Ginny observó con disimulo como James y Lysander desaparecían. Un poco más allá, Scorpius y Albus charlaban con Lily y Rose. Estaba absorta, pensando en las complicadas relaciones entre sus hijos, cuando sintió el movimiento de alguien sentándose a su lado y una voz le interpeló.
— ¿No bebes nada?
Se giró hacia la bonita voz y se encontró una sonrisa divertida y una mano que le tendía una copa de vino.
— Gracias. —Tomó la copa— ¿Cómo estás? Pensaba que no vendrías hoy.
Astoria sonrió y en las esquinas de sus ojos aparecieron pequeñas arruguitas.
— Pude acortar el viaje, no quería faltar al cumpleaños de mi sobrino. —Miró con cariño al hombre de pelo azul que abrazaba por la cintura a su altísima novia— ¿Todo bien? —preguntó Astoria con suavidad— Vi la prensa…
Frunció el ceño y miró hacia los futuros esposos.
— Harry se molestó bastante, pero sobre todo por mí. Y Draco le mandó un vociferador, James dice que apareció en medio de la reunión del equipo y le ahorró a él una amonestación por pegar a un compañero.
— Yo también quería pegar a Krum, la verdad.
Ginny soltó una risita, era una mujer menuda y de apariencia delicada, habría sido divertido de ver.
— Si lo piensas, en el fondo es tristísimo, usa a la prensa para mantener su autoestima.
— ¿Y tú estás bien?
Le sorprendió un poco la insistencia. Ella no se había parado a pensar en cómo le hacía sentir esa situación.
— No sé decirte —respondió lentamente, reflexionando sobre la marcha—. Lo cierto es que cuando me pidió la cita estaba halagada, fue bueno para mi autoestima, ¿sabes? Así que diría que me siento decepcionada, y utilizada.
Astoria dio un pequeño sorbo y miró a su exmarido antes de hablar.
— No es fácil vivir a la sombra de ellos.
La cabeza pelirroja giró también hacia la pareja, que seguía charlando muy concentrada con Neville.
— No. Y si ahora tengo que ponerme a pensar si alguien me pide una cita por ser la ex de Harry, pues la verdad es que no ayuda. Lily me dijo hace poco que lo que le pesa de su apellido es que la gente ve a su padre como si fuera patrimonio nacional, como si todo el mundo tuviera derecho a saber y a opinar.
— Scorpius me dijo algo parecido. Pero Gin, tú eres mucho más que la ex de alguien, aunque ese alguien sea Harry Potter, ¿lo sabes, verdad? —le recordó mirándola con intensidad.
La empatía en la voz de Astoria le resquebrajó un poco. ¿Lo era? ¿En qué momento se había perdido a sí misma para ser "la madre de" o la "ex de"?
— Ginevra… —murmuró Astoria preocupada— ¿te he incomodado? A veces soy demasiado directa, Draco siempre me lo dice.
— No, no —se aclaró la garganta—. Tienes razón, he olvidado un poco quien soy.
— Y lo que vales. Yo sé de alguien que estará muy feliz de tener una cita contigo, me dijo Albus que quedaste con ese impresentable porque buscas acompañante para la boda.
Negó con la cabeza.
— Así empezó el lío con Krum. No pasa nada, iré sola…
— Es una persona de mi entera confianza. Y hace tiempo que está deseando quedar contigo.
Algo en el tono o en el gesto de Astoria hizo que le picara la curiosidad y no pudo evitar preguntar.
— ¿Y quien es?
— Yo —respondió con una gran sonrisa.
Unos nudillos golpearon la puerta de su despacho. Ginny masculló un "adelante" sin levantar la vista de los papeles que leía.
— Hola, mamá.
Levantó la cabeza, sorprendida. No era habitual recibir visitas de su hijo mediano en su lugar de trabajo.
— Hola, Al. —Se puso en pie para besar su mejilla morena— ¿Qué te trae por aquí? —preguntó curiosa, volviendo a tomar asiento.
— ¿Vas a tener una cita con Astoria?
Ginny se recostó en la silla con las manos en el regazo.
— Directo al grano… ¿te supone un problema?
Su hijo suspiró fuertemente y se frotó los ojos con el talón de la mano.
— Aunque no lo creas, mamá, no me dedico a buscar motivos de discusión con mi familia.
— Albus…
— Astoria es fantástica, Scorp y yo estamos de acuerdo en que nos parecería muy bien, en el fondo tiene incluso lógica. Pero mamá, ella no se queda. Desde que se separó de Draco ni tan siquiera tiene casa propia en Inglaterra.
— Espera —le cortó con una sonrisa— ¿has venido hasta aquí de propio para decirme que no me conviene quedar con tu suegra?
La tez de morena de su hijo, tan parecido a su padre a su edad, se ruborizó antes de asentir.
— Hijo, es una cita, hablamos de la posibilidad de ir juntas a la boda, no de una relación —informó, echándose hacia delante para poner su mano sobre su antebrazo.
— Después de lo que ha pasado con Krum, no me gustaría que volvieras a pasarlo mal, mamá.
— Cariño, estoy bien, de verdad.
Albus apretó los labios.
— Por lo general somos los padres los que nos preocupamos por las vidas sentimentales de los hijos, ¿sabes? —preguntó ella un poco jocosa.
— Mi vida sentimental está fenomenal, mamá.
— ¿Pero?
— ¿Qué te hace pensar que hay un pero?
— Albus, soy tu madre, sé cuando hay un pero.
El chico suspiró y se revolvió el pelo con el mismo gesto exacto que hacían George y Fred cuando era niña.
— Anoche Lorcan y Lily vinieron a cenar a casa. ¿Has hablado con James estos días?
Ginny se recostó un poco más en su silla, con las manos en el regazo.
— No, el lunes se excusó y no vino a tomar el té. —Frunció el ceño con preocupación— ¿Qué ha hecho tu hermano ahora?
— Eso es lo que trato de entender. Lorcan está bastante enfadado con él, por lo visto el otro día, en el cumpleaños de Teddy, James se le declaró.
La falta de respuesta de su madre resultó muy esclarecedora.
— Deduzco que tú ya sabías que mi hermano cree estar enamorado de Lorcan.
— Luna me advirtió sobre ello hace meses —admitió Ginny, con un suspiro cansado—. Cree que Lysander y James discutieron por eso.
— ¿Por qué motivo?
— Porque Lysander no cree que James sea adecuado para Lorcan.
Albus volvió a frotarse los ojos, soltando aire con fuerza y se puso de pie para caminar por la habitación.
— Mamá, no entiendo nada, de verdad —soltó por fin—. ¿De qué va todo esto? ¿Qué pretende James?
— ¿Sinceramente? creo que tu hermano realmente está enamorado de Lorcan y por lo que dices, no es recíproco.
— Lor se lo ha tomado como una burla. Vamos, mamá, —Se detuvo y habló, revelando un tono molesto, deteniendo sus pasos para enfrentar a su madre— mi hermano se ha comportado como un tarado homófobo estos años, primero con papá y luego conmigo y Scorpius. Es bastante insultante saber ahora que él ha mantenido sus prejuicios a pesar de estar enamorado de un hombre.
Con gesto serio, Ginny se puso de pie y tomó a su hijo del codo para acompañarlo hasta el pequeño sofá que tenía en una esquina del despacho.
— Siempre he pensado que el problema de James con tu padre y contigo no es porque tengáis parejas masculinas, Al. Es por quienes son esas parejas.
— ¿Me estás diciendo que lo que mi hermano desaprueba es a Draco y a Scorpius? —preguntó, parpadeando sorprendido— ¿A santo de qué?
— Nunca le he preguntado, supongo que por mis propios prejuicios con la familia Malfoy —admitió avergonzada—. Pero me aventuraría a decir que el niño que era James odió a Draco porque le culpó de que tu padre hiciera su vida dentro del colegio y se distanciara de la familia. Y algo parecido con Scorpius, diría que cree que te "robó" como hermano.
Los ojos verdes y brillantes de Albus miraron a su madre sin apenas parpadear, como buscando en su rostro una reafirmación de sus palabras.
— Mamá, ¿tú también crees que los Malfoy me robaron? —preguntó por fin unos minutos después con voz ronca.
Ginny parpadeó varias veces y por un momento Albus pensó que iba a ver llorar a su madre y se le encogió aún más el corazón, porque jamás la había visto llorar.
— Durante mucho tiempo sentí que así había sido. Con el tiempo he entendido que eso era puro rencor Weasley, los Malfoy te dieron algo que sentías que no tenías. Pero aún así somos tu familia Albus, aunque lo hiciéramos mal y no pudiéramos entender tener un Slytherin en casa. Te queremos, tu hermano te quiere.
— Yo… no puedo perdonarle tan fácil —respondió al cabo de unos segundos Albus, poniéndose de pie y frotándose nerviosamente las manos en los vaqueros— ¿Hablarás con él de lo de Lorcan?
— Lo haré, hijo.
Albus se inclinó para besarle la mejilla y salió de la habitación, mientras su madre se limpiaba los ojos con el dorso de la mano.
