Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
Se trata el tema de la homofobia, tómenlo en cuenta.
¿Cuándo algo tan brillante como el amor se vuelve un secreto?
¿Cuándo sobrepasa la moral?
¿Cuándo la moral y lo incorrecto se unen para silenciar a dos personas que se aman?
¿Cuándo dos personas del mismo sexo aceptan su amor el uno por el otro?
Sakurai Ryou no lo sabía. Y si no lo sabía es porque desde que era pequeño sus padres le educaron para amar a todo ser vivo y humano sin importar las diferencias.
Amar por sobre todas las cosas.
Querer por sobre todas las cosas.
Respetar por sobre todas las cosas.
Por supuesto, sus padres lo han apoyado y aconsejado con tal de que su felicidad y vida sean plenas.
Y el que él estuviera enamorado de un chico de su universidad no iba a contradecir las palabras de su padre.
Se le educó para ser una persona abierta de mente a nuevas ideas y relaciones. Se le enseñó a amar la vida tal y como era, haciendo distinciones cuando fuera necesario.
Igualdad y tolerancia para todos.
¿Pero qué pasaba en caso contrario?
Por mantener silencio y callar quien eres puedes ser capaz de cualquier cosa.
Incluso mantener tu amor de juventud en secreto.
El caso de Aomine Daiki no era diferente del resto de los demás que temen expresar lo que sienten por temor al rechazo de la sociedad y sus padres.
Se le educó para ser un hombre hecho y derecho por más estúpido que se oiga eso.
Se le instruyó que el amor únicamente se da entre un hombre y una mujer. Una familia solo debe consistir entre una pareja heterosexual y sus hijos.
Se le educó para que el hombre fuera la cabecilla de la familia. El machismo al tope, cero igualdades y tolerancia hacia los demás.
Se le educó para no llorar. Un hombre no llora, un marica sí.
Se le enseñó a ser cerrado de mente. Se le enseñó a ser machista y no tolerante.
Estaba a pasos de ser enseñado a ser homofóbico aun cuando sabía desde secundaria que la homofobia no era miedo hacia los homosexuales sino una estupidez que la sociedad buscaba implantar por el temor a lo desconocido, a lo diferente.
Al amor que todo ser humano tiene derecho de experimentar.
Entonces ¿qué era lo correcto e incorrecto? ¿Por qué castigar al ser humano de esa manera?
¿Por qué el rechazo y el miedo debían opacar la felicidad de dos chicos completamente diferentes y aun así tener una relación clandestina?
-Mañana voy a decirle a los viejos sobre lo nuestro- anuncio Aomine abrazando por la cintura el cuerpo desnudo de Ryou quien le veía impresionado y con miedo.
-Pero... creí que no querías que nadie supiera lo nuestro, mucho menos ellos- murmuro el castaño dejando que el moreno le abrazara.
Si bien acepto una relación clandestina con el estudiante número uno de criminología de la universidad y han pasado dos años desde eso. Aomine le pidió discreción y silencio.
Cero besos frente a todo el mundo, nulas caricias sin que nadie los viera. Y nadie a quien presumir que tenía el chico más atento y lindo del mundo por novio. Que tenía a Aomine Daiki por novio.
Lo acepto y únicamente lo acepto por Daiki. Porque lo amaba incondicionalmente y porque sabía el trasfondo de las palabras de Daiki y lo que significaban para el moreno.
-Ya me canse de huir. Quiero poder besarte sin temor al que dirán, abrazarte, presumirte como mío, como mi novio, mi Ryou- el más bajito se sonrojo.
Aomine podía ser muy directo cuando se lo proponía.
¿Pero sería lo correcto?
-Prométeme que en caso de que las cosas se pongan feas iremos con mis padres, por favor Daiki-san-
Aomine suspiro, si bien tenia temor a la reacción de sus padres cuando supieran de su relación con Ryou también comprendía que el castaño tenía miedo por él, por Aomine.
-Lo prometo- luego de eso beso la mejilla de Ryou.
Todo sea por ser libre.
El primer puñetazo llego en la mejilla izquierda del peli azul.
Ryou trato de acercarse hasta donde su novio estaba siendo golpeado por su padre pero fue el mismo Aomine quien con la mirada le ordeno no acercarse.
-¡Maldito maricón de mierda!- bramo furioso Daisuke Aomine golpeando en el estómago y rostro a su hijo -¡ningún hijo mío será un maldito lame culos de un pedazo de mierda como lo es ese marica de ahí!- señalando al castaño que estaba en shock por como el padre de su novio estaba reaccionando.
-¡Daisuke por favor!- pidió la madre del moreno.
-¡Cállate estúpida que esto es tu culpa!- grito iracundo el mayor dispuesto a golpear a su esposa.
Daiki escupió la sangre y diente que salía de su boca y después hablo -con mi madre no te metas- se interpuso entre sus dos padres y recibió los golpes hacia su madre.
-¡Por favor, ya déjelo, Aomine-san!- pidió el castaño viendo al enfurecido moreno.
-¡Tú no te metas marica, por tu culpa mi hijo es un jodido marica como tú!- respondió el mayor regresando sobre sus pasos dispuesto a golpear al bonito castaño.
-Oye...- le llamo Daiki levantándose con dificultad con ayuda de su madre. La ira y furia que sus ojos azules reflejaban hacia su propio padre les helo la sangre al matrimonio Aomine -puedes golpearme, amenazarme e incluso mandarme al hospital por no ser lo que esperaban mi madre y tú, pero lo que no voy a permitir es que te metas con mi Ryou, con mi novio. Si vas a matar a alguien va a ser a mí, pedazo de mierda- bramo furioso el moreno golpeando a su padre y poniéndose frente a Ryou quien lo abrazo de la cintura.
No quería más problemas con esa horrible familia.
-No es necesario Sakurai-san- exclamo Daiki apoyándose en Ryou. Ambos habían huido luego del puñetazo que el moreno le dio a su padre de la casa de Aomine. La amable madre de Ryou se había ofrecido a llevar a su yerno al hospital pero Daiki se negó rotundamente.
-No me contradigas mocoso, que estoy seguro que la bestia que tienes por padre te ha de ver roto las costillas- aseveró la castaña de mirada seria pero suave -es lo mínimo que puedo hacer por el chico que salvo a mi Ryou-
-Ni lo mencione suegra. Por mi Ryou soy capaz de hacer eso y más con tal de que mi hongo este bien- aseguro el moreno abrazando al castaño que estaba preocupado por su bestia e impulsivo novio.
-Yo también te amo Daiki-san- murmuro el castaño -aunque seas un estúpido impulsivo insensible que solo actúa por instinto y no piensa en las consecuencias de sus actos-
-Oye- reclamo el peli azul. Ryou sonrió más tranquilo cuando su novio llego al sofá de la sala de sus padres.
Supone que su secreto ya no es tan secreto después de todo.
