La noche del baile fue para Bella la noche más intensa que había vivido alguna vez. Se divirtió con sus amigos y Edward se encargó de poner ese toque de incertidumbre o emoción a la noche. Desde que la besó ella no sabía que esperar pero él no volvió a intentarlo, solo se dedicó a seguir tomando su mano. Agradeció que no buscara ir mas lejos que eso porque no sabía como iba a reaccionar. Sus sentimientos estaban revueltos y la confundían.

Fue una noche que iba recordar de una forma especial.

- ¿Quieren ir con nosotros? - Preguntó el cobrizo mientras salían del baile. Sus amigos también lo hacían entre risas. Todos estaban en camino a sus autos y no habían suficientes.

- Oh no, tortolitos. - bromeó Derek. - La noche es joven aun y estoy seguro que pueden perderse unas horas mas...

Bella se sonrojó intensamente mientras miraba a Derek con reproche.

- Podemos llevarlos a sus casas.

- Yo llevare a Angela y a Derek. No se preocupen. - aseguró el novio de Derek con una sonrisa.

- Bien. - Edward aceptó sin dudarlo y tiró de la mano de Bella. - Nos vemos el lunes.

Bella iba a luchar por quedarse pero sus amigos empezaron a sonreír en grande y a decirle adiós con la mano.

- Creo que debimos llevar a Angela y... - empezó a decir nerviosa cuando llegaron al auto.

- No iba a aceptar. - le aseguró tranquilo. - Vamos.

Subió al auto nerviosa y con un nudo en el vientre. No sabía cómo actuar con Edward luego del beso.

El cobrizo estaba mucho mas relajado que ella, tanto que no dudo en tomar su mano apenas estuvo sentado en el asiento del conductor.

- Mamá debe estar muy preocupada por la hora. - comentó para romper el silencio del auto.

- Le escribí hace media hora. Todo esta bien, Sophie y ella iba a irse a dormir en ese momento. Se llevó a Sophie a su habitación.

Bella tembló un poco por esa información. Entonces estaría a solas con Edward en su habitación. No era algo nuevo pero era mas fácil de hacer cuando lo odiaba.

- ... Los chicos tienen razón. Es temprano. Podriamos hacer algo mas antes de ir a casa. - sugirió Edward carraspeando porque por un segundo su voz le falló. También estaba nervioso solo lo aparentaba mejor.

- ¿A esta hora? - preguntó nerviosa.

- Eh si. Es poco mas de la media noche pero podríamos ir a alguna parte.

Bella trato de pensar en algún lugar porque en el fondo si quería alargar el momento. No se le ocurría ninguno porque nunca había tenido la oportunidad de salir a esas horas.

- No se me ocurre ningún lugar.

Edward apretó un poco el volante antes de hablar.

- ¿Vamos al lago? - preguntó con cuidado. - Me dijiste que nunca habías visto el cielo de noche ahí.

Bella pestañeo sorprendida por su sugerencia.

- ... Hay Luna llena y estoy seguro que tendremos una vista impresionante sino fuera así ni siquiera lo sugeriría. - de nuevo el carraspeo pero esta vez con un suspiro. - Si no quieres ir lo entenderé.

Bella supo que era por el fantasma de Tracy que existía entre ellos que Edward estaba nervioso y con miedo a su reacción.

- ¿Te gusta mucho ese lugar? - preguntó con la voz mas controlada que pudo.

- Eh si, es un lugar increíble de noche. Muchas veces fui cuando quería pensar. - admitió pero su voz sonaba triste. - Debí haberte llevado hace mucho tiempo. Era antes un lugar especial para mí.

- ¿Ya no lo es?

Edward le dedicó una triste sonrisa.

- Es un lugar que también arruine. Ya no se siente igual.

Bella supuso a que se refería a que le recordaba como esa noche ella terminó en el hospital por alterarse. Estaba equivocada. Edward sentía que fue un error llevar a Tracy a ese lugar, lo había mancillado y convertido en un lugar mas para coger, un lugar tan mundano como lo era un armario de la escuela o el asiento trasero de un auto. Estaba arrepentido por lo que había hecho.

Bella respiro hondo pensando en que decir. La verdad era que como cualquier residente de Forks conocía el Lago pero nunca se le había ocurrido visitarlo de noche y le daba curiosidad. Sin embargo, obviamente iba a pensar en como había sido la noche de Tracy y él ahí. Ir sería enfrentar a un demonio que la acosaba en su imaginación.

- ...Perdóname. - ante su largo susurró el cobrizo. - Ni siquiera debí mencionarlo. Nos trae malos recuerdos.

- No, suena como una buena idea. - intervino sorprendiéndolo a él y a sí misma. - Sabes que siempre quise ir.

Edward apretó el volante dudando de lo que decía.

- Podríamos ir a otro lado. Quizás a la Push y...

- He ido con Jacob muchas veces. - lo cortó provocando que Edward se erizara. - Me refiero a que no tiene nada de especial y con la Luna seguramente la marea subió.

- ¿También fueron de noche? - preguntó fingiendo tranquilidad.

- Si, un par de veces.

Recordaba haber ido con Jacob pero sin que nada resaltante sucediera entre ambos. Solo hablaban y bromeaban, quizás hubieron un par de roces de manos pero nada mas.

- No hay muchos lugares para ir aquí. - bufó el cobrizo. - Y manejar a Port Angeles...

- Seria una locura. - completó ella porque sabía que él era capaz de hacerlo. - Vamos al Lago, quiero entender porque era especial para ti.

Edward cerró los ojos un segundo como queriendo recomponerse de lo que estuvo atormentando su cabeza.

- Bien vamos. - asintió fingiendo tranquilidad. Bella podía notar sus nervios y no podía terminar de entenderlos.

Edward manejó en silencio y siempre aferrándose a su mano. Utilizó un sendero poco conocido y transitado para llegar lo más cerca posible al Lago. Luego ambos bajaron y caminaron unos metros hasta que la vista del lugar estuvo ante Bella.

Tenía razón. Era impresionante. La Luna parecía mas cerca que nunca y los riscos al rededor la enaltecían como un marco de piedras. El agua brillaba por el reflejo de la Luna y el sonido de su movimiento enriquecía toda la experiencia. Definitivamente era un lugar donde cualquiera se quedaba maravillado.

- Es hermoso. - admitió sonriendo.

- Lo es. - contestó Edward sin quitarle la mirada de encima.

La guió entre las rocas hasta un lugar mas llano y que tenía un tronco caído donde podían sentarse.

- No puedo creer que exista un paisaje así en un lugar como Forks.

- Este paisaje no siempre es así. - le comentó Edward sacándose su abrigo para ponerlo sobre los hombros de Bella y protegerla del frío. - Hoy hay Luna llena y no hay nubes al rededor, es algo que rara vez pasa en Forks. Tuvimos mucha suerte que fuera así hoy.

- ¿Cómo lo descubriste? - preguntó curiosa.

- De niño mi mamá nos traía a pescar. Un día nuestra camioneta no funcionaba y mi padre no contestaba el teléfono, tuvimos que pasar la noche aquí. Mis hermanos estaban asustados así que mi mamá hizo que nos concentráramos en la Luna y vigilemos si se acercaba mas, el sonido del agua y el paisaje nos relajó, nos quedamos dormidos hasta el día siguiente que mi padre al fin contestó y vino por nosotros.

Edward jamás había mencionado a su mamá. Jamás. Lo que Bella sabía sobre ella era por los rumores que existían en Forks.

- ... Desde entonces siempre quise volver a ver la Luna como esa noche. Gigantesca y siendo la protagonista. Por eso he venido durante años hasta que aprendí a entender el clima y los ciclos lunares. Son pocas las veces que he visto ese espectáculo, hoy es uno de esos días.

Bella se sorprendió por su confesión.

- Nunca sospeché que sabías tanto sobre la Luna o que este lugar fuera así de especial para ti.

- No quería dejar pasar la oportunidad de traerte y que vieras esto. Sabía que entenderías que es especial para mí. - la miró intensamente. - He estado esperando semanas a que esto suceda, para poder traerte y tuve suerte de que fuera hoy.

Bella alejó la mirada porque nunca había visto a Edward hablar así y se le erizaba la piel por el tono ronco y serio de su voz.

- ... Me hubiera gustado traerte antes. - siguió confesando. - Cuando Sophie estaba en tu vientre. No sabes como me arrepiento de haber sido un cobarde y no haberte rogado porque me acompañaras aquí. Estoy seguro que tu vientre expuesto a esta luz hubiera sido algo mágico que hubiera recordado toda mi vida.

Suspiró mirando su vientre vacío y lo extrañó. Su corazón se apretó ante la idea de que nunca mas volvería a sentir a su pequeña pateando en su interior.

- Si, hubiera sido mágico.

Edward se acercó y tomó su barbilla.

- Ahora para mí, estar a solas contigo también es mágico. - la hipnotizó con sus labios que hablaron muy cerca a los suyos antes de atreverse a besarla.

Definitivamente ese sí era un beso.

Edward dejó atrás al chico nervioso que la besó cerca al gimnasio de la escuela. Ahora estaba el que se apoderaba de su boca y con seguridad abrazaba sus hombros para acercarla mas a él. El cobrizo sabía como le gustaba ser besada y uso esto a su favor para hipnotizarla por varios minutos.

Se separaron por falta de aire. Edward apoyó su frente con la suya.

- Se que te di un terrible primer beso. Fui egoísta y ni siquiera pensé lo que me estaba llevando al hacerlo. Pero te juro que voy a esforzarme de que en cada beso que te dé sientas lo importante que es para mí poder hacerlo. - hipnotizada como estaba solo podía escucharlo. - Contigo me di cuenta lo importante que puede ser incluso una mirada. No tienes idea de como he extrañado que me veas a los ojos.

En ese momento lo observaba perdiéndose en el verde intenso de sus ojos, que a la luz de la Luna se veían mas claros. No tenía palabras para describir el momento ni para responder algo coherente. Edward tampoco la presionó por una respuesta.

Bella trataba de traer coherencia a su cabeza y no caer en la tentación de solo dejarse llevar...

Edward volvió a besarla. Esta vez fue mas lejos al abrazarla de la cintura y tirar de ella para que subiera a su regazo. Su beso era profundo y empezaba a despertar partes de ella que llevaban bastante tiempo dormidas. Su mano en su cintura estaba peligrosamente cerca al contorno de uno de sus pechos y en el fondo empezó a desear que la toque pero nuevas inseguridades se apoderaron de ella. Su cuerpo había cambiado luego del embarazo. Ya no estaba en las mismas condiciones que las chicas con las que Edward se había acostado. Su mente le recordó los excesos de grasa o piel en algunas partes, ademas de la herida de la cesárea que le hicieron. Se alejó del beso cuando esos pensamientos la golpearon, Edward no se molesto ante su alejamiento y se apoderó de su cuello para besarlo.

- Edward... - lo llamó débilmente para detenerlo pero sonó como un pequeño gemido.

El cobrizo la apegó mas a su cuerpo y Bella pudo sentir su miembro despierto.

- Te extrañé tanto... - admitió con un tono ronco que la hizo temblar pero sus inseguridades eran mas fuertes.

- Edward, no voy a... no va a pasar nada. - habló con dificultad porque el cobrizo no dejaba de acariciar su cuello con sus labios.

- Uhm... - él asintió. - Lo sé, amor. Sólo déjame sentirte.

Bella cerró los ojos con fuerza tratando de recomponerse y no dejarse llevar. Edward debió sentirla tensa así que abandonó su cuello y regresó a sus labios. La acomodó entre sus brazos hasta que pudo acunarla y besarla a la vez. Sus brazos poderosos por el ejercicio la retuvieron en una pose cómoda que les permitió a ambos besarse por bastante tiempo.

En algún punto de la noche la Luna empezó a esconderse ante sus ojos. Lo que les recordó que su tiempo ahí estaba por acabar.

- Esta ha sido la mejor noche de mi vida. - le confesó con un suspiro pesado. - Nada se compara con tenerte en mis brazos. Estoy loco por ti.

Bella le dedicó una sonrisa pero de nuevo no contestó ni le confirmó que también había sido la suya.

- ... Tendremos mas citas así. - le prometió besando su frente. - No vas a arrepentirte de darme esta nueva oportunidad.

Su cuerpo se tensó.

- ¿Nueva oportunidad? - preguntó mas para sí misma.

Edward la miró herido.

- ¿Hemos regresado, verdad? Eres mi novia de nuevo.

- Yo... - boqueó sin saber que decir. Las cosas estaban avanzando rápidamente y ella estaba confundida.

- Bella por favor. - suplicó herido. - Quiero volver contigo.

- Edward...

- Bella, no volveré a fallarte. Nuestra familia es lo mas importante para mí.

Familia. Repitió en su cabeza. No estaba a punto de volver con solamente su ex novio sino con el padre de su hija. Si de nuevo no funcionaba las consecuencias impactarían a la niña. Si volvía a odiarlo iba a ser muy complicado vivir con él y criar a Sophie juntos.

Había mucho que perder sino funcionaba.

- Creo que deberíamos pensarlo mejor. - concluyó dejando a Edward sin aliento.

- No hay mas que pensar. - insistió Edward. - Tenemos a Sophie y que estemos juntos sería lo ideal. Darle una familia real.

- Ella ya tiene una familia con nosotros. Vivimos con ella y la criamos juntos.

- Pero sus padres no están juntos. - insistió.

- No lo estamos pero eso no tiene nada que ver con ella. Ser padres es diferente a ser pareja. Tenemos que priorizar nuestra relación como padres de Sophie.

Edward alejó la mirada con visible frustración.

- ¿Y tú puedes hacerlo luego de esta noche? ¿Decir que solo somos padres? Porque yo no podré. Yo no voy a fingir que no te he besado y que estuvimos aquí.

Para darle énfasis a su punto tomó su barbilla y la besó. Bella tuvo que escapar de sus labios para poder hablar.

- No voy a fingir tampoco. - Edward se trasladó a su cuello. - Debemos ir con calma y...

- ¿Calma? ¿Para qué? Ya tenemos una hija. Lo mejor es concentrarnos en convertirnos en una pareja solida. Estar juntos en todo sentido.

Era difícil hablar con Edward cuando la terquedad se apoderaba de él. Tuvo que empujarlo para que dejara de atacar su cuello y le permitiera pensar.

- Debemos ser amigos. Llegar a un punto donde nuestra relación no se deteriore si no funcionamos como pareja.

- Amigos. - Edward bufó. - Bella, no puedo verte como una amiga. Es imposible. Estoy enamorado de ti.

- No voy a arriesgar lo que hemos construido con Sophie por una relación donde no tengo ninguna garantía. - Le aclaro ya siendo más enfática y fuerte. - Así que es un no. No voy a volver contigo ahora.

Edward la miró herido.

- ¿Entonces por qué me dejaste besarte? - le reprochó volviendo a parecer el adolescente que ella conocía. - ¿Querías jugar conmigo?

Molesta por su acusación se bajo de su regazo y se paró frente a él.

- Yo nunca he jugado contigo. No soy como tú. - lo atacó dejándose llevar por la molestia. - ¡Dios mío a veces olvido lo irritante que eres!

Molesto desde el tronco donde estaba sentado gruñó.

- No te entiendo Bella. ¡Nos acabamos de besar por horas! ¿Y no quieres ser mi novia? Antes me acusabas de haberte ocultado y cuando lo quiero todo contigo me rechazas.

Bella no sabía como hacerle entender su punto. Para Edward era muy fácil y practico pero para ella no.

- Tienes que entender que la situación entre nosotros no es la misma desde que Sophie apareció. Yo ya no puedo meterme en una relación con nadie sin tener en cuenta las consecuencias que tendrá en mi hija. ¿Has pensado que pasaría si nuestra relación no es lo que esperas y nos separamos? Sería incómodo vivir juntos y luego si tienes otras novias...

- Estas asumiendo que no va a funcionar. - la acusó Edward. - No estás dándome el beneficio de la duda. Estas siendo injusta conmigo.

- ¿Injusta? Edward, te recuerdo como has actuado y...

- Antes de tener a mi hija sí fui un idiota. Puedes condenarme de lo que quieras pero desde que mi hija nació no he hecho nada mas que luchar por ser mejor persona. Tú has estado a mi lado y debiste notarlo pero estas tan cegada por mis errores anteriores que no te importa lo que he hecho.

- No es así. Si he notado que has cambiado.

- El Edward que quiere estar contigo es el nuevo, no el idiota de antes. Entiéndelo por favor.

Bella se tapó el rostro buscando calmarse.

- Hay mucho que perder sino funciona. - insistió de nuevo. - No puedo meterme en una relación, primero debo pensar en Sophie.

- Bueno cuando te metiste con Jacob no pensabas mucho en Sophie. - la acusó llevando la pelea a otro lugar.

- ¿Me estás acusando de ser mala madre? - le preguntó con voz letal.

Edward tenso contestó.

- No, jamás diría algo así. Me refiero a que si lo intentaste con Jacob a pesar de que ibas a ser mamá. A él sí le diste una oportunidad con todo el riesgo que acarreaba. Él iba a ser el padrastro de mi hija. No es justo que no me des esa oportunidad a mí que sí soy el padre de Sophie.

- Las circunstancias eran muy diferentes cuando estuve con Jacob. - contestó y buscó ser honesta. - Sophie aun no había nacido así que no tenía idea de lo que se me venía encima. Jacob me hizo sentir adolescente durante el tiempo que estuvimos juntos y nunca lo vi como el padrastro de mi hija. Ahora no podría darle una oportunidad con esa facilidad. Mi vida es diferente.

- Tú y yo somos diferentes. - Edward no iba a darse por vencido. Se levantó del tronco y caminó hacia ella. - Ambos amamos a nuestra hija. Estoy seguro que nos esforzaremos extra para que nuestra relación funcione. No seremos solo tú y yo sino también Sophie, nuestra familia solidificándose. Yo jamás me atrevería a destruir la familia de mi hija. Bella por favor. - tomó su mano y la colocó en su pecho para que sintiera su corazón acelerado. - Créeme que no hay nada que quiera mas que volver contigo. No voy a aguantar ser solo padres de Sophie. Quiero besarte y poder tomar tu mano. Poder decir que eres mía y que juntos estamos construyendo un futuro.

Bella cerró los ojos porque la visión de Edward rogándole era demasiado para ella.

- Edward...

Él la cayó con un beso desesperado. Esta vez no pudo separarse ni siquiera empujando su pecho. La besó con insistencia y necesidad. Se resistió pero la fuerza de su agarre al rededor de su cintura y la insistencia de sus besos terminaron por vencerla. Se dejó llevar al final y Edward en señal de triunfo la apegó contra su pecho convirtiéndose en una agarre casi asfixiante. Con la respiración incontrolada y los sentidos alterados de alguna forma terminaron el beso.

- ¡No me beses así! - le reprochó molesta.

- ¿Por qué? Te gustó. - la apretó mas a su pecho. Yo te gusto y mis besos también. - la besó una vez mas.

- ¡Edward basta! - reclamó cuando dejó sus labios tranquilos.

- ¡No! - respondió con rabia. - ¡No voy a detenerme y esperar a que algún día reacciones!

- ¡No voy a volver contigo!

- ¡Y yo no voy a parar de amarte!

Ambos se miraron dolidos y con los labios enrojecidos por los besos violentos que se habían dado.

La luz del amanecer empezó a filtrarse lentamente por el horizonte. Ambos fueron conscientes de que era bastante tarde y debían volver a casa para hacerse cargo de su hija.

- Debemos irnos. - indicó Bella con la voz ronca debido a los gritos ocasionados por la pelea.

- Iremos a casa ahora pero esto no se ha acabado Bella. No voy a rendirme y voy a jugar todas mis cartas. Todas. - enfático la apegó a su pecho aún mas.

Bella alejó la mirada porque ya no quería seguir con la discusión sin sentido.

- Vamos. - le empujó el pecho queriendo alejarlo. - Sophie nos espera.

Edward cedió dejándola respirar lejos de su abrazo asfixiante.

- Vamos. - tomó su mano sin consultarle y se resistió a soltarla todo el camino de regreso al auto.

El camino a casa fue en silencio y con un Edward especialmente pensativo. Bella decidió no pensar mucho en eso y se concentró en repasar las razones lógicas por las que no debía darle una oportunidad.

Edward era una persona muy comprometida cuando se planteaba su meta. Ya antes lo había hecho cuando quiso comprarse su camioneta y luego también lo hizo cuando ahorro meses para comprarle a Sophie una cuna. Edward no se rendía y ella lo sabía. Por lo que debía ser muy cuidadosa en entender sus verdaderas intenciones, quizás solo era un reto para él.

Ya en casa y con Sophie durmiendo en la habitación de su madre. Bella decidió irse directamente a la cama. Edward por su parte decidió tomar una ducha antes.

A pesar de todas las emociones Bella no tardó nada en quedarse dormida.

- Despierta, amor. - La despertó poco tiempo después. Tenía a Sophie en brazos mientras la observaba desde el borde de la cama. - Mira cariño. ¿Mamá ya despertó?

Sophie chilló contenta y estiró sus brazos queriendo llegar a Bella.

Agotada como estaba se sentó como pudo para recibir a su pequeña.

- ¿Dónde está mi mamá? - le preguntó con voz cansada mientras se descubría un pecho para ofrecerle a Sophie.

- Dormida. - le contestó seguro. - Fui a ver a Sophie y la encontré despierta así que la traje.

- Espero que no hayan tenido problemas anoche.

- No lo creo. - Edward le aseguró mientras se metía a la cama junto a ella. Aun no era de día. El sol aun no terminaba de salir. - Anoche todos la pasamos bien.

Bella estaba muy cansada y le dolían los pies mientras Edward parecía estar inyectado con la energía de un niño pequeño.

- Hey, ven aquí. - abrazó sus hombros y tiró de ella para que apoyara su cabeza en su hombro.

- ¿Qué haces... ? - quiso alejarse sin éxito.

- Ayudarte. - apoyada en el pudo cerrar los ojos un poquito. De alguna manera Edward se encargó de que Sophie pudiera alimentarse mientras Bella dormitaba en su hombro.

Posteriormente la ayudó a recostarse en la cama mientras él cambiaba a la bebé. Sophie volvió a dormirse poco tiempo después como la bebé pequeña que era. Edward por su parte volvió a la cama y abrazó a Bella por la cintura apegándola a su pecho.

- ¿Dónde esta... ?

- Ya en la cuna, dormida. - le aseguró dejando un beso en su hombro. - Descansa. Te amo.

Bella se quedó dormida luego de eso.

Despertó una horas después ya más recuperada. Edward seguía junto a ella con el rostro enterrado en su cuello. Por el silencio en la habitación suponía que Sophie seguía dormida.

- Edward. - quiso despertarlo porque con su abrazo asfixiante no podía levantarse.

- Hmm... - él dejó un beso en su cuello para luego suspirar.

- Edward, levántate.

- Aún no. - le contestó apretándola mas contra su costado.

- Edward.

El cobrizo suspiró.

- Estoy muy cómodo ahora. No puedo moverme.

- Necesito ir al baño. - mintió.

- ¿Tienes muchas ganas? - preguntó bostezando.

- Si.

- ¿Qué tantas?

- Edward, hablo en serio.

- Yo también. Si quieres que me mueva necesito algo a cambio.

- Edward... - gruñó.

- Solo quiero un beso. No te alteres. - levantó el rostro y quiso acercarse a sus labios pero ella alejó el rostro.

Indignada lo empujó. - ¡Edward!

- Solo es un beso. - le aseguró bufando. - Anoche nos dimos bastantes. ¿Qué problema hay con uno?

- Edward necesito ir al baño.

- Y yo necesito un beso.

- Edward...

- Bella...

El muchacho rio en su cuello antes de acercar sus dedos a sus costados en clara señal de amenaza.

- No te atrevas.

- No me obligues a hacerlo. Solo bésame.

- Suéltame.

- No grites. Sophie sigue dormida.

Gruñó molesta a lo que Edward respondió acercando mas sus dedos a sus costillas.

- No, no. Espera. - lo detuvo nerviosa porque a pesar de no tener ganas de ir al baño las cosquillas eran su debilidad y él lo sabía. - Solo uno.

- Solo uno. - sonrió el cobrizo acercándose.

Bella tomó su rostro y lo acercó al de ella para dejar un beso pequeño y rápido.

- Listo. Suéltame.

- ¿Qué? Eso no fue un beso.

- Edward... basta. Necesito ir al baño.

- Bésame apropiadamente. No vas a estafarme con ese remedo de beso.

Molesta volvió a besarlo pero esta vez el cobrizo le respondió el roce con un beso más intenso. Le tomó las muñecas y las puso sobre su cabeza para evitar que vuelva a empujarlo y la besó con ganas. La sometió a sus besos insistentes hasta que Bella olvidó como era respirar. El cobrizo la dejó solo cuando ella estuvo tranquila sin luchar contra sus besos.

- ¿Viste? Era solo un beso. - se burló mirándole los labios rojizos. - La próxima vez subiré la cuota si me haces esperar.

- Cállate y déjame ir. - gruñó alejando la mirada y luchó por liberarse de su agarre.

Edward rio en voz baja. - Si, mejor te dejo ir porque en este momento estoy algo animado y no estamos listos para otro bebé.

Indignada por sus palabras burlonas luchó con mas fuerza, esta vez Edward si la dejó ir entre risas en voz baja.

- Estas loco. - lo criticó saliendo de la cama.

- Si, pero por ti. - confesó con facilidad tomando la almohada que Bella había usado y hundió su rostro en ella.

Luchó contra su propia risa cuando lo vió hacerlo y se encerró en el baño para darse unos minutos de tranquilidad. Se duchó y trató de despejar sus pensamientos sobre la noche anterior.

Afuera ya la esperaba Edward con Sophie en un brazo y el otro ocupado en controlar los huevos que estaba friendo.

- ¿Estas haciendo el desayuno?

- Oh mira bebé, mamá ya salió de su interminable baño. - Sophie sonrió como si entendiera.

- Dámela. - gruñó quitándole a la pequeña.

- Ya le cambié el pañal. Debe tener hambre.

- ¿Tienes hambre mi princesa? - le preguntó Bella a su hija que solo la observaba sonriendo. - Vamos a comprobarlo.

Liberó uno de sus pechos y lo acercó a su boca. La pequeña se aferró inmediatamente.

- Te lo dije. - le aseguró dándole un vistazo mientras servía los huevos. - Mi pequeña y yo nos entendemos muy bien.

Bella solo puso los ojos en blanco y se concentró en ver los ojos cada vez mas verdosos de su pequeña. Había heredado los ojos de Edward.

- Aquí tienes.

Le coloco un plato en la mesa de la cocina y puso otro para él.

- ¿Y mi mamá?

- Ella ya se fue a trabajar.

- ¿Qué? Pero si su turno empezaba a las once.

- Ya son mas de las doce.

Sorprendida asintió.

- Dormí demasiado.

- Bueno anoche nos excedimos en la hora. Creo que has dormido lo necesario. - le explicó con buen humor comiendo sus huevos.

- Te veo muy...

- Feliz. - completó por ella sin pena. - Me siento más tranquilo desde que se que aun sientes algo por mí.

- ¿Qué? - tosió casi ahogándose con su huevo.

- No es una victoria absoluta. Aun me falta que aceptes volver conmigo pero es un buen inicio. Me aferraré a lo positivo.

- Sigues con lo mismo.

- Ya te dije que esto no se ha terminado.

Bella puso los ojos en blanco y se concentró en Sophie que bebía animosa de su pecho.

- ¿No dejaras ese tema por la paz?

Edward sonrió sin darle importancia a sus palabras y terminó sus huevos. Sophie estaba lista para sacarle los gases así que la tomó en brazos para que Bella pudiera acabar de comer.

Jugueteó con la niña en su regazo hasta que ella lo atacó. Sus primeros dientes ya habían salido y mordía todo lo que tuviera a la mano incluyendo a sus padres.

- No, no mi pequeña vampiresa. - Edward la alejó de su pezón plano. - Yo no tengo lo que buscas.

La bebé soltó un chillido alegre por haber sido alejada de esa forma.

- Creo que para ella es un juego el querer morderte. - comentó riendo. - Debes empezar a usar camisetas y no andar medio desnudo por la casa.

- Oh vamos, amor. Te encanta verme así. No lo niegues.

Sophie volvió atacar esta vez logrando clavar su único dientecito en su pecho.

- ¡Ay! - gritó provocando que madre e hija rieran con fuerza.

- Dámela. - Bella se acercó aun entre risas. - Quizás aun tiene hambre.

Sophie se emocionó al ser alzada y aun más cuando Bella descubrió su otro pecho para ofrecerlo. La pequeña se aferró a él inmediatamente.

- ¿No te muerde? - preguntó el cobrizo con un ligero escalofrío.

- No lo ha hecho con fuerza hasta ahora.

La niña levantó una mano queriendo llegar al rostro de su madre.

- Ella te ama. - Edward suspiró mirando a su hija. - Es increíble la conexión que tienen.

- Ella también te ama. - le aseguró sonriendo. - Salta emocionada cada vez que llegas. Eres su persona favorita.

- Luego de ti. - agregó.

Bella solo sonrió mirando con adoración a su pequeña que la observaba fijamente mientras se alimentaba.

- Tuve mucha suerte. - susurró Edward llamando su atención. - Eres una mamá increíble. Además de sexy. ¿Quién diría que una mujer embarazada podría ser tan sexy?

- ¡No mientas!. - chilló acalorada.

Edward rio. - No miento. Me volvías loco de una forma cavernícola cuando estabas embarazada.

- ¡De que demonios estas hablando! - empujó su brazo en señal de protesta. Edward rio mas fuerte.

- Cuídate Swan porque cuando al fin me des una oportunidad... - Edward sonrió en grande al ver su cara pálida. - No tardaré en planear el siguiente bebé Masen.

- ¡Idiota! - insistió en su golpe ganando más risas de parte de Edward.

El cobrizo rio hasta terminar suspirando.

- Lo digo en serio. Me gustaría que en algún momento cuando seamos más estables tuviéramos al menos uno mas.

Bella volteó a verlo con una ceja alzada.

- ¿En qué momento acepte... ?

- Oh vamos, déjame soñar un rato. - le pidió. - Se que primero tenemos que estudiar y tener trabajos reales, no de medio tiempo. Pero cuando ese momento llegue quiero tener otro, vivir la primera etapa del embarazo que me perdí con Sophie. - suspiró nostálgico. - Su primera patada o tu primer antojo.

- No voy a alimentar tu locura comentando lo que acabas de decir.

Edward rio ligero. Tomó el plato vacío de Bella para lavarlo no sin antes dejar un beso en su frente.

- Si, estoy loco pero por ti. - le recordó antes de seguir con sus actividades.


Actualización!

Empezamos bien este año. Este par se va entendiendo mejor y tomando decisiones importantes de forma sensata.

Quedo atenta a sus reviews. Son mi motivación para publicar las ideas locas de mi cabeza.

Nos leemos!