Capítulo XII
Llevó los datos al día siguiente con sus investigadores en neurocirugía. Estos comenzaron a trabajar de inmediato. Todos los médicos que laboraban para LexCorp firmaban un contrato de confidencialidad y eso incluía no cuestionar de dónde salían las bases para todos esos avances, en este caso no fue diferente a excepción de que Lex les pidió que dejaran lo demás y se concentraran en el cerebro de Duncan.
…
LexCorp comenzó a despuntar por sus avances tecnológicos y de ahí su importancia solo creció. Olliver Queen y sus compañeros empezaron a investigar a la empresa, primero porque claramente Lex Luthor era el dueño de esta, en segundo lugar porque las innovaciones que LexCorp estaba sacando en varios ámbitos, no eran cualquier cosa y por último porque era extraño que Lex dirigiera al mismo tiempo LuthorCorp.
Esa mañana, Olliver mandó mensajes para reunirse con los otros.
Estando todos, Flecha verde comenzó:
–Debemos ir a Irlanda. Ver de cerca lo que Luthor está haciendo.
–¿Está en Irlanda?–cuestionó Cyborg.
–Uno de sus laboratorios, del que conseguí información.
Explicó Canario Negro.
–Yo puedo ir, pero no sé si habrá problema porque es otro país.–opinó Flash.
Los superhéroes intercambiaron opiniones.
–Eres el indicado Barry, después de todo no creo que te puedan atrapar espiando.
–No lo sé, Aquaman. Siendo Luthor debemos actuar de inmediato, porque con él no hay dudas y es capaz de cerrar ese laboratorio ante cualquier intento de intrusión.–dijo Cyborg.
–Y ya con conseguir esta información, Canario Negro se arriesgó a qué se enterara. Debemos ir todos y destruir ese laboratorio.
Advirtió Flecha verde. Los otros tres estuvieron de acuerdo, no en vano el de verde era el líder. Con eso decidido, todos se despidieron para ir a alistarse para el viaje. Por su parte Olliver se dirigió a ver a cierto Kent. Llegó al atardecer a Smallville y Clark lo recibió según su educación. Luego de saludarse, Clark se sentó frente a su no invitado en la sala.
–¿Qué te trae por aquí? Mis padres no están.
–Queria contarte algunas novedades de tu antiguo amigo.
–…
–Lex Luthor se ha visto más activo en Europa.
–Eso no es raro, sus negocios lo llevan a viajar.
–De hecho hace tiempo que yo no lo he visto ¿Tú si?
–No, pero todo lo que ha hecho es suficiente noticia, no quiero saber más…
Olliver miró al menor y aceptó que este se veía muy sincero, de hecho hacia mucho tiempo que Clark se unió a los enemigos de Lex y de cierto modo eso le agradó mucho.
–Bueno, como sabes no debemos darle ni un respiro y destruiremos uno de sus laboratorios para evitar que siga haciendo daño.
–¿Qué hacen en ese laboratorio?
–Estoy casi seguro que armamento.
–…Ya veo. Tengan cuidado, Lex es peligroso.
–Lo sabemos, sin embargo, podrías ir con nosotros y de ese modo no correremos tanto peligro.
–No. Metrópolis me necesita.
–Eres un chico difícil de convencer.
Dijo sonriente el rubio millonario. Olliver se despidió y Clark lo acompañó hasta su auto. El moreno vio alejarse el elegante vehículo y sin querer recordó que los autos de Lex siempre se estrenaron en ese camino de tierra, por las visitas de este para verlo.
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Los negocios no se detenían y Lionel ignoró las insinuaciones de Olliver sobre Lex abandonando LuthorCorp desde hace años para hacer su propia empresa y se ofreció para ver de vez en cuando a Clark, en lo que Jonathan y Marta atendían algunas citas en otros estados y Washington. Jonathan tuvo que ser convencido de que Lionel no trataría de usar a Clark, no desde que era el mensajero de Zor-El. A pesar de su desconfianza inicial para Clark, Lionel reemplazó a Lex cuando de ayuda se necesitaba, o por lo menos algunas veces, ya que estando Olliver en Metrópolis este ayudó al chico siempre que se lo pidió, pero con intenciones de convencerlo en algún momento para que se uniera a su causa justiciera.
Clark buscó ser el hombre que sus padres deseaban ver, así que poco a poco se fue acercando a ser un héroe y cuando se decidió a serlo fue el justiciero llamado "La Mancha". Lo curioso fue ese último toque de su disfraz… Una gabardina negra parecida a la que usaba Lex Luthor. El sobrenombre usado por cierta reportera del Inquisidor, no fue mucho del agrado de Clark, más como todo en su vida, tampoco fue su decisión usarlo o no.
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Entre sus inventos tecnológicos en vario ámbitos, pero los más importantes en el sector salud, LexCorp se posicionó en la zona europea y medio oriente como uno de los conglomerados que todo el mundo de los negocios conocía y deseaba tener como socio, más Lexcorp no era conocido por aceptar asociaciones, de hecho se rumoreaba que no los necesitaba. Lex era un hombre de negocios implacable, como su padre siempre deseó, pero no usaba trucos sucios, no los requería para obtener el mejor trato. Con los avances en aeronáutica LexCorp contaba con una flotilla de veinte aviones comerciales y cinco jets privados, todos con sistemas de alta tecnología los cuales contaban con una velocidad que superaba el sonido. Varios gobiernos quisieron comprar el sistema para sus flotas militares, pero Lex debía revisar concienzudamente si vendería o no sus avances, después de todo no deseaba que el mundo de Conner fuera destruido por una guerra, por eso los laboratorios que se dedicaban a crear armas lo hacían en total secreto y no eran puestas a la venta, hasta analizar todas las variantes. Fue uno de estos –situado en Irlanda– el que fue atacado o eso intentaron los de la llamada Liga de la Justicia. Cuando Lex se enteró de estos vengadores , tuvo sus dudas y obvio las fue a aclarar con la tecnología y archivos de la Fortaleza. Llegó a la conclusión de que sabía quiénes eran cada uno de esos supuestos superhéroes. LexCorp interpuso una demanda por daños a sus instalaciones, así como por espionaje empresarial hacia Industrias Queen, dado quien era el líder de este grupo terrorista. Las autoridades irlandesas no eran blandos con ese tipo de delitos por lo que Olliver Queen y sus socios tuvieron que pagar una multimillonaria compensación y se les prohibió la entrada al país por siete años.
Olliver se presentó en el juicio en contra de las recomendaciones de sus abogados, sin embargo, deseaba encarar a Lex, después de que este –en su opinión – se hubiera escondido varios años.
En el juzgado, cuando, abogados y juez se reunieron. Olliver nunca esperó ver entrar a esa persona. El principal abogado empresarial de LexCorp llegó con uno de sus ayudantes, la joven promesa en abogacía: Duncan Allenmeyer.
Olliver no escuchó mucho del veredicto, se encontraba demasiado furioso como para dejar de ver con odio a Duncan. Sus abogados lo instaron a levantarse y salir con la sentencia decidida. Lo guiaron fuera de la sala y luego a los ascensores, más Olliver corrió detrás de los abogados de LexCorp.
–¡Duncan asesino! ¡Tú mataste a Geofrey y Alden, debes pagar por ello!
El hombre mayor a quien acompañaba Duncan, detuvo al rubio y lo instó a seguirlos a una de las pequeñas salas privadas. Ahí colocó su portafolio en una silla y con un ademan invitó a Olliver a que se sentara. Este lo hizo a regañadientes, sus abogados no tardaron en unirsele en el sitio. Con todos sentados, el hombre mayor comentó:
–Señor Queen, no sé qué le sucede, pero luego del resultado de este juicio debería de evitar gritar injurias.
El rubio bufó molesto.–No es ninguna injuria. Ese tipo…–señalo a Duncan.–Es un asesino. Hace más de un año que mató a mis amigos.
Los licenciados de Queen se dieron por vencidos de tratar de convencer a su cliente de callarse.
–Señor Queen, el señor Allenmeyer es mi aprendiz y hasta hace seis meses se encontraba gravemente enfermo e impedido para hacer cualquier movimiento, no sé de dónde saca sus ideas. Lo que si sé es que si insiste,q no solo lo acusaremos de acoso sino también de calumnia.
–Lo hizo con su mente, no puedo probarlo pero sé que lo hizo.
Los abogados de Queen casi rodaron los ojos y usaron todo su poder de convencimiento para sacar a su cliente casi a rastras de ahí. Olliver vio por última vez a Duncan y este…sonrió. El gesto provocó otro arrebato del rubio, ganándole la mirada de los presentes y con ello, varios testigos de que Olliver Queen no solo contrataba héroes para hacer su trabajo sucio, sino que también era un lunático vengativo.
Olliver regresó a Metrópolis y sin descansar, se fue directo del aeropuerto , llegó a Luthorcorp, para buscar a Lionel.
El Luthor mayor fue avisado de esa visita nocturna y no invitada, pero aún así, permitió que Olliver pasara.
Queen entró y sin preámbulos escupió:
–¡Tú sabías que hizo tu hijo con Allenmeyer!
Lionel no era en vano un hombre de negocios con mucha experiencia, por lo que no hizo ningún gesto de asombro, en su lugar sonrió socarrón al responder.
–No sabia que mi hijo o yo debíamos darte informes de nuestras acciones.
–¿Tu hijo o tú? Tú fuiste el que tuvo como experimento a Duncan todo ese tiempo.
–Tus padre o tú nunca se quejaron de que no hubo más rumores sobre el asunto.
Olliver pareció gruñir y Lionel sonrió más.
–No me digas que de pronto te entraron los remordimientos, déjame decirte que son muchss décadas tarde. ¿Vas a desenterrar cadáveres o que?
Terminó burlón. Olliver avanzó amenazadoramente, sin embargo Lionel en vez de retroceder, se cruzó de brazos y siguió sonriendo. El menor aventó al otro, más Lionel continuó jugando con él.
–¡Oh pobrecito Olliver se dio cuenta que un Luthor siempre será mejor que él!
Esa burla fue la última que soportó el rubio y empujó más fuerte al mayor. Lionel no dejó de reír, pero su pie trastrabilló y perdió el equilibrio, Olliver trató de detenerlo, más no pudo y todo el peso de Lionel cayó sobre la pared de vidrio, esta no resistió y para los dos hombres fue una total sorpresa la caída de Lionel al vacío.
Olliver reaccionó poco después y salió corriendo.
…
Lex fue informado de que su padre se encontraba en el hospital más exclusivo de Metrópolis. Visitarlo no era algo que deseara, hace mucho había dejado de esperar que Lionel lo tratara como a un hijo o que le mostrará un poco de cariño. Buscó en otro lado la aceptación paterna, pero fue otro doloroso fracaso, Jonathan Kent lo despreció desde el mismo momento en que lo conoció.
La puerta de su despacho se abrió y unos pasitos apresurados se escucharon antes de la voz que hacía sonreír a Lex.
–¡Papi! ¡Mira en la escuela dibujé a nuestra familia!
Conner corrió y Lex se levantó de su silla para recibir a su hijo y levantarlo en brazos. El pequeño casi le pegó la hoja a la cara y este lo detuvo en brazos.
–¡Lo veo cariño, es hermoso!
–Estan los abuelos FitzGerald, tú, yo…
–¿Ese que no tiene los pies en piso es…?
–¡Si, abuelo Jor-El! ¡Y no olvides a Tobey!
–Si, como olvidar a Tobey.
Dijo Lex, más estaba preocupado por como explicaría su hijo a ese ser que flotaba y que era su abuelo. Tomó aire y besando el cabello oscuro de su hijo, preguntó:
–Mi amor, ¿Qué le dijiste a tu maestra sobre tu abuelo Jor-El?
–No conté nuestro secreto… Bueno más o menos.–Lex esperó pacientemente que su hijo explicará.–Le dije que él no era de este mundo y ella dijo que lo entendía, que muchos abuelitos ya no están en este mundo, pero no por eso dejan de cuidarnos.
Lex sonrió un poco.–Tu maestra tiene razón.
Conner agitó su dibujo.–¡¿Papi lo pegaras en tu oficina?!
–Por supuesto. ¿Que te parece si hoy vas conmigo y lo hacemos juntos?
–¡Si!
Lex cerró su laptop y salió de su oficina hacía la sala. Ahí estaba Connie y ella les sonrió a ambos.
–¿Supongo que ya viste su dibujo?
–Si, es hermoso.
–Su maestra dice que Conner es todo un artista.
–Oh, lo es.
Dijo Lex besando en la frente a su hijo, la mujer fue hasta ellos y se despidió, pues debía ir a la clínica con Conrad su esposo.
–No te preocupes, le dije que su otro abuelo falleció hace años.
–Gracias. Conner despídete de tu abuela. Nos veremos en la cena.
Conner besó a la mujer y ella se retiró. Padre e hijo se encaminaron al garaje, pues a Conner le gustaba viajar en auto o por lo menos en los veloces autos de su papá.
Lex tuvo que decirles a los FitzGerald todo acerca de Conner, pues siendo estos sus abuelos postizos y sus cuidadores, aparte de quererlo mucho, vieron cuando un pequeño Conner de tres años rompió una mesa al emocionarse por un postre y de ahí, se dieron algunos incidentes con fuerza y pequeños vuelos. Lex preocupado habló con la IA y este tranquilamente explicó que Conner sería más precoz en cuanto a sus poderes, pues a fin de cuentas era parte metahumano y nació bajo ese sol que era responsable de sus poderes, de hecho debían esperar algo más o diferente a su progenitor en cuanto a superpoderes. Desde ese momento, Lex decidió que no podían ser tan herméticos como los Kent y si bien no lo iban a gritar al mundo, si harían participes a su familia y gente cercana.
Al llegar a la oficina, salieron del auto y Conner corrió al interior, saludando a todos con quién se encontraba. Lex lo siguió de cerca por eso vio cuando Conner corrió a los brazos del tío Duncan. Lex llegó hasta ese par y Duncan lo saludó.
–¿Qué hay?
–Eso debes contarme tú ¿Cómo te fue?
–Sabes que ganamos, debió enviarte un mensaje Cumming.
–Lo hizo, pero tú y yo conocemos mejor a Queen.
–Oooh, amigo mío, fue fantástico, lastima que no pude filmarlo.
Conner pidió que Duncan lo bajara y siguió su camino hacia la oficina de su padre, así que el par de viejos amigos se pusieron al día con la reacción de Olliver Queen. Duncan concluyó su relato y Lex dijo:
– Casualmente mi padre sufrió un accidente anoche.
–Llegué cansado y ya no ví noticias o mensajes.
–Me avisaron hace un rato. Está grave, de hecho es muy extraño que haya sobrevivido.
–¿Qué pasó?
–Cayó desde su oficina en LuthorCorp.
–¡Oh demonios!
–Si.
–¿Irás a verlo?
–No tengo intenciones, no le veo el caso. Ya tiene el hijo que siempre quiso.
–Si quería un hijo granjero con aires de angel prejuicioso, te hubiera educado diferente.
Lex rio, su amigo Duncan seguía siendo el mismo, el que no lo veía como un Luthor simplemente como Lex.
Llegaron a la oficina y Duncan se despidió, según él, Cumming era un asesor implacable. Lex vio irse al abogado y siguió rumbo a su oficina, tenía algo que decidir pero era mejor hacerlo luego de que Conner viera su última obra maestra colgada en la pared de su oficina.
…
