Capítulo I
La Misión
Harry caminaba a la oficina de Aurores. Había sido llamado por el Jefe Kingsley para una misión secreta. Ron había sido asignado para otra misión en Rothetham y aún no había regresado desde hacía una semana. Esperaba tener pronto noticias de él. Harry y Ron eran los Aurores más jóvenes, pues la academia los aceptó a su corta edad por la experiencia que tenían y se habían convertido en jefes de cuadrilla muy pronto, debido a su desempeño. Lo único malo es que casi no coincidían porque siempre los enviaban a diferentes misiones. Ron al
Principio quería ser jugador de quiddich, pero después de la desaparición de su hermana, decidió ser Auror. Harry aún recordaba a Ginny y se sentía culpable por no haber estado con ella cuando desapareció. Después de la batalla de Howgarts, no regresó con ella como prometió. Se aisló por un tiempo, y después se postuló para la academia de Aurores, donde fue aceptado en corto tiempo, mientras Ginny terminaba la escuela y hacía las pruebas para El puesto de cazadora en las Arpias de Holyhead. Sin embargo no se veían a pesar de que Harry seguía frecuentando a la familia Weasley, Aun sentía tristeza ver las fotos de Fred y saber que ya no estaba con ellos. La familia se había fracturado, y a pesar de ser joviales, no se sentía la misma alegría que antes. Harry no se sentía listo para retomar su relación con Ginny y decidió dejarlo pasar. Sabía por Ron que ella todavía estaba en duelo, porque se la pasaba encerrada en la habitación de los gemelos practicando hechizos, y solo salía para ayudar a su Mamá en la comida o para tomar su escoba y practicar quidditch. Siempre estaba seria, había dejado de sonreír y cada vez se veía más delgada y más pálida. Neville y Luna llegaban a visitarla con frecuencia, y lograban que saliera de su encierro solo por unas horas para después volver a encerrarse. El estado de su hermana no era sano, Ron le decía que nadie tenía idea de lo que le pasaba.
El día que Ginny desapareció, fue uno de esos pocos días en donde todo se veía bien, Harry y Ron fueron promovidos, los señores Weasley hicieron una comida para celebrarlo, toda la Familia estaba reunida incluso George y Charlie habían llegado desde Rumania, Bill llegó con Fleur quien ya se veía con un embarazo muy avanzado, Percy también estaba ahí, pues había conseguido un puesto con el Ministerio de Magia y quería celebrarlo con la familia, incluso algunos Aurores habían hecho acto de presencia. Harry quiso hablar con Ginny ese día, pero como Ron le había dicho, estaba diferente, no hablaba con nadie, su cabello siempre suelto, ahora lo tenía recogido en un moño con algunos mechones sobre su rostro, traía ropa negra y solo se limitaba a ayudar a su Madre con la comida. Su rostro se veía cansado y sin expresiones. Nunca levantó la mirada para verlo o saludarlo.
-Buenos días Harry!- saludó Kingsley cuando lo vio entrar a la oficina de Aurores.
-Buenos días Señor!- respondió al mismo tiempo que sd sentaba en la silla frente al Jefe de Aurores. - ¿Qué tenemos?-
-Un Hombre fue atacado en su casa, en Bibury. No presenta signos de violencia o tortura. Por sus características post-Mortem, todo indica que fue ejecutado con la Maldición Asesina.- le decía el Auror a Harry mientras le pasaba unas fotografías.
-Bibury es un pueblo Muggle. ¿Por qué atacarían un pueblo tan pequeño y pacifico?- hablaba Harry mirando las fotos.
-Es lo que queremos saber, debes ir allá y hablar con el único testigo ocular, su esposa. Deberás vestirte como un Policía Muggle, o no responderá ninguna de tus preguntas, la Mujer está todavía en Shock. –
-Iré de inmediato- dijo levantándose y llevándose la evidencia con él. Fue directo a la oficina del Señor Weasley.
Tocó la puerta. – ¡Adelante Harry!- se escuchó la voz desde el interior. —
-¿Como supo…? –
-Oh Harry!- , ¡mira! Instale estos aparatos Muggles que tienen la característica de poder ver lo qué hay detrás de una pared y mostrarlo en este cuadro, ¡es fascinante! Creo que lo llaman.. Camora!
Harry Sonrió!- Son Cámaras de Seguridad! Los utilizan en los supermercados y en las estaciones de policía Muggle.
-Oh ya veo! – dijo el Señor Weasley aún pensativo. De pronto cambió su expresión. -¿Qué se te ofrece Harry?-
-Bueno, me preguntaba si usted tendría algún uniforme de policía Muggle, lo necesito para una misión.
-Oh vaya! – creo que tengo uno por aquí! – dijo y se puso a buscar en un baúl con un montón de ropa y artefactos muggles. De pronto saco un casco, unas botas, un pantalón y una camisa con botones. ¡Tengo este! ¿Qué te parece?-
-Mmm creo que este uniforme es de la Guardia Real de la Reina, pero.. creo que servirá. Gracias Señor Weasley. –
-Hasta luego Harry.- y siguió concentrado en unos cables que le erizaron el cabello con un chispazo.
Se vistió rápido y fue hacia su oficina. Debía ir al aeropuerto para tomar el tren a Oxford, tendría que viajar al pueblo de manera Muggle.
Por fin llego al pueblo, era muy pequeño y muy antiguo. Las calles de piedra lo hacían ver pintoresco. No tardó mucho en llegar a la casa indicada por Kingsley. Tocó la puerta.
Una Mujer entreabrió la puerta asomando solo medio rostro.
-Hola! – dijo Harry. – es usted la Señora Beaumont?
La mujer asintió la cabeza.
-¿Puedo hacerle unas preguntas?- y le mostró una placa de policía. La mujer lo dejó pasar. Se sentaron en un sillón un poco viejo.
-Señora Beaumont. - Hace cuanto vive usted aquí?
La mujer lo veía con recelo, señaló una pintura de boda que tenía una fecha. -Bien- Dijo Harry.
¿Podría decirme, que sucedió el día que desapareció su esposo?
La mujer se levantó y fue hacia la ventana y señaló hacia afuera. Harry la siguió.
-Ella estaba ahí afuera… hablo la mujer con voz temblorosa
-¿Ella?- Pregunto Harry
-Vestía de negro con una capa.
Harry volteó a verla y vio que se arrodilló y empezó a mecerse adelante y atrás. Él siguió viendo hacia afuera, por si había algún rastro. Tendría que regresar de noche para recolectar evidencia mágica. No podía hacerlo con tantos muggles presentes.
-Fuego, viento, rayo…- decía la mujer
Harry pensó que sería difícil interrogarla, la mujer no estaba en condiciones. Se quedaría un día para investigar por su cuenta. De pronto salió una niña como de unos 7 años..
-¿Usted es policía?- Le pregunto a Harry
El sonrió a medias – Lo soy-
-Mi Mamá aún tiene miedo. Piensa que la Mujer va a regresar. – ¿Usted nos va a proteger?
-Yo vine para ayudarlos y encontrar a la persona que les hizo daño para que no vuelva a lastimar a nadie. Pero, necesito ayuda para encontrarla. –
La niña se acercó a Harry. Luego levantó su dedo y señaló hacia dónde estaban los árboles. – Ella salió de ahí, traía una capa negra, Papá le disparó con su escopeta, después apareció una luz verde y Papá cayó aquí y ya no se despertó. Ella desapareció en el fuego negro. – término del decir la niña.
-¿tu viste todo?- pregunto Harry. La niña asintió con la cabeza. ¿Cómo sabes que era Mujer?
- Ella no tenía la capucha, se la puso después cuando papá empezó a disparar. –
- ¿Recuerdas algo más de ella? ¿Alguna característica que la distinguiera?
- Su cabello era largo, del color del fuego. Era muy bonita. –
Harry anotaba todo en una libreta.
-¿Cómo te llamas?-
- Alice!
- Bien, Alice. Gracias por tu ayuda! Si recuerdas algo más o tú Mami, no dudes en contactarme. – y le dio una tarjeta con un número telefónico. Harry salió de allí con muchas preguntas. ¿Quién era la Mujer que los atacó y por qué? Aunque, podría parecer que fue en defensa propia. Cabello largo y pelirrojo. Solo había un grupo de magos con esa característica. Se quedaría a investigar más. Busco un Hotel en el lugar y espero la noche para salir a buscar más pistas.
Harry caminaba sigiloso en la oscuridad de la noche buscando pistas. Llego a la entrada del bosque, donde la niña le dijo que había visto a la mujer. Se agachó al ver maleza quemada, tocó la hierba y se convirtió en cenizas entre sus manos. El ruido de una rama quebrándose llamo su atención, una silueta dentro del bosque se movía hacia la aldea del pueblo.
-Nox- dijo Harry, y puso su varita en alto. La silueta se movía sigilosamente. Harry la seguía con mucha cautela, de pronto la figura se detuvo, hizo la cabeza a un lado y Harry pudo ver un perfil muy fino bajo la capucha, dijo algo inaudible y empezó a correr.
Harry corrió detrás de ella, varita en alto. Sintió que sus piernas se volvían pesadas, ¿Qué le pasaba? Y se le complicaba alcanzar al encapuchado. -Petrificus Totalus!- el hechizo solo rozó su hombro. Harry cayó y la figura se detuvo nuevamente. Tenía inmovilizada las piernas. Se volteó quedando frente a Él , Harry trató de ver quien era. El encapuchado volvió a decir palabras inaudibles, y la varita de Harry salió disparada. Se empezó a acercar a él y con un movimiento de su mano le quitó las gafas. Harry solo lograba ver la silueta muy borrosa. El extraño se quitó la capucha frente a él, pero Harry no podía distinguir el rostro.
-¿Quién eres? ¿por qué atacas a esta gente?- decía Harry. La persona seguía sin hablar. Extendió su mano con la intención de tocar su cabello, Pero se detuvo. Harry pudo distinguir un largo cabello pelirrojo y un rostro pequeño pero no lograba enfocarlo bien.
Después la figura se puso de pie, volvió a ponerse la capucha y desapareció delante de él bajo unas llamas que se tornaron de color negro. Dejando a Harry solo en medio del bosque oscuro. Harry recobró su movilidad.
-Acció Varita!- y la varita volvió a sus manos.
-Lumus- buscó sus gafas y pudo distinguir la hierba recién quemada. ¿Quién era ella? Parecía como si lo conociera. Y, ¿Qué quería con ese pueblo?
Llego agitada a la casa que había adaptado como guarida. Se quito la capa y las botas tirándolas en cualquier lado. Se sentó frente a la chimenea en un viejo sillón. Las llamas iluminaban su brillante cabello pelirrojo. Mirando fijamente el fuego, apretó la mandíbula!
-¿Por que tenías que aparecer? Harry Potter! - le dijo a las llamas que se consumían poco a poco.
