del brazo y lo obligó a retroceder con tal fuerza que Cass tuvo que ser atrapado por su hermana para evitar que se cayera al suelo.
-¿A donde te crees que vas?-cuestionó Levi lanzándole una mirada dura al mas joven.
-¿A ti qué te parece? ¡Me voy al hospital!-respondió volviendo a intentar irse pero, de nuevo, otro empujón por parte de Levi le obligó a retroceder-¡Quítate de en medio!
-Tu no vas a ninguna parte, ni siquiera sabes en qué hospital está.
-¡Pues dímelo para que pueda ir cuanto antes!-gritó Cass con rabia, a punto de abalanzarse contra Levi.
-¡Cass, tranquilízate!-exclamó Corín sosteniendo a su hermano por detrás.-¡Esto no te va ayudar en nada!
-¡Suéltame, Corín! ¡Tengo que ir! ¡Ella me necesita!-exclamó retorciéndose.
-¡Ella no te necesita para nada, mocoso!-alzó Levi la voz, con un tono tan irritado que dejó a los dos hermanos quietos en el sitio, sorprendidos.-No tienes nada que hacer allí, Cass, te recuerdo que si Juliana está siendo ahora mismo abierta en canal es solo por tu culpa.
El mas joven jadeó de puro horror y lo siguiente que sintió fue a Corín abrazarlo y apartarlo de Levi como si de repente supusiera una amenaza para él.
-¡¿Cómo puedes decirle eso?!-exclamó Corín, apretando a su hermano contra ella.-¡Esto ha sido un accidente! Un terrible accidente ¡Cass lo sabe y quiere estar ahí para Juliana! ¡Él...!
-Él es el que ha provocado esto porque se negó aceptar que Juliana se rindió. Ha seguido atacando al Meowscarada cuando el combate había terminado y como resultado su Pokémon, del que es responsable, a atacado a una persona.
-¡Levi, para!
-Pero yo...yo no quería hacerle daño...yo nunca...-susurró Cass de manera temblorosa.
-Pues lo has hecho, Cass, lo has hecho. Te obsesionaste tanto con ganarle que olvidaste lo que significaba los combates Pokémon, convertiste algo que une a la gente en algo para vengarte de ella-se inclinó en dirección a Cass-Y lo triste de todo esto es que la venganza no era tu objetivo principal ¿verdad...?
-¡He dicho que te detengas, imbécil!
-Yo...yo...
-Pues felicidades, campeón, tuviste tu victoria. Has defendido tu titulo con toda tu fuerza. Espero que estés contento con ello.-y bajando el tono de voz, dándole un aire muy siniestro, agregó-Pero piensa que si Juliana muere ahí dentro, la culpa será tuya.
Si Juliana muere...
Será por su culpa.
Un alarido agónico salió de la garganta de Cass y el pánico volvió a tomar el control de su cuerpo y mente, quería morirse. Quería morir ahí mismo, dejar de respirar en ese mismo instante.
-¡Levi, imbécil, te dije que te detuvieras!-gritó Corín al borde de las lágrimas, intentando sostener a su hermano que se retorcía como un Pokémon herido y acorralado.-¡Ya sé que estuvo mal! Pero es es solo un niño, no puedes echarle esa carga encima y...!
-Este asunto es demasiado grande para que puedas protegerle, Corín.-dijo Levi, totalmente indiferente al ataque de histeria de Cass.-No puedes hacer nada por él. Mi único consejo es que le prepares para lo que está por venir.
-¿Lo que está por venir?
-Se abrirá una investigación. No estoy seguro de cómo procederán pero es posible que una de las cosas que ocurran será que a Cass le requisarán los Pokémon, también puede ocurrir que haya un conflicto entre la Academia Naranja y la Academia Arándano porque uno de sus alumnos ha sido herido por culpa de uno de los nuestros, puede que incluso Cass se enfrente a una expulsión, pero eso será lo mas suave que reciba debido a su edad, y sin contar con lo que pueda demandar la familia de Juliana. Tal vez deberías llamar a vuestros padres y conseguir una defensa para que Cass pueda salir mas o menos ileso de esto, eso si Juliana sobrevive porque si no es así, él podría enfrentar un cargo de homicidio.
Corín sintió todo derrumbarse bajo sus pies al ver en el enorme problema en el que estaba metido su hermano, no solo él, toda su familia iba a estar metida en un enorme problema...Y Juliana ¡Oh, Arceus! ¡¿Y si no sobrevivía?! Ella la había instado a que ayudara en hacer entrar en razón a Cass, ella no intervino cuando Cass decidió seguir luchando aun cuando Juliana se había rendido. Si Juliana moría, ella también sería parte responsable de ello ¡ni ella ni su hermano podrían vivir con esa culpa! ¡No se atrevería a mirar a la cara a los padres de Juliana y disculparse si perdían a su hija!
-Yo ya me he ocupado de llamar a la madre de Juliana, llegará a Ciudad Porcelana esta noche, hasta entonces, el director Mirtilo tomara por unas horas el rol de tutor legal de Juliana para poder recibir las actualizaciones de los médicos hasta que llegue su madre.-Levi suspiró, metiendo sus puños dentro de los bolsillos.-Esto es todo cuanto puedo hacer. Todo lo que me queda es desear que esa pobre chica pueda volver a casa.
Y conforme terminó de hablar, Levi se dio la vuelta para marcharse, incluso para un tipo como él, la situación le había sacudido y le resultaba duro mirar a Cass a los ojos sin sentir el deseo de golpearlo. Levi estaba convencido que Juliana era alguien lo bastante importante para Cass como para que éste entrara en razón de una vez y dejara ya su reinado del terror. Pero no, la envidia de Cass hacia la chica fue mas fuerte, y lo acababa de demostrar. Si hubiera sabido que algo así iba a pasar, jamás habría involucrado a Juliana en este asunto. Pero eso solo le demostraba a Levi lo inconsciente que era, creía conocer a Cass lo suficiente como para que la presencia de la chica que le gustaba pudiera perturbarlo, pero nunca entró en sus planes que ese maldito niño pudiera llegar tan lejos.
-Juliana...Juliana...Juliana...-sollozó Cass.
A Corín se le rompió el corazón al escuchar a Cass tan destruido. Quiso odiar a Levi, pero tampoco pudo hacerlo porque aunque lo detestara, él tenia razón, las circunstancias eran nefastas, y necesitaban un milagro. Abrazó con fuerza a su hermano, llorando con él, de tristeza y de frustración por el conocimiento de que no iba a poder protegerlo de esto. Era demasiado grande para ella. Rezó a Arceus, a Mew, a cualquier entidad que pudiera escucharla y que tuviera compasión por su hermano, que Juliana se salvara y pudiera volver a casa, volver a ver a sus padres y a sus amigos.
-Cass, ya está, cálmate. Todo se arreglará ¡ya verás!
-No, nada se va arreglar...nada...-sollozó abrazándose a su hermana, tal como si fuera un niño pequeño.-Yo no quería hacerle daño, Corín ¡nunca le habría hecho daño! Créeme, no lo habría hecho. Quería ganar, quería ser mas fuerte para que ella...-gimió presionando su rostro contra el pecho de Corín-Solo quería que ella me mirara...
Solo quería que ella me mirara...
Cass...
¡Cass!
-¡Cass! ¡Despierta!
Abrió los ojos de repente, sintiéndose como si acabara de caer desde un sitio muy alto y tuvo que mirar a su alrededor, casi asustado, hasta que sus ojos conectaron con el rostro risueño de su profesora, que tenia la mano puesta en su hombro.
-¡Por fin te despiertas, dormilón! Llevo un buen rato llamándote.-rió la profesora, divertida por el sobresalto que llevaba el chico. A continuación señaló a la ventanilla.-Echa un vistazo, la vista es espectacular.
Cass obedeció y al mirar pudo divisar una extensa ciudad rodeada de una gran hilera de montañas, en especial aquella que se alzaba el famoso Foso de Paldea. Por un segundo, los ojos de Cass brillaron ante lo que veía ¡Ciudad Meseta era impresionante! ¡Pero la vasta naturaleza que tenía por los alrededores eran también algo digno de ver. Si no fuera por las dimensiones de la ciudad y por la peligrosidad del Foso, le recordaría bastante a su querida Villa Versui.
La profesora Brie, encantada de ver la expresión de ilusión de Cass, dejó salir una risa.
-Es un lugar precioso ¿verdad?-preguntó solo recibiendo un asentimiento por parte del joven.-Es la primera vez que vienes a Paldea ¿verdad? No te preocupes, durante los ratos libres que tengamos podrás ir hacer turismo o explorar la naturaleza ¡seguro que encontrarás cosas muy interesantes!
Cass apretó los puños al escucharla, sin sacarla de su error al no decirle que no era su primera vez en Paldea.
El resto del viaje, Cass se mantuvo en silencio, apenas respondiendo monosílabos cuando la charlatana de Brie le preguntaba algo, la profesora no parecía darle importancia al mutismo del joven, asumía que quizá estaba nervioso por el nuevo entorno o bien por la forma en que sería recibido por la Academia Naranja ¡pero Brie estaba segura de que no había de qué preocuparse! ¡El incidente había ocurrido hacía ya siete años y todo acabó bien a pesar de las dificultades! ¡Ya era hora de dejar el pasado atrás!
Nada mas salir del aeropuerto, los estaba esperando un Taxi Volador contratado por el director Clavel que los llevaría directamente a las puertas de la Academia Naranja. Durante el trayecto, Brie se dedicó hablar de todas las maravillas que podía ofrecer Ciudad Meseta mientras Cass escuchaba con paciencia y repasaba los puntos clave en donde podía pasarse en cuanto tuviera la oportunidad.
Nada mas poner un pie en tierra, la prestigiosa Academia Naranja en toda su majestuosidad se alzaba ante ellos. Cass mantuvo la mirada fija en el sitio mientras sentía que su corazón daba un vuelco y una sensación de nerviosismo lo invadía. Al fin estaba en la Academia Naranja. Se preguntó si Juliana estaría ahora mismo ahí dentro ¿estaría en clase? ¿Tal vez en la biblioteca? ¿Teniendo algún combate en el Área Recreativa? Pero lo que mas se preguntaba ¿ella sabría que estaría ahí?
No pasó mucho tiempo antes de que el director Clavel se presentara ante ellos con su característico porte elegante sin embargo a Cass no le pasó desapercibido la forma en que le miró de pies a cabeza tan pronto estuvo delante de ellos. Fue bastante incómodo, era evidente que el ya anciano director no había olvidado el incidente de hace 7 años, pero Clavel decidió ignorar al joven y centró su atención en la profesora.
-Profesora Brie, sea bienvenida a la Academia Naranja. Nos complace mucho su estancia en nuestro centro, nos ocuparemos de que usted y su ayudante sean atendidos como deben el tiempo que permanezcan aquí.
-Agradecemos que nos haya recibido. No podemos esperar por ponernos manos a la obra para investigar todo lo posible del Área Zero.
-Por supuesto, pero por favor, permitirme que os guie a lo que serán vuestras habitaciones mientras permanecéis aquí. El viaje ha sido muy largo y estoy seguro de que estaréis cansados.
Cass siguió a los dos mas mayores desde atrás, sintiéndose un poco intimidado cuando las enormes puertas de la Academia se abrieron a su paso. El recibidor y las estanterías llenas de libros fueron lo primero que captaron el joven antes de darse cuenta de cuantas cabezas se giraron a mirarlo. Casi al momento, se pudieron escuchar a todos los estudiantes murmurar entre ellos, Cass no podía entenderlos pero por la forma en que lo miraban específicamente a él se hacía una idea de que lo que pasarían por sus mente. Muchos sabían quién era él.
Entonces, enfrente del mostrador de recepción, Cass pudo ver a dos chicas que parecían que estuvieran esperándolos.
Las observó con curiosidad conforme se acercaban a ellas, en seguida pudo reconocer a una de ellas. La Campeona Mencía. Cass la había visto muchas veces en internet, en transmisiones de campeonatos de varias regiones, incluyendo el Pokémon World Tournament, pero la otra mujer, mas bajita, no le era familiar ¿sería pariente o amiga de Mencía?
-Oh, si, antes de llevaros a vuestras habitaciones dejad que os presente-dijo Clavel, posicionándose entre medio de las jovencitas.-Estas son las dos campeonas que la Liga Pokémon ha escogido para que sean vuestro apoyo durante las expediciones al Área Zero. Ellas son...
¿Dos campeonas...? Cass miró con curiosidad a la mujer mas bajita, sintiendo un escalofrío en cuanto sintió sus penetrantes ojos clavarse directamente en él, como si quisiera apuñalarle en la frente ¿Eh? ¿Por qué le estaba mirando así?
-¡Hola! ¡Soy Mencía, encantado de conoceros!-exclamó entusiasma mujer que casi de inmediato se acercó de manera excesiva a Cass tanto y tan rápido que el pobre chico casi se cae de espaldas ante la invasión a su espacio personal.-¡Oh, Arceus! ¡Tu tienes pinta de ser super fuerte! ¡¿Verdad?!
-Yo...-intentó articular.
-¡Por supuesto que tienes que serlo! ¡¿Por qué si no te mandarían aquí con la profesora?! ¡Claro que tienes que ser fuerte! ¡He oído mucho de los estudiantes de la Liga Arándano! ¡Tenes vuestra propia Liga Pokémon, vuestro propio Alto Mando y vuestro propio Campeón! ¡Eso es una pasada, como si vuestra academia fuera un mundo propio a parte de todos los demás! ¿Y qué titulo tienes tu?!
-Pues...
-¡No me digas! ¡Campeón! ¡No hay duda que tienes que serlo! Solo los entrenadores mas fuertes pueden ir al Área Cero, y si la super ha permitido que un estudiante de otra academia venga con nosotros ¡ES PORQUE TIENES QUE SER UN CAMPEÓN!
-¿Si...?-balbuceó a duras penas, ya con los ojos en espiral ante la intensidad de Mencía.
-¡Yo también soy Campeona! Así que eso significa que tenemos que enfrentarnos a un combate ¡ya! ¡AHORA MISMO! ¡Déjame probar de primera mano como de fuerte es alguien de la Academia Arandan...!
Entonces la chica finalmente se calló de golpe en cuanto sintió un agudo tirón en su oreja derecha. Lloriqueó de dolor mientras era alejada de Cass.
-¿No eres capaz de comportarte ni cuando vienen a visitarnos desde otra región? De verdad...-siseó la otra chica.-Por esto la super se lo piensa dos veces antes de elegirte para ayudar a nadie ¡siempre estás espantando a la gente! Muy poco profesional para una Campeona.
-¡Lo siento, lo siento! ¡Por favor, Noa, me haces daño!-gimió lastimeramente Mencía antes de que la llamada Noa la soltara y como si nada se arregló su flequillo mientras Mencía se acariciaba la oreja.
-Bien, ésa es la Campeona Mencía, como veis es una gran entusiasta de los combates, lleva ostentando el título desde hace once años-rio divertido al ver que la chica hacia un puchero hacia su compañera.-Y ella es la Campeona Noa, quién lleva su titulo desde hace cinco años. No os dejéis engañar por su aspecto, es una estratega astuta y organizada.
Cass miró confundido a la llamada Noa que ahora mismo estaba ajustándose las gafas sobre su cara ¿de verdad ella era una Campeona? No le era familiar su cara, pero si que es cierto que había escuchado su nombre hace algunos años ¿tal vez no había vuelto a participar en ninguna competición luego de obtener el titulo?
Pero dejando eso a un lado, Cass dirigió su mirada al director ¿esas dos chicas eran las que iban acompañarles? Entendía que viniera Mencía pero ¿Noa? ¿Dónde estaba Juliana? Ella era una veterana, incluso tenía mas títulos además del de Campeona de Paldea ¿Por qué no estaba allí?
-Ya había escuchado durante mucho tiempo sobre la Campeona Mencía-dijo Brie mirando a ambas mujeres con curiosidad.-Pero temo que no he escuchado mucho de ti, Campeona Noa.
-No es que me haya promocionado mucho luego de que ganara la Liga Pokémon, prefiero mantener mi anonimato y no soy una loca de los combates como Mencía.-contestó ella encogiéndose de hombros.
Cass sintió la necesidad de preguntar, pero se detuvo en seco en cuanto vio la mirada asesina que le envió Noa ¿Qué le pasaba a esa mujer?
-Bueno, pues estas dos amables chicas serán las que os acompañen en las expediciones, os las quería presentar antes de nada, supuse que era buena idea que os conocierais antes para ir estrechando lazos.
-¿En serío van a alojarse en los dormitorios de la Academia?-cuestionó Noa cruzándose de brazos, sin disimular en ningún momento que esa idea no le gustaba nada.
-Efectivamente, señorita, la profesora Brie se quedará en los dormitorios del personal y el joven Cass se quedara en los dormitorios de los estudiantes. Será como si hubiera venido de intercambio.
Esa última frase se sintió como una puya que Cass intentó encajar como pudo.
-Agradecemos su hospitalidad...-susurró
-¡Pues no se hable mas!-exclamó Mencía, totalmente ajena al tenso ambiente, rodeando el cuello de Cass con su brazo.-Director Clavel, deje que yo me encargue de guiar a ¿Cómo te llamabas? Ah, si ¡Cass! Deje que me ocupe de guiar a Cass a su nueva habitación.
-No esperaba menos de ti, joven Mencía.-encogió el director los hombros antes de hacerle entrega de una llave.-Es la habitación 1822.
-¡Estupendo! Así podemos hablar y conocernos mejor ¡ya que vamos a ser compañeros!
-Yo paso-negó Noa dándose la vuelta para irse de allí.-Estoy demasiado ocupada para hacer de niñera y menos de un extranjero.
-¿Eh? ¡Pero Noa, si tu también eres extranjera...!-protestó al verla alejarse sin mirar atrás.-Siempre tan borde...¡Tu no te preocupes por ella, Cass! Noa en el fondo es una chica encantadora pero tienes que conocerla para poder ver bajo sus capas y capas de gruesa maldad, ahora ¿Qué es lo que íbamos hacer?
-Ems...
-¡Oh, si, tu habitación! ¡Venga, no perdamos tiempo! ¡Cuánto antes lo hagamos, antes tendremos una batalla!
Lo siguiente que pudo sentir Cass es que fue llevado en volandas como si fuera un muñeco de trapo, corriendo por los pasillos y subiendo escaleras como su peso no supusiera nada para ella ¡¿Cómo era posible que esa mujer tuviera tanta fuerza?! ¡¿Era ella siquiera humana?!
-¡Aquí estamos! ¡Tu nueva habitación!-exclamó cuando se detuvo frente a una puerta y usaba la llave para abrirla.-¡Espero que te guste y lo sientas como tu hogar el tiempo que te quedes aquí!
La habitación que Cass encontró fue un poco decepcionante. No es que esperase gran cosa pero la verdad es que al menos pensaba que lo recibiría un espacio diferente ¡porque desde luego parecía una replica de su propia habitación de la Academia Arándano!
Pensar en eso le hizo recordar algo que le comentó Corín, hace ya mucho tiempo, y es que cuando guio a Juliana a su habitación en la Academia, a Juliana le pareció muy divertido encontrarse con que ésta era igual a su habitación en la Academia Naranja, como si ambas escuelas se hubieran puesto de acuerdo en tener el mismo tipo de dormitorio.
Cass suspiró melancólico, como le habría gustado haberle preguntado a Juliana qué le parecía la escuela...pero todas esas cosas tuvo que saberlas a través de Corín porque él estaba con la cabeza metida en su propio trasero como para hacerlo él mismo.
-Vamos, deja las cosas encima de la cama, ya podrás desempacar luego de que hayas cenado ¡tenemos una cafetería muy buena! Seguro que nada tendrá que envidiarle a la comida de tu escuela.
Cass miró a la parlanchina mujer ¡que vaya si habla, mas que la profesora Brie! Había notado que ella no parecía saber quién era él, al contrario que su amiga, por la forma en que hablaba tan confiada con él como si de verdad fuera un total y completo desconocido para los de la Academia Naranja ¿Sería prudente si...?
-Oye, Mencía ¿no?
-¡Si!
-Solo tengo curiosidad, sé que en Paldea tenéis varios campeones y que la mayoría son de aquí, de la Academia Naranja.
Mencía asintió con orgullo.
-Si, es algo que esta escuela se enorgullece. Yo no entiendo mucho de esto, pero parece que es un honor que muchos de los campeones que han surgido en Paldea en la última década hayan sido alumnos de la Academia Naranja. Por mi parte, te digo que eso no me importa demasiado ¡pero me encanta saber que tengo varios compañeros de escuela tan fuertes con los que poder tener batallas sin contemplaciones! ¡Esto era algo impensable hace años!
-Si, eso debe ser genial...pero, de casualidad ¿La Campeona Juliana sigue formando parte de la Academia Naranja?
Él sabia que era así, si Juliana hubiera perdido el titulo o se hubiera transferido a otra escuela, lo sabría. Su popularidad había cruzado fronteras, especialmente por su participación en el Pokémon World Tournament por lo que la prensa siempre estaba pendiente de ella. Y él siempre estuvo pendiente de ella de una manera u otra, a pesar de lo difícil que era seguir sus movimientos debido a su poca interacción con la red.
-Oh, claro que ibas a estar interesado en conocer a Juliana-rió ella con picardía, acercándose a tocar la mejilla de Cass con el dedo.-Eres su fan ¿verdad? Reconozco a un fan acérrimo cuando lo veo.
-¿Eh...? ¿Un fan...?
-¡Si! No eres la primera persona que viene queriendo conocer a una de las Campeonas de la Academia Naranja ¡Todos quieren combate o tener una foto con nosotras! Aunque personalmente, yo prefiero la parte de combatir.
-S...si, tienes razón. Me has pillado-susurró, sintiendo la situación algo ridícula pero la verdad le era conveniente- La conocí hace algunos años y su modo de combatir...me cautivó, por así decirlo-suspiró con melancolía ya que esa parte no era ninguna mentira-y siempre quise volverme tan fuerte como ella, volver a verla y que ella...bueno, me viera.
-¡Oh! Que mono eres-rió Mencía con entusiasmo, haciendo que Cass se ruborizara en vergüenza.-Para tu suerte, tienes delante de ti a la mejor amiga de Juliana.
-¿Eh...? ¿Su mejor amiga?
-¡Si! Conocí a Juliana hace muchos años, apenas cuando ella tenia solo diez años y comenzó asistir a la Academia. Yo ya era campeona en ese entonces y la apoyé desde el primer momento en que la vi para que consiguiera su primer Pokémon y aspirara por el titulo ¡Ya desde niña tenía un afán de superación tan...!-Mencía hizo un ruido extraño, como de un chillido contenido-Me convertí en su primer rival y obstáculo a superar ¡y también nos hicimos grandes amigas! No puedes imaginarte lo orgullosa que me sentí cuando aquella chiquilla que apenas empezaba con su pequeño Springatito, había conseguido avanzar tanto como para superarme a mi.
Cass se quedó estupefacto con lo escuchaba, esa historia...era muy similar a lo que él mismo vivió con Juliana, pero a la ver era como una versión totalmente colorida y llena de felicidad ¿la mujer intensa y loca que tenía delante fue la primera rival y mejor amiga de Juliana? Una punzada de contrariedad se hizo presente en su pecho y Cass se quiso golpear a sí mismo por sentir tal cosa ¿en serio? ¿celos a estas alturas...? Juliana tenía una vida antes de conocerle a él.
-Pero lamento decirte que Juliana no está en la Academia en este momento.-dijo entonces Mencía.-Se marchó hace un par de meses a una expedición con un amigo. Ella hace mucho eso, siempre ha preferido el trabajo de campo que la teoría.
Cass bajó los hombros, totalmente decepcionado de escuchar eso y debió notarse mucho, pues Mencía le dio una sonrisa de disculpa y se apresuró a intentar animarlo.
-Pero no tienes que preocuparte ¡quizá tengas suerte de coincidir con ella mientras estés aquí! Cuando eso pase yo misma te la presentaré ¡seguro que Juliana se alegrará de ver a uno de sus fan volverse tan bueno como para ser un campeón reconocido en su escuela!
-Si, estoy seguro de ello...-suspiró él sin ninguna esperanza en ello.
Genial, se le acababan de arruinar todas sus motivaciones para estar en ese sitio ¿Y ahora qué? Bueno, no, no podía perder la motivación. Juliana seguía siendo estudiante y la investigación del Foso de Paldea podía durar mucho tiempo, así que, efectivamente, había posibilidades de encontrarse con Juliana en un futuro próximo.
-Entonces ¿te apetece ir a cenar? Luego podemos tener una batalla ¡de verdad que me muero de ganas de ver el tipo de campeón que tienen los de la Academia Arándano!
Cass contempló el rostro de la chica y pensó por un momento en las cosas que podría sonsacarle si se acercaba a ella. Mencía se autoproclamaba la primera rival de Juliana, esta mujer fue la que inspiró a Juliana a convertirse en la entradora que él admiraba y envidaba. También Mencía se autoproclamaba como la mejor amiga de Juliana. Pensar en ello hizo que Cass sintiera el calor de los celos cerca de su estómago, ya los había sentido antes, siempre cuando era en relación a Juliana, y le molestaba tener esa clase de emociones como si Juliana no hubiera tenido relaciones estrechas antes de que lo conociera.
Él quiso pensar que era su mejor amigo, al menos eso...
-Estaría bien, Campeona Mencía.-sonrió Cass estrechando la mano de la chica.-También estoy curioso de ver el nivel de los campeones de Paldea.
Mencía, en respuesta, sonrió ampliamente ¡esto sería muy divertido!
/*/*/*/*/
¡Estaba muerto!
No sabía en qué estaba pensando cuando decidió aceptar el reto de Mencía ¡esa mujer estaba total y absolutamente desquiciada! ¡Le había hecho combatir 15 veces!¡15 malditas veces! ¿Cómo era posible que ella estuviera tan bien cuando él ya estaba por los suelos?
-Oh, vamos ¡no es posible que ya estés cansado!-rio Mencía como si le hubieran contado un chiste y Cass de inmediato la odió al ver que no tenía ni una sola gota de sudor por su rostro.-¡Si apenas está empezando lo divertido!
No, en serio ¿esa mujer era siquiera un ser humano? ¡Porque iba a empezar a pensar que era un Zoroak usando su habilidad para hacer travesuras!
Dios, ahora comprendía y se compadecía profundamente de Juliana para haber tenido a semejante bestia indomable como su primera rival desde tan temprana edad ¡así normal que se hubiera hecho tan fuerte!
-¡Venga! Esto aun no ha terminado...-dijo sacando una poke ball para horror de Cass-Tengamos otra batalla ¡esta seguro que será...!
Entonces el sonido de una llamada entrante se hizo eco. Mencía corrigió rápidamente su postura y se dio la vuelta para contestar. Enseguida, quedó inmersa en una alegre conversación que Cass apenas podía entender pero que aprovechó para sacar discretamente a su Cramorant, quién estaba exhausto por los combates anteriores, y que tuvo que apresurarse en curarlo para que lo sacara de ahí antes del fin de la llamada.
Si, así es como Cass huyó de ahí como un Rattata siendo perseguido por un Ekans.
Y temiendo que Mencía pudiera ir a buscarlo a su habitación, Cass tomó rumbo hacia el techo de la academia, esperando que allí no pudiera encontrarlo. Al menos si estaba allí el tiempo suficiente, cabía la posibilidad de que Mencía se rindiera y lo dejara tranquilo hasta al día siguiente.
-Aunque dudo que alguien como ella sepa lo que significa "rendirse".-comentó para si mismo luego de aterrizar.
Entonces algo llamó su atención, una voz que se escuchaba a lo lejos ¿Había alguien en el techo? Buscó el origen de esa voz, caminando un poco por la zona, movido por la curiosidad de quién estaría en ése sitio a esas horas. Al doblar una esquina, pudo ver la figura de una mujer de pie justo al borde mientras parecía estar mirando algún punto del cielo nocturno y la brisa balanceaba el corto cabello azul, por el uso de uniforme dejaba en claro que aquella mujer era una estudiante, posiblemente universitaria.
Pero se encontraba peligrosamente cerca del borde, un mal paso y caída sería brutal. Suponía que la chica debía tener Pokémon consigo si se sentía tan confiada de estar en esa posición ¡pero de todos modos eso era muy irresponsable! ¡Podría no tener reacción suficiente de llamar a uno de sus Pokémon a que la salvara en medio de una caída libre de varios metros de altura!
-¡Hey! No deberías estar tan cerca del borde ¡es muy peligroso!-dijo Cass acercándose a la chica.
Cuando ella se dio la vuelta, Cass se quedó congelado en el sitio al momento en que unos ojos rojos se clavaron en él. Aquella mirada le robó el aliento en un segundo y se quedó mirando embobado el rostro apenas visible de la chica, hipnotizado por aquella mirada roja. Para Cass, fue como si su mundo se hubiera sacudido en un segundo ¿quién...era ella? Un apenas audible "ofú" se le escapó de sus labios.
Cass se ruborizó al escucharse a sí mismo, llegando a tapar su boca con la mano, como si así quisiera evitar que algo más saliera sin su consentimiento ¿pero qué demonios?
-¿Paradox...?
Cass parpadeó confundido, como si acabara de despertar una ensoñación ¿la chica le había dicho algo? Pero aun se encontraba aturdido para decir algo coherente ¿Qué le pasaba? La chica, por lo que pudo notar, también lo estaba mirando confundida, puede que incluso ¿desconcertada? Cass no sabía qué decir ni ella tampoco parecía saberlo, pero ella aun estaba muy cerca del borde y Cass sintió mas urgencia que antes de hacerla bajar de ahí, no sabía por qué ¡pero tenía que hacerla bajar de ahí! Dio un paso adelante y alzando un poco su mano hacia ella.
Entonces ella dio un saltito hacia atrás y cayó al vacío.
Cass casi dio un grito en cuanto la vio desaparecer y corrió hacia borde, yendo incluso a chocar contra el mismo borde, mirando hacia el vacío, solo para encontrar que no había nadie en el fondo. Un suspiro inconsciente salió de sus labios.
Entonces alzó la cabeza, justo cuando un gruñido se hizo eco, un sonido que le era familiar.
Pero no había nadie allí.
CONTINUARÁ.
