Hola a todos y bienvenidos a esta nueva historia. Antes que nada, sé que muchos de ustedes deben de haber estado esperando un nuevo capítulo de Tierra de Sombras, y les aseguro que no me he olvidado de esa historia, es solo que quería dedicar un poco de tiempo a algo que hace mucho tenía en mente, pero que desafortunadamente no conseguía armar.

Espero que disfrutar este nuevo proyecto el cual tiene mucho de una serie de historias que me gustaron mucho escribir y sé que se acordaran de estas.

Sin más que decir. Comencemos.

Guardián

Capítulo 1 – Ciudad de ángeles y reyes

Aquella era un día de verano como cualquier otro en la ciudad de Great Lake City, el calor, si bien se hacía notar, no quemaba con tanta fuerza como para ahogar a quien lo tuviera encima. Sin embargo, eran pocas las personas que estaban afuera de casa, como lo era la familia Loud.

Los Loud habían dejado la ciudad de Royal Wood y se habían trasladado a aquella gran ciudad no porque estuvieran de vacaciones, sino porque desafortunadamente no les había quedado de otra. Todo ello a causa de los actos de una de sus integrantes.

Lisa, la genio de la familia, era una niña de solo cuatro años cuyo nombre se escuchaba en todos los círculos intelectuales tanto en el interior de su ciudad como en diversas partes del mundo. Tenía una gran cantidad de inventos en su haber y de descubrimientos que de una forma u otra estaban moldeando al mundo. Aquello hizo que muchos pusieran su vista en ella de la misma forma que se vigila el fuego de una cocina. El problema fue que un día quienes debían de vigilar que nada de lo que hiciera ella se saliera de control se fijaron en otro asunto el mismo día en que Lisa Loud decidió construir una máquina que regulara el clima.

Aquel invento que, según ella iba a traer un alivio a los problemas de climas extremos, haciendo que, para empezar, su ciudad tuviera un clima estable tanto en verano como en invierno. Al inicio funciono bien, pero con el pasar de los minutos la cosa se empezó a poner fea. La máquina empezó a cambiar el clima de la ciudad haciendo que aparecieran nubes grises en el cielo que primero lanzaron lluvia, luego granizo de mayor tamaño y por último, rayos. La gente empezó a correr desesperada en busca de refugio, mientras que aquella tormenta destruía cuanta cosa pudiera.

Mientras eso pasaba, Lisa intentaba parar su máquina con ayuda de su familia, pero solo consiguieron que a la tormenta más grande de la historia se le sumaran tornados que empezaron a devastar la ciudad, levantando autos, árboles, partes de edificaciones y todo lo que no estuviera clavado al piso. Al ver ese caos, los Loud pasaron de intentar apagar a intentar destruirla, golpeándola con un martillo, un bate de baseball, una guitarra, e incluso con piedras y un pico. Pero nada lo lograba.

Si no murió nadie, es porque la ciudad contaba con su propio grupo de héroes conocidos como Los Vengadores Unidos, quienes salvaban gente y la llevaban a lugares seguros, ayudaban a los heridos, eliminaban los tornados y todo lo que cayera del cielo. Fueron ellos los que destruyeron toda esa hecatombe, que destruyeron la máquina del clima y pararon todo aquello.

El hecho de que Lisa tuviera solamente cuatro años fue lo único que evito que Los Vengadores la entregaran a la justicia o incluso que anunciaran que ella había sido la responsable de todo. Siendo su castigo el que se le cerrara las puertas al mundo de la ciencia hasta que cumpliera dieciocho, cosa que a ella ya le daba igual, pues el ver el daño que había ocasionado hizo que casi renunciara a todo. Sus hermanos le dijeron que no se preocupara, que aquello no había sido con intenciones de causar daño, que arreglarían las cosas y todo quedaría como una historia más que se cuentan en las reuniones. Desafortunadamente no fue así.

La ciudad quedó tan dañada, que sus servicios básicos quedaron interrumpidos y ya no era factible vivir en ella, pues tomaría mucho tiempo el reconstruirla. Entre los edificios afectados estaba la casa Loud, que había sufrido un daño mucho mayor a de las otras casas, debido al hecho de que ya de por sí estaba bastante maltratada y no se le había dado mucha atención a las reparaciones. Así que no les quedo más opción a los Loud, al igual que a los demás habitantes de Royal Wood, que la de mudarse.

Aquello fue un golpe, ese había sido su hogar durante años y el abandonarlo significaba un gran dolor para todos. Pero en medio de ese problema, surgió una oportunidad que emociono a Lincoln y a Lori.

Ambos propusieron la ciudad de Great Lake City como lugar de mudanza, la ciudad ya la conocían, pues meses antes ahí se habían mudado Bobby, el novio de Lori, y su hermana menor Ronnie Anne, la mejor amiga de Lincoln. A los cuales visitaban con frecuencia y, por lo tanto, ese lugar no era desconocido para ellos.

El solo mencionar esa ciudad fue algo que hizo dudar a sus padres y hermanas cuando lanzaron su propuesta. Agregando el hecho de que todos sabían que el costo de vida era mucho más alto ahí que en Royal Wood. Pero Lori y Lincoln lograron convencerlos mostrando el abanico de posibilidades que tendrían todos. Todo lo que a ellos les gustaba hacer estaba en esa ciudad, pero multiplicado por cinco. Eso no solo hizo que tomaran esa decisión, sino que les contaran a todo el mundo de aquella ciudad y de lo buena que era, y poco a poco muchos de sus vecinos y amigos se empezaron a mudar hacia Great Lake City, lo cual hizo que la mudanza fuera más llevadera.

Ese día la mayoría de los miembros de la familia Loud estaban en casa. Uno de ellos era Lincoln, quien se encontraba en su habitación, esta vez una de verdad y no un armario al cual le entraba una cama. Su cuarto, si bien era del mismo tamaño que el de todos los demás y no era muy distinto al que tenían sus hermanas cuando vivían en Royal Wood, se sentía para el peliblanco como si estuviera en una habitación de hotel de cinco estrellas.

Esa mañana, este se encontraba leyendo uno de sus tantos comics mientras estaba echado en su cama. Estaba tan concentrado leyendo que casi le dio un infarto cuando el timbre de su casa sonó y lo regreso a la realidad.

—¡Qué alguien abra la puerta! —grito Lynn.

—Yo me encargo —dijo Lincoln recuperando la compostura.

Lincoln salió de su habitación y empezó a pasar por los pasillos y escaleras de lo que ahora era su hogar. Este era muy distinto a su antiguo hogar, siendo un edificio de tres pisos más un ático y un sótano que funcionaba de lavandería, estaba hecho de ladrillo y contaba con un patio trasero, pero no uno delantero, sin embargo, este era más amplo que el que tenía su antigua casa. En el primer piso funcionaba la sala, el comedor, la cocina y un baño de visitas. En el segundo piso estaban las habitaciones de los señores Loud, la de Lori y Leni, la de Luna y Luan, la de Lynn y Lucy, y un baño completo. En el tercer piso estaban los cuartos de Lincoln, el de Lana y Lola, el de Lisa y Lily, el de sus abuelos Albert y Myrtle, y otro baño completo.

La casa les había costado un ojo de la cara o mejor dicho el dinero que Lynn Sr. había estado juntando para comprar un local donde hacer su propio restaurante. Pero dada la situación, no le quedo de otra que comprar esa casa que por suerte estaba en un buen sitio y que no estaba muy lejos de la estación del metro, del parque y de un supermercado. Además de que estaba a buena distancia de donde vivían sus amigos Bobby y Ronnie Anne Santiago.

—¿Vas a algún lado, Lincoln? —dijo Myrtle mientras barría el piso de la sala.

—Hola abuela. Iré con unos amigos al parque —respondió.

—Bueno, cuídense y diviértanse mucho.

—Gracias. Lo haremos.

Sus abuelos vivían junto con ellos desde la mudanza, al sobrarles un cuarto a los Loud, Rita decidió que era una buena idea el traer a su padre y a su esposa junto con ellos. Aquello soluciono una disputa entre los hermanos quienes por poco y luchan entre ellos con el fin de buscarle un uso propio a aquel espacio.

Lincoln abrió la puerta y se encontró con Clyde.

—Hola Lincoln. ¿Listo para el día de hoy?

—Por supuesto —dijo mientras subía a la bicicleta doble de su mejor amigo.

Los dos avanzaron por las calles un buen rato, hasta que se encontraron con sus amigos Liam, Rusty, Zack y Stella, quienes los esperaban en la puerta de la casa de esta ultima.

—Hola chicos. ¿Esperaron mucho? —pregunto Lincoln.

—Para nada, llegan gusto a tiempo —dijo Stella.

—En ese caso es hora de ponernos en marcha.

Los seis avanzaron en bicicleta por las calles de esa gran ciudad. Mientras avanzaban, Lincoln sonreía al ver que sus mejores amigos estaban junto con él, no podía imaginar iniciar una nueva vida junto con ellos sin importarle si ahí lo estuviera esperando Ronnie Anne y aquellos chicos a los que ella había conocido. Pero también disfrutaba del hecho de recorrer aquella ciudad que lo seguía maravillando día a día.

Great Lake City era mucho más grande que Royal Wood, con edificios altos, negocios de todo tipo y un transporte mucho más complejo, el cual incluía un sistema de trenes subterráneos. El único problema era el de la seguridad, pues mientras Royal Wood era seguro y sus crímenes no pasaban de no devolver libros a la biblioteca o tirar basura en la calle, Great Lake City era mucho más peligrosa y sus crímenes eran los que uno vería con normalidad en la sección policial.

Si bien la infraestructura era algo que diferenciaba por mucho a las ciudades, lo que las acercaba era que ambas tenían un grupo de héroes que vivían en ella. Mientras Royal Wood era la ciudad de Los Vengadores Unidos, Great Lake City era la ciudad de Los Caballeros Templarios. Detalle que había causado cierta rivalidad amistosa entre ambas ciudades desde el 2014, siempre debatiendo cuál era mejor grupo que el otro. Incluso ahora que ya no existía Royal Wood como tal, sus habitantes se habían agrupado en la parte este de la ciudad, lugar en donde se encontraba la Torre Resilient, base de Los Vengadores Unidos. Mientras que en el oeste, estaba el Nuevo Krac de los Caballeros Templarios, un palacio que servía como base para aquel grupo, y aquella área era hacia donde se dirigían.

—¡Hola a todos! —dijo un coro de seis personas.

—Ronnie Anne, me alegro de verte —dijo Lincoln.

—Y a nosotros nos alegra verlos a ustedes —dijo Syd.

—Igualmente querida amiga —dijo Rusty.

Ambos grupos se saludaron uno al otro, juntándose y empezando a hablar unos con otros. Aquel era el grupo de amigos de Ronnie Anne, el cual constaba de Syd, Nikki, Sammer, Casey y Laird. Estos, a diferencia del grupo de Lincoln, iban todos en patinetas.

Ambos grupos eran amigos desde hacía poco, pero fue gracias a Lincoln y Ronnie Anne que empezaron a llevarse bien. No fue difícil conseguirlo, ya que a ambos les gustaba molestar a ellos dos diciéndoles que serían novios y que estarían tal como habían visto a los hermanos de ambos. Cosa que molestaba a ambos, pero que en cierta forma y en secreto los alegraba.

Luego de un rato charla y de ponerse al día con algunas cosas, el grupo partió hacia el parque. Ahí se divirtieron jugando diferentes juegos, siendo la mayoría de ellos juegos en los que un equipo se enfrentaba a otro, en los cuales se combinaban a los integrantes de los dos distintos grupos. Esto como una forma que tenían Lincoln y Ronnie Anne para fomentar la integración. Tras tres horas de juego y de comer helados y cuanta cosa se vendía en el parque, el grupo decidió que era buena idea irse a comer algo que realmente contara como comida.

—Oigan. ¿Les parece bien si vamos a almorzar a algún lado? —pregunto Ronnie Anne.

—Suena bien —dijo Liam— tanto deporte me dejo hambriento.

—Igual a mí —dijo Laird— creo que debí desayunar un poco más.

—Creo que ya se adonde quieren ir —dijo Stella.

—Sí. Se refieren a ello —dijo Nikki.

El lugar al que fueron era La Mesa Familiar. Restaurante creado en conjunto por Lynn Sr. y Rosa Casagrande, abuela de Ronnie Anne. Aquel restaurante había surgido prácticamente de casualidad, todo gracias a una reunión idea por Lori y Bobby para juntar a sus dos familias.

En dicha reunión, la cual se dio en el hogar de los Casagrande, tanto Lynn como Rosa habían preparado sus mejores comidas con el fin de mostrar una superioridad sobre el otro, cosa para la cual empezaron a darles de comer a su familia todo ese banquete que habían preparado al punto en que ya no sé sabía si lo que buscaban era probar destreza culinaria o hacer explotar a todos los presentes.

Sus familias tuvieron que pedir que por favor pararan de darles de comer antes de que su duelo llegara a la parte de los postres, diciéndoles que ambos tenían grandes talentos para la comida y que seguramente cada uno tenía algo que aprender del otro. Eso hizo que no solo se detuviera el conflicto, sino que empezaran a hablar de recetas y platos, cosa que fue aprovechado por todos los demás para salir poco a poco del lugar y evitar que les vuelvan a dar de comer a la fuerza. Luego de estar dos horas haciendo un tour por la ciudad, tanto los Loud como los Casagrande volvieron y se sorprendieron de ver a ambos escribiendo ideas para el menú de lo que sería su restaurante.

Luego de un rato, el grupo llego y entro al restaurante. Al entrar se encontraron de inmediato con el padre de Lincoln, el cual estaba hablando con algunos clientes.

—Hola chicos. Espero que hayan venido con hambre —dijo Lynn Sr.

—Hola papá —dijo Lincoln.

—Hola señor Loud —saludaron todos.

—Espero que esté disponible nuestra mesa de siempre —dijo Lincoln.

—Por supuesto. Completamente limpia y lista para que puedan pedir lo que gusten.

Casi todos avanzaron hacia su mesa o hacia el baño. Solamente se quedaron Lincoln y Ronnie Anne en la entrada.

—Muchas gracias por todo. Por cierto, ¿cómo está…? —quiso preguntar Ronnie Anne cuando su abuela salió de la cocina y la abrazo con fuerza.

—¡Mi niña! Me alegra que vinieras el día de hoy, y que trajeras a tu novio y a todos tus amigos.

—¡No somos novios! —respondieron Lincoln y Ronnie Anne, causando varias risas entre los presentes.

Las risas se interrumpieron cuando de pronto la puerta se abrió y entro una joven de cabello largo castaño, vestida con un polo rosado, un short blanco y que tenía dos alas de ángel saliéndole de la espalda. Las cuales poco a poco se fueron reduciendo hasta que desaparecieron en su espalda. Todos los comensales y algunos miembros del personal de servicio se quedaron mirándola un rato para ver si se trataba de alguien conocido, pero al no tener ni idea de quién era volvieron a lo suyo.

—¡Nataly! Que bueno verte por aquí —dijo Lynn Sr.

Nataly Wind era una de las mejores amigas de Lori desde que la primera llegara a Royal Wood poco antes del colapso de la misma. La mayor de las Loud fue la primera persona en acercarse a ella y en darle la bienvenida a la escuela. Con el tiempo se empezaron a llevar bien, lo que le dio la confianza a Nataly de revelarle que esta era una alada, es decir, un individuo al cual le podían crecer alas de la espalda. En su caso, esta era un ángel, lo que significaba que tenía alas para volar, pero no tenía poderes para acompañarlas.

Nataly en ese entonces estaba confundida en cuanto a lo que tener esos poderes se refería, pero gracias a Lori, esta aprendió a aceptarlas y a reconocer que estas eran parte de ella. Luego de esto, Nataly le regreso el favor salvando a Lily de un pequeño incendio que afecto la casa Loud.

—Igualmente señor Loud. Gusto en verte, Lincoln.

—De igual manera —dijo Lincoln.

—Espero que tú también tengas hambre. Los Templarios comen gratis —dijo Lynn Sr. ganándose un golpe de Rosa con un cucharón de madera.

—¡Aquí nadie come gratis, así sea familiar, templario, vengador o uno de Los Héroes de la Calle! – dijo Rosa criticando duramente la oferta.

—Descuiden, no vengo a comer. Solo vine a ver a Lori —dijo Nataly poniendo calma.

—Lo siento. Pero Lori no ha venido hoy, dijo que iría a entrenar para un torneo, algo raro, ya que creí que ya lo había hecho.

—Lori… Una lástima que ya no trabaje junto con mi Roberto en La Bodega. Me encantaba verlos trabajando juntos —dijo Rosa.

—Qué raro. ¿Qué le habrá pasado? —pregunto Ronnie Anne.

—Tendrá sus motivos —dijo Nataly en un tono de voz distinto— bueno, si me disculpan iré a buscarla a otra parte. Nos vemos.

Salió del lugar extendiendo sus alas e inicio su vuelo siendo observada por los cuatro.

—Nunca me acostumbraré a verlos —dijo Ronnie Anne.

—Yo tampoco —dijo Lincoln.

Luego de aquella charla, los dos se unieron al resto de sus amigos y almorzaron una gran cantidad de platos diferentes gracias al bajo costo de su menú. Aquella era una ventaja de ese lugar, cosa que le daba una gran cantidad de clientes y que pese al poco tiempo que llevaba funcionando, una fama que se extendía con mucha rapidez.

Tras terminar toda esa comida e incluso pedir postre, el grupo se despidió y volvió a la calle a una velocidad más lenta de la que tenían al inicio. Mientras regresaban, tanto Lincoln como Ronnie Anne se daban una que otra mirada sin que sus amigos se dieran cuenta a lo cual les agregaban una sonrisa de tanto en tanto.

Cuando cada quien se fue a su casa, Lincoln volvió a su habitación y se quedó echado en su cama mientras escuchaba música en su celular hasta quedarse dormido. Permaneció así hasta que sonó la alarma de su teléfono indicando que era hora de aquello que tenía planeado. Abrió su laptop y comenzó una videollamada con Ronnie Anne.

—Hola Lincoln.

—Hola Ronnie Anne.

—Qué gran día el de hoy.

—Sí. La verdad es que fue una buena idea el juntar a los dos grupos para integrarlos. Así no tenemos que preocuparnos por estar con uno o con otro.

Al principio de todo ese proceso, solo Lincoln estaba en aquella ciudad a la espera de sus otros amigos. El primero en llegar fue Clyde quien junto a sus padres se enamoraron de inmediato de la ciudad, más concretamente de todas las tiendas de antigüedades y de los museos de historia que mostraban una gran variedad de piezas históricas. A los dos y no les fue difícil integrarse al grupo de amigos de Ronnie Anne. El problema fue que poco a poco iban llegando sus amigos.

Primero lo hizo Liam, quien tuvo que construir una granja desde cero y pasar por un infierno burocrático lleno de papeleo para poder comprar el terreno y que le dejaran tener animales, convirtiéndose así en la única granja de aquella ciudad.

El segundo fue Rusty, quien si bien no tuvo tanto problema al conseguir un local en donde vender la ropa que elaboraba junto a su padre, sí tuvo el problema de tener que ganarse a una clientela que ya tenía donde comprar su ropa, por lo que sus ventas eran apenas un 40% de lo que eran en Royal Wood.

El tercero fue Zack, cuya familia se cambió de apellido alegando que no era buena idea tener el mismo apellido que tenían en Royal Wood, ya que tanto Templarios como Vengadores estaban al tanto de las investigaciones que estos hacían de ellos. Estos por su parte pusieron una lavandería cuyo servicio era decente, el problema es que lo usaban como fachada para "investigar" las distintas conspiraciones en las que ellos creían.

La última fue Stella, quien prácticamente llego de milagro, pues su familia estuvo a poco de mudarse a Connecticut. Lo único que evito que esto ocurriera, fue el hecho de que Lincoln le pasara los mismos argumentos que usaron él y Lori con sus padres, a los cuales Stella agrego el de que permanecer con un grupo de amigos sólido la ayudaría a desarrollarse como persona.

Cuando todos sus amigos se encontraron plenamente asentados, Lincoln y Clyde tuvieron el problema de que si bien adoraban encontrarse con sus amigos de siempre, habían desarrollado una gran cercanía por aquellos chicos. Al inicio intentaron equilibrar las cosas, pero vieron que les era imposible hacerlo a menos que se partieran en dos. Eso llevo a que Lincoln pensara en la idea de formar un solo grupo, ya que, al fin y al cabo, ahora vivían en una sola ciudad.

—Es cierto. Lo único malo es que no hay un tiempo en ese plan para nosotros.

Desde que habían llegado, la relación de ambos se había fortalecido y se habían hecho mucho más unidos, el problema era que en ese tiempo, con los amigos, no había tiempo para que ellos dos estuvieran solos. Sin embargo, sí había momentos a lo largo de la semana para que pudieran estar juntos, siempre diciendo que aquello eran únicamente encuentros de amigos, cosa que no se lo creía nadie ni de su familia ni de sus amigos.

—Lo sé. Pero todavía tenemos mucho tiempo para nosotros solos. Aunque me gustaría que mis hermanas no lo tomaran como salidas de novios.

—Yo igual. Aunque supongo que se irán acostumbrando con el tiempo. Además, no estamos como para pensar en esas cosas aún.

—Tienes razón. Además luego de lo de Paige no quiero pensar en romance y esas cosas.

—¿Sigues pensando en ella? —pregunto Ronnie Anne.

—No. Es solo que nunca llegue a declararme a una chica antes —respondió Lincoln.

—Pues espero que te sirva de lección. No puedes querer ser novio de una chica que solo te felicito por ganar en un videojuego.

—Un favor. No me lo recuerdes —dijo apenado.

—Está bien. Por cierto, ¿has pensado en sumarte a ese curso de espadas? Escuche que el maestro es bastante bueno.

—Lo es, descubrir que es uno de los amigos de Lori.

—Esa es una razón para llevarlo juntos.

—Déjame pensarlo un día más y te respondo.

—Está bien Lincoln. Bueno, tengo que ir a cenar. Nos vemos.

—Cuídate, nos vemos.

Al rato, Lincoln fue llamado para cenar. Bajo las escaleras y se sentó en el comedor donde toda su familia estaba presente. Al verla, se puso a pensar en cuanto había cambiado la vida de su familia desde que salió de Royal Wood, ya que la vida de la familia Loud estuvo ligada a aquella ciudad muchos aspectos. Principalmente, sus hermanas, quienes dejaron una huella en aquella ciudad de una forma u otra. Pero que al encontrarse ahora en una nueva ciudad, se veían obligadas a luchar en una guerra móvil de continuos avances y retrocesos.

Para empezar, Lori, quien ahora tenía dieciocho años, había pasado de ser la mejor golfista de la ciudad a tener que enfrentarse a una competencia distinta. Una competencia para la cual sus habilidades de siempre no alcanzaban y la obligaban a practicar con el doble de intensidad.

Por otra parte, está al inicio estaba feliz de mudarse a Great Lake City y una vez hecho esto incluso llego a trabajar junto a su novio Bobby en La Bodega, pero un día esta dejo de ir a ese sitio y prefirió ir donde su padre para ayudarlo como administradora.

Lincoln, al verla, se dio cuenta de que su energía era distinta, parecía como si estuviera apagada y con pocas ganas de siquiera comer.

Leni, por su parte, estaba en una mejor posición. Su gusto por la moda la había ayudado tanto en Royal Wood como en Great Lake City, haciendo que consiguiera trabajo con facilidad en una pequeña tienda de saldo, lugar en el que la ropa que se vendía no era considerada acta para ser vendida en una tienda normal de ropa debido a tener alguna imperfección. En aquel lugar, esta se encargaba de transformar aquellas prendas, haciendo uso de su talento como modista, el único problema de ello era que a veces lo que hacía gustaba a la gente y otras veces tenía que cambiar trabajos que a ella le gustaban para que el público los comprase.

Luna seguía siendo tan amante del rock como siempre, pero el pasar a una ciudad más grande hizo que la competencia se volviera mucho más dura. Los lugares donde ella quería tocar junto con su banda ya estaban prácticamente llenos en cuanto al calendario de artistas se refería. Otro problema que ella tenía, era que no todas las personas con las que les tocaba compartir escenario eran tan sanas como las de Royal Wood, por lo que se había encontrado con gente metida en el alcohol y las drogas.

Luan era un caso interesante, ella había tenido suerte en cuanto a hacer shows de comedia, se refería. No solo encontraba lugar donde presentarse, sino que en cada una de sus presentaciones alegraba tanto a la gente, que el público poco a poco hizo correr su nombre. La parte mala, por su parte, era que no podía realizar su negocio de cumpleaños de la forma en que siempre lo había hecho, porque a diferencia de Royal Wood, la gente vivía en lugares que no siempre contaban con suficiente espacio para realizar todos sus actos, por lo cual tenía que estar más limitada y eso le bajaba calidad a su negocio.

Lynn, quien era la mejor deportista de Royal Wood, ahora no tenía equipos en los cuales participar debido a que la lista de ingresantes estaba completa hasta que la vuelvan a abrir. Dado que no podía entrar a los deportes por equipos, empezó a participar en aquellos en los que se podía desenvolver de forma individual, siendo el karate y el boxeo los primeros en los que entro, teniendo que enfrentar a una competencia más dura de la que ya estaba acostumbrada. Sin embargo, eso era lo que más la motivaba a seguir luchando.

Lucy era lo contrario a sus hermanas, ella al tener de gustos la escritura, la lectura y el ocultismo no se vio muy afectada, por el contrario. Mudarse de ciudad le abrió muchas posibilidades, ya que pudo conocer a más gente que compartía sus gustos y poder aprender mucho de ellos. Incluso había encontrado un par de revistas un tanto de perfil bajo en los que pudo publicar sus poemas.

Del resto de sus hermanas no hubo muchos cambio, solamente el de Lana fue el más notorio, ya que esta se volvió una asidua visitante del zoológico y tal era su animo que se gano la atención de la madre de Syd y la amistad de su hermana Adelaide, al compartir su amor por los animales.

Lola por otra parte, solo tuvo una competencia más complicada en sus concursos de belleza, pero la presión y la competencia eran cosas a las que ellas ya estaban acostumbradas.

Lisa era un caso distinto tras la destrucción de Royal Wood, por lo que ya no tenia ganas de inventar nada y únicamente se dedicaba a leer o a resolver ecuaciones matemáticas complejas. Y Lily seguía siendo una bebé que disfrutaba pintar con los dedos.

En cuanto a Lincoln, este no sentía ningún cambio en su vida más allá de vivir en otro lugar y tener nuevos amigos. De hecho, sentía que para él las cosas eran las mismas e incluso eran mucho mejores. Claro que entendía por lo que sus hermanas estaban pasando y les daba una mano cada que estas lo necesitaban, incluso podía jurar que la cantidad de ayuda que ofrecía se había multiplicado. Pero a eso a Lincoln no le importaba, disfrutaba de ayudarlas en lo que sea que necesitaran.

Tras ver a sus hermanas y pensar en la situación de cada una de ellas, Lincoln paso a mirar su plato y a comer de este, hasta que de pronto los celulares de este y de su padre empezaron a sonar. Al verlos, vieron que se trataba de Rosa y de Ronnie Anne, les contestaron de inmediato y de aquellos aparatos salieron una serie de gritos alarmados.

-¡Tenemos una emergencia! ¡Necesitamos que vengan de inmediato! -gritaron ambas.

Los gritos hicieron que toda la familia se subiera a la van y manejaran hacia el edificio de los Casagrande. Mientras avanzaban a toda prisa, el sonido de las alarmas de lo que era una ambulancia y un camión de bomberos llamo su atención y genero un mayor pánico al verlos ir hacia el lugar al que ellos iban.

Llegaron pocos después que estos y al bajar del vehículo pudieron ver una escena desgarradora. Frente a ellos estaba el patriarca de esa familia, Héctor Casagrande, llorando arrodillado en el suelo, mientras que su esposa y su hija María intentaban hacer algo por él. Mientras estas ayudaban al anciano, Bobby, Carlota, C.J. y Ronnie Anne cargaban baldes de agua junto con todos sus vecinos para intentar apagar aquella tienda, conocida como La Bodega, que ahora ardía en llamas.

Y este, queridos lectores, ha sido el primer capítulo de esta nueva historia. En este primer capítulo hemos podido ver como la están pasando los Loud en su nueva ciudad, el regreso de Nataly, aquella ángel que apareció en Alas al vuelo, así como este golpe que los Casagrande han sufrido, golpe del cual sabremos más en el próximo capítulo.

Por cierto, debo decirles que no pensé en que esta terminaría siendo una historia de varios capítulos, pero mientras escribía vi que no iba a poder ser un one-shot. Espero les haya gustado y les aseguro que cada capítulo que siga será tan disfrutable como los otros.

Nos vemos.