RinMakoto. El hecho de que Lucy esté es porque me gustó incluirla, así que espero que ella se lleve bien con los demás.
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Sin más, comencemos…
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La inclusión de alguien que parecía peligrosa como lo era una persona como Lucy realmente dejó a medio mundo pensando que ni en un millón de años ella se integraría así de fácil al grupo.
No obstante, fue gracias al hondureño que esta se logró meter e irse adaptando. Es cierto que una persona no puede cambiar de la noche a la mañana y necesitaría tiempo para poder integrarse del todo.
Pero las cosas con la tranquilidad en el barco no acabarían ahí.
Sin darse cuenta, había varios submarinos los cuales monitoreaban la posible ubicación de Lucy ya que se debía recordar que ella apareció justo en una cápsula como si hubiera sido abandonada o perdida.
- ¿Aún no han encontrado a Lucy?
- Todavía no señor, no tenemos señales de ella.
- Tenemos que encontrarla cuanto antes, no podemos permitir que Lucy sea libre, como aquella que es la reina de los Diclonius puede traer la desgracia al mundo, por lo que captúrenla con vida, y si no se puede, mátenla.
- ¡Sí! – los submarinos seguían navegando por las coordenadas cercanas al trasatlántico, mientras tanto en el puente de mando, algunos de los oficiales hablaban con Rafael sobre esto.
- ¿Han detectado algo?
- Capitán, hemos visto por unos momentos algunos objetos extraños que parecerían ser submarinos o pequeñas embarcaciones por aquí.
- Que extraño, estamos a muchas millas de tierra firme, en estos instantes estamos en el Atlántico Norte, en unos días llegaremos a la Corriente del Labrador para arribar a Nueva York – el peli negro decía – sigan adelante, pero por si las dudas, aceleren la velocidad del barco.
- ¿Al tope señor?
- A los nudos que dé el Titanic – los demás asintieron y mandaron la orden de que la velocidad del navío se subiera por lo que así se fueron más rápido de ahí con la esperanza de que se perdieran los objetos que los seguían – tengo un mal presentimiento de esto.
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Apenas amanecía en el sitio por lo que muchos de los pasajeros estaban dormidos todavía, sin embargo, algunas de las chicas ya se habían levantado para entrenar un poco, siento estas las chicas de Aqours.
- ¿Era necesario? Apenas son las 5 de la mañana.
- Yo me siento bien – Kanan decía ante la queja de las menores del grupo.
- Hace frío-zura.
- El frio solo fortalecerá nuestros músculos por lo que tenemos que hacer este tipo de ejercicios – Dia decía a las de segundo y tercero.
- Tu hermana es un monstruo de las profundidades más tenebrosas de los 9 infiernos.
- Yoshiko-chan, no hables tan fuerte que te va a escuchar.
- ¡Que soy Yohane!
- Oigan, dejen de parlotear que tenemos que ponernos a entrenar, daremos 10 vueltas a la cubierta del barco, ¡comiencen! – el grupo de 9 comenzó con la tarea.
Nada parecía estar fuera de lugar, es más, Aqours ganaba resistencia en todos los sentidos, pero en un determinado momento, Chika fijó su vista al mar por un segundo y ella insistió en que vio algo ahí.
- Chika-san, sigue con el entrenamiento.
- Lo siento, pero es que divisé algo en el mar.
- ¿Acaso es algo como lo de Lucy-san?
- No lo sé, fue como si mirara un barco que se hundía o algo así.
- No entiendo que estás diciendo.
- ¿Y si es un submarino? – You dijo.
- Pero ¿Qué haría un submarino aquí en el océano?
- Mi papá dijo que hay muchos submarinos que pueden ir con trayectorias muy largas por lo que no es nada raro que aparezca uno en estos lares buscando algo.
- No entiendo la verdad, ¿Por qué nos seguiría un submarino?
- Ni idea, pero mejor sigamos, puede ser que solo sea una cosa que vimos sin querer – el grupo siguió, sin embargo, las cosas no serían buenas con ese submarino.
Y fue un error ignorarlo.
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En el interior del barco, una de las musas, siendo esta Kotori quien estaba en la cocina haciendo algún platillo.
Mientras veía el horno estaba contando los minutos que le hacían falta y así fue cuando finalmente estuvo lista que lo sacó del horno y la peli gris parecía alegre por su resultado.
- Sí, justo al tiempo, un pastel así es difícil de hacer, pero espero que le guste – mientras esta sacaba lo que parecía ser la torta de un pastel, alguien más arribó a la cocina siendo esta la recién llegada al buque – oh, buenos días Lucy-san.
- Buenos días – esta respondió de forma normal y sin más fue hacia uno de los refrigeradores en donde solo tomó un vaso con leche.
- ¿Ya te vas acostumbrando a nosotras?
- Aún no me creo que estoy así sin ningún problema o que me digan algo de mis cuernos – decía esta mirando a la musa.
- Puede que no sean del todo normales para los humanos normales, pero eso no te hace diferente – Lucy solo suspiró.
- Realmente son personas diferentes – la Diclonius miró hacia lo que hacía la oji avellana – ¿Qué haces?
- Un pastel, quiero que alguien por la que me siento atraída lo pruebe, quiero que le guste.
- Entiendo – esta siguió con lo suyo, entonces Kotori decidió hacer que Lucy se uniera a ella.
La Diclonius no se pudo resistir al final a la tentación y se unió a la peli gris en hacer la decoración del pastel, cabe decir que, gracias a los brazos de Lucy, las cosas eran bastante fáciles y más cuando sus vectores ayudaban.
- Gracias – Kotori tomó unas cuantas cremas que la peli roja le pasó para comenzar a decorar mejor el pastel hasta que le dio unos toques bonitos.
- Pues te está quedando bien.
- Mejor di que nos está quedando bien, tú me estás ayudando Lucy-san.
- Pero si solo te paso las cosas.
- Aunque digas eso, al final es una ayuda por lo que también estás involucrada en esto – decía Kotori sonriéndole, Lucy no pudo evitar hacerlo también dándose cuenta de que era cierto y, además, parecía que se llevaría bien con la musa.
- Bueno, a todo esto, ¿Para quién es el pastel? – eso hizo que Kotori se sonrojara.
- C-Con eso… verás, es una persona que me ha atraído desde hace un tiempo desde que andamos juntos viajando por el mundo – Lucy seguía extrañada, pero al final Kotori tenía derecho a no revelar para quien era, aun así, la curiosidad le daba un poco.
- Pues espero que te vaya bien, si esa persona no agradece el pastel, lo decapitaré.
- Eso es frío Lucy-san.
- Bah, ya no lo haré, a Ramón le hice jurar que no atacaría a nadie en este barco, después de todo no me ven como un monstruo, sino como alguien más de aquí – cuando la Diclonius dijo el nombre del hondureño, la cara de Kotori se sonrojó un poco, eso le dio una pista a la peli rosa – a ver, ¿es él?
- P-Pues… p-podemos decir que sí, aunque bueno, me enteré sobre su sabor de pastel favorito, el chocolate, gracias a que Umi-chan es su prima y se han hecho muy cercanos últimamente, por eso es que decidí hacérselo.
- Entiendo, supongo que es algo que él tiene – Lucy suspiró – entonces suerte, yo tengo hambre.
- Gracias Lucy-chan – el cambio de sufijo de Kotori le dio indicar a la Diclonius que la veía como alguien más cercana, cosa que la hizo sonreír un poco.
- Supongo que este estilo de vida no es tan malo después de todo.
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En el puente de mando…
- ¿Ha vuelto a aparecer el submarino? – preguntó Rafael a los oficiales.
- Sí señor, pero solo fue por un instante y luego parece que se sumergió.
- Esto es malo, realmente me está preocupando que es lo que nos sigue, no llevamos nada ilegal y todo está perfectamente en orden.
- Capitán, ¿cree que acaso estamos bajo algún ataque?
- No lo sé, pero por si las dudas, vamos a seguir alerta, el barco está al máximo ¿verdad?
- Sí señor.
- Pues sigamos así, estén alerta por si algo pasa, ese submarino no me gusta nada y…
- ¡Capitán! ¡Tenemos más objetivos siguiéndonos! – Rafael se alertó por eso y fue a ver el radar en donde claramente se miraba como es que poseían varios vehículos que iban directo hacia ellos como si los estuvieran rodeando.
- Mierda, esto es malo – al mismo tiempo que la noticia se daba, Joan estaba en la cubierta caminando un poco, él y Tsukumo recién había comido, pero este decidió dar una caminata él solo.
Mientras el sinaloense seguía con lo suyo, miró por alguna razón como es que algunos oficiales corrían hacia la zona del puente de mando como si estuvieran preocupados, eso alertó a Joan por lo que fue a ver qué pasaba.
- Demonios, estamos lejos de la tierra alguna, por lo que tendremos que ver cómo es que le hacemos y que no nos torpedeen.
- ¿Por qué nos lanzarías torpedos?
- No sabemos que quieren, pero tenemos que hacer algo con los submarinos.
- ¿Submarinos? ¿Torpedos? ¿Qué es eso? ¿Acaso estamos de nuevo en la Guerra Mundial? – el castaño simplemente se fue de ahí pensando en lo que escuchó, no obstante, justo pasando por la cubierta, notó como algo en el agua se movía.
Al percatarse de la vista del mexicano, el vehículo se hundió en el océano, eso solo alertó más a Joan quien sabía que algo realmente andaba mal en todo esto.
- Me encargaré de averiguar que pasa – este se dirigió hacia la zona baja del Titanic, posiblemente así sería algo visible ver si un submarino atacaría al navío en cualquier momento, sin embargo, necesitaba ayuda – veré si Claud y Esperanza me ayudan, esto puede ser de vida o muerte.
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Justamente en una de las habitaciones de abajo, estaba Ramón, aunque no encontraba solo ya que Hikari estaba con él, aunque dos chicos solos no sería algo muy bien vistos, pero no era lo que se pensaba que hacían.
- Hikari, realmente me impresiona como es que has avanzado mucho en tu entrenamiento – decía el peli negro, este estaba mirando a la Butai Shoujo peli negra que estaba con ropas de entrenamiento, un sostén deportivo y su pantaloncillo de la misma marca.
- Gracias, es que desde que te vi con esa transformación, quise probar si yo podía hacer algo similar, pero no creí que realmente me entrenarías – Hikari decía eso ya que desde que notó la transformación de Kuuga de Ramón, esta quiso replicar los mismos poderes del hondureño, iba lenta, pero a paso firme – a todo esto, entonces con Umi somos familia ¿no?
- Así es.
- Entonces eso significa que tú y yo seríamos primos ¿no?
- Primos en otro grado, pero sí – Ramón suspiró – bueno, al menos eres la única persona que por el momento conoce mi secreto, no cualquiera podría aceptar esto.
- El cinturón que posees es algo que no puedes sacarte, aun así, es algo que tú puedes acceder y salvar a la gente, es algo muy noble de tu parte – sonrió la peli negra.
- Me alegras un poco – río el chico, aunque este notó como Hikari iba con él sentándose en sus piernas y acomodándose en su pecho – ¿Hikari?
- Déjame así un momento – el hondureño se quedó en silencio mientras que la peli negra seguía en esa posición, el hecho de estar en esas ropas, era algo que Ramón no podía quejarse a pesar de que podía sentir el cuerpo de la oji azul, en un momento, el chico se tensó un poco alertando a su compañera – ¿Qué pasa?
- Algo no me gusta… siento algo extraño.
- ¿Alguien viene? ¿Nos han espiado?
- No Hikari, no es eso, hay algo que está rondando, pero no es ningún voyerista o algo por el estilo, es como una amenaza que no logro entender y… escóndete, alguien viene.
- ¡¿Qué?! – el hondureño tomó a la Butai Shoujo y se escondieron en un rincón de esa bodega, justo segundos después entró Joan con su hermana y su mejor amiga, estos veían para todos lados.
- En estas bodegas no hay nada, solo puro equipaje y otras cosas que van para algunas partes de los países a los que vamos – Joan decía.
- Carlos, ¿seguro viste algo en el agua?
- Estoy completamente seguro de lo que vi, además los del puente de mando están preocupados por amenazas de submarinos alrededor del barco.
- Hostia, ¿Qué significa esto entonces?
- Estamos bajo ataque al parecer – susurró Joan, aunque fue lo suficientemente fuerte como para que Ramón lo escuchara.
- ¿Qué ataque? ¿Estamos bajo ataque?
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En el océano, más específico en el submarino líder…
- Señor, estamos todos en posición de iniciar el asalto para recuperar a la Diclonius Lucy.
- Muy bien, entonces hagámoslo – el líder de estos sonrió malvadamente – vamos por esa malnacida y acabemos con ella.
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Continuará…
