*Clank*
Un ruido, proveniente de alguna parte de la habitación, interrumpió mi descanso.
El reloj de mi habitación marcaba las 4:18 am.
Mi alarma estaba fijada para las 5 am.
- *Sigh* No lograré recuperar el sueño en tan poco plazo de tiempo - pensé, tras un suspiro. Será mejor que me levante y comience con las actividades del día.
En cuanto me senté sobre la cama, mi atención pasó a centrarse en el par de ruidosos animales esotéricos que parecían estar disputando un combate a muerte.
Uno de ellos era un cuervo de 3 patas que ya conocía muy bien, mientras el otro lucía como un adorable e inofensivo gato albino.
Lo más curioso de la situación, era que Yata-Garasu no parecía estar luchando contra el minino en cuestión, sino contra la sombra que éste proyectaba. La cual lucía mucho más fiera y "amenazante" que el animal dueño de la misma.
Al percatarme de ese detalle, la identificación del responsable se tornó más que evidente.
- ¡Yata-Garasu, Kinka-Byo, cesen su pleito! - exclamé, provocando que ambos se detuvieran en seco. ¿Tienen idea de la hora que es?
La exótica ave se encorvó en señal de vergüenza, mostrándose, en extremo, apenada por su comportamiento.
El felino por otro lado, intentó apelar a mi lado mas piadoso, restregando su, ahora, tangible cuerpo por encima de mi pijama y buscando asilo en mi regazo, acción que no agradó para nada a su emplumado compañero.
- ¡AH AH!
- ¡Hisss!
- *Sigh*
En menos de una hora, otro suspiro ya se había escapado de entre mis labios.
Tenía conocimiento de que algunos espíritus podían llegar a volverse muy apegados con aquellos individuos que eran capaces de ganarse su respeto y/o cariño pero, este par... con este par, las cosas podían tornarse bastante absurdas en ocasiones.
Después de todo, el crecimiento y poder de un espíritu, se mide en la cantidad de veces que éste toma parte en una batalla. Si se traducía eso a los aspectos del Duelo de Monstruos, representaba la cantidad de veces que una carta era utilizada en combate. Naturalmente, un espíritu considerado como "débil" tanto en su dimensión como en la nuestra, querría tener un mayor rendimiento para con su duelista.
En consecuencia, esto, habían provocado una especie de rivalidad entre los susodichos teniendo mi "preferencia", como celestial trofeo. Cosa por demás ridícula, puesto que había diseñado barajas específicas, con el fin de otorgar a cada espíritu una participación razonable, aunque era obvio que no siempre se daría el caso.
Era un juego de naipes, no uno de ajedrez.
Pero bueno... antes de que otra pelea fuese a desatarse, decidí levantarme. Inconscientemente, mis ojos vagaron hasta la agenda, ahora abierta, que yacía obre el escritorio.
Al notar el recordatorio escrito sobre sus páginas, comprendí el motivo que desencadenó mi prematuro despertar.
El día de hoy, teníamos el primer gran examen que determinaría nuestro rango por el resto del semestre.
Si bien un título, no necesariamente, reflejaba las capacidades del duelista, si servían como un tipo de etiqueta para los miembros del cuerpo docente, ya que les permitía saber el tipo de estudiante con el que estarían lidiando.
Siguiendo la bella tradición de desigualdad que la Academia establecía, todos los alumnos comenzaban con un Rango diferente, de acuerdo a sus dormitorios:
Para aquellos que iniciaban desde Osiris - su título inicial era el de: "Duelista Aprendiz", aunque si los prospectos, demostraban un desempeño medianamente aceptable, éste podía cambiar a "Duelista Promedio" o bien, si demostraban un crecimiento considerable, a "Duelista Apasionado", el cual era el reconocimiento que les permitía cambiar de hospedaje. Por el contrario, si sus promedios, acababan siendo lamentables, recibirían, entonces, el galardonado título de "Estudiante Marginado".
Si. No bromeo.
Ésa era la denominación pensada para quienes se hallaban al borde del abismo educativo.
Algo en mí, me decía que Crowler había tenido que ver con aquella propuesta más preferí darle el beneficio de la duda, después de todo, era un rango aprobado por la comisión directiva.
Lo cual, a su vez, me hacía pensar en qué tan buena era la comunicación existente entre la cabeza y el cuerpo de esta institución, si eran capaces de avalar opciones tan denigrantes.
Sólo el tiempo me daría las respuestas...
Ahora bien, si eras afortunado de aterrizar en Ra Amarillo, como su servidor, se te era otorgado el título de: "Duelista Superior". Una forma de denotar que estabas por encima de la media y merecías ser reconocido por ello. Este rango podía llegar a tornarse en dos vertientes: "Duelista Sosegado", en el caso de que una persona no pudiese mantener los estándares del dormitorio y su estancia en el mismo se viese amenazada, o en "Duelista Respetado", si se poseía las aptitudes necesarias para avanzar a la siguiente casa.
Para finalizar, estaba la situación de los Obeliscos Azules, los cuales se hallaban resguardados dentro de su pequeña y frágil burbuja hecha del mas puro y frío nepotismo. Si llegabas hasta aquí ( o tuviste la fortuna de contar con el suficiente prestigio como para COMPRAR tu sitio), la academia te recompensaba con el título de "Duelista de Élite" y del cual no había punto más bajo. Sea que te esforzases o no en tus estudios, siempre serías "De la Élite" mientras llevases la azulada chamarra.
Claro que, eso no excluía, la posibilidad de un mejor rango.
Los siguientes títulos a obtener, eran los de "Príncipe" y "Rey de los Juegos" respectivamente.
Siendo el último, el premio mas jugoso que se le podía ofrecer a cualquiera con sueños de entrar a las ligas.
Informándome un poco, me enteré que Pegasus fue quién había creado tal denominación, a modo de recompensa para quien lograse triunfar en su prestigioso torneo conocido como "Reino de los Duelistas". En esos tiempos, el excéntrico magnate era el único con la autoridad suficiente como para coronar a un Rey o Reina.
Esto fue cambiando pasados los años y debido a la influencia de los gobiernos y otras empresas que buscaban nivelar el terreno de juego.
Fue así, que el término sería otorgado a aquella persona lo suficientemente habilidosa, como para lograr el mejor puntaje dentro de las Grandes Ligas Profesionales. Escenario para el cual, la Academia establecida por la Corporación Kaiba, debía de preparar a sus aspirantes lo mejor posible.
Por otra parte, el título de "Príncipe de los Juegos" fue, mas bien, una idea de la mesa directiva, pensada para ofrecer una alternativa mas realista.
Éste se podía obtener siendo el número 1 de todo el campus, tanto en práctica como en teoría. Una forma amable de incentivar a la persona con las mejores calificaciones del establecimiento, a convertirse en el futuro Rey (o Reina) de los Juegos una vez lograra tramitar su Licencia de Duelista Profesional.
Ahora, si bien mis calificaciones y desenvolvimiento en el juego eran sobresalientes, al haber ingresado a Ra por la vía tradicional de examen, mi rango debía ser el respectivo antes mencionado.
Cosa que no concordaba con la información que estaba viendo, ya mismo, en mi Agenda Electrónica.
Nombre: Caelian Eisenstein
Dormitorio: Ra Amarillo
Rango: Duelista Respetado.
*Sigh*
- Esto ya era el colmo- pensé. ¿En serio cree que un ascenso servirá para apaciguar las aguas?
La razón de mi enfado no era la realización del siniestro mismo, sino quién lo había perpetrado y la intención oculta tras de ello.
Días atrás, luego del duelo grupal que Jaden y yo, habíamos tenido en contra del dúo de féminas obelisco, Kinka Byo detectó la presencia de Crowler en el perímetro, por lo que salió a su encuentro. Este suceso, aunque minúsculo, sirvió para enterarme de que el amanerado académico, no sólo había sido el responsable intelectual de aquella patética treta, sino que además, él y los gatos no parecían llevarse muy bien que digamos.
Al salir a su encuentro, mi mensaje fue mucho más claro y directo que el de aquella vez durante su clase, después de todo, el inescrupuloso sujeto estaba comenzando a colmarme los nervios.
La próxima vez que acabase inmiscuido en otra de sus alocadas fantochadas... lo pagaría caro... muy pero MUY caro.
Me vi tentado a utilizar mis habilidades espirituales con él, en pos de hacer reforzar mis intenciones, más me contuve.
Quizás aún, podía haber redención para este tipo de engendros... - pensé.
Desgraciadamente (para él) y contra todo pronóstico, aún si fue por un corto período de tiempo, el "ilustre" mentecato optó por no hacerle caso al miedo que lo paralizaba y, en su lugar, decidió enseñar los dientes, como lo haría una triste rata acorralada...
Admito que su intento de bravata me tomó por sorpresa, no esperaba que al sujeto le quedara un ínfimo gramo de valor en ese cuerpo escuálido pero, aún así, no le serviría de mucho. El mensaje ya había sido logrado su cometido, si es que sus temblorosas piernas eran prueba de ello.
Lo único que su burda intimidación había logrado era que me sintiera deseoso de ver cuál sería su siguiente movimiento. Porque, de ese modo, disfrutaría verlo recibir su decisivo castigo una vez alcanzado su fracaso...
Ahora bien, volviendo a la agenda de esta mañana... la evaluación semestral no era el único tema que había estado en boca de todos durante la semana.
Al parecer, un importante cargamento proveniente del continente sería entregado durante el transcurso de la jornada.
Uno pensaría que con el nivel de seguridad con el que suelen manejarse las encomiendas de índole internacional, la carga debía de ser algo, extremadamente, valioso, ¿cierto?
Pues...
No. Al menos desde mi punto de vista...
Lo que arribaría el día de hoy sería. nada mas y nada menos, que la nueva expansión de cartas que pronto sería despachada a las tiendas de todo el mundo.
Seto Kaiba siempre se había jactado de ser el N°1 en lo que a Duelo de Monstruos se refiere y, por supuesto, que no desperdiciaría una oportunidad para alardear al respecto. Por lo que cada vez que una nueva tanda de naipes iba a ser lanzada por Ilusiones Industriales, su academia obtenía el honor de recibir los primeros lotes, antes que cualquier en el resto de países.
La noticia generó tanta impaciencia y expectativa que era casi imposible oír hablar de otro tema durante los descansos.
El único que no se mostraba tan interesado en ello, era Bastion, quién había optado por mantenerse en su zona de confort, en vez de intentar desequilibrar sus barajas con opciones foráneas.
Y no pudo evitar estar de acuerdo.
Si, la ilusión de poder probar nuevas estrategias antes que posibles rivales era seductora, más implicaba un cierto nivel de análisis y de ensayo prueba y error.
Nadie se atrevería a usar un mazo ensamblado a último minuto en un examen que podía resultar en la reducción de tu rango. Era algo demasiado riesgoso, más aún si no se lograba la completa adaptación a tales cambios en un período reducido de tiempo.
- Hoy será un día agitado - murmuré.
Pensaba utilizar otro de mis mazos durante la prueba, uno de los que no acostumbro usar muy a menudo. Al principio iba a hacerlo por mero entretenimiento, ya que prefería no estancarme con las mismas jugadas duelo tras delo, más luego, surgió un nuevo e inesperado motivo, uno que involucraba a cierta melancólica Reina del obelisco.
Nuestro primer encuentro en el lago, había servido como una burda manera de romper el hielo, y no me había ofrecido mucho más que un simple vistazo a su nivel de habilidades. Si quería develar el origen de aquello que la perturbaba, tendría que ganar su confianza, como lo había hecho con Jaden y su grupo.
Tener cerca a la única fémina de entre esos estirados, que no sólo, no suspira como quinceañera enamorada en cuanto estoy cerca sino que además tiene la suficiente presencia como para causar un impacto, podría resultar muy ventajoso para futuras interacciones.
Pero, como siempre, era cuestión de planificar todo y aguardar los resultados...
• ────── ✾ ────── •
- Y recuerden, estudiantes. Tienen una hora para completar el examen - dijo el Profesor Banner habiendo acabado de repartir las hojas. Si tienen dudas con respecto a alguna de las preguntas, saltéenla y pasen a la siguiente. Si hay algo que deban consultar conmigo, que sea durante los últimos minutos del plazo. Buena suerte a todos y... ¡comiencen!
El sonido de lápices y bolígrafos chocando contra el papel inundó el ambiente.
Por un momento, mis ojos deambularon, topándose con el asiento que correspondía a cierto hiperactivo pelicastaño, completamente vacío.
Era conocimiento público que Jaden no era bueno en los estudios pero, ¿llegar a saltearse un examen?
Quisiese o no tendría que ir a su dormitorio a revisar que no le hubiese pasado algo.
Gajes del oficio, supongo.
Pero antes...
- ¿Si, señor Eisenstein? ¿Desea utilizar el baño? - preguntó el jefe de los Osiris viéndome con la mano levantada.
- No, profesor. Sólo quería saber si podría acercarme a entregar mi hoja.
- ¿Hay algún problema?
- No, de hecho, ya he terminado.
Todas y cada una de las cabezas presentes se giraron en mi dirección una vez dicho eso.
- ¡¿EHHHHH?!
- ¿Estás seguro, Caelian? ¿No deseas revisar una vez más?
- Estoy seguro, pero gracias por preocuparse - respondí.
- Bien, tráela hasta aquí.
Con calma, abandoné mi asiento y me dirigí hacia el escritorio del maestro.
- Puedes pasar el resto del examen, fuera o esperar en silencio, si deseas.
- Gracias, sr. Banner. Creo que saldré a tomar aire.
- De acuerdo, pero nada de causar problemas- dijo el pelinegro, volviendo a sentarse y a reanudar las caricias a su gato.
De camino a la salida del salón, mientras notaba la variedad de miradas que el curso me dirigía, no pude evitar percatarme de la presencia de cierto Osiris peliceleste, quién, juzgando por la posición de su cuerpo en el pupitre, se encontraba, completamente, dormido.
*Sigh* Ésta es la última vez que haré algo bueno por usted, sr. Truesdale... - dije dentro de mi subconsciente, en lo que materializaba a Yata-Garasu y lo enviaba a picotear el cuero cabelludo del "estudioso" bello durmiente.
Sin quedarme a presenciar su reacción, decidí dirigirme hacia la casa de los rojos, con la intención de despertar al usuario de héroes. El ver a su fiel compañero de aventuras en ese estado, me daba a entender que tanto él, y quizás también, el sr. Huffington se hallaban, ahora, descansando en los brazos de Morfeo.
Por lo que no me quedaba mas remedio que suplir el rol de despertador.
Mientras descendía por el trayecto de vuelta hacia el dormitorio de los Osiris, me sorprendió toparme con lo que parecía una robusta fémina vestida con overol de tirantes, intentando evitar que una verdosa camioneta rodara por la pendiente.
La persona en cuestión no era otra que la dueña de la tienda de cartas del campus, la señorita Dorothy.
- Buenos días, señorita Dorothy- dije llamando la atención de la cocinera y deteniendo el coche por su parte trasera. Veo que su vehículo le está dando problemas.
- ¿Huh? ¿Quién? - la fornida mujer se volteó, topándose con mi albina presencia justo al fondo. Ohh... te recuerdo, eres el educado chico que suele visitar mi tienda los martes- dijo intentando luchar con la gravedad de su predicamento... literalmente.
- Caelian Eisenstein, un placer. Lamento encontrármela en estas condiciones. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarla?
- Descuida, sólo es una... ¡Hmm! avería- respondió con dificultad. El carburador debe haber fallado en algo.
- De ser el caso, permítame prestarle mi apoyo. Con dos personas empujando será mas sencillo acercar el vehículo hasta la entrada - pronuncié y, al instante, bombeé energía espiritual a mis músculos, logrando que el descompuesto cacharro avanzase.
- Oh, eres un jovencito muy fuerte. Te lo agradezco, no olvidaré lo que hiciste.
Para cuando nos faltaba poco más que un par de metros para llegar al sitio de descargas, vi pasar a cierto pelicastaño, a toda velocidad, por el terreno elevado.
- ¡Abran paso, tengo prisa!
Al notar que era yo, quien se encontraba ayudando a la dulce señora de la tienda, el joven de chaqueta roja se detuvo en seco y metió la reversa.
- ¡Hey, Caelian! ¿Qué estas haciendo? ¿No deberías estar dando el examen? Espera, no me digas, decidiste ausentarte para ayudar a esta señora. ¡Qué generoso eres, colega!
- Jaden, ya di el examen, lo acabé en los primeros 10 minutos.
- ¿¡Qué qué?!
- Y si no te apuras, no te quedará tiempo para que puedas terminarlo. Así que recomiendo que corras, ahora.
- Pero, ¿no necesitan apoyo?
- Estamos bien - respondió Dorothy. Tu amigo fue de mucha ayuda.
- No tenga cuidado. Sólo hice lo que cualquiera hubiera hecho - respondí con mi familiar tono de cortesía.
- Ahora vayan, sigan en sus asuntos, yo me encargaré desde aquí. Gracias de nuevo por el gesto tan comprensivo.
La amable tendera se alejó, maniobrando su vehículo hacia la parte de atrás de la Academia, dejándonos solos a ambos.
- Es una encantadora señora, recuérdame que le envíe algo durante las fiestas.
- ¿No tienes un examen que hacer, Jaden?
- ¡ES CIERTO! ¡Te veo luego!
Y con ello, el cabeza de Kuriboh, ingresó corriendo al complejo.
Ahora veo, el por qué me han pedido supervisarlo.
El chico tiene el potencial para ser un gran duelista, pero esa actitud despreocupada, tarde o temprano, le causará problemas.
Al menos, ya no tenía que ir hasta su dormitorio y podía, por fin, disfrutar de algo de calma.
• ────── ✾ ────── •
Después de lo exámenes escritos...
• ────── ✾ ────── •
- ¡Chazz! ¿A donde vas? ¿No deberíamos ir a ver las nuevas cartas?
El dúo de obeliscos seguía, desesperadamente, a su líder por uno de los extensos pasillos.
- Eso no me interesa. Debo hablar con el Dr. Crowler- contestó el pelinegro continuando su camino, sin darle importancia a sus "amigos".
- Pero, ¿por qué?
- No les incumbe. Ahora, si quieren hacer algo útil, vayan a la tienda a conseguir algo y déjenme lidiar con mis asuntos.
Ambos acompañantes retrocedieron.
El hijo menor de los Princeton podía ser un asno a veces pero nunca se lo había visto tan malhumorado.
- Está bien, pero no te pongas así.
- Vaya carácter...
Una vez que vio a sus compañeros retirándose del sitio, el azabache golpeó el muro con fuerza.
- Pobres tontos, no podrían comprender como me...
- Ohhh, Chazz. ¡Justo el hombre al que estaba buscando!
En eso, el joven obelisco se volteó sólo para toparse con la imagen de un extraño sujeto con capa negra y traje de estudiante pendenciero.
- ¿Quién rayos eres tú?
- ¿Qué? ¿No me reconoces?
El bizarro hombre se quitó la gorra, revelando al, siempre, extravagante jefe del dormitorio de los azules.
- ¡Dr Crowler! Es usted...
- Si y he venido hasta aquí para que me hagas un favor...
- Yo también deseo lo mismo...
- ¡Quiero que me ponga en el duelo de rango contra Caelian Zweinstein! / ¡Quiero que luches en el duelo de rango contra Jaden Yuki!
...
...
- ¿Ehh? (Ambos)
- ¿Caelian Eisenstein? / ¿Jaden Yuki?
Volver a oír ese nombre fue como un cubetazo de agua helada para el italiano sujeto.
Aún podía recordar las palabras que habían intercambiado luego de que su plan para inculpar al tal Jaden fracasase...
• ────── ✾ ────── •
Flashback (Bosque próximo al Dormitorio Femenino)
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- ¡Grrrr! ¡Maldición! ¡Todo fue para nada! Alexis no logró hacer que expulsaran a ese novato. Si no hubiese sido por ese condenado Caelian Eisenstein... yo...
- ¡Meow!
- ¿Huh?
De repente, el rubio educador se vio cara a cara con un tierno y albino minino.
- ¿Meow?
- ¡Ahhhhhhhhh! ¡Un gato! ¡Aléjate de mi, criatura despreciable! ¡No me llevarás con vida!
- ¿Oh? No sabía que el reconocido Dr. Crowler le temía a los felinos - dijo una voz suave pero con cierto aire de sarcasmo.
- ¿Quién es? ¡Muéstrese!
El jefe de los Obeliscos Azules no esperaba toparse con su "desteñido" estudiante a éstas horas de la noche, mucho menos en el bosque.
- ¿Sr. Eisenstein? ¿Qué hace aquí? ¿Sabe la hora qué es?
- Podría preguntarle lo mismo, Doctor... - respondió el joven prestándole atención a su traje de buzo. ¿Pensaba ir a nadar?
- E-Este... ¡sí! ¡Así es!- contestó este, fingiendo hacer calistenia. ¡Es que me entreno para las olimpiadas, ¿sabe?! ¡Dicen que el agua fría sirve para activar todos los músculos!
Un silencio sepulcral invadió el ambiente.
- Seré breve, puesto que, al parecer, no es de los que captan rápido.
- ¿Huh?
- Deje de meterse con los estudiantes de Osiris, especialmente el señor Yuki. Su burda treta de hoy pudo acabar en la expulsión de un ingenuo inocente.
- ¿Cuál treta? No se nada sobre una treta...
La mirada del peliblanco se tornó filosa.
- Es su segunda advertencia, Doctor... no habrá una tercera...
Crowler retrocedió ante el tono frío y vacío que había usado su alumno más, en un acto de valentía o de estupidez, decidió devolver el gesto.
- ¡Hmm! Si cree que puede venir aquí a amenazarme señor Eisenstein, está usted muy equivocado. Ahora, le sugiero que regrese a su cama sino quiere que le de tarea extra todo el semestre.
Habiendo dicho su parte, y viendo que el físico no le había respondido el comentario, el amanerado profesor emprendió, rápidamente, su regreso a casa, completamente ajeno al hecho, de que Caelian se quedo conversando con varios seres, que no parecían humanos...
• ────── ✾ ────── •
- P-Pero, ¿por qué desea luchar con el joven Eisenstein? Es sólo un Ra Amarillo - preguntó nervioso el mañoso aspirante a rector.
- Lo mismo podría preguntarle a usted, ¿por qué quiere enfrentarme con un Osiris? ¡Sería denigrante!
- Pues...
Crowler no quería admitir que deseaba ver al hiperactivo pelicastaño humillado, par a que sirviera como ejemplo para los demás novatos. Jaden Yuki, era una mala hierba que tendría que arrancar antes de que infectara el resto de la cosecha.
- ¿Y bien?
- Si tanto deseas saber... ese novato ha estado causándome problemas en clase todos los días. Es un vago, un mediocre. No merece estudiar en nuestra ilustre academia, por eso necesito de alguien como tu, un prodigio entre los obeliscos, para que le de su merecido. Si lo aplastas en el examen, podré probarle al Rector Sheppard que no puede permitirse más gente como él en esta escuela.
- Wow, quién diría que tu odio por un perdedor te llevaría a esto...
- ¿Y que hay de usted? ¿Qué tiene en contra del señor Eisenstein?
- El y yo tenemos un asunto pendiente- respondió el ricachón. Deseo saldarlo durante el examen.
El hombre de peinado tipo tazón se detuvo y contempló las posiblidades.
- Bueno, en vista de los acontecimientos, al parecer estamos en una encrucijada, señor Princeton. Así que le daré tres opciones.
- Lo escucho.
- Si me ayudas con mi venganza, te daré... ¡estas!
Crowler extendió los brazos, enseñando una gran cantidad de cartas no identificadas que colgaban de su ropa.
- Esas son...
- Las cartas que llegaron hoy en el barco. Nadie más las tiene. Y podrían ser solo tuyas, mi estimado obelisco. Sólo si dice que sí a mi propuesta.
- ¿Y mis otras opciones?
- Lo pongo en su duelo contra el señor Caelian, pero deberá hacer trabajos extra para mi en compensación. Recuerde que duelos entre dormitorios no son posibles sin una solicitud formal por parte de un miembro del concejo educativo.
- Maldición...
- Y la última... es que ambos olvidamos que éste encuentro alguna vez tuvo lugar y usted enfrentará a alguien de su misma casa como se acostumbra. La elección es suya, pero recuerde... el tiempo corre.
El hijo menor de la Familia Princeton analizó las palabras de su maestro.
- Cuando esté listo, vaya a verme a mi despacho. Tenga un buen día, señor Princeton.
Una vez que Crowler dejó el área, el pelinegro se hecho a descansar sobre las escaleras que llevaban al segundo piso. La opción que tomase cambiaría muchas cosas...
• ────── ✾ ────── • • ────── ✾ ────── •
Decidí que voy a convertir este capítulo en una votación, así que decidan el destino de El Chazz:
OPCION A - Chazz adquiere nuevas cartas y se enfrenta a Jaden.
OPCION B - Chazz mantiene su mazo Chthonian (Hell/Infernal) y se enfrenta a Caelian.
En el mientras tanto, me pondré a avanzar en mis otros fics.
