Notas de autor: ¡Hola! Antes de dejarlos leer, quiero agradecerles a todos los que han agregado a alertas y favoritos. Realmente lo aprecio. Ahora sí, espero que disfruten el capítulo de hoy.
31 de julio de 2011
Los cumpleaños en conjunto de Neville y Harry se han vuelto en una especie de tradición en la vida del héroe del mundo mágico. Había sido Ron a quien se le había ocurrido la idea de festejar ambos cumpleaños juntos en un momento de brillante lucidez de su amigo, el mismo que, según le había contado Ron a Harry en una de sus reuniones después del trabajo, le había ganado una ardiente noche con Hermione. Al parecer, y para mayor horror de Harry que jamás quiere volver a oír de manera tan gráfica la forma en la que Hermione le había dejado follársela en cualquier posición que Ron quisiera, a su inteligente amiga le excitan demasiado los momentos en los que su esposo brinda ideas en las que ni siquiera ella ha pensado.
Una vez que Harry consiguió de recuperarse de la traumática imagen mental de su casi hermana Hermione desnuda y teniendo sexo con Ron, se había puesto en contacto con Neville para comentarle esta idea, y como era de esperarse, a Neville le había fascinado y estaba más que a gusto con celebrar su cumpleaños junto a Harry. Después de todo, no tenía sentido hacer dos festejos diferentes por meras horas de diferencia entre las que habían nacido. Además, y para mayor beneficio de ambos, los círculos que frecuentaban eran prácticamente los mismos, así que también compartían amistades; esto último sin duda facilitaba la realización de la lista de invitados.
Harry observa a su alrededor a todos los invitados, riendo y bebiendo de los miles de opciones que hay esparcidos por todo el patio trasero de Grimmauld Place, y aunque lo intenta, no puede dejar de juguetear con el pequeño dije que tiene enroscado en su cuello. Una sonrisa boba y enamorada se extiende por todo su rostro al pensar en la persona que le ha obsequiado este bello colgante, e inevitablemente, sus ojos viajan hacia el alto y apuesto rubio que se encuentra charlando animadamente con Bill y Fleur. Harry todavía no puede creer que Draco haya aceptado venir a celebrar su cumpleaños (y el de Neville, aunque Harry puede pretender para sus adentros que Draco está aquí sólo por él) y que, además, le haya traído este bello y delicado obsequio. El mismo consiste en una fina y delgada cadena de oro, la cual tiene amarrada a ella un pequeño dije en forma de lechuza nival que es la exacta copia de Hedwig; y como si esto no fuera suficiente para derretir el corazón de Harry y dejarlo suspirando por el ex Slytherin, el colgante también tiene colocado en él poderosos encantamientos protectores. El hecho de que Draco haya pensado en regalarle algo que tenga una utilidad adicional que la de simplemente ser lindo, en especial algo que garantizará la protección física de Harry, hace que sea muy difícil controlarse lo suficiente como para no besar a Draco hasta la inconciencia.
Harry está tan perdido imaginando a qué sabrán los labios de Draco, que ni siquiera se percata del robusto chico que se coloca a su lado; y sólo lo hace cuando lo escucha dirigirse a él con ese tono afable que lo caracteriza.
─¿Qué hace el cumpleañero escondido en este rincón? ¿No deberías estar en el centro del patio y siendo el centro de atención?
─Lo mismo podría preguntarte a ti, cumpleañero.
─Touché. ─Dice Neville, mientras bebe un poco de jugo de calabaza. Luego, se sienta junto a Harry en el banco en el que se encuentra, y pregunta: ─¿Recibiste obsequios interesantes este año?
Harry, al recordar el regalo que cuelga de su cuello, no puede evitar sonrojarse furiosamente, mientras juguetea con el pequeño dije de lechuza en un gesto que exuda nerviosismo. Finalmente, y después de lo que parecen haber sido horas, Harry responde la pregunta de Neville, aunque el infierno se congelará antes de que él admita quién ha sido la persona que le ha hecho tan feliz.
─Recibí el mejor obsequio de todos. ¿Y tú? ─Pregunta Harry a cambio para desviar la atención de la identidad de la persona que le ha traído el mejor regalo de todos. ─¿Algo interesante este año?
Neville observa de reojo el dije con el que Harry no ha dejado de juguetear con una sonrisa conocedora, pero, para mayor fortuna de Harry, no emite opinión al respecto. Sin embargo, lo que comienza a comentarle de una forma emocionada y que hace que las mejillas de Neville se sonrojen, deja a Harry deseando que éste último se hubiera burlado de su enamoramiento por Draco.
─¡Oh, sí! Recibí muchas cosas interesantes este año. Por cierto, gracias por los guantes para jardinería, Harry. Necesitaba unos nuevos. ─Neville bebe de su jugo, mientras Harry asiente con la cabeza para desestimar los agradecimientos. Luego, Neville, continúa explicando algo que deja a Harry rumiando de celos. ─Pero, si debo ser completamente honesto, el mejor regalo me lo dio Draco. ¡Él me obsequió un set de macetas especiales para plantas mágicas peligrosas! He querido uno de esos desde que tengo memoria, pero nunca pude comprarlos porque sólo se fabrican en Francia; además de que sus precios no son aptos para mi salario de profesor en Hogwarts.
─Eh, me alegro por ti, Nev.
Harry dice esto con un intento de sonrisa, pero esta no llega a sus ojos debido a lo que acaba de oír. Al parecer, obsequiar objetos que tengan un significado especial para el cumpleañero no es algo que Draco haya hecho específicamente para él; de hecho, y si lo que Neville dice es cierto (lo cual Harry está seguro de que lo es, siendo que Neville siempre ha sido alguien honesto y sin malicia en su ser), Draco suele darle esta clase de regalos considerados a todos por igual. Y él que se había ilusionado pensando que el Slytherin había puesto un gran interés en conseguir su obsequio. ¡Vaya manera de desilusionarse! ¡Y en su cumpleaños, para mayores ironías del destino! ¿Por qué diablos tuvo que preguntarle a Neville acerca de sus obsequios? Harry estaba muy feliz viviendo en ignorancia, muchas gracias.
Neville observa en silencio la forma en la que el ceño de Harry se ha fruncido y cómo sus ojos parecen brillar con molestia y decepción, y esto le brinda la confianza suficiente para poner en marcha su parte del plan. Después de todo, el tiempo se le está agotando, y sólo le quedan unas pocas horas para cumplir con su cometido.
─¿Y sabes algo, Harry? Nunca lo había notado antes, principalmente porque todavía tenía en mente la imagen del Draco de Hogwarts, pero él se ha vuelto muy amable.
Harry eleva la vista al escuchar a Neville balbuceando estas palabras, y cuando sus ojos aterrizan en el rostro de su amigo amante de las plantas, ve que éste se ha sonrojado fuertemente. Y esto es lo único que necesita la bestia de los celos que vive en su estómago ver para despertar. De inmediato, lo asaltan unos malvados deseos de ahorcar a Neville con uno de los lazos del diablo que tanto cuida el rechoncho muchacho en los invernaderos de Hogwarts; aunque estos oscuros pensamientos no escapan de su mente, por lo cual Neville no se percata de la peligrosa situación en la que se está metiendo.
─Y tampoco creí que algún día diría esto, pero Draco realmente es bastante atractivo.
Harry observa a Neville adquirir un bonito color cereza en sus mejillas después de haberle confesado lo mucho que le gusta este nuevo Draco, y eso termina de confirmarle que ahogar a Neville con lazo del diablo ya no parece ser suficiente. ¡Oh, no! El león que vive dentro de él necesita vengarse de una forma más violenta y sangrienta. Su bestia de los celos quiere ver a Neville sufrir, retorciéndose bajo los encantamientos más desagradables e ilegales que existan, hasta dejarlo en un estado en el cual le hará compañía a Alice y a Frank Longbottom en San Mungo por el resto de su vida.
Harry se siente horrorizado después de que estos malvados pensamientos lo asaltan, pero eso no hace nada por sus dientes, los cuales no han dejado de rechinar desde que Neville ha abierto la boca. Sin embargo, Neville no parece notar la peligrosa mirada que Harry le está dirigiendo, y simplemente se deja arrastrar por Ginny y Luna hacia la pista improvisada de baile que se ha instalado en su jardín. Harry observa a todos bailar y reír ante la mezcla extraña y discordante de música que Seamus está realizando con su computadora, y es entonces cuando piensa que su cumpleaños ya no está siendo el mejor del mundo; especialmente, cuando ve a Draco bailando y riendo con todos los presentes, menos con él.
Sí, quizás estos festejos en conjunto no han sido una grandiosa idea después de todo. Quizás, el año que viene deba hacer una fiesta individual; una en la que sólo Draco esté invitado. Sí, ese sí que sería el mejor cumpleaños de su vida.
Notas finales: muchas gracias a todos por leer. Nos vemos mañana.
