serena tsukino chiba: Siiiiii, por fin! La mala comunicación estaba haciendo insoportable la situación, no sólo para ellos, sino también para nosotras XD, por suerte ya pudieron arreglarlo todo y hacer la vida de casados que merecen. ¡Un saludo y muchas gracias!
Glaseado
Kaoru estaba preparando galletas navideñas. Cortando las galletas para ser exactos. Estaba muy emocionada. Antes no había sido capaz de lograrlo de la manera correcta pero, con algunas lecciones de Megumi, había logrado hacer las malditas galletas.
Sonrió y procedió a los retoques finales del glaseado. ¡Él quedaría tan impresionado! No podía esperar a que llegara. Lo sorprendería tanto. Sacó un plato de la estantería y las colocó allí antes de llevarlo a la mesa.
"¡Ya están!" Aplaudió en un gesto de alegría y miró la bandeja donde había preparado las galletas. Todavía quedaban algunas esparcidas allí. Sus ojos viajaron desde la puerta hasta la cacerola. No le haría daño a nadie si probaba alguna...
Con seguridad, no.
Eligió una con forma de bastón cubierta de rojo y blanco y le dio un mordisco. "Mmm," dejó salir, orgullosa de sus esfuerzos. La terminó en pocos minutos y lamió el glaseado que había quedado entre sus dedos.
"Eso se ve... delicioso."
Ella se sobresaltó, dejando de limpiarse los dedos. "¡Ke-Kenshin!" exclamó, sonriendo al instante. "Te esperaba para dentro de una hora," le confesó.
Él rio, uniéndose a ella. Agarró la mano que ella aún tenía frente a su boca. Tomó su dedo índice, fijó sus ojos a los de ella, y se lo llevó a su propia boca. Ella gimió bajo al sentir la lengua arremolinarse alrededor de su dedo.
"Mmm," susurró, soltando lentamente su mano. "Pero creo..." Comenzó a decir, acercándola a él y acunando su rostro con las manos. "Mucho mejor así," terminó de decir, con su aliento sobre los labios de la chica.
Ella se humedeció los labios con anticipación y esa fue la invitación que él necesitaba. Bajó su rostro hacia el de ella para poder unir sus labios. Apenas la tocó, pero ya la situación había cambiado. En cuestión de segundos, se encontró pegada a él, con sus manos enterradas hasta los nudillos en su largo cabello.
Sus manos bajaron de su rostro para agarrar sus caderas y tirar de ellas con fuerza contra él mientras su boca devastaba la de ella. Sus lenguas luchaban por el dominio. Ella apenas era consciente de dónde estaban hasta que su espalda golpeó la mesada. Se apartaron por un momento para respirar y él la levantó sobre la mesada para luego volver a pegarla a su cuerpo, con sus labios volviendo a reclamar los de ella.
Ella enroscó sus piernas alrededor de su torso y gimió en su boca. Amaba la manera en que él se sentía con ella, amaba la manera en que su lengua acariciaba la suya, amaba su manera de tomarla. Aquello hablaba de su posesividad y ella lo amaba. Lo amaba a él.
Él separó sus labios de los de ella, jadeando. La joven no se encontraba mucho mejor, su aliento salía en bocanadas de aire. Sus ahora labios rojos se curvaron en una gran sonrisa.
"Creo que me gustaría probar ahora una de estas galletas," le dijo. "Estoy seguro de que te salieron excelentes."
Ella le dio un golpecito. "Arruinaste la sorpresa," le reprendió. "Trabajé muy duro para hacerlas."
"Y seguramente están geniales, pero apuesto a que saben mejor en tus labios," replicó él, acercándola más.
Kaoru rio y se acercó rendida al próximo beso. ¿Quién era ella para discutir?
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Nota: ¡Empezando a palpitar las Navidades! ¡Espero que les haya gustado!
