The Courtyard
Twilight pertenece a Stephenie Meyer. The Courtyard a latessitrice. La traducción es mi fuente de diversión.
Capítulo 1
No puedo creer lo rápido que fue. No sentí nada, son muy buenos – reflexiono cerrando los ojos nuevamente y presionando sus labios contra mi cabello
Hueles como el cielo – murmuro. Su agarre alrededor de mi se hizo mas fuerte, y en un torbellino de color, nos movimos tan rápido que el mundo seguía girando detrás de mis ojos cuando Edward se detuvo. Sabía que estábamos fuera de la sombra de la torre del reloj, pero no podía apartar mi atención de el para mirar – debo estar en el cielo, si estás aquí conmigo – sus dedos estaban acariciando un camino por mi cara y cuello, pequeños cepillos que enviaban chispas a lo largo de mis nervios deshilachados.
Edward, no estoy… - comencé, pero fui interrumpida por su labios sobre los míos.
Oh, esto era lo que me había estado perdiendo todos estos meses. Esta conexión, lo suave encontrándose con lo duro, lo cálido encontrándose con lo frio, la forma en que hizo que mi pulso latiera con fuerza. Me acuno contra el porque era incapaz de sostenerme, y todo lo que podía hacer era mantener mis brazos alrededor de su cuello, y mi cuerpo presionado contra el suyo. El sabor de él, el olor de el en el que estaba sumergida, todos los meses se desvanecieron, y fue como si nunca hubiéramos estado separados.
Puse todo lo que tenia en ello, esperando el momento en que Edward se apartara de mí, pero cuando llego, no era lo que esperaba en absoluto.
Mi cuerpo permaneció moldeado al suyo, y sus labios solo dejaron los míos para susurrarme, rozando mi boca mientras hablaba.
Siento haberte dejado – suave como las alas de un polilla, rozo sus labios sobre los míos – lamento haberte mentido – otro beso apenas visible – fue solo para protegerte – su lengua se deslizo de su boca y lamio suavemente a lo largo de mi labio inferior, dejando un rastro de dulzura detrás. Tuve que jadear por aire, tomando su aliento como si fuera mío, y mi memoria no le había hecho justicia a su olor – nunca deje de amarte – aprovecho mis labios entreabiertos para empujar su lengua dentro de mi boca para nada tentativamente, y todo pensamiento sensato abandono mi cabeza, me perdí en nuevas sensaciones. Nunca había intentado esto antes.
Se alejo de nuevo cuando todo el aire se fue de mis pulmones – puedo hacer tanto ahora que ya puedo lastimarte – su sonrisa era brillante y exultante, vaya, todavía pensaba que esta muerto
Edward – lo intente de nuevo – esto no es…
Por favor – interrumpió – por favor dime que me perdonas – el mundo se redujo a solo sus ojos oscuros, fijos en los míos, ónix liquido que se arremolinaba tan profundamente, absorbiéndome. No podría haberle dicho que no, aunque lo hubiera querido.
Por supuesto que si
Su sonrisa regreso, quemando el mundo con su brillo, y yo solo pude sonreírle a cambio. Dio un paso adelante, llevándome hacia atrás. Mi espalda golpeo una pared, no bruscamente, pero me devolvió a la realidad por un segundo.
Estábamos en un pequeño patio, delimitado por cuatro lados por edificios de color limón con ventanas cerradas. La alta puerta de madera por la que habíamos venido cerrada detrás de nosotros y manteniendo al resto del mundo afuera. En el centro del suelo de losas de piedra había una pequeña fuente, el sol del medio día se reflejaba en el agua que brotaba de un grifo ornamental.
Edward robo mi atención de nuevo al comenzar a besar un camino por mi cuello, su lengua se extendía a intervalos para lamer, y cuando se movía, el sol calentaba donde habían estado sus fríos labios. Mis manos se apretaron sobre sus hombros desnudos, y el sol era tan fuerte que incluso calentaba su carne. La luz brillaba en su piel, haciendo que mi respiración se quedara atrapada en mi garganta.
Había algo que se suponía que debía decirle.
Sus manos habían estado bien envueltas alrededor de mi cintura, y una se deslizo debajo de mi camisa para acariciar la piel de mi espalda. Se deslizo mas alto, sus dedos acariciando la longitud de mi columna y cuando se apartó de nuevo, gemí.
Ambas manos agarraron la tela de mi camisa. Se presiono contra mi y lo sentí, cada parte contra mí, o, mejor dicho, contra mi estómago, y supe cuáles eran sus intenciones.
¿Quieres esto? – pregunto y su voz era áspera por la tensión. Mi cuerpo reacciono y solo pude asentir con la cabeza en respuesta, sin aliento para hablar.
La tela estaba sobre mi cabeza y mis pies antes de que tuviera la oportunidad de parpadear, sus manos subieron por mis brazos y bajando por mi espalda otra vez, y cuando se inclino contra mí para besarme estábamos piel contra piel, el tan fio como la piel a mi espalda. Sus manos encontraron el broche en mi sostén y también desapareció rápidamente. Paso sus manos dedos sobre mis hombros y hacia abajo, tomándome suavemente. Incluso durante esto mantuvo el control del beso, y siempre tuvo su lengua en mi boca o encontrándose en algún lugar en el medio. Estaba siendo cuidadoso conmigo, incluso cuando no creía que tuviera que hacerlo.
Me acaricio el pecho derecho y me hizo jadear y retorcerme contra él. Gimió y se aparto de beso con una pequeña sonrisa de satisfacción en su rostro mientras inclinaba la cabeza lamiendo mi garganta y mi pecho hasta que su boca se encontró con su mano
Me di cuenta, vagamente, de que no muy lejos de ahí se estaba celebrando un festival, y cualquiera que pasara por la puerta podría oírnos. Que las casas que daban al patio estaban habitadas en este momento. Pero no pude silenciar los sonidos que salían de mi boca mientras el continuaba su camino por mi cuerpo. En un instante mis jeans desaparecieron de mi cuerpo junto con mis zapatillas, y me estaban levantando.
Edward me había levantado, así que ahora estaba envuelta alrededor de él, mi rostro un poco mas alto que el suyo y nuestras caderas muy juntas. Intente retorcerme contra él, pero me mantuvo inmóvil, succionando la piel de mi cuello hasta que grite - ¡Mas!
Estaba vagamente consciente de que sus jeans también se habían ido ahora, porque sus piernas estaban envueltas alrededor de la suave carne
Se trago mis gemidos y jadeos mientras nos besábamos, su posición me sujeto a la pared para que no pudiera frotarme contra él. Una mano ahueco mi cara, acariciando mi pómulo ligeramente hasta que se me puso la piel de gallina en todo el cuerpo y la otra acaricio mi costado. Esa mano se deslizo hasta mi cadera, luego la rodeo para que quedara directamente encima de donde yo quería que estuviera.
Un dedo se deslizo bajo el elástico de mis bragas y grite cuando su piel fría se encontró con mi carne sobrecalentada – oh Edward, oh…
Dio vueltas lentamente, con la presión mas ligera y no había nada que pudiera hacer para aumentarla. El dedo se deslizo mas abajo y me estremecí contra el cuándo lo empujo dentro de mí.
Podía sentir vibraciones provenientes del pecho de Edward, y me tomo un momento darme cuenta de que estaba gruñendo, largo y bajo. Sentí que mi humedad se filtraba por sus dedos ante esta epifanía, y añadió otro dedo dentro de mi mientras el gruñido aumentaba de volumen. Me aprete involuntariamente a su alrededor y el movió los dedos unas cuantas veces, pero ya no tenia el control para hacer ruido. Todo me cuerpo se entrego a él.
Algo se estaba construyendo dentro de mí, algo enorme que venia hacia mi y barría con todo lo demás, una tormenta en el horizonte.
Se escucho el sonido de la tela al rasgarse y el aire fresco que me dijo que mi ropa interior había desaparecido- Edward aparto los dedos por completo, llevándolos a su boca y chupándolos para limpiarlos.
Capto mi mirada mientras envolvía sus brazos alrededor de mi cintura, y aunque sus ojos se posaron en mis labios, no me beso. Mi espalda se separo de la pared, y el se deslizo sobre sus rodillas, llevándome con él, mis piernas aun encerradas alrededor de él.
Entonces realmente podía sentirlo debajo de mí, grande, duro y grueso, pero no me quedaba suficiente espacio para sentirme nerviosa. Me movió para que me arrodillara sobre el y me guio para que estuviera directamente sobre él, y él se apretaba contra mí.
Mi torpeza me había quitado el himen hace mucho tiempo, así que no tenia sangre fresca de la que preocuparme, pero cuando me bajo suavemente me dejo sin aliento. Era mucho mas grande que sus dedos, y durante un largo momento todo lo que pude fue la presión dentro de mí, y no estaba del todo segura de que fuera cómodo. Pero me estiré a su alrededor, centímetro a centímetro, y mientras me hundía, rozo lugares dentro de mi que nunca supe que tenía.
Después del minuto mas largo, todo de el se estaba instalando dentro de mí, y apoye mi frente contra la suya – te amo – susurro. La voz áspera de nuevo y yo se lo murmure de vuelta, perdida por un momento en la profundidad de sus ojos oscuros.
Movió sus caderas hacia adelantes solo un poco, y me aprete alrededor de él. Gruño y eso solo causo que otro chorro de humedad lo cubriera. Me moví, levantando mis caderas y volviendo a hundirme, y me dejo jadeando. Nunca había entendido lo bien que se podía sentir esto.
Me dejo marcar el ritmo y me balancee lentamente sobre él, deleitándome con el movimiento de su carne a lo largo de mis paredes, cada caricia un nuevo descubrimiento. Estaba gruñendo por supuesto, y podía sentirlo donde estábamos conectados. Había un lugar que se sentía mejor que todos los demás, y encontré un ritmo y un ángulo que significaría que él lo golpearía cada vez que me movía.
Los apretones se hicieron mas frecuentes, y cada vez que ocurría sentía que había algo más grande esperándome, y eso hizo que Edward gruñera de placer ante la sensación.
De repente estaba de espaldas, acostada sobre la pila de nuestra ropa desechada, y Edward estaba encima de mí, cada centímetro de su piel, lo que podía ver, brillaba a la luz del sol. Abrí la boca para decirle que era hermoso, pero en vez de eso grite en silencio cuando el se empujo contra mí. Se sentía aun mas grande desde este ángulo, y cada centímetro de nuestra piel se tocaba, ambos calientes por el son bajo el que yacíamos. Cuidadosamente mantuvo todo su peso fuera de mí, pero era delicioso tenerlo tan cerca de mí.
Envolví mis piernas alrededor de él, juntando mis piel, y el ritmo que estableció fue mucho más rápido que el mío. Levante mis caderas para encontrarme con las suyas un par de veces, pero no podía seguirle el paso, así que me recosté y disfruté la sensación de él embistiendo dentro de mi con tanto poder.
No es que estuviera quieto. Tenia que moverme cada vez que golpeaba ese lugar, y mis manos se deslizaron por su espalda, mis uñas tratando de agarrarse y fallando. Acaricio mi cuello jadeando y susurrándome. Escuche -Te amo - unas cuantas veces, pero el resto estaba en idiomas que no podía hablar. Sabía lo suficiente para reconocer - J'adore – en francés y – Ti amo – en italiano.
No podía concentrarme cuando aumento la velocidad aun más, sus caderas era un borrón de movimiento, parecían chispas en el aire cuando la luz destello sobre su piel.
De repente, la tormenta que se había estado formando me golpeo, todo mi cuerpo se rindió a ella. Quemaba a lo largo de mis nervios, desde los dedos de mis pies doblados hacia arriba y a lo largo de mi columna, dejándome con espasmos contra Edward, apretando y aflojando alrededor de el sin ritmo. El sentimiento estaba concentrado donde nos unimos, demasiado intenso para sofocarlo.
Creo que su nombre salió de mi boca, pero no pude escucharlo por el trueno en mis oídos. La luz se encendió detrás de mis parpados.
Edward dejo de moverse, manteniéndose tan quieto como solo el podía estarlo, luego me dio tres rápidos y contundentes embestidas que me hicieron temblar de nuevo. Presiono su frente contra la mía y susurro – Bella – en mi boca abierta, cuando sentí una nueva humedad entre mis piernas. Esto era de él, esta vez, no de mí, y la frialdad de eso me hizo apretarme alrededor de el una vez más.
Medio rodo fuera de mí, todavía unido por las caderas, literalmente el mundo era una cosa brillante a mi alrededor. No podía mirar hacia el cielo, porque estaba demasiado brillante, así que deje que mi cabeza cayera hacia un lado.
Edward enterró su rostro en mi cabello y beso un lado de mi cuello – te amo, te amo, te amo – una y otra vez. No pude decir nada. Estaba esperando que los huevos regresaran a mi cuerpo. Sentí el peso de su mirada sobre mi todo el tiempo, cargada de deseo, pero también profundamente satisfecha. Creo que era la sonrisa que solo un hombre puede usar después de… bueno, hacer lo que acabábamos de hacer.
Descansamos un rato, su brazo alrededor de mi cintura mientras me acariciaba, mientras miraba el agua de la fuerte atrapar y bailar en la luz, los pequeños destellos me recordaban la piel de Edward. Los únicos sonidos eran el pequeño gorgoteo que hacia y mi propia respiración. Este patio aquí, esta pequeña plaza del paraíso, era el lugar mas encantador en el que había estado. Con razón Edward pensó que estábamos en el cielo.
Volví mi atención al hombre a mi lado, al hombre que todavía estaba dentro de mí, mirando la forma en que su piel brillaba, por todas partes. Cuando mire su rostro, me quede desconcertado. Nunca había visto tanta serenidad. Edward no era el tipo de persona que usa ese tipo de felicidad abierta y sentí una emoción cuando me di cuenta de que yo era la causa de esa alegría.
Bella – comenzó, prácticamente ronroneando sus palabras - ¿Por qué todavía hueles tan bien? – se llevo un mechón de pelo a la cara e inhalo.
Porque no estamos muertos – dijo perezosamente
Se congelo - ¿Qué?
No pude encontrarlo en mi para reflejar su tensión – esto no es el cielo, Edward. Al menos, no en el sentido de los ángeles y las arpas. Todavía estamos en Volterra. Vine para evitar que te suicides.
La expresión de su rostro era de incredulidad – ¡Pero dijiste que me perdonaste! Si esto es real, te lastime tanto. ¿Cómo pudiste?
Te amo. Te perdono – dije simplemente. Nada iba a matar lo que estaba sintiendo en este momento
Y nosotros… ¿Cómo podríamos haber hecho el amor? – dijo las ultimas palabras con tal reverencia que me hizo sentir un hormigueo - ¿sin que yo te lastimara?
Lo pensé por un largo momento – creo que, porque pensaste que no podías hacerme daño, no lo hiciste. Siempre has tenido menos fe en ti mismo que yo.
La comprensión brillo en sus ojos – podrías haberme dicho – su voz transmitía sorpresa y algo más, ¿asombro talvez?
Deje escapar una risita muy poco parecida – estaba distraída. ¡Lo intente!
Sus ojos se oscurecieron, no con ira, mientras sin duda repetía los eventos en su memoria. – si, supongo que lo hiciste, y lo estabas – me sonrió, lo que me acelero el pulso. Envidie su memoria perfecta, siendo capaz de reproducir lo que acababa de ocurrir entre nosotros con detalles cristalinos cada vez que quisiera.
El trago – sí, todavía haces que mi garganta arda – levanto mi mano y la llevo a sus labios besando cada nudillo, luego la giro besando sobre mi muñeca – aunque ya no es un problema. Ahora se que podemos estar juntos y no te hare daño – me mostro esa sonrisa torcida y exhale bruscamente, entendiendo lo que estaba diciendo. Ahora que lo habíamos hecho una vez, con éxito, estaba dispuesto a hacerlo de nuevo. Por supuesto, el hecho de que su cuerpo hubiera respondido dentro de mí, me ayudo a darme cuenta.
Pensé que me cubriría de nuevo y que lo "intentaríamos" en ese mismo momento, pero en lugar de eso, se deslizo fuera de mí. Gemí cuando me dejo, extrañando la conexión y la forma en que se sentía estar llena de esa manera.
Shh – susurro mientras me levantaba al estilo nupcial y me llevaba a la fuente. Mientras estaba de pie, tuve una buena oportunidad de finalmente mirar todo su cuerpo, lo que sería algo glorioso bajo el sol, pero no podía apartar la mirada de la tierna expresión de su rostro.
El agua de la fuente tenía solo unos centímetros de profundidad, me dejo en el borde y luego recupero los restos desgarrados de lo que supuse eran mis bragas. Los uso como un trapo para limpiarme. Lo que había vaciado en mí, se había derramado un poco, y me limpio lavando mi propia humedad de mis muslos. El agua estaba tibia y alivio el dolor que ni siquiera me había dado cuenta de que estaba allí.
El también se limpio y tuve que apartar la vista cuando toco su cuerpo. Después de todo lo que habíamos hecho, verlo todavía me hacia sonrojar. Beso mis dos mejillas, soltando una risa muy masculina. Curiosamente, sin embargo, estar de pie con el trasero desnudo frente a él, no me puso nerviosa. La forma en la que la mirada de Edward recorrido mi cuerpo me hizo sentir orgullosa y hermosa, realmente hermosa por primera vez. Este espécimen perfecto me quería. Se excito conmigo, y cuando pensó que yo ya no estaba en este mundo, tampoco quiso estarlo.
Me vistió con reverencia, colocando suaves besos en mi piel a medida que avanzaba, en mis rodillas, en mi cadera, justo arriba de mi ombligo, en mi codo, en mi senos, en mi clavícula y cuando estuve completamente vestida, en mi frente.
Edward todavía estaba completamente desnudo, y mientras estaba de pie frente a mí, tuve un momento para beber la vista de el por primera vez. De repente desee no estar vestida de nuevo, y él debe haber leído mi deseo en mi corazón atronador, y la oleada de humedad entre mis piernas.
No tenemos tiempo ahora – murmuro, rozando sus dedos a lo largo de mi mandíbula. El me dio una sonrisa suave – Alice viene y no creo que estes lista para convertirte en una exhibicionista, pero te prometo – sus ojos se oscurecieron, y su cuerpo coincidió con mi propia excitación – será pronto
Entonces me soltó para poder ponerse su propia ropa, y tuve que apoyarme contra la pared para apoyarme, ya que mis piernas seguramente no iban a sostenerme. Se vistió en unos segundos, pero su camisa había sido desechada en el camino, por lo que todavía estaba desnudo de cintura para arriba. Eso no ayudo mucho a mi situación, y efectivamente significaba que no podíamos salir del patio mientras el sol todavía estaba afuera.
Me acurruque contra su pecho mientras esperábamos a que llegara Alice. Edward prometió que podía escuchar sus pensamientos cerca, pero ella estaba teniendo problemas para encontrar el patio correcto entre las docenas de patios similares en Volterra. Realmente no quería dejar el patio en absoluto. Seguramente podríamos quedarnos aquí por el resto de la eternidad, bañados por el sol, desnudos, sin vergüenza, y en el caso de Edward, resplandeciendo. Edward me saco de ese sueño.
Bella, hay una cosa que necesito preguntarte antes de que llegue Alice – había una nota de tensión en su voz, y al instante no me gusto – no he tenido oportunidad de prepararme, pero…
Luego se arrodillo frente a mí, la Luz del sol brillaba en todo su torso, mirándome con tanta adoración - ¿quieres casarte conmigo?
Me quede boquiabierta y me aprete contra la pared con mas firmeza. Sinceramente no sabía que decir, las firmes advertencias de Renee sobre el matrimonio rondaban por mi cabeza. Yo era tan joven…
Alice se deslizo hacia el patio y se arrojo sobre mi - ¡Oh Bella, vas a ser una novia tan hermosa! – declaro y mire a Edward sin comprender. Evidentemente vio la respuesta que quería en su cabeza. Se levanto, y el peso de la emoción en su rostro casi me derriba, era una mezcla embriagadora de orgullo, alegría y asombro.
Tiene razón, serás una novia hermosa – susurro mientras rozaba con sus labios mi mejilla
¡Pero aún no he decidido nada! – proteste
Pero lo harás, así que supongamos que es un hecho – me sonrió Alice, engreída por sus capacidades. Era difícil seguir molesta con Edward sonriéndome de esa manera, y el estaba tratando con todas sus fuerzas de envolverse a mi alrededor.
¡Vengo con regalos! – anuncio Alice con orgullo. Ella misma vestía una de las capas rojas del festival, sus guantes color canela aun estaban en su lugar, y había encontrado un gran sombrero de fieltro en alguna parte, manteniendo su rostro en la sombra. Blandió otro juego de capa, sombrero y guantes hacia Edward. Hice un puchero mientras él se tapaba – lo siento, no pude conseguir ropa interior de reemplazo en tan poco tiempo – dijo con el rostro en blanco. Me sonrojé cuando me di cuenta de lo que probablemente había visto.
Edward entrecerró los ojos hacia ella, pero ella no tuvo la decencia de parecer avergonzada – tenemos veinte minutos para salir de Volterra – continuo – pero tenemos tiempo para hacer una parada en Florencia mientras estamos en Italia. Edward te encontrara el anillo de compromiso perfecto en el Ponte Vecchio, Bella… - parloteo mientras la seguíamos, el brazo de Edward estaba alrededor de mi cintura. Él sonreía ante cualquier visión que veía en su cabeza. Apenas escuchaba, completamente cautivado por su proximidad.
Tendremos mucho tiempo en el avión para pensar en una excusa para Charlie. Y aunque no puedo verlo correctamente debido a esos lobos, creo que la situación con Victoria se resolverá cuando regresemos a Forks.
Estábamos de regreso entre la multitud, pero claramente escuche a Edward gruñir - ¿Lobos? - Luego, mientras tomaba otra imagen de la cabeza de Alice - ¿Salto de acantilado? ¿Motos? – evite sus ojos
No importara lo suficientemente pronto, Edward – dijo Alice por encima del hombro – ella será uno de nosotros después de la graduación
Y me sacaron de Volterra y me llevaron a todo lo que Alice podía ver de nuestro futuro.
