LOS DÍAS INTERMEDIOS
CHARMOLYPI
«(n.) Cuando la alegría y la tristeza se unen en un mismo sentimiento».
La única vez que Ash la ha asustado fue aquel lejano día nevado, con esa mirada airada y sus palabras que muy en el fondo buscaban herirla. Ambos con diez años.
Se vuelve a repetir. La segunda vez resulta espantoso, cuando se cuadra delante de ella con una mirada demandante y la acorrala entre sus brazos. Ambos rozando los veinte.
(Desde el principio).
La inocencia de la niñez se pierde con el paso del tiempo y aprenden a afilarse para protegerse y proteger lo que han logrado. Ash cambia su alegría chispeante por una sonrisa amistosa y de simpatía, atrayendo siempre, contagiando ánimo donde no existe y dando color al ambiente gris con su forma de ser. El niño que es como un vendaval cambia para ser el joven que se siente como una brisa primaveral.
Serena, en cambio, se convierte en un otoño. No es de muchas palabras, pero su sola presencia basta para admirarla, sentirla y apreciarla.
La amistad entre ambos se mantiene por pura casualidad. Es casi divertido que, en las pocas coincidencias que los llevan a estar cerca, ambos resultan haber cambiado en algo. Todavía así, no se sienten como extraños y es más que suficiente para los dos. No es un secreto la relación de amistad que comparten. Serena es parte del ojo público de una forma diferente a la de Ash, un entrenador experimentado; desentonan y resulta como una historia barata juvenil el que ambos puedan llevarse tan bien a pesar de no estar en el mismo camino.
Nunca lo estuvieron, ella lo sabe, él no siente interés en saberlo.
Y el cariño que se tienen se convierte en un lugar tranquilo para ambos, donde no era necesario llenar el silencio con mil palabras, solo las justas, las necesarias. El tiempo es poco, realmente corto, cuando están juntos. Entre las conversaciones, nunca hay mención de lo que ocurrió hace diez años en un aeropuerto. Es muy poco relevante al tener sus vidas centradas en sus metas.
En realidad, ella ha tratado de que nunca salga de la boca de ambos.
(Existen razones).
Con el paso del tiempo, sus sentimientos por el entrenador de Pueblo Paleta cambian de significado, dejando de estancarse en una sola categoría para dividirse en lo que ella suponía era lo que en verdad pensaba de él. Lo quería, era un hecho, pero a veces no lograba saber si superó aquel amor infantil o era algo que tomó su propia forma.
Pensó en ello cuando lo vuelve a ver en Hoenn, con tan poco tiempo que apenas pueden decirse algo. Serena juraba sentir —mientras veía el barco alejarse— el amor a medio corresponder y medio rechazar. Sylveon no hace ruido, sintiendo que ella está experimentando algo ácido mientras sonríe al océano.
Tiene palabras atoradas en su garganta por haber tenido cerca aquella voz fuerte y sonrisa radiante de verano. La misma pregunta retumba en su cabeza al verlo cada vez más lejos:
Ash… te marchas de nuevo, y esta vez no puedo demostrarte cómo me siento. ¿Es valentía o cobardía?
Serena concluye que es lo primero. Aquellos ojos castaños brillaban con euforia al decirle entre gritos cada vez más fuertes por qué está viviendo. Como siempre, le contagia de vida. Prefiere que se vaya, quiere verlo cumplir el motivo por el que lo admira tanto.
Las emociones la superan. Ensancha la sonrisa y se retira corriendo junto a Sylveon. Ella también está trabajando duro, lo haría mucho más después de ese día. Y una fuerte oleada de alegría la embarga al saber que ambos son más felices que nunca.
Pero fue triste volver a verlo, en realidad.
Porque no sabe nada más de él, tampoco cree que es necesario hacerlo ahora porque lo ve feliz y es todo lo que necesita, aunque no niega que le hubiese gustado que se quedara.
No sería la única vez que se encuentran, de todas formas. Siempre hay algo distinto en ambos y poco tiempo para comentar sobre ello, sin embargo, el cariño siempre regresa y saben que la amistad se está manteniendo de alguna forma.
Hola. ¿Cómo estás? Cuánto tiempo. Nunca te rindas. Nos volveremos a ver. Sigue adelante. Adiós.
Serena nunca añade algo más a esa típica conversación apresurada, excepto que siempre tiembla de forma interna y se queda pensando más de lo que debería. Sylveon llegó a sentir que se le rompía el corazón al pensar que Ash siempre ignoraría que esa chica lo admiraba con intensidad, por verla practicando hasta altas horas de la madrugada durante días después de sus encuentros, alegando que Ash parecía mejorar a cada segundo y ella no quería quedarse atrás.
Ahí se da cuenta que ella se ha enamorado de nuevo. A veces la escucha llamarse a sí misma estúpida y tratar de mantenerse al margen cuando se trata de él, pero es volver a verlo, mirarlo fija y largamente, ver que ha cambiado en muchos aspectos, haciéndole ver más maduro en actitud y apariencia, y su corazón salta y se asoma a sus ojos azules. Un amor por él muy distinto a como lo había sido de niña o cuando lo volvió a ver en Hoenn. Es difícil de explicar, su entrenadora guarda silencio, siempre silencio.
Serena tampoco puede ocultar de su pokémon la vergonzosa reflexión que existe en ella desde que estaba vagando por Kalos. Cada vez que Ash vuelve marcharse, la artista aprieta los labios, sintiendo que está más lejos que de costumbre. Se agrieta algo en ella mientras piensa:
No importa lo mucho que me esfuerce en cumplir mis sueños, nunca seré igual que tú, y eres mi única meta.
Se pregunta si es normal que ambos sentires por Ash existan a la vez; así se guarda todo lo que la está aquejando, es poco importante para él y demasiado pesado para ella. ¿Por qué intentaría mencionarlo?, no existen días en los que puedan estar juntos, nunca han tenido tiempo para sentarse a charlar sobre el otro, sería tonto y superficial. Ya no es una niña, le preocupa el futuro y las decisiones que toma para mejorarlo. Sigue sin ser prioridad lo que siente, ambos tienen demasiadas cosas en la cabeza que necesitan atender.
(No importa).
Serena es ahora la protagonista, aplaudida por el público al que ama. Entiende a Ash en su puesto de campeón porque es demasiado satisfactorio ver cómo es retribuida por sus esfuerzos. Le encanta bailar, cantar y actuar, aunque le duela el cuerpo y apenas logre dormir lo necesario. Sabe disimular ojeras y moretones con el maquillaje, pero todo deja de doler cuando siente el amor junto a las sonrisas del público llenarla. Eso es lo que tanto busca y solo desea vivirlo, esforzarse el máximo para que nunca termine.
Se decide a cerrar el acto de un amor que pudo o no haber sido, a veces era así. Ha aprendido a que las circunstancias llegaban y se iban por una razón y que siempre aprendería de ellas. Siente satisfacción consigo misma porque no ha sido una pérdida. Tiene a Ash, tiene a sus sueños, tiene un futuro. No ha sido una pérdida en absoluto.
(Al menos de parte suya).
Es ella la que se vuelve distante y tiene la agenda llena de marcas rojas y ningún espacio extra. Serena siempre logra mantenerse ocupada y contesta los mensajes con demasiados días y semanas de retraso. Ash no se molesta al respecto, entiende que ella no pueda responderle a tiempo y que lo ignore directamente, hay prioridades que no pueden ser pospuestas.
De todas formas, es extraño.
Sylveon observa constantemente a su entrenadora. Ella es una joven fuerte y de dignidad muda, pero, en el fondo, se quiebra y prefiere esconder las esquirlas bajo la alfombra de su sonrisa. Serena suele sentirse intimidada bajo la mirada de Sylveon, es el único pokémon al que no puede ocultarle nada y en sus momentos más vulnerables prefiere llorar a su lado para no preocupar a su equipo entero.
Y la verdad es que, aunque haya tomado la decisión de dejar a un lado lo que sentía, no puede evitar sentirse mal, no puede evitar la decepción y las ilusiones de su primer amor hechas trizas. Ash realmente le ha gustado, pero sabe que nunca va a corresponderla. Decide que no debe mantener contacto con él mientras se acomodan sus sentimientos, así sería más sencillo el proceso de soltar hasta que pueda sentirse tranquila otra vez. Es imposible verlo sin sentir alegría y tristeza al mismo tiempo, seguir así la rompería.
Esa sensación sofocante de querer verlo, escuchar su voz, su risa y observar sus ojos que siempre están contentos comienza intensa y poco a poco baja de intensidad hasta dejar de existir. El pokémon no vuelve a observarla en cuanto Serena deja de estar demasiado anhelante y aturdida. Vuelve a la normalidad, con un brillo en los ojos azules que la empuja a tomar diferentes direcciones para avanzar y ser feliz.
Fue inevitable que uno de esos caminos la llevara de nuevo con el entrenador.
DISCLAIMER: Todos los personajes le pertenecen a la franquicia de Pokémon, lo único mío es la historia.
Esto nació por la organización de la página AmourFiction: «Amoutober2022», pero no lo pude terminar ni editar hasta hoy, un año después. No sé si alguien recuerda el evento, pero incluí todas las temáticas dadas para los 31 días. Inicialmente era un oneshot que resultó increíblemente largo y decidí partirlo en capítulos cortos. La actualización será todos los viernes.
No deseo extenderme, diré algunas cosas al final de todo.
