No me dejes solo
Cinco años fueron los que Severus se ocultó, lejos del mundo mágico y consigo solo llevo oro y un bebé. Se escondió con Harry, hijo de la mujer que amaba como una hermana y del hombre que era su mayor enemigo, el hijo de Lily y James Potter.
Cuando Halloween del Sexto cumpleaños del Niño que vivió llego, no solo vinieron los dulces y disfraces del festejo, sino que trajo a su puerta a dos personas que no quería volver ver, le enfurecía tener siquiera que tratar con ellos. Todavía no podía entender como lograron localizarlo.
Remus Lupin, hombre lobo no registrado, y el recién salido de Azkaban como hombre inocente, Sirius Black. Ambos estaban más que desesperados por ver al niño que crío por 5años, la tentación de solo volver a desaparecer era mucha. Pero como un mejor hombre, les permitió ver y visitar al niño, con su absoluto control tras un juramento de no revelar nada de ellos.
A las semanas se arrepintió por completo de ser un mejor hombre.
Semanas de visitas constantes se transformaron en meses, días llenos de regalos y juegos, ahora con los dos amigos con un lugar estable pidieron que Harry los visita a ellos. Acepto, por los pedidos del niño que llego a ser un ancla para su vida ¿Qué razones había para negarlo? Aparte del odio que les tiene a los otros dos.
El niño al que cuido por años, que lo lleno de tantas emociones, de risas hasta llantos, de felicidad hasta enojo, ese niño decidió pasar cada vez más tiempo con sus Tíos Siri y Rem. Sus dulces charlas se concentran en todo lo que ellos le enseñan y comentan de sus vidas llenas de luz en Hogwarts, cosa que él, Severus, casi nunca pudo hacer. Pocos recuerdos felices tenía en ese lugar, por culpa de sus decisiones y los malditos Merodeadores, y apenas podía contarle de Lily ¿Qué cosas buenas podía decir de su vida en Hogwarts? Ni hablar de su niñez antes de la escuela.
Cada que los malditos de Lupin y Black venían a buscar al niño, se quedaba en la puerta viendo cómo el niño corría entre los dos hombres hasta desaparecer, sin que haya mirado ni una sola vez hacia atrás. Dejándolo solo.
Dolió, todavía dolía verlo irse con cada vez más frecuencia, siempre supo que algún día el niño lo dejaría, ya fuera cuando le contara la verdad por la persecución del Señor Oscuro tras de él, o por culpa de su actitud tan fría y mezquina. No lo detendría ¿Por qué debería? Él no es su hijo… solo lo estaba cuidando hasta que fuera un adulto de bien… o que alguien viniera a llevárselo.
Maldecía todos los días que fueran Lupin y Black quienes se lo llevarán.
Lo estaba matando.
…
Después de tres meses de que Harry fuera a dormir con sus tíos, a pesar de venir a verlo solo los fines de semana, tomo una decisión que le rompe el corazón de una forma que jamás imagino. Destrozado y con lágrimas empacaba las cosas del niño, guardo tantas fotos y recuerdos, ropas y juguetes, tantos años de cuidados y de amar al niño, guardaba todo eso en solo dos baúles.
Una vez termino, se sentó en la cama y miro a su alrededor, las paredes y muebles limpias, sin rastros de los libros y fotos o posters, casi como si nadie hubiera vivido ahí. Trago el nudo en su garganta y salió rápidamente, hechizado la puerta para que nadie la abriera jamás. Solo su dueño, si es que volvía alguna vez.
…
Llego al número 12 de Grimmauls Place, la maldita casa del perro sarnoso de Black. Toco la puerta y espero a que alguien le dejara pasar, solo rogaba que no fuera el mismo Harry. Suspiro dándose fuerzas para lo que estaba por hacer, para lo que estaba por renunciar.
—¿Severus?
El tono sorprendido y suave que le dedicó Lupin no hizo nada para ayudarlo, respiro tratando de mantener sus escudos mentales tan fuertes como podía, sin palabras le pidió dejarlo pasar, el lobo acepto rápido y se movió.
Ya en la sala, miro crítico el lugar, no le pareció tan malo, aún así tenía en un alto estima su pequeña casa de dos pisos en las afueras de Londres. Su hogar, algo que logro solo con Harry en su vida.
—¿Qué haces aquí, Snape?
Mire desinteresado al imbécil de Black, no es como si quisiera estar ahí, y hacer lo que iba a hacer, pero ¿qué otra cosa podría hacer que no fuera egoísta?
—Harry está arriba, ¿Quieres que lo llame? Sé que está pasando aquí más tiempo del que debería, pero pensamos que no tendrías problemas.
Apretó los dientes escuchando las escusas del lobo— No es necesario, Lupin, solo vine a dejar algunas cosas que Harry necesitará mientras viva con ustedes.
La cara de ambos hombres mostró la confusión, y no los culpaba, al menos Black ya no lo estaba irritando con su cara enojada.
—¿A qué te refieres, Severus?
Saqué los baúles de mí bolsillo y los dejé en el suelo en sus tamaños reales, evitando sus preguntas.
—En el de la derecha, están todas sus ropas, algunos libros, fotos, sus juguetes y posters. También expedientes de su salud, tanto muggles como mágicos, no vayan a perderlos.
—Oye, Snape, no bromees ¿Qué estás haciendo?
Ignore a Black, mientras más rápido salga de aquí, menos probable es que se encuentre con Harry. Si lo veía…
—En el de la izquierda están sus planes de estudios para los próximos años que ya tenía preparado, cosas básicas para él antes de Hogwarts, puedes cambiar algunas que no creas apropiadas, Lupin. Hay más libros y cosas que guarde con los años.
Black se acercó a mí y me empujó para que los mirara a la cara— ¡Oye! ¿De que se trata esto? ¿Estás… abandonado a Harry con nosotros?
Los mire a ambos, podía ver la confusión, sorpresa y casi enojo, trate de tragar saliva para aclarar mí garganta, cómo se atrevía Black a decirle eso.
—¿Acaso eres tonto, Black? Esto es lo que debió ser desde lo que paso esa noche.
El maldito parecía tan aturdido, y casi pude ver un atisbo de reconocimiento, o si, el maldito festejaría cuando se diera cuenta completamente.
—No estamos entiendo bien, Severus, por favor podrás explicarnos con más detalles.
Mire los patéticos intentos de Remus reteniendo a Black. ¿Qué es tan difícil de entender?
—Si Black nunca hubiera caído en Azkaban, Harry nunca hubiera ido conmigo, siempre estuvo destinado a vivir con ustedes, sin mí en su vida.
Ambos volvieron a poner caras de idiotas ante mis palabras, entendía que Black fuera lento, ¿pero qué escusa tiene Lupin? Tenia que acelerar las cosas.
—Ahora, él ya parece no poder separarse de ustedes —casi se quebró al decir eso— obviamente le agradan al niño y confía en ustedes, así que vine a terminar lo que Harry ya empezó —me di la vuelta tratando inútilmente de evitar las lágrimas— Así que ahora ustedes tendrán que cuidar a ese niño, tal como Potter y Lily querían.
Salí rápidamente del lugar, huyendo como un cobarde, lágrimas caían sin parar, llegué hasta el lugar apropiado y desaparecí de vuelta a mí hogar. Rápidamente saque una posición de dormir sin sueño y la tome, caí rendido en el sofá de su sala apenas entre al lugar. Casi podía jurar que escucho a Harry gritar su nombre antes de desaparecer.
Pero eso ya no importaba. Es hora de dormir.
…
Había pasado solo una semana, y todo era tan… gris.
Solo la pobre rutina de cama-cocina-laboratorio-baño lo mantuvo vivo, o algo parecido. No podía dormir mucho ni se bañaba lo suficiente, la comida le era insulsa y ya no podía seguir sus investigaciones, se concentraba solo en llenar San Musgo y Hogwarts de pociones necesarias.
Sus escudos mentales estaban tan duramente puestos que ya no sentía nada, bloqueó tantos sentimientos, cómo si un interruptor hubiera bajado, y Severus Snape solo era un cuerpo tirado por hilos de su rutina.
…
Dos semanas, podía sentir que alguien trataba de romper las protecciones de su casa. Había bloqueado a todos del Flú, también a las lechuzas e incluso puso protección anti-muggle.
Le importaba poco quien estaba rompiendo sus protecciones, estaría más que dispuesto a compartir una tasa de té con un mortifago que buscaba matarlo. Sin embargo, tenía que ser lógico, los únicos que sabían dónde vivía eran los duendes, Lupin y Black, sin mencionar al niño que crío.
Podía apostar su bóveda en Gringotts que eran los últimos Merodeadores quienes están tratando de fastidiarlo por alguna razón ¿Acaso no podían dejarlo en paz? Ya cumplí lo que más querían, Harry es solo de ellos ahora ¿Qué más quieren de él?
¿QUÉ MAS?
…
Por fin, a la cuarta semana, lograron romper todas sus protecciones, solo quedaba que rompan las runas en su puerta. Y, al parecer, solo una bombarda fue la respuesta de Black. Típico.
Los gritos llamando a su nombre que salían de Black llenaron los silenciosos muros de su hogar. No tardó mucho en buscarlo y encontrarlo en la cocina, toda esa furia que trajo consigo pareció desaparecer en cuanto su mirada se clavo en su persona. Ese rostro encendido de enojo cayó cambiando a una de pura preocupación.
Si, tal vez no se veía tan bien, después de todo, no dormía lo suficiente, las bolsas en sus ojos eran tan oscuras que casi parecía un mal maquillaje. Tampoco comió como se debía, sus mejillas y ojos algo hundidos debió de darle una idea, o tal vez la ropa floja que traía puesta, aunque hace poco le quedaban a la medida. Su cabello se volvió menos brillante paso a estar desordenado, más seco y poco saludable.
O si, estaba horrible, casi por caer muerto en cualquier momento, aunque la cara tan asustada de Black era algo que le causó una sonrisa ladeada antes de poner una mueca de asco.
—¿Qué quieres, Black?
Esto pareció despertarlo, y lo miro nuevamente enojado, pero sin ninguna intención de hechizar a diestra y siniestra, fue realmente sorprendente la moderación que mostró.
—¿¡En serio preguntas!? ¡Después de simplemente dejar las cosas de Harry e irte sin más!
¿Cuál fue el problema? Les dije porque estaba haciendo lo que hacía ¿No lo escucharon? Estos estúpidos arrogantes.
—Los, oh tan grandiosos, tíos Siri y Rem no pueden soportar criar al niño ¿Tantas quejas de tu parte para esto, Black? ¿No era lo que querías? Pensé que el chico viviría más feliz a tu lado, o eso me dijiste muchas veces.
Mí sarcasmo y veneno gotearon en toda mí respuesta, maldito sea Black ¿Qué más quiere? Ojalá solo cayera muerto donde esta.
—¡¿Qué es lo que sucede contigo?! ¡Harry no ha dejado de llorar desde que te fuiste! ¡Ha sufrido de pesadillas casi todas las noches! ¡Ha estando sentado fuera de nuestra puerta durante semanas jurando que será un buen niño si vuelves por él!
Llorar en silencio es lo único que podía hacer mientras escuchaba a Black gritarle, le dolía, ardía como el infierno, preferiría soportar crucios bajo la varita del Señor Oscuro antes que tener que escuchar a Black.
¿Qué hacer ahora? ¿Dejar que las cosas vuelvan como antes? ¿Ver a Harry irse cada vez más tiempo con los malditos Merodeadores? ¿Verlo irse sin mirar atrás? ¿Qué lo dejara un día? No, no quiero eso.
—No importa, Black, el niño solo está haciendo un berrinche. A él no le importo, ahora que ustedes están en su vida ¿Por qué me querría ahí?
—¡Nos a estando culpando a nosotros por qué lo dejaste!
—¡PUES ÉL ME DEJÓ PRIMERO!
Por fin solté lo que venía guardando desde hace un año ¿Por qué todo era tan difícil? Solo quería que todo fuera como antes ¿Por qué tuvieron que encontrarlos? Necesitaba decir todo lo que guardaba o lo terminaría matando.
—¡No le importo irse con ustedes sin mirar atrás! ¡No le importa dejarme solo semanas! ¡Meses! ¡Solo éramos nosotros dos y estábamos bien! ¡Él solo me necesitaba a mí y yo solo a él! ¿¡Ustedes llegaron un día y lo alejan de mí!? ¿¡Por qué tengo que sufrir de nuevo viendo cómo ustedes me quitan lo único bueno en mí vida!?
Black dio un paso hacia atrás como si lo hubiera golpeado ¿Acaso no lo entienden? Es mejor que yo lo suelte primero a que ellos me lo quiten. Dolerá menos, o eso creí, pero no fue así.
—¡Yo fui quien lo cuido! ¡Fui yo quien se desvelo casi todas las noches tratando de calmar su llanto! ¡Fui yo quien cambio sus pañales! ¡Fui yo quien lo alimento y vistió por años! ¡Fui yo quien le limpio las lágrimas en sus pesadillas! ¡Yo cure cada herida que tuvo! ¡Yo estuve ahí cuando dio sus primeros pasos! ¡Yo estuve ahí cuando volvió a hablar después de esa noche! ¡Yo le enseñe a leer y escribir! ¡Yo fui el que festejó sus cumpleaños! ¡YO! ¡No ustedes! ¿¡Y aún así él los prefiere!? ¿¡Por qué!?
A cada grito mí voz se cortaba la voz y aún así estaba furioso, dolido, todas sus emociones volvían por cada escudo mental que caía, ellos quieren ser las víctimas y yo siempre seré el villano. Estaba arto de todo eso ¿Por qué no podía ser feliz?
—¿¡Cómo crees que me sentía, Black!? ¡Estaba destrozado cuando lo encontré! ¡Vi el cuerpo sin vida de la mujer que amé como a una hermana! ¿¡Puedes entenderlo!? ¡Crie a un niño estando roto! ¡El pasado me perseguía cada que lo miraba! ¿¡Sabes cómo es criar al hijo del hombre que odiaba y de la mujer que amaba!? ¡Hice lo mejor que pude!
La mirada que me dirigía Black no hacía más que enfurecer me más que nunca ¿Acaso cree que necesito su lástima? ¡Jamás! ¿Por qué no pude entender? ¡Yo solo quiero a Harry de nuevo!
—¡Le di lo mejor que pude! ¡Hice lo que mí padre nunca pudo hacer conmigo! ¡Lo crie con toda la paciencia y el amor que pude dar! ¿¡Y para qué!? ¡Lo único que hiciste fue aparecer y el niño se olvidó por completo de mí! ¿¡Quieres tenerlo!? ¡Pues es todo tuyo! ¡Llévatelo! ¡Llévalo lejos como una vez Potter se llevo a Lily! ¡Cómo mí padre me robo a mí madre! ¡Cómo la vida me arrebato a Regulus! ¡Toma al que amé como si fuera mí hijo y no vuelvas!
Pude ver cómo Black se rompió por fin, porque también estaba llorando y temblando al igual que yo. Camino hacia mí para agarrarme de los brazos y sacudirme, su voz y sus ojos suplicaban.
—Por favor, Severus, él solo quiere estar contigo, nunca nos querrá como te quiere a ti, Remus y yo no somos nada para Harry si tu no estás también, él ya nos odia ¡Te lo ruego! Perdóname, por todo, lo lamento mucho, por ser un imbécil y un maldito monstruo ¡Pero por favor! Solo deja a Harry volver… Te lo juro, jamás intentamos quitarte a Harry, él te ama Severus.
—Y sin embargo… él nunca mira hacia atrás…
—…
—Es que tengo miedo de que ya no estés si lo hago…
Salí del agarre de Black para poder ver a la personita que tiene la capacidad de llevarlo a un estado tan lamentable como en el que se encuentra. Y ahí estaba, tan pequeño como lo recordaba, sus hermosos ojos verdes junto con su desastroso cabello oscuro. Harry. Nuevas lágrimas brotaban sin control al verlo temblando de la mano de Lupin, no podía vivir sin verlo una vez más, estaba seguro que si tardaban en entrar otro día… Tal vez jamás lo volvería a ver.
—Harry…
¿Qué mas podía decir? No podía negar la verdad al verlo a los ojos, y aunque odie admitirlo, Black tenía razón, había abandonado a Harry.
—No volviste por mí…
Fue lo único que logro decir su pequeño antes de ahogarse en sollozos, le dolía verlo así, pero ¿Estaría bien acercarse? No quería causarle más dolor, y tampoco a si mismo.
—Lo siento, pensé que preferías vivir con tus tíos favoritos… Ya no me necesitabas.
Eso lo hizo correr hacia mí, caí de rodillas y lo atrapé entre mis brazos, me abrazaba tanto como podía, casi evitando que lo tratará de alejar, como si eso fuera a pasar. Nunca lo soltaría. Cuanto había extrañado tenerlo en sus brazos, después de su madre y de Lily, incluso después de Regulus, jamás pudo abrazar a nadie… y nadie quiso abrazarlo a él. Pero cuando tuvo a Harry, siempre podía dar abrazos y recibirlos de vuelta. Lo necesitaba tanto.
—Por favor, no me dejes de nuevo… Seré bueno, comeré lo que digas, ayudaré a limpiar y no haré berrinches… Podes ser como antes, solo nosotros contra el mundo…
—Harry…
—¡No! ¡Quiero estar contigo! ¡Ya no me gustan tío Siri y tío Rem! ¡No me dejes!
—Harry, por favor…
—No me dejes… Papá… Te amo…
Inhalé fuertemente cuando lo escuché llámeme así… Jamás me llamo papá después de que lo corregía constantemente, después un día dejo de equivocarse y solo me decía "Severus" o "Señor"
Lo abrazo más fuerte, no quería dejar que esto terminara, tenerlo en sus brazos y que llame papá, seguramente es un sueño. Se arrepintió de dejarlo, mucho antes de hacerlo. Jamás lo haría de nuevo. Nunca lo abandonaría de nuevo, solo la muerte lo lograría.
—Yo también te amo, hijo… Mí pequeño Harry…
Tal vez sea momento de volver a desaparecer, ser solo ellos dos… contra el mundo.
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