Capítulo 1

Los personajes son propiedad de Nobuhiro Watsuki

Se encontraba sentado e inmóvil apreciando las olas del mar estrellarse contra los arrecifes, nuevamente le había dado un ataque, un joven había llegado a visitarlo, parece que lo conocía desde antes que fuese rescatado por los aldeanos del pueblo. Según tenía entendido, lo encontraron flotando en el océano, y un bote pesquero lo rescató, amablemente le brindaron una casa humilde y le llevaban comida cada semana. No sabía cómo terminó ahí, solo que ese no era el lugar en el que debería estar, él debía volver a casa, era su único pensamiento cada mañana, pero ¿cuál era su casa? ¿dónde se supone que tendría que ir?

Al no responder estas incógnitas, finalmente se rindió, también respecto con su estado de salud, nunca le dio interés en saber porque tenía esa enfermedad, y tampoco le importaba. Ese día, un joven viajero llegó hacia él, se llamaba Sanosuke, alarmado por el ataque de la tarde, fue a buscarle un médico, consiguió pescados para la cena, y en ese instante se encontraba asándolos mientras le contaba anécdotas de como ellos dos se conocieron.

—…Kenshin… Sanosuke… —

—Tómatelo con calma, no te fuerces. Aquí está listo uno, ahí va —el escarlata entendió que tenía que atraparlo, pero fue muy lento y este cayó, cabizbajo lo recogió y tras limpiarlo un poco, animadamente comió. Llevaba tiempo sin probar pescado o carne, normalmente se alimentaba de setas o frutas silvestres. Ese joven le agradó en el instante en que se vieron, en su interior, intuía que eran muy cercanos, y con la historia de recién confirmo sus sospechas.

—¿Esta rico? —no supo en qué momento él se encontraba frente a él, asintió y sonrió a la pregunta, inesperadamente fue rodeado por los brazos del pelinegro, causando cierta incomodidad en el escarlata —Ya no tienes que seguir en este país, has hecho más que suficiente, te llevaré de regreso a Japón, al lado de la nena Kaoru… —

—… ¿Kao...ru…? —en su mente algo hizo conexión al oír el familiar nombre mencionado, se quedó pensando, esperando que llegase una respuesta, más no fue así, Sanosuke lo ayudo a recostarse y él en una esquina contraria se quedó dormido.


Kenshin se encontraba labrando tierra, ya casi terminaba el día, pasó un brazo por su frente retirando el exceso de sudor, clavo la herramienta en el suelo y se recargo en ella para respirar.

—¡Himura! ¡Buen trabajo! Ven, toma un baño antes de cenar —una anciana regordeta le llamo desde el interior desde su casa.

—¡Ya voy, señora Oda! —respondió cargando la herramienta sobre su hombro. Se dirigió a guardarla en el almacén y después al ofuro donde se permitió tomar un baño caliente. Al terminar, en su cuarto lo esperaba una bandeja con comida cubierta, se sentó, agradeció por la comida y comenzó a cenar. Tras terminar, recogió sus cubiertos y se encamino hacia la cocina donde la señora lavaba los platos. —Permítame, yo me encargaré de limpiar —dijo dejando la bandeja a un lado

—Oh eres muy amable, hijo. Tomaré un poco de té, ¿te apetece? —el escarlata negó amablemente y la ayudo a sentarse, seguido se arremango las mangas y comenzó a lavar los cubiertos. —Has sido de mucha ayuda estas semanas, joven Himura, no sé cómo agradecerte —

—No se preocupe, señora Oda. Usted me brinda comida y un techo para descansar, es lo mínimo que puedo hacer —

—Pero querido, has hecho mucho más de lo que te he dado, no es que no quiera tenerte aquí, al contrario, acompañas a esta pobre mujer, pero tú eres joven, deberías buscarte una linda jovencita con quien sentar cabeza —Kenshin rio con tristeza con el comentario

—Quiero apoyarla en todo lo que pueda. Para eso será después —

—¿Después? Me dijiste que tenías ya 33 años, no subestimes el tiempo, ¿que pasara cuando quieras tener hijos? —

—Hay algo que no le comenté cuando la conocí, este individuo ya tiene mujer—la señora sorprendida dejo su bebida a un lado.

—Oh, ¿tienes esposa? ¿Y dónde está? —

—En Tokyo, es maestra de Kendo—dijo terminando de escurrir la vajilla.

—¿Tu esposa? Himura, ¿tienes familia? —él asintió —Oh cielos, querido, debiste decírmelo antes, llevas aquí ya varios meses, perdóname de haber sabido… —

—No se preocupe, quise quedarme para ayudarla en lo que fuese necesario —

—Pero ¿qué hay de tu familia? No te has comunicado con ella, ¿o sí? —

—Le mando un par de cartas al mes, pero… no se me ha dado la oportunidad… —

—Himura, ¿qué pasa contigo? Deberías estar cuidando de ella en lugar de mí, ¿qué haces tan lejos de casa? —Kenshin tomó asiento con ella y se permitió acompañarla con una taza de té.

—En palabras simples, es un viaje de redención, estoy en condiciones para ayudar a todo aquel que lo necesite, siento que, de esa manera, mi corazón podrá estar tranquilo… —

—¿Y qué hay de tu mujer? —

—La señorita Kaoru fue muy comprensiva con este individuo, me permitió hacer esto y se lo agradezco infinitamente. Por un corto tiempo, las pesadillas de mi pasado no me acecharon, fui inmensamente feliz al compartir mi vida con ella… pero poco a poco… nuevamente volví a caer, y cambié mi comportamiento hacia ella y mis amigos… ellos no se merecían esa actitud, sino al hombre amable que conocen… hablé con mi esposa al respecto de mi decisión, y… me concedió mi deseo… —

—Pero querido, en mi opinión eres una de las personas más amables que he conocido, tienes un gran corazón, ¿que es aquello que te atormenta tanto para evitar estar con los tuyos? —

—...Es una historia muy larga, señora Oda. Espero pronto compartírsela, por el momento, estamos bien así, de verdad que lo estamos —

—No es necesario decirme tu pasado, hijo. Pero escucha esto que te diré, las cosas pueden cambiar de un momento a otro, y cuando quieras recuperarlo, puede ser muy tarde. Piénsalo bien, esta jovencita llamada Kaoru, debe amarte mucho para dejarte ir y que ella se encargue de enfrentarse a la vida sola.—la mujer le dio un sorbo a su té y fijó su mirada en un punto inexistente—Tienes que tener en cuenta el camino que quieres elegir, hijo, si deseas que ella te acompañe en un camino difícil lleno de angustia y dolor, o si deseas uno a su lado lleno de amor y comprensión, sé que no es fácil debido a los sentimientos que tienes dentro tuyo y tu pasado, no te digo que los ignores y olvides tus acciones que te atormentan, pero considera redimirte con apoyo, el apoyo que ella te está brindando.—el pelirrojo oía a la anciana pero realmente no escuchaba lo que decía —Aunque bueno, quien sabe, quizás este es el camino que elegirás, posiblemente en otro ella este feliz viviendo contigo… —la extraña frase llamó su atención y la cuestiono levantando una mirada —Hehe, hay una extraña anécdota que me contó un familiar mío:

"Su abuela provenía de un pueblo muy pequeño, ella era conocida por ser una mujer muy bella, gentil y amada por todos, los hombres hacían fila desde temprano solo para saludarla, su padre era un hombre muy respetable y de gran poder político, sus negocios eran prometedores y generaban grandes ingresos. Debido a que ella era la única hija, debía encargarse de ese gran legado, así que debían prometerla con un hombre que pudiese hacerse cargo de tan importante responsabilidad.

Apareció un caballero bastante adinerado y obstinado, sin embargo, su familia tenía gran prestigio y se decía que como socios comerciales hubiesen sido una gran potencia en el ámbito económico. El padre lo invito a conocer a su hija, quien sumisamente acataba las ordenes, tengo entendido que ese hombre le interesaba solamente la fortuna de la familia, así que poco era el interés en enamorar a la joven. Parece ser que el sentimiento era reciproco por parte de ella, y esa misma tarde, se hizo público su compromiso. La hija opto el camino que su padre le había elegido, no podía hacer mucho al respecto. Pero un día, en una de sus habituales visitas al mercado, conoció a un joven muy amigable, entablaron amistad ese mismo día y cada tarde desde entonces compartían momentos juntos en el pueblo.

El tiempo paso y finalmente el joven decidió confesar sus sentimientos por ella, mi bisabuela sentía lo mismo por el muchacho, pero tenía su compromiso de por medio, pensó que si hablaba con su padre y le expresara sus sentimientos y le presentara a su enamorado, la comprendería y rompería el acuerdo que tenía con su prometido."—

—¿Y qué sucedió? —pregunto con interés el espadachín, la mujer sonrió y prosiguió:

— "Esa misma tarde, ella le pidió a su enamorado que la esperara, que hablaría con su padre para poder romper su compromiso. Regreso nerviosa pero decidida a expresar lo que tenía dentro. Cuando llego, no esperaba encontrarse con su padre en un estado de preocupación que ella jamás había visto, al parecer, los negocios no iban bien y la situación con los trabajadores no era la óptima al no tener liquidez para solventar sus sueldos, ella pensó en cada una de las familias que dependían de ellos, sin la oportunidad de poder decir su deseo, le ofreció acelerar el matrimonio para ayudar a su familia. Poco tiempo después, estaba firmando los papeles y finalmente comenzando su vida."

—Comprendo, por el bien de los que dependían de aquellos ella sacrifico su felicidad… es lo más lógico —Kenshin en su interior comenzó a asimilar sin querer que lo mejor era dejar en libertad a Kaoru.

—Sí, supongo que tienes razón, pero aquí no termina la historia, mi abuela dijo que su madre fue muy infeliz, salvo cuando nació ella y sus hermanos, que fue lo único de lo que no se había arrepentido al casarse con ese hombre. Tal vez hijo, esperarías saber que vivieron con gran lujo, pero no fue así, ese hombre traiciono a la familia, vendió a espaldas de su suegro tierras y minerales valiosos, los dejo casi en la quiebra, fueron momentos muy duros para ellos, pero no se rindieron, mi bisabuela como te comenté se llevaba muy bien con las personas del pueblo, ellos les ayudaron para que volvieran a levantarse, no vivieron de la misma manera, pero al menos no estaban tan mal.

Durante esa recuperación, ella se acercó más a su padre, crearon una familia con lazos muy sólidos, la confianza comparada años anteriores era completamente diferente. Una noche ella le confesó del muchacho de quien se había enamorado, su padre se sintió culpable y se disculpó con ella respecto a su compromiso. Claro que ya no había nada que hacer, había pasado mucho tiempo y a pesar de que el camino que eligió no fue sencillo, lo que tenía en ese entonces, salud, su familia, el apoyo de amigos y vecinos fueron grandes bendiciones, sin embargo, siempre se preguntó, ¿dónde estaría de haber seguido a su enamorado? Aquí lo curioso querido, una noche, mi bisabuela tuvo un extraño sueño:

"Se encontraba en un lugar oscuro y amplio, no sentía el suelo en sus pies, de repente frente a ella aparecieron dos largos senderos de luz, separándose como un par de calles en direcciones diferentes, según explica ella, aparecieron dos grandes aberturas sobre cada sendero, uno en cada uno, en el lado izquierdo apareció su vida, comenzando con su niñez, después su educación, seguido su compromiso, el pequeño tiempo en compañía de quien estaba enamorada, su decisión al rechazarlo, el contraer matrimonio con su ex marido, su embarazo y la desgracia que les ocasiono después.

Lo que llamo su atención, fueron las imágenes del sendero contrario, vio algo completamente sorprendente, se vio a sí misma, pero presentando al joven de quien estaba enamorada a su padre, vio escenas donde se enfadaba con su padre, como termino viviendo un tiempo con el muchacho, una boda sencilla, un estilo de vida humilde pero feliz, un par de niñas en sus brazos, las disculpas de su padre, sus hijas conociendo a su abuelo, su esposo y sus pequeñas mudándose a una casa más amplia, su padre enseñando a su yerno el negocio familiar y una vida prospera. Así como aparecieron las imágenes, de un segundo a otro desaparecieron, cuando se dio cuenta, estaba despertando al día siguiente."

Si la escucho algún ser divino a su suplica, o si fue una jugada de su mente, no lo sabe, pero se dio cuenta que de haber escuchado a su corazón, a pesar de los obstáculos y enfrentamientos que se presentaron, ella al lado del compañero que había elegido, lograrían encontrar la felicidad… —la anciana se levantó con dificultad comenzando a recoger lo poco que quedaba —Es tu decisión querido, la manera en la que quieras vivir… —Kenshin asimilo las palabras, agradeció el relato y tras despedirse de la señora, regresó a su cuarto para descansar, el futón donde dormía pertenecía a uno de los hijos de la mujer, era un futón matrimonial por lo tanto quedaba un gran espacio al costado del espadachín. Estiró su mano en dirección a ese vacío, imaginando que se encontraban las rosadas mejillas de cierta maestra de Kendo.

—Kaoru… —se le vino a la mente la sonrisa triste que le brindo el día de su partida, un momento que jamás borraría de su memoria, cerró los ojos con frustración y volvió su rostro hacia el techo de la habitación, tras dejar su mente en blanco, se quedó finalmente dormido.

Parpadeó un par de veces, sintió frío en sus extremidades, busco a tientas el cobertor, pero se le hizo difícil levantar los brazos, la nublosa vista se aclaró al percibir su brazo derecho temblando. Se incorporo sintiendo calambres por cada parte de su cuerpo, después en su entorno, era sola una habitación y el viento frío calaba por sus huesos.

—¿Donde…? ¿Dónde estoy…? —Kenshin volvió su vista hacia sus manos temblorosas, notó lo delgadas que estaban, pero lo que le llamó la atención fueron los vendajes que las cubrían. Se dio cuenta que no solo eran sus brazos, en su abdomen, pecho, piernas e incluso en su cuello. Alarmado se levantó y se acercó a una ventana cercana, vio el amanecer comenzando a aparecer, ubico la salida del sitio, y tembloroso salió del lugar—¿Que… paso…? —de repente un palpitar intenso surgió en su interior y comenzó a toser fuertemente, se llevó su mano a su boca y notó sangre en esta. Sorprendido, regreso débilmente al lugar donde despertó y se dejó caer, dejando a su cuerpo descansar de los temblores involuntarios. Alzo su brazo, dejando que la manga se deslizara dejando ver los vendajes, los abrió un poco y notó el color oscuro rojizo en su piel, se alarmo y se sentó con el fin de descubrir que había debajo de las telas. Palideció al ver el brazo casi por completo en ese tono e inclusive, podía destacar manchas más rojizas.

—¿Qué está sucediendo? ¿Por qué mi cuerpo esta así? —De repente la vista se le puso nubosa y sin poder evitarlo, cayó al suelo y perdió la consciencia.


Nuevo fic, la verdad es que iba a ser en uno solo pero se me hizo ya muy largo, lo dividiré por capítulos, espero sea de su agrado. ¡Saludos y buen inicio de año! :D

—KaryKC