Acababa de pasar una noche realmente única y excepcional, en la que había podido disfrutar al máximo de la calidez, belleza y pasión, de mi voluptuosa y sensual madre!!.

Pero cuando estaba a punto de irme a mi habitación, presto a celebrar mi increíble victoria; apareció Lucy de entre las sombras, totalmente dispuesta a darme el mayor susto que hubiese recibido en toda mi vida.

Tan pronto me percaté de su sorpresiva e inesperada presencia, mi cuerpo entero quedó completamente paralizado, y sin saber que hacer.

Y es que en ese momento estaba más que seguro de que Lucy me había visto "disfrutar" al máximo de mi adormilada y complaciente madre; por lo que pasé del majestuoso éxtasis del momento, a experimentar una fuerte y delirante taquicardia que amenazaba con reventar mi enardecido y estresado corazón!!.

Mientras continuaba sumergiendo en el terror del momento, Lucy permanecía imperturbable y completamente inamovible en frente mío; y tan solo se limitaba a observarme con frialdad y detenimiento, sin pronunciar palabra alguna.

¡Lucy era realmente siniestra y espeluznante!.

En el cuarto había un silencio sepulcral, y el único sonido que se podía percibir, era el de los pronunciados y rasposos ronquidos que por momentos realizaba mi profundo y sedado padre!!.

Mi cuerpo entero se sentía entumecido, y no era capaz de mover ni un solo músculo; pero al posar la mirada sobre Lucy, pude darme cuenta de lo cómoda que se veía en tan angustiante e inusual situación.

¡Era evidente que los ambientes oscuros y cargados de tensión eran sus favoritos!.

Al ver que Lucy no se movía para nada de su lugar, posé la mirada sobre el imponente cuerpo desnudo de mi agitada madre; y al darme cuenta de que me llevaría demasiado tiempo el volver a vestir la para dejarla como en un principio, decidí que la mejor opción sería "adecuar la situación".

Fue así que en lugar de vestir a Rita, me coloqué en frente de mi padre, y ante la atenta mirada de Lucy, procedí a bajarle el pantalón, hasta dejarlo completamente desnudo de la cintura para abajo.

¡Con suerte, mamá pensaría que su caliente y lujurioso esposo, fue el que la hizo estremecer durante la noche!.

Una vez que solucioné este inconveniente, me vestí con rapidez; y colocándole seguro a la puerta antes de salir, me fui corriendo con rumbo a mi habitación, para poder refugiarme hasta que llegase la inevitable tormenta!!.

Cuando llegue a mi inespugnada fortaleza de la soledad, me lancé rápidamente sobre mi pequeña y confortante cama; a la espera del terrible escándalo que de seguro armaría Lucy.

En ese momento tan solo podía me podía imaginar al resto de mis eufóricas y enardecidas hermanas, mientras estas me gritaban y señalaban con absoluta crueldad y resentimiento; justo antes de echarme indiscriminadamente de la casa.

Estaba realmente tenso y preocupado por el posible desenlace de tan terrible situación; pero entre más pasaban los minutos, un basto silencio seguía predominando en toda la casa.

¡¿Pero que rayos?!.

Al cabo de un largo y tensionante rato, finalmente comencé sentir como de a poco se iba abriendo la puerta de la habitación; y al mirar de reojo hacia ese lugar, pude contemplar de manera exaltada y temerosa, el modo en el que Lucy yacía parada junto a la entrada de la alcoba, totalmente lista para poder ingresar.

Sin lugar a dudas, ¡Este sería el triste final de Lincoln Loud!.

Luego de entrar, Lucy asegura la puerta y se acerca lentamente hacia el lugar en donde me encontraba; y abriendo los labios con extrema lentitud, me susurra muy despacio:

Lucy: Lincoln... ¡Vi lo que hiciste!. ¡Tenemos que hablar!. ¡Suspiro!.

Luego de pronunciar tan contundentes y escalofriantes palabras, y sin darle la más mínima oportunidad de que continuase hablando, la sujeté de la cintura; y pegando mi cabeza en su pequeño y suave abdomen, le dije temblando y casi entre lágrimas:

- ¡Lu-Lucy!. ¡Pe-Perdóname!. ¡No se que me pasó!. Me dejé llevar por los diversos impulsos que azotaban mi cuerpo. ¡Y-Yo... Yo no soy así!. ¡Créeme!. ¡No volverá a pasar!.

Luego de contemplar la manera en la que me desplomaba frente a ella, Lucy me sujeta del cabello; y sobandomelo con mucha calma y lentitud, me dice:

Lucy: ¡Tranquilízate Lincoln!. ¡Yo no he venido a juzgarte!. Siempre he tenido claro lo dulce y maravilloso que eres, y lo mucho que quieres a toda tu familia; y lo que acabo de presenciar, solo hace que me sienta mucho más atraída y apegada hacia ti!!. (decía esas palabras mientras continuaba acariciando muy lentamente mi alborotado cabello).

¡Espera!... ¡¿Qué?!.

A decir verdad, las contundentes e inesperadas palabras de Lucy me dejaron completamente frío y desconcertado; y aunque no tenía claro que rayos era lo que estaba pasando, poco a poco mis latidos se fueron ralentizando, y mi respiración se fue tornando cada vez más normal!!.

Aún sin saber que era lo que estaba pasando, levanté la mirada; y viendo a Lucy directamente al extenso fleco que cubría sus enigmáticos y misteriosos ojos, le dije con algo de dudas:

- ¡Pe-Pero, Lucy!. ¡¿De que estás hablando?!.

Lucy: ¡Es fácil, Lincoln!. Siempre me he sentido diferente a todos ustedes, y constantemente sentía que no encajaba en esta familia. ¡Suspiro!.

En ese instante, mientras mi pequeña y siniestra hermanita se expresaba con total soltura y libertad; podía sentir todo el dolor y resentimiento que estaba presente en cada una de sus inquietantes y reveladoras palabras.

Por primera vez en mucho tiempo, ¡Lucy estaba hablando con el corazón!.

Por lo que sin mucho más por hacer, permanecí completamente inmóvil; mientras seguía contemplando de manera incrédula, el inmenso malestar presente en cada una de sus pausadas e inquietantes palabras:

Lucy: Pero al ver la manera en la que te dejaste llevar por la lujuria, e hiciste tuya a nuestra madre sin que te importase nada; mi espíritu entero se llenó de absoluto frenesí y regocijo, luego de comprobar como en el fondo tienes un lado tan oscuro, cruel y retorcido como el que yo tengo!!.

No sabía de que rayos estaba hablando Lucy; por lo que rápidamente intervine, para tratar de aclarar tan desconcertante y sombría situación.

- ¡N-No... No digas eso, Lucy!. ¡Yo no soy como me estas describiendo!. Es solo que me dejé llevar por la agobiante excitación del momento. ¡Tu sabes que soy un buen tipo!.

Mientras hablaba, mi cuerpo no dejaba de sacudirse ante el constante temor de ser atrapado; por lo que aferrando mi cabeza aún más a su placentero y tibio vientre, le dije:

- ¡Lucy!. ¡Solo espero que me perdones, y que no le digas a nadie lo ocurrido hoy!. Si lo haces, ¡Te prometo que está situación no se volverá a repetir jamás!.

Al terminar de hablar, Lucy se aparta levemente de mi lado; y posando su inexpresivo rostro junto al mío, me dice:

Lucy: Lincoln, ¡No niegues tu lado perverso!. ¡Esa parte también es tuya, y te complementa!. Además, no tienes de que preocuparte, yo jamás delataría a un ser que esconde tanta oscuridad en su alma!!.

Luego de decirme tan sombrías y aterradoras palabras, Lucy estira sus brazos; y tomándome firmemente por los cachetes, me susurra:

Lucy: ¡Lincoln!. Quieras o no... ¡Eres de los míos!.

Lucy siempre había sido una chica de lo más rara y enigmática, la cual casi nunca hablaba por hablar; aún así, permanecía extremadamente receloso e intranquilo, mientras debatía en mi cabeza, si realmente guardaría tan terrible secreto!!.

Al ver la expresión de incertidumbre y pánico presente en mi agobiado e intranquilo rostro, Lucy inclina su delgado y joven cuerpo hacia el mío; y mirándome con absoluta calma y detenimiento, me dice muy pausadamente:

Lucy: Por lo tenso que estás, me doy cuenta de que no crees en la veracidad de mis palabras, ¡Pero eso no me preocupa!. Ya que las almas como las nuestras están destinadas a permanecer juntas, mientras recorren el sofocante camino de la oscuridad y el silencio. ¡Suspiro!.

Tan pronto acabó de decir esa singular oración, Lucy subió sus pequeños brazos, y empezó a desabrocharse el ceñido traje negro que cubría su misteriosa y delgada figura. ¡¿Pero que rayos?!.

Al ver la manera en la que Lucy había empezado a desprenderse de la diminuta prenda que yacía sobre su delgada y tersa silueta; le digo con sorpresa:

- ¡Pe-Pero Lucy!. ¡¿Que es lo que estás haciendo?!.

Lucy: Te voy a demostrar como nuestros cuerpos tienen algo más en común, que la sangre que fluye por nuestras venas!!.

En ese momento, tan solo me limitaba a observar con sorpresa y admiración, la manera en la que Lucy se desprendía con absoluta tranquilidad y lentitud, del sedoso traje que cubría su esbelta figura.

Lucy: ¡Lincoln!. A los dos nos une la infinita lujuria y el inexorable deseo que tenemos oculto en nuestro turbulento interior. ¡Suspiro!.

Al terminar de hablar, Lucy dejó caer al suelo el vistoso vestido negro que cubría su delicada figura, quedando tan solo cubierta por un amplio panty de color blanco con delgadas líneas negras horizontales; el cual contrastaban enormemente con el empalidecido tono grisáceo, presente en su delicada piel de porcelana.

Más allá del imponente miedo que aún prevalecía en mi conmovido ser, no podía negar que la vista era realmente estupenda!!.

En ese instante, el increíble y acogedor tono grisáceo presente en el deslumbrante cutis que tenía Lucy, resaltaba enormemente gracias a un par de tímidos rayos de luz de luna, que entraban con sigilo por la única ventana que había en mi habitación.

En ese momento, la delicada silueta de Lucy se veía absolutamente sensacional. ¡Uhmm!.

Al divisar la increíble belleza de la cual era dueña Lucy, estiré mis delgadas y temblorosas manos con total nerviosismo y ganas, para tratar de encender la pequeña lámpara que tenía a un lado de mi cama; y de esa manera, lograr apreciar con mayor detalle de su espléndida e impactante figura.

Pero al darse cuenta de cuales eran mis evidentes intenciones, me sujeta firmemente de los brazos, y me dice:

Lucy: ¡Espera Lincoln!. ¡No enciendas la luz!. Deja que la oscuridad envuelva nuestras almas, y sea nuestro mayor cómplice esta noche!!.

Fue así que contuve mis limitados movimientos, y me quedé contemplando con profunda admiración, la inigualable silueta de mi retorcida y misteriosa hermanita.

Debido a su corta edad, el cuerpo de Lucy carecía de las imponentes curvas que predominaban en la mayoría de mis hermanas mayores; pero aún así, los escasos atributos de los que era dueña, la hacían sobresalir con notoriedad y vehemencia. ¡Cielos!.

Los pequeños pezones de Lucy, eran tan minúsculos y oscurecidos, que me empezaron a provocar un angustiante ardor en las bolas; el cual, me tenía cada vez más sumergido en el delirante y abrasador extasis del momento.

¡La pequeñas tetas de Lucy eran sencillamente delirantes y adictivas!.

Justo en el instante en el que mis conmovidos y sobresaltados ojos se lograron acostumbrar a la tormentosa oscuridad que envolvía de manera agónica mi pequeña habitación; pude ver el modo en el que Lucy extendía suavemente sus reducidas y diminutas manos, hasta pasarlas con suavidad sobre ambos lados de su linda y ajustada ropa interior.

Luego, y sin dejar de mirarme fijamente, comenzó a tirar muy lentamente de su pequeña prenda hacia abajo, hasta dejar su fino y aterciopelado sexo completamente expuesto ante mis impávidos y estupefactos ojos.

¡Uff!. ¡Pero cuanta belleza!.

Desde mi privilegiada posición, podía apreciar con lujo de detalles, la imponente y proverbial rajita de la cual era dueña Lucy; la cual, a pesar de su escaso tamaño, incitaba a ser devorada lo antes posible!!.

El coño de Lucy era tan sensual, extasiante y provocativo, que daba ganas de ser penetrado una y otra vez, y sin piedad alguna; hasta que irremediablemente se te desintegrase la polla. ¡Uff, Que feliz me sentía!.

A pesar de la fabulosa sesión de sexo que acababa de tener con mi atractiva, inigualable y curvilínea madre, ¡Mi pene aún quería más!.

Y es que el simple hecho de divisar a mi pequeña y frágil hermanita, mientras esta se desnudaba con total soltura y tranquilidad frente a mis alarmados ojos; hizo que se extinguiera el último rastro de cordura y sensatez que aún revoloteaba en mi interior.

¡La impactante silueta de Lucy, había comenzado a apoderarse de mi cabeza!.

Tan pronto estuvo completamente desnuda, Lucy se abalanzó sobre mí, y empezó a besarme con elevada pasión y fogosidad.

De esa manera, y sin apartar sus dulces y humedecidos labios de los míos, Lucy comenzó a despojarme de mi sucio y gastado pantalón, junto con mi ropa interior; hasta dejar mi erguida y desafiante polla, apuntando hacia su delicado e inexpresivo rostro!!.

Fue así que sin siquiera inmutarse, Lucy extiende una de sus delgadas y grisáceas manos, hasta apoderarse con enorme frialdad y destreza de mi erguido y punzante miembro; el cual, para ese momento, se batía con total libertad y gracia de un lado al otro.

Una vez que tuvo mi magullado falo bajo su completo poder, me empuja hacia la cama hasta dejarme totalmente tendido boca arriba; y acomodando su delgada figura junto a la mía, empieza a bajar muy lentamente su terso y delicado rostro, hasta posarlo con gran tranquilidad, junto a mi duro y consternado pene.

Al tenerla tan cerca, podía sentir los diversos resoplidos de aire que dejaba escapar de su pequeña y frágil boca; los cuales impactaban una y otra vez contra mi estresado y sensible miembro, hasta hacerme retorcer de infinito placer y satisfacción. ¡Ooghhhh!.

Sentir la agitada respiración de Lucy tan cerca de mi pene, empezó a llenarme el cuerpo de infinita impaciencia; y a ocasionarme una fuerte y dolorosa comezón en la entrepierna, que me tenía con la piel erizada y los vellos de punta!!.

De esa manera Lucy, quien para ese instante se veía completamente apacible e imperturbable, abre su pequeña y ansiosa boca, y realizando un rápido y certero movimiento descendente; se engulle la totalidad de mi venoso y alterado miembro, hasta dejarme mucho más que impresionado, y con las bolas efervescentes. ¡Uhmm!.

Para mi completa sorpresa, mi pequeña y siniestra hermanita me estaba regalando una sublime e imponente mamada, tan cargada de dinamismo, deseo y furia; que me tenía con el cuerpo descompuesto, y la respiración a punto de colapsar!!.

- ¡Ohhhh, Ooohhhh, Lu-Lucy!. ¡Tu, tu boca es... Tu boca es... Mmmm!. ¡Fantástica!. ¡Oogghhmm!.

Lucy estaba tan entregada y comprometida en devorar copiosamente todo mi pene, que ni siquiera era consciente de lo que pasaba a su alrededor.

La diminuta boca de Lucy era tan estimulante, placentera y cálida, que le resultaba fácil el llegar a provocarme continuas ráfagas de vibrantes escalofrios, y contundentes estertores; con un simple roce de sus finos labios!!.

En ese momento, el único sentido de mi vida era el de poder experimentar la sensacional mamada que me estaba dando mi intrépida y controversial hermanita.

Después de un largo y placentero rato, cargado de innumerables caricias y efusivos movimientos, Lucy estaba cada vez más exaltada y conmovida con sus incesantes lametazos; por lo que apartándose momentáneamente de mi sonrojado y sensitivo pene, y respirando con gran dificultad, me dice:

Lucy: ¡Ohhh, Oohhh!. ¡Lincoln!. Puedo sentir el inigualable sabor de los flujos de mamá presente en tu duro y palpitante pene. ¡Mmmmh!. ¡Cuanta delicia!.

Lucy cada vez estaba más acelerada y sonrojada; y de un momento al otro, y ante mi total y completa sorpresa, pude ver el modo en el que dirigía sus minúsculos dedos hasta su lubricada rajita, para luego empezar a estimularse su delicada abertura con auténtica convicción y entrega.

¡Ohh, rayos!. ¡Casi me corro de la impresión!.

Apreciar la manera en la que Lucy deslizaba sus acortados y vigorosos deditos por todo lo largo de su dilatada y brillante vagina; mientras chupaba enérgicamente mi endurecido y ansioso pene, me tenía sumamente acalorado, y con el cuerpo hipnotizado.

¡Jamás pensé que Lucy fuese tan ardiente y lanzada!.

Podía sentir con enorme facilidad, el modo en el que su cálida y humedecida garganta rozaba con extrema convicción y ganas, mi erguida y animada polla; así como la manera en la que sus esbeltos y relucientes labios se aferraba con total lujuria y deseo, contra mi magullado y sensible miembro.

La diminuta boca de Lucy era sencillamente única y espectacular; y de a poco, me estaba haciendo perder hasta la mismísima razón!!.

Llevado por la ferviente intensidad de sus continuos y prolongados lengüetazos; sujeté a Lucy por su animada cabellera, y arqueando mi espalda con incomparable demencia y deseo, le dije con intensidad:

- ¡Aaaaghhhh, Aaaghhhh!. No pares, no pares Lucy... ¡Sigue, sigue chupandomela!. ¡Quiero sentir la inigualable textura y calidez de tus dulces y jugosos labios!. ¡Aaaghhh!.

Al darse cuenta de las continuas y fastuosas descargas que su frenética boca le estaban provocando a mi sudoroso y frágil cuerpo, continuó acelerando el vertiginoso ritmo de sus vibrantes y eufóricas mamadas, subiendo y bajando con total destreza y libertad; mientras apretaba sus empalidecidos labios contra el tronco de mi acalorado y delirante pene. ¡Ooghhh!.

Con sus labios aferrados fervorosamente al sonrojado tronco de mi falo, Lucy empezó a serpentear su delgada lengua por todo mi glande; jugando con la inflamada punta de mi delicado capullo, mientras una de sus manos hacía malabares con mis pelotas. ¡Mmghhh!.

Al parece Lucy sabía extremadamente bien lo que estaba haciendo; por lo que luego de un par de fervientes caricias y enérgicas frotadas, me tenía a punto de claudicar!!.

En ese instante traté de aguantar mi inminente corrida, con las pocas fuerzas que aún prevalecían en mi ser; aunque ciertamente... ¡Fue inútil!.

- ¡Lucy, Lucy!. ¡N-No aguanto!. ¡No aguanto más!. ¡Me corro... Me corrrooo!. ¡Uughhhh!.

Sin poder contenerme más, exploté en una fuerte y agotadora sacudida, que liberó con enorme fortaleza, diversos chorros de la más espesa y sofocante leche que revoloteaba en mi interior; inundando por completo, la pequeña y placentera boca de mi misteriosa y agitada hermanita!!.

Y a pesar de la fuerte y abundante corrida que le acababa de regalar, Lucy se mantuvo firme y completamente adherida a mi oscilante y venoso miembro; mientras se tragaba hasta la última gota de mi viscoso y preciado semen, con total locura y desesperación!!.

Al terminar de succionar todo mi abundante y espeso néctar, la pequeña Lucy levanta la mirada, y me dice con sensualidad:

Lucy: ¡Tu semen está muy espeso y caliente!. ¡Mmmm!. ¡Es una auténtica delicia!.

Cuando finalmente liberó mi sensible y electrificado pene de su boca, no pude evitar caer tendido sobre la cama, con el cuerpo completamente sudado y acalambrado.

Y sin darme tiempo ni siquiera de pestañear, Lucy se abalanza sobre mi frágil y esponjosa silueta, y empieza a besar mi pálido y aplanado pecho, y a acariciar mis conmovidas bolas con efusividad. ¡Uhmmm!.

Después de unos cortos minutos, en los que apenas pude respirar, Lucy comenzó a acariciar mi magullada y contraída polla; la cual, al momento de sentir el contacto de sus tibios e inquietos dedos, comenzó a palpitar en busca de más acción!!.

Estando un poco más calmado, me sorprendió muy gratamente, el divisar lo buena que estaba Lucy; y es que a pesar de lo callada e inexpresiva que siempre se veía, pude notar con infinita claridad, la manera en la que sus empalidecidos y pequeños labios vaginales se mantenían completamente brillantes, debió a la gran cantidad de flujos que habían comenzado a brotar de su chispeante e implacable sexo.

¡En ese momento estaba más que claro que el formidable cuerpo de Lucy también anhelaba tener algo de acción!.

Después de besarnos durante un largo rato, y de acariciar nuestras siluetas con intermitencia y fogosidad, Lucy giró su delgado cuerpo rápidamente sobre el mío; y abriendo las piernas con convicción y serenidad, acomodó su cintura para que su esbelto y apetecible coño quedase a la altura de mi boca, haciendo así, un perfecto y sincronizado 69!!.

Luego de tener a mi pequeña hermana sobre mi cuerpo, saqué mi afanosa lengua y la pasé con total suavidad sobre la diminuta raja que dividía tímidamente su inexplorado sexo; la cual, continuaba emitiendo continuos chorros de su cálido y extasiante néctar, hasta llegar a salpicar y humedecer todo mi agitado rostro.

Una vez que acaricié sus firmes e imponentes labios, el cuerpo de Lucy no pudo continuar soportando las demenciales descargas de placer que revoloteaban irremediablemente dentro de su angustiado y tembloroso interior; por lo que llevada por el inespugnable deseo que revoloteaba en su interior, no pudo evitar el comenzar a estremecerse con innegable constancia y desesperación.

Fue así que impulsada por tanto frenesí y entusiasmo, llevó su vibrante boca con dirección hacia mi arrugado tembloroso falo, y lo devoró con total sedicia y naturalidad; hasta hacerme estremecer con innegable desesperación y ansiedad, de un lado para el otro. ¡Ooghhhm!.

De esa manera, y tras contemplar la manera en la que Lucy había empezado a succionar de manera veloz y ferviente, mi electrificado y sensitivo miembro, y a jadear con extraordinaria intermitencia y gracia; fue que pude sentir como mi afligido y maltratado miembro volvía a recobrar como por arte de magia, todo el esplendor y la vigorosidad que había perdido minutos antes.

A medida que mi angosta y punzante lengua, surcaba con devoción y gracia sobre su preciada y humedecida hendidura; pude comprobar lo agitada y descompuesta que se estaba tornando la respiración de Lucy.

A pesar de su corta edad, ¡Lucy tenía el coño bastante abultado y sensible!.

Mientras continuábamos intercambiando infinidad de caricias y contundentes estímulos cargados de lujuria e interminable placer, nuestros cuerpos se fueron sumergiendo cada vez más en el delirante y acogedor éxtasis del momento; el cual nos impulsaba a extender al máximo nuestro implacable esfuerzo, hasta lograr saciar la inconmensurable efervescencia que teníamos dentro.

La inigualable boca de Lucy no dejaba de darme placer en cada una de las continuas y fervorosas chupadas que me seguía propinado; y solo se detenía fugazmente, cuando tenía que apartar la cabeza de mi pene, para jadear y gritar por el interminable placer que mi lengua le estaba dando a su jugosa raja.

Lucy: ¡Mmm, Lincoln!. ¡Mmh, Lincoln!. ¡Suspiro!. ¡Tu inquieta lengua está revolviendo todo mi electrificado interior!. ¡Mmmm, Mmmmh!. ¡Gghhjjhhh!.

Después de unos cortos y efusivos segundos cargados de múltiples jadeos, y feroces sacudidas, Lucy se apartó brevemente de mí lado; y acomodando su transpirado cuerpo boca arriba, y deslizando la punta de uno de sus delgados dedos por todo lo largo de sus lubricados y cautivantes labios, voltea su incesante rostro hacia mi, y me dice de manera suave y provocativa:

Lucy: ¡N-No, no aguanto más la interminable espera!. ¡Vamos Lincoln!. Quiero sentir tu vibrante polla revoloteando en mi cálido interior. ¡Metemela!. ¡Metemela hasta el fondo!. ¡Mi coño arde por sentirte dentro!.

Al ver lo excitada y descompuesta que se veía Lucy, me acomodé rápidamente en medio de sus delgadas piernas; y tratando de mantener la compostura, sujeté mi punzante polla, y se la comencé a deslizar por toda su dilatada rajita, haciendo que Lucy arquease todo su cuerpo, justo en el instante en el que percibió mis estímulos.

Poco a poco fui restregando la punta de mi inflamada verga sobre la vistosa abertura que se alzaba ansiosamente entre sus piernas; y a medida que lo hacía, podía sentir como sus interminables y espesos flujos iban recorriendo gran parte de mi consternado y duro miembro, hasta ir a parar a mis extasiadas y cosquilleantes bolas.

¡El cuerpo de Lucy era realmente mágico y atrapante!.

A medida que le deslizaba la punta de mi polla sobre su fantástica hendidura, Lucy jadeaba con enorme celeridad; haciendo que mi cuerpo temblase de absoluto deseo.

Cegado por tan fastuosa situación, coloqué mi venoso y endurecido miembro sobre el empapado coño de Lucy, y poco a poco fui ejerciendo presión hasta sentir como mi abultada y enrojecida cabeza, se iba perdiendo justo en medio de sus firmes y grisáceos labios, hasta hacerla suspirar.

Lucy: ¡Mmmm, Mmmmh!. ¡Ughhh, Mmghhh!. ¡Jaaaghjjhhhh!.

El interior de Lucy estaba muy caliente y apretado, pero eso no me detuvo de continuar embistiendola con todas mis fuerzas.

Por lo que sujetándola con firmeza por sus delgadas y suaves caderas, comencé a ejercer una incesante y continúa presión sobre su delicado y lampiño sexo, hasta que finalmente pude sentir la manera en la que mi hábil y hambrienta polla, se abría paso con algo de desesperación y dificultad, dentro de su sofocante y lubricado interior; adueñándose así, de su preciada y cálida virginidad.

La última barrera del coño de Lucy, ¡Finalmente había cedido!.

Tan pronto logré introducirle la punta de mi abultado capullo dentro de su estrecha y sensitiva abertura, el cuerpo de Lucy comenzó a sacudirse con algo de intermitencia y dolor; provocando que arquease su espalda y girara la cabeza para todas partes.

Claramente Lucy estaba siendo víctima de un agudo y prolongada dolor, que la mantenía con el cuerpo acelerado y más caliente que nunca; por lo que no tardó en comenzar a sollozar con innegable convicción, casi al tiempo en el que se aferraba como podía de mi espalda.

Lucy: ¡Mmmm, Mmmghh!. ¡Uughhhh, Uughmm!. ¡Mmghhhh!.

Al ver lo adolorida que se encontraba Lucy en ese momento, traté de retirar la punta de mi cosquilleante pene de su consternado interior, para que no sintiese tanto dolor; pero tan pronto se percató de lo que estaba haciendo, Lucy me enterró las uñas en la espalda, y entrelazó sus pequeñas piernas sobre mi trasero, para evitar que me apartase de su lado.

Lleno de sorpresa y aflicción, miré a Lucy a su agitado y sudoroso rostro; y acariciando suavemente su oscurecida cabellera, le dije con serenidad:

- ¡Lu-Lucy!. Deja que me aparte un poco, para que tu cuerpo te deje de doler.

Lucy: ¡Olvídalo Lincoln!. ¡Suspiro!. El delirante ardor de tus continuas y briosas embestidas, hace que nuestras ansiosas y sofocantes almas, se entrelacen bajo la plenitud perpetua del infinito dolor y sufrimiento; producido bajo el arrullo constante de las tinieblas.

No entendía de que rayos estaba hablando Lucy, pero al comprobar la manera en la que se rehusaba a apartarse de mi lado; no me quedó más alternativa que continuar embistiendo su adolorido y apretado coño, hasta terminar de adueñarme de su cálida abertura!!.

Fue así que sujetando a Lucy por sus hombros, comencé a penetrarla sin más concesiones ni miramientos; hasta que logré sentir como mi enérgica y electrificada polla, se desvanecía completamente dentro de su ajustado y tembloroso interior.

Después de un largo y angustiante rato, ¡Lucy era toda mía!.

Una vez que sintió la manera en la que mi rígido miembro se había apoderado sin ningún tipo de misericordia de su magullado y ardiente interior; y colocado una leve sonrisa en su imperturbable y sombrío rostro, Lucy no tardó en decir:

Lucy: ¡Ughh, Uuhhh, Mmmm!. ¡Vamos Lincoln!. ¡Así, así!. Penetrame con todas tus fuerzas. ¡Mmmm!. ¡Destroza mi interior!. ¡Uughhmm!.

Consternado ante la extraña actitud que tenía Lucy en ese momento, comencé a penetrarla con todas las fuerzas que tenía en mi ser, sin importarme para nada si le hacia daño o no; y lo continúe haciendo con intensidad y locura, hasta que logré sentir la manera en la que nuestros jóvenes y eufóricos cuerpos, se acoplaban con enorme velocidad y precisión, a un ritmo realmente salvaje y vertiginoso.

¡Lucy estaba sacando lo peor que había en mi interior!.

Entre más la penetraba, mayores eran las ráfagas e interminables impulsos que recorrían mi ajetreado y resplandeciente cuerpo; al grado, que no tardé en apoderarme de los pequeños y desafiantes pezones que se alzaban con orgullo y deseo en el aplanado pecho de Lucy.

Una vez que comencé a devorar las diminutas tetas de mi pequeña hermana, logré ver como su cuerpo comenzó a estremecerse, hasta hacerla babear y rechistar del gusto!!.

Lucy: ¡Uhmm, Mmmmh!. ¡Aaghhhh, Aaghjjhmm!.

Aprovechando lo aireada y descontrolada que se encontraba Lucy, la agarré por sus suaves y pequeñas caderas y volví a arreciar mis intempestivos movimientos de cintura; hasta hacerla extender sus inquietas manos con decisión, y aferrarse con demencia a la colorida sábana que cubría mi oscilante cama.

En ese momento, podía sentir gran parte de los brutales espasmos que envolvían el acalorado cuerpo de Lucy; los cuales, con el paso de los segundos, se hacían cada vez más salvajes y descontrolados, hasta hacer que mi pequeña y resollante hermanita, comenzase a sacudirse con determinación y frenesí, mientras era víctima de su primer y desorbitante orgasmo.

A medida que se corría, el pequeño cuerpo de Lucy se comenzó a tornar completamente colorado; por lo que los fuertes espasmos que se extendían frenéticamente dentro de su dilatado interior, la obligaron a liberar un par de intensos y angustiantes gritos, cargados de sufrimiento y desbordante éxtasis.

Lucy: ¡Aaghhhh, Aaghhhm!. ¡Uff, Ufff!. ¡Mhmm!. ¡Uugfhmmm!.

De esa manera, y para evitar que los intempestivos y sonoros alaridos de Lucy, llegasen a alertar a toda la casa; junté nuestras bocas con prontitud y deseo, hasta sellar sus finos labios con un intenso y delirante beso, que me hizo estremecer, y acercarme al límite!!.

Contemplar la manera en la que Lucy había llegado a su primer y desgarrador orgasmo, tan solo avivó las formidables ganas que tenía de inundar su apretado interior; por lo que moviendo mis caderas con deseo y entusiasmo, la follé lo más rápido que pude, mientras me dispuse a chuparle enérgicamente, una de sus pequeñas y cautivantes tetas.

Lucy: ¡Mmmm!. ¡Lincoln, Lincoln!. Tu intrépida polla me está rasgando el útero. ¡Ooghhhm!. ¡Mmmm!. ¡Suspiro!.

Mientras Lucy se corría con intensidad, volvió a clavarme sus afiliadas garras en la parte más baja de mi delicada espalda; y a medida que su cuerpo convulsionaba con cada una de sus potentes descargas de placer, no paraba de penetrarla con increíble fortaleza, ni de mamarle sus minúsculas y extasiantes tetas.

¡Cuanto placer podía envolver tan pequeño y joven cuerpo!. ¡Ughhmm!.

Lentamente, Lucy fue comenzando a disfrutar del profundo dolor al que estaba siendo sometida; y entre más la penetraba, y le chupaba los pezones, mayores eran los interminables suspiros que tan ansiosamente me lanzaba:

Lucy: ¡Oohhhh, Ooghhhh!. ¡Suspiro!. ¡Mmmm!. ¡Que esperas Lincoln!. ¡Muerdeme los pezones!. ¡Sofoca el intenso ardor que siento en mis surrealistas y animadas entrañas!. ¡Uughhmm!.

Luego de escuchar sus eufóricas e incomprensibles palabras, volví a arremeter contra sus oscurecidas y filosas tetas; con el único fin de tratar de darle el mayor gusto posible, y hacerla enloquecer con rapidez!!.

Después de un par de certeras y profundas embestidas, ¡Mi frágil cuerpo no daba para más!.

Los suaves y casi imperceptibles gemidos emitidos por parte de Lucy, me tenían en mi límite, y a punto de estallar.

De esa manera, y para evitar que nuestra fulgurante e intensa unión durase tan poco tiempo, aparté a Lucy de mi sobrexcitado y erguido miembro, para poder seguir disfrutando de su lubricada y atrapante endidura, el mayor tiempo posible!!.

Aunque en un principio Lucy se resistió a la idea de apartarse de mi polla, rápidamente entendió cuales eran realmente mis intenciones; por lo que relajando su lindo cuerpo, permaneció tendida sobre la cama, a la espera de mis concisos movimientos.

Fue así que sujetándola por las manos, tiré de ella bruscamente hacia mi, hasta lograr obligarla a ponerse completamente de pie.

Y tan pronto lo hizo, la hice retroceder con calma y lentitud, hasta que su suave y resplandeciente espalda, quedó apoyada contra la pared.

Por un breve instante, nuestras eufóricas miradas estuvieron conectadas frente a frente; y en ese mágico e irrepetible momento, logré contemplar todo el ardor presente dentro de la retorcida y enigmática alma de mi pequeña y sombría hermanita.

Con rudeza, mis labios se apoderaron una vez más de los suyos, y a medida que nos besábamos con sorprendente efusividad y ganas, nuestras lenguas comenzaron a danzar dentro de la boca contraria; dando inicio a un efusivo y majestuoso beso cargado de infinita lujuria y desbordante satisfacción. ¡Mmghm!.

Poco a poco, fui recorriendo su pequeña y cálida boca con mi suave y juguetona lengua; y aunque en un principio Lucy permanecía dócil y calmada, no tardó en devolverme un furioso y estremecedor beso, seguido de un duro y salvaje mordisco en mi labio inferior, que me hizo sangrar levemente. ¡¿Pero que carajos?!.

Al ver lo acalorados y sobre estimulados que permanecían nuestros transpirados y jóvenes cuerpos, tomé a Lucy por los hombros, y la apreté aún más contra la pared.

Luego, y sin dejar de admirar su delicado y atento rostro, posé ambas manos sobre sus pequeñas y redondeadas nalgas, y comencé a levantarla con desbordante angustia y desesperación; hasta dejar su reluciente y dilatado sexo a la altura de mi endurecida y oscilante polla.

De esta manera, su ajustado y grisáceo coño quedó completamente abierto, y listo para volver a ser estimulado!!.

A decir verdad, no tuve que molestarme en apuntar bien mi polla dentro de su humedecido coño, ya que fue ella misma quien agarró mi ardiente y tenaz instrumento, y lo colocó en medio de sus sensibles y palpitantes labios, para ayudar a que me adentrase con mucha más soltura y rapidez.

De este modo, y tras darle un fuerte y seco empujón, se la clavé con profundidad y emoción, casi hasta los huevos; sintiendo cómo su enrojecido y abatido cuerpo, se rendía ante su esbelto y tenaz invasor!!.

Lucy: ¡Eso es Lincoln!. ¡Destroza mi interior!. Haz que nuestros fervientes cuerpos se unan en un solo ser, hasta que seamos víctimas de la agonía perpetua que envuelve nuestros turbios corazones.

Llevada por la inconcebible exaltación del momento, Lucy rodeó mi cintura con sus destellantes y lindas piernas, hasta apretar ansiosamente mi pequeño trasero contra su sollozante y sexy silueta; obligándome a penetrarla hasta lo más profundo de su restringida y lubricada endidura!!.

Cada vez más caliente, comencé a bombear dentro de su esplendoroso y terso coño, hundiéndole mi envalentonada y chispeante polla, una y otra vez; hasta dejarla totalmente extenuada y sin aliento!!.

En ese punto, Lucy era incapaz de emitir palabra alguna, y solo se limitaba a resollar tenues jadeos y sonidos sin sentido.

Lucy: ¡Ughh, Mmmmh!. ¡Jhmkghhh, Mfghkjmm!.

Mientras continuaba destilando toda la impudicia y desbordante lascividad que habitaba en mi turbado y conflictivo interior; pude palpar la manera en la que Lucy aferraba sus diminutos dedos sobre mi brillante y tersa cabellera, como tratando de tranquilizar su abatida silueta.

Al tener el elevado cuerpo de Lucy presionado contra la pared, y completamente abierta de piernas, podía llegarle mucho más profundo de lo que había logrado antes; y entre más le bombeaba en medio de sus labios, mayor era el desenfreno e hilaridad que emitía mi alarmada y temblorosa pareja.

Lucy: ¡Más, Más... Dame más Lincoln!. ¡Déjame sentir la forma en la que nuestros ardientes y conflictivos sexos se funden en uno solo!. ¡Mmmm, Mmmmh!. ¡Uugjjhhmm!.

De esta forma comencé a presionar todo su diminuto y frágil cuerpo contra la pared, para evitar perder el control; y tan pronto logré acomodarme, volví a penetrar violentamente su encharcada abertura, hasta hacerla jadear con demencia e intensidad.

Lucy: ¡Mmmgghh!. ¡Uughhhh, Uuhjjmm... Jaaahhh!. ¡Mmfghhhgm!.

Entre más batía mi cintura sobre su cálida entrepierna, mayor era el modo en el que nos estremeciamos con intensidad y deseo.

En ese instante ambos gemíamos de indudable placer, follándonos el uno al otro, olvidándonos por completo el irrisorio hecho de que más allá de nuestra fugaz aventura, ¡Eramos hermanos!.

Luego de un rato, Lucy comenzó a besar mi boca y mi cuello con enorme fiereza, dejándome un alucinante recuerdo suyo en forma de chupetón. ¡Vaya chica!.

Después de un largo y extasiante momento, el cual estuvo cargado de innumerables besos y placenteras estocadas, mis piernas inevitablemente comenzaron a temblar; y fui incapaz de continuar soportando el extenuante peso que yacía entre mis brazos. ¡Rayos!.

Y es que a pesar de que Lucy no era muy grande, el estar penetrandola constantemente, mientras sostenía su pequeña y cautivante figura, había comenzado a pasar factura sobre mi propio cuerpo; impidiéndome continuar en tan placentera pero agotadora posición, por mucho más tiempo!!.

Fue así que, sacando fuerzas de donde no las tenía, y con mi polla aún enterrada en sus humeantes entrañas, deslicé las manos por detrás de su cuerpo, y lanzando un rápido y eficaz manotazo, arrojé al suelo todo lo que había sobre la mesa; para luego trasladar la soberbia e impactante figura de Lucy, hasta un extremo del escritorio, en donde rápidamente la acomodé, para poder continuar con mis incesantes y certeras embestidas.

Por fortuna, solo habían unas hojas y lápices, porque de lo contrario, habría hecho un gran escándalo cuando las reventé contra el suelo!!.

Liberado finalmente de la fatigante carga que tenía encima, agarré a Lucy con firmeza de sus caderas, y atrayendola hacia mi, volví a reanudar el majestuoso ritmo de mis gloriosas y continuas estocadas, hasta hacerla suspirar.

Lucy: ¡Mmmm, Mmmmh... Jaaahhh!. ¡Mmghhh!. ¡Mhghhbjhh!.

En cada una de las fervientes y estimulantes arremetidas que tan gustosamente le propinaba, podía apreciar la manera en la que los pequeños pies de Lucy se estremecían deliberadamente en el aire; casi como como si estuviese montada en alguna clase de columpio.

¡Que vistosa y envolvente sensación!. ¡Ughmm!.

Entre más deslizaba mi acongojado pene en medio de sus pintorescas y delgadas piernas, mayores eran las ineludibles descargas que bombardeaban mi cuerpo, y estremecían mis afligidas entrañas.

Por lo que luego de un largo y extenuante rato, cargado de jadeos, besos, caricias y muchos suspiros, me fue prácticamente imposible el continuar soportando los diversos impulsos de placer que me continuaba regalando el aterciopelado interior de Lucy; por lo que comencé a sentir de manera inevitable, la forma en la que mi espeso y burbujeante semen, había empezado a acumularse dentro de la inflamada punta de mi duro y vacilante miembro. ¡Ooghhh!.

A pesar de que me costaba trabajo admitirlo, ¡Tenía las bolas eufóricas y a punto de estallar!.

Aunque traté de aguantar por todos los medios posibles, los violentos embates que sentía en mi turbado e intranquilo interior; bastó una leve e inesperada maniobra efectuada por parte de Lucy, para lograr desmoronar todas mis más renuentes y firmes intenciones de prolongar tan extasiante y placentero momento!!.

Y es que mientras continuaba penetrando la sofocante gruta que tenía mi pequeña hermana en medio de sus confortables y esbeltas piernas, pude sentir la manera en la que Lucy estiraba una de sus pequeñas y fluctuantes manos; y tras tomarme completamente desprevenido, comenzó a introducir con enorme destreza y rapidez, uno de sus pequeños dedos dentro de mi trasero.

En ese preciso instante, Lucy me estaba demostrando lo lasciva y obscena que podía llegar a ser; por lo que sonriendo con destacada efusividad, continuó presionando su delgado dedo dentro de mi sorprendido trasero, hasta hacer que bajase completamente la guardia, y me corriese con auténtica demencia y arrebato en lo más profundo de su sofocante interior.

- ¡Aaaaahhhh!. ¡Lu-Lucy, de-detente!. ¡Que es lo que me estás haciendo!. ¡Aaaghhhhh!.

Ese fue el estímulo final que mi cuerpo necesitaba para venirme con locura, e inundar la estrecha rajita de mi frenética y sonriente hermana menor.

Con el cuerpo totalmente serpenteante y alterado, no pude evitar comenzar a correrme con algo de furia e intermitencia; dentro del apacible y envolvente interior de Lucy. ¡Ooghhh!.

Ya sin más aguante, y tras inundar el ajustado interior de Lucy con una serie de briosos y potentes chorros de mi más viscosa y blancuzca leche; acerqué mis labios a los suyos hasta combinarnos en un cálido y estremecedor beso, que nos dejó a ambos con la piel erizada y los vellos de punta!!.

Luego de alcanzar una corrida mucho más que sublime y espectacular, la cual sirvió para inundar por completo el ardiente interior de Lucy; procedí a sacar mi victorioso pene de sus jugosas y ceñidas entrañas, hasta dejarlo totalmente en libertad.

Una vez afuera, mi polla aún tuvo la fuerza suficiente para propinarle un par de firmes y certeros impactos de mi leche, en gran parte de su extenuado rostro y su barriga; hasta dejarla impregnada con mi esencia!!.

Medio atontada por tanto placer, Lucy no tardó en comenzar a frotarse los grumosos restos de mi espesa lefa por todo su cuerpo, como si fuese crema solar; casi al tiempo en que era víctima de los últimos estertores y calambres de su brutal orgasmo.

Al terminar de corrernos, Lucy me sujeta por la cabeza, y mirándome fijamente a los ojos, me dice con suavidad y lentitud:

Lucy: ¡¿Ahora si estás convencido de que estoy de tu lado?!.

Tras evidenciar su clara entrega y contundente dedicación, tan solo me limité a asentar con la cabeza de manera afirmativa; mientras las últimas gotas de sudor, recorrían con libertad por toda mi frente.

¡Había sido un encuentro realmente único y maravilloso!.

Y lo mejor de todo este alucinante y conmovedor asunto, era que Lucy; esa pequeña, lúgubre, retorcida y escalofriante niña, ahora estaba completamente de mi lado, y con su ayuda, estaba más que seguro de que podía alcanzar todos mis objetivos!!.

Mi vida en ese preciso instante, ¡Tan solo podía mejorar!.