Luego del efusivo y apasionado encuentro que había sostenido junto a la dulce e inocente Leni, nuestra armoniosa relación cambió drástica y significativamente!!.

Y es que a pesar de lo bien que la habíamos pasado juntos, resultaba más que evidente que Leni sentía algo de culpa y vergüenza por el inesperado rumbo que había tomado nuestro inocente y fraternal vínculo; al punto, que se mantuvo evitándome durante varios días, para no hablar de lo sucedido.

A pesar de lo alterada, confusa e intranquila que se veía Leni, tenía más que claro que nuestra relación había cruzado un umbral sin retorno, que tarde o temprano nos volvería a juntar por el apasionado camino de la lujuria y el deseo!!.

De esa manera, decidí que lo más prudente y sensato por el momento, sería darle todo el tiempo y espacio que necesitase, para que fuese asimilando todas las vibrantes y estimulantes cosas que había estado experimentado; hasta que volviese a sentirse a gusto con mi compañía.

A fin de cuentas, estaba más que seguro de luego de ese día, ¡Nuestros cuerpos y nuestras almas permanecerán unidas eternamente!.

Después de haber disfrutando de la inigualable compañía de la hermosa y sensual Leni, los días en la casa Loud comenzaron a pasar con relativa calma y tranquilidad; y fue en ese lapso de tiempo en el que mi mente se empezó a enfocar irremediablemente en tratar de establecer con cual de mis hermanas tendría mayores posibilidades de poder estar.

¡Era cuestión de tiempo para que lograse fijar mi siguiente objetivo!.

Cierto día, mientras me encontraba jugando video juegos en la casa de Clyde, comencé a experimentar una fuerte sensación de migraña, que me tenía absolutamente exaltado; y que amenazaba con hacerme estallar la cabeza por tanto dolor!!.

En ese instante, el incesante suplicio producto de tantas horas de televisión, me hacía sentir realmente mal; por lo que rápidamente le pedí a Clyde que me diese algo que me ayudase a calmar el inmenso malestar que en ese instante me aquejaba!!.

Fue así como me dispuse a acompañar a Clyde hasta el cuarto de sus padres, ya que en ese lugar era en donde se encontraba el botiquín familiar; el cual, para mi sorpresa, estaba completamente lleno con toda clase de pastillas y medicamentos. ¡Cielos!.

Estaba más que claro que los padres de Clyde eran algo paranoicos, y hasta un poco hipocondríacos; ya que tenían diversas clases de cajas y recipientes, totalmente llenos con pastillas de todas las formas, tamaños y colores posibles!!.

Al preguntarle a Clyde sobre porque tenían tantas pastillas en el botiquín, este comenzó a señalar uno a uno los diversos recipientes, indicándome para que servía el contenido de cada uno; y aunque tenían gran variedad de medicamentos que no tenía ni idea de para que se usaban, mi cuerpo entero se estremeció tan pronto señaló el frasco que contenía las "pastillas para dormir".

Lleno de incertidumbre, no tardé en preguntarle a Clyde sobre esas pastillas en particular, a lo que automáticamente me respondió que eran una medicación especial que el doctor les había formulado a sus padres, para que pudiesen sobrellevar la continúa dificultad que tenían para conciliar el sueño; ya que según el, media pastilla era más que suficiente para lograr noquearlos y hacerlos dormir durante varias horas.

Escuchar tan interesantes y estimulantes palabras, no tardaron en provocarme un intenso cosquilleo en las bolas, seguido de fuertes y continuos corrientazos por todo el cuerpo; que me estaban haciendo sentir sumamente alterado e intranquilo.

¡Esas pastillas tenían que ser mías!.

En ese momento estaba más que seguro de que esas diminutas pastillas bancas, me serían muy útiles en mi propósito de tratar de hacer mías al resto de mis hermanas; por lo que decidí tomar prestadas solo un par de ellas, para que nadie se diese cuenta.

¡Ahora la cuestión era saber con cual de mis hermanas debía utilizarlas!.

Esa noche en particular no pude cerrar ni un sólo ojo, pensando en las diversas cosas que podría llegar a hacer con tan pequeñas y relucientes pastillas; ya que con esa nueva "ayuda", podía hacer mía a la chica Loud que quisiese!!.

La primera chica en quien pensé fue en Lori, ya que no solo era la mayor de entre todas mis hermanas; sino que era de lejos la más hermosa, imponente y sexy de toda la casa. Convirtiéndola en una elección, ¡Mucho más que perfecta!.

El simple hecho de considerar a Lori para tan arriesgado y excitante fin, automáticamente me empezó a generar una destacada y dolorosa erección, que no sólo me mantenía con la respiración turbada y entrecortada; sino que me impedía moverme libremente sin experimentar algún tipo de comezón o de dolor. ¡Uughhhmm!.

Emocionado ante la vistosa posibilidad que tenía delante mío, permanecí durante un largo rato, tratando de imaginarme las diversas e inigualables cosas que me encantaría hacerle a Lori, si llegase a tener la más mínima oportunidad de estar con ella.

Pero luego de meditarlo con mucha más calma y detenimiento, entendí que para lograr disfrutar al máximo de una mujer tan ardiente, sensual y provocativa como lo era mi atractiva hermana mayor, tendría que hacerlo cuando ella estuviese despierta; ya que de lo contrario, sería un auténtico desperdicio.

Lori era muy hermosa y estaba demasiado buena; por lo que si algún día lograba hacerla mía, lo mínimo que quería era que me demostrase en la cama lo maravillosa, lasciva y candente que podía llegar a ser!!.

Dada la enorme ansiedad e impaciencia que en ese momento estaba sintiendo, decidí que lo mejor sería tratar de descansar; para ver si de esa forma lograba aclarar mis pensamientos, así como encontrar la mejor respuesta a los diversos interrogantes que en ese instante me afligían!!.

Al día siguiente, mientras navegaba en la red tratando de despejar la mente, me topé con un par de videos de lo más sugestivos e interesantes; los cuales aumentaron el intenso grado de excitación y calentura, que hasta ese momento estaba experimentando en mi triste y acongojado cuerpo.

Me sentía de lo más extasiado y cautivado observando con absoluta calma y detenimiento cada uno de esos alucinantes y explícitos videos que aparecían en la pantalla, cuando de repente entra en escena una mujer de lo más candente, voluptuosa y sexy; la cual, para mi sorpresa, era el vivo retrato de mi dedicada y cariñosa madre.

¡Wow, que increíble e inesperada coincidencia!.

Tan pronto la vi, mi cuerpo entero se estremeció, y mis bolas empezaron a revolotear con increíble fortaleza e intensidad.

Y es que contemplar a tan hermosa y provocativa mujer, mientras esta se desvestía con enorme sensualidad y exagerada lentitud; en lugar de espantarme, me empezó a generar toda clase de ideas y pensamientos, los cuales jamás pensé que se me llegarían a cruzar por la cabeza!!.

Luego de contemplar con total detalle cada uno de los lascivos y atrevidos movimientos que realizaba la protagonista sobre la endurecida polla de su musculoso y sonriente compañero; no pude evitar llevarme la mano al pantalón, para dar inicio a una furibunda y electrificante sesión masturbatoria, que me tenía con las piernas temblorosas, y la piel completamente sonrojada y erizada.

A pesar de que nunca se me había cruzado por la cabeza la idea de tener sexo con mi propia madre, ver tan impactante y lascivo video fue suficiente para nublar mi juicio, y empezar a provocarme toda clase de pensamientos lujuriosos y retorcidos; los cuales, me moría de ganas por poner en práctica!!.

Por primera vez en toda mi vida, no veía a Rita como mi madre, sino como una mujer de lo más ardiente, impetuosa y apasionada; la cual me moría de ganas de hacer mía!!.

Fue así que luego de observar ese suntuoso e impactante video, y de correrme salvajemente pensando en las prominentes y resaltadas curvas de mi provocativa y fervorosa madre; que empecé a pensar muy seriamente en que se sentiría tener intimidad con una mujer con tanta experiencia, pasión y brío.

Y es que el hecho de que tuviese 11 hijos solo podía significar una cosa... ¡A Rita le encantaba el sexo, y de seguro era muy buena en ello!.

¡Estaba decidido!. Haría todo lo que estuviese a mi alcance para tratar de tener intimidad con mi madre.

Una vez que tuve claro con quien quería utilizar las pastillas, tan solo tenía que encontrar la mejor manera para poder hacerlo; ya que si fallaba, ¡La vida como la conocía, de seguro llegaría a su fin!.

En ese punto, sabía que lo más lógico sería dárselas a mis padres para dejarlos fuera de combate, y que de ese modo estuviesen completamente a mi merced.

¡Aunque eso era lo que menos me preocupaba!.

En ese instante el único inconveniente que tenía en el horizonte, era el hecho de que desde hace poco, a mis padres se les había dado por encerrarse en su alcoba al momento de dormir; y lo hacían no solo para poder tener algo de privacidad, sino para lograr descansar tranquilamente sin que alguno de nosotros les interrumpiese el sueño a mitad de la noche!!.

Con la mente puesta en dicho inconveniente, me levanté muy temprano, y aprovechando que era sábado, y que mi mamá estaba sumergida en su incesante rutina matutina; tomé su llavero sin que se diese cuenta, y salí corriendo hacia la ferretería, a sacar una copia de la llave de su alcoba.

En ese momento empecé a sentir un enorme nudo en el estómago, de tan solo pensar que mi madre descubriese que había tomado sus llaves sin su consentimiento, ya que no tendría una respuesta clara para esa pregunta; pero por suerte todo salió excelentemente, ya que regresé a casa sin despertar sospecha alguna, y con tiempo suficiente para poder desayunar!!.

Con la llave en mi poder, tan solo tenía que esperar, para lograr poner en práctica mi atrevido y osado plan!!.

Luego de un día realmente largo, en el que tuve que masturbarme en repetidas ocasiones para poder sobrellevar tanta ansiedad e impaciencia; finalmente llegó la noche.

Sabia que la hora de la cena sería el momento ideal para darles la pastilla a mis padres, por lo que anticipándome a dicho suceso, llegué antes a la cocina, y le dije a mi padre que esa noche le ayudaría con la comida.

Fue así que mientras el servía la cena, aproveché la oportunidad para sacar de mi bolsillo una pequeña bolsa con las dos pastillas previamente molidas; las cuales apliqué con mucha cautela en los respectivos vasos de mis progenitores, para poder estar seguro de que en verdad se las tomaron.

A pesar de las diversas miradas de extrañeza provenientes de la mayoría de mis hermanas mientras continuaba ayunando en la mesa, nadie sospechó nada. Fue así que dió inicio una de las cenas más excitantes e intranquilas que jamás hubiese podido disfrutar!!.

Al cabo de un rato, pude comprobar con admiración y deseo, la manera en la que mis padres se tomaban felizmente toda la limonada, sin notar nada raro en su aroma y sabor.

¡Las cartas estaba echadas!. ¡Solo era cuestión de esperar!.

Ese sábado en particular, justo después de cenar, Lori se fue con su novio Bobby a dar un paseo; mientras que el resto de mis hermanas se encerraron en sus respectivas habitaciones.

Todo estaba saliendo a pedir de boca, y lo único que tenía que hacer era aguardar a que las pastillas hicieran efecto!!.

A eso de las 10:30 pm, me dirigí con nerviosismo y extremo cuidado hacia la sala; y tan pronto llegué, me pude dar cuenta de como la casa permanecía totalmente vacía, y en completo silencio.

¡Tenía luz verde para proseguir!.

Tan pronto estuve en frente de la alcoba de mis padres, toqué en un par de ocasiones, y pegué el oído a la puerta para comprobar si escuchaba algún tipo de ruido; pero al no sentir absolutamente nada, extendí mis delgadas y temblorosas manos, y procedí a abrir la puerta con extremo cuidado.

En ese instante podía sentir cada uno de los acelerados y firmes latidos de mi extenuado y frágil corazón; pero a pesar de lo inquieto e intranquilo que me sentía, no detuve ninguno de mis consternados movimientos hasta girar completamente la cerradura.

Una vez que logré entre abrir la puerta, pude darme cuenta del modo tan relajado y profundo en el que dormían mis padres.

Con el panorama aparentemente a mi favor, entré lentamente a la habitación, y tras cerrar la puerta con seguro; permanecí durante un par de segundos observando fijamente a ambos, para ver si se movían aunque fuese un poco.

Después de comprobar lo estáticos que se encontraban, me dispuse a contemplar con mayor detalle la inigualable silueta de mi bella y voluptuosa madre; la cual, estaba tan solo cubierta por una fina y delgada bata blanca, que era tan corta, que no le llegaba ni a las rodillas.

Parecía que todo estaba dado para que hiciera de las mías; pero justo antes de animarme a proceder, estiré uno de mis delgados y agitados brazos, y empecé a jalar muy suavemente uno de sus delicados y blancos pies, para comprobar que tan dormida estaba.

Después de todo, ¡Tenía que estar completamente seguro de lo que iba a hacer!.

Mientras tiraba con cautela de uno de sus pies, el cuerpo de mi madre no se movió ni un solo milímetro, y aunque eso debería de ponerme dichoso; por un instante me asusté, al pensar que quizás las pastillas le habían provocado algún tipo de ataque que la mantenía en ese estado tan profundo.

Lleno de temor, me puse rápidamente a su lado para tratar de tomarle el pulso; pero al comprobar la forma en la que su prominente y abultado pecho subían bajaba con innegable convicción y sensualidad, dejé de preocuparme, y empecé a reparar su asombrosa figura con innegable lujuria y deseo!!.

Desde mi posición podía ver como subían y bajaban sus abultados y excepcionales senos; los cuales, al estar cubiertos por una fina capa de tela, dejaban apreciar sus sublimes pezones en toda su magnitud. ¡Oooghhmm!.

A medida que continuaba contemplando las sorprendentes glándulas mamarias de Rita, mi polla se hacía cada vez más grande y erguida; al punto que había empezado a molestarme dentro de mi ropa interior.

Mientras apreciaba la manera en la que la tenue luz de la luna que entraba por la ventana, se reflejaba con efusividad sobre la deslumbrante y pálida piel de mi ardiente y provocativa madre; llevé una mano a mi pantalón, e instintivamente empecé a acariciarme la polla por encima de la pijama, para tratar de aplacar la increíble calentura a la que estaba siendo sometido.

Nunca me había fijado en el rostro de mi madre, pero al tenerla tan cerca pude darme cuenta de lo atractivo y delicado que este se veía; sobre todo mientras dormía plácidamente.

Rita era muy hermosa y sensual, y estaba bajo mi completa merced!!.

Llevado por la excitación, empecé a subir muy suavemente la pequeña bata que cubría su curvilínea y tersa figura; y lo hice hasta posarla sobre su ombligo, dejando ante mi vista una coqueta y realmente ajustada pantaleta blanca, que resaltaba generosamente los abultados atributos de mi madre. ¡Oohhh, cielos!.

Con su imponente pantaleta totalmente expuesta, no pude aguantar más los continuos corrientazos que recorrían con libertad por todo mi cuerpo; por lo que sin siquiera pensar, me bajé el pantalón, hasta quedar con mi vibrante polla completamente expuesta.

Mientras contemplaba extasiado la maravillosa silueta de mi madre, no pude evitar acercar mi cabeza hacia su abultada entrepierna; y una vez ahí, empecé a palpar y disfrutar de su suave y delirante olor.

El coño de Rita no solo lucía imponente, sino que emanaba una fragancia de lo más refrescante y cautivadora, que me tenía con el pulso acelerado, y las bolas completamente inflamadas.

¡Ya no podía más!. ¡Tenía que actuar rápido!.

Cautivado por tan soberbia figura, recorrí una última vez todo su cuerpo hasta llegar a su lindo rostro, y al comprobar que seguía dormida, me acomodé a un lado suyo, y estirando una de mis agitadas manos, comencé a acariciar sus prominentes muslos en sentido ascendente, disfrutando de toda su suavidad, firmeza y textura en el proceso!!.

A medida que deslizaba mis inquietos dedos por la cara interna de sus formidables muslos, podía notar como de a poco, el cuerpo de Rita había empezado a sacudirse levemente, por culpa de mis certeros y tenaces movimientos.

Estaba completamente cautivado, y entre más me acercaba al frondoso sexo de mi madre, mayor era la intranquilidad y el nerviosismo que sentía!!.

Sabía que estaba haciendo algo muy arriesgado; pero el olor de su cuerpo y la calidez de sus piernas me tenían sumergido en un inigualable frenesí de demencia y pasión, que me tenían con la mente embelesada y más eufórico que de costumbre.

En ese instante, ¡Mi polla era la absoluta dueña de toda mi voluntad!.

Al llegar a su entrepierna, no aguanté más las ganas, y empecé a desplazar la delicada yema de mis dedos, por todo lo largo del pequeño canalillo que se le marcaba con sutileza justo en medio de su voluminoso y desafiante coño.

¡Ohh!. ¡Que grandiosa sensación!.

Tan pronto deslicé mis traviesos dedos justo en medio de los hinchados pliegues vaginales de mi madre, pude ver como esta dio inicio a un sutil pero contundente contorneo de caderas; casi al tiempo en que liberaba un par de tímidos pero excitantes jadeos de satisfacción, que me tenían con la polla tambaleando de un lado al otro.

Rita: ¡Mmmm, Mmmm!. ¡Mmmmmh!.

Poco a poco las suaves caricias que ejercía sobre la rajita de Rita, empezaron a agitarla y no tardaron en humedecer su vistosa y elegante pantaleta blanca. Entre más le estimulaba el coño, mayor eran los flujos que liberaba de su imponente entrepierna!!.

Al comprobar el destacado estado de agitación y calentura presente en el cuerpo de mi madre, y al ver la manera en la que su respiración se hacía cada vez más pesada y entrecortada, dejé de acariciar su rajita.

Fue así que tomando su ajustada pantaleta por ambos extremos, me dispuse a retirarsela lentamente; mientras veía atónito y con profunda admiración, el modo en el que emergían sus formidables y peludos labios.

Rita era dueña de una delirante y voluminosa vagina, la cual estaba poblada por una frondosa mata de sensuales vellos rubios, que contrastaban sutilmente con el delicado tono rosa presente en sus carnosos pliegues vaginales. ¡Uff, que imponente mujer!.

Mientras admiraba su firme y gloriosa vagina, dirigí mi mirada hacia su bello y seductor rostro, para ver si brindaba la más mínima señal de despertarse; pero al observarla con extrema cautela, pude comprobar como continuaba algo agitada, pero con los ojos cerrados.

¡Había llegado el momento que tanto estuve esperando!.

Luego de acomodarme con extrema rapidez entre sus prominentes y gruesas piernas, empecé a separar con mucha habilidad y extremo cuidado, los dorados vellos que cubrían su sofocante y olorosa gruta; y al hacerlo, finalmente pude notar lo abultados y firmes que eran sus labios vaginales.

Al acariciar directamente sus gruesos y encharcados labios vaginales, podía sentir toda la humedad y extrema calidez que emanaba de su tembloroso interior; Rita cada vez estaba más sudada y perturbada, por lo que no tardó en empezar a gemir con desesperación y agonía:

Rita: ¡Ohhh, Oohhh... Mmmm, Mmmmhh!. ¡Uhmmmmm!.

A medida que recorría los candentes y sonrosados pliegues vaginales de mi madre, aproveché su total pasividad y cooperación para deslizar uno de mis escuálidos dedos en su prominente zanja; para sentir toda su tersura, furor y viscosidad, a medida que me iba apoderando de su dilatado interior.

Como era de esperarse, no me costó nada de trabajo introducir uní de mis dedos dentro de su sensible concha; es más, al comprobar lo fácil que le había entrado, le introduje rápidamente un segundo dedo para continuar palpando toda su increíble elasticidad y forma.

Cegado por la lujuria, empecé a penetrar cada vez más rápido el perturbado interior de mi madre, notando con extrema rapidez el sonido que producían mis dedos cada vez que se adentraban en tan placentera y acalorada cavidad.

Casi al tiempo en que mis dedos taladraban el chapoteante coño de Rita, saqué mi lengua y me dispuse a degustar directamente del apoteosico néctar que emanaba con recelo de entre sus fulgurantes labios.

El coño de Rita estaba tan mojado que a pesar de todos mis esfuerzos, me resultaba casi imposible el contener los diversos hilos de flujo que escapaban de la comisura de sus labios.

Mientras hacia desaparecer una y otra vez mis dedos dentro de sus robustos labios, posé mi mirada sobre el pequeño y resplandeciente botoncito que se alzaba con recelo en la unión superior de sus pliegues vaginales; y sin perder ni un solo segundo, empecé a envolverlo con mi rugosa y serpenteante lengua, hasta hacerla alucinar y retorcerse con impaciencia y locura.

Rita: ¡Mmmm, Mmmm!. ¡Oohhh... Uhmm!.

Poco a poco Rita empezó a batir sus ardientes excepcionales caderas al ritmo de los veloces lametazos que le propinaba a su estresado clítoris; y entre más rápido lo hacía, mayor era el descontrol que tenía en su irritado cuerpo.

Mi madre estaba completamente encharcada y al mirar su rostro, pude notar como de a poco había empezado a esbozar una excitante sonrisa llena de lujuria y deseo, que me provocó una feroz punzada en la polla!!.

Fue así que sin dejar de estimular su inquieto coño, empecé a subir lentamente con mi lengua, recorriendo con sutileza todo su abdomen, así como como su sensual ombligo; hasta quedar a las puertas de sus voluminosas y erguidas tetas.

Al estar tan cerca, me resultaba realmente fácil poder contemplar la manera en la que los delgados pezones de Rita, se marcaban con tenacidad sobre la fina bata que aún cubría su cuerpo.

Ensimismado ante tan apoteosica belleza, sujeté la bata que permanecía atrancada junto a las vistosas tetas de mi madre; y con mucha precisión, fuerza y extremo cuidado, continúe subiéndosela lentamente, hasta que finalmente logré despojarla de tan pequeña y suave prenda.

¡Después de un gran esfuerzo... Rita estaba totalmente desnuda!.

Tan pronto sus apoteósicos par de senos quedaron al descubierto, pude contemplar con inigualable entusiasmo, el modo en el que sus erguidos y puntiagudos pezones se alzaban hacia el cielo.

Rita tenía unas espléndidas y colosales tetas, las cuales eran un auténtico deleite para los sentidos.

En ese momento no cabía de la dicha, ya que después de mucho tiempo, volvía a tener frente a mis ojos el inigualable busto de mi madre; ese mismo que me dió tanta satisfacción y tranquilidad cuando era un bebe!!.

Conmovido ante su extraordinaria belleza, no tardé en llevar mi mano hacia una de sus tetas, para empezar a estrujarla, y disfrutar de su forma y firmeza; pero era tan grande, que ni siquiera lograba abarcar toda su superficie con mi pequeña mano.

El pecho de mamá no sólo era enorme, sino que también lucía bastante paradito y erguido, muy a pesar de haber tenido tantos hijos.

Las duras, blancas y realmente compactas tetas de mamá, estaban adornadas por un par de finos y puntiagudos piquitos, bastante erguidos y sonrosados; los cuales, le daban un toque de elegancia y majestuosidad a su colosal figura.

¡Jamás hubiese imaginado lo buena que estaba Rita!. ¡Uughhhm!.

Con las piernas temblorosas y mi cuerpo consternado, acerqué mi boca a una de los senos de mamá, hasta apresar con mis labios su ardiente y firme pezón. ¡Mmmm... Que inigualable sabor!.

Bastaron un par de entusiasmadas chupadas, para que mi cuerpo entero se trasportase nuevamente hasta mi animada niñez, y recordase lo feliz que me hacía apretar y succionar las seductoras tetas de mi madre.

Entre más le devoraba y estrujaba el pecho, mayor era la agitación y el descontrol presente en el alterado cuerpo de mi intranquila madre; y es que en ese punto estaba tan frenética, exaltada y electrizada, que de seguro estaba cerca de llegar a su primer orgasmo.

Rita: ¡Oohhh, Ooojjhhh!. ¡Mmmm, Mmmmmhh!. ¡Ooggjjjhhhmm!.

Con un feroz e incontrolable cosquilleo recorriendo con total libertad desde mi nuca hasta mis emotivas y palpitantes bolas; me aparté rápidamente de mi madre, y empecé a acomodarme en medio de sus gruesas y surrealistas piernas.

Lleno de deleite y de una mágica y monumental excitación, sujeté con firmeza mi enrojecido y tieso pene; y empecé a restregarsela con mucha lentitud por todo lo largo de sus lubricados y carnosos labios, una y otra vez, de arriba hacia abajo, hasta que poco a poco se fue perdiendo en sí interior. ¡Uhmmm!.

Mientras restregaba mi endurecido falo por la fogosa y aceitada raja de mi madre, podía notar la manera en la que su trastornado pecho subía y bajaba al compás de su turbada y agitada respiración.

Con una inigualable comezón extendiéndose por todo mi interior, acomodé rápidamente mi cuerpo en medio de sus piernas, y sujetando a Rita por los hombros, se la enterré de una firme y profunda estocada que nos hizo suspirar a ambos!!.

Tan pronto mi polla se perdió justo en medio del consternado y humedecido coño de mi madre, mi cuerpo entero se acalambró, mi respiración se aceleró, y no pude mantener los ojos abiertos.

El interior de Rita se sentía extremadamente cálido y placentero, y a pesar de la enorme facilidad con la que mi polla se abría paso dentro de su aterciopelado y emotivo coño.

Podía sentir el modo en el que sus paredes vaginales envolvía con pasión, lujuria y tenacidad mi punzante y activo miembro, brindándome la energía y los estímulos que necesitaba para continuar taladrado su electrizante y tersa gruta. ¡Ooogghhhmm!.

Fue así que con la polla entumecida, el cuerpo transpirado y las bolas completamente efervescentes, di inicio a un frenético y demencial vaivén de caderas, que me hizo sollozar y estremecer con destacada briosidad e intermitencia.

- ¡Oohhh, Ohhhh!. ¡Mmmm, Mmmhh!. ¡Nghhhh!.

En ese instante parecía que mis ansiosas caderas hubiesen cobrado vida propia, ya que se movían cada vez más y más rápido; mientras taladraban la ensanchada y placentera gruta de mi complaciente madre.

Mientras saciaba la inmensa lujuria, pasión y erotismo que prevalecía en mi inquieto e intranquilo interior; llevé mi boca nuevamente hasta sus vibrantes y transpiradas tetas, y me dispuse a regocijarme plenamente con su cautivante redondez y su embriagante sabor.

A medida que continuaba chupándole las tetas, fui acelerando el ritmo de mis enérgicas embestidas, hasta sentir el sensual sonido que producían mis bolas cada vez que impactaban contra el sofocante sexo de mi jadeante progenitora!!.

Poco a poco fui subiendo la intensidad de mis besos y la velocidad de mis estocadas, deleitándome con el calor de su figura y el envolvente aroma de su piel, hasta llegar a su frágil y esbelto cuello; el cual recorrí con gran júbilo y destacada lentitud, sintiendo un portentoso cosquilleo en las bolas que anunciaba la proximidad de mi inevitable corrida!!.

¡El espacioso y reconfortante coño de mi madre era demasiado para mi!. ¡Ufff!.

Levando por la excitación, levanté la mirada hasta posarla sobre el provocativo y sonriente rostro de Rita, y al verla tan ensimismada y entregada, no tardé en acelerar la velocidad de mis extenuados y profundos movimientos; hasta sentir la manera en la que sus enormes y redondeadas tetas se bamboleaban descontroladamente de un lado para el otro.

A pesar del feroz y vertiginoso ritmo al que tenía sometido el espacioso, placentero y extremadamente lubricado interior de mamá; está no daba ni una sola señal de querer despertar, por lo que continúe arremetiendo contra su adictiva gruta, hasta casi sacudir completamente la cama.

Me sentía extasiado y maravillado con las indescriptibles sensaciones que lograba experimentar con la esponjosa y sonrosada vagina de Rita; al punto que solo podía pensar en correrme en su terso y delicado interior.

Fue así que luego de un incesante y acelerado rato cargado de violentas sacudidas, y profundos choques de cadera, que mi cuerpo no pudo seguir soportando el continuo hormigueo que recorría apasionadamente a través de mis bolas; por lo que sujetando a Rita de sus pálidas y vistosas tetas, empecé a liberar diversos y angustiantes chorros de mi espesa lefa, dentro de la misma abertura por donde había llegado al mundo un par de años atrás.

¡Uhmm!. ¡Que inigualable sensación!.

Luego de sacudirme con desesperación y demencia dentro del deslumbrante coño de Rita, levanté la mirada y me quedé viendo su hermoso rostro; mientras las últimas gotas de mi semen se adentraban en su interior.

No podía creer lo lejos que había llegado, pero a decir verdad, ¡No me arrepentía de nada!.

Segado por la lujuria del momento, y con mi polla replegandose poco a poco, no pude evitar acercar mi sudado rostro al de mi madre; y al tenerla tan cerca, empecé a experimentar unas intensas e irremediables ganas de besar sus finos y relucientes labios.

Por lo que rápidamente acerqué mi boca a la suya y me dispuse a disfrutar de todo su sabor, dulzura y sensualidad. A fin de cuentas, ¡Nadie más lo sabría!.

Así permanecí durante un par de minutos, intercambiando saliva con Rita, mientras manoseaba y estrujaba sus impactantes y satinadas tetas, y el contorno de su culo.

En ese momento, todo mi mundo era, ¡Absoluta felicidad!.

Luego de llenar su humedecido interior con mi tórrida y viscosa leche, pude sentir como mi estresado y magullado miembro volvía a erguirse con convicción y ganas. ¡Rita estaba muy buena, y tenía ganas de más!.

A pesar de lo agotadora, deliciosa y placentera que había sido mi reciente corrida, no era capaz de apartarme de su lado.

Rita me tenía seducido con la calidez de su cuerpo y la lascividad de sus curvas; de manera que, levantándome con enorme agilidad, empecé a girar la voluptuosa figura de mi madre, hasta dejarla de medio lado.

Una vez que la tuve en posición, me ubiqué rápidamente detrás de ella, y colocando una mano en sus formidables y ensanchadas caderas, dirigí mi vigorosa y hambrienta polla hacia su sobresaliente y duro trasero para tratar de adentrarme en su interior cuanto antes!!.

Mientras mi frágil y agotado pene disfrutaba de la exquisitez y firmeza de las prodigiosas y duras nalgas de Rita; aproveché para masturbarme usando su enorme e inquieto culo, apretando sus cachetes contra mi polla, para luego frotarla y hacerla desaparecer una y otra vez dentro de su ardiente y acogedor interior. ¡Uff!. ¡Cuanto placer!.

Su trasero se sentía realmente rico y placentero, por lo que continúe deslizando mi duro mástil por todo lo largo de sus nalgas; y cuando mi excitación llegó a tope, empecé a puntear su cerrado asterisco, para poder adentrarme con prontitud y lograr disfrutar de todo su interior.

¡El trasero de Rita era realmente inigualable!.

Sus nalgas eran tan grandes, redondeadas y firmes, que pese a todos mis esfuerzos, mi pequeña y delgada polla no era capaz de adueñarse del enorme, duro y apretado trasero de mi jadeante madre; por lo que luego de un largo rato cargado de mucha zozobra, interminable esfuerzo y extenuantes movimientos de cadera, decidí desistir de mis intentos y dejar su culo tranquilo.

El enorme trasero de mi madre había sido mucho para mi, pero solo era cuestión de esperar; ya que estaba seguro de que algún día, ¡Lograría hacerlo mío!.

De esa manera, y con mi respiración totalmente descontrolada, sujeté rápidamente mi punzante y palpitante miembro, y acomodandolo con extrema suavidad sobre los dilatados y realmente encharcados labios de Rita; se la enterré con ansiedad, deseo y ganas, hasta volver a adueñarme de su increíble, atrevido y peludo coño. ¡Oghh!. ¡Estaba en el paraíso!.

Justo en el instante en el que logré perforar el aceitado sexo de mi madre, pude darme cuenta de la manera en la que esta encorvó su cabeza hacia atrás, y empezó a jadear con suavidad e intermitencia, mientras se entregaba al placer.

Rita: ¡Jaahhhhh!. ¡Mmmm, Mmmhh, Uughhmm!.

Después de estar en tan extasiante posición, sujeté a Rita por el cabello, y di inicio a un rápido y demencial vaivén de caderas, que no tardó en hacerme gemir y retorcer a un ritmo constante, mientras palpaba la forma en la que sus perfectas y esféricas tetas se movían al unísono con cada una de mis embestidas!!.

Loco de placer, empecé a recorrer muy suavemente todo su abdomen con la yema de mis dedos, con el firme propósito de toquetear cada tramo de su estimulante piel; y lo continúe haciendo hasta llegar a sus convulsionados y erguidos pezones, los cuales atrapé y retorcí con entera satisfacción y lujuria.

Rita me tenía totalmente embriagado con el alucinante aroma de su cuerpo, y el envolvente ardor de su piel. ¡Que mujer!.

Entre más la penetraba, mayor era la cantidad de flujos que dejaba escapar de su distendida y asfixiante almeja; de manera que continúe aferrado a su cabello, mientras acribillaba su empapada abertura con mi verga.

- ¡Ohhh, Rita, Rita, Rita!. ¡Mmmm, Ooghhh!.

Estaba completamente fuera de mi, y entre más batía mi sudado torso contra la peluda ranura de mi madre, mayor eran las ganas que tenía de reventar su placentero interior.

¡Estaba en mi límite!.

El candente cuerpo de Rita me tenía cada vez más caliente, por lo que sacando rápidamente mi polla de su encharcado interior, volví a acomodarla hasta dejarla boca arriba; y tan pronto estuvo de esa manera, aparté rápidamente sus piernas, y acomodándome en medio de ellas, volví a desaparecer mi extasiado falo en su interior, hasta llegar a lo mas recóndito de su ser.

Esta nueva postura me permitía llegarle mucho más profundo, por lo que entre más la penetraba, mayor eran las sensaciones que su coño me hacían sentir.

Estaba haciendo mía a mi propia madre, y eso en lugar de frenarme, me impulsaba a aumentar la ferocidad de mis embestidas, para poder llegar cada vez más profundo!!.

Fue así que abriendo bien sus piernas y sujetándola con ambas manos, se la metí, se la metí con todas las fuerzas que prevalecían en mi agotado cuerpo; para poder llegar hasta lo más recóndito de su útero.

Y seguí embistiendola con impaciencia y angustia, hasta que mis punzantes y delicadas bolas me empezaron a doler con absoluta intensidad.

Mientras trataba de saciar toda la lujuria que prevalecía en mis entrañas, acerqué mi boca a las tetas de mamá; y sin siquiera pensarlo, empecé a morder uno de sus pezones, al tiempo que taladraba su jugosa vagina.

Rita: ¡Mmmm, Mmmh!. ¡Mmmgghhh!.

Fue en ese momento que mientras Rita engullía mi consternado mástil con gula y deseo, empecé a experimentar la manera en la que su coño se aferraba a mi pene, como tratando de estrujarlo para que no se saliese de su conmovido y extenuado interior.

Después de un incesante rato plagado de pasión, desespero y profundas embestidas; ¡Rita estaba a punto de correrse!.

Al palpar lo cerca que estaba mi madre de su inevitable corrida, me aferré todo lo que pude a su enorme y carnoso cuerpo, y empecé a acribillar su sexo con todas mis fuerzas.

Y tras un par de enérgicos y fulgurantes minutos, pude sentir las fuertes contracciones de su vagina, las cuales apretaban mi agitada polla hasta hacerme experimentar una de las mejores sensaciones que hubiese sentido jamás.

¡Sus piernas temblaban y su pelvis se convulsionaba sin control!.

Experimentar la manera en la que Rita sacudía su transpirado cuerpo, me hacia sentir cada vez más estresado y apabullado; por lo que no pude continuar soportando sus contundentes sacudidas y movimientos de cadera, y tras un par de cortas y certeras estocadas, empecé a correrme como un loco dentro de ella.

- ¡Aahhh, Aaahhhh... Mmmmhh!. ¡Aaaaaggghhh!. ¡Aaagghhjjmmm!.

Extasiado por tanto placer, empecé a recorrer su boca con mi lengua, mientras seguía embistiendo y corriéndome dentro de ella; agarrando sus tetas y acariciando el contorno de sus nalgas, mientras continuaba disfrutando del mejor orgasmo de toda mi vida!!.

Al cabo de un rato en el que ambos temblabamos con absoluto deseo y descontrol; pude sentir con algo de nostalgia, la manera en la que las últimas gotas de mi semen fluían en su lubricado interior.

Podía palpar las pulsaciones de mi polla mientas esta decrecía lentamente dentro de su viscoso y enardecido coño!!.

Llevado por el deseo, empecé a besar y a acariciar su pálido y alargado cuello a manera de agradecimiento, por haberme regalado uno de los mejores orgasmos que hasta ese momento había experimentado. ¡Ooghhhh!.

Fue así que al terminar, empecé a repasar con la vista cada tramo de su impactante y trastornada silueta desnuda, hasta que poco a poco el ritmo de mis latidos y de mi turbada respiración empezó a regresar a la normalidad.

Mientras continuaba deleitándome con la inigualable visión de su sonrojado cuerpo, pude apreciar el modo en el que Rita continuaba eufórica y jadeante; y con una expresión de satisfacción en su sonrojado y regodeante rostro.

Sin lugar a dudas mi madre me había regalado una velada mágica e inolvidable, y solo podía desear que no fuese la última vez que estuviésemos juntos.

Y aunque en ese instante no me cambiaba por nadie, ¡Mi dicha no duró por mucho tiempo!.

Ya que mientras terminaba de jadear y de restregar mi sensible y electrizada polla en el interior de mi madre; mi cuerpo entero se paralizó tan pronto me percaté de la manera en la que Lucy nos observaba fijamente desde el interior del ducto de ventilación.

Mi buena racha había llegado a su fin; y sin siquiera saberlo... ¡Lucy tenía mi vida en sus manos!. ¡Rayos!.