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Episodio 7. Sincorazón y espíritus

Kotori se levantó del asiento y bajó los escalones, dispuesta a confrontar a Shido.

–Sí, tienes razón, tengo que hablarte sobre… –comenzó a decir él.

De repente, ella le pegó una patada en la espinilla, cosa que le hizo gritar de dolor.

–¡Esto es por ponerte en peligro innecesariamente! –gritó ella enfadada.

Acto seguido le propinó una patada en la otra espinilla.

–¡Esto por enfrentarte a una AST sin estar preparado! –gritó.

Y finalmente le golpeó el estómago con otra patada.

–¡Y esto es por no decirme que Rinne es una espíritu! –rugió.

Shido se agarró el estómago mientras se doblaba de rodillas.

–Espera, ¿Rinne qué? –preguntó confundido.

Por toda respuesta, desde detrás de Kannazuki apareció Rinne, cabizbaja.

–Lo siento, Shido-san –dijo apenada–. Tuve que contárselo.

–¿Creías que no nos íbamos a dar cuenta? –preguntó enfadada Kotori–. Desde que esta mañana me contaste sobre la aparición de la espíritu, hice que los escáneres de Ratatoskr afinaran su búsqueda para detectar hasta la más ligera cantidad de energía espiritual en las proximidades del restaurante. Y resulta que detectaron una manifestación de esa energía en mitad de tu camino hacia el instituto.

Shido quedó mudo de asombro. Así que al alertar a Kotori de lo que iba a pasar había provocado un cambio en los eventos. Quizá no debió haber hablado tanto. Pero ya era tarde para lamentarse.

–Una vez lo detectamos, nuestras cámaras vigilaron, y durante un rato no captaron nada más que una cúpula casi imperceptible, tanto que nos costó muchísimo detectarla –prosiguió Kotori con un gesto duro–. Imagino que ya sabrás a quienes enfocaron cuando la cúpula desapareció.

Esto se complicaba. Subestimó los medios de Rataroskr. Y ahora Rinne se encontraba en una situación comprometida. Al menos no había logrado escuchar la conversación entre ellos.

Como pudo, se levantó.

–¿Y bien? ¿Qué tienes que decir al respecto? –le preguntó con seriedad mientras se cruzaba de brazos.

La situación era complicada. No podía contarle a Kotori que era en realidad una persona venida de otro mundo ocupando el cuerpo de Shido, ni la verdad acerca de por qué estaba así. Se esforzó para encontrar una historia que resultara creíble.

–En realidad yo no sabía que Rinne era una espíritu hasta esta misma mañana –respondió–. No apareció en mis sueños premonitorios.

Vio que Rinne abrió la boca con gesto de sorpresa, aunque nadie le prestó atención. En cambio, Kotori seguía impasible. Shido no se detuvo en su narración.

–Nos dirigíamos al instituto cuando aparecieron ante nosotros unas criaturas iguales a aquellas con las que me viste luchar –explicó–. En ese momento no sabía qué eran, pero se veían amenazantes. Nos rodearon dispuestos a atacarnos y Rinne usó sus poderes para crear esa barrera y que no fueran por más gente. Fue en ese momento cuando ella me contó qué era. Pero no tuve tiempo para procesarlo, ya que fue entonces cuando obtuve esto.

Shido hizo aparecer la llave espada, sorprendiendo a todos los presentes salvo a Rinne.

–E… Eso es… –tartamudeó Kotori.

–Sí, el arma con la que me viste luchar.

–Pe… pero aquella era de madera –recordó Kotori–. Esta parece metálica.

–Eso es porque se fortalece y cambia de forma cuanto más pelee contra esas criaturas –explicó Shido–. Su nombre es llave espada, y aunque no es lo único que puede destruirlas, sí es lo más eficaz. Apareció ante nosotros flotando, como si quisiera que alguien la empuñara, así que no lo pensé dos veces y la tomé para defenderme. Nada más tocarla, tuve como una visión con la que pude comprender su uso, así como la naturaleza de a lo que nos enfrentábamos.

Kotori guardó silencio por unos instantes, tratando de procesar lo que acababa de oír. Tanto Reine como Kannazuki estaban igual.

–Nn, ¿y lo de echar fuego y lanzar rayos? ¿Es también por esa arma? –preguntó Reine.

–Exacto –Shido no miró a los ojos a la oficial–. Son poderes mágicos que he adquirido por usar la llave espada. Y sé que puedo conseguir más, aunque no estoy muy seguro de cómo desbloquearlos.

En realidad sí tenía una idea de cómo hacerlo, pero no quería darles toda la información de golpe para no levantar sospechas.

Por unos segundos, nadie del Fraxinus dijo nada. Estaban procesando la información.

–¿Puedo ver ese arma? –preguntó Kotori mientras se acercaba a Shido.

–Claro –él le tendió el arma.

Kotori tomó la llave espada. Parecía sorprendida del tipo de arma que tenía en sus manos en aquel momento.

De repente, el arma desapareció y regresó a la mano de Shido. Todos salvo Rinne se sorprendieron.

–¿Qué ha pasado? –preguntó Kotori, que no terminaba de procesar lo que le había ocurrido.

–La llave espada solo puede ser empuñada por su propietario –explicó–. Si alguien más intenta tomarla, esta regresará con su dueño.

–Podrías haber avisado, esto me ha dado un susto –gruño Kotori, quien se alejó de nuevo en dirección a la silla de mando.

–¿Y qué son realmente las criaturas? –preguntó entonces Kannazuki con seriedad–. Nuestros escáneres mostraban unas lecturas de energía oscura, y nos dieron bastantes problemas para eliminarlos con nuestros drones.

Shido trató de hacer memoria con lo que recordaba de los Informes Ansem y las explicaciones del Maestro Yen Sid de los videojuegos.

–Esas criaturas se llaman sincorazón. Tienen su origen en el corazón de la gente –explicó.

–¿En el corazón de la gente? –preguntó Kotori, extrañada–. ¿A qué te refieres?

–A ver cómo lo puedo explicar… –Shido meditó unos segundos–. Supongamos que una persona es realmente horrible. Hasta tal punto que termina cediendo a su oscuridad interior. Sería en ese momento cuando el corazón de esa persona desaparecería, convirtiéndose en una criatura como las que habéis visto.

–Interesante –murmuró Reine–. ¿Y por qué atacan?

–Se sienten atraídos hacia los seres con corazón –aclaró Shido–. Por decirlo de una manera comprensible, son como vampiros que se alimentan del corazón de otros seres. Y por supuesto, quienes son atacados y lo pierden a manos de esas criaturas, terminan convirtiéndose también en sincorazón.

Algunos de los tripulantes del Fraxinus pusieron gestos de preocupación. Tener a un grupo de vampiros suelto era algo que pondría tenso a cualquiera.

–Ya veo –reflexionó Kotori–. El asunto es muy serio.

–Son capaces de reproducirse con rapidez si se les deja sueltos, por lo que es necesario destruirlos. Si son capaces de llegar al corazón de este mundo, todo será inundado de oscuridad y desaparecerá.

–¿El corazón de este mundo? –preguntó Kotori sorprendida–. ¿Quieres decir que tiene uno, como si fuera un ser vivo?

–Justamente –corroboró Shido–. Es como una gran concentración de energía, el núcleo vital de cualquier mundo. Eso hace que los sincorazón lo persigan más que ninguna otra cosa.

Kotori se puso pensativa. Probablemente sopesaba si tenía sentido algo de lo que estaba escuchando.

–¿Y dónde se supone que se encuentra? –preguntó.

–No lo sé –Shido movió negativamente la cabeza–. Está oculto, eso es cierto, y los sincorazón pueden percibirlo si están lo bastante cerca. Sin embargo, no sé de una forma de detectarlo, más que con la llave espada, que reacciona de forma similar.

–O sea, podría estar en cualquier punto del planeta –sopesó Kannazuki–. Y sería complicado de vigilar si lo encontráramos.

–No necesariamente –Shido levantó su arma–. El corazón se halla protegido por una cerradura. Si consiguiera encontrarla, podría sellarla empleando esta llave espada. Eso no impediría que dejaran de aparecer sincorazón en este mundo, pero su número sería mucho más reducido y no podrían acceder jamás al corazón de este mundo.

Eso pareció obrar un efecto de optimismo en la tripulación. Sin embargo, Kotori parecía pensar algo más.

–¿Y de dónde han salido? –preguntó–. Todo lo que pude ver es que aparecieron de repente. No había registros de criaturas semejantes hasta el día de hoy.

–Pueden viajar desde otros mundos, y si logran inundar este de oscuridad, podrán extenderse a otros. Es como si fuesen un virus.

–Primero vampiros, luego, virus. ¿Te das cuenta de que estás sonando cada vez más fantasioso?

–Créeme, desearía estar bromeando, pero esto es muy serio –Shido bajó la cabeza–. Mi llave espada también puede viajar desde los mundos, así es como llegó hasta el nuestro, así que es nuestra mejor baza para combatirlos. Si no logramos detenerlos, las espíritus serán la menor de nuestras preocupaciones.

–Vale, no es nuestro objetivo, pero si son como dices, tampoco podemos ignorarlos –meditó Kotori–. Nuestras cámaras observaron a unos que parecían humanoides con antenas y otros con sombrero de bruja que levitaban. Sospecho que aparte de esos dos habrá más.

–Sin duda –confirmó Shido–. No conozco todos los tipos que habrá, pero estoy seguro que no tardaremos en verlos. Además, incluso de los que hemos visto hasta ahora podríamos encontrarlos más poderosos.

Recordaba que en los videojuegos era habitual encontrarse con algunos sincorazón que eran más fuertes conforme avanzaba el juego. No tenía dudas de que sería igual en este mundo.

–En ese caso, trabajaremos con lo que sabemos hasta ahora –dijo Kotori–. Necesitaré que nos digas todo lo que sabes de esos… sincorazón contra los que has peleado. También tendremos que entrenarte para que selles los poderes de las espíritus. Si esas criaturas son tan poderosas como dices, no tengo dudas de que necesitarás todo el poder que puedas conseguir para combatirlas.

Shido asintió. Creía tener algo que les podría ayudar, algo referente a una de las habilidades que logró desbloquear.

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Origami se encontraba en la sala de visionado. La capitana Ryouko tecleaba en un ordenador para acceder a las imágenes de la operación de aquel día.

–Estas son las imágenes de la criatura contra la que pelearon las demás –informó–. Son de la cámara de Kagaya.

Ambas vieron como el escuadrón peleaba contra aquella criatura con aspecto extraño. A ratos atacaba a las AST envolviéndose con electricidad, mientras que en otras hacía que cayesen rayos cerca de ellas.

–Ataques eléctricos. Eso no es bueno para nuestras unidades CR –observó Ryouko con gesto de preocupación–. Por suerte, no dio de lleno a ninguna.

–¿Qué es? –preguntó Origami–. ¿Espíritu?

Ryouko negó con la cabeza.

–Los escáneres no detectaron energía espiritual. No sabemos qué es, pero si atacó a nuestras unidades de esa forma, es que es peligroso.

Origami estaba desconcertada. Nunca había visto una criatura como esa. ¿Qué era? Entonces recordó otra cosa.

–¿Y el civil que peleó con el resto? Porque había más criaturas, ¿cierto?

–Vamos a ver –Ryouko fue pasando las imágenes con rapidez–. No tenemos buena visión, ya que las demás estuvieron moviéndose continuamente, pero… ¡Ah, aquí!

La capitana detuvo la imagen. Debía haber sido tomada en algún momento en que Kagaya miró al suelo. Aunque poco definida, se podía distinguir la figura de alguien peleando contra más de esas criaturas empleando un arma que se asemejaba a una espada de madera muy rara. Estaba de espaldas, pero Origami no tardó en reconocer el uniforme de su instituto y el peinado del chico.

–…Itsuka Shido –murmuró.

–¿Has dicho algo? –preguntó Ryouko.

Origami negó con la cabeza.

–Ese uniforme… parece el del instituto al que acudes, ¿no? ¿El Instituto Raizen? –preguntó Ryouko.

–Hay muchos uniformes parecidos –espetó Origami. Por alguna razón sintió que por el momento no debía decirle la verdad a su capitana.

Sin embargo, tenía que saber algo más.

–¿Qué hay de la cámara de Tomonara? –preguntó.

–Nada. Según parece, recibió un ataque eléctrico que desactivó su unidad CR. Con eso también dejó inutilizable su cámara.

Origami suspiró de alivio. No sabía qué estaba haciendo Shido en aquel lugar, y tampoco por qué había peleado contra Tomonara. Pero le reconfortaba que AST aun no supiera su identidad. Ella le había visto de cerca en el campo de batalla, pero al no llevar una cámara en su equipo, no existía una imagen de su cara.

–Por el aspecto, parece con toda seguridad un estudiante de instituto. Debe tener alrededor de tu edad. Tendré que seguir visionando imágenes para ver si alguien captó alguna imagen más nítida –informó Ryouko–. También daré los detalles sobre esas extrañas criaturas a los mandos. Puede que al fin tengamos la subida del presupuesto que llevo tanto tiempo pidiendo.

Origami no prestó atención a las palabras de su capitana. Todo esto era un misterio. Tendría que hablar con Shido la próxima vez que le viera para que le explicara todo.

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Hola a todos. Por fin una publicación de esta historia en 2024. Espero que os esté gustando hasta ahora.

Este episodio ha sido más bien explicativo, para aquellos que no conocen o no han jugado a juegos de la saga Kingdom Hearts. Una vez más, si he puesto algo incorrecto, hacédmelo saber, por favor.

Nos veremos en el siguiente episodio. No dejéis de seguir esta historia.