Totalmente paralizado, y con una indescriptible sensación de pánico revoloteando en cada centímetro de mi cuerpo, saqué mi conmovida polla del apretado ojete de Lynn, y poco a poco comencé a acercarme hasta un costado de la ventana, para ver de quien se trataba.

Con la respiración acelerada y las manos mucho más que temblorosas, aparté suavemente la delgada tela de la cortina; hasta lograr dejar al descubierto, la clara imagen de los insistentes visitantes.

Fue así como rápidamente posé la mirada sobre los animados rostros de Margo y Paula; quienes llamaban insistentemente a la puerta, para poder ser atendidas.

Me pregunto, ¿Que harán en este lugar un sábado tan temprano?.

Con el cuerpo entumecido y la polla sumamente engarrotada, decidí abrir la puerta para no alertar a mis hermanas. Tan solo tenía que atenderlas con total tranquilidad, para poder volver a donde estaba Lynn.

De esa manera me acerqué poco a poco a la entrada principal, y tras hacer a Lily a un lado, abrí la puerta levemente, para no llamar la atención de las recién llegadas.

Después de contemplar el delirante modo en el que los ansiosos rayos del sol se abrían paso velozmente dentro de la casa, asomé mi rostro por la pequeña rendija que enmarcaba la entrada; y tras sonreír con increíble nerviosismo, les pregunté con bastante suavidad:

- ¡Ahh... Hola chicas!. ¿Que las trae por acá?.

Margo: ¡Hola, Lincoln!. Venimos a buscar a Lynn.

- ¿Tan temprano?. ¡Si que la deben extrañar!.

Paula: Es que en un par de semanas comienzan las semifinales del torneo de soccer, y Lynn nos dijo que vinieramos hoy para analizar las distintas tácticas que vamos a ejecutar.

A pesar de estar totalmente impactado por su inesperada presencia, bastó con mirar de reojo las estilizadas siluetas de Paula y Margo, para que mi cuerpo entero se viese sumergido en un delirante mar de sensaciones, que no tardaron en nublar mi mente.

Al ver sus marcadas figuras completamente sumergidas bajo la deslumbrante luz de la mañana, comencé a experimentar un agobiante cosquilleo en lo más profundo de mis bolas; que me tenía cada vez más sensible y con el cuerpo electrificado.

De esa manera, y aprovechando que la vacuna que me había inyectado Lisa aún no perdía su efecto, decidí aprovechar la fabulosa oportunidad que se me estaba presentado; para poder disfrutar de la inigualable compañía de las amigas de Lynn.

Fue así que armandome de valor, y sin dejar de contemplar sus colosales siluetas; les expresé con absoluta delicadeza:

- No se en donde se habrá metido Lynn. ¡Pero no se preocupen!. Ya la busco.

Al terminar de decir esas cortas palabras, giré la vista hacia el relajado rostro de Lily; quien hasta ese momento, se mantenía sentada a un lado de la puerta con total tranquilidad.

Lleno de ansiedad, y con el cuerpo cada vez más acalambrado, tomé a Lily entre mis brazos, y les pregunté brevemente:

- ¿Podrían tener un momento a Lily mientras encuentro a Lynn?.

Fue así como rápidamente le pasé a Lily a una de ellas, para luego hacerme a un lado.

Tan pronto Paula sostuvo a Lily entre sus delgados brazos, logré apreciar la impactante manera en la que mi maliciosa hermana pequeña, giraba su apagada mirada hacia los relajados rostros de ambas chicas; para luego sumergirlas en una aparatosa nube de despiadados gérmenes, que las rodearon completamente.

Luego de contemplar la vibrante forma en la que Lily esparcía su potente virus sobre los desprevenidos rostros de las amigas de Lynn, no tardé en sentir la punzante forma en la que mi adolorida polla, comenzó a sacudirse intensamente dentro de mis apretados pantalones.

Fue así como en cuestión de segundos, los inocentes ojos de Margo y Paula se vieron rápidamente sumergidos en la delirante agonía de tan sombría enfermedad.

Una vez que las efusivas miradas de Margo y Paula le dieron paso a un nuevo semblante mucho más turbio y apagado, las tomé firmemente de sus brazos, y las lancé hacia dentro de la casa, para evitar que se fuesen para otro lado.

No salía de mi complemento asombro ante la impactante velocidad con la que atacaba tan nocivo virus; ya que tan solo le bastaban un par de escasos segundos, para lograr transformar a la mayoría de sus víctimas en auténticos zombies sin conciencia.

Con la respiración acelerada y el cuerpo cada vez más tembloroso, tomé a ambas chicas de los brazos, y las llevé hasta el lugar en donde se encontraba Lynn; para que se diese el tan anhelado reencuentro que tanto deseaban.

Al entrar al comedor, logré apreciar la forma en la que Lynn continuaba tendida boca abajo, con el cuerpo totalmente transpirando; mientras resoplaba aire con auténtica insistencia.

Tan pronto estuvieron al pie de la mesa, tomé a Lily de entre los fríos brazos de Paula, y tras colocarla sobre una silla, fui en busca del rollo plástico con el que había sujetado a Lynn.

Sabía que tenía que actuar rápido si es que quería tener oportunidad alguna de poder estar con ambas chicas; por lo que tomando el rollo que minutos antes había lanzado hacía un rincón del comedor, sujeté a Paula por uno de sus aclarados brazos, y comencé a empujarla hacia el extremo opuesto de la mesa.

A diferencia de Lynn, no tuve demasiados inconvenientes en montar a Paula sobre la enorme mesa, ya que claramente era menos fuerte y obstinada.

Una vez que logré acomodar a Paula en un extremo de la misma, até sus manos a una de las patas de la mesa, para que no tuviese oportunidad de escapar.

Luego de dejar a ambas chicas a cada lado, tomé a Margo fuertemente por el hombro, para intentar acomodarla en el medio de la mesa; pero esta vez no la tuve tan fácil, ya que al momento de sujetarla, me dió un duro golpe en el estómago, que me sacó todo el aire. ¡Rayos!.

A pesar de ser tan menudita, Margo era casi tan fuerte y determinada como lo era Lynn; por lo que tuve que forcejear con enorme insistencia, hasta lograr sujetarla.

Una vez que conseguí inmovilizar a ambas chicas, me tomé un minuto para poder respirar; y de paso, lograr disfrutar con inmensa emoción, de la fabulosa vista que tenía frente a mí.

Llevado por el agobiante ardor que se intensificaba en cada una de mis electrificadas extremidades, estiré rápidamente mis temblorosa manos, hasta lograr posarlas sobre la pequeña pantaloneta roja que traía puesta Margo; y tras tragar saliva en seco, y fijar mis ojos en su reducida cinturita, procedí a bajársela con bastante lentitud, hasta dejarla sobre sus raspadas rodillas.

Margo traía puesta una ensanchada pantaleta amarilla, con un pequeño conejito blanco en su parte central; que aunque era de lo más sencilla y simple, la hacía lucir sumamente provocativa.

Luego de dejar expuesta su adorable ropa interior, y al comprobar que no tenía mayores intenciones de continuar peleando; comencé a deslizar uno de mis ansiosos dedos por encima de su panty, hasta hacerla suspirar con elevada intermitencia. ¡Margo tenía el coño realmente sensible!.

Al terminar de acariciar cada tramo de su delirante intimidad, llevé mis manos hasta su ajustada camiseta; la cual comencé a desplazar ansiosamente hacia la parte alta de su cuerpo, hasta dejar expuestos sus diminutos senos.

Como era de esperarse, Margo mantenía en su vientre el mismo tono aclarado que tenía Lynn; por lo que podía notar con increíble facilidad, la manera en la que se le dibujaba su ajustada camiseta sobre su bronceada piel.

Estaba más que claro que ella también seguía al pie de la letra, el brutal régimen de entrenamiento al que constantemente se sometía Lynn.

Margo tenía unas reducidas tetas de color caramelo, las cuales no solo llamaban la atención por su singular tamaño; sino por la particular manera en la que se mantenían ocultas, las puntas de sus pezones.

A pesar de haber dejado gran parte de su delgado cuerpo totalmente expuesto, Margo se mantenía con la mirada perdida, y sin intensiones aparentes de querer resistirse; por lo que segado por tan abrazadora escena, tomé su holgada ropa interior y poco a poco comencé a tirar de ella, hasta dejar su delicada rajita ante mi ansiosa vista.

Margo era dueña de un coño de lo más lampiño y apretado, que pesar de ser extremadamente pequeño; no tardó en hacerme estremecer con increíble intensidad.

Después de haber dejado el agitado cuerpo de Margo completamente al descubierto, posé mi estresada mirada sobre la estilizada figura de Paula... Quien para ese entonces, había comenzado a sacudir sus esbeltas manos con auténtica exasperación, para intentar librarse de sus ataduras.

De entre todas las amigas de Lynn, Paula siempre me había parecido de las más atractivas; ya que era alta, rubia, alegre y bastante femenina. Lo que claramente la hacía destacar del resto de sus compañeras.

Luego de tomar a Paula por su exuberante cinturita, procedí a bajar el acortado short que traía puesto. Hasta lograr dejar ante mi vista, un ajustado panty de color blanco, decorado con un pequeño lazo rosa en su parte superior; que hacía resaltar sus ensanchadas caderas, y el tono claro presente en su suave piel.

Extasiado por tan sugestiva escena, comencé a subir suavemente su delgada camiseta, hasta lograr dejar expuesto su diminuto ombligo.

En ese momento me sentía tan estimulado, que comencé a deslizar mi animada lengua por todo lo largo de su blancuzco abdomen, hasta ir a parar a sus inigualables senos.

A diferencia de sus amigas, Paula traía puesto un pequeño sujetador de color blanco; que realzaba con auténtica delicadeza, a sus formaditas y realmente empinadas tetas.

Luego de correr hacia un lado la ajustada tela de su sujetador, tomé entre mis labios la sutil punta de uno de sus senos; y rápidamente comencé a disfrutar de la desbordante calidez, presente en tan inflamado montículo.

A medida que succionaba las paraditas tetas de Paula, comencé a deslizar mi mano por gran parte de su aterciopelado vientre; hasta lograr llegar a su acalorada intimidad.

Tan pronto posé mi mano sobre su acolchada entrepierna, logré percibir con indescriptible claridad, de todo el calor que emanaba de su humedecido interior.

El delicado rostro de Paula lucia cada vez más trastornado, a causa de mis rutilantes movimientos; y lo estuvo aún más, justo en el instante en el que comencé a deslizar mis escurridizos dedos por debajo de su ropa interior.

A medida que acercaba mi mano a su vaporosa intimidad, conseguí darme cuenta de lo lejos que estaba Paula de sus briosas compañeras; y es que tan pronto logré adentrarme en lo más profundo de su temblorosa abertura, no tardé en sentir la alucinante manera en la que las electrificadas yemas de mis dedos, eran envueltas por una espesa capa de finos vellos, que me hicieron temblar de infinita emoción.

Paula tenía la raja totalmente poblada de una densa capa de ensortijados vellos vaginales, que me hacían sentir cada vez más caliente y desorientado.

Cargado de una colosal impaciencia, aparté mis labios de sus brillantes tetas, y sin siquiera pensarlo, le bajé completamente su ajustada pantaleta; hasta lograr dejar frente a mis ojos, la gloriosa imagen de su peludo sexo.

El sensual coño de Paula estaba completamente poblado por un amplío matorral de finos cabellos rubios, que enmarcaban con enorme sutileza, los sonrosados labios vaginales de su voluminosa entrepierna.

Electrizado ante tan gloriosa visión, comencé a deslizar la fina punta de mis dedos por todo lo largo de su frondosa pelambrera, hasta hacerla desvariar con bastante intensidad.

Paula: ¡Mmmh, Mghh... Ughh!. ¡Uhhh... Mmghh!.

Animado ante su aplacada respuesta, abrí lo más que pude los lubricados labios de su sexo; hasta lograr dejar expuesto, el fabuloso tono rosa presente en su interior.

Luego de contemplar la descomunal belleza que mantenía oculta en medio de sus alargadas piernas, posé mi rostro sobre sus sensibles labios; y comencé a recorrer cada tramo de su aclarada raja, con la frágil punta de mi pequeña lengua.

El coño de Paula sabía extremadamente bien; y entre más lo degustaba, mayor era el mar de abundantes fluidos que emergían de su vaporoso interior.

A medida que iba devorando el dilatado sexo de la agitada compañera de Lynn, lentamente fui girando mi extenuada mirada hacia un costado; hasta lograr darme cuenta de la particular manera en la que Lily, permanecía atenta a cada uno de mis continuos movimientos.

Lily permanecía sentada sobre la silla en la que la había dejado, mientras veía con completa admiración, la feroz manera en la que le devoraba el coño a la jadeante rubia.

En ese fugaz instante una nueva sensación de lujuria invadió todo mi cuerpo, sobre todo al recordar la particular manera en la que Lucy, jugaba tan apasionadamente con el delicado sexo de Lily.

Fue así que lleno de un intenso estertor en todo el cuerpo, me aparté rápidamente del poblado coño de Paula; y con la polla aún más animada que de costumbre, tomé la silla en la que se encontraba sentada mi pequeña hermana, y la coloqué justo en medio de las transpiradas piernas de la chica con muletas.

Una vez que Lily quedó alojada a escasos centímetros de la peluda intimidad de Paula, comenzó a toquetear los finos labios vaginales de la alterada chica; hasta hacerle arquear la espalda con absoluta intermitencia.

Al parecer Lily tenía más que claro lo que estaba haciendo, ya que luego de un par de segundos, y tras agarrar un poco más de confianza; logré apreciar con innegable admiración, la sutil manera con la que se iba acercando cada vez más a la entrepierna de Paula, hasta lograr apoderarse de su dilatado coño.

Luego de ver el alucinante modo en el que Lily devoraba ansiosamente los sonrosados pliegues vaginales de su sensual amiga, estaba más que seguro de que no era la primera vez que hacía algo parecido.

De seguro Lucy la había puesto a prácticar con su propio coño, a manera de agradecimiento por haberla dejado jugar con sus pequeñas partes.

A medida que Lily desplazaba su traviesa lengua dentro de los lubricados labios vaginales de Paula, mayor era el grado de excitación que sentía en mi cuerpo. Por lo que bajándome una vez más el pantalón hasta los tobillos, me acomodé rápidamente entre las piernas de Margo, para intentar sofocar mi elevada calentura.

Con la punta de mi polla cada vez más enrojecida, y gran parte de mi cuerpo en evidente estado de excitación, me dispuse a acariciar los apretados labios vaginales de mi temblorosa acompañante; hasta hacerla resoplar con enorme ligereza.

Margo: ¡Umm... Umm!. ¡Aaghhh!.

Podía sentir la incomparable tibieza presente en el ajustado sexo de Margo, cada vez que deslizaba la aparatosa punta de mis dedos, por encima de sus labios.

Bastaron un par de suaves caricias sobre su tersa abertura, para que la inquieta raja de Margo empezase a liberar toda una serie de aclarados fluidos; que poco a poco fuero corriendo por todo lo largo de sus temblorosas piernas, hasta formar una pequeña mancha de humedad sobre la mesa.

Al ver lo mojada que permanecía Margo, posé mi polla justo en medio de sus lampiños labios; y tras acariciar levemente el contorno de su raja con la suave punta de mi glande, procedí a penetrarla poco a poco, para intentar adentrarme en su interior.

Tan pronto Margo sintió la manera en la que mi hábil pene intentaba abrirse paso en medio de sus apretados labios, comenzó a forcejear para tratar de liberarse.

El coño de Margo se sentía cada vez más rasposo y apretado, por lo que continúe embistiendola con indescriptible fortaleza, para intentar apoderarme de su sofocante interior.

Entre más me adentraba justo en medio de sus temblorosas piernas, mayor era la angustia con la que Margo exprimía cada tramo de mi adolorido miembro. Llegando a socavar, cada uno de mis lascivo movimientos.

Al cabo de una vigorosa serie de enérgicas estocadas, empecé a sentir una extraña sensación de calidez que envolvía completamente la base de mis aceleradas bolas; y al voltear la mirada, logré darme cuenta con increíble admiración, de la manera en la que diversos chorros de su oscurecida sangre, habían comenzado a brotar poco a poco de su ceñido interior, hasta ir a parar sobre la mesa.

En el instante en el que la enrojecida punta de mi pene logró perforar la última barrera que protegía su sexo, comencé a mover muy lentamente cada extremo de mi cuerpo, para lograr disfrutar de todo el calor que emanaba de su apretada hendidura.

El delicado coño de Margo se sentía cada vez más cálido y restringido; pero en lugar de detenerme, continúe acelerando cada una de mis pronunciadas embestidas, hasta lograr apoderarme de su asfixiante intimidad.

El brutal ritmo de mis feroces estocadas, era cada vez más vertiginoso; así que entre más la penetraba, mayores eran los jadeos y las atroces contracciones, que realizaba con su conflictiva figura.

Poco a poco el agitado cuerpecito de Margo se iba entregando cada vez más al sistemático mete y saca que le mantenía imponiendo a cada una de mis vigorosas embestidas; al punto en que no demoró en resollar, con desbordante impaciencia.

Margo: ¡Mmm!. ¡Mmhjh!. ¡Aaghhh... Mmghh!

Los puntuales estímulos que tan abiertamente ejercía sobre la inflamada rajita de Margo, habían comenzado a provocarle toda una serie de violentas arcadas; que la tenían con la respiración altamente entrecortada, y los ojos llenos de lágrimas.

A medida que la iba penetrando, podía sentir la particular manera en la que la estrecha vagina de Margo había comenzado a succionarme poco a poco la polla; hasta hacerme estremecer.

El vertiginoso ritmo de nuestra agitada respiración, se fue tornando cada cada vez más fuerte y desmedido; hasta dejar a nuestros afiebrados cuerpos, a punto de colapsar.

Cada vez que aceleraba mis briosos movimientos, podía sentir con inigualable vehemencia, la manera en la que Margo se iba entregando cada vez más a mis violentas estocadas; permitiéndome llegar cada vez más profundo, dentro de su humedecida cavidad.

Entre más me adentraba en su resguardado interior, mayor era la ferocidad con la que la pequeña amiga de Lynn, estremecía su delgada figura.

Todo parecía indicar que la fastuosa mezcla de sensaciones a las que estaba sometida la transpirada silueta de Margo, no tardaron en provocarle toda una serie de intensos sobresaltos; que la tenían con la piel cada vez más erizada, y el cuerpo totalmente alterado.

Era fascinante ver cómo esa concha tan blanca y apretada, se comía tan ansiosamente una buena parte de mi verga, cada vez que la tenía dentro de su alcance.

A medida que miraba el agitado cuerpo de Margo, mi polla palpitaba con enorme intensidad; ya que lucía tan marcado e insinuante, que me hacían respirar con absoluto desenfreno.

Y mientras continuaba haciendo desaparecer la hambrienta punta de mi polla dentro de los aceitado labios de Margo, comencé a escuchar una apagada serie de ahogados alaridos provenientes de su boca; que me hicieron suspirar, y me dieron las fuerzas necesarias para continuar sometiendola a mi entera voluntad.

A medida que la penetraba, podía sentir la inigualable manera en la que sus gruesos labios vaginales, se adherían firmemente al pronunciado tronco de mi polla; hasta hacerme resoplar con enorme intermitencia.

A pesar de mi elevado grado de concentración, ¡El final estaba cada vez más cerca!.

Fue así como llevado por el interminable ardor que se batía ansiosamente en mis entrañas, comencé a incrementar mis salvajes movimientos; hasta hacer delirar a mi consternada acompañante.

Margo estaba tan altamente extasiada, que de un momento al otro no pudo continuar manteniendo su limitada compostura. Y tras abrir la boca con bastante efusividad, comenzó a dejar escapar diversos hilos de saliva de su angustiada boca; casi al tiempo en que arqueaba su aclarada espalda, con alucinante descontrol.

Ya no podía continuar soportando las intempestivas ráfagas de placer, que arremetían contra mí frágil cuerpo.

Fue así que sin fuerzas para continuar, y con la mente cada vez más desvanecida, sujeté el cuerpo de Margo por sus delgadas caderitas; y tras acelerar el vertiginoso ritmo de mis brutales embestidas, exploté copiosamente dentro de su magullado interior, hasta hacerla balbucear con despampanante intensidad.

A pesar de mis constantes esfuerzos, no fui capaz de soportar las contundentes descargas de placer que carcomían mis entumecidas bolas. ¡Rayos!.

Con la polla cada vez más sensitiva, y el cuerpo completamente electrificado, continúe penetrando el dilatado interior de mi sollozante pareja; hasta lograr acoplar nuestras sudorosas partes, bajo el incesante ardor proveniente del deseo.

Al cabo de una intensa sesión de frenéticos pollazos, logré visualizar con infinita ligereza, la manera en la que Margo permanecía con los ojos cada vez más colorados, y el coño totalmente enrojecido.

Al parecer, ¡Había sido demasiado para su pequeño cuerpecito!.

Acababa de liberar la inmensa brutalidad que sentía en mi cuerpo, a expensas de la ceñida raja de Margo; dejándola mucho más que adolorida, y con el cuerpo altamente transpirando.

Luego de descargar hasta la última gota de mi leche, en medio de sus delgadas piernas, comencé a besar cada una de sus agitadas tetas; para tratar de minimizar el acelerado ritmo de su desenfrenado corazón.

Al cabo de un rato, y tras lograr sentir la manera en la que mi agotada polla se apartaba efusivamente del placentero interior de Margo; logré ver con increíble claridad, la manera en la que un par de gotas de mi viscoso semen, salían tímidamente de su magullado interior, hasta ir a parar junto las pocas gotas de sangre que aún permanecían sobre la mesa.

Con el cuerpo esponjoso y la mente cada vez más delirante, me aparté momentáneamente del sensitivo cuerpo de Margo, y me senté sobre una de las sillas del comedor; para tratar de recuperar el sentido.

El coño de Margo me había dejado completamente agotado, y sin fuerzas para reaccionar; aún así, no veía la hora de volver a estar de pie, para volver a disfrutar de su inigualable compañía.

Con el pene sensitivo y mi mente cada vez más aletargada, me sumergí rápidamente en un tormentoso letargo pasajero, del que no me pude escapar con facilidad.

Después de un par de confortables minutos, y mientras intentaba soportar los acelerados impulsos que estremecían mi vibrante cuerpo; un nuevo cosquilleo comenzó a recorrer abiertamente por toda mi espalda, una vez que comencé a contemplar la afanosa manera en la que Paula, arqueaba su pequeño pecho de manera despavorida, ante la llegada de su primer orgasmo.

Lily había hecho un excelente trabajo llevando al límite, la elevada resistencia de su sensual compañera.

Al ver la vistosidad presente en tan inusual escena, decidí aprovechar la inesperada ayuda que me había proporcionado mi pequeña hermanita; para terminar de satisfacer, el encendido cuerpo de Paula.

Fue así como en cuestion de segundos, aparté de muy mala gana el animado rostro de Lily de entre las temblorosas piernas de su nueva amante; y rápidamente la dirigí hasta el otro extremo de la mesa, para que empezase a jugar con el dilatado sexo de Lynn.

Una vez que Lily se dio cuenta de la intempestiva manera en la que era retirada del humedecido coño de Paula, no tardó en agitar sus pequeños brazos, ni en arrugar su brillante rostro, ante la creciente idea de detener su lascivo juego.

Pero tan pronto logró comprobar lo cerca que estaba de la lubricada raja de Lynn, una nueva mueca de sonrisa se dibujó rápidamente en su pervertido rostro. Al parecer la simple idea de lograr degustar de los empalidecidos labios vaginales de su extenuada hermana mayor, la llenaban de absoluta felicidad.

Con una enorme sonrisa envolviendo su delicado rostro, no tardó en adentrarse en medio de las transpiradas piernas que tenía frente a ella; para continuar dando rienda suelta a todo el desbordante deseo que revoloteaba en su pequeño cuerpecito.

Luego de presenciar la eufórica manera en la que Lily había comenzado a deslizar su amarillento rostro en medio de los lubricados pliegues vaginales de su resollante hermana mayor; logré apreciar el vigorizante modo en el que Lynn, había comenzado a batir sus acaloradas caderas, bajo el incesante estímulo que estremecía su dilatado sexo.

Una vez que logré apartar a Lily de mi lado, volví a posar la mirada sobre los dorados vellos que cubrían el aceitado sexo de Paula; hasta prácticamente perder el ritmo, de mi propia respiración.

Lleno de un fuerte cosquilleo en el vientre, y con un intenso ardor intensificandose en gran parte de mi cuerpo, tomé la punta de mi venosa polla; y poco a poco la fui levantando, hasta lograr ubicarla justo en medio del dorado matorral que cubría su expuesto coño. Y una vez ahí, tomé a Paula de sus delgados hombros, y le enterré la verga con tanta fuerza y velocidad; que estuve a punto de partirla en dos.

Al cabo de una enérgica embestida, mi polla se desvanecido en lo más profundo del espacioso coño de Paula; hasta hacerla suspirar, con delirante rapidez.

No podía cree lo que había sucedido. ¡Paula no era virgen!.

Completamente sorprendido, y con cada tramo de mi polla alojado en lo más profundo de su acalorado interior; aceleré las contundentes embestidas que lentamente le estaba propinando al sudoroso coño de mi sensual acompañante, hasta hacerla resoplar con incomparable intensidad.

Paula: ¡Aghh, Aaghhh!. ¡Mmmh! ¡Aghhjmm!.

Completamente sorprendido, y con cada tramo de mi polla alojado en lo más profundo de su acalorado interior, aceleré las contundentes embestidas que le estaba propinando a su placentero sexo; hasta hacerla aullar con auténtico descontrol.

Paula: ¡Aghh, Aaghhh!. ¡Mmmh! ¡Aghhjmm!.

Ya no podía continuar soportados las feroces contracciones provenientes del palpitante coño de mi sonrojada pareja. Por lo que cargado de un indescriptible afán, agarré a Paula de sus ensanchadas caderas, y lentamente comencé a acelerar el imponente ritmo de mis continuas embestidas; hasta lograr sentir la inusual manera en la que su aceitado sexo, se aferraba cada vez más a mí alarmado miembro.

En ese momento estábamos tan juntos, que podía sentir el tibio aliento que escapaba de su boca.

A medida que intensificaba mis eufóricos movimientos en medio de sus largas piernas, comencé a experimentar una extraña sensación de vacío en el pecho; que me mantenía con la respiración acelerada, y la visión algo borrosa. ¡¿Pero que rayos?!.

No tenía para nada claro si ese raro malestar tendría algo que ver con el extraño líquido azul que me acababan de inyectar; por lo que continúe intensificando mis prolongados esfuerzos, para no desfallecer.

Llevado por la descomunal calentura que me provocaba su extasiante silueta, aparté mi cuerpo del suave interior de Paula; e inmediatamente después, tomé la férula que tenía en la pierna, y poco a poco se la comencé a subir, hasta lograr dejarla a escasos centímetros de su cabeza.

Al tener una de sus largas piernas totalmente levantada, podía apreciar con indescriptible facilidad, la manera en la que los tersos labios de su encrespado coño, se abrían hasta dejar el delicado interior de su lasciva abertura, completamente al descubierto.

En ese momento, la poblada raja de Paula lucia de lo más abierta y desprotegida. Por lo que rápidamente apunté mi estresado miembro en medio de sus dilatados labios; y ejerciendo un poco de presión sobre estos, se la volví a enterrar de una sola estocada, hasta hacerle girar la cabeza, de manera descontrolada.

Paula: ¡Aghhjm, Ahhh... Mghhh!. ¡Aaghhh!.

Paula se mordía los labios conforme le iba entrando mi desesperada verga en su interior; y en ese punto podía sentir la particular manera en la que mi electrizado pene, era aprisionado por su extasiada cavidad. Todo parecía indicar que la dulce amiga de mi hermana, era bastante hábil con su cuerpo.

Cegado por el infinito deseo que me producía su sensual imagen, me dispuse a acribillar su esponjosa abertura con elevada intensidad; hasta hacerle chapotear la ilimitada cantidad de flujos, que brotaban de sus consternados labios.

Y la continúe penetrando con auténtica desesperación, hasta que finalmente no pude continuar soportando las violentas ráfagas de placer que recorrían abiertamente por mis sensitivas entrañas; y sin dejar de acelerar mis continuos movimientos, dejé escapar diversos chorros de mi más espesa lefa, en la parte más estrecha de su agitado sexo.

A pesar de mis múltiples esfuerzos, no fui capaz de continuar soportando el apabullante ardor que se intensificaba tan abiertamente, en la parte interna de su tembloroso coño.

Tan pronto comencé a inundar cada tramo de su acalorada abertura, empecé a experimentar una intensa sensación de asfixia; seguida de un ligero malestar en todo el cuerpo, que me hizo estremecer la polla con elevada intermitencia.

Al palpar la forma en la que mi afiebrado cuerpo se desplomaba con ligereza, saqué mi consternada polla de su tembloroso interior; y tras contener la respiración durante unos breves segundos, dirigí mi cuerpo hacia el lugar en donde estaba Lily, para poder terminar lo que minutos antes había empezado.

Una vez que estuve a su lado, aparté su rostro de entre las oscilantes piernas de su hermana mayor, y tras lanzarla enérgicamente hacia un costado; tomé a Lynn de su pequeña cintura, y le enterré mi goteante falo en medio de sus esféricas nalgas, hasta lograr llenarla con los últimos restos de mi burbujeante semen. ¡Que deliciosa sensación!.

Después de liberar hasta la última gota de mi esencia dentro del apretado ojete de Lynn; aparté mi sudoroso cuerpo de la mesa, hasta dejar mi semi flácido pene, nuevamente al descubierto.

Con el cuerpo magullado, y el ritmo de mi respiración cada vez más comprometido, posé mi vista sobre el sulfurado rostro de la pequeña Lily; quien para ese entonces, continuaba claramente enfurecida, tras haber sido apartada del lubricado sexo de su jadeante hermana mayor.

Luego de ver la inquietante forma en la que Lily se retorcía sobre la silla, y al darme cuenta del tormentoso silencio que predominaba en la casa; tomé mi polla con inmenso cuidado, y se la puse a Lily justo en medio de sus finos labios, para que terminase de limpiarla.

Al ver la manera en la que mi reluciente verga apuntaba libremente hacia sus consternados labios, Lily cambió la ofuscada expresión que había en su rostro, por una mucho más complaciente; y tras mirarme a los ojos con increíble admiración, tomó mi polla con firmeza, y procedió a devorarla con inigualable rapidez.

Contemplar la manera en la que la más pequeña de mis hermanas me chupeteaba tan decididamente la polla, me hizo sentir toda una serie de intensas sensaciones; que me hicieron retorcer de inigualable alegría.

Jamás pensé que sería capaz de hacer algo parecido con la mas inocente de mis hermanas; pero al estar solo, y al ser consciente de que no recordaría nada, me fue imposible aguantarme las ganas.

Después de una eufórica serie de feroces chupadas, e intensos lametazos, mi polla volvió a replegarse hasta su estado más reducido. Y aunque Lily continuaba empeñada en continuar repasando sus delgados labios, sobre la arrugada base de mi miembro; no lograba soportar la increíble sensibilidad, que me provocaban sus suaves caricias.

Con el cuerpo acalambrado, y la respiración cada vez más contenida, estuve quieto durante unos cortos segundos; tratando de esculpir en mi memoria, cada una de las agitadas siluetas que habían sobre la mesa.

Y al terminar de hacerlo, procedí a retirar el exceso de mi semen de cada uno de sus sudorosos cuerpecitos; para luego comenzar a vestirlas con gran delicadeza, hasta volver a dejarlas completamente cubiertas.

Sin tiempo que perder, desaté cada uno de sus delegados brazos; y rápidamente comencé a limpiar las múltiples manchas de humedad y sangre que cubrían la mesa, hasta dejarla un poco más organizada.

Luego de cubrir mis huellas, y con la visión cada vez más difuminada, salí corriendo hacia mí propia habitación; para intentar retomar el control de mi cuerpo.

Pero tan pronto llegué a la base misma de las escaleras, comencé experimentar una extraña sensación de vértigo, que me hizo tambalear angustiosamente de un lado al otro; hasta perder el sentido sobre el frió piso de la sala. ¡Rayos!.

Mi fantástica mañana de sábado, tristemente había llegado a su final.

Luego de experimentar tan confusa reacción, y tras comenzar a sentir una intensa sensación de entumecimiento en gran parte de mi cuerpo, lentamente comencé a entreabrir los ojos; hasta lograr visualizar con gran hermetismo, la manera en la que un par de extrañas sombras, se materializaban a mí lado.

Lleno de pánico, y con el cuerpo cada vez más tensionado, giré la cabeza suavemente hacia un costado, hasta comenzar a observar con indescriptible extrañeza; la manera en la que Leni, Lola y Luan, permanecían junto a mí.

Lleno de intranquilidad, comencé a rotar la cabeza de un extremo al otro, hasta lograr darme cuenta con increíble admiración; de la manera en la que yacía claramente tendido, dentro de mi propia habitación. ¡¿Pero que rayos?!.

Cargado de un sin fin de preguntas, y con la cabeza aún dandome vueltas; miré a mis hermanas a los ojos, y les pregunté con enorme serenidad:

- ¡Chicas!. ¡¿Pe-Pero que rayos fue lo que pasó?!.

Una vez que escucharon mi efusiva pregunta, y tras empezar a sonreír con inocultable alegría; Leni me toma de la mano, y me dice con inmensa suavidad:

Lola: ¡Ay Linky!. ¡Finalmente despiertas!. Nos tenías a todos muy preocupados.

- ¿Pero que fue lo que ocurrió?.

Leni: ¿En verdad no lo recuerdas?.

- ¡N-No, no... No recuerdo mucho!.

En ese momento Lola empuja a Leni hacia un costado; y tras comenzar a sonreir con desbordante efusividad, me dice rápidamente:

Lola: ¡Pues veras!. Después de ofrecerte valientemente como voluntario para recibir la vacuna de Lisa, saliste de la habitación para ver si funcionaba. Pero al parecer algo salió mala, ya que de un momento al otro dejaste de comunicarte con nosotras; y tras bajar las escaleras, perdiste el sentido a escasos metros del sofá.

¡Esa no era la versión que yo recordaba!. Aún así, decidí seguirle el juego, para lograr evitar futuros inconvenientes.

Fue así como colocando cara de asombro, y con la cabeza aún llena de preguntas; le pregunté a las chicas con gran insistencia.

- Pero si la vacuna no funcionó... ¿Como es que ustedes están bien?.

Luan: ¡Es muy simple!. Una vez que dejaste de responder, Lisa intentó mejorar la fórmula durante un largo rato; pero con el pasar de las horas, y al ver que no obtenía la respuesta que esperaba, decidimos llamar a Clyde para que viniera a rescatarnos.

- ¡¿Y porqué a Clyde?!.

Lola: Clyde era la única persona conocida que tenía un traje sellado a prueba de virus, y que estaba lo suficientemente loca como para venir en nuestra ayuda; así que tan pronto lo llamamos, vino corriendo a socorrernos.

Al terminar de hablar, pude ver la manera en la que entraban a mi habitación Lisa, Lana, Lynn, y Lori; quienes habían llegado dispuestas a ver, como me encontraba.

Lori: ¡Cielos, Lincoln!. Ya iba siendo hora de que despertaras. Literalmente estábamos a punto de llevarte al doctor.

- No se porqué exageran tanto, si ni siquiera ha terminado el día.

Lana: ¡De qué estás hablando!. Estuviste dormido durante más de 24 horas... Aunque por suerte, ya te ves mucho mejor.

- ¡¿Espera... Qué?!. ¿Permanecí dormido por más de 24 horas?.

Lisa: ¡Mmm!. ¡27... para ser precisos!.

Lola: ¡Así es, Linky!. Por poco y no la cuentas.

Al terminar de escuchar tan sorprendente afirmación, comencé a batir los brazos y a quejarme eufóricamente; mientras me reprochaba en mi cabeza, por el elevado riesgo al que me había enfrentado. Aunque a pesar de ello... ¡No dudaría en volverlo a hacer!.

De esa manera, estuvimos charlando durante un largo rato, intercambiando toda clase de risas y anécdotas divertidas, de lo que nos había sucedido en tan sorprendente día. Y en todo ese tiempo, Lynn se mantuvo en completo silencio, mirandome de manera altamente recelosa; como si se sintiese incomoda de tenerme junto a ella.

¡¿Habrá recordado algún instante de nuestro brutal encuentro?!. Mmm... ¡Solo el tiempo lo dirá!.