RinMakoto. Fue un buen especial de Mahou Shoujos, se me vino a la mente con eso, mientras tanto, Asuka y Ramón vigilando a esas 4, aunque Rinku… es Rinku, ¿Qué más esperas jaja?
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Sin más, comencemos…
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La misa había terminado en la academia Arisugawa, todo normal hasta que miraban como es que el joven peli celeste que las chicas de Lyrical Lily habían conocido.
- Hermanos y hermanas, podemos ir en paz.
- Demos gracias al Señor, nuestro Dios – exclamaron las estudiantes las cuales salieron de la iglesia, unos minutos después, el chico que ayudó a las jóvenes salió un momento para descansar.
- Hola Nakanishi-san, ¿Cómo estás?
- Pues bien, ¿y ustedes?
- Oh, bastante bien, aunque no tanto como la Presidenta que estuvo llorando cuando estuvimos viendo una novela, diciendo algo como que el romance era bastante bonito y todo eso – decía Kurumi para desgracia de la peli vino.
- ¡Kurumi-san, no digas eso que sabes que es mentira!
- No importa Haruna-chan, hay muchas novelas que te sacan una lágrima.
- ¡No es así Miyu-san!
- ¿Qué pasó?
- Por cierto, Nakanishi-kun, ten – Kurumi le entregó una cajita de galletas que parecía muy inocente, pero el peli celeste solo las tomó para comer una.
- Gracias por eso Shiratori-san – mientras Kano las comía, Kurumi solo miraba expectante al igual que Miiko, aunque Haruna y Miyu estaban esperando que algo malo pasara sabiendo que la peli gris no podía desaprovechar la oportunidad para hacer una buena broma.
- Esto será épico – susurró la peli gris mientras esperaba a que algo pasara cuando el chico comió las galletas, pero luego de unos segundos nada pasó – ¿eh?
- Pues no están mal, están algo buenas.
- Espera, de casualidad… ¿no sientes extraña la garganta o la boca?
- No, ¿tendría que hacerlo?
- ¿Qué hiciste Kurumi-san? – preguntó Haruna mirando a su amiga.
- Pues la verdad, están buenas, deberían probarlas – antes de que Kurumi y Miiko dijeran algo, Kano les metió un par de galletas en la boca y en menos de un segundo, ambas estaban echando fuego por sus bocas.
- Nakanishi-kun, ¿Qué tenían esas galletas?
- Le sentí un sabor picante, por lo que puede ser que le hayan echado algo de eso en las galletas, pero lo que no saben es que el picante me gusta, aunque no mucho porque no soy de comerlo.
- ¡Agua! ¡Agua! ¡Necesito agua!
- Oh, ¿quieres agua Shiratori-san, Takeshita-san?
- ¡Sí Nakanishi-san! ¡Por favor, dame agua!
- Lo siento, pero creo que no se va a poder – aunque el joven no era muy expresivo, parecía que lo disfrutaba bastante ver el sufrimiento de Kurumi y Miiko las cuales parecía que en cualquier momento se desmayarían.
- ¡Por favor, haremos lo que sea!
- ¿Lo que sea?
- ¡Lo que sea! – exclamaron ambas con los ojos llorosos mirando al peli celeste, sin embargo, este al final asintió y en vez de agua, les dio leche ya que esto apagaba más el picante, sin embargo, al terminar, estas solo miraron al joven.
- Bueno, miren, no voy a obligarlas a nada por esto, pero creo que, si las bromas deberían hacerse bien, debes hacerlo bien Shiratori-san – exclamó el chico el cual hizo que la peli gris bajara la mirada.
- ¿Qué fue lo que le pusiste a las galletas Kurumi-chan? – preguntó Miyu con curiosidad.
- Le agregué un poco de polvo de habanero que compré por internet, pero no pensé que aguantaría eso.
- Bueno, creo que ahora miras que no puedes pelear contra mí en un duelo de bromas porque solo perderás.
- ¡No Nakanishi-san, juro que te ganaré en un duelo como este! – exclamó Kurumi la cual miró fijo al peli celeste el cual no expresaba nada en su rostro – por eso proclamo un duelo de bromas durante toda la semana, así que espero que puedas vencerme si te atreves.
- No es como que tenga algo mejor que hacer, solo dile eso a la maestra que tienes detrás de ti.
- ¿Eh? ¿Dónde? – Kurumi volteó la mirada, pero no miró a nadie – ¿de qué hablas Nakanishi-san? ¿Acaso esa fue tu broma?
- No, solo mira delante – la peli gris miró a sus pies una serpiente la cual se movió un poco haciendo que esta se asustara alejándose un poco.
- ¿U-Una serpiente?
- Es una serpiente falsa – Kano tomó la serpiente la cual resultó ser de juguete – Shiratori-san, creo que esta será una guerra bastante fácil de ganar.
- ¡Ya verás que no será así Kano Nakanishi-san! – y así, comenzó la dichosa guerra de bromas entre Kano y Kurumi, aunque con esta última, esta sería ayudada por su mejor amiga Miiko.
- ¿Por qué siento que esto será una mala idea?
- Y eso que apenas es lunes Haruna-chan – tanto Miyu como Haruna sabían que esta semana sería larga.
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Martes.
- Ya está todo listo – exclamó Kurumi al lado de Miiko, ambas estaban escondidas en un arbusto cerca de la iglesia mirando hacia la puerta.
- Repasemos todo de nuevo Kurumi-chan – la rubia habló – sabemos que Nakanishi-kun es el único dentro de la iglesia en estos momentos, el sacerdote salió un momento, por lo que al abrir esa puerta él será mojado por esa cubeta llena de agua helada ¿verdad?
- Sí, ese será un gran punto para nosotras – sonrió la peli gris, ambas chicas solo miraron esperando a que su plan saliera como lo habían planeado – alguien viene.
- Prepárate para ver esto Kurumi-chan – las dos miraron el momento, aunque no salió como ellas esperaban.
- Gracias por la ayuda, la verdad… - Haruna fue la que habló justo cuando pasaba por debajo de la puerta y la cubeta con agua le caía a ella – ¿eh?
- Creo que nos equivocamos de persona – susurró Miiko.
- ¡Esto es obra de Kurumi-san y Miiko-san! – Haruna estaban muy molesta mirándose su traje escolar mojado, a su lado Kano solo suspiró, él se había salvado.
- Parece que van con todo en esta guerra de bromas – el peli celeste miró un momento a la chica – Kasuga-san, esa obra de ellas, sin embargo, espero que no se hayan escondido detrás de los arbustos.
- ¿Por qué?
- Porque puse hiedra venenosa antes de venir aquí – Miiko y Kurumi se quedaron heladas y se miraron hasta que notaron la hierba mencionada por el peli celeste.
- ¡¿Qué hiciste que?! – las dos comenzaron a saltar del sitio cuando comenzaron las ronchas a aparecer y la picazón se hizo sentir.
- Eso de la cubeta con agua es la broma más vieja del libro, solo los tontos caen en ella – Haruna quedó con tres rayas de pesimismo por eso – bueno, salvo por Hasuga-san.
- Lo sé.
- Como sea, al final deberán hacer algo con la picazón de la hiedra venenosa, de suerte aquí traigo algo de loción de calamina, pero supongo que no la querrán ¿verdad?
- ¡Nakanishi-kun! ¡Danos la loción de calamina! – decían ambas rascándose mucho el cuerpo – ¡por favor, la picazón es insoportable!
- Bueno, se las doy si admiten que han perdido hoy.
- ¡Aceptamos! – el peli celeste les dio la loción y estas se fueron al interior de la iglesia a colocarse la dichosa calamina para calmar la picazón.
- Nos ganó el día de hoy.
- No te preocupes, aún tenemos muchas cosas que demostrarle a él para que le ganemos, nadie nos puede superar en bromas, ¿estás conmigo Miiko-chan?
- Por supuesto Kurumi-chan… aplícame un poco en muslo que me pica mucho.
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Miércoles.
- ¿Lista para ver cómo cae? – ambas estaban mirando de reojo de nuevo a la iglesia, más específico en la ventana en donde tenían una bolsa de plástico llena de aire atada a la ventana.
- Repasemos el plan Miiko-chan.
- Sí, cuando Nakanishi-san abra la ventana, la bolsa le tirará el olor de gases en botecito lo que hace que huela a rayos y centellas, ese olor es peor que el de los zorrillos.
- Olerá muy mal y será nuestra victoria, esperemos que salga bien – ambas chicas solo se pusieron a esperar y su oportunidad se vio cuando alguien abrió la ventana, pero la persona que resultó ser no fue Kano, sino Miyu.
- ¡Wuaaaaaah! Cof… Cof… ¡¿Por qué huele a esto?! – la líder de Lyrical Lily estaba dándose aire mientras que miraba la bolsa en la que estaba el olor, Kano se tapó la nariz con mascarilla.
- Sakurada-san, creo que realmente te hicieron caer en una broma muy olorosa, desde aquí se sentía el olor, al menos espero que no se hayan escondido de nuevo en los arbustos porque la hiedra venenosa la escondí allí.
- ¿Qué? – Kurumi y Miiko se quedaron viendo hasta que de nuevo comenzó la picazón con fuerza – ¡maldita hiedra venenosa!
- Creo que cayeron de nuevo en mi broma de la hiedra venenosa, al menos creo que tendrán que darme la victoria si quieren loción de calamina – el chico miró a la peli rosa – por cierto, Sakurada-san, creo que deberías ir a bañarte, no es nada, pero apestas.
- L-Lo sé – Miyu suspiró yéndose de la iglesia a vestirse por el mal olor, todo mientras que Miiko y Kurumi estaban rascándose con fuerza.
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Jueves.
- ¿Te aseguraste de ver si había hiedra venenosa?
- Sí, no hay nada de eso, así que estamos bien – ambas chicas asintieron mientras iban a las afueras del templo sagrado en el que ya tenían algo preparado – Miiko-chan, veamos de nuevo todo, cuando salga Nakanishi-san le vamos a tirar serpentinas con crema batida y quedará muy mal con su imagen corporal.
- El plan perfecto – susurró, en tanto, las dos chicas esperaron a que saliera alguien de la iglesia, sin embargo, asegurándose de que fuera Kano, unos segundos después, el peli celeste salió.
- ¡Es la hora!
- Tío, todo está despejado, podemos llevar el incienso afuera – Kano volvió a entrar y justo cuando Kurumi y Miiko estaban tirando sus cosas, el chico no fue la víctima, sino que alguien más.
- M-Miiko-chan, creo que la cagamos.
- ¿Por qué? – la rubia se dio cuenta después como es que no fue Kano el que fue rociado con todo lo que ambas traían, sino más el sacerdote.
- ¿Qué fue lo que pasó?
- E-Este… ¡lo sentimos! ¡persona equivocada! – se disculpaba mucho la peli gris hincándose ante el sacerdote, Miiko no fue tan lejos e hizo lo mismo.
- ¡Por favor, haremos cuantas Ave María sean necesarias por esta broma que hicimos! ¡Por favor, no queremos ir al infierno!
- ¿Son tus amigas Kano?
- Así es tío, pero no son chicas malas, yo que tú las perdono – el sacerdote hizo eso y las chicas pudieron irse en tranquilidad, pero habían perdido de nuevo contra el peli celeste.
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Viernes.
El último día de clases de esa semana parecía normal, más que como iban a cerrar la iglesia ese día, por lo que Kurumi y Miiko planearon la última de las bromas de ese día.
- Finalmente vamos a derrotar a Nakanishi-san de una vez, no seremos unas tontas ante esto.
- No te preocupes, vamos a triunfar esta vez Kurumi-chan – ambas estaban con extintores y solo esperaban a que el chico saliera de la iglesia, sabían que solo estaría él y que tanto Haruna como Miyu estaban en otro lado.
- Lo rociaremos con crema de extinguir hasta que admita que hemos ganado – exclamó Kurumi, pero antes que se dieran cuenta, Kano estaba detrás de ellas.
- ¿Me pueden decir que hacen?
- ¡¿Nakanishi-san?!
- En primera, hoy es mi día libre, segundo, no deberían esconderse en los arbustos con hiedra venenosa.
- ¡¿Otra vez?! – ambas dejaron los extintores mientras se rascaban con fuerza sus zonas afectadas.
- Supongo que he ganado de nuevo y sin ni siquiera hacer un mínimo de esfuerzo, pero creo que me voy con la loción de calamina conmigo.
- ¡Nakanishi-san, tú ganas de nuevo, pero por favor danos la loción de calamina!
- Lo siento Shiratori-san, pero creo que me iré de aquí ¿no?
- ¡Por favor! ¡Dame esa loción de calamina! – Kurumi estaba que lloraba por eso, pero al final el peli celeste decidió dársela para que se calmara.
- Supongo que con eso he ganado todas las bromas ¿verdad?
- Sí… aunque no me guste admitirlo – dijo Kurumi por lo bajo, pero esta fue acariciada en la cabeza por parte de Kano.
- No te preocupes, puede que lo hagas bien la próxima vez, pero por el momento he ganado yo, pero suerte para la próxima Shiratori-san – Kano seguía con lo suyo, la peli gris se sonrojó por eso, pero esta vez era diferente ya que no entendió porque se puso así.
- N-Nakanishi-san – definitivamente, aunque Kurumi y Miiko perdieron la semana de bromas, para la peli gris, esto significaba algo más que no comprendía del todo.
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Continuará…
