Capítulo 11: El final de una era.
Yo estuve allí. Estuve allí cuando un dios cayó, estuve allí cuando el primarca se rompió... Estuve allí cuando lo que creíamos verdad, se convirtió en mentira.
Magnus estaba solo, completamente solo, parado sobre la superficie lunar, sin casco y sin su armadura, protegido del vacío únicamente por sus asombrosos poderes psíquicos.
- ¿Dónde, donde fue que me equivoque?
Su derrota había sido absoluta, había movilizado a su legión al espacio, con la esperanza de dar caza a su hermano traidor, había sido una trampa, él sabía que lo era, peso pensó que podría usar sus números superiores a su favor, lamentablemente su hermano había visto sus posibles movimientos y actuó en consecuencia.
Toda su legión estaba varada en medio del espacio en estos momentos, incapaces de regresar a Terra en esta hora de necesidad.
Con algo de esfuerzo el Primarca de los mil hijos, logro reparar una nave y poner rumbo a Luna, lugar donde se supone su hermano Alpharius había mantenido en reserva un pequeño ejército, para un caso de emergencia, lamentablemente su hermano Guilliman había logrado proveer eso también, y lo que se supone deberían ser refuerzos, se convirtieron en una fuerza, que de no ser detenida, se convertirían en otro clavo en el ataúd del imperio.
Sea por burla, o alguna otra razón, su hermano Roboute había dejado una bomba vírica en la estación secreta de la legión Alpha. Bomba que podría solucionar el problema en el que se encontraba, a un terrible costo.
El primarca Magnus, dudo, si activaba la bomba podría detener a los legionarios enloquecidos que se estaban preparando para destruir Santa Terra. Pero eso significaría su muerte. Sus poderes, poco significaban ante la tecnohechizeria que fue empleada para crear los virus de la era oscura de la tecnología.
Sus hijos geneticos no dudaron. Uniendo sus poderes psíquicos, crearon un pequeño portal disforme, el cual transporto a su padre genético fuera de la instalación. Con su padre genético a salvo en la superficie lunar, los legionarios leales entregaron su último acto de sacrificio al imperio de la humanidad.
Magnus no había podido ver la explosión, estaba lejos, más o menos al otro lado de la luna cuando la bomba explotó, aun así, había podido sentir como las vidas de sus hijos genéticos terminaban en cuestión de milisegundos.
Las vidas de casi cien de sus hijos genéticos, terminaron en menos de un parpadeo.
El primarca grito, maldijo, pero no importaba, seguía atrapado en Luna, mientras su traicionero hermano, se encontraba en Terra, y amenazaba con matar a su padre el emperador.
Los minutos pasaron, pero la destrucción prometida nunca llego, su sangre se calmó, y el Primarca comenzó a ver dónde se había equivocado.
Comenzó a identificar las grietas que Guilliman había empleado para paralizar al imperio.
Magnus calmo la tormenta de su mente, y examino lo que estaba ocurriendo. Cerca de los anillos de Saturno, encontró con las flotas de dos altos señores de Terra rivales. Ambos se acusaban de traidores, y se juraban muerte. Luchando entre sí, mientras Terra estaba indefensa por su culpa.
Las familias de estos habían sido rivales por milenios, pero esto era ridículo, pelearse entre sí, mientras Terra ardía.
¿Terra ardía? No, no lo estaba haciendo.
Magnus siguió examinando las comunicaciones astro paticas, gritos, pedidos de auxilio, insultos, juramentos de venganza, Etc. Pero, la amenaza real no estaba allí.
Magnus comenzaba a entender lo que había pasado. Aquí, en la superficie de la luna, completamente aislado de la batalla que estaba ocurriendo en todo el sistema solar, el primarca por fin pudo comprender, como su hermano había logrado esta locura.
Intercepto cientos de mensajes astropaticos, los cuales acusaban a uno u otro alto señor de Terra, de alta traición contra el imperio y el emperador. Todos estos mensajes astutamente dirigidos a aquellos que no dudarían en aprovechar la oportunidad para eliminar a sus rivales políticos.
El espacio alrededor del sistema solar ardía con los fuegos de la guerra, mientras en el palacio imperial solo el silencio gobernaba.
Debía detenerlos, pero no podría lograrlo, sin parar antes a los mensajes que estaban saliendo de Terra.
Se concentró, y nuevamente tomo el control de un pobre astropata. El cuerpo de este pobre humano estaba cerca de colapsar, pero seguía siendo el único vehículo que el primarca podía usar en ese momento. Por lo que debería bastar.
Corrió por los desiertos pasillos, encontrándose de tanto en tanto con una posición fortificada, ninguna había sido atacada, aunque varias juraban haberse encontrado con el Traidor.
Guilliman no parecía estar interesado en matar civiles, y había escogido tomar una ruta alternativa, cuando se encontraba con estas posiciones defendidas por los leales.
Eso era raro, muy raro. Pero no tenía tiempo. Siguió corriendo con las pobres piernas del psíquico que claramente nunca se había ejercitado tanto en su vida, más o menos a la mitad del camino, tuvo que usar su poder para que este cuerpo no colapsase.
Por fin llego a su destino, la instalación astropatica central. Aquí había sido donde Guilliman lanzo su discurso a toda la galaxia. Y aquí era donde esos mensajes astropaticos fraudulentos seguían enviándose.
No le fue difícil al primarca encontrar el origen de los mensajes, una pieza de arqueo tecnología unida rudimentariamente a la maquinaria principal, fácil de colocar, fácil de sacar, ni siquiera parecía tener una trampa o un mecanismo oculto.
Solo corto unos cables, y todas las transmisiones cesaron.
El primarca regreso a su cuerpo, y usando su divino poder demando que todos aquellos que le escuchasen se detuviesen.
Miles de naves espaciales, repartidas en cientos de campos de batalla alrededor del sistema solar, donde luchaban millones de soldados, escucharon sus palabras de forma simultánea, y todos ellos respondieron arrodillándose.
"Eso fue fácil" pensó el primarca, mientras enviaba mensajes a todos los que pudiesen escucharlo, para que regresasen lo más rápido posible al palacio imperial.
Los altos señores de Terra se opusieron indudablemente, ninguno de ellos estaba dispuesto a ceder el control de sus ejércitos a nadie, ni siquiera a un hijo del propio emperador. Nuevamente esa actitud molesta que tantos problemas había causado a Magnus, de hecho, en esta ocasión, esa actitud lo molesto tanto, que realizo un acto que nunca se había atrevido a considerar siquiera. Ejecuto a los altos señores de Terra.
Algunos murieron cuando sus súbditos los apuñalaron por la espalda, y otros cuando sus cabezas simplemente explotaron. Aun así, hubo otros que lograron escapar a su justo castigo, ellos habían estado demasiado lejos como para que el primarca lograse enfocar bien sus poderes, aun así, el ataque los asusto, los asusto tanto, que todos ellos abandonaron el sistema solar con todas las tropas que les siguieron. No importaba, el castigo ya les llegaría, de momento el primarca se concentraría en reunir y organizar todas las tropas que pudiese.
Fue en ese momento que Alpharius volvió a contactarlo, solo que su señal ya no se sentía tan lejana, de hecho, estaba mucho más cerca, tanto que el primarca podía jurar que su hermano lo llamaba desde la mismísima superficie de Terra. Hecho imposible, ya que se suponía que su hermano estaba a media galaxia de distancia, preparándose para invadir el segmento de Ultramar.
- ¿Hermano? –Pregunto Magnus con muchas dudas.
-Sí, soy yo hermano, he logrado regresar a Terra. ¿Cómo van las cosas? ¿Lograste despertar a mis hijos?
Magnus tenía dudas, ¿Cómo era posible este milagro? había una cantidad muy limitada de métodos que le permitiesen a alguien recorrer media galaxia en solo unas horas, pero estaba seguro que su hermano no tenía acceso a ninguno de ellos. No, eso no importaba en este momento, ya interrogaría a su hermano después.
-Tus hijos, fueron tomados por Guilliman. –Magnus envió parte de sus recuerdos a su hermano, para que este pudiese entender más rápido como era que todos los guerreros que él había dejado escondidos en Luna ahora estaban muertos.
-Yo, ya veo, no importa.
Magnus sabía que su hermano estaba mintiendo, la noticia de la muerte de sus hijos genéticos había golpeado fuerte a Alpharius, mucho más de lo que el primarca quería admitir.
-Por favor dime que no has estado sin hacer nada desde que mi plan fracaso.
Magnus re rio, una risa de burla seca, el tipo de risa que no transfiere felicidad o algo parecido.
-Logré retomar el control de casi todos los regimientos que custodiaban el palacio imperial, pero para hacerlo tuve que ejecutar a casi todos los Altos señores de Terra.
- ¿Pueden moverse?
-Sí, tardare al menos una hora más, pero ya tengo el número de tropas necesarias para retomar el palacio. Si logras desactivas las defensas antiaéreas, claro está.
-Sí, bien, eso hare.
La comunicación se cortó, Magnus hubiese querido preguntar sobre el método que su hermano había usado para regresar a Terra, pero se abstuvo, no era el momento. Aun así, la sombra de la duda fue plantada en su corazón.
Magnus trato de no concentrarse en otros temas, Roboute Guilliman era lo principal ahora.
¿Por qué Guilliman no había hecho su movimiento? ¿Qué estaba esperando? ¿Acaso esta era otra trampa? Esa última pregunta le preocupaba, ya había caminado directamente a dos trampas de su hermano el traidor, quien le decía que pudiese escapar de una tercera.
Magnus uso sus poderes para tratar de monitorear las transmisiones que entraban o salían del palacio, pero nada, todo era silencio, ni siquiera las comunicaciones más triviales. ¿Podría usar nuevamente al astropata para buscar a su hermano? Era posible, Roboute no parecía tener ningún interés en ingresar al palacio interior en este momento.
Cerros sus ojos, y al abrirlos estaba dentro del cuerpo del astropata, lamentablemente este cuerpo ya no podía resistir su presencia, o el inmenso esfuerzo físico al que lo estaba sometiendo, por lo que cayo pesadamente, y el primarca simplemente no pudo hacerlo levantarse de nuevo. Era lamentable, aun así, este astropata había servido bien al imperio, si el imperio sobrevivía, él personalmente tallaría una estatua en su honor en el palacio interior.
Magnus regreso a su cuerpo, pero no pudo moverse, estaba algo adolorido, posiblemente producto del inmenso stress, pero, aun así, debía continuar. Ahora solo restaba esperar la señal de Alpharius para iniciar el contrataque.
Y entonces comenzó, llamadas astropaticas de emergencia anunciaron que Roboute Guilliman había comenzado su incursión en el palacio interior. Magnus solo esperaba que los Custodes pudiese ganar suficiente tiempo como para que él y Alpharius llegasen para interceptar a su hermano traidor.
Magnus quiso esperar la señal de que Alpharius había tenido éxito en deshabilitar los cañones orbitales, pero nada, espero, espero, pero al final, ya no pudo esperar más, por lo que dio la orden y el desembarco comenzó.
Magnus cerro los ojos esperando que las primeras descargas de plasma antiaéreo impactasen contra los escudos del vacío que protegían las naves leales, pero estas poderosas armas nunca dispararon. Alpharius había logrado su objetivo. Era una fortuna.
El puerto estelar fue rápidamente tomado, resulta que no había tropas protegiendo esta importante estructura. Eso era raro, pero talvez la limitada cantidad de tropas de las que su hermano traidor disponía era la razón de esta decisión. No importaba.
Mientras el desembarco continuaba, finalmente llego una nave a recogerlo, una nave simple, sin los colores dorados a los que él estaba acostumbrado, pero no había tiempo para ser exigente, con un poco de suerte podría unirse a su hermano en tierra antes de que se lograse encontrar al traidor. Solo esperaba que Trajann Valoris hubiese logrado mantener la posición.
La nave estaba a la mitad del camino hacia Terra, cuando el Astronomicon comenzó a parpadear. Roboute Guilliman había llegado al trono dorado.
Magnus maldijo, mientras millones de posibles desenlaces se formaban en su mente. Trato de usar sus poderes para predecir el futuro, pero no pudo ver nada, sus habilidades de premonición simplemente no le servían.
¡Debía comunicarse con su hermano Alpharius!
Busco su firma característica de energía, pero lo que encontró lo dejo sin palabras. Su hermano estaba debajo del palacio imperial, muy, pero muy por debajo, de cualquier estructura que el conociese. Pero eso no era lo que lo sorprendió, lo realmente sorprendente eran las presencias que lo rodeaban, eran dos, quienes él había considerado muertas hace ya demasiado tiempo.
Perturabo primarca de los guerreros de Hierro, y Curze primarca de los amos de la noche, regresaban para proteger al imperio en esta oscura hora.
Y aunque la noticia del regreso de sus hermanos de las mismísimas puertas de la muerte era motivo de gran felicidad, la pregunta de ¿Por qué sus hermanos muertos (Magnus sabía que habían muerto, él había visto sus cuerpos) habían estado encerrados en las profundidades del palacio imperial a la espera de ser revividos? golpeaba con fuerza su cabeza.
Mientras la conciencia de Magnus se alejaba de la de sus hermanos, las palabras de Guilliman volvieron al primarca, quien tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para ignorarlas.
Todo tenía una explicación, incluso esto tendría una explicación, simplemente no era el momento adecuado para exigir una respuesta a sus preguntas.
-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-
No hay mayor victoria que la información obtenida.
Roboute Guilliman recorría los interminables pasillos del palacio imperial, estaba cansado, muy, pero muy cansado, tanto que incluso su fisionomía superior como primarca no podía suprimir el cansancio que sentía.
Aun así, el primarca se sentía satisfecho.
Puede que no lograse completar sus objetivos principales, pero sin lugar a dudas él había obtenido información muy valiosa.
Usando el visor de su casco, pudo observar los importantes datos había sido recopilados, algunos pertenecientes a las "cosas" encerradas en las celdas negras debajo del palacio imperial, otros pertenecientes a los secretos mejor guardados de la inquisición, y el último de parte del archimago, que claramente había fracasado en encontrar lo que le había pedido. No importaba, el primarca ya sabía que la misión que le encargo solo tenía un 12% de posibilidades de completarse satisfactoriamente.
Parpadeo dentro de su casco, mientras examinaba los datos recopilados, hasta que encontró uno que le llamo poderosamente la atención.
Perturabo, primarca de los guerreros de hierro, había regresado, y estaba dirigiendo un asalto frontal a las posiciones defensivas de los traidores.
Esto era impresionante, El Emperador no solo había revivido a uno de sus hijos para ayudarlo en esta situación desesperada, había revivido a dos de sus hijos. Esto lo confirmaba, El Emperador poseía el poder suficiente para traer a un primarca de regreso a la vida, y no había razones para creer que las habilidades del Emperador en esta línea de tiempo fueran diferentes a las que tendría su padre, en su propia línea temporal.
Lo cual lo llevaba a la pregunta principal: ¿Por qué su padre había permitido que los Eldars lo reviviesen? Roboute no quería entrar en detalles sobre cuento tiempo había necesitado El Emperador para reunir la cantidad de energía necesaria para tal acción, eso era irrelevante, de momento se concentraría en la razón por la cual su padre había dejado su vida en las sucias manos de un xeno. Aquí había algo que no le cuadraba para nada.
Bueno, no era el momento para preocuparse por eso. Los leales aplastarían a sus tropas en cuestión de minutos, y si él no quería ser atrapado, debía escapar del palacio imperial rápido. Por fortuna su escape ya había sido preparado, un teletransportador había sido instalado en una de las millones de habitaciones vacías del palacio.
Eso sí, debía apurarse.
Mientras corría hacia su destino, el primarca no pudo evitar notar que la inmensa mano del dominio tenía algo, él no recordaba haber agarrado nada tras su escape de Konrad Curze, pero entre las placas de ceramita que conformaban el inmenso guante de poder, el primarca podía ver algo. ¿Qué era?
Abrió su inmensa mano, solo para ver como la espada del emperador caía al piso. ¡¿En qué momento la había robado del regazo de su padre?!
Roboute Guilliman se quedó paralizado, esto claramente no estaba en sus planes.
No, no importaba, no tenía tiempo para dudar, debía llegar rápidamente al teletransportador, y completar su escape. Lamentablemente su cuerpo no le respondía, era imposible que él dejase un arma tan poderosa tirada en el piso, así como así.
Maldijo su mala suerte, recogió la espada y volvió a correr.
Ahora el poseía dos espadas del emperador, una, la que él había recibido cuando fue revivido por la armadura del destino que había creado Belisarius Cawl, la cual en estos momentos estaba guardada en su mundo natal, en una bodega custodiada por sus mejores elementos, y esta, la cual había robado sin saberlo del trono del emperador de esta otra línea de tiempo.
Bueno no importaba, lo que sea, de momento se concentraría en escapar del palacio imperial.
Reviso los datos en su visor, los leales estaban tan concentrados en asegurar el palacio interior, que muchas áreas circundantes habían quedado vacías. Él podía usar eso a su favor.
Usando la poderosa mano del dominio atravesó una pared, e ingreso rápidamente a la habitación, debería hacer un rodeo, si quería escapar sin toparse con ningún leal.
-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-
Alpharius recorría los interminables pasillos del palacio imperial. Estaba enfadado, muy enfadado, las tropas que Roboute Guilliman había usado para invadir el palacio imperial eran sus hijos, su sangre, hijos leales que habían permanecido en crio sueño por más de 10 000 años
¡Maldito!
Podría reprogramarlos, pero para eso, tendría que revelarse, lo cual era inconveniente. Una cuchilla oculta perdía su poder cuando el enemigo sabía de ella. Si él se revelaba, si la galaxia se enteraba de su existencia, perdería el poder que había obtenido en las sombras y el anonimato.
Maldijo al primarca de la 13 legión, pero eso no cambiaba los hechos, Roboute le habían ganado en su propio juego de sombras.
-Maldición, ¿Cómo es esto posible? Roboute nunca pudo entender el sutil arte del engaño y la manipulación. De hecho, la doctrina que usan sus hijos se basa en el combate frontal. Al menos hasta ahora, si le permito regresar a ultramar, quien sabe lo que podrá hacer.
Talvez ¿El hecho de que lo había encerrado por 10 000 años lo habían cambiado? Sin nada más que hacer que observarlo, escucharlo. Roboute lo había estado estudiado. Sonaba imposible, debería ser imposible, y, aun así, había pasado.
Sus visitas a la prisión de estasis solo eran cada 100 años, si, algunas duraban más que otras, y en más de una ocasión hablo de cosas sin importancia con su hermano congelado, pero nunca revelo información importante, ¿Entonces cómo? ¿Cómo había aprendido tanto de él? ¿Cómo era que ahora podía predecirlo tan bien?
No, eso no importaba, él debía concentrarse, debía eliminar a Roboute Guilliman en este lugar. Él limpiaría los pecados del pasado.
Sintió lastima por sus hijos, quienes no sabían lo que estaban haciendo, pero ya era tarde, no podía salvarlos, no podía arriesgarse a perder el elemento sorpresa.
Seguramente Roboute no se esperaba que él pudiese regresar tan rápido al mundo trono, eso le daba una ventaja, una que debía aprovechar.
Examino con cuidado los cientos de aparatos de vigilancia que poseía el palacio imperial, esperando encontrar algún indicio de donde se encontraba su hermano traidor. Pero no encontró nada.
Konrad Curze había informado que Roboute había escapado del salón del trono tras un breve enfrentamiento. Por lo que debería encontrarse en alguna parte entre las líneas leales y lo que quedaba de sus mermadas fuerzas. Aun así, no había nada.
Roboute no estaba dirigiendo a sus tropas. De hecho, nunca lo hizo. En ninguna de las grabaciones que él había podido examinar Roboute había dado alguna orden o comando, simplemente dejo a los 10 000 marines espaciales disfrazados de azul que portaban su heráldica sueltos en los pasillos del palacio exterior. Estos se organizaron a su manera y defendieron su posición hasta el último hombre.
Roboute nunca los considero más que meras herramientas. Por lo que no había ninguna razón para usarlos para algo más.
Con un rápido movimiento dejo de lado las cámaras que mostraban los lugares donde aún había resistencia rebelde, y comenzó a buscar en esas zonas que estaban aparentemente vacías.
-Bingo. –Alpharius sonrió satisfecho, cuando encontró a su hermano, aparentemente había decido huir por la zona de las cocinas. Una jugada muy inteligente, esa zona estaba totalmente abandonada.
Alpharius podría mandar a algunos astartes a perseguir a su hermano traidor, pero no quería arriesgarse. Él iría en persona, mientras cientos de regimientos leales, formaban un anillo alrededor de la zona donde se escondía el traidor.
Sujeto con fuerza su lanza y comenzó la persecución de su hermano traidor.
Cuando la persecución comenzó, envió un mensaje de alerta a Magnus para que este lo apoyase, pero el primarca de los mil hijos no respondió, presumiblemente tendría algo más importante que hacer en el trono de su padre, no importaba.
Roboute Guilliman podría ser un primarca, pero él también lo era, así que lo superaría a puro número.
Persiguió a Guilliman a la zona de cocinas, pero este escapo a la zona de dormitorios, para después descender a la zona de mantenimiento. Alpharius en este punto no pudo evitar preguntarse si su hermano sabía lo que hacía, o simplemente estaba corriendo como un pollo sin cabeza.
La zona de mantenimiento a la que él escapo, era un callejón sin salida, no había nada, ningún sitio donde alguien de su tamaño podría esconderse. Con algo de precaución, alerto a sus hijos. Una rata era más peligrosa cuando esta estaba acorralada.
Sin embargo, cuando ingreso a la zona de mantenimiento, Roboute no se encontraba allí. En su lugar encontró una máquina de teletranporte. Roboute Guilliman lo había engañado de nuevo, le había hecho creer que huía sin un destino claro, cuando la verdad era que siempre tuvo un plan para escapar a sus captores.
Dio un paso más, y una curiosa cuenta regresiva llamo su atención. Una secuencia de auto destrucción se había activado.
El primarca de la 20 legión maldijo nuevamente a su hermano, pero ya no importaba, sea cual sea el destino de este teletransporte, él no podría averiguarlo.
Cerro los ojos esperando una dolorosa explosión, pero nada, en su lugar el tablero de control se derritió de una forma muy anticlimática.
-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-
Roboute Guilliman regresaba a la parcial seguridad que le ofrecía una fragata anónima, escondida en la profundidad del espacio. El sistema solar seguía en caos, por lo que no debería haber problemas mientras no llamase la atención de los leales.
Roboute nunca fue alguien que disfrutase de los juegos del gato y el ratón, pero tenía que admitir que había sido aleccionador. Ahora comprendía un poco mejor a sus hermanos que habían hecho de las sombras su hogar.
Cuando regresase a Ultramar debía actualizar su codex para incluir nuevas tácticas de infiltración y sabotaje. Sin duda serian una valiosa adición a las tácticas ya empleadas por sus hijos.
Esta experiencia le había enseñado mucho sobre cómo usar tácticas que él siempre había considerado deshonrosas, el engaño, el sabotaje, el subterfugio, eran herramientas importantes, que no podía seguir ignorando. Y debía aprender a manejarlas lo más pronto posible.
Bueno, eso no importaba en este momento.
-Si me permite una observación lord Guilliman, esta operación solo puede catalogarse como la locura nacida de una mente enferma. –Comento Belisarius Cawl claramente molesto por las acciones que su lord regente había realizado.
- ¿Realmente lo crees así archimagos? –Roboute no estaba molesto por el tono de voz del archimagos, de hecho, lo consideraba apropiado. –Sé que esta estrategia puede que no te agrade, pero quería probar algo nuevo, algo que nunca he hecho antes, y esta era la mejor oportunidad de hacerlo, en un escenario adecuado.
-Sí, pero al hacer esta "estrategia" perdimos el anonimato, robar cualquier otra información del palacio imperial será imposible de ahora en adelante.
-Eso es innecesario, ya hemos probado que la información que estoy buscando no está en el palacio imperial, por lo que deberíamos buscar en otro lugar, por otra parte, en una nota más positiva, hemos logrado examinar un poco mejor las habilidades del emperador…. Eso por sí mismo ya valió todo este problema.
Belisarius Cawl tuvo que asentir, Roboute tenía razón con ese último punto. Si el emperador tenía el poder para revivir a un primarca, ¿Por qué no lo había hecho antes? No mejor aún, porque le delego la responsabilidad de revivir Roboute Guilliman, cuando él podría haberlo hecho.
- ¿Cuáles son sus conclusiones mi señor?
-Hay algunas posibilidades, pero me concentraré en las que considero más posible:
1.- Mi padre no podía revivirme ya que mi cuerpo se encontraba en Macragge.
2.- Mi padre no tenía planeado revivirme, pero la derrota que sufrió el imperio en Cadia forzó su mano, y por eso pacto con los Eldars para ayudarte.
-No me agrada ninguna de las posibilidades mi señor.
-A mí tampoco, pero de momento tenemos tan poca información que no importa.
- ¿Hay algo que podamos considerar una verdad tras todos los problemas que pasamos en esta "locura"?
-De lo que si podemos estar seguros, es que El Emperador es más poderoso de lo que creíamos, y ha estado involucrado más activamente en los eventos que ocurren en la galaxia de sabíamos.
Belisarius Cawl bufo alguna maldición en binario, pero ya no siguió la conversación. Atrapado en sus propias conclusiones y teorías.
Roboute Guilliman se sentó tranquilamente en un trono específicamente preparado para alguien de su tamaño. Con un poco de suerte esta "invasión" que había organizado contra el palacio imperial, enseñaría a su hermano lo frágil que era su control sobre los altos señores de Terra. Más tarde examinaría las acciones que su hermano tomase para solucionar ese problema, y con algo de suerte podría extrapolar un curso de acción para su propia línea de tiempo.
Los sensores de la nave emitieron un único sonido de advertencia, y los motores comenzaron a funcionar, era hora de regresar a Macragee.
-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-
Listo oficialmente esta es la primera temporada de mi fic, sé que me he tardado más tiempo del que debería actualizando algunos de los capítulos, pero al menos logre llegar hasta aquí.
Espero poder seguir con la segunda temporada pronto, por cierto, Guilliman y el Emperador si tuvieron una charla, no una amistosa, pero si mantuvieron un intento de conversación, pero Roboute no puede recordarla en ese momento, cosa similar a la que le paso en su línea de tiempo original.
A todos los que leen mis historias (no creo son muchos) muchas gracias.
Por cierto, una duda. ¿Les gusta la imagen que pedí para este fic?
La imagen de este fic la creo zaicomaster.
