08
Un nuevo futuro.
Marcus se mantuvo erguido durante toda la procesión, a su lado su esposa le dio un apretón en su mano, ofreciéndole consuelo. Su padre, el Rey Magnus II Peverell había sucumbido a la edad a esa apenas una noche, hoy por fin seria puesto a descansar con sus antepasados.
Para la próxima gran aventura, como le gustaba llamarlo su padre y el padre de su padre.
-¡Hoy despedimos a un gran hombre, a un gran rey! –exclamo, el asesor más acérrimo de su padre. Tyon Black era un hombre viejo, solo un poco más joven que su padre. Era un miembro de la rama secundaria de la familia Peverell, quienes gobernaban la Isla de Piedranegra desde hace casi un siglo. —Conocí al rey desde que era solo un príncipe, estuve con el cuándo ascendió el trono, estuve con él en la Guerra de Mereen. ¡Y les puedo decir con certeza que era un gran hombre! ¡Regido por el honor y el amor a su familia y a su reino! ¡Que en la muerte encuentre la paz!
-¡Que en la muerte encuentre la paz! —se encontró gritando Marcus junto los demás presentes.
Días más tardes, cuando estaba siendo coronado rey de Albion. Marcus no pudo evitar pensar en el futuro, si sería el rey digno que necesitaba el reino, si haría honor a sus antepasados.
No dejes que las sombras de tus antepasados te absorban, se tu propio hombre.
Recordó las palabras de su padre cuando había sido presentado oficialmente como el príncipe heredero después de la muerte de su hermano mayor en la Guerra de Meeren.
Seré mi propio hombre, pensó mientras sostenía la empuñadura de la espada del rey, Asesina Oscura, entre sus manos.
-¡Levántate Marcus de la Casa Peverell, el segundo con el nombre, rey de Albion, señor de nueva Valyria y guardián de las Tierras de Invierno! ¡Qué largo sea su reinado!
-¡Qué largo sea su reinado! —vitoreo la multitud que se había reunido en el Templo del Extraño.
Marcus se levantó, revestido con su armadura negra, miro a los cientos de presentes en su ascensión al trono y alzo a Asesina Oscura en el aire.
Un nuevo rey en la Dinastía Peverell había sido coronado.
….
Apretó sus manos en puño mientras escuchaba los gritos de su esposa salir desde la habitación de partos y Marcus no pudo evitar temer por la vida de su esposa.
A pesar de los avances que había tenido Albion en cuanto a los métodos de parto reduciendo así la mortalidad de estos en un gran porcentaje, Marcus no se confiaba.
Parecieron que pasaban años hasta que por fin escucho el sonido del llanto de un bebe. Una de las parteras salió de la habitación. El no espero a que la partera dijera algo, él se apresuró a entrar en la habitación.
Allí la vio.
Alyanne Peverell, de soltera Karstark estaba allí, acostada y luciendo exhausta, pero con una suave sonrisa amorosa mientras acunaba un bulto en sus brazos, entonces ella noto su presencia y lo miro con esos ojos grises suyos.
-Mi amor. —dijo, su voz un poco ronca. —Conoce a tu hija, la princesa Alyssa Peverell.
Marcus se acercó, le dio un beso en la frente a su esposa y tentativamente tomo a su hija recién nacida entre sus brazos.
-Princesa Alyssa, como uno de los Fundadores. —exhalo cuando la pequeña beba abrió los ojos, ellos eran de un brillante color violeta.
Su sangre Valyria, pensó. Pero por un momento, los ojos de la pequeña Alyssa parecieron brillar con reconocimiento, había una inteligencia allí, una que no había visto en ningún bebe.
Pero descarto esos pensamientos, y siguió acunándola un poco más antes de devolverla a los brazos de su madre.
-Me has hecho el hombre más feliz del mundo—le dijo mientras la besaba suavemente en los labios.
-Y tú la mujer más feliz del mundo.
El feliz momento de la pequeña familia se vio interrumpido cuando llego un sirviente, diciendo que se había llamado a reunión de consejo de emergencia.
-La isla de Puerto de Plata ha sido tomada—informo Tyon Black, el Asesor del Rey, con expresión sombría. -Un hombre, que se hace llamar Maelys Fuegoscuro ha tomado la isla, ha enviado una carta a todas las fortalezas en Albion y de seguro a las grande de casas de los Siete Reinos exigiendo que doblemos la rodilla ante él.
Marcus escucho las palabras de Tyon atentamente, manteniendo la calma.
-¿Qué sucedió con la Familia Stonegold? —pregunto el Maestro de Leyes, Jonothor Greystorm, un hombre joven, pero regio, sumamente severo con el cumplimiento de la ley en el reino.
-Recibí una carta de Isla Verde, al parecer el hijo menor de Harrion Stonegold logró escapar ileso, su familia es mantenida prisionera en Puerto de Plata. El chico está más que dispuesto en luchar contra los invasores.
-¡Maldita sea! ¡El que saquearan Tyrosh fue una clara advertencia a sus intenciones! No hicimos nada y ahora pagamos el precio.
Entonces, el rey alzo su mano, en un claro gesto para que guardaran silencio.
-Conozco el nombre de Maelys Fuegoscuro, es un Matasangre quien supuestamente mato a su hermano cuando aún estaba en el vientre de su madre, reafirmo dicho título cuando asesino a su primo, Daemon Fuegoscuro por el mando de la Compañía Dorada. –dijo, la voz de Marcus sonando como casi un susurro que todos en la sala de reuniones escucharon perfectamente. —Ahora, viene a mi reino, ¿invade nuestras tierras y exige que le doble la rodilla?
Hubo un momento de silencio.
-¿Qué hacemos, mi rey? —pregunto Tyon.
-¿La respuesta no es obvia? —dijo mientras se levantaba de su asiento. -¡Llama a los Estandartes! ¡Se atrevieron a invadirnos, los hare arder en el infierno!
-Malditos Targaryen, no pueden ni siquiera mantener su basura entre ellos. —murmuro Tyon mientras miraba el contingente de hombres frente el, todos con el blasón Fuegoscuro. Tyon permaneció al lado de su rey.
Maelys el Monstruoso, era un hombre enorme y sin duda se había ganado el apodo de monstruo con méritos. El heraldo exclamo:
-Estas en presencia de Maelys de la Casa Fuegoscuro, primero de su nombre, rey de los Andals, los Rhoynar y los Primeros hombres. El legítimo rey de los Siete Reinos. Gobernante de Albion.
-Estas en Presencia Marcus de la Casa Peverell, segundo con el nombre, rey de Albion, soberano de la Nueva Valyria y Guardián de las Tierras de Invierno.
Por un momento nadie dijo nada, hasta que Maelys hablo, con su voz ronca y profunda y desagradable.
-Doblad la rodilla ante mí y tendré misericordia. Niéguense, y morirán. —las palabras del pretendiente fuego oscuros fueron directas al punto, Marcus no se mostró impresionado.
-Has cometido un error al venir, Matasangre—dijo Marcus, su voz tan fría como las tierras del norte. —Tú mismo has sellado tu sentencia de muerte.
Maelys solo rio fuertemente, burlándose de sus palabras.
-Ustedes Peverell, siempre se han creído poderosos…son arrogantes, yo los aplastare. —dijo con una sonrisa desagradable en su horrible rostro. –Los quemare…
Al finalizar de hablar, se escuchó un poderoso rugido, alzando la vista, Marcus vio con incredulidad como un dragón descendía del cielo, cuando aterrizo la tierra tembló.
El dragón era enorme, la bestia rugió, Marcus observo la hilera de dientes afilados del dragón.
El reconoció ese dragón, había visto su ilustración en los libros de la Biblioteca de Lily en la capital, este dragón era Caníbal.
Otro rugido se escuchó, Marcus vio con alivio como su propio dragón, Silverwing, aterrizaba detrás de su propio contingente y le rugía de manera feroz al dragón salvaje, Caníbal.
Maelys se rio, completamente maniaco y Marcus supo que esta no sería una batalla tan fácil como lo había imaginado.
Aquella había sido una noche de tormenta, a lo largo y ancho del Mar Angosto los mares se agitaban desenfrenadamente por los vientos fuertes, el sonido de los truenos resonaba por toda la fortaleza de Bastión Peverell.
Alyssa espero pacientemente al lado de su padre, escuchando los gritos de su madre salir desde la habitación de partos.
Con tan solo 6 años, Alyssa era considerada una prodigio, vocalizo su primera palabras con tan solo seis lunas de nacida y dio sus primeros pasos antes de su primera onomástica, sorprendió a sus padres cuando descubrieron que podía leer cuando tenía dos años de edad, era inteligente, más que cualquier niño sin duda.
Pero había algo más, ellos no saben toda la verdad. Pensó Alyssa para sí misma.
-El viene. —murmuro Alyssa, su padre al parecer la escucho y la miro extrañado, saliendo un momento de su nerviosismo por el parto de su esposa. —El viene. —repitió
Un grito más fuerte que los anteriores vinieron desde el interior de la habitación y del llanto de un bebe acompañado con un fuerte sonido de un trueno.
-¡Un niño, mi rey! ¡La reina ha dado a…!
La partera no termino de hablar cuando el rey ingreso a la habitación, con su hija siguiéndolo muy de cerca. Surgió como un deja vu, allí estaba su esposa, luciendo exhausta pero satisfecha mientras en sus brazos acunaba un pequeño bulto.
-Mi amor…te presento a nuestro hijo.
Marcus exhalo al ver a su hijo, su esposa se lo tendió y él lo tomo entre sus brazos.
-Es tu turno de nombrarlo, mi amor—dijo su esposa y reina.
Así había sido el acuerdo, ella nombraba a sus hijas y el nombraría a sus hijos. Vio a su hijo más de cerca, los apenas visibles mechones de cabello oscuro. Sintió perder el aliento cuando su hijo abrió los ojos.
Uno del color de una esmeralda y el otro violeta.
Casi de inmediato el nombre llego a la punta de su lengua, noto un brillo de reconocimiento parpadear en los ojos de su hijo.
-Hadryon, su nombre será Hadryon Peverell.
Sin saberlo, Alyssa miraba con una sonrisa, con sus ojos brillantes por las lágrimas no derramadas.
-Por fin estas aquí, mi amor. Mi Hadryon. —Pensó con alegría.
En ese instante, un rugido que hizo estremecer las paredes de la habitación, se escuchó por toda la ciudad.
Una gran sombra cubrió el cielo de la ciudad, ante el poderoso rugido, entre el sonido de la tormenta, otros rugidos se escucharon en una clara bienvenida a su rey que volvía a casa.
Aerys II Targaryen leyó la carta entre sus manos.
-Así que Marcus Peverell ha tenido un hijo varón esta vez. —murmuro para sí mismo.
Aerys, al igual que el resto de su familia, habían guardado cierta amargura contra la casa Peverell, aunque en verdad Aerys los detestaba. ¿Y cómo iba a ser de otra manera, como no odiar a la familia que les había arrebatado su principal símbolo de poder y los había debilitado tanto?
Aerys los maldijo, quería que pagaran por sus ofensas, el solo hecho de que los Peverell aun existieran era humillante. Si ellos no le hubieran arrebatado sus dragones a la Casa Targaryen en la Danza, su abuelo no hubiera intentado traer de vuelta los dragones a su poder, la Tragedia de Refugio Estival no hubiera ocurrido y la mayor parte de su familia aun seguiría con vida.
Algún día, pensó, algún día pagaran por todo lo que nos han hecho y yo me reiré de ustedes.
Fin del capitulo
Albion está conformado por 9 islas.
La capital, Bastión Peverell—Sede principal de la Casa Peverell
Isla Verde—No tiene un señor, solo un Mayordomo que responde directamente al rey.
Isla Puerto de Plata. —Sede de la casa Stonegold.
Isla Piedranegra. —Sede de la Casa Black.
Las Torres del Rey—Sede de la Casa Strong
Ciudad de la Reina—Sede de Casa Velaryon de Albion.
Isla del Concilio—Sede de los Hijos del bosque de Albion
Guarida del Dragón—Como su nombre, allí habitan la mayoría de los dragones de la Casa Peverell, aunque con la reconstrucción de Valyria, solo unos pocos permanecen allí.
Y Puerto Hierro. —Lugar donde esta estacionado el ejército permanente del rey.
En el siguiente capítulo volvemos a la Danza de Dragones.
