Convenio de Noviazgo.

Intentando huir de sus realidades, quedaron atrapados en un romance mediante un acuerdo.

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Convenio de Noviazgo.

Sinopsis.

La empresa familiar Kinomoto está a nada de caer en quiebra, y para salvarla, Sakura, hija menor del dueño de la compañía, decide hacer un préstamo a la empresa de la familia Li, cuya sucursal está en Japón, dirigida por el hijo menor de los Li. No obstante, el joven presidente de la compañía, le hace una propuesta a Sakura a cambio de salvar la empresa. Sintiendo que no tiene otra opción, Sakura acepta y firma un convenio de noviazgo con Shaoran Li, sólo para no perder su casa ni la empresa de su familia. El trato es estrictamente de negocios, pero con el avance del tiempo, ambos se verán envueltos en un romance que no esperaron vivir.

P.N: Los personajes de Card Captor Sakura no me pertenecen. Sólo los he añadido para protagonizar esta historia que es de mi invención. Sus derechos están reservados por sus respectivos creadores: el grupo CLAMP.

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Hola a todos mis estimados lectores, ¿cómo han estado? :)

Finalmente les traigo el quinto capítulo de esta historia. Me tardé muchísimo, no lo niego, y no quiero excusarme, sin embargo, debo admitir que estuvo difícil para mí decidir su conclusión. No es muy largo, ya que es una conexión con la escena que quiero crear a futuro. Sólo espero les agrade cómo va desarrollándose.

Sin más entretenciones, los dejo leer.

Disfruten la lectura. :)

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05. Prueba de interés.

La distancia entre los castaños continuaba, causándole mucha frustración a Shaoran, quien no dejaba de pensar en lo ocurrido días atrás. Por esta razón, decidió tomarse el día, y no ir a la oficina. No conseguía nada yendo allí e incumplir sus deberes como le correspondía. Era preferible quedarse en su casa para ver si así lograba despejarse, algo que no había logrado hasta ese momento. Ya era pasado el mediodía de viernes, y el baile se llevaría a cabo la noche del siguiente día. Soltó un suspiro, observando desde la cama el cielo azul a través de la ventana de su dormitorio. Toda esta situación fue provocada por su desatino, si podía llamarlo de esa forma, pues era consciente que Sakura estaba con él sólo por el acuerdo que tenían. Pensar en la posibilidad de ser amigos fue un error de su parte, pues de a poco, cruzaba la línea entre amigos, y se estaba rindiendo a la calidez de una dulce mujer como lo era Sakura.

—Si hubiera sabido sobre esto, no le habría propuesto esta tontería —se dijo.

No obstante, por mucho que se reprochara a sí mismo todo ese asunto, sabía que su orgullo podía ser mayor. ¿Por qué lo planteaba de ese modo? Quizás fuese porque no quería que su madre siguiera presionándolo, y debía admitir que el acoso de su prima era deprimente.

—Todo esto sucedió por andar desesperado y querer huir de los problemas que me persiguen —razonó —Me he atraído un mayor dilema del que tuviera antes.

Aunque, si bien lo pensaba, el tiempo que compartió con Sakura fue muy agradable, lo suficiente como para aceptar que lo atesoraba. Tal vez su situación con la castaña fuese algo complicada y desfavorable, sin embargo, todo era real para él, aún cuando estuvieran en un noviazgo acordado. Probablemente, muy en el fondo, quería conocer aquello que sólo exteriorizó en Hong Kong delante de su madre, cuando la misma le habló sobre su deber de casarse. Consideraba una oportunidad perfecta para enamorarse, a pesar de reprimir la idea, pues Sakura, lejos de ser una fulana con status o una mujer ambiciosa que deseaba lujos, más bien, demostró ser digna de su atención.

—Sakura... —murmuró al traer a su mente tales pensamientos, cubriendo sus ojos con su brazo derecho —Me gustaría saber si estará bien involucrarme contigo hasta ese nivel, y si estarías dispuesta a vivirlo conmigo.

No lo sabía, tampoco se sentía seguro de quererlo así. No obstante, si realmente debía ser de ese modo, estaba dispuesto a luchar con todas sus fuerzas, y alcanzar la meta que sólo había idealizado tiempo atrás.

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Tomoyo se veía muy emocionada, dando vueltas alrededor de Sakura. Llevaban más de mediodía trabajando arduamente en el taller que se encontraba detrás de la boutique. La castaña se había probado infinidad de vestidos durante las últimas horas, mientras la amatista, quien cada que terminaba de acomodarle la ropa, la había fotografiado con cuanto vestuario tenía cerca. Estaba muy feliz de que Sakura estuviera allí, posando para cada fotografía, sin muestra alguna de fatiga. Aunque, claro estaba que la castaña jamás haría algo que hiciera sentir mal a Tomoyo. Todo lo contrario, la felicidad de la amatista era contagiosa, y ante esto, ella sólo se dedicaba a dejar de lado su agobio, para darle paso a una sincera sonrisa. Sin embargo, a pesar de distraerse con su trabajo, Sakura seguía perturbada por lo ocurrido días atrás con Shaoran Li. No lograba apartarlo de su mente ni un instante, al igual que el beso que compartieron. Todavía no entendía lo que experimentó en aquel momento, ni lo que sentía en ese instante. Era frustrante.

—Creo que por hoy, terminamos —anunció Tomoyo, sacándola de sus cavilaciones —Lo hiciste genial, Sakura —añadió, complacida

—Te lo agradezco —dijo la castaña

—Llévate el vestido verde —sugirió la amatista —Resaltará el color de tus ojos, y con tu cabello recogido, lucirás deslumbrante

—¿Tú crees? —preguntó con duda

—Por supuesto —asintió —además, tiene un escote discreto, y es algo vaporoso, ideal para un baile

—Ya veo —Sakura fue en busca del mencionado vestido —¿Asistirás a ese baile, Tomoyo?

—Claro —respondió sonriendo —Además de Li, Eriol también es uno de los invitados principales para ese evento, y nosotras, sus novias, debemos acompañarlos con todo esplendor

—Entiendo —asintió, dudando antes de preguntar —¿Qué vestido usarás tú?

—No lo he decidido todavía —contestó Tomoyo con semblante pensativo

—¿Qué te parece el azul índigo? —le mostró uno que tenía un escote sencillo, con encaje que cubría los hombros, vaporoso también, aunque ceñido a la altura del busto —Resaltará el color de tu piel

—Tienes razón, Sakura —la amatista sostuvo el vestido —Es bellísimo —añadió, luego sonrió un poco, con una idea en mente, mirando a la castaña —¿Qué te parece si vienes a mi casa mañana en la tarde para prepararnos?

—¿Segura? —preguntó sorprendida —Mañana trabajamos hasta el mediodía

—Claro, y nos iremos juntas a mi casa después de cerrar la boutique

—Bueno... —Sakura lo pensó detenidamente —Sí, creo que estará bien

—¡Perfecto! —exclamó emocionada —Le diré a Eriol, y así él le avisará a Li, para que vayan a recogernos.

Tomoyo sonreía feliz, mientras seguía hablando sin parar sobre detalles que Sakura no alcanzó a escuchar porque la sola mención de Shaoran, la volvió a sumergir en su mar de divagaciones. Un llamado en la puerta, y esta fue abierta por una de las trabajadoras de la boutique interrumpiendo el monólogo de la amatista y las meditaciones de la castaña.

—Disculpe la intrusión, lady Daidouji, pero aquí está un joven que viene a retirar su encargo —anunció

—Oh, enseguida salgo —dijo dejando el vestido sobre su escritorio, y dispuesta a irse —Sakura, tu horario ha concluido, así que ya puedes retirarte cuando gustes

—Gracias, Tomoyo —le sonrió, recogiendo sus pertenencias y acompañándola después.

Salieron al salón de la boutique, despidiéndose en el pasillo, entre los percheros de ropa. Sakura se dispuso a marcharse, caminando hacia la salida, cuando se percató que un joven de lentes, a quien reconoció como el amigo de su hermano y de la familia, estaba esperando de pie en el recibidor. Primeramente, se sorprendió un poco, pero luego, su sonrisa no se hizo esperar. Se acercó feliz a saludarlo, pues su aprecio por él era el mismo que al de todo familiar suyo.

—¡Yukito! ¡Qué sorpresa! —exclamó, llamando su atención, el joven sonrió nada más reconocer a la castaña

—Hola, Sakura, ¿cómo has estado?

—Pues cuando mi hermano no me molesta, siempre estoy bien —dijo con una risita

—Sí, ya lo creo —acompañó a la risa de la castaña —Por cierto, me sorprendió encontrarte aquí

—Bueno... es mi lugar de trabajo

—¿Trabajas aquí? —preguntó, sorprendido el de lentes —Yo pensé que trabajabas en la compañía de tu padre

—Es... una larga historia —sonrió nerviosamente —pero resumiendo todo, tuve que renunciar debido a un acuerdo entre la empresa de los Kinomoto con la Compañía Tecnológica Li

—¡Vaya! —exclamó con asombro —Touya no me contó nada de esto

—Quizás sea porque todavía no está muy al tanto de todo, ni siquiera del acuerdo que hice con el presidente de la compañía Li —respondió Sakura, exponiendo un semblante muy serio

—¿Estás bien? ¿Sucedió algo? —cuestionó, preocupado

—Es complicado de contar con pocas palabras, Yukito —respondió ella

—En ese caso, soy todo oídos —expresó comprensivamente —Déjame retirar lo que encargué el otro día, y podemos ir a conversar a algún sitio, ¿estás de acuerdo?

La castaña simplemente asintió, viendo al de lentes dirigirse hacia Tomoyo, quien traía un paquete en las manos al final del pasillo de percheros. La amatista sonreía con amabilidad, aunque lógicamente, se moría de curiosidad por saber de quién se trataba el joven conocido de Sakura. En un momento, Sakura abandonó la tienda, acompañada de Yukito, dejando a Tomoyo con la intriga. Bueno, ya se enteraría luego quién era aquel apuesto joven. Por lo pronto, regresó a sus deberes en la boutique.

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Después de tantas horas encerrado, Shaoran decidió salir de su departamento, y pasear por la ciudad. Se había mantenido encerrado casi todo ese día, tratando de encontrar respuestas que lógicamente, aún eran desconocidas para él. Como no podía resolver sus problemas emocionales, prefirió entonces dejar su hogar y hacer un recorrido por el centro de la ciudad, caminando. El clima de aquella tarde resultó ser muy agradable que le pareció buena idea realizar una caminata para despejarse un poco. Observó el cielo de un deslumbrante azul, y los rayos del sol que iluminaban entre las blancas nubes mientras iba trazando el firmamento, al descender lentamente hacia el oeste. No se había dado la oportunidad de contemplar las maravillas de la naturaleza desde que estuvo en primaria, pues dedicó su vida entera sólo al estudio, y luego al trabajo, y ahora que lo hacía, se sentía muy a gusto y tranquilo. ¿A qué se debía ese cambio? La respuesta llegó al detenerse abruptamente y quedarse de pie frente a una tienda de flores, en la que se podía apreciar tanto naturales como artificiales. Entre estas últimas, visualizó a través de la vidriera, en un jarrón, un arreglo de cerezos en flor. Las mismas atrayeron a su mente el recuerdo de una cálida sonrisa y unos brillantes ojos verdes como las esmeraldas, su color favorito. Ese vivaz castaño claro de su cabello y el sonido de su voz, suave y alegre, se grabaron en sus pensamientos como si de una importante información se tratara.

—Sakura... —murmuró, soltando un profundo suspiro, sintiendo una calidez que provenía desde corazón.

Estaba claro que aquella joven despertaba en él, emociones y sentimientos, que le eran completamente desconocidos. Ella se había adueñado de sus pensamientos, y tenía la certeza de que no tardaría en apresar su corazón también, si es que no lo había hecho ya. Se quedó meditando lejanamente, mientras recordaba el tiempo que llevaba sin verla. Ya se cumpliría una semana desde la última vez que se encontraron, y ahora que lo analizaba, sentía que echaba de menos su compañía, lo que le indicaba que deseaba estar a su lado aunque sólo fuese por unos momentos. Era frustrante estar en esa situación, sin poder siquiera enfrentarse el uno al otro. Esperaba se resolviera pronto, considerando el hecho de que Eriol le aseguró que su novia convencería a Sakura para así hablar de lo ocurrido, pero hasta ahora, nada.

Suspiró pesadamente, retomando su caminata, dejando atrás la florería. Quizás hubiera sido más sensato no haberse enredado en ese acuerdo y así no acabar en tal situación. Cruzó la calle, en cuanto vio a lo lejos una cafetería. Lo mejor para distraerse sería comer algo dulce, como el chocolate, por lo que no dudó en dirigirse al local. No obstante, se detuvo en seco en cuanto estuvo en frente del mismo, quedándose paralizado al ver a través de la vidriera una escena que pronto le causó un remolino de emociones. Aquello que presenciaba en esos instantes, no le gustaba en absoluto.

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Dejando atrás la boutique de Tomoyo, ya a varios minutos, Sakura, acompañada de Yukito, se hallaba en esos instantes en una cafetería cercana. La castaña estaba tan abrumada con el trabajo que prefirió desestresarse comiendo algo dulce en cuanto vio el cartel del local. Aunque no lo hacía por las últimas horas de labor, sino por los días pesados que transcurrieron sin resolver su situación con Shaoran Li. La chica de ojos verdes se atrevió a contarle los detalles del acuerdo que tenía con el ambarino, al de lentes, quien la escuchó con suma atención durante aproximadamente, veinte minutos, o quizás más. Así como su nuevo empleo con la amatista. Simplemente, el joven de lentes, no pudo imaginar el margen que la castaña llegó a cruzar con tal de evitar un encuentro que consideraba desagradable.

—Así que, firmaste un noviazgo por contrato con el presidente de la Corporación Li, ¿entendí bien? —Yukito estaba sorprendido ante lo que la castaña acababa de contarle, ya que todo era inesperado, a su parecer

—Sí —asintió con pesar —No lo entiendo. Se supone que nuestro acuerdo fue que seríamos buenos amigos, pero lo cierto es que... —bajó la mirada sin poder continuar —no sé lo que me pasa

—Estás confundida, ¿no es así, Sakura? —ella asintió, incapaz de negarlo —Quiero preguntarte algo, sin que te molestes, y realmente espero seas sincera

—¿Qué sucede? —Sakura lo miró interrogante

—¿A ti te gusta el joven Li? —preguntó directamente.

Sakura no necesitaba contestar eso, pues su instantánea reacción fue suficiente para darle a entender al de lentes, que realmente se sentía atraída por el presidente de la Corporación Li. El problema radicaba en su repentina confusión. Yukito no entendía por qué dudaba, si el mencionado muchacho no tenía compromiso alguno con otra persona. Eran jóvenes libres, y se estaban conociendo. No veía inconveniente en hacer real un acuerdo, si ya planearon desde un inicio, ser amigos. Aunque, por otro lado, comprendía el temor que la chica sentía, ya que conocía su pasado con Eriol Hiragizawa, su novio durante su etapa escolar.

—Si realmente el joven Li fuera una mala persona —habló el de lentes, llamando su atención —estoy seguro que jamás hubiese pagado la deuda de tu familia sin haber firmado el acuerdo primero, como tú misma me lo has contado —expresó —¿No te dijo además que no importaba si aceptabas o no su oferta? Me lo acabas de decir, Sakura

—Sí, es cierto, pero... —dudó un poco antes de continuar —no es eso lo que me preocupa —bajó la mirada —No, yo...

—Te preocupa enamorarte de él, ¿no es así? —preguntó Yukito, comprensivo

—Cuando Eriol y yo rompimos, me dolió mucho, y siento que si continúa este acuerdo, al concluir, destrozará mi corazón aún más de lo que antes fue —el de lentes sonrió, acercando su mano derecha a la mejilla izquierda de ella para levantarle el rostro y hacer que le dirigiera la mirada

—Escucha, Sakura —dijo con voz tranquila y amable —No debes tener miedo —aconsejó —Aquello que sucedió con el joven Hiragizawa, fue parte de una etapa que superaste

—Lo sé, y ya lo dejé atrás

—Si es así, no debes dudar —resolvió —Tú eres una buena persona, especial y única; ten más confianza en ti, ya que si huyes o temes, no sabrás si estás o no en el lugar correcto y con la persona indicada —sonrió ampliamente —Tengo la certeza de que si se dan la oportunidad, ese muchacho y tú, harán que ese acuerdo tenga un propósito muy especial: el que ustedes dos sean felices juntos

—Pero, ¿y si me equivoco? ¿Si Shaoran no es para mí?

—¿Qué tal si está destinado a permanecer contigo, y tú te niegas a recorrer el camino a su lado? ¿No te parece que es mejor pensar positivo? No existe un tal vez, mucho menos, las coincidencias, sino sólo lo inevitable. Touya siempre lo dice así

—Bueno... eso es verdad

—Si te gusta, ve con todo, Sakura —alentó —Tienes todas las de ganar, ya que actualmente, eres hija de un empresario, has estudiado mucho y eres muy amable con las personas; sé tú misma, y todo estará bien

—Tienes razón, Yukito —asintió después de procesar todo lo que oyó, sonriendo con más calma —Pase lo que pase, todo estará bien.

Yukito asintió nuevamente, corroborando lo que Sakura acababa de decir. La castaña se había decidido y era ahora cuando comenzaba realmente una nueva etapa en su vida. No obstante, a veces la tranquilidad puede ser perturbada rápidamente, cuando se presenta una malinterpretación. Pues esto sucedió con Shaoran Li, quien ingresó a la cafetería, tan veloz como un rayo, al ver a un desconocido para él, junto a la chica que se supone es su novia. Obviamente, no sería bien visto que la novia del presidente de una importante empresa, tenga una cierta cercanía con otro. No soportó tal idea, y tampoco la escena que contemplaba, por lo que, irrumpió en el lugar, plantándose junto a la mesa de ellos con el ceño fruncido y su postura firme. Ese fulano, como lo tachó en su mente, estaba cruzando los límites ante lo que ya consideraba suyo.

—Sakura, ¿puedes decirme qué ocurre aquí? —inquirió con recelo, a lo que la nombrada le dirigió la mirada

—Shaoran —dijo, conteniendo la respiración.

La castaña, al verlo, cambió su expresión jovial por una de gran sorpresa, pues no esperaba encontrarse con Shaoran Li en un sitio como aquél. Aunque lo que más le asombraba era el semblante enojado y la mirada llena de furia que traía el castaño, ¿por qué se veía de ese modo? No tenía idea, pero claro estaba que algo lo estaba molestando demasiado como para mostrarse de ese modo.

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Acabamos con el quinto capítulo que les traje con un poco de esfuerzo, y vimos las emociones transmitidas hasta aquí. Me tardé un poquito porque lo revisé unas cuantas veces, antes de publicarlo, para corregir posibles incoherencias. Después de releerlo, decidí dejar el capítulo con esta conclusión. Sé que es justamente cuando se está poniendo emocionante, pero así somos los escritores (no soy la única, eh _ )

Muy bien, centrémonos en el capítulo. :)

La distancia entre nuestros protagonistas sigue, aunque se anuló a corto plazo gracias al encuentro "casual" en la cafetería con Yukito. Había recibido de sugerencia añadir una escena de celos, y pues, aquí está. Espero haya quedado bien, aunque todavía está inconclusa, y se terminará en el siguiente.

No está muy largo, ya que es un capítulo conexo, así que, es probable que no sea tan emocionante como lo imaginé. La verdad, estoy preparando la entrada de Meiling Li en escena, misma que espero sí sea interesante. Hay muchas lagunas en la historia, y espero todas ellas sean aclaradas en futuros capítulos. Para ser honesta, en un principio, planeé que este fic fuera relativamente corto, de unos cinco o seis capítulos; sin embargo, con una serie de ideas nuevas agregadas, voy añadiendo un capítulo nuevo, conforme se desarrolla el drama.

Como siempre, les agradezco la dedicación que les brindan a mis historias; y espero sus opiniones, comentarios y sugerencias sobre el capítulo.

Hasta la próxima publicación. :)

Saludos.

Lady Sigh.

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