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6ª . CAPITULO.
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Veinticinco de Nabiki…
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" Ventincinco de diciembre
Humo, humo, humo.
Allí arriba en su habitación
Fum, fum, fum.
Esta la Nabiki
Pensando, cabilando;
Como conseguir más dinero,
Come pizza y patatas.
Fum, fum, fum.
"
Los dos niños cantaban un villancicos mientras Akane tocaba la pandereta, y Ranma había cogido una botella de anís que no era lisa, sino que tenía una especie de grumos, y movía arriba y abajo una cuchara.
Estaban alegres, esa noche era Nochebuena, casi ya no recordaban que realmente era dos adolescentes. Ya habían asumido que eran dos niños. Le habían sacado los últimos días el aguinaldo a sus padres, a Nabiki, al huraño y tacaño señor Tanaka, al director del Furinjan.
El día anterior se le había unido, su madre y Kasumi y le sacaron a los dos patriarcas un buen aguinaldo. Después los cuatros fueron a las puertas del Furinkan, allí se les unió quien les dejó las luces decorativas y los altavoces y allí montaron un concierto con versiones rock de famosos villancicos, y sacaron un buen pellizco, entre dinero, caramelos y fruta.
Y esa noche había aparecido Kodachi
...•...
Como cada noche, los dos niños a la hora de irse a dormir le pidieron a Nodoka que les contase un cuento, y como cada noche, se durmieron al poco de que la mujer lo contase.
La casa estaba en silencio, todos dormían, tapados hasta la cabeza, hacía mucho frío. Gemma dormía como panda para soportar mejor el frío. Ranma y Akane dormía juntos, abrazados, aunque Nodoka intentó separarlos no logró nada, sólo que los dos llorasen. Los dos pequeños se pasaban las veinticuatro horas del día juntos.
Y de repente la ventana de la ventana se abrió y entró Kodachi. Iba vestida como siempre, con su mallot de gimnasta. A pesar del frío iba medio desnuda.
Miró a Ranma.
-Mira mi querido Ranma, se ha vuelto un niño, que pequeño que es- suspiró- que adorable que es- se giró hacía Akane, y añadió con rabia- y lo tiene que abrazar esa niñata.
Se acercó al lado de la cama donde dormía Ranma.
-Ahora me lo llevaré y cuidaré de él, lo haré hasta que vuelva a tener veinte años. Ne pedirá que me case con él y seremos felices.
Fue entonces cuando vio que los dos niños la miraban, se habían despertado, en la mirada de los niños había desconfianza
-¿Qué nos quieres hacer?- preguntó la niña.
-¡A ti nada!, yo quiero a mi pequeño Ranma. Lo llevaré a mi casa y lo cuidaré hasta que sea un adulto y pueda casarme con él.
-Que alquilo!, ¡Entonces serás una vieja!.
Kodachi se atragantó con su propia saliva, esa contestación de su Ranma no se la esperaba.
-¡Yo siempre seré joven y guapa!, ¡siempre tendré diecisiete años
-¡ Como la madre del manga de Komi-chan!- exclamaron con horror los dos niños.
-¡Pero con bañador!- el asco de Ranma fue evidente, el niño estuvo a punto de vomitar.
-¿Qué te pasa Ranma?- Akane se preocupó cuando vio las arcadas de su amigo.
-Me la imaginado cuando sea una vieja de veinticinco años y con ese bañador.
-¡Qué horror!- Akane sintió arcadas al imaginar eso.
-¡Niños!, ¡Que es mi mallot de gimnasia!, ¡no es un bañador!- y hablando para ella misma- ¡Que niños los de hoy en día que imaginación tienen. – no sería la primera vez que pensaría eso.- ¡ Vamos Ranma!, nos vamos, te llevaré a mi casa, te cuidaré hasta que crezca y nos podamos casar.
Ranma se asustó, esa chica pretendía hacer con él.
-¡No quiero!, ¡No quiero ir contigo me quieres hacer cosas feas!. ¡Sólo soy un niño!- y se puso a llorar.
Akane lo abrazó y miró a Kodachi desafiante, sus ojos desprendían chipas.
-¡No re dejaré que te lleves a Ranma, ni que juegues con el a juegos de adultos.
-¡Pero que mal pensados sois, niños!, ¡sólo quiero criarlo y cuidarlo hasta que sea un adulto y…
En ese momento se abrió la puerta de la habitación y entraron lis miembros de la familia..
-¿Qué es este escándalo? ¡,Son las dos de la madrugada!- Soun enmudeció cuando vio a Kodachi gritó -¡¿Qué haces en mi cié… en mi casa?!
La gimnasta miró a todos, su plan de llevarse a Ranma sin que nadie lo supiera había fallado de la forma más miserable.
-¡Mamá!- Ranma echó lo brazos hacía su madre- esa chica nos quería hacer algo malo- hipótesis varias veces- me quería secuestrar y tener en su casa hasta que fuese mayor.
-Se quería casar con él- Akane apoyó a su amigo- es una degenerada. Es muy vieja para Ranma.
Nodoka furiosa sacó su katana y apuntó a la chica.
-¿Qué pretendías hacer con mis niños?- la mujer fue a la cama y abrazó a los dos niños que estaban asustados, supuestamente asustados.
-Yo, me voy a llevar a Ranma de aquí, este no es el sitio adecuado para que se crie mi futuro esposo, él necesita un sitio más culto.- la prepotencia de la joven fue grande, despreciaba a lis habitantes de esa casa.
La reacción esas palabras fue la que menos se esperaba la joven, ella esperaba que esas personas le darían la razón, que le dejarían llevarse a Ranma, que le estarían agradecidas por criar al niño en un lugar menos inculto que ese.
Pero la reacción de la familia fue todo lo contrario. Se opusieron a que se llevase al niño.
-¡Señorita, este es lugar culto!, no tendremos la cultura que ha recibido usted, pero no tenemos la mala educación de entrar a la casa de los demás, dejad todo lleno de pétalos de rosas, y querer secuestrar a un niño.
-Me quería hacer cosa muy malas!- lloró el niño, parte de esas lágrimas eran comedia, lo sabía su madre, lo sabían las hermanas de Akane, esta lo sabía, pero ¿ hasta qué punto lo sabían los patriarcas o la frustrada secuestradora?
Kodachi miró al niño asombrada, no se esperaba que este reaccionase de este modo. El niño debía echarse alegre en sus brazos al ser rescatado de ese sitio de tan bajo nivel. En cambio ese niño no quería irse con ella.
-¡Esto es inconcebible!, ¡vivo en una casa más grande y lujosa que está!, todos los niños le gustaría vivir en una casa así. – miró a pequeño Ranma- en cambio tú desprecias mi oferta.
-¡No me gustas!, ¡No quiero verte!, ¡veste de aquí!- el niño le sacó.
Kodachi se llevó la mano a la cara, hizo como si llorase, quería ablandar al niño, este se acercó y la miró, era lo que esperaba ella, lo cogería y huiría. Kodachi se abalanzó sobre Ranma y lo cogió y se lanzó hacía la ventana, pero eso era lo que esperaba Akane, que esa chica se distrayendo, y la atacó por la espalda, a traición, y le dio un golpe en el cuello, y Kodachi cayó desmayada.
-Duez milésimas de segundo tarde, cuando entrenamos este ataque no fuiste tan lenta, a faltado poco para que me secuestre- el niño le reclamaba su tardanza.
-Cuando aprendimos y entrenamos este ataque éramos dos adolescentes, no somos tan rápidos como entonces, la niñez nos ha quitado fuerza.
Los dos niños se miraron desafiantes, enfadados.
-No tenemos tiempo para pelearnos, debemos castigar a este chica-Akane se puso a pensar, miró a Ranma-¡Piensa!,! aunque sea por una vez!, ¡utiliza por primera vez la cabeza.!
Akane parecía tener ganas de pelea.
-Sé donde meterla, no nos volverá molestar después de eso.
Y cogiendo la mujer entre los dos se la llevaron.
...•...
Kodachi se despertó, estaba sentada. Estaba a oscura en lo que parecía una habitación sin ventanas. Olía a humedad, esa habitación era un sótano.
Notó que le habían atado los pies, y las manos, está a la espalda.
Sus ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad, y empezó a ver algo blanco. Ese objeto fue adquiriendo forma. Al descubrir lo que eran se horroriza, y esa chica gritó de pánico. Estaba rodeada de esqueletos.
-La familia Tendo mata y entierra a sus víctimas en el sótano del dojo.
...•...
Los dos niños estaban almorzando, después del ataque no habían logrado poder dormir.
Nodoka les estaba sirviendo ese almuerzo. Oía los gritos de Kodachi, y les preguntó intrigada a su hijo.
-¿Dónde habéis metido a esa chica?
-Esta noche es nochebuena- canturreó el niño.
-¡No me cambies de tema Ranma, ¿Qué le habéis hecho a esa chica.
-Ya llega Navidad, notaremos al gallo- esta vez fue Akane la que cantó.
-¡No me obligues a castigados!.
Los dos niños rieron y se miraron, esa vez sí que habían hecho una buena travesura.
-Está en el sótano.
-¿Dónde guardamos lis esqueletos de plástico que le dio el doctor Tofu a Kasumi?- Nodoka los miró sorprendida, ahora comprendía el plan de Ranma.
Kodachi estaba rodeada de esqueletos, que el médico le dejó a Kasumi para que estudiara. Kodachi los tomaría por esqueletos reales y…
-No pasa nada, no habéis hecho nada grave, esperemos que esa joven se asuste de verdad y no vuelva- Nodoka le quitó importancia a la gamberrada de los dos niños.
...•...
Mientras iba avanzando el día la alegría de los niños iba en aumento, corrían de un lugar a otros nervioso. Querían coger un poco de la comida que estaban cocinando Nodoka y Kasumi, fueron echados de las cocina por las dos mujeres aparentemente enfadas, pero divertidas.
-Yo he cogido un plato con pollo, ¿y tú?
-He cogido una manzana caramelizada en azúcar.
-¿Los compartirnos?- preguntaron los dos.
Y en el porche los dos niños comieron lo que afanaron.
-Ranma, ¿piensas que nevará?, me gustaría que negase.
El niño miró al cielo, olió el aire, como aprendió mientras viajaba con su padre.
-A mi también me gustaría que nevase. No logró oler si nevará o no, aquí hay muchos olores y todos mezclados.
Cuando acabaron subieron a la habitación de Nabiki, espiaron desde la puerta. La chica saldría de fiesta después de la cena. Nabiki sólo estaba en sujetador y braguitas.
Los dos niños entraron en silencio sigilosos, cuando se dio cuenta los niños ya la atacaban.
Un minuto después Ranma y Akane salieron corriendo de esa habitación con la ropa íntima de la hermana mediana, detrás de ellos salió Nabiki desnuda, gritando a los niños que reían a carcajadas.
Los tres bajaron a la primera planta y allí fueron castigados por Nodoka, los niños por las continuas bromas de ese día… Nabiki fue castigada por exhibicionista.
Ranma y Akane estaban pelando patatas, típico castigo del ejército cuando un soldado no cumplía con lo mandado. Pero lo hacían entre bromas y risas. Nodoka los miró, eran dos espíritus inquietos, no se podían estar quieto, tal vez fuese el trauma infantil de no tener a nadie con que jugar, los dos habían crecido solos. Ahora tenían un compañero de juego, no querían desaprovechar la oportunidad de divertirse.
-No es eso mamá, sé lo que piensas, te acercas, pero hay algo más- Ranma le habló sin dejar de cortar patatas-es una ocasión única de hacer lo que no hicimos de niños, cuando realmente fuimos niños.
-Puede que mañana, pasado o dentro de un mes recuperemos nuestras edad real, y se acabará la diversión … queremos divertimos durante el máximo para tener buenos y divertidos recuerdos de esta nuestra segunda infancia.
-Para nosotros, nuestra infancia no fue divertida, si no algo triste, Akane perdió a su madre, yo… viajando y sufriendo con un padre que sólo pensaba en el entrenamiento, sin dejarme divertirme.
-Esta es nuestra oportunidad de tener una infancia alegre, nos dejaremos que nos la estropeéis.
Nodoka decidió levantar el castigo a los niños, pero estos se quedaron pelando patatas, pronto descubrió por que.
-Esta patatas se parece a la profesora Hinako- comentó riendo Akane.
-La mía a mi padre, y esa de allí es idéntica al tuyo.
Los dos niños rieron.
Nodoka se añadió al juego.
-Esta de aquí se parece a Nabiki. Y la de allí al vecino.
-Yo a esta le encuentro parecido a… El doctor Tofu y aquella a su esqueleto Betty.- Kasumi se había sumado al juego.
Las risas llegaron al dojo que estaba siendo decorado por Nabiki. No esperaban invitados, pero si venían les cobraría entrada.
Cuando terminó de decorar se dedicó a fregar, y ahí se demostró su ignorancia. Había empezado a fregar desde la puerta del dojo al interior, si intentaba salir pasaría lo fregado y lo volvería a ensuciar. Tendría que fregar de nuevo. Tardó más de una hora en salir.
Lo primero que hizo fue ir al lavabo se estaba meando, cuando iba a entrar se le adelantó primero Kasumi y después Nodoka. Nabiki lloró de felicidad cuando logró aligerar líquidos.
...•...
Era media tarde, y las tres mujeres y los dos niños estaban desayunando. Los dos niños estaban felices comiendo dulces, los dos compartían lo que comían. Nodoka sonrió al verlos tan unidos, nada que ver con los dos jóvenes tímidos y orgullosos que fueron hasta días antes.
-¡Ojalá esto siga así!- pidió la mujer-¡Quieto que mi hijo y su futura mujer, se lleven tan bien como lo hacen ahora.
-¿Qué decía?- El niño preguntó sin dejar de comer.
-¡Nada hijo!, nada. Sólo hacía los cálculos de cuanto nos costará la reparación de la casa.
-Eso lo pagará el seguro, pero si denunciamos a las tres chicas les podemos sacar un buen pellizco- Nabiki calculó el máximo a quitar a esa chicas.
-No la denunciaremos- Ranma miró a Nabiki- Akane y yo las visitaremos y… nos pagarán sin problemas.
-Mi pequeño cuñadito a eso se le llama extorsión.
-Mi madura cuñada, a eso se le llama amenaza, si no cumple con lo que nos deben, tendrán mucho tendrá problemas. Es lo que teníamos que hacer la primera vez que aparecieron problemas, ahora o estaríamos en este jaleo.
Esa merienda acabó rápido, más que rápido, desapareció por la boca de los dos niños, el estómago de los dos pequeños era un agujero sin fondo, nada de lo que entraba por sus bocas volvía a salir, y parecía que nunca se ansiaban.
Siguieron comiendo, los dos niños inventaron un nuevo juego. Cuando retaron a Nabiki se vio ganadora, pero ese juego consistía en robar la comida del plato de su rival. La hermana pequeña se retiró al perder por segunda vez, no estaba dispuesta a quedarse sin merienda.
-Cuando aparecían en la vecina, tenían un objetivo, vaciar un poco la defensa, lo malo era que no sólo iban una vez y que sólo parecían conocer pocas frases.
-¡Tengo mucha hambre!, ¿ Cuando comemos?
Y ese día al ser Nochebuena los dos pequeños redoblar sus esfuerzos de conseguir comida, lo que preparaban las dos mujeres olía demasiado bien para que los dos pequeños fueran atraídos.
-¡Fuera!-Nodoka simuló enojo- iros fuera. Me han dicho que iba a nevar, ir a ver como nieva.
-Si, volvéis a entrar, no comeréis lo que se está cociendo en el horno, y es algo que os gusta mucho.
Los dos niños se asonaron a la ventana de horno, y vieron el manjar que comerían horas después, sonrieron, y salieron corriendo y riendo hacía el jardín, esa noche iban a disfrutar cenando.
Habían cogido parte de las golosinas conseguidas esos días, se habían abrigado y jugando esperaban que nevase, pero la nieve no se decidía a caer.
-¡Me aburro!, ¡me aburro mucho!, podíamos poner música.
-Nabiki se ha apoderado de nuestro equipo de música, dice que unos niños pequeños como nosotros no podemos tener uno- Ranma bufó furioso- ¡siempre nos lo quiso quitar! Y se ha aprovechado que somos niños para cumplir ese deseo.
-Con los que nos costó comprarlo. Ahorrando poco a poco, teniendo que esconder el dinero. ¡Cuando sea de nuevo grande mi hermana tendrá un problema conmigo!.
Los dos niños habían acabado con las golosinas, con los chistes malos, con los juegos tontos… y se seguían aburriendo.
-¿Llamamos a Nabiki y la hacemos bajar y la lanzamos al estanque?
-No servirá, mi hermana ya nos conoce y nos se fía de nosotros. Escarmentado al viejo maestro.
-No vendrá- negó el niño- ha huido. Nos tiene miedo, después de meterlo en esa olla y ponerlo a hervir.
-¿No huyó después de quemarle su colección de ropa íntima?
-No, Eso pasó antes. Logró salvar parte de su colección y se la pintamos de colorines.
-Si, pintamos la ropa, y al él ka cara mientras dormía.
-Eso fue después de llevarlo al veterinario a que le pusiera la vacuna antirrábica..
Los dos niños rieron, el maestro Hapoosai había sido su víctima hasta que huyó amargado por dos niños que lo veían como una diversión.
De repente Akane se levantó.
-¡Tengo una idea!- y la chica le contó ca su amigo lo queble vino a la cabeza.
Lis dos chivos se fueron a su habitación y se vistieron con varios disfraces de la hermana Tendo.
Se juntaron en el pasillo y se miraron, se rieron. Habían mezclado disfraces, ropa de cada día. Tenía un aspecto estrafalario y hasta cierto punto cómico.
Unos minutos después estaban en el jardín había montado creado algo parecido a un tótem y danzaban y cantaban en un idioma inventado por ellos.
Alzaban su brazos al cielo y parecían pedir, suplicar, exigir algo.
-¡Queremos que nieve ya!, ¡que Ranma y Akane tienen hambre!
Las dos mujeres salieron asustadas por los alaridos que daban esos dos pequeños.
-¿Se puede saber que hacéis?- Nodoka al verlo estuvo a punto de reírse, los dos niños se habían pintado la cara.
-Hacemos la danza de la nieve, para que nieve ya.
Nodoka se rió, esos niños tenían ideas raras. Le llegó un olor de pinturas a maquillaaje, los niños habían usado maquillaje para pintarse, olió ese maquillaje era de Nabiki, y de serlo… sería caro, y que habían usado mucho de esos productos-¿ sabe Nabiki que habéis gastado todo su maquillaje.
-Si, lo sabe, ¡Y tanto que lo sabe!- Kasumi se había acercado al tótem, del él salían ruidos extraños. Quitó la máscara que había en el tótem y vio la cara de Nabiki mirándola suplicante, ella también estaba pintada, con colores acrílicos, y amortizada.
Kasumi le quitó la mordaza a su hermana.
-¡Suéltame Kasumi!- exigió la chica atada- que debo coger a dos…- no pudo decir nada más Kasumi le volvió a poner la mordaza, y puso la máscara donde estaba, tapando la cara de Nabiki..
-Nabiki, haces bien en jugar con los niños, no les cuentes cosas raras. ¡Niños no hagáis sufrir a Nabiki!
-¡Noo!- gritaron los dos pequeños como Nabiki, pero ese grito no tenía idéntico significado.
Y las dos mujeres dejaron jugar a los niños como bailarines de la nieve y a Nabiki como tótem. La hermana mediana intentó gritar, pero la mordaza le impidió articular ni un solo sonido.
Los niños estaban danzando, y aún no había caído ni un copo de nieve.
-¡Que egoísta son los dioses se guardan la nieve para ellos. O seguro que la dama de las nieves se ha ido a un balneario.
-¡Necesitamos más tótems! Vayamos por tu padre y él mío.
Y en ese instante empezó a nevar, los dos pequeños prometidos, saltaron de alegría, picaron sus manos, y chocaron sus cuerpos, y empezaron a danzar como agradecimiento a la mujer de las nieves.
Cuando llevaba un rato nevando, soltaron a Nabiki, la joven salió del falso tótem en braguitas y sostenes , muy pequeños, cubrían poco para el frío que hacía.
-Me habéis pillado mientras me cambiaba de ropa, me habéis metido en un saco, y me habéis decorado para que pareciese un tótem.
-¡Nabiki eres tonta!,- el niño la señaló con el dedo- te retamos si ganas, hoy no te cantaremos pidiendo el aguinaldo y te devolveremos todo lo que nos has dado.
Nabiki no se pudo resistir a ese juego.
Hasta que supo que el reto era una guerra de bolas de nieve.
-No es justo- señaló- sois dos contra uno.- y la chica recibió una bola de nieve que la hizo callar.
-¡Eres una enfadica!- Ranma se agachó y se dio unos azotes en el culo.
-¡Raaanma!- Nabiki gruñó el nombre del niño. Buscó a Akane y no la vio-¿Donde estará mi hermana?,- comprendió todo, ese chico era sólo una distracción. Quien verdaderamente iba a atacar era...
Y Akane llegó por detrás en silencio, le cogió las braguitas a su hermana, se las separó de la piel… y le metió una bola de nieve, soltó las braguitas y las apretó con la mano deshaciendo la bola dentro de las bragas.
El grito de Nabiki por el contacto de la nieve… tan helada en su culo, fue un grito… de dolor, esa chica sintió el frío en todo el cuerpo. Yendo casi desnuda, los dos niños no le permitieron vestirse. Se puso azul, subió las manos, le tembló todo el cuerpo. El pelo se le puso de punta.
Le dientes le castañearon.
-¡Sucias alimañas!, ¡ cuando os cosa!.
En eso atacó Ranma. Le separó la parte delantera de las braguitas y lo que le metió no fue hielo, fue unos cubitos de hielo que había cogido de la nevera.
-¡Ataque combinado de hielo y nieve!- dijeron los dos niños haciendo el signo de victoria.
...•...
Después de la huida de Nabiki, cuando Nabiki escapó de los dos niños. La guerra de bolas de nieve, para la joven una pesadilla.
Después de esa travesura se había tenido que dar un baño para entrar en calor, horas después seguía sin entrar en calor. Le esperaba un buen resfriado, esa chica estaba segura que se constiparía, esos dos ángeles, como los llamó Nodoka, iban por fastidiarle los últimos días del año, y de paso su salud.
Estaba en la cocina, sentada delante de la mesa, Nodoka y Kasumi estaban con ella. Y estaba segura que las dos estaban a punto de reírse de ella.
-Son unos demonios, no tienen respeto por la edad. Se ríen de mi.
-Tú has estado años riéndote de ellos. Esta Navidad los vendiste a sus rivales. Vendiste a Ranma a varias chicas. Y a Akane a varios chicos. Te quisiste aprovechar se ellos.
Nabiki recordó eso fastidiada, aunque había entablado conversaciones con las rivales de su hermana, estas actuaron por su cuenta con el resultado de que Ranma y Akane se transformaron en dos niños traviesos, extremadamente traviesos.
-¡Pero ellos..!- Nabiki se justificó- me han..- se calló, la mirada indulgente de Kasumi la hizo callar- ¡No es justo que defiendas a los dos niños, deberían ser castigados.
-Y lo serán, pero tú también, aún haces planes de venderlos durante minutos a los demás. ¡Por favor Nabiki!, ¡sólo son unos niños!, ¡no puedes alquílalos como si fuesen coches!
Nabiki no estaba de acuerdo con eso. Los niños eran tan adorables, en pocos días se había ganado el corazón de sus vecinos, si se los alquilaba a estos.
-Yo… sólo quiero… ganar…
Nodoka le dio un tazón de leche caliente.
-Toma esto… ponte ropa de abrigo y…-el tono de la madre de Ranma se volvió una amenaza- si no olvidarás tus planes por ganar dinero a costa de Ranma y Akane tendrás problemas conmigo- señaló la puerta-aunque ellos también te dirán algo.
Señaló la puerta, allí estaban los dos niños. Nabiki los miró y en su mente aparecieron imágenes de películas de terror.
-¿Tenéis algo que decir en vuestra defensa?- preguntó Nodoka.
Los niños tenían una mirada cargada de orgulloso.
-¡Si!- Akane miró a su hermana mediana- cuando le he metido la bola en el culo a Nabiki, he visto que cuando ha ido al lavabo…- paró de hablar un instante- no se ha limpiado bien.
-Y le olían los pies- remató Ranma, los dos niños hablaron serios, como diciendo la verdad.
Eso provocó que las dos mujeres mayores se rieran que Nabiki se pusiera roja de vergüenza.
-¡No es verdad!, ¡Me limpió bien!- gritó la joven avergonzada. Desde que los dos prometidos se habían vuelto niños, ella no sabía como atacarlos, esos niños sabían como atacarla, habían destruido la reina de hielo.-¡NO ME HUELEN LOS PIES!
-El aliento- propuso Ranma.
-¡No! No huelo mal, me…- la sonrisa que vio en quien había en la cocina la derrotó, le habían ganado, por primera vez en su vida no supo que hacer, y salió corriendo de la cocina.
-No volváis a gastarle una broma así a Nabiki.
Nodoka les prohibió gastarles bromas pesadas a Nabki, no gastarle bromas.
...•...
Había anocheciendo y estaban cenando, habían pedido el aguinaldo a los padres. A Nabiki que se lo dio cuanto los vio aparecer, en pocos días les cogió algo de temor, estos dos niños no eran los adolescentes de hacia días, reaccionaban a la minina provocación. Y esa noche, los dos pequeños también les pidieron el aguinaldo a Kasumi y a Nodoka.
Habían cantado villancicos, habían encendido los adornos Navideños de la casa. Los dos niños estaban disfrutando de una buena nochebuena, Nodoka les contó cuentos Navideños de todo el mundo, Nodoka era una mujer culta, todo lo contrario que Gemma, y sabía muchas historias y leyendas.
Estaban preparando el karaoke cuando alguien picó a la puerta. Unas voces preguntaron por Ranma y Akane, esa noche tuvieron una visita que no se esperaban
