Capítulo 3: PT1
Los personajes pertenecen a Nobuhiro Watsuki
Kenshin abrió los ojos pesadamente, se encontraba desorientado, dio un vistazo a su entorno, la misma habitación donde había despertado, sin embargo, el sonido y el olor de madera quemándose llamó su atención, fijó su vista en la espalda de lo que parecía ser un hombre, lo dedujo por su espalda ancha y la manera de estar sentado, se encontraba moviendo la fogata con un palo. Kenshin se dio cuenta que estaba arropado y le llegó el aroma a jabón, sacó uno de sus brazos y notó el cambio de vendajes y de ropa.
El ex peleador sintió movimiento detrás suyo y se giró para ver a su amigo observando su brazo.
—Por fin despiertas, el doctor vino hace un rato, te encontré inconsciente en la mañana así que lo fui a buscar, me ayudó a lavarte y aplicarte medicina en tu cuerpo. ¿Tienes hambre? Fui de caza, hoy tenemos carne, ya casi esta lista —Kenshin se incorporó lentamente y se quedó observando al misterioso hombre —¿Todo bien amigo? —pregunto poniéndose de pie y acercándose a él. —Ven, te ayudare a acercarte —se hinco y con cuidado lo ayudo a ponerse de pie, Kenshin se sorprendió al reconocer quien lo sostenía, estaba dudando, ese no podía ser su amigo, se veía muchísimo mayor de lo que debería ser
—¿S-Sano…? —
—¡Oh genial! ¡Ya recordaste como me llamabas! Sí, muy bien, dime ¿qué sucede amigo? —el pelinegro exclamo alegre mientras lo ayudaba a sentarse en uno de los cojines cercanos.
—No puede ser… ¿eres Sano? ¿El Sano que conozco? —
—Sí viejo, soy yo, carajo, que bien que me reconozcas —
—… ¿Que está pasando? —Sanosuke sintió que algo había mal con su actitud, no solo eso, el pelirrojo formulaba oraciones completas, en esos dos días de convivir con el ex espadachín, simplemente se comunicaba con monosílabos.
—¿Acaso… te regresa la memoria por ratos? —
—¿Regresar la memoria? ¿De qué hablas, Sano? ¿Y porque te ves así? —el hombre se miró su cuerpo extrañado
—¿Te refieres a la capa o quizá…? Oh, ya, disculpa, no he tenido oportunidad de una buena afeitada —dijo acariciando su barbilla
—No me refiero a eso, estas… umm… viejo, amigo —Sano resoplo ofendido y soltó una carcajada
—¿Viejo yo? Cabrón, me llevas la delantera —le entrego un poco de té y puso frente a él la carne que había preparado.
—No me refiero a eso, es solo que en este tiempo... ¿Qué hiciste para terminar así? —con cuidado tomó un poco de la caliente bebida.
—Estuve viajando amigo, por muchos años. Deberías saberlo, pasé cerca de 2 meses buscándote por toda China —Kenshin se atraganto y empezó a toser al oír lo mencionado, de inmediato el menor se colocó a su lado y le palmó la espalda, tras recibir confirmación del escarlata que se encontraba bien, volvió a su lugar.
—¿China? ¿Este es…? ¿Estamos en China? —Sanosuke mantuvo su vista fija en él, y vio como palideció de pronto, incrédulo de sus palabras.
—Kenshin, amigo... ¿estás bien? —
—N-necesito un momento...—susurró cubriendo su boca con su mano. Sano se incomodó un poco, pero le brindo el espacio que necesitaba. Dio varias miradas rápidas a su amigo, era extraño como el golpe de la realidad se reflejaba en sus ojos, noto como Kenshin se revisaba nuevamente los brazos de manera incrédula, como revisaba su cuerpo como si no lo reconociera, el doctor que consulto le comento que estaba pasando por una laguna mental muy fuerte, probablemente debido a un impacto considerable en su organismo, y cuando lo conoció la primera vez pudo dar crédito a lo dicho, hablaba quedo, no podía expresar una oración completa de más de tres palabras, añadiendo por supuesto que ni siquiera pudo reconocer a quien se consideraba a si mismo su mejor amigo. —Sano, por favor, necesito que me digas... ¿cómo es que llegue aquí? —
—Basado en la carta de Yahiko, hace cerca de 10 meses, tuviste una reunión con Yamagata, te pidió apoyo con la situación que estaba pasando en el continente, pero como puedes notar esto termino hace ya tiempo, los barcos con los soldados ya han regresado a Japón, sin embargo, en ninguno de ellos parecías estar—
—Sano, no entiendo nada, yo no he tenido ninguna reunión con el oficial Yamagata, no entiendo si quiera porque mi cuerpo se encuentra enfermo...—
—Eso también lo desconozco yo amigo, solo sé por parte de Yahiko y la nena que en uno de estos viajes que hiciste, contrajiste una enfermedad sanguínea originaria de aquí y que estaba avanzando rápido. Aunque parece que, para ti, tu salud pasa a segundo plano cuando ves que la guerra está cobrando muchas vidas —dijo en un tono triste.
—¿Guerra...? —pregunto impactado el pelirrojo.
—Dejaste de comunicarte, Kenshin. Las cartas que le mandabas semanales a la nena dejaron de llegar, cada día ella caminó hasta el puerto y se quedaba toda la mañana hasta que se bajara el último pasajero del último barco del día. Nadie conocía tu paradero, Kenji intento seguirte, pero también se perdió su rastro, Yahiko se está encargando en encontrarlo ni que decir del dojo y el Akabeko para ayudar a Kaoru, por eso él me escribió para buscarte —el ojivioleta le siguió la conversación, pero no interrumpió cuando escucho cierto nombre que no reconocía.
—¿Quién es Kenji? —la pregunta le cayó como balde de agua fría al ex peleador. Se llevo una mano a la nuca, preguntándose si estaría bien contarle, una ocasión Megumi le explico que no era una buena idea sobrecargar los pensamientos de las personas con amnesia. —Sano, no te detengas —
—Mierda, realmente necesito llevarte con Megumi, no sé si deba... —
—¡Sano! —exclamo molesto.
—Bien, bien. Carajo, ¿de verdad no lo recuerdas? —Kenshin no le sonaba el nombre para nada, ¿era algún vecino? —Tu hijo, viejo, el hijo que concebiste con Kaoru —Sano solo vio la taza de té deslizarse de los dedos de su amigo quien se encontraba en shock por lo mencionado. —Hey, hey ¿estás bien? —pregunto alarmado con pregunta mental si había sido lo correcto en responder.
Kenshin estaba en blanco, completamente perdido en la última oración de Sanosuke, no era posible, ¿padre? ¡¿él era padre?! ¿Como era posible? Kaoru no le contacto, ni Yahiko, ¿Cómo le ocultaron algo tan importante? Espera un minuto, haciendo cuentas desde que se fue del dojo, si existía la posibilidad, pero jamás surgió por su mente... No le cuadraba, no le hacía sentido con lo que Sanosuke le contaba, ¿estaba bromeando con él? Vio la expresión de su compañero, nervioso y preocupado, le hablaba, pero Kenshin no escuchaba nada, estaba enfocado en las facciones de su rostro, en los movimientos de su cuerpo... No mentía, Sanosuke, no parecía estar jugándole una broma, todo lo que le relataba parecía ser verdadero.
—Kenshin, amigo, háblame —
—P-perdón, estoy bien... es solo que... —
—No me des esos sustos, hombre. Tranquilo, toma tu tiempo —
—No... no puedo creerlo, Sano. Es... ¿de verdad es mi hijo? —Sano hizo una mueca de disgusto.
—Sí, ¿de quién más si no? La verdad es que hace mucho que no lo veo, la última vez que lo vi era una cosa así de nada —dijo mientras extendía su brazo a una distancia de 1 metro del suelo —Fue poco después del cumpleaños 15 de Yahiko, cuando le entregaste tu espada en la ceremonia — de acuerdo, nuevamente, el ojivioleta estaba más que perdido, Yahiko tenía 12 años, ¿de dónde sacaba Sano que ya era mayor de edad?, aunque eso era lo que menos le preocupaba al pensar nuevamente en Kenji.
—Espera, espera, no entiendo, si... si tengo un hijo con Kaoru... ¿cómo es posible que tenga esa altura que dices? Debería ser un bebé... no... ni siquiera debería nacer aún... Sano, yo empecé mi viaje hace cuatro meses, no es posible que yo... —
—¿4 meses? Kenshin, ¿de qué viaje me estás hablando? Te acabo de decir que hace casi un año que dejaste Tokyo para venir aquí —
—Yo me fui del dojo para enfocarme en mi paz mental, lo hable con Kaoru meses atrás, yo me encontraba cerca de un pueblo de Osaka, en ningún momento tome un barco a China —
Sanosuke se quedó sin palabras, en su mente circulaban varias preguntas, y cada una lo estaba asociando con la enfermedad de Kenshin, pero ese viaje que comenta, en ningún momento el recuerda haberlo escuchado, era una de dos, o Yahiko le omitió información, o realmente el sobrenombre "Cabeza de Pollo" le estaba quedando perfecto a Kenshin en su lugar.
—Kenshin… ¿en que año estamos? —
—¿Qué? —
—Tanto tu y yo no llegamos a ningún lado, quiero cerciorarme de algo—
—¿Cerciorarte de qué? Es una pregunta tonta Sano, podre estar confundido, pero no soy estúpido —murmuro con algo de enojo, algo inusual en él, aunque en el fondo no quería responder por como la situación se estaba presentando, tenía un muy mal presentimiento.
—Bueno nada pierdes, solo responde —insistió el ex peleador.
—El año 12 de la era Meiji —el pelirrojo solo vio el rostro de Sanosuke palidecer y tornarse serio después de unos cuantos segundos, se acerco y acomodo hacia Kenshin nuevamente y con voz suave soltó la bomba.
—Kenshin, es el año 26 de la era Meiji… —las palabras hicieron eco en su mente, de repente la habitación le empezó a dar vueltas, comenzó a jadear y escuchar los llamados de Sano a lo lejos.
—15 años… ¿Cómo han pasado 15 años sin que me diera cuenta? —fue lo ultimo en su mente antes de cerrar los ojos nuevamente y que miles de imágenes empezaran a aparecer abruptamente.
Parpadeo y giro su rostro a su derecha percibiendo la sombra que golpeaba su puerta, retiro las sabanas y gateo hasta abrirla ligeramente.
—¿Señorita Kaoru? — la joven sonrió y él termino abriendo las puertas de par en par. —¿Qué sucede? —
—¿Tienes unos minutos? — pregunto mientras se sentaba en el pasillo con la vista hacia el patio, con su mano hizo leves palmadas en la madera invitándolo a sentarse a su lado, Kenshin acepto y a los pocos segundos se encontraba sentado con ella. —Discúlpame si te desperté, sé que es algo tarde… —
—No se preocupe, no podía dormir muy bien, aún no logro acostumbrarme a descansar en un futón…—dijo con voz tranquila, se quedaron sin decir nada unos cuantos segundos, y solo sintió como la joven se apoyaba en su hombro derecho y suspiraba tranquila. Ya habían pasado varias semanas desde que había confesado sus sentimientos hacia ella, y después del incidente de Enishi, no habían compartido un momento juntos, se quedó inmóvil apreciando la calidez que ella le brindaba.
—Kenshin, cuando te conocí por primera vez… yo no sabía como era el querer vivir mi vida y ahora… he decidido… que como tú que quieres vivir para los demás… yo quiero vivir solamente para ti, esta será mi felicidad, aun si pasa algo… yo no me arrepentiré… —ella lo dijo tan tranquila, sin darse cuenta del efecto que sus palabras hicieron en él, sin evitarlo no pudo evitar dejar que las lágrimas fluyesen… Kaoru siempre rompías las barreras de la fortaleza falsa que quería demostrar.
—Señorita Kaoru… lo que ha dicho… es demasiado para una persona como yo… si yo pudiese… ser perdonado algún día por todo lo que he hecho… yo sobreviviría el resto de mi vida solamente para usted y su felicidad… —Kaoru le prestó atención y coloco una mano sobre su pierna invitándolo a proseguir —Después de que comenzara la nueva era, mientras me encontraba viajando por Japón, visité el hogar de uno de los servidores del shogun que asesiné mientras fui Battousai… —Kenshin se mordió los labios con tristeza al recordar las palabras de la madre hacia él —Ni siquiera se me permitió visitar su tumba para presentar mis condolencias, en ese momento aprendí que… no hay nada que pudiese hacer por esas personas que quedaron solas por aquellos a quienes asesiné… les arrebaté su futuro y toda felicidad que ellos pudieron haber compartido y solo quedaron la tristeza y la ira en sus corazones. Cuando pienso en eso… creo que ni la misericordia ni la felicidad… merezcan ser recibidas por alguien como yo…—
—Si piensas que es un crimen para ti el ser feliz… —de reojo vio como la ojiazul estaba llorando con él — Yo cargaré con ese pecado… y no me importa el castigo que caiga sobre mi… —ella se inclinó hacia él viéndolo con determinación a los ojos, como si de un voto estuviese proclamando —Quiero vivir para siempre contigo —Kenshin correspondió el abrazo que ella le dio al finalizar su hablar y susurró su nombre — No te pediré que vivas solo por mí, estas manos… pueden crear más sonrisas para otras personas, tu vida no solamente es para redimirte sino para poder crear más felicidad desde ahora…por eso…—con decisión, sintió como ella tomaba su mano entre las suyas y no le quitaba la vista por ningún segundo, hubo un espacio de tiempo donde notó como ella dudaba en proseguir, él hizo un ligero apretón con la intención de hacerla continuar —Por eso… me gustaría que cumplieras mi sueño… —
—Lo que sea que pueda hacer… —
—Quiero que… te conviertas en mi familia… —¿había escuchado bien? ¿aun después de lo que hablaron…? Estaba muy sorprendido, desconfiado, pensaba que estaba en un sueño, pero confirmo en sus ojos… lo decía en serio… de verdad… ella quería…
—Si así puedo verte sonreír… —no pudo evitarlo, estaba feliz, no quiso pensar en nada más… él quería también estar ahí, asintió a la propuesta por parte de ella, con gusto… se convertiría en su compañero.
—Claro que sí —contenta se abrazó a él y duraron un buen rato en silencio, pensando en el futuro que decidieron crear.
—Entonces… dado que nos encontramos en la residencia Kamiya, a partir del día de hoy, Himura Kenshin y Kamiya Kaoru, en este cálido día de primavera, me complace anunciar la unión en matrimonio de estas dos personas, por lo que los invito a felicitar a los Kamiya… —
—Disculpe —interrumpió Kaoru llamando la atención de los presentes —Himura, por favor —Kenshin le observo extrañado y se acercó hacia ella.
—Yo me estoy casando en su casa…habíamos platicado de eso anteriormente, tiene más valor para usted si…—
—Hablamos de eso, pero nunca dije estar de acuerdo —ella tomo su mano y la apretó brindándole una sonrisa —Yo estaré para brindarte apoyo, yo estaré contigo, cumpliré lo que te prometí, yo… cargaré con orgullo el peso que conllevas… quiero… quiero ser Himura Kaoru —
—Señorita Kaoru… —Kenshin escucho el carraspeo del juez dirigiéndose a él, señalando el pincel con el espacio en blanco en el papel, antes de responder, volvió a dirigirle una rápida mirada preguntando si estaba segura, al notar como no había cambio en su mirar, él no pudo objetar más que sentir un gran honor en su interior. Se inclino hacia adelante brindando una reverencia ante la autoridad —Le pido por favor, que pueda conceder la solicitud de unir a la señorita Kaoru… con mi familia… —
—Bien, normalmente esto es con anticipación, pero creo que podemos hacer una excepción —dijo mientras escribía y finalizaba con un sello —Por el poder que me confiere la ley, los declaro, marido y mujer… por favor, brinden sus felicitaciones al recién matrimonio Himura —
—Muy bien… entonces… los demás se fueron… solo estamos tu y yo… —dijo la ojiazul sentada frente a él, le dio un vistazo a los futones juntos a su izquierda, jugaba con sus dedos y sus piernas empezaron a dormirse.
—No es necesario hacer nada hoy, señorita Kaoru, si aún se siente incomoda de dormir juntos… —
—¡No es eso! ¡Y ya deja de decirme señorita! A partir de hoy soy tu esposa, Kenshin —
—Orororo… —dijo brindándole una sonrisa.
—No se… que hacer… ahora que veo que esta pasando… no me había puesto a pensar que… todavía soy una niña…—
—Kaoru… ¿quieres… intentarlo? —ella lo miró y con un leve sonrojo asintió —Tu ahora esposo, igualmente se encuentra nervioso, no ha estado con una mujer desde… lo sabes… y las cosas no salieron muy bien después de eso… pero… —Kaoru en un momento pareció dejar de temblar y se inclino hacia él —¿E-eh? —
—Sé lo que quieres decir… sé que cuidarás de mí… por favor, sé amable conmigo… —¿y ya? No dijo nada que la hiciese cambiar de idea de inmediato, no se había dado cuenta, que Kaoru podía avanzar si se lo proponía a la primera oportunidad.
—Cuento contigo también, cuida de mí —respondió de igual manera, y juntos esa noche, descubrieron la dicha de estar en los brazos del otro.
—Vamos, cariño, aquí estoy —con un pañuelo le seco el sudor de la frente a la ojiazul quien gemía y lloraba—Un poco más, ¿sí? —nuevamente le apretaba con fuerza su mano ante cada oleada de dolor que pasaba.
—Eso señora Himura, va muy bien, su cabeza acaba de salir, necesito que puje nuevamente—la partera estaba al pie del futón al pendiente de cada movimiento del cuerpo de la joven.
—No… ya no puedo… me duele… —ella le brindo una mirada al pelirrojo quien observaba a la partera. Kenshin estaba igual de angustiado, le dolía ver a su mujer pasar por tal momento, pero él reconocía la fortaleza que ella tenía y su deber era… —Bien, una vez más… —el ojivioleta se volvió hacia ella nuevamente sorprendido que ella sola tomara la iniciativa, afirmo su agarre hacia ella y se llevo su mano a sus labios.
—Eso Kaoru, solo una vez más… —susurró mientras oraba internamente con sus ojos cerrados, sintió como ella nuevamente apretaba con todas sus fuerzas su mano, seguido de un grito suyo y después… unos segundos después… el sonido de la risa de la partera… el afloje del agarre de Kaoru… y… el llanto de un bebé… Kenshin abrió los ojos y noto primeramente como su esposa se encontraba tumbada y jadeando en el futón, y seguido una palmada en su hombro llamando su atención.
—Es un niño muy saludable, felicidades señor —ella le entrego en una cobija a su pequeño, él lo tomo en brazos algo nervioso, seguía tibio y se encontraba temblando… que ligero era… sus pequeños ojos seguían cerrados y su respiración comenzaba a tranquilizarse… que niño tan bello era… él… él hizo esta nueva vida… este pequeño era… la felicidad que había comenzado a construir con Kaoru.
—…Kenji… —susurró al memorizar su rostro —Kenji… bienvenido a casa… —
—¿Kenji? —Kenshin fijo su vista en Kaoru quien realizo la pregunta —¿Ese será el nombre de nuestro hijo?... —pregunto suavemente —Me gusta… es… perfecto… —dijo derramando lagrimas de felicidad, Kenshin asintió, se acostó con ella y su bebé entre ellos, ambos agradeciéndose y mimándose con palabras de amor.
—Se lo agradezco doctor Gensai, hace tiempo que no tenemos un tiempo nosotros tres —Kaoru le dio una nota con instrucciones al anciano mientras que Kenshin con cuidado arropaba en un futón cercano a un pequeño Kenji de 2 años que dormía plácidamente y Yahiko dejaba en una mesa cercana un par de juguetes favoritos del niño.
—No hay problema querida Kaoru, vayan a divertirse, recuerdo que ibas a ese festival sin falta de pequeña con tu padre —
—Sí… desde que los chicos llegaron, no he podido asistir nuevamente, pienso que ahora es buena oportunidad, ya que Kenji esta tomando gran parte de nuestra rutina diaria… además Kenshin y Yahiko merecen un descanso… —los mencionados se acercaron y acompañados de Gensai salieron a la avenida.
—Kenji no suele despertarse pronto, pero si sucede, con un poco del té con miel que le deje preparado y una historia corta, se quedara nuevamente dormido —dijo Kenshin —De todas maneras, el festival esta cerca de aquí, si necesita algo, estaremos al pendiente. —
—Vayan tranquilos, señor Himura. Les prometo que cuidare bien del pequeño —dijo sonriente y tras un asentimiento, los tres se encaminaron al festival que estaba tomando lugar en la ciudad, no sin antes pasar por el Akabeko antes por Tsubame.
Tomaron lugar en una mesa cercana, habían comprado diversos dulces, botanas y ciertas comidas callejeras para pasar el rato, el ambiente estaba alegre, los puestos llenos de juegos, artistas presentando sus actos, incluso un espectáculo de taiko formaba parte del programa.
—Toma, mi amor. —Kaoru le pasó una brocheta de calamar al pelirrojo quien lo aceptó agradecido.
—Yahiko, Tsubame, coman antes de que se enfríe —dijo Kenshin colocando frente a ellos un plato de verduras y camarones tempura.
Continuaron degustando los platillos y platicando amenamente los cuatro, estaban realmente pasando un buen rato.
—¡Esa no fue mi culpa! ¡Es su hijo, debió dormirse con ustedes! —se defendió el moreno ante el comentario de la ojiazul.
—Te lo encargamos esa noche, porque Kenshin y yo queríamos estar a solas, y vaya nuestra sorpresa con no solo encontrarte roncando muy a gusto con Kenji afuera, sino que te había robado incluso la sakabattou —Kenshin rió sin poder evitarlo al recordar esa noche, entonces antes de que continuara con la discusión, las luces comenzaron a apaciguarse y en la plaza principal las personas comenzaron a agruparse. —Oh… ¿ya tan pronto? Que rápido pasa el tiempo… —
—¿Qué sucede? —pregunto Tsubame.
—Es el baile que marca el cierre del festival, ya ha terminado… —murmuro con la mirada triste.
—Fue una buena noche, es una buena manera de cerrar —dijo Yahiko llevándose un camarón a la boca y nuevamente poso su mirada en Kaoru que parecía perdida en sus pensamientos, aunque no fue el único que lo notó. —Aunque me lo pidas, no bailare, no me gusta Kaoru —
—No te lo pedí, tonto. —
—Oro. ¿Es que te gustaría ir, Kaoru? Parece ser que sí—pregunto Kenshin —Adelante, Yahiko y Tsubame siguen comiendo, esperaremos por ti aquí —
—No es eso… bueno si y no… —
—Sí o no, decídete, fea. —Yahiko aguanto un gemido de dolor al sentir como Kenshin le pateaba por debajo de la mesa, y se disculpó con la mirada.
—Cállate, Yahiko —respondió molesta y termino suspirando —Es solo que… siento nostalgia… yo… bailaba con papá cada año —dijo melancólica viendo a la gente bailar —Sin falta veníamos, nos divertíamos con los discípulos del dojo y entonces papá me sacaba a bailar al final de la noche, y siempre era el mismo —de ella brotaron unas leves risas y tras unos cuantos segundos en silencio, se levanto de su lugar —¿Saben qué? No será lo mismo, pero no quiero dejar ir esos momentos, si quieren adelantarse con Gensai pueden hacerlo —y sin darles tiempo de responder, la joven se dirigió a la plaza donde comenzó a saltar y bailar.
—¡Oye, espera! —intento llamar Yahiko —Rayos… hace lo que quiere, ¿Qué hacemos, Ken…? ¿Eh? ¿Kenshin? —pregunto buscando al mayor y Tsubame rió levemente señalando con el dedo hacia la plaza.
—Se fue tras la señorita Kaoru, hagamos lo que nos dijeron, y recojamos a Kenji con el doctor Gensai —sugirió y tras pensar que unos minutos a solas con Tsubame no sonaban mal, Yahiko limpio en tiempo récord lo que había en la mesa.
Mientras tanto, Kaoru al inicio estaba saltando y bailando mientras avanzaba por el grupo de gente, imaginando que su padre estaba ahí, recibía muchas miradas extrañadas por los transeúntes y cuando finalmente sintió que la vergüenza empezó a recorrer su interior, detuvo sus movimientos y con la mirada en el suelo se permitió llorar un poco.
—Oh padre… te extraño tanto… —susurro llevando las manos a su pecho —Supongo que aquí termina… mejor regreso a casa… —antes de avanzar, unos dedos gentiles retiraron las lagrimas de su mejilla. —¿Kenshin…? —
—Tal vez, no baile tan bien como mi suegro, pero… su esposo aprende rápido, ¿seria suficiente para usted? —pregunto con una sonrisa sorprendiendo a la ojiazul. —¿Qué dice? ¿Me enseña? —Kaoru conmovida asintió con lagrimas en sus ojos y antes de continuar le brindo un beso suave en los labios haciendo que el ex asesino se retirara rápidamente —Aquí no… cariño, hay muchas personas observando… —dijo avergonzado buscando si alguna de las personas a su alrededor fueron testigos del momento.
—Kenshin tonto…—dijo sonriendo —No te la pondré fácil, aunque no lo creas si es cansado, pero es divertido —dijo mientras tomaba la mano derecha del pelirrojo y la colocaba detrás de la cintura de ella, mientras que la izquierda de Kaoru descansaba en el hombro derecho de él, sus manos libres al aire y con breve explicación le enseño a Kenshin como hacer los pasos —¿Listo? Y uno y dos… —
Feliz Navidad ~
Espero hayan tenido una bonita noche en compañia de sus seres queridos. Como siempre, te mando un saludo y abrazo enorme hasta donde estas sis. Espero que hayas pasado una bonita noche buena!
Ahora este cap lo iba a hacer como el anterior de los recuerdos del Kenshin que no es la version de Seisouhen, pero viendo mis notas, había unas ideas para otro fic que quería hacer, y decidí reciclarlo en este y me esta gustando como va quedando. La version de este Kenshin tendrá los recuerdos mucho más completos debido a quien necesitamos abrir los ojos verdad hahaha. Decidi dividirlo en dos partes, porque voy apenas a mitad de la grabación que hice... y ya tengo sueño hahaa. pero no quería faltar a mi meta de publicarlo en navidad.
Espero haya sido de su agrado, saludos y un abrazo a todos, felicies fiestas :)
—Kary
