Hola Feliz año nuevo a todos! Espero disfruten la segunda parte de esta historia
-¡Por favor Ayane, debes decírmelo!-
Una alta joven de cabello corto seguía a prisa por el del edificio escolar a la peliazul.
-¡Basta, Sai, no insistas con eso!-
- ¡Tú tienes la culpa! No debiste decirme que tu padre te había comprometido. Me conoces, sabes que insistiré hasta tener el último detalle.- sonrió descarada la intrigada joven.
Ayane también empezaba a cuestionarse el porqué decidió contarle sobre el compromiso a Sai. Aunque realmente no había mucho que pensar, era su mejor amiga y a pesar de ser totalmente diferente a ella, Sadashi Minamoto, era la única que entendía sus ideales.
Venida de una reconocida familia de comerciantes, Sai era una joven interesada en escalar las esferas sociales, apuntando llegar a la nobleza a través del matrimonio.
Sin embargo, sabía que los títulos no servían de mucho si no había una fortuna que los respaldase. De ahí que su ambiciosa mente aspirase a hacer crecer la fortuna de su casa.
Ella tenía ideas únicas, que sabía solo alguien tan astuta como ella podría realizar, a pesar de que el pensamiento de la época no les diera el voto de confianza a las mujeres, por lo que Sai podía comprender de cierta forma las aspiraciones de Ayane, sabía que su amiga era muy capaz.
Aunque no apoyaba del todo su particular rechazo a la vida social y etiqueta de una dama. Era frustrante saber que su amiga había rechazado las propuestas de ricos jóvenes. ¡Qué importaba que fueran huecos de cerebro, sus fortunas eran envidiables!
Pero sabía que eso poco le importaba a la peliazul. Honestamente, veía muy difícil que su impetuosa amiga cediera alguna vez a casarse. Por es, cuando esa mañana la peliazul estaba muy distrida en sus pensamientos, no dudó en averiguar qué era lo que la tenía tan dubitativa, finalmente había logrado que se lo dijera. Su rebelde amiga había quedado atrapada en un compromiso arreglado durante el fin de semana. Necesitaba saberlo todo, pero Ayane se reusaba a decirle el nombre del "afortunado".
Ayane por su parte, había considerado callarse su compromiso por el tiempo acordado, después de todo, confiaba en que se terminaría. Pero durante el fin de semana, luego de haberse reunido con el hombre que sería su falso futuro esposo, infinidades de preguntas comenzaban a anidar su mente. En su habitación repasaba incontables veces, de forma involuntaria, su encuentro con lord Saotome, tanto el accidental como el formal. La sombrilla y pañuelo que guardaba en su alcoba tampoco lo hacía más fácil. ¿Cómo podrían sostener el falso compromiso durante el mes? ¿Qué debía hacer? ¿Cómo comportarse frente sus familias? ¿Qué haría cuando conociera a los vizcondes? ¿Cómo le pondrían fin a esto cuando sea el momento sin que eso signifique que su padre le busque otro pretendiente o le quite la administración?
Al llegar el día de volver a la academia, estaba mentalmente agotada, y era absolutamente desgastante guardarse todo eso para ella sola. Cuando Sai insistió por varios días en que le dijera qué le pasaba no pudo evitar contarlo. No le dió todos los detalles, como que se habían conocido antes del compromiso, pero sí le habló del acuerdo privado. Por unos momentos lo dudó,era demasiado importante como para divulgarlo, pero confiaba en Sai. Sin embargo para no romper totalmente su palabra no le dijo de quien se trataba.
- Puedes seguir todo lo que quieras, no diré nada más. Además no tiene sentido saberlo si en algunas semanas todo habrá acabado.-
- Eso aún no ocurre, Ayane y nada te asegura que las cosas pasarán como ustedes lo han "acordado"- Sai se rió divertida. - Si el hombre es de una familia muy importante, puedes olvidarte de eso, no lo permitirán. Eres un excelente partido, a menos que él pueda darse el lujo literalmente de tener a quien sea, no perderán esta unión familiar. - Sería impensable que alguien desechara la oportunidad de codearse con la familia de un almirante como El señor Shun Tendo.
-No será así, tengo su palabra.- Las palabras de Sai volvieron a inquietar a Ayane. No es que la idea no haya pasado por su mente antes, de hecho lo pensó varias veces, pero se aferró al honor de lord Saotome. Tal vez no le agradaba su prometido, pero percibió el tipo de persona que era, el comandante era un hombre de palabra. Él no prometería nada a la ligera que no jure hacer.
-¡Señoritas! ¿Qué están haciendo interrumpiendo el paso en el pasillo? - Una mujer madura vestida muy tradicionalmente interrumpió la conversación de las jóvenes.
- Maestra Ishikawa nosotras...- trató de explicar Sai, pero esta fue rápidamente silenciada por la estridente voz de la maestra de ceremonia del te.
-¡¿A caso no han oído las indicaciones de sus maestras?! Hoy tendremos una visita sumamente importante, ¡ y ustedes están aquí holgazaneando! -las regaño severamente.
-¡En este momento diríjanse a los salones de cuidados médicos!- ordenó con una expresión tal que las muchachas solo pudieron asentir rápidamente y correr en la dirección del salón de cuidados.-
-¡Una dama no debe correr de esa manera!- se alcanzó a escuchar en la distancia, pero las jóvenes ya habían dado vuelta en un pasillo.
- Bien señoritas, acérquense a las maestras Hanade y Takeshi ellas les entregarán sus asignaciones el día de hoy durante la visita.- Indicó la maestra de cuidados de enfermería a las señoritas mientras hacían fila para esperar sus asignaciones. -Por favor, tal como les hemos dicho al principio, deben guardar la compostura. Esta es una academia de damas y el honor de nuestra escuela no se marchará por un comportamiento inmaduro o inapropiado de su parte. Y menos ante las importantes personas que nos visitarán.- siguió hablando la mujer mientras pasaba por las filas.
Para fortuna de Ayane y Sai la mujer estaba lo suficientemente distraída con los preparativos de la visita que no notó su increíblemente vergonzoso atraso a clases.
-¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué hoy hay mucha gente en este salón?- preguntó Ayane a su compañera que estaba delante de ella.
-Ayane, de nuevo llegas tarde.- la regañó gentilmente una muchacha de cabello castaño.
- No lo digas tan alto Sayuri, harás que nos regañen.- susurró la peliazul.
-Lo siento- respondió ella al tiempo que avanzaba los pasos en la fila. - Hoy tendremos la visita del director general del hospital militar. Por eso todo el ajetreo, han pedido que las estudiantes con más aptitudes en el campo estén durante la vista, seguramente para causar una buena impresión.-
-¿Y qué haría un médico militar en una escuela de señoritas? No tiene mucho sentido.- Inquirió Sai, quien veía muy rara la situación.
- Eso es porque la directora es prima de la esposa del jefe médico, así que lo pidió como un favor. - respondió Sayuri alegremente.
- Pero no entiendo que hago aquí. Realmente no soy muy buena con vendajes y cuidados- pensó en voz alta la chica Tendo.
- Pero eres de las pocas que puede soportar ver sangre y heridas sin querer vomitar. Ugh- arrugó la nariz Sai a la vez movía su cabeza de un lado a otro sacando la imagen mental de heridas y cortadas. - También se te da bien los informes y registros.
- Así es. Seguramente las asignan a labores de registros. Su caligrafía es muy buena- sonrió la castaña.
Las tres jóvenes se acercaron a las mesas a tomar su consignas y tal como había predicho la animada muchacha de mirada risueña Ayane y Sai fueron encomendadas a copiar los registros de las prácticas de clase, mientras que ella debía guardar y clasificar los documentos en portafolios.
- Me alegra que nos tocara el área de archivo- Sai suspiró exageradamente, aliviada de no tener que limpiar heridas.
"Realmente debería mejorar en cuidados. Definitivamente es muy útil" La peliazul se perdió un poco en sus pensamientos. La imagen de lord Saotome vendando su mano magullada vino a ella mientras observaba a la distancia como una compañera pasaba delicadamente los vendajes por la muñeca de un niño que había asistido al servicio voluntario que ofrecía su academia para tratarse.
- Lo he oído de un teniente que trabaja en el cuartel- cotilleó una muchacha que estaba ordenando medicamentos en una vitrina.
- No es posible Aiko. Alguien tan importante no tendría nada que hacer aquí- contestó otra.
- ¿De qué tanto hablan ustedes?-
-¡Sadashi!- se sorprendieron las jovencillas - ¡Olvídalo, es una tontería de Aiko!- dijo una.
- ¡ No lo es, Saori! - refutó molesta. Aiko se acercó más a Sai para poder susurrarle al oído. - ¡ He oído que hoy no solo viene el director del hospital militar. Se dice que el comandante Saotome también vedrá.- dijo extasiada como una colegiala con el tono de voz más bajo que pudo.
Los ojos de la muchacha de cabello corto se abrieron con gran sorpresa.
- ¿Está segura?- preguntó Sai.
- Es un rumor, pero hay una gran probabilidad que sea cierto. - se rió Aiko. - ¡Ojalá sea cierto! Siempre he querido conocerlo, pero nunca va a las reuniones sociales.- una mueca se posó en el rostro de la mujer.
- Casi ninguna chica de la academia lo conoce. Algunas lo han visto de lejos en ceremonias o desfiles. Salvo Kyo, ella sí que ha tenido la suerte de verlo cara a cara.- Los ojos de Saori se trocieron con molestia mientras lo decía.
-¡Es verdad! Oí por ahí que su familia estaba buscando acordar un compromiso con la familia del Vizconde. Pero no se sabe si se concretó o no.-
- La cita con lord Saotome no debió ser de Kyo sino mía.- respondió amargada Saori a su amiga Aiko. - Mi padre tenía la intención de reunirse con la vizcondesa, pero el padre de Kounji aprovechó una salida de negocio del mío para tomar la cita que yo tenía.
-¿Pero por qué no te comunicaste después con lady Saotome?- preguntó curiosa Sai.
- Porque cuando mi padre pudo regresar, la señora Nodoka había decidido ya no insistirle al comandante con tener más citas.- golpeó el piso con el pie frustrada.
-¿Qué ocurre chicas?- Ayane qué había notado que Sai se demoraba más de la cuenta en traer la tinta, buscó a su amiga con la mirada y la encontró en lo que parecía ser una conversación muy intrigante con Aiko y Saori, así que, movida por su curiosidad se acercó.
- ¡Atención señoritas! Nuestras ilustres visitas ya están en la institución.- Anunció la señora Takahashi. - Ahora mismo están en la oficina de la directora y ella los traerá en unos minutos. Por favor, insistiremos en qué actúen con todo recato y compostura. Realicen sus actividades con normalidad.
- ¡Ayane, debes oír esto!- dijo Sai tomando el brazo de su amiga acercándola al grupo.
- ¡Bueno ahora sabremos si el rumor es verdadero! - Saori se mantenía escéptica ante la idea, pero muy en el fondo deseaba que verdad.
- ¿De qué rumor hablan?-
- ¡Hoy vendrá a nuestra academia Lord..!-
La voz de Aiko quedó cortada cuando las puertas del gran salón se abrieron de par en par mostrando la figura de algunos militares.
Las pupilas de Ayane se dilataron en el momento en el que sus iris chocolate encontraron unos azul grisáceo que la contemplaban con sorpresa.
Esto debía ser una mala broma. Toda la semana había pasado estresada preguntándose por el terrible acuerdo que había hecho con su temporal prometido. Había pensado en él más de lo que pudiese admitir. Lo último que quería era verlo.
Se había sentido aliviada pensado que no tendría que encontrarse con él hasta el domingo para el almuerzo que tendrían sus familias en la residencia del vizconde. Pero ahí estaba, parado a pocos metros de ella, su secreto falso prometido lord Ryoma.
La molestia y el nerviosismo habían comenzado a apoderarse de ella.
Ryoma miraba con aburrimiento el alto y elegante portón que custodiaba la academia de señoritas 'Senren'. ¿Qué estaba haciendo en un lugar como ese? Bueno, eso debía agradecerle a su querido tío quien le solicitó que acompañase al doctor Tanaka, director del cuerpo médico militar, a su visita al instituto.
Su astuto tío solo lo estaba utilizando para su campaña de apoyo al hospital militar.
Flash-Back
-¿ Y qué demonios tengo yo que ver con eso?- aunque el tono de Ryoma parecía sereno sus ojos nuevamente anunciaban fuego.
- A China ya no le queda mucho tiempo para mantener Manchuria y Corea, sabes que pronto habrá una nueva guerra que luchar. Para eso nuestras fuerzas deben estar muy bien preparadas, el apoyo al área médica es indispensable.-
El general Saotome miraba por el gran ventanal de su oficina el entrenamiento matutino de algunos soldados de élite mientras fumaba un puro.
- Si eso te preocupa ¿no sería mejor visitar la escuela de médicos y enfermeras? No veo como esto tiene que ver con una academia de damas de sociedad-
- Ahhh- el hombre mayor soltó el humo. - Necesitamos el apoyo económico de las familias de esas muchachas de sociedad. Si bien Seren es una academia de señoritas de alto prestigio no sólo las educa para ser bonitas damas. Tienen en su programa algo de contenido académico útil. Ven idiomas, gestión administrativa, historia, geografía, literatura, entre otras cosas, pero lo más importante cuidados médicos. Claro no es que sean enfermeras, pero conocen lo básico. -
- No pensé que una escuela de mujeres de alta clase se aventurara a ir por algo que da mucho de que hablar en los círculos sociales.-
Ryoma sabía que aún había mucha reticencia social al hecho de que una mujer recibiera una educación que fuera más allá de saber escribir y leer. Así que fue gratamente sorpresivo que Seren rompiera el paradigma aunque aún muchas familias aristócratas se mantuvieran en seguir lo tradicional.
Se alegraba de cierta forma que hubieran señoritas que consideran algo más para sus vidas que bordar y pintar.
- Bueno, hay algunas familias que quisieran que sus hijas destacarán más, y quisieran alianzas con figuras occidentales prominentes, así que deben nivelarlas.-
-Claro, el matrimonio- soltó con desagrado.
-Como sea. Tu presencia en la visita a la academia podría incrementar las donaciones que las familias de esas jóvenes harán.- sonrió pícaramente.
-¡Es absurdo! No me meterás en esto.-
-¿Y dime cómo está tu linda prometida? Nodoka insiste en adelantar el almuerzo del domingo, no puede esperar a conocerla.-
Las palabras del general hicieron que su sobrino le lanzara una mirada asesina.
- No esta vez tío.- dijo apretando su mandíbula - hice lo que ustedes querían pero no dejaré que se metan más.-
-No es mi asunto, pero conoces a tu tía. No está feliz con que decidieras mantener el compromiso en discreción y que impidieras que invitara a los Tendo el día después del contrato, ella quiere comenzar a organizarlo todo ya. Ryoma, solo haz lo que te pido, no es una extorsión solo un favor a tu viejo tío.- golpeó cálidamente el hombro del joven guerrero.
Fin de flash back
- Te ves muy serio.- un joven de cabello corto y brillante sonrisa con colmillos pronunciados golpeó suavemente el hombro de Ryoma.- Ya sé que no querías venir, pero al menos disimula un poco.
-No estoy de humor,Ryu.-
- Y solo empeorará...- canturreó divertido.
-¿Qué quieres decir?-
Ambos guerreros acompañados de otros tres oficiales y los delegados del hospital militar siguieron al guardián que los llevaba a la oficina de dirección.
-¿Acaso no sabes que algunas de tus ex citas asisten a esta escuela?-
-¡¿Qué?!- el rostro de Ryoma se decolocó por completo
- Al parecer les afectó mucho salir contigo. Al saber que te resultaban aburridas sus charlas decidieron aprender más para tener otra oportunidad.- susurró tratando de ocultar su risa. - Creo que de las que conozco, solo las señoritas Kyo y Hikari ya estan aquí antes de tus citas. - mencionó pensativo.
- ¿Y qué me dices de tu prometida? ¿Donde estudia? Ya sé que te niegas a decirme quién es, pero al menos me dirás cuál es su academia, ¿verdad?- continuó animado Ryu.
La pregunta había tomado por sorpresa al joven comandante, no porque fuera impertinente, pues cuando habló de su dilema con Ryu, este fue sensato para no insistir demasiado en saber quién era la osada joven con quien había hecho el acuerdo; sino por el hecho de que realmente no sabía dónde estudiaba Ayane.
El pensamiento lo avergonzó pues, realmente no se había tomado la molestia de saber algo más sobre la muchacha de cabellos azules. Si bien mantendrían la fachada del compromiso el tiempo acordado, eso no mitigaba que debía tener un mejor trato con la joven mientras sean prometidos.
¿Dónde podría educarse alguien tan voluntariosa como esa mujer?
"Tal vez ni siquiera esté inscrita en una academia. No conozco ningún lugar que enseñe a las señoritas semejante lenguaje" pensó con humor recordando la primera vez que se conocieron cuando ella lo llamó idiota. Sin darse cuenta, el joven de la trenza había puesto una alegre mueca en sus labios.
-Ryoma Saotome, estás pensando en ella, ¿no es así?-
Las palabras de su amigo lo sacaron de sus pensamiento.
- No sé de qué hablas- contestó indiferente. Ryu no pudo evitar soltar una risilla burlona.
- Entonces responde lo que te pregunté-
- Ella...-
- Quiero agardecerles su presencia en nuestra institución. Espero que encuentren provechosa la labor que hacemos aquí con estas damas, tal como ustedes creemos que esto contribuirá a la grandeza del imperio. -
La madura mujer, que era la directora de la academia agradeció antes de abrir las puertas.
En un parpadeo sus ojos azules recorrieron la habitación con rapidez, pero se detuvieron justamente cuando chocaron con unos intensos ojos chocolates. Habían muchas jóvenes en ese departamento que tenían el mismo color en su mirada pero solo una albergaba una intensidad y profundidad que desconcertaba al temible comandante. Su aliento se cortó ante la sorpresa de ver a Ayane en el mismo lugar.
- Señoritas de Seren presenten sus respetos a la delegación del hospital militar. El doctor Ichiro Tanaka jefe del hospital y sus colegas los doctores Yoshida y Kimura. El capitán Ryu Hibiki y el ilustrísimo comandante de la guardia imperial lord Ryoma Saotome.-
Las respiraciones contenidas y jadeos no se hicieron esperar. De hecho desde antes de que anunciaran sus nombres muchas jóvenes ya estaban sonrojadas por la apuesta imagen de los soldados de más rango. Algunas por supuesto ya sabían de quienes se trataban mientras que para la mayoría era una sorpresa oír que era las figuras más cotizadas en los salones sociales.
-¿Señoritas?- llamaron con insistencia las maestras a fin de sacar de su estupor a las jovenzuelas.
Reaccionando, todas ellas inclinaron sus rostros para saludarlos.
A los doctores la reacción les pareció muy cómica, pero era de esperarlo. Después de todo ese fue el propósito de llevar a sus otros acompañantes.
- Por favor, les mostraremos las distintas áreas, sigannos.-
-¡Oh, Dios mío. No lo puedo creer!-
-¡Y yo que pensaba ausentarme hoy! -
-¡Es él, Lord Saotome! Por fin lo conozco, es más apuesto de lo que decían los rumores.-
- ¡Qué bueno que me cambié de escuela! Jamás habría podido verlo de tan cerca en un baile.-
- El capitán que lo acompaña también es muy apuesto.-
El cuchicheo en el lugar era insostenible. Ayane huyó de su cercanía tanto como pudo. Se suponía que eran desconocidos, por lo que no tenía sentido que se hablaran en aquel lugar. La joven peliazul se resguardó en la tranquilidad de su escritorio en el área de archivos. Solo se dedicaría a hacer sus transcripciones sin darse a notar.
- ¿Por qué crees que esté aquí?- unas chicas habían ingresado a tomar algo de los archiveros.
- A caso no es obvio, viene en representación del ejército.-
- ¡Qué tonta eres! Hablo de su razón real-
-¿Cuál otra razón puede haber? - cuestionó una tercera.
- Eres demasiado despistada, Yuriko. Es obvio que vino a ver a su prometida.-
La palabra dejó pasmada a la escribana al punto de soltar el pincel que sostenía en su mano. Su respiración volvió a entrecortarse. ¿Acaso alguien ya lo sabía?
- ¿Prometida? Lord Saotome no está comprometido y por lo que se sabe tampoco está muy interesado en ello.- bufó un poco triste Yuriko.
- Es verdad, pero yo he oído que lady Nodoka, la vizcondesa, sigue insistiendo. Dicen que trata de volver a reunirlo con alguna de las chicas con las que ya les hizo una cita para que sea su prometida. -
- Pero ¿qué tiene que ver eso con venir a Seren? -
- Porque casualmente aquí están cuatro de las jóvenes con las que se reunió antes. Kyo Kounji, Hikari Higurashi, Hanako Chiba y Kazue Kato. -
-Creo que estás divagando mucho. Es un comandante no haría ese tipo de tretas.-
- Y te parece lógico que el comandante más importante de la armada venga a una academia de chicas por motivo del hospital militar. ¡No somos un centro de enfermeras! -
- ¿Y por quién crees que haya venido?-
- ¡Apuesto lo que sea a que es por Kounji! -
- ¿En serio? Pues yo hubiera creído que sería por Kazue es la más hermosa de todas.-
- Kato es bonita pero oí que se aburrió mucho en su cita. Parece que con Kyo habló más que con las otras. Entonces debió parecerle interesante.-
Ayane ya no podía seguir ahí escuchando los incesantes chismorreos de sus compañeras. No quería saber nada que tuviera que ver con Ryoma, ella había decidido que sería mejor así, permanecer lo más extraños que fuera posible. Por lo que dejando el pincel en su lugar decidió salir un momento de la habitación.
Afuera en los pasillos todo estaba más animado de lo normal, pero prefería eso a seguir en su escritorio. La joven de larga cabellera azul decidió revisar los otros cuartos de archivo para encontrar a sus amigas y distraerse un rato y de paso llevar unos documentos para que Sayuri los clasifique.
- Definitivamente, está aquí para verme.- la melodiosa pero irritante voz de Kazue, la belleza cantora de Seren, se hizo notar en el pasillo.
- ¡No puedo creerlo! ¿En serio lord Saotome a venido a visitarte, Zue? Debes estar emocionada.- le dijo una de sus fieles seguidoras.
- Un poco, pero no puedo decir que me sorprenda. Después de todo, luego de nuestra cita es normal que siguieramos frecuentándonos.- presumió falazmente.
- ¡Qué charlatana resultaste ser, Kato! - Una despampanante joven de cabello ondulado claro le hizo frente.
- ¡Hanako! -
De repente el pasillo se llenó de expectadores.
- ¡Decir que su excelencia vino a verte! ¡Qué tontería! Todos saben que luego de tu aburrida cita el comandante pidió ya no realizar reuniones concertadas. Ya no deben llamarte la belleza de Seren, sino la aburrida de Seren.- dijo mordaz sin reparos la atrevida chica.
Los oh y los murmullos no se hicieron esperan en la audiencia.
-¿Cómo te atreves?-
Enrojecida hasta las orejas por la furia y la verguenza. La ofendida chica se acercó a una estudiante que llevaba unos frascos pequeños de medicamento y con rapidez se los arrojó a Hanako.
Sin embargo estos nunca llegaron a tocarla, pues Ayane, siendo más rápida, se posicionó delante de su compañera y con gran agilidad atrapó cada uno de los frascos antes de que la tocaran.
- ¡Este no es tu asunto Tendo! - la colérica mujer no iba a quedarse de brazos cruzados.
- ¡Kazue para con esto, nos meterás en problemas!-
- ¡Tú no me das órdenes!- dispuesta a demostrar su superioridad, la belleza de Seren, no dudó en levantar su mano para golpear el rostro de la peliazul. Ayane tenía sus manos llenas con los frascos por lo que sería difícil parar el golpe, pero trataría de usar su antebrazo como escudo.
Pero la palma de la enloquecida joven no la alcanzó, ya que su muñeca era sostenida firmemente por la mano del lord comandante.
- Señorita Kato, por favor cálmese.- le habló con firmeza.
- Lord Saotome, yo, yo... - La joven de ojos claros no podía con la vergüenza.
- ¡Kato Kazue y Chiba Hanako! ¿Cómo pudieron comportarse de esta manera? Dejen el pabellón inmediatamente y esperen en mi oficina. - ordenó irritada la maestra principal.
Avergonzadas, ambas chicas se fueron rápidamente.
- ¿Está usted bien, señorita? - la profunda voz del chico de la trenza hizo que la habilidosa joven que aún sostenía los frascos cayera en cuenta de que ahora estaban uno frente al otro muy cerca.
Ryoma no podía comprender la habilidad que tenía su prometida para lastimarse.
Estaba dando vueltas por la biblioteca, tratando de evitar en lo posible a sus antiguas citas; tarea que vio infructuosa cuando ya no pudo eludir a Kyo Kounji, cuando escuchó que muchas personas se amontonaban en el pasillo. Curioso, salió a ver qué era todo ese jaleo y la escena lo dejó algo perplejo.
Dos de sus ex citas, las señoritas Kato y Chiba estaban discutiendo. Por unos segundos dudó en intervenir, después de todo el motivo de su encuentro resultó ser él mismo, por lo que era mejor no inmiscuirse. Pero cuando su visión periférica previo la intensión de Kazue, no pudo quedarse de brazos cruzados.
No obstante, para su asombro, su prometida resultó ser más ágil y competente que muchos de sus subalternos. Con gran destreza atrapó todos los frascos lanzados y no por pura casualidad, Ryoma reconoció que la chica aplicaba técnicas entrenadas. La joven Tendo era sin duda una caja de sorpresas.
Pero cuando Kazue se acercó con toda la intención de golpear la cara de Ayane una sensación nunca antes experimentada se apoderó de él. Preocupación, enojo, malestar, todo junto y a la vez separado, eso lo inquietó y lo llevó a ejercer mayor fuerza que la necesaria sobre la muñeca de la joven Kato.
En su apuro por saber su estado, casi la llama por su nombre, pero se corrigió antes de hacer algo que los dejara en evidencia.
- Sí su excelencia. - habló sin mirarlo a la cara.
"Quien diría que podría actuar tan tímidamente."
- Menos mal es habilidosa, estos frasquitos de lejía pudieron causar un daño irreparable. - diciendo esto aprovechó para quitarle los envases de la mano y ponerlos en un charola que llevaba otra estudiante.
-¡Por todos los cielos!- exclamó conmocionada una de la maestras que se había acercado a la joven peliazul. -Querida niña, ¡¿cómo puedes ser tan despreocupada?! Te arriesgaste tontamente. - la regañó fuertemente la mujer de mediana edad. Sabía que no era su intención, pero quedó asustada después de descubrir que las botellas tenían aquel nocivo químico. -¿Qué tal si una se hubiera caído en tu cuerpo?-
- Señora, creo que es mejor no reñirla más. La joven actuó con valentía y afortunadamente no pasó ninguna desgracia.-
- Sí milord, pero ese accionar no es propio de una da...-
- La señorita parece seguir desconcertada, sería mejor dejarla descansar en un espacio menos tumultuoso.- Se apresuró a decir el chico ojiazul cuando vio que la muchacha torcía sus labios a la mención de su 'inapropiado comportamiento'.
- Claro, milord.- la mujer tomó cuidadosamente del brazo de la joven y la guió fuera del ojo de los murmuradores.
Ayane bebió con cuidado el té que le fue servido por su maestra antes de salir y dejarla sola en su despacho. La briosa muchacha no estaba para nada asustada después de lo sucedido, pero agradeció la mentira dicha por su falso prometido, ya que al menos ahí nadie la molestaría hasta que pudiera regresar a casa.
- Debí quedarme en casa.- susurró con los ojos cerrados al tiempo que suspiraba hondamente.
- Eso habría sido ideal, pero dudo que tu compañera estuviera sana y salva de haberlo hecho.-
Los ojos cafés de la diestra chica se abrieron rápidamente al oír la profunda voz.
-¿Qué hace aquí, milord?- Inquirió.
- Solo pasaba a comprobar que estabas bien y a traerte esto.-
En pocos pasos, el alto joven cortó la distancia de ambos y puso sobre la mesa donde descansaba la todavía humeante taza de té, una carpeta algo llena.
- Perdona si fui algo entrometido, tuve que ver algunos archivos para saber quién era su dueño. Creo que se te cayó cuando hiciste tu acto heroico del día.-
- Pudiste solo dárselo a una profesora y ya. -
Ayane se mantenía tan distante como era posible de aquel sujeto, incluso en sus palabras.
- ¿Por qué siempre tienes esa actitud tan aversiva hacia mí? Tenemos el mismo problema en común pero no creo que debamos odiarnos por eso.-
Ryoma quería entender porqué le resultaba tan molesto a la joven Tendo. Sí, estaban enredados en una relación compleja pero le parecía que luego de llegar a aquel acuerdo ambas partes se llevarían sin problemas. Parecía estar equivocado.
- Eso tampoco implica que debamos ser amigos, ¿verdad? Estoy bien, gracias por encontrarme una salida. Ahora, ¿podrías retirte? no quiero ser el blanco de una próxima contienda o peor que se sepa de nuestro compromiso.
- No entiendo, a qué te refieres. -
- ¿No es obvio? ¿No sabes el gran lío que armaste con tu presencia aquí? Esas chicas estaban peleando por saber quién era la razón de que vinieras a la academia. Y casualmente, tienes a cuatro ex novias aquí. Todas quieren estar detrás de ti y descubrir quién es la 'afortunada', mientras tanto yo solo quería estar en un lugar tranquilo fuera de todo problema hasta que la tonta visita terminara, pero terminé embarrada en todo eso. - dijo con gran frustración rascando exageradamente sus cienes.
-Espera un poco- dijo acercándose nuevamente sosteniendo con ambas manos las finas muñecas de la joven.
El roce inusual volvió a enviar descargas eléctricas a los dos jóvenes. El efecto hizo que un profundo azul gris y un oscurecido castaño se encontrásen en una mirada que cualquiera de ellos podría decir, se sintió diferente. Inmediatamente el hombre la soltó.
-Lo siento- rápidamente el comandante centró su vista en otro punto de la habitación como si viera algo sumamente interesante y tomó asiento en el sillón que estaba al lado.
- Señorita Ayane, creo que le dejé muy en claro en nuestro primer encuentro que el compromiso no es mi prioridad en este momento, y un noviazgo tampoco. Esas cuatro muchachas que usted afirma, fueron citas orquestadas por mi tía.-
- Sea como fuere, no es de mi incumbencia.- lo ignoró, acercando de vuelta la taza a sus labios.
El comandante lanzó un profundo suspiro antes de tomar de nuevo la carpeta que había traído consigo.
-Señorita Ayane, tengo otro motivo para venir a verla, lamentablemente no podía esperar para hablar con usted fuera del ojo público, por lo que espero me disculpe.-
La peliazul lo miró intrigada y temerosa. Ella intuía de que podía tratarse aquello.
- ¿Es por lo del domingo? Sé que debemos discutirlo pero no creo que sea el lugar.-
- ¡¿Qué?! ¡No! No es eso. Bueno a decir verdad eso también es importante, de hecho pensaba visitarle mañana, le envíe una carta a su padre.- Ryoma abrió el folio que sostenía y le mostró unas hojas a la joven.- Quería preguntarle si por casualidad usted realizó estas transcripciones.- Ayane tomó el documento y lo examinó notando al instante que,en efecto, era su letra, por lo que asintió.
- ¿Entonces usted sabe ruso? -
Los documentos que habian llamado la atencion del pelinegro correspondian a escritos de procesos de cuidados a enfermemos. los cuales tenian algunas hojas en lenguaje ruso, el cual, aunque el no lo hablaba podia reconocerlo.
- ¡Oh, lo pregunta por esto!- señalo las versiones en japones del archivo - Para ser honesta conozco solo lo basico. De hecho, trate de traducir esto apoyada con una copia inglesa que tambien tenia. - Le mostro ella la copia en ingles.
-¡Habla ingles!- Sin darse cuenta el comentario inesperado la hizo sonreir.
- Bueno, puedo decir que mucho mejor que ruso definitivamente.- Ayane volvio a guardar las hojas en su carpeta. - ¿Que hay de usted?-
-Solo saludos en ruso, y lo suficiente en ingles para tratar con extranjeros. Mi especialidad es el chino.- él tampoco pudo evitar sentirse demasiado cómodo con su charla.
- No conozco nada en chino más allá del nihao.-
¿Cómo pasó esto? Estaban temperamentales hace un momento y ahora parecian tan naturales. Ese hecho tan singular los confundio.
- ¿Y por que queria saber si podia entender ruso?- cuenstiono ella. Ryoma parecia meditarlo por unos segundos antes de darle la respuesta.
- Nada en particular, es solo que me parecio sorpresivo. En un buen sentido, por supuesto.-
Ayane sabia que mentia. Era un hecho demasiado superficial como para arriesgarse a que alguien sospeche de su relacion al buscarla dentro de esos pasillos tan susurrantes y ojos que no se le apartaban de encima. En algun punto el penso en ella para algo mas, pero lo reconsidero y ahora ella estaba demasiado curiosa por saber aunque esperaria el momento adecuado para insistir.
- Ya veo.-
Nuevamente el silencio incomodo parecia aprovecharse de ellos y sus gestos estoicos volvieron a aparecer.
El comandante pronto dejó el cómodo asiento del pequeño sofá y se dispuso a salir.
- Ya deberíamos estar prontos a irnos.- dijo refiriéndose al grupo de la visita militar.- Lamento los problemas que pude causarle, espero llegue bien a casa.-
Antes que él girase el cerrojo, la voz de la joven lo detuvo.
- ¿Y no me dira cuál fue la razón? Para venir quiero decir.- Ryoma seguía parado frente a la puerta sin darle la cara.
- Creame que no vine aquí por gusto. Pero fue muy satisfactorio ver a alguien usar una técnica de defensa tan buen. La veo mañana, señorita.- mencionó antes de salir.
El suave golpe del pestillo fue el único sonido que resonó en la habitación. La respiración de la muchacha de ojos chocolate se detuvo un segundo al tiendo que sus mejillas se tornaban de un delicado color melocotón, aunque esta vez no por enojo alguno.
- ¡Solo déjame sola!- susurró. Las oscuras iris de la joven se cristalizaron como pozos de chocolate por las casi imperceptibles lágrimas que amenazaban con salir.
-Ayane-
El nombre de la joven escapó con pesadumbre.
Ryoma no podía dejar de verla. Estaba atrapado en sus tupidas pestañas humedecidas y en la rojez de su nariz. La visión hizo que su corazón empezara a acelerarse sin comprensión alguna. No entendía como la tristeza en las retinas de su falsa y casi desconocida prometida le calaban tan profundamente.
- Déjalo ser- respiró profundamente para calmarse, no quería que aquel extraño la viese llorar - sigamos con esto, en unas semanas todo habrá terminado.- dijo al tiempo que giraba su rostro para no seguir bajo el escrutinio de los ojos azules que parecían perseguirla.
Sin embargo, a los pocos segundos su barbilla fue tomada con delicadeza por un fuerte agarre.
- Así es, esto acabará.- repondió con seriedad - Pero estás muy equivocada si crees que dejaré que te hablen de esa forma.-
Las palabras anonadaron a la joven. En ese lapso de conmoción recién ambos caían en cuenta que habían empezado a tutearse.
-Ja, es gracioso que lo digas, ¿olvidas que antes me dijiste que era una persona desesperante?- Fue lo primero que dijo para soltarse rápidamente de su agarré. Debía hacerlo pues, la verdad, su cercanía la empezaba a poner nerviosa.
- Irritante y molesta también, no he retirado mis palabras.-
El calor subía a la cabeza del guerrero, esa chica era una auténtica conflictiva. ¿Cómo podía traer a colación lo que había pasado antes? ¡Esto era algo totalmente diferente!
La joven rebelde estaba a punto de contestarle, pero fue adelantada.
- Pero entiende esto Ayane, aunque tu carácter no sea el más delicado, jamás permitiré que te minimicen.- dijo mientras pasaba delicadamente su dedo pulgar por el borde de sus ojos acuosos.
El brillo salvaje y determinado que desprendía su mirada grisácea sorprendió y asustó un poco a la peliazul. Era genuino, sin fingimiento. No había palabras de por medio, pero ella sabía que esto era una promesa.
"Supongo, que ese es el verdadero Ryoma Saotome"
Flash Back
- ¡Lord Saotome! ¡Es bellísimo! - la dulce voz Hana se oía maravillada luego de ver el hermoso obsequio que el comandante había traído para su pequeña hermana.
- Ayane hija, qué esperas para agradecerle tan hermoso presente a tu prometido. - apresuró Shun.
- Es una tela muy delicada y hermosa. Las flores también son encantadoras, muchas gracias, milord.- respondió ella monótona. La peliazul parecía un poco incómoda por la reunión.
- Me alegra que sean del gusto de la señorita.- la fingida sonrisa del hombre era lo suficiente creíble para el cabeza y la mayor de los Tendo, pero para la joven Ayane su pretensión no escapaba. ¿Cómo era tan bueno en ello?
- Como acordamos la vez anterior que estuve en su casa he venido a visitarlos antes de la comida del domingo con mi familia. Me gustaría que nos familiaricemos más antes de que conozcan a los Vizcondes. -
- Por su puesto, conversemos mientras pasamos al comedor, puedo decirle muchas cosas de mi hermana.-
- ¡Hana!- llamó la más pequeña de la casa.
- Me encantará oírlo. -
- Ho,ho, ho- rió alegremente Shun. -Estoy deseando que milord me cuente cómo van las cosas en la armada. No ha sido lo mismo desde mi retiro.-
- Estaré feliz de contarle.-
" Falso" Ayane siguió su camino detrás de su padre y su "querido" prometido. Su mirada inquisidora no dejaba de intentar saber quién era realmente Ryoma Saotome.
Luego de la comida, los jóvenes salieron al pequeño patio flotante del estanque familiar a beber té y conversar de la reunión del domingo, advirtiéndose cada uno del trato debía dar a cada miembro y de las respuestas que darían. La charla se extendió poco más de una hora. Antes de retornar el joven detuvo a la muchacha.
- Señorita Ayane esto es para usted, espero que esto sí sea de su gusto.-
La joven contempló un poco sorprendida el pequeño paquete envuelto.
- No mentí cuando dije que la tela me parecía bonita.-
-Pero lo hizo respecto a las flores, ¿me equivoco?- su imagen seria parecía denotar algo de humor.
- No es que me desagraden, pero nunca las había recibido.-
- No espera que crea eso, ¿cierto? Dudo que no la pretendieran antes, y que hayan usado flores para tratar de agradarla. Aunque es claro que fracasaron en el proceso.-
- No es que no las hayan enviado antes, es solo que nunca estuve interesada en aceptarlas. Entonces, es la primera vez en mucho tiempo que las puedo contemplar correctamente. - Sin enojo y asco quiso decir.
- Ya veo. Entonces, tal vez no quiera aceptar esto.- el pelinegro hizo un ademán de retirar el paquete que había extendido hacia la joven.- Es una pena, creí que esto se adaptaria mejor a usted.-
- Yo no he dicho que no lo aceptaría.- se apresuro a decir poniendo una mano sobre el paquete antes de que el comandante lo quitara de la mesa. En su apuro terminó rozando sin querer los dedos de su mano. La sensación en ambos fue como el de una corriente. - Disculpe- apartó su mano de inmediato.
- Es suyo- el chico de la trenza ignoró su disculpa y volvió a darle el paquete.
Como una niña, movida por la curiosidad, Ayane deshizo el envoltorio rápidamente. Ante sus ojos estaban dos libros, uno de aprendizaje de ruso y otro lo que parecía ser un libro de cuentos, la cubierta del último estaba bellamente labrada en cuero.
- Espero que esto la ayude en sus estudios. He oído que este es uno de los mejores libros para aprender la lengua. Y pensé que cuando ya lo dominara podría practicar con el libro de leyendas, tiene un lenguaje sencillo seguro que no le costará entenderlo. - su voz casi sonaba cálida.
La joven peliazul se había quedado sin palabras. Y el pelinegro no pudo evitar quedarse mirando el destellante brillo de sus alegres ojos chocolates. Ella parecía feliz y saber que el motivo era los obsequios que él había preparado hizo que el atlético comandante fuera envuelto por una extraña sensación no identificable.
- Creo que no me equivoqué. Este fue un mejor presente.- su tono habia vuelto a su impasibilidad de siempre.
La joven de larga cabellera azul lo miró fijamente por unos segundos.
- ¿Cómo lo hace? ¿Es por su trabajo?-
- Disculpe, ¿a qué se refiere?-
- Usted. Nunca muestra su verdadera cara.-
-¿Qué quiere decir?-
- Cuando nos conocimos parecía estoico, me ayudó aunque sé bien que no quería hacerlo, pretendió que era caballeroso, pero para mí fue algo obvio. Cuando se presentó en mi casa cambió, era muy amable y gentil con mi hermana y padre aunque prefería estar en cualquier otro lado, incluso habló bien de mí a pesar de que pudo decir la verdad. En la academia, pasó a mi lado varias veces pero ni se inmutó, si no lo supiera hasta yo habría creído que éramos desconocidos. Su rostro al darme los primero regalos era más gentil que ahora, pero no era honesto como en este momento. Me pregunto si alguna cosa que muestra al resto es genuino.-
- Ja, usted siempre me sorprende señorita Ayane.- rió fingidamente. - Aquí estoy dándole un presente de buena voluntad, y en lugar de recibir un agradecimiento recibo un cuestionamiento de mi persona. Es usted increíble.
A la joven no le gustó la liviandad con la que el ojiazul tomó sus palabras. Pero ella también podía jugar su juego.
- Lo mismo digo milord, no pensé que usted fuera un engreído pretencioso que diera cosas con el afán de ser alabado. Pero dado a que no lo conozco realmente, creo que hice mal al suponer que era diferente.- sonrió con burla.
- ¿Cómo puede ser tan desesperante e irritante?- de nuevo esa mujer tocaba sus nervios - Por favor, evite ser tan descarada el domingo, créame es por su bien. No me interesan los modales aristocráticos pero a mi tía sí.
- No se preocupe, puedo usar un antifaz tan bien como usted.- La joven se paró y siguió el pequeño puente que la llevaba a la casa grande dejando solo a su prometido y sus obsequios.
"¿Qué cara tuya es verdadera Ryoma Saotome?"
Fin de Flash-back
La diosa invernal miraba a una distancia prudente a la pareja que se encontraba discutiendo debajo del arbol de ume, por supuesto, ella no podía ser vista, pero prefería estar al margen.
- No logro entenderlos, son demasiado incongruentes.- Korihana trataba de comprender la compleja relación que tenían. A primera vista parecían detestarse. El resultado apuntaba a que la promesa de la primera nevada quedaría rota. En esta vida, estos dos no funcionarían. Pero Mikage insistía en tener fe en ellos. Ella, por otra parte tenía sus reservas al creer en la perdurabilidad del amor.
Pero luego, estos humanos tenían estos momentos que la hacían dudar de lo que creía, y muy en el fondo ella no estaba segura si deseaba equivocarse con ellos o no. Era egoista, pero el saberlo podría ahondar o no en su tristeza.
- Supongo que solo debo esperar y ver si realmente sucederá en esta vida.-
- Volvamos, nos están esperando.- la voz grave de Ryoma sacó a la diosa de su estupor y los observó mientras caminaban de regreso con los molestos huéspedes que se autoinvitaron a su almuerzo familiar.
Bueno creo que es facil identificar a la mejor amiga de Akane en este vida. Su nombre significa "Ambición o la que busca éxito"
Espero que hayan disfrutado de este capítulo. Si es así, por favor no duden en dejarme comentarios. Encuéntrame en twitter como gializz14
Anímame a seguir escribiendo! XOXO
