Capítulo IX
La condición de su padre no parecía cambiar, más los médicos tenían esperanzas. Clark se dedicó a ser el granjero en su casa, en lo que su mamá se centraba en ser senadora, por desgracia Clark tuvo que ver que ella confiara en Lionel como un amigo. Siempre que miraba como este se acercaba a su madre y ella parecía recibir de buena fe los consejos de este. No podía evitar pensar en que toda la situación era muy irónica, ya que sus padres siempre dijeron que Lex no era de confianza por ser hijo de Lionel Luthor, más a este mismo si que le dieron –no solo– su confianza sino hasta su amistad ¿Que significaba eso? Lionel Luthor se acercó a sus padres sin consecuencia alguna ¿Eso no era una incongruencia? Más a pesar de todo, eso no importaba ya que a esas alturas, las malas acciones de Lex ya habían sobrepasado hace mucho las malas de su padre, ahora era Lex el que guiaba a Luthorcorp y la empresa cada vez tenía peor fama.
Esos pensamientos de Clark eran solo un residuo de la importancia que tuvo Lex en su vida, pero sabía que este ya no sería parte de su vida y consideró que estaba bien, de ese modo era una cosa menos en la que pensar. Clark tenía los pensamientos revueltos, tanto así que también su relación con Lana lo estaba asfixiando. Lana se tomó muy en serio lo de guardar en secreto lo de sus poderes, llegando a prohibirle que los usara si no era totalmente necesario, así que nada de estar al pendiente de lo que Chloe pedía o de todos los problemas a su alrededor, ese no era ni su trabajo ni obligación o eso era lo que ella consideraba. Pero Clark nunca haría nada por ir en contra de lo que su prometida le pidiera.
Cuando Simone se presentó y lo convirtió en un títere parecido a un sirviente y novio, nunca se imaginó que al final de ese situación obtuviera una ganancia, la que le dio Simone cuando se sintió celosa de que Lana también estuviera enterada sobre sus poderes, así que Simone le ordenó a Lana que olvidara todo sobre la confesión de Clark. Cuando el hechizo de Simone terminó, Clark decidió no recordarle a Lana sobre sus poderes y también terminar su relación, convencido de que era lo mejor, no podía seguir yendo a un matrimonio con todas esas dudas.
Al confesárselo a su madre, ella se vio un poco decepcionada, sin embargo lo apoyó y deseó que hubiera sido la mejor decisión.
–Y a todo esto Clark ¿Qué quería ella?
–¿Simone?
–Si.
–No lo sé, me llevó a la mansión para acabar con Lex, pero lo buscamos y no estaba. De hecho ella murió porque hubo un guardia que no había visto para hechizarlo y la consideró una amenaza.
–¿Lex la conocía?
–Seguramente, pero hace tiempo que no lo veo. Lionel dice que viaja de metrópolis a acá y viceversa, pero yo no lo he visto.
–A lo mejor ya no quiere estar nunca más en Smallville.
–¿Y por que no querría estar aquí?
Martha no supo que responder, después de todo Jonathan y ella nunca le dijeron a Clark que Lex quiso decirles algo importante y ellos no se lo permitieron.
–Solo fue una ocurrencia.
Clark frunció el ceño, más no agregó nada, dejaron la conversación así, ya que debían ir a ver a Jonathan y luego Martha debía ponerse al día con sus reportes, por eso necesitaba contactar a su jefa de relaciones publicas. Martha llamó y fue como se enteraron de lo que sucedió esa noche con la hija adoptiva de su asesora, una niña llamada Mandy. Con la muerte de su madre adoptiva Mandy fue recibida en la casa Kent y es que Clark la tomó bajo su cuidado, Martha aceptó que Mandy se quedara, pues de ese modo, su hijo no se sentiría solo en lo que ella pasaba tiempo en el hospital con Jonathan o hacia algunas cosas necesarias por su nuevo cargo en el gobierno. La situación de Mandy se complicó debido al padre de esta, más todo se resolvió gracias a Clark y a la misma niña, por su parte Martha estuvo convencida de que su hijo sería un gran padre cuando pasara.
000
No es porque estuviera siendo demasiado optimista, sin embargo, esos resultados que le mostró la Doctora Mackay no eran para menos: Los primeros órganos artificiales se hallaban funcionando en sus respectivos tanques. Y el primer candidato ya había firmado todos los permisos, de hecho era uno de sus científicos Duncan Reay, uno con riñones defectuosos de nacimiento, al candidato le habían dado solo unos seis meses de vida sin un trasplante, pero en la lista de trasplantes no se encontraba ni de cerca de los primeros lugares. Por eso quiso esa oportunidad, nadie lo obligó, ni siquiera se lo propusieron. Por su brillantes Duncan había obtenido ese trabajo a pesar de sus resultados médicos y sin descanso trabajo codo a codo con otros genetistas en el proyecto de órganos biomecánicos y a cambio pidió ser la cobaya humana. Cuando esa información llegó a Lex, este dudó mucho acerca de aceptarlo, más la insistencia del joven científico venció sus dudas y finalmente accedió. Estaban a horas de realizar el tratamiento y la sonrisa del joven genetista –en la habitación donde lo alistaban para la cirugía–, no se derrumbó ni por el cinco por ciento de probabilidad de fracaso. Todos los que contribuyeron a que esa cirugía se llevara a cabo deseaban estar presentes, por lo menos esperando en los pasillos, del mismo modo Lex, pero él tuvo que regresar a su casa para asearse. porque llevaba más de dos días en el laboratorio. Se bañó, cambió y se reunió con Conner y Susy para la cena. Al llegar al comedor no se sorprendió de ver que Connie se hallaba en el lugar, después de todo la enfermera y esposa del Doctor FitzGerald adoraba a Conner y bueno, no negaba que a él también.
–Que bueno que vienes a cenar Lex.
–Si Connie, ya los extrañaba.
Conner ya caminaba solo y también comía solo, pero que nadie se lo pidiera si su papá estaba en casa, simplemente exigía ser cargado en las piernas de Lex y ser alimentado por él, pero no importaba porque Lex también estaba feliz de estar con su hijo.
Luego de que la comida se sirvió y Conner estuvo entretenido comiendo, Connie, preguntó:
–¿Saldrás de nuevo?
–Si. Quiero estar presente en la cirugía, por lo menos esperar en mi oficina, de hecho quiero llevarme a Conner, seguro que estando con él podré dormir un rato.
–Alistaré las cosas del señorito, señor.–dijo Susy.
–Está bien Susy, y no olvides su muñeco preferido.
Luego de cenar, Lex y Conner salieron de nuevo rumbo al laboratorio de Lexcorp, el pequeño sonreía feliz, pues se emocionaba de salir con su padre a esa hora, ya que de noche era raro que Conner no estuviera siendo alistado para dormir. Padre e hijo arribaron al laboratorio y entraron, antes de ir a su oficina, Lex visitó a los científicos y cirujanos, para informarles que estaría en su oficina. Como varios de ellos no conocían a Conner, Lex presentó a su sonriente hijo. Lex estaba seguro de que esa innata amabilidad y lo sociable que Conner era, no lo heredó de él. Luego de que el personal terminara de hacer mimos a Conner, Lex y él subieron al primer piso y al entrar a su oficina y Lex bajó a Conner y sacó varios de sus juguetes, luego caminó hasta el sofá-cama (algo que nunca pensó que tendrían en su lugar de trabajo) y lo armó, después fue hasta un mueble y sacó varias mantas para colocarlas, podría pedir que su asistente hiciera todo eso, más le gustaba pasar tiempo con su hijo y hacer cosas por este, demostrar en esas pequeñas acciones todo su amor. Con la cama lista se sacó los zapatos y se sentó en la alfombra para jugar un rato con Conner, de ese modo la espera no solo se haría corta, sino serviría para pasar tiempo solos ellos dos. Cuando notó que su hijo bostezaba, Lex lo cargó le dio su muñeco de felpa favorito y caminó hasta el sofá subiéndose y acomodando a Conner entre sus brazos cantándole un poco hasta que este se durmió. Lex bajó las luces y arrullado por el sonido del corazón de su hijo se durmió también, en ese mismo momento la cirugía de riñones de Duncan Reay iba iniciando.
000
Tuvo un revés con una adquisición y esperaba que Lex lo llamara para burlarse de eso, más este aun no llamaba. Lo que si pasó fue que sufrió un accidente o más bien un intento de asesinato que no pasó a mayores, sin embargo, Lionel no escatimó en precauciones y mandó a revisar la oficina en Metrópolis, en el edificio Luthor, más no solo no encontraron nada, sino que el culpable del intento, lo atrapó y lo llevó a un juego retorcido de supervivencia.
000
Martha se alistó para una cita que tenía con el gobernador, y para disgusto de Clark, Lionel Luthor la acompañaría, ella salió temprano de su casa.
Clark estaba con Chloe al momento que recibió la llamada de Loise (quien se convirtió en la jefa de relaciones de Martha), su madre nunca llegó a la cita. Clark llamó a las oficinas de Luthorcorp, más nadie le supo decir donde estaba Lionel, intentó marcarle a Lex, pero el numero telefónico de este ya no funcionaba, Clark se puso muy nervioso y decidió ir a Metrópolis, llegó hasta el ultimo lugar donde vieron a Lionel y notó que la búsqueda de este ya se estaba llevando a cabo.
000
Para la tarde del siguiente día, Lex celebraba con sus científicos el éxito de la primer cirugía y trasplante de dos órganos biomecánicos, Duncan estaba todavía dormido, pero sus riñones estaban siendo monitoreados e iban trabajando tan normalmente como si fueran los de un recién nacido. Con algunas botellas y jugo para los no bebedores y para Conner, los brindis no terminaron hasta que Duncan despertó y pudo ser revisado de todo a todo.
Una llamada llegó al teléfono de la línea directa de Luthorcorp. Lex dejó a Conner con los trabajadores, –pues este pasaba de brazos en brazos siendo mimado por todos– y subió a responder. Lo pusieron al tanto de lo ocurrido con Lionel y no solo eso, le informaron del video que Clark vio, de hecho pudieron grabar parte de este y se lo enviaron a su correo. Lex vio las imágenes y sonrió por la ironía de que su padre quisiera dar la vida por otra persona y para dejarlo más impactado: que Lionel pensara tanto en el bienestar de Clark como si este fuera… Lex rió al comprenderlo: Su padre sabía el secreto de Clark y quería tanto ser parte de los allegados del extraterrestre que lo estaba tratando como a un hijo, corrección: como un hijo que amaba.
Lex exhaló y pidió a los investigadores de Luthorcorp que hicieran todo lo posible e imposible por encontrar a Lionel y a la señora Kent, aunque no estaba muy preocupado, simplemente porque sabía que Clark los encontraría y salvaría… No se equivocó. En cuanto supo que los cautivos estaban fuera de peligro colgó, esperaría para llamar a su padre y preguntar.
000
Ahora era una realidad que ninguno podía obviar, Lionel Luthor sabía el secreto de Clark. Martha convenció a su hijo que podía aprovechar de algún modo que Lionel lo supiera y el chico tuvo que ceder.
–No confío en él, mamá.
–No podemos hacer nada, hijo.
–Papá sabría que hacer.
–Pero no ha despertado para que nos lo diga.
–Si.
Clark ya no dijo más, y es que su desconfianza en Lionel se intensificó porque este le mintió al decir que Lex estaba en Metrópolis, de hecho tampoco se encontraba en Smallville. ¿Dónde estaba Lex?
000
Más tarde Lex llamó a su padre desde la línea antes usada.
–Bueno.
–Padre ¿Cómo estás?
–Lex, no esperaba que te preocuparas tanto como para llamar.
–No puedes negar que el chico Kent es tu salvador.
–No, Clark no tuvo nada que ver, fue suerte.
–Ya veo. Me imagino.
–Por cierto él ha preguntado por ti.
–Oh, no te preocupes, seguro que solo es curiosidad, se olvidara pronto teniendo la atención de otro millonario en él.
–Lex, Lex, Lex, te escuchas muy amargado.
–No padre, simplemente realista. Me da gusto que estés bien y que tengas un nuevo hijo adoptivo.
–Lex…
El menor de los Luthor colgó, era extraordinaria la forma en que su padre le podía amargar su buen humor nada más con hablar. Era mejor recoger a Conner y regresar a su casa, los dos se merecían un par de días libres, después de su gran triunfo. Luego seguirían más cosas, más inventos que llevarían a Lexcorp a ser una potencia en tecnología.
…
