Y yo sé bien que estoy afuera…
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RinMakoto. Los problemas con su harem empeorarán con el tiempo, tal y como dices, se agrandará y eso que faltan más chicas. Y sí, cuando las demás se enteren, se armará la de Troya jaja. ¡Saludos!
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El Redentor 777. Por el momento no, Kudo y Tomoe solo se fueron dejando con la incógnita a Tsubasa y Hibiki. Jaja, es que esas 4 pervertidas son capaces de hacer eso y mucho más, no me quiero imaginar con los hombres XD y sí, Ramón está metido en muchos problemas y eso que faltan más jaja. ¡Saludos!
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Sin más, comencemos…
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El día pasaba volando y mientras tanto, los chicos estaban pasándola bien mientras iban de nuevo al Dubái Mall, esta vez sin el hondureño ya que este se había desviado de su camino y posiblemente anduviera por ahí.
- ¿No creen que fuimos demasiado malos con Ramón? – preguntó Shinji.
- A lo mejor sí, pero es que debemos admitir que está metido en una gran bronca – dijo Rafael – mira que tener varias chicas detrás de él, es algo que a cualquier hombre le gustaría y aprovecharía, pero Ramón se siente incómodo.
- ¿Es que no le gusta que estén varias chicas con él?
- Es más porque no le interesa el romance por el momento.
Con esa plática, los chicos fueron al Dubái Mall a ver que hallaban, a lo mejor veían algo que les gustara, pero como el destino une hilos, justamente se fueron a encontrar de nuevo a las amigas de la guitarrista de Poppin' Party junto con las demás, pero estas iban a una tienda de música que justamente estaba al lado de una tienda de deportes.
- ¿Qué dicen? ¿Entramos? – preguntó Shinzuke.
- Pues ya que – sin más, todo el grupo entró.
Dubái no era muy conocido por el béisbol, solo por el futbol, pero, aun así, había varios artículos del béisbol en una pared de la tienda, aunque lo que más se veía era de futbol.
- ¿Por qué no hay muchos artículos de béisbol?
- Al parecer el béisbol no es muy reconocido aquí en Emiratos Árabes Unidos – explicó Rafael – el futbol es más popular, incluso está la Liga Árabe del Golfo que es la máxima competencia de futbol en el país.
- No sabía eso Rafael – dijo Joan - ¿Cómo sabes tanto?
- Como capitán, debo saber algunos datos sobre los países que vamos – explicó el peli negro – no solo eso, Dubái posee tres equipos en primera división que son Al-Nasr SC, Al-Wasl FC y el Shabab Al-Ahli FC.
- ¿Cómo es que sabes tanto de futbol?
- Ramón me enseñó unas cuantas cosas del futbol, aunque sé que él ahora se dedica al béisbol, eso no quita que el futbol sea su máxima pasión.
- Cierto, pero ni modo, creo que deberíamos ver estos bates.
- Increíble – Joan miraba los bates que estaban en la estantería y al tomar uno, notó su marca - ¡No puede ser!
- ¿Qué pasa? – el peli rosa miró el bate - ¿Qué tanto escándalo haces Joan? Es un simple bate.
- Es un maldito Wilson Lousville Reaction Black, de las mejores marcas de bate que existen.
- Vaya que es diferente a como se mira.
- Sí – Joan tomó uno e hizo un bateo al aire – peso perfecto, buena movilidad y muy cómodo para agarrar.
- Vaya que sabes de eso – dijo Akira.
- Cuando juegas en Estados Unidos, a veces aprendes unas cosas sobre el deporte que amas que nunc olvidarás.
- Y sí que se nota – Souta dijo con una gota de sudor - ¿y cuánto vale ese?
- Veamos – el mexicano menor revisó el precio – cuesta 252 dírhams.
- ¿Cuánto sería en yenes?
- Veamos – Shinji sacó su celular y al ser el cálculo – son… 7356.50 yenes.
- Es algo caro ¿no?
- Un poco, aunque tenemos suerte de que cambiamos una parte de nuestro dinero en dírhams.
- Aunque no es nada caro en Estados Unidos – alegó el mexicano castaño – redondeado, solo cuesta 69 dólares.
- ¿Y qué harás? – preguntó Yasmina.
- Lo lógico – Joan lo pensó un poco y cuando menos acordaron todos, el chico se hallaba en la caja registradora – sakhidh hdha alkhfash min fadlik (Llevaré este bate por favor)
Todos los chicos cayeron de espaldas mientras también estaban pensando cómo le hizo Joan para hablar en árabe.
Pero sin más, el mexicano ya tenía un nuevo bate de la mejor marca.
Cuando salieron de la tienda, Joan estaba muy feliz con su nuevo implemento deportivo, incluso esperaron afuera de la tienda de música para ver a las chicas de las bandas ya que, por algún motivo, Rafael quería hablar con ellas.
Yukio se dio cuenta de que Joan estaba mirando hacia de nuevo a la tienda de deportes, pero fijó su mirada en un objeto, el cual el peli azul pudo detonar que era.
- ¿Estás pensando en comprarlo para Tsukumo-san? – le preguntó el chico asustando un poco al castaño.
- No me hables así de repente Yukio.
- Tu eres el que siempre me dice que sea más sociable y hable más, ¿ahora me lo reprochas?
- No es eso, olvídalo – el castaño exhaló – mira, por el momento creo que me gustaría dárselo a Kana, se le miraría lindo en el cuello.
- Bueno, si tienes planes de hacerlo, pues hazlo – decía el peli azul.
- E-Es que… ¿Qué dirá Esperanza si me mira dándole un regalo a Kana?
- Pues compra dos de esos, así no tendrás problemas con eso.
- ¿Seguro?
- Sí, aunque llegará un momento en el que deberás decidir qué hacer, mira, no creo que de debas meterte en tanto rollo Joan, Cortés-san es alguien genial, pero ya estás quedando con Tsukumo-san, no veo en que tanto problema te metes.
- Lo sé, pero es que no quiero herir los sentimientos de Esperanza, por el momento creo que trataré de llevar las cosas en paz.
- Has lo que quieras, pero creo que deberías comprar el regalo, este debes dárselo a Tsukumo-san que es tu quedante.
- B-Bueno, creo que lo importante es comprar el regalo.
- Bien, ve a comprarlo, si quieres meterte más problemas, no me vengas a joder con que te has metido en un gran enrollo.
- Lo sé – sin más, el mexicano menor se metió en la tienda a comprar lo que miró y pensó que le gustaría a su quedante peli negra.
Los minutos pasaron y Joan salió con una bolsa de regalo la cual era pequeña.
- ¿Ya saliste?
- Sí, compré lo que quería.
- ¿Y? – Yukio miró al castaño.
- Al final creo que compré lo que realmente necesito y sé que le gustará.
- Eso espero, ya te dije que, si tienes problemas, no me vengas a pedir auxilio.
- Sí, haré lo que sea correcto – Joan sonrió – por cierto, ¿Por qué siguen aquí?
- Es que Rafael está hablando con las chicas con las que Ramón tuvo con lo de la castaña.
- ¿En serio?
- Sí, no entiendo que es lo que pasa, pero…
- Mira quien viene ahí – el peli azul sonrió un poco mientras veía como el capitán del buque venía con una sonrisa divertida - ¿hiciste algo?
- Sí, les di unas cuantas cosas para que este viaje sea más divertido.
- ¿Qué hiciste Rafael? – preguntó Joan.
- Bueno, podemos decir que hice algo para que este viaje sea más divertido para nosotros.
- ¿Y eso sería? – Souta miró al peli negro el cual sonrió de forma malvada.
- Podemos decir que Ramón la pasará genial.
- Jaja, veremos qué pasa, ya me imagino ver a Ramón cuando vea esta sorpresa – dijo Yukio riendo un poco.
- ¿Por qué siento que esto será un gran desmadre? – dijo Joan riendo un poco.
- Ya lo verás Joan, ya lo verás.
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Tomoe y Kudo se quedaron hablando un rato luego de haber discutido con sus mejores amigos, los cuales estaban hartándolos por las supuestas sospechas de infidelidad cuando ni siquiera tenían ese tipo de contacto.
Al final, el cansancio de las compras y la pelea con Tsubasa y Hibiki hizo que ambos cayeran en el sueño y se acostaron en una de las múltiples sillas que había en la zona de la popa del Titanic. Eso sí, cada quien se acostó en dos sillas diferentes.
Tsubasa salió junto con Hibiki a buscar a sus intereses amorosos, esto era porque querían disculparse por la forma en la que los trataron, más porque a lo mejor tenían razón.
- ¿Dónde estarán? – la capitana del club femenino buscaba a su chico y a su mejor amiga, lo mismo que el peli humo.
- No lo sé, aunque conociendo a Kudo, a lo mejor esté mirando el mar.
- ¿Por qué lo dices?
- Aunque lo parezca, a él le gusta mucho el mar, lo comprobé cuando disputamos un encuentro entre Kogetsu y Seijo. Recuerdo que se llevaban bastante bien con Jinguji-san.
- ¿Con Shinji Jinguji?
- Bueno, podemos decir que, con ambos gemelos, con Shinji eran grandes amigos, incluso Sayaka lo miraba como un hermano.
- ¿Así? – eso no le gustó nada a Tsubasa imaginándose a la tutora de Tomoe con su querido peli negro.
- Pero no piensas mal Arihara, solo se llevaban bien.
- V-Vamos, no estaba siendo celosa, solo que no conocía eso de Kudo-kun.
- Celosa – río un poco Hibiki recibiendo un poco de golpecitos de Tsubasa – no conocía ese lado tuyo Arihara.
- Malo – la castaña puso un puchero en su rostro, aunque luego sonrió de forma malvada – bueno, es que todo esto me recordó al ex novio de Tomocchi.
- ¿Eh? – la risa quedó trancada de parte de Hibiki el cual puso su típica expresión seria - ¿de qué hablas?
- Aun recuerdo al ex novio de Tomocchi el cual era bastante caballeroso con ella, siempre le hacia los mejores regalos, era todo un galán.
- ¿Así? - ahora era Hibiki el que puso expresión de molestia al escuchar, aunque luego se extrañó cuando Tsubasa comenzó a reír por eso - ¿Cuál es el chiste Arihara?
- ¡Tú también te pusiste celoso! – las risas de la oji azul se calmaron un poco – no te preocupes, Tomocchi no ha tenido novio, muchos chicos se le han declarado, pero nunca le ha prestado atención a uno como lo hace contigo.
- ¿E-En serio? – las mejillas del chico se pusieron rojas.
- Sí, espero que seas un buen novio con ella y un buen cuñado.
- ¿Cuñado? – eso extrañó al chico - ¿Tomoe-san tiene hermanos?
- Sí, soy yo.
- ¿Son hermanas?
- No hermanas biológicas, pero nos queremos tanto que somos como hermanas, así que espero que cuides bien a Tomocchi.
- Lo mismo diría para ti, Kudo es un buen chico, espero que puedas cuidar bien de él Arihara.
- S-Sí, lo haré – dijo con un sonrojo en sus mejillas.
Mientras hablaban un poco, no notaron cuando Tomoe y Kudo se levantaron y al notar donde estaban, simplemente decidieron irse de nuevo a los cuartos, pero antes de llegar, notaron a Hibiki y Tsubasa hablando, pero decidieron esconderse por mientras escuchaban que hablaban.
- ¿Y entonces que harás Inoue-san?
- Ni modo, buscaré el momento adecuado para declarármele a Tomoe-san – lo dicho por el peli humo sonrojó mucho a la peli negra, pero a la vez la alegró.
- Yo también lo haré – ahora fue Tsubasa – quiero declarármele a Kudo-kun también, espero que sea romántico – Kudo no pudo evitar sonrojarse bastante por lo dicho por su querida Tsubasa.
- A lo mejor lo es.
- Sí – en eso, ambos escucharon un ruido y cuando miraron hacia atrás, tanto Tsubasa como Hibiki se les heló la sangre cuando notaron que ahí estaban sus intereses amorosos.
- ¿Q-Que hacen aquí ustedes?
- Lo escuchamos todo Hibiki-san – lo dicho por Tomoe puso la cara azul al chico el cual pensaba que esta lo rechazaría.
- Lo mismo escuché Tsubasa-san – la castaña estaba asustada pensando en que tal vez podría perder toda amistad con el peli negro.
- ¡K-Kudo-kun, puedo explicarlo!
- No hay necesidad de explicar nada Tsubasa-san, creo que debemos aclarar esto aquí.
- Lo mismo digo Hibiki-san, arreglemos esto aquí.
Tsubasa y Hibiki tragaron saliva y solo se preparaban para un rechazo, pero nunca llegó esa frase y solo fueron recibidos por un abrazo de parte de sus intereses amorosos.
- ¿A poco pensaron que los rechazaríamos? – dijo Kudo abrazando a la capitana – dime cómo puedo rechazar a la persona que se ganó mi corazón – lo dicho por el peli negro hizo arder hasta más no poder las mejillas de Tsubasa.
- Kudo-kun.
- Hibiki-san, sé que no puedo ser la mejor novia que exista, pero quiero probar cuán lejos podemos llegar.
- Tomoe-san – Hibiki no era un tipo que se avergonzaba, pero el solo estar con la peli negra, sacaba un lado de él que ni se conocía.
- Creo que no hay necesidad de preguntarte si quieres ser mi novia ¿verdad Tsubasa?
- No Kudo-kun, no hay necesidad.
- Creo que tampoco debo preguntarte Hibiki-san ¿verdad?
- No Tomoe, no hay necesidad.
Sin más, Kudo besó a Tsubasa, igual que Hibiki con Tomoe, formalizando su relación cada uno.
Ambos capitanes terminaron su beso romántico, pero solo pasó un segundo cuando ambos voltearon a ver a la otra pareja y solo notaron como el beso de parte de sus mejores amigos se estaba volviendo más intenso.
Llegó un momento en el que Hibiki puso su mano en el muslo del peli gris y él rodeó la cintura de la chica uniéndola más a él. Pero la cosa se puso intensa cuando Hibiki pegó a Tomoe a una de las paredes mientras esta abría más sus piernas y las envolvía alrededor del chico mientras comenzaban el vaivén de sus caderas.
- ¿Q-Que tal si nos vamos Kudo-kun? – preguntó Tsubasa al peli negro, que ahora era su novio.
- S-Sí, creo que hacemos mal tercio aquí – Kudo tomó de la mano a su ahora novia, la cual solo atinó a pegarse a él y salir ambos del sitio dejando a Hibiki y Tomoe… en su momento romántico.
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Ese día por la tarde, aproximadamente a las 5 de la tarde, el Titanic estaba listo para desamarrar e irse de Dubái, por lo que muchas personas llegaron a despedir al famoso trasatlántico, de hecho, no cabía ni una sola persona en el sitio y las cámaras y celulares carísimos filmaban el evento.
Los chicos salieron del sitio y miraron por la borda del Titanic a saludar a todas las personas que había en el puerto. Todos se despedían de los chicos y el barco sonó con fuerza sus chimeneas indicando que pronto partirían de puerto.
- ¡Adiós! ¡Los extrañaré! – gritaba Iwaki mientras se despedían con las demás beisbolistas, Satogahama y Shin Koshigaya.
- ¡Arriba el béisbol! – también gritaban.
Por otro lado, las nuevas parejas solo miraban felices de la vida a Dubái, ya que había sido la ciudad en la que se habían declarado, por lo que tendrían hermosos recuerdos de ella.
- ¿Qué recuerdos nos llevamos de esta ciudad? – preguntó Shinzuke a los chicos.
- Bueno, muchas cosas que honestamente prefiero olvidar – dijo Ramón sabiendo como estuvieron las cosas.
- ¿Y qué te pasó Ramón? – preguntó Ren, vocalista de Argonavis.
- Ni quieres saber Ren – el moreno exhaló – lo bueno es que ya me libré de todo eso.
- Creo que te olvidas de algo – Joan habló – recuerda que Toyama es miembro de la tripulación, así que ella también estará con nosotros.
- P-Pero ella sabe que no somos novios, lo malo eran sus amigas que pensaron que éramos novios.
- Que malo – dijeron los chicos de Argonavis.
- Y ni que decir cuando Shinonome-san, Nomi-san y Nakano-san se den cuenta – dijo Akira.
- Y eso sin contar a la hermana de Joan – dijo Yasmina riendo un poco.
- P-Pero de suerte ellas no están aquí.
- Ramón – la voz de alguien llamó la atención del hondureño.
- Rafael, ¿Qué pa…? – Ramón no pudo continuar ya que se calló cuando vio a las demás chicas, amigas de la banda Poppin' Party – no me jodas.
- H-Hola Ramón-kun – habló Kasumi rodeada de todas.
- ¿K-Kasumi?
- Maldonado-san, estaremos aquí para ver cómo va tu relación con Kasumi-chan – habló Chisato.
- N-No me…
- Felicidades Ramón – Tae simplemente habló dejando en shock al peli negro.
- Ramón valió madres – habló Joan haciendo reír a los demás – por cierto, ¿Cómo le hiciste para llevarlas a ellas también Rafael?
- Soy el capitán del Titanic Joan, les permite el acceso al barco para que vayan todas juntas, así que ellas también vendrán con nosotros.
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Unos minutos después, el Titanic zarpó del puerto de Dubái dejando tierras árabes y adentrándose nuevamente en el Golfo Pérsico y saldrían del medio oriente.
- ¿A dónde vamos ahora Capitán Alférez? – preguntó un oficial.
- Será una sorpresa cuando lleguemos, por el momento, solo salgamos de aquí.
- Entendido – indicando eso, las máquinas del buque comenzaron a marchar y el Titanic estaría abandonando Emiratos Árabes Unidos.
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En la proa del barco…
Varios minutos después de que todos se fueron a sus camarotes, el hondureño se quedó solo en el sitio mirando como el buque abandonaba el puerto.
Ramón pensando en cómo estaba metido en los problemas que se metió con algunas chicas, peor no sintió cuando alguien llegaba donde estaba él.
- ¿Por qué me pasa esto? Realmente desde que llegué a Japón solo estoy teniendo problemas con chicas.
- ¿Estás bien? – preguntó una voz femenina detrás del chico, el cual solo volteó la mirada para ver quién era.
- ¿Shinonome? – el hondureño notó que era la peli azul la que venía - ¿Qué pasa?
- Iré directamente al grano, ¿Qué traes con esa chica?
- ¿C-Cual chica?
- La castaña con puntas en el pelo, la que te llama por tu nombre.
- Es una larga historia.
- Tengo tiempo.
- Verás… - el chico le explicó todo lo que pasó, desde que fueron al concierto de Molotov hasta el malentendido con Kasumi y lo que Rafael había hecho cuando las subió a todas al Titanic - … y eso pasó.
- Ya veo – la peli azul solo cerró los ojos para luego de unos segundos los abrió – te creo.
- Gracias – suspiró – me alegra que no estés enojada… Ryo.
- Ya te dije que no me llames así, solo cuando estemos solos.
- Estamos solos.
- B-Bueno, es cierto, pero… sabes que lo de nuestra relación es que nadie sabe que somos quedantes a escondidas.
- No sé cómo decirle a las demás esto, ahora que algunas piensan que soy novio de Kasumi.
- Espero que esto se arregle.
- Sí, aunque antes de acostarme por este día, debo darme una ducha.
- Sí – la peli azul solo miró fijo al moreno – por cierto, creo que merezco algo ¿no?
- ¿Qué co…? – sin terminar la frase, el hondureño recibió un beso en los labios de parte de la peli azul y esta se separó rápidamente – R-Ryo…
- Nos vemos Ramón – la peli azul comenzó a alejarse, pero esta notó que el moreno no se movía - ¿Qué pasa?
- Quien te viera – el hondureño de forma descarada la miró un poco – que bien te has desarrollado.
- ¿Qué dices?
- Que buen trasero tienes.
- ¿Qué? – las mejillas de Shinonome se pusieron algo rojas, pero no se enojó y solo desvió la mirada – idiota.
- Pero bien que te gusto ¿verdad?
- Tendrás que conformarte con un taco.
- ¿Taco? ¿Qué taco Ryo?
- Un taco de ojo – la peli azul solo se fue como del sitio, pero mirando de reojo al moreno el cual solo río un poco por eso.
- Ryo… eres una chica tan orgullosa, pero, aun así, me gustas.
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En otro lado del buque, se veía a Tsukumo mirar el mar que estaba atardeciendo y mostraba una linda vista. De repente, alguien se acercó a la peli negra.
- ¿Joan? – Tsukumo se dio cuenta de la presencia del castaño.
- Kana – Joan se acercó a la japonesa la cual notó que el chico tenía algo detrás de él.
- ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
- N-No… - el mexicano estaba nervioso, pero decidido – t-tengo algo para ti.
- ¿Algo para mí? – la chica miró cuando Joan le extendió lo que parecía ser un regalo.
- L-Lo compré en Dubái y al verlo, pensé en ti.
- … - sin más, Tsukumo abrió el regalo y sus ojos azules se abrieron bastante al ver el regalo que le dio su quedante.
Resultó ser una cadena de plata la cual tenía un dije en forma de un bate y una pelota de béisbol de color plateados, aunque el detalle más bonito es que esta tenía un corazón en medio.
- ¿Q-Que te parece?
- Es muy linda – la peli negra abrazó con fuerza a su amante – gracias Joan.
- No hay de que – el chico regresó el abrazo – me alegro que te haya gustado.
Con el sol muriendo y la ciudad de Dubái en el horizonte, ambos chicos se besaron apasionadamente, dando a conocer que esta ciudad árabe… unió algunas personas.
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Continuará…
