N-A: ¡Hola! 🎆¡LES DESEO UNA MUY FELIZ NAVIDAD A TODOS! 🎆 🎄 Espero que disfruten de este maratón de actualizaciones que estuve preparando para estas fiestas como regalo. Durarán hasta el 7 de enero y descuiden, todas las historias serán actualizadas. 😁

¡BUENA LECTURA!

Fin de N-A.

Disclaimer: Los Anime/Mangas de Katekyo Hitman Reborn! y Sekirei no me pertenecen, solo juego con sus personajes para mi entretenimiento y el de mis lectores.

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Capítulo 3.

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La limusina de MBI se detuvo delante de una hermosa casa de gran tamaño, la cual parecía más bien una mansión en opinión de Tsunami.

Era de dos pisos, de color azul cielo con detalles en color blanco. Su diseño era moderno y elegante. Tenía un amplio jardín delantero con árboles, algunos arbustos de flores y un camino de piedra que llevaba a la entrada principal, donde había una puerta de madera oscura. La casa estaba rodeada por una valla de metal y tenía un sistema de seguridad de última generación.

-Lo veo y no lo creo. ¿Este es nuestro nuevo hogar? -preguntó Tsunami, encantada.

-Así es, mi querida Ashikabi -respondió Mitsukuni, abrazándola por la cintura-. Tiene todo lo que necesitamos y más. Todo está integrado con tecnología de punta y una seguridad de primera.

Tsunami bajó de la limusina con una sonrisa, seguida por sus seis sekirei. La joven se acercó a la puerta y la abrió con una llave dorada que le había entregado Homura en el camino. Entraron y vieron el recibidor, que era amplio y luminoso. El suelo era de mármol y casi al lado de la puerta había un perchero. Al fondo del recibidor había una escalera de caracol que llevaba al segundo piso.

Entuciasmada, la joven se puso a explorar todo el lugar, abriendo primero la puerta que se hallaba a la izquierda, la cual pudo ver que conducía a la sala de estar, donde había un sofá grande y dos más con asientos para dos personas a cada lado, una mesa de centro con un jarrón de flores, un tapete y una televisión de pantalla plana, a la derecha había otra puerta que conectaba al comedor, donde había una fina mesa de cristal con ocho sillas y un aparador con vajilla y cubertería. Al fondo del comedor habían unas puertas de madera pulida y diseños de cristal que comunicaban con la cocina, la cual estaba equipada con electrodomésticos modernos de acero inoxidable y una isla central. Al lado de la cocina había una puerta que llevaba al jardín trasero, donde había una enorme piscina y una zona de barbacoa.

-Ese es el estudio -dijo Hikaru, señalando la puerta que estaba al fondo del recibidor, justo al lado derecho de las escaleras, tras volver a dicho sitio después de terminar de ver lo que había en el ala izquierda de la planta baja. Era una habitación que contaba con un escritorio de madera de caoba oscura y sobre éste había un ordenador de escritorio y una impresora con escáner incluido.

Detrás del escritorio estaba una silla giratoria, una papelera y pegado a la pared de la izquierda, un archivador.

Y esta es una pequeña biblioteca. Entraron a otra habitación al lado del estudio, con paredes color verde manzana, con estanterías altas, dos mesas de escritorio de caoba con dos sillas cada una. En uno de los escritorios había un ordenador y una impresora. En la biblioteca también había una ventana que daba al jardín delantero.

-¡Esta casa es muy bonita! -Exclamó la castaña, encantada.

-Sí, es muy bonita -coincidió Kurayami, abrazando a Tsunami por la cintura-. Y es toda nuestra, solo para nosotros siete.

-Me alegro de que te guste, Tsunami-hime -dijo Hikaru, con una leve sonrisa-. Nos costó mucho trabajo decidir cual casa sería la adecuada para todos nosotros. Takami fue muy amable en ayudarnos con ello.

-Sí, valieron la pena los dolores de cabeza -dijo Homura, sonriendo-. Queríamos darte lo mejor, Tsunami-chan.

-Oh, chicos, son tan dulces -dijo Tsunami, con lágrimas en los ojos-. Los quiero mucho, a todos.

-Nosotros también te queremos, nuestra bella esposa -dijeron los seis sekireis al unísono, regalándole amorosas sonrisas.

Tsunami se sintió feliz y agradecida de tener a sus sekireis con ella. Eran su familia, su mayor apoyo y los seis hombres con los que formaría una familia. No podía pedir nada más.

-Bueno, ¿por qué no vamos a ver las habitaciones? -sugirió Tsunami, secándose las lágrimas-. Seguro que son tan bonitas como el resto de la casa.

-Por supuesto. Vamos -dijo Mitsukuni, tomando la mano de Tsunami y llevándola a las escaleras.

Subieron al segundo piso, donde había un pasillo largo con diez puertas, siete de ellas tenían colocadas placas de metal con el nombre de su respectivo dueño. Las restantes eran para invitados.

Cada habitación tenía una decoración diferente, según el gusto de cada Sekirei, sin embargo en todas había una cama matrimonial, un armario, una mesita de noche al lado de las camas, unas cuantas estanterías y un baño privado.

La de Tsunami era la habitación más grande de la casa. Era de color crema, con una gran cama como para diez personas, cubierta con sábanas de seda color naranja suave y mullidas almohadas de plumas, situada al centro de la habitación. También contaba con un tocador con espejo, un armario de buen tamaño, unos mullidos sillones y una mesita de noche al lado de la cama. A la derecha se hallaba una puerta, la cual conducía al baño.

-Definitivamente es una hermosa casa. Será maravilloso vivir en ella o quedarnos durante las vacaciones en caso de que tuviéramos que quedarnos a vivir en Shinto Teito. Nuestros futuros hijos serán felices aquí, estoy segura. -dijo con voz risueña Tsunami, sin darse cuenta de los profundos sonrojos que la mención de sus futuros hijos provocó en sus Sekirei, al imaginarse tener bebés con su amada Ashikabi.

-Sí, será maravilloso -estuvo de acuerdo Mutsu, abrazando amorosamente a la castaña y depositando un tierno beso en sus labios.

Ella se acurrucó contra él, contenta. -Por cierto -dijo mirando a todos, aún entre los brazos de Mutsu-. Gracias por acompañarme a visitar a mi familia. Sé que no fue fácil para ustedes, pero me hicieron muy feliz.

-No hay de qué, Tsunami-chan -dijo Homura, con voz cálida-. Además tu madre es muy simpática y cariñosa.

-Cierto, aunque tu padre y tus hermanos son unos idiotas -agregó Karasuba.

-¡Oye, no son tan malos! -dijo la castaña, haciendo un adorable puchero.

-Oh vamos, Tsunami-chan. Hasta tu piensas lo mismo -replicó divertido el Sekirei Negro.

-Hay Karasuba-kun, no tienes remedio -murmuró la ambarina, suspirando.

Éste solo se encogió de hombros con una sonrisa juguetona.

-Bien, mis amados esposos, ya es tarde. - dijo, mirando el reloj. - ¿Qué tal si vamos a la cama?

-Me parece una buena idea. -dijo Kurayami, guiñándole un ojo.

-¡Kurayami-kun, no me refería a eso! -dijo sumamente sonrojada la castaña, escondiendo su rostro en el pecho de Mutsu, quien se rió divertido besando cariñosamente a la apenada ambarina en la coronilla de su cabeza.

-Oh, que lástima -se quejó Karasuba, decepcionado.

-Karasuba, ¿tú también? -gimió aún más sonrojada la joven castaña, haciendo reír al resto de sus esposos.

-¿Puedes culparnos? Nos encanta jugar contigo, dulce esposa -le dijo Homura con voz seductora.

Tsunami hizo un lindo mohín. -Adictos al sexo -murmuró, pero fue claramente escuchado por todos, haciéndolos reír nuevamente.

Ella solo negó con la cabeza con una pequeña sonrisa plasmada en sus labios. -En fin, tomaré una ducha -dijo, separándose lentamente de Mutsu.

-Sí, yo también -dijo Homura, ansiando relajarse al fin.

Los demás igual ansiaban relajarse y unos momentos dentro de una agradable tina con agua caliente sonaba bastante bien.

Después de eso, todos se fueron a sus respectivas habitaciones y, minutos más tarde, los seis Sekirei regresaron a la habitación de su linda esposa, quien estaba sentada frente a su tocador peinándose el cabello.

Ellos decidieron dormir con la ambarina esa noche, pues querían estar cerca de su Ashikabi al encontrarse en territorio desconocido. Tsunami ya los conocía muy bien, por lo que no objetó en lo absoluto, es más, adoraba dormir junto a todos sus atractivos esposos.

Tras terminar de prepararse, Tsunami se acostó en la cama y sintió como sus esposos se acomodaban a su alrededor. Ella sonrió y se acurrucó más contra ellos sintiéndose segura y contenta. Pronto se quedó dormida, soñando con un futuro feliz junto a ellos.

Los Sekirei también se durmieron poco después, excepto Mitsukuni. Él no podía dormir, pues algo le inquietaba. Hablando con Homura de camino a la casa, él le había preguntado si había notado algo extraño en la familia de Tsunami, especialmente en su padre y sus hermanos.

Mutsu, Karasuba e Hikaru se habían unido a la conversación, añadiendo sus propias observaciones, dándole más peso a las sospechas de Homura.

Hikaru de plano les dijo sin rodeos que no confiaba en ellos, y tenía la sospecha de que ocultaban algo.

Mitsukuni les dijo que en cuanto tuviera la oportunidad investigaría, calmando un poco las preocupaciones de sus hermanos.

Mientras ellos hablaban, Tsunami y Kurayami habían estado bastante absortos en un nuevo videojuego que les encantaba a ambos, así que no habían notado nada, además no era la primera vez que ellos cinco se reunían para discutir algún tema importante o discutir sobre alguna situación en diversas ocasiones.

Con eso en mente, aprovechando que todos estaban dormidos, Mitsukuni se levantó de la cama con cuidado de no despertar a los demás y salió de la habitación de Tsunami. Caminó silenciosamente por el pasillo levemente iluminado por la luz de la luna que entraba por las ventanas, sus pasos apenas audibles en el suave tapiz que cubría los pisos de la lujosa casa.

Se dirigió a su propia habitación, donde tenía sus nueve computadoras y varios dispositivos electrónicos instalados. Mitsukuni era el Sekirei Número 36, y su poder era la tecnopatía. Podía controlar y manipular cualquier aparato electrónico con su mente, así como acceder a cualquier red o sistema informático. Era un genio de la tecnología y la información, y había usado anteriormente sus habilidades para mantenerse al tanto de todo lo que podía sobre el plan Sekirei y extraer, como Matsu, información sobre MBI, a fin de ayudar con ello a su Ashikabi.

Entró a su habitación y usando sus poderes, instantáneamente todas las pantallas de sus ordenadores se enscendieron a su voluntad.

Al principio, todo parecía normal. La empresa Vongola era una multinacional que se dedicaba a varios sectores, como la construcción, la tecnología y la aeronáutica. Tenía sedes en varios países y era una de las empresas más exitosas y respetadas del mundo. Su presidente era un hombre llamado Timoteo Vongola, un anciano de aspecto bondadoso y carismático, apodado Vongola Nono.

Pero a medida que Mitsukuni buscaba más a fondo, descubrió que había otra cara de la empresa Vongola oculta al público y que solo era conocida por unos pocos. Una cara que revelaba la verdadera naturaleza de la empresa Vongola.

-Qué demonios... -murmuró el rubio, leyendo la pantalla.

Según la información que encontró, la empresa Vongola no era solo una compañía internacional, sino también una de las familias más poderosas de la mafia. El padre de Tsunami, Sawada Iemitsu, era el líder de una de sus divisiones, llamada CEDEF, y el hermano mayor de Tsunami, Ieyasu, era el heredero de la décima generación de la familia Vongola. El hermano de en medio de Tsunami, Ieharu, también estaba involucrado en los asuntos de la mafia, pues él era el sub-jefe de la división externa de la familia Vongola, y el segundo al mando de su padre. La familia Vongola tenía una larga historia de violencia, traición y guerra, y estaba involucrada en todo tipo de negocios ilegales, desde el tráfico de armas hasta el asesinato.

"Esto es muy malo", pensó el ojivioleta, frunciendo el ceño. El rubio controló sus emociones para no alarmar a su Ashikabi por medio de su conección telepática, sin embargo era difícil, más al pensar que su Tsunami podría estar en peligro sin saberlo. Él se preguntaba si su madre, Nana sabría algo de lo que estaba pasando bajo su propio techo.

Profirió un suspiro de cansancio y se restregó los ojos pensando que hacer. No había alternativa, mañana tendría que informarle a Tsunami y a sus hermanos sobre todo esto, pues debían estar alertas. No iba a permitir que nadie le hiciera daño a su amada ashikabi, ni siquiera su propia familia.

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Fin del Capítulo.

Lista de Sekirei de Tsunami.

Karasuba: Sekirei #04

Norito: ¡Este es el juramento de mi espada, extermina al enemigo jurado de mi ashikabi!

Arma: nodachi.

Mutsu: Sekirei #05

Norito: ¡Tierra de mi juramento, extiéndete para proteger el territorio de mi Ashikabi!

Arma: Espada.

Homura / Kagari: Sekirei #06

Habilidad: Elemental de fuego.

Norito: ¡Estas son las llamas de mi promesa, quemen el karma de mi Ashikabi!

Hikaru: Sekirei #29

Habilidad: Manipulación de la luz.

Norito: ¡Luz de mi promesa, ilumina el camino de mi Ashikabi!

Apariencia: Chico rubio platinado y ojos azul grisáceo que suele vestir una gabardina roja oscura con una camisa manga larga blanca por debajo, con un elegante broche plateado en el cuello de la camisa, pantalones negros y botines con botones plateados a los lados.

Actitud: Suspicaz, cortés y tranquilo, aunque suele disfrutar de ser algo travieso de vez en cuando como su hermano gemelo Kurayami. Su pasatiempo favorito es la lectura.

Kurayami. Sekirei #30.

Habilidad: Manipulación de la oscuridad.

Norito: ¡Oscuridad de mi promesa, oculta de toda amenaza a mi Ashikabi!

Apariencia: Chico de cabello negro y ojos azul grisáceo que mayormente usa una camisa negra azulada, una chaqueta de cuero larga de color negro, pantalones oscuros holgados sujetos con un cinturón de piel con una hebilla dorada, metidos en un par de botas y dos muñequeras con el símbolo de los Sekirei en color gris.

Actitud: travieso, alegre y algo despreocupado. Le encantan los videojuegos.

Mitsukuni: Sekirei #36.

Habilidad: Tecnopatía.

Norito: ¡Conocimiento de mi promesa, otórgale las llaves de la información, a mi Ashikabi!

Apariencia: Chico Rubio dorado de ojos violeta que suele vestir un suéter verde oscuro con un pantalón beige y unos zapatos marrones.

Actitud: Indiferente con la mayoría de la gente excepto Tsunami y sus compañeros Sekirei, es bastante maduro y solo sonríe cuando algo le parece realmente divertido.