Sexo en la casa embrujada

Izuku estaba parado frente a una casa maltrecha y ruinosa. Una vez más el aprendiz de héroe reviso el mensaje de su celular.

*Los ví a ti ya tus chicas, ven aquí si no quieres que toda la escuela lo sepa*

El hecho que fuera un número desconocido no ayudaba a tranquilizarlo. Entonces sintió una mano en su hombro, el peliverde se volteo rápido para ver una cara conocida.

–¿¡Reiko-San!?– preguntó el peliverde sorprendido.

Efectivamente era la chica gótica de la clase 1B. Ella vestía ropa normal, con una bufanda para tapar la parte inferior de su cara. Deku pensaba que no era nada más por el frío.

–¿Tu... Me enviaste el mensaje?– preguntó y la chica ascendiendo –Entonces. .. ¿qué vamos a hacer ahora?– preguntó Izuku a la chica.

–Iremos a esta casa embrujada– respondió Yanagi –No te preocupes, es falsa–

–¿Dónde aprendiste sobre este lugar?–preguntó Midoriya

–Lo descubrí durante una de mis muchas sesiones de navegación por Internet– explícita la peliblanca –Esta en la lista de las diez mejores casas encantadas en Japón y eso me llevó a descubrir este lugar– explicó Reiko, antes de encaminarse a la entrada. Deku la siguió.

Adentro el lugar parecía sacado de una película de terror. Tantos accesorios y decoraciones habían llenado la habitación. Estaba claro que mucha gente hizo lo mejor que pudo en esto. Esto hizo que la atmósfera fuera aún más espeluznante. Había telas de araña esparcidas por toda la zona. Estaba asustando a Izuku. Sin embargo, Reiko actuó perfectamente bien en estas circunstancias. Parecía que estaba acostumbrada a este tipo de cosas.

Un fuerte ruido inquietante llenó el aire, lo que asustó aún más a Midoriya. Entonces, sentí como le tomaban de la mano.

–Toma mi mano– dijo casi en susurro la chica –Es completamente normal tener miedo, es natural incluso para los héroes– explico suavemente mientras entrelazaba sus dedos, dándole una idea de lo que realmente quería la chica.

Siguieron caminando, casi llegando a la primera parada.

–Reiko ¿Por qué me estamos aquí realmente?– preguntó el chico de pelo verde.

La mano libre de Reiko se apreto. Yanagi no era buena expresando emociones con su rostro y por eso movía mucho sus manos.

-Yo... estoy curiosa- respondió casi en susurro.

–¿Curioso, sobre qué parte exactamente?–

–Cómo se siente el sexo– dijo la chica fantasma.

Eso hizo que los sonrojos crecieran en los rostros de ambos. Lo cierto era que el descubrir que Midoriya fuera tan bueno en el sexo fue la mayor sorpresa de su vida.

–Bueno, cuando regresemos al dormitorio podremos...–

–No... quiero hacerlo ahora– dijo Reiko mientras tenía una mano sobre su pecho.

–¿Estás seguro? Estamos en un área pública– dijo Izuku mientras lo empujaban contra la pared.

–No te preocupes por eso– dijo Reiko.

Activando su peculiaridad, la chica fantasma se movió tanto a ella como a Izuku al espacio entre las paredes. El área era pequeña y estrecha, pero lo suficientemente grande como para que se divirtieran. Deku noto que habían limpiado el polvo y las telarañas que plagaban el resto de la casa, además que había una manta extendida por el suelo.

Se notaba que Yanagi no bromeaba con hacerlo ahora.

Reiko movió sus manos alrededor del pecho de Midoriya. Para ser un chico que alguna vez pensó que era sencillo, tenía músculos fuertes. Fue entonces cuando sentí que algo le apretaba el trasero. Eran las manos de Midoriya. Sus manos continuaron apretando su trasero, pero a Reiko no le importó. De hecho, quería que Izuku continuara con lo que estaba haciendo. Sus hormonas se agitaron de una manera que Reiko nunca antes había sentido.

Se sintió tan jodidamente bien...

Reiko estaba a punto de gemir pero Izuku la detuvo besándola en los labios. Los ojos de Reiko se abrieron de par en par, fue su primer beso y se sintió increíble. Un aliento caliente llenó su boca y luego su lengua jugo con la suya, bailando como serpientes apareandose. Cerró los ojos para que la experiencia sea aún mejor. Permanecieron así por un tiempo, sólo separándose porque Reiko necesitaba respirar.

–Midoriya, eso fue increíble– murmuró Reiko sonrojada, entonces bajó las manos hasta la entrepierna del chico antes de entrar en sus calzoncillos –Quiero mas–

Aunque había visto su verga antes, experimentarla era de otra manera. Reiko sabía que sería grande, pero todavía era una sorpresa saber cuán grande era. Estaba seguro de que si la mojaba con agua bendita sería el equivalente de una mata moscas eléctrica para las vanpirezas.

En un centro psiquiátrico lejano una rubia estornudo mientras estaba usando un 'Deku-Peluche' de manera indebida.

Volviendo a lo nuestro, Reiko estaba arrodillada frente a Izuku. De un solo golpe, se le bajaron tanto los pantalones como la ropa interior. Su verga saltó, ya que antes estaba tan desesperada por salir. Era tan duro como una roca a pesar de que las tenues luces en las grietas de la pared parecían una joya brillante. Al verlo, a Reiko se le hizo agua la boca.

–¿Te gusta?– preguntó Izuku, a lo que Reiko se levantó rápidamente.

La chica levantó su falda, demostrando que no usaba bragas, y procedió a frotar su verga contra su coño goteante.

–Me encanta– susurro ella contundentemente, mientras lo miraba fijamente. Deku conocía esa mirada, ella quería desesperadamente que su verga le partiera el coño –Por favor, cogeme– suplicó Reiko.

Cumpliendo sus deseos, Izuku levanto a la chica por su culo, la cuál se aferró a él con sus piernas y brazos, y empujó toda su verga en el coño de la chica. Su himen se rompió, siendo quizás la única de su clase que no lo había perdido. Reiko habría gritado si no se hubiera tapado la boca y amortiguado su grito. Era tan jodidamente grande. Su enorme polla ya estaba expandiendo tanto su útero como su coño. Aunque le dolía, Reiko lo disfrutaba, su placer estaba abrumando su dolor. Los ojos de Reiko se dirigieron a la nuca, era la primera vez que Reiko sintió algo así.

Era como si Reiko fuera un juguete sexual... Y le encantaba.

–Sí, Izuku, sigue follándome– gimió Reiko.

Izuku comenzó a follarla aún más duro. Su empuje fue más rápido y tenía aún más poder detrás de ellos. Una poderosa fuerza de la naturaleza estaba destruyendo el coño de Reiko. Entonces un repentino impulso llenó su entrepierna, no pudo soportarlo más y se corrió con fuerza.

Reiko estaba sin aliento, ya no le quedaban fuerzas, todo el jugo de su coño había cubierto tanto su verga como la cama. Ella quería que ese fuera el final de todo, pero ella ya sabía que esto no había terminado. Izuku continúa empujando su coño, sin mostrar signos de detenerse.

Reiko comenzó a arañar la espalda del chico, era como si su mente fuera a romperse en cualquier momento . Ella le rogó a todos los espectros del más allá que se corriera pronto o quedaría tan catatónica como una víctima de Cthulhu, ni siquiera ella sabía qué la mantenía cuerda. Fue entonces que sintió que en cualquier momento él vendría y depositaria una ola de esperma que llenaría su útero.

–Reico-Chan, estoy a punto de venirme– avisó a Izuku mientras continuaba follándola con toda su fuerza.

–¡Hazlo dentro!– gimio tan fuerte como pudo, mientras Reiko sintió sus bolas golpearla con toda su fuerza –¡Engendremos juntos a un vástago de la noche!–

Tan pronto como dijo eso, Izuku finalmente llegó. Un montón de esperma caliente y viril llenó su útero fértil. Reiko se mordió el labio mientras intentaba mantener la conciencia. Desafortunadamente, perdió y su mente se adormeció.

Cuando Reiko se despertó, fue recibida con la vista de su dormitorio. Parpadeó un par de veces y bostezó mientras pasaba las piernas sobre la cama.

"¿Fue un sueño?" Se preguntaba la chica fantasma algo desanimada, más de lo habitual. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba vestida con su ropa de calle.

Tentativamente, se metió la mano entre las piernas y, con un aliento tembloroso, usó el dedo para pellizcarse. La sensación le provocó escalofríos, pero no era lo que estaba buscando. Después de unos segundos, apartó la mano y la levantó y sus ojos se abrieron ante la prueba irrefutable que había yacido anoche con un varon.

En sus dedos se le pegaron gotas de semen blanco. Reiko lo unto en su abdomen justo donde estaría su útero. Ella dibujo un símbolo de la fertilidad céltica. Esto era solo una precaución, ella tenía tanta semilla viril dentro de ella. Nadando dentro de su útero buscando sus preciados óvulos para fertilizarlos... si ya no lo habían hecho, sería cuestión de tiempo.

Eso la hacía sentir otro tipo de emociones agradables y excitantes... Se sentía feliz.