I

Eileen Galvin, vestida con su vestido púrpura corto que le llegaba hasta arriba de sus rodillas, su escote en forma de V no necesitaba usar sujetador, tenía descubierta toda su espalda. Maquillada con sombra del color de su vestido lo mismo con sus labios y sus uñas pintadas con esmalte, rímel en sus pestañas, polvo en todo su rostro del color de su piel y sombreo sus cejas. Su cuello tenía alrededor una gargantilla, pulseras plateadas puestas en ambas muñecas y sus zapatillas de tacón no tan altos.

Una vez casi lista escucha unos golpes en su puerta principal de su apartamento, se dirigió a ella y fue a ver por la mirilla de su puerta y no había nadie, abre la puerta y mira para ambos lados, y a su lado izquierdo mira a un niño de aproximadamente 6 años de edad, con su camisa de mangas largas rayadas, tocando la puerta de a lado, que es de seguro la puerta del apartamento 302, de su vecino Henry Townshend. Eileen decide si llamar su atención o acercarse a él, así que decidió hacer lo primero.

- Mamá, mamá, déjame entrar por favor, mamá... - el niño llamaba a través de esa puerta como que a aparecer nadie respondía, tenía ganas de llorar y ya que se le notaban sus lágrimas en los ojos como que están a punto de salir.

- Eh, niño - lo llamo Eileen acercándose a él y el niño voltea a verla dio unos pasos hacia atrás un poco asustado y Eileen noto eso a lo que le respondió - Shh tranquilo, no voy a hacerte daño. ¿Estás solo?

El niño no responde nada solo asiente con la cabeza.

- Ok tranquilo, te llevo a mi casa para que estés a salvo, no es bueno que un niño de tu edad éste solo por aquí, ven - Eileen le ofrece su mano, el pequeño duda un poco y se la acepta - ¿Por qué andas solo? ¿Y tus padres?

El niño la mira y señala el apartamento 302.

- Están ahí en esa puerta, ahí es donde yo nací - esto último lo dijo ilusionado con la esperanza de ver a su madre.

Eileen no dice nada y mira la puerta del apartamento, y sus dudas rodean en su cabeza ¿El apartamento de Henry? ¿Henry estará bien?, esas preguntas se rodean en su cabeza ya que pasaron días en que no lo ve salir, ya tocó el timbre de su apartamento y no respondía, lo único que alcanzaba a oír eran sonidos extraños se preguntaba si eran de él o de algo más, ya esos sonidos los había escuchado antes cuando desapareció el periodista Joseph, que también vivió en ese apartamento antes que Henry, según lo que le dijo Frank "no era la primera vez que sucedía eso en ese apartamento" ya que cosas extrañas sucedían ahí, eso la ponía nerviosa y con la piel de gallina.

El niño tomado de la mano de ella, vuelve a la realidad y ya le presta atención al pequeño. Se agacha hasta quedar a la altura de él ya que sabe perfectamente que algo no anda bien en ese apartamento con tal de que él estaba llamando en ella, le dice:

- Ya verás pronto a tu mami, solo tienes que esperar, ya aparecerá pronto ¿Ya comiste algo? - el niño le respondió negando con la cabeza para dar a entender un "no" - Ok, te llevo a mi casa y te daré unas galletas con leche ¿Te parece?

El pequeño sonríe asintiendo con la cabeza, Eileen sonrió también al ver ese rostro tan inocente e infantil con grasa de bebé, que le resulta tierno.

- Bien vamos... -

Lo condujo hasta el apartamento de ella una vez ahí ya que dejó la puerta entre abierta, la abre y se lleva una gran sorpresa que ve en sala principal a un hombre con un abrigo azul que llegaban hasta abajo de las rodillas, cabello largo hasta los hombros y aparentaba de edad más de 30 años. La miraba con cara de amenazante y diversión, de los gestos que hace un verdadero asesino en serie. Eileen asustada pone de atrás suyo al pequeño niño y ahora se pone frente de aquel extraño sospechoso.

- ¿Quién eres? ¿Qué haces en mi casa? - le pregunta casi asustada y temblando intentando agarrar todo el valor que puede, pero no fue suficiente, el hombre se acercó a ella y dio dos pasos atrás, se le acercó al oído y le dijo.

- Eres la Madre Renacida... - aquello que dijo, Eileen no entiende a que se refiere, pero siento su cuerpo paralizado, no podía moverse, su corazón palpitaba muy fuerte y rápido como si se le quería salir de su pecho.

- ¿¡Estás loco o que!? ¡Largo de mi casa! - le exclamó, el hombre no dijo nada y le respondió agarrándola del cabello y tirándola al suelo.

El niño hizo lo posible para esconderse, aquel hombre cerró la puerta con llave para que nadie entrará a interrumpir hasta completar su objetivo de asesinato, tomo uno del cuchillo que había en la cocina, Eileen intento esquivar esos ataques de cuchillo, pero no fue suficiente, recibió unos cortes en sus brazos piernas hasta puñetazos haciéndole moretones en su cara, en los hombros y brazos, Eileen ya no aguanto más por tanto dolor de sus heridas y chillo de dolor, sintió que ya era su fin.

- ¡Basta! ¡Ya no le hagas daño! - gritaba el niño mientras observaba ese acto violento.

El hombre del abrigo, con el cuchillo corta su espalda para escribir esos números "20121", Eileen gritaba de dolor e intentaba moverse, pero la tenía bien sujeta eso se lo impedía. Ahí el pequeño infante agarro el valor de interponerse.

- ¡Ya basta! - se pone en frente donde Eileen yacía en el suelo agonizando y golpeada hasta la muerte, el hombre en ese momento se va del apartamento hasta desaparecer.

El niño mira triste a Eileen agonizando, en ese momento escucha que alguien entra al apartamento, un hombre joven con camisa de botones manga larga color celeste, cabello castaño claro que le tapaba casi los ojos, es el mismísimo Henry Townshend del apartamento 302, miro impactado la escena al ver a su vecina muriendo.

- Hey niño, gracias... - coloco su mano izquierda al pie del niño - ¿Ya encontraste a tu mami?... Este lugar es peligroso... Tienes que... Irte de aquí...

Eileen ya no aguanto más, cerró los ojos y dejó caer su cabeza al piso, el niño se entristece y Henry cae de rodillas, al saber que no llego a tiempo para salvarla.

En ese momento Eileen despertó, sobresaltada en su cama mirando por todas partes si no había alguien en su hogar algún niño o un hombre, cogió aire y se relajó. Todo había sido un sueño. No era de verdad lo que estaba pasando, había pasado, pero quedó en el pasado y quedó como un recuerdo muy imposible de olvidar.

Ya pasaron 6 meses, ya medio año desde su ataque aún no logra aceptarlo que de verdad sucedió, todo pareció una pesadilla. Hace lo posible para cerrar ese capítulo y comenzar uno nuevo de su vida.

Hace semanas programo cita con una psicóloga para que poco a poco pueda progresar y superar ese trauma y ser de nuevo ella misma, ya no sale con amigos ni de fiesta desde que le dieron el alta del hospital, ya no se comunicó con sus amigos con los que siempre se divertía, con las únicas personas que se comunica de vez en cuando son sus padres y por supuesto también con Henry, aparte de que era su vecino se hicieron buenos amigos confiables, y podrían contarse uno con el otro, ya después de dos años de conocerse como vecinos solo con un saludo o alzar la cabeza al cruzarse por el camino, se pasó ahora como una amistad pura y abierta, Eileen se sentía segura y encantada de disfrutar su compañía, ya que no era muy hablador, aun así ella ya le dio toda su confianza a él lo mismo también a ella.

Hace más de una semana, que se reunió con Henry solo para contarse y hablar compartiendo anécdotas de los días de cada uno vivió, ambos se abren, expresan sus emociones y sentimientos, comparten un par de secretos por los cuales sean adecuados para que el otro los entienda y así sobre todo lo más principal conocerse un poco más después de dos años como vecinos que no desarrollan ninguna relación, hasta ahora después de encontrarse y viajar en todo ese mar de pesadillas hizo a que los uniera para poder hablarlo y progresarlo hasta superarlo ya que eso es lo único que comparten y tienen en común esa frustración y ambos son los únicos que lo saben de esos Mundos Infernales lo que había y lo que ocurrió.

Eran alrededor de las cuatro de la madrugada, aun no sale el sol. Eileen miran su reloj digital que estaba sobre la mesita de noche a lado de su cama. Pensó si se prepararía temprano para ir a trabajar o seguir durmiendo 1 hora o 2 máximo, ya que a las ocho de la mañana empieza su jornada. Ya que, si se preparara de hoy, llegaría minutos antes o a tiempo a su trabajo y no se quedaría atrapada en el tráfico, algo que la pone muy estresada y enojada.

Así que eligió la primera opción, ya que temía por tener otro sueño de sus pesadillas de esas que empezó a tener un mes después de su ataque, e intentando seguir su camino. Necesitaba relajarse después de su gran sobresalto al tener uno de sus sueños oscuros y horribles.

Al entrar al baño, se desnudó, encendió la luz blanca y brillante que iluminaba todo el cuarto de baño entero, al verse al espejo aun desnuda, vio que sus moretones aún siguen, pero el color ya se aclaró antes estaban muy morados da pistas de que ya se están desapareciendo poco a poco, requiere su tiempo. Esos números dibujados en su espalda con cortes bien profundos se han hecho cicatrices, pero con estar de cerca se hace notar, Eileen piensa que esos números quedarían para siempre, sería el recuerdo de cuando la atacaron, y eso se quedaría marcado por siempre, ella no quería eso. Hace un momento deseo que poco a poco olvidaría ese trauma y sería lo más fuerte posible para superarlo y verlo como suceso del pasado que no tiene necesidad de ser recordado a cada rato y por siempre. Le resultaba imposible.

Se metió a la ducha, dejo caer el agua tibia sobre ella y por fin se relajó, se olvidó de todo lo que estaba pensando, se centró más en lavar su cabello, enjabonar su cuerpo y dejar caer el agua de nuevo sobre ella. Una vez haya terminado, recogió dos toallas una para enrollarla alrededor de su cuerpo y la otra para su cabello mojado. Salió del baño apagando la luz, y se dirigió a encender la luz de su habitación para vestirse y arreglarse para irse a trabajar. Eileen trabajaba en un museo, se encargaba de investigar cada una de las presentaciones u objetos que se encuentran ahí mismo, es de estudiar su origen y conseguir información investigativa, analizando en base a la lectura de algunos libros o por supuesto a veces buscaba en internet para obtener más detalles, y colocar la breve información en una placa y colocarla en cada una de esas presentaciones que se encuentran ahí.

Eileen se empieza a vestir con lo primero que encuentra y sea ropa formal de trabajo, empezando poniéndose bragas y sostén, hasta se aplicó crema para la piel en las piernas, brazos y hasta en su rostro, siempre mantiene su piel bien cuidada; hidratada y suave. Se vistió una blusa con botones de color rosa clara, unos jeans azules oscuros bien pegados y daba una buena figura desde su cintura a pies, hasta se puso unos botines negros de plataforma y por último una chaqueta negra de cuero.

Se retiró la toalla que estaba enrollada en su cabeza y tomo un peine para desheredarse los nudos de su cabello, después se lo seca con una secadora. Una vez ya hecho se maquilla naturalmente sin exceso, sombreo sus cejas, aplicó polvo en su rostro, de delineó los ojos con una cola pequeña y rímel en sus pestañas, y por último un brillo labial en sus labios para tenerlos siempre hidratados. Se aplicó perfume en ambos lados entre su cuello y hombros. Ya estaba lista y muy temprano.

Escucho un pequeño maullido de gato, que provenía detrás de ella al voltear ve a su gato que lo nombró "Pelusa" un gato con un aspecto parecido a un lince, con los colores de gris y negro, y con ojos amarillos y en medio sus pupilas negras, es un gato macho alfa, tenía los pelos bien largos en el cuello hasta la cola, ya está por llegar a su primer año de edad. Había adoptado cuando tenía entr meses aproximadamente, en la tienda de mascotas de Ashfield, que hace unos años unas mascotas habían muerto cuando Walter Sullivan empezó a disparar con una metralleta terminado siendo masacre. Esa tienda siguió disponible, semanas después del suceso hasta este presente.

Así Eileen no se sentía sola teniendo compañía de una mascota y eso la relajaba, y la alejaba de sus preocupaciones y miedos. Se acerca al gato y dice:

- ¿Qué quieres, amigo? ¿Tienes hambre? - lo acaricia y el gato se va directo a la sala principal, y era eso quería comer.

Eileen lo siguió y le sirvió su comida en su plato, y el animal empezó a devorarlo, encendió las linternas de la sala y cocina, fue a revisar su caja de arena hecho un desastre por Pelusa y lo voltea a ver mientras está comiendo su comida, suspiro y dijo:

- Deberías de comer menos... - de mala gana tomo la pala empezó a recoger los desastres de la caja de arena y los deshacía en una pequeña bolsa. Cuando la caja de arena queda limpia y libre de ningún heces u orina, amarra la bolsa y la hecha a la basura.

Se lavo las manos en el fregadero, y busco que desayunar; vertió agua en la tetera encendió el fuego de la cocina para colocarla, puso dos panes de caja a calentar en el tostador y acto seguido busco el control remoto de la TV para encenderla y escuchar noticias de últimas horas.

Escuchaba las noticias y desayunando, y nada interesante informaban las noticias, y empezó a pasar a siguiente canal, por si están transmitiendo algo más interesante o entretenido como una película o serie, o tal vez algún evento. Al pasar más de 2 canales estaban transmitiendo la película de terror de la década de los 80; "El Resplandor" adaptación una de las novelas exitosas del género del terror de Stephen King. Tenía un buen gusto con las películas de terror desde adolescente, aunque se asustaba o se atemorizaba con las escenas, pero siempre fue acostumbrándose, al final solo es una película filmada usando efectos especiales en ella.

Paso más de hora y media, que casi no se dio cuenta que empezó a salir el sol a iluminar su apartamento. La película ya estaba casi por terminar, pero no ha pasado las 2 horas ya que esa es su duración. Miro el reloj que estaba en la pared y vio que faltaban 10 minutos para las 7 am, la hora que sale de su casa hasta el trabajo. Tendría que alistar su bolso de todo material que necesite.

- Carajo... - susurro de mala gana, así que apagó la TV y alistó sus cosas para irse.

Puso en marcha su coche blanco, que sus dos padres le habían regalado de cumpleaños hace un mes, tan sorprendida y a la vez alegre por un regalo tan grande que haya costado toda una fortuna. Lo estreno ese mismo día de su cumpleaños y de hecho Henry se lo festejo invitándola a cenar por la noche y regalándole una pequeña caja que tenía un par de aretes y un collar, con una perla rubí en ellas. Había sido un gran día de felicidad sin acordarse ni pensar lo sucedido.

Ya una vez estaba lista para salir, cogió las llaves de su apartamento y de su auto. Rumbo a su coche se dirigió al museo, trato de relajarse y controlar su estrés por el tráfico que había a esas horas ya que todo mundo sale a trabajar a esas horas de la mañana. Llegó 5 minutos antes de la hora de entrada, justo a tiempo. Estacionó el carro en un estacionamiento que estaba a lado de ese museo y al bajarse se dirigió a la entrada y ya estaban abriendo. Hasta el propietario estaba ahí.

- Buenos días, Roger... - saludó al llegar.

- Señorita Galvin, buenos días - le devolvió el saludo - De hecho, tenía que hablar contigo sobre una nueva tarea que harás este jueves y tendrás que estar bien preparada...

Eileen sonrió, y por sus dentros estaba maldiciéndose, no le gustaba que le dieran tanta carga de trabajo, pero tenía que hacerlo para ganarse la vida. Le respondió:

- Dígame, soy todo oídos - las puertas del museo se abrieron y entraron, también otros colaboradores del museo.

- Me llamaron de la Escuela Secundaria del Norte de Ashfield. La directora de esa escuela solicito si los estudiantes podrían venir al museo, bueno para ellos una excursión. Así que acepté, a los niños vinieran a ver todo lo que este lugar tiene para mostrarles - Eileen lo escuchaba con brazos cruzados y sonrió, recordando su pubertad y adolescencia cuando estudio ahí - Así que necesitaré que hagas unas exposiciones de unos cuantos objetos mientras tanto los demás se encargarán de otros y les diré cuales tienen que exponer cada quien para los estudiantes que se darán esta excursión en este lugar...

Eileen bien decidida con la idea de su jefe, aunque no era tanta carga eso pues empezarían desde ya a lo que respondió:

- Me parece perfecto, cualquier cosa aquí estoy y me puede decir que presentaciones debo estudiar para así explicárselas a los chicos de la escuela - de su bolso saco un bolígrafo y su agenda para anotar lo que tiene que investigar y repasar.

Roger, su jefe, le menciono los objetos y presentaciones que debe estudiarlos para estar preparada para el día. Pasó toda la mañana, hasta por la mitad de la tarde alrededor de las 5: 30 PM que cierran el museo, y para los trabajadores se terminaba su turno.

El sol se estaba ocultando, daba un color entre naranja y rosado, muy hermoso atardecer, se acordó de Henry, que ama la naturaleza, los paisajes hasta atardeceres y amaneceres, que lo capturaba con su cámara. Hasta se imaginó que estos momentos cómo está ese atardecer habrá aprovechado el momento a lo cual sonrió.

Se dirigió a su auto, cerró la puerta y cuando iba a ponerse su cinturón. Le llamaron la atención unas risas divertidas que provenían atrás de su auto miro al pequeño espejo y reflejo a una pareja apoyada en el carro. Eileen los conoce, son sus compañeros, también trabajaban en el mismo museo. Con que los llegó a descubrir que tenía una relación secreta, Eileen siguió observándolos hasta que el joven hombre joven apoya a la chica encima del coche azul que tenían, hasta se empezaron a besar y a tocarse. Durante unos minutos, el joven se desabrocha el cinturón de su pantalón para sacar su miembro y la mujer abrió las piernas para darle acceso a la entrada, y gimió cuando empezó a penetrarla.

Eileen se estaba excitando por esa escena tan caliente que miraba al reflejo del espejo, sitio un cosquilleo y vibración enorme en su intimidad y sintió sus pezones duros y erectos, estaba con ganas de tocarse, pero no podía ya que podrían descubrirla. Solo cerró los ojos para no seguir viendo más hasta que terminarán, no podía dar marcha al coche ya que eso les interrumpirá el momento candente. Durante pocos minutos después de escuchar gemidos de placer, la pareja ya había terminado su acto sexual, y luego de reponerse estaban poniendo en marcha el coche y se fueron.

- ¡Por fin! - pensó, respiro tranquilo y ya la temperatura que se le había subido por la excitación se fue bajando - Con que nunca faltaría el sexo para desestresarse después de un día de tanta carga ¿Eh?

Lo dijo con malicia y se rió. Puso en marcha su coche, encendiendo los motores y se dirigió a su apartamento para cenar y después a descansar ya que muy temprano se levantó después de esa pesadilla por la madrugada que no volvió a dormir. Le estaba dando un poco de sueño, está vez aprovecharía dormir un poco más temprano.

Al llegar a su apartamento, abrió la puerta. Encontró una escena de un hombre joven acariciando a su gato que estaba encima de la mesa del comedor.

- Hey Eileen, llegaste - Henry estaba ahí y se volteó para verla, al verlo sonrió animada. Eileen le había dado una copia de llave de su apartamento para alimentar a Pelusa en el medio día mientras ella trabaja - ¿Que tal te fue?

- Pues bien, lo mismo de siempre y nuevo trabajo que hacer para este jueves - Henry la escucha - Van a llegar los estudiantes de la Escuela Secundaria del Norte de Ashfield a darse una vuelta por el museo, y está que mi jefe me pido que presentaciones debo explicarles para esos niños ahí de toda la información que hay en esos objetos.

- Vaya, suena como un evento de mucho aprendizaje y significativo, especialmente para los niños - opino Henry y ella le respondió con una sonrisa.

- Aja si... Tengo que estar preparada y bien estudiada para ese gran día - le responde amigable y después pensó si podría contarle lo que vio en el estacionamiento, decidió omitirlo y cambiar de tema - ¿Y a ti qué tal te va?

- Lo mismo; contratos y encargos de fotografías sobre todo es cansado cuando me piden que las fotografías sean de tamaño grande, obvio para cuadros para pegar en la pared como los que tengo... -

- Ah sí... He visto tu colección de cuadros, bien realistas. - el cansancio le estaba venciendo a la mujer.

- Si... Siempre que tengan su punto artístico la fotografía - Henry notó a Eileen medio adormecida a lo que le preguntó - ¿Estas bien? ¿Te noto cansada?

- Muy temprano me desperté... Alrededor de las cuatro de la mañana. -

- ¿Otra vez esas pesadillas, no? - ya la conocía bien, y ya sabía también de sus inquietantes sueños.

- Si... Por ese motivo no volví a dormir. - Henry la comprendió y tomo sus manos.

- Te entiendo cómo te sientes, quizás haya algunas técnicas para no tener ese tipo de sueños. La última vez que soñé sobre ver mi propio fantasma en la mirilla de ese apartamento cuando estaba atrapado. Pues lo que hice fue poner música que relaja y con eso dormí poco a poco, cuando seguía haciéndolo más a menudo hasta ahora no he vuelto a soñar esas pesadillas - Eileen lo escuchaba atenta y lo miraba fijamente, al oír esos consejos tal vez si servirían - Pues para mí la música es algo que me relaja, puedes hacer alguna de tus actividades favoritas que te gusta hacer y que te relaje, y sea antes de dormir...

Eileen sonrió a lo que respondió y aún tomada de las manos de él.

- Lo tomare en cuenta. Deberás gracias por darme una pista para poder progresar y superar todo eso -

- Sabes que puedes contar conmigo de lo que sea para escucharte y si puedo pues también aconsejarte -

Al decir eso soltó sus manos y Eileen se lanzó a él con un cálido abrazo, rodeando sus brazos alrededor de su cuello y Henry quedó paralizado por un momento, lo termino correspondiendo rodeando sus brazos entre la cintura y espalda de Eileen.

- Por lo que veo que te gusta hacer es ver Televisión, pero tienes que mirar algo bonito nada de terror ni de trauma el contenido ¿Okey? - agrega Henry casi bromeando y la tratase como niña pequeña.

- Oye, ya no soy una niña, no me trates como una niña - responde Eileen divertida minimizándolo y seguido dándole una leve palmada en el hombro.

- Por el motivo que te trato así es porque estoy pendiente de ti y me preocupo por ti - fue muy sincero desde ese entonces explicando el motivo.

- Si, eso lo sé. Eres de las únicas personas con quien confiar aparte de mis padres, pero siento que contigo es más abierto y hablo contigo de cualquier cosa, eso me hace sentir segura y en confianza contigo, espero que tu también lo estés conmigo -

- Por supuesto que sí. - Respondió confiado.

Miran a Pelusa, y ven que orina en su caja de arena a lo que Eileen gruñe y ponga los ojos en blanco ante eso. Y se separa del abrazo con él y va a atender a Pelusa y sus desastres.

- Aquí vamos de nuevo - dijo Eileen sarcásticamente y Henry se rió ante eso.

Luego de tener una cena agradable juntos. Hablando, bromeando y riendo. Eileen por fin se distrajo, no pensó en nada de sus miedos y traumas del pasado. Se centró más en pasar tiempo con Henry como siempre casi a menudo cuando se sentía triste o frustrada siempre está él allí, en esos momentos cuando ella lo necesitaba.

Al salir del baño de una ducha refrescante, busco su camisón rosado claro que le llegaba abajo de los muslos, la tela de ese camisón era bien suave y fresca, al meterse a las sábanas, sintió su cuerpo refrescarse.

En lo que estaba intentando dormir, pensó en todo lo que Henry le había dicho para no tener sueños inquietantes "hacer actividades favoritas que te relajen", pensó ¿Cómo que podría hacer antes de dormir y relajarme?

Pensó en su día que había hecho y lo que le había sucedido. Así de repente en su mente se grabó el acto sexual que vio en el estacionamiento en el reflejo del espejo que lo tenía arriba en medio de los dos asientos adelante. Se había vuelto a excitar. En ese momento, ya empezó a tocarse, empezó a acariciarse sus pechos y pellizcó sus pezones encima de la tela de su camisón para elevar un poco más su excitación, se pasó a su parte íntima que se estaba humedeciendo, con sus dedos índice y el de en medio estimuló su clítoris, elevó aún más su nivel de excitación y placer, solo se centró en pensar en ese acto sexual de sus dos compañeros teniendo sexo encima de ese auto. Solo en eso. Empezó a mover sus caderas imaginando están a punto de entrar en ella y luego empujes y embestidas en la penetración.

Abrió más las piernas, con dos dedos de una mano; con el pulgar e índice se encargan del clítoris y otros dos dedos de la otra mano; el índice y el de en medio introducirlos dentro de su vagina ya humedecida y empezó a mover sus caderas y sus dedos con ambas manos haciendo su trabajo, empezaron sus oleadas de placer en esa zona hasta que empezó a jadear y gemir, siguió con esa estimulación, hasta que ya estaba llegando el momento del clímax, a lo que desesperadamente lo hizo un poco más rápido hasta llegar a un satisfactorio orgasmo y gimió de placer cuando ya llegó al clímax.

Luego de ese momento tan tentador y candente, sonrió le resultó muy satisfactorio y hermoso a la vez, lo disfrutó muy bien y este ha sido de sus mejores orgasmos de su vida sexual, esta vez nunca lo había sentido tan así de placentero y agradable sin pareja, y en solitario.

Sonriendo y con el cansancio encima, no sintió el momento exacto para caer en un profundo sueño.

Continuara...