CAPÍTULO 9:
SECRETO A VOCES
Hinata no entendía porque Hanabi estaba tan nerviosa desde que había llegado, le había preguntado una y otra vez si algo le ocurría, pero la menor solo le daba una torcida sonrisa que no parecía nada bien y palabras que sonaban a mentira. Pero es que la castaña no se podía tranquilizar, ya que temía que mañana a penas su querida hermana pusiera un pie en el instituto una horda de locas fanáticas del Uchiha la abordaran.
Konohamaru le había dicho sobre el incidente que había pasado con Udon y Moegi, solo logrando que los nervios crisparan todo el cuerpo de Hanabi, confiaba en la discreción de Udon, ya que el chico no era chismoso, pero Moegi era otro tema. Konohamaru intentó convencerla de que su amiga no diría nada, pero tal como había pensado la Hyuga la chica se había ido de la lengua.
Los mensajes hacia su persona de varias chicas de la clase preguntándole por la relación entre su hermana y el Uchiha eran la prueba, ni siquiera había durado una hora sin abrir la boca. Moegi tenía muchas virtudes, pero la discreción no era una de ella, le fascina el chisme.
Había querido gritarle a Konohamaru por dejar que algo así pasara, pero si hacía aquello sentía que no estaría siendo justa con el chico, después de todo él le había ayudado demasiado, así que midiendo sus palabras le había dicho que no pasaba nada. Pero lo que no sabía Hanabi es que aquello en vez de darle tranquilidad había logrado poner más tenso, ya que creía que Hanabi se encontraba muy furiosa con él.
Por su parte, Hinata después de la cita en la residencia Uchiha había llegado algo cansada a casa, se había metido directamente en la bañera para relajarse, pero por más que lo intentaba no podía quitarse la cálida sonrisa del chico de la cabeza.
—No sabía que podía hacer una expresión como esa. Debería sonreír más seguido—susurró bajito logrando que sus mejillas se sonrojaran por aquel pensamiento. Ahora por fin comprendía porque el Uchiha era tan popular entre el sector femenino, era bastante atractivo. —Si mejorara su carácter sería mejor—dijo como si fuera una pequeña broma.
El sonido de móvil hizo que pegara un pequeño saltito en la bañera, como si la hubieran pillado haciendo algo indebido. Pero intentando relajarse tomó una toalla y salió a responder.
Para su tranquilidad se trataba de Sakura, la única que sabía lo que pasaba entre ella y Sasuke, por un momento pensó que se trataba del chico.
Cuando Hinata se enteró que fue Sakura quien le había dicho a Sasuke sobre que ella podía ser su novia falsa se había sentido ligeramente traicionada, ya que prácticamente sentía que la había lanzado a los brazos de una bestia. El carácter del Uchiha no era fácil de tratar y a veces era demasiado orgulloso, pero con el paso de los días había podido entrever las virtudes del chico, además no era de las que negara su ayuda si podía hacerlo.
Por lo que le había dicho a Sakura que, si en alguna otra ocasión deseaba volver a ayudar al Uchiha que primero la avisara, porque sentía que casi la había vendido. La pelirosa solo se había reído ya que sabía que su amiga no lo decía en serio. Además, al ser la "única" que sabía sobre la relación que tenía con Sasuke solo podía hablar con ella de todo lo que le ocurría con el Uchiha, por lo que no se podía molestar, o eso imploraba la pelirosa.
—¿Qué tal fue? —preguntó la chica entusiasmada, demasiado para el gusto de la peliazul. Desde que ambas hablaban sobre su relación falsa con Sasuke sentía que su amiga quería dejar en claro todas las virtudes de Sasuke. La verdad era que a veces le parecía que intentaba emparejarlos, aunque rápidamente descartaba esa idea. —¿Cómo te parecieron sus padres? ¡A que Itachi-san es super agradable! Puede que Fugaku-san parezca algo estoico, pero es un buen hombre, sino Mikoto-san no lo hubiera escogido. ¿No sería maravilloso formar parte de una familia así? —dijo logrando que las mejillas de Hinata se sonrojaran al imaginar esa posibilidad.
—Todos fueron muy amables, me divertí mucho —dijo Hinata sincera.
Ella siempre había sido muy medida con sus palabras y aunque confiaba plenamente en Sakura no deseaba traspasar la confianza que Sasuke había depositado en ella y simplemente se había limitado a contarle pequeñas cosas que no intervinieran demasiado en la intimidad de la familia Uchiha. Además, no lo podía negar, se lo había pasado en grande, la familia de Sasuke era muy cálida, sobretodo Mikoto-san, qué de alguna manera le recordaba demasiado a su madre.
—Me alegra que todo haya ido bien—dijo Sakura. —Ya es tarde, no te entretengo más. Mañana nos vemos Hina—dijo para luego despedirse. —Una cosa más —dijo justo antes que Hinata colgara. —Mañana no entres al instituto sin nosotras—dijo con una pequeña risa nerviosa, pero que para Hinata no pareció nada rara.
Cuando la peliazul se metió en su cama su último pensamiento fue sobre Sasuke, sobre sus gestos ligeramente toscos pero agradables, pero sobretodo esa maravillosa sonrisa que le acompañó en sus sueños.
Al llegar la mañana Hinata estaba convencida de que algo le ocultaba su hermana menor, con cada paso que daban hacia la escuela la veía tensarse más y más. Le había implorado que le contara que era lo que le preocupaba, pero Hanabi seguía insistiendo en que nada le ocurría.
Hinata solo pudo soltar un suspiro cuando supo que no obtendría nada más de su hermana pequeña, a veces era tan tozuda como su progenitor.
—Sabes que siempre puedes confiar en mí—dijo Hinata y Hanabi le sonrió, adoraba a su hermana mayor, la amaba muchísimo.
—Lo sé, gracias—respondió la menor.
Cuando estaban a tres cuadras del instituto Hinata notó como varias chicas la seguían con la mirada. Algo bastante extraño, ya que ella nunca era una persona que llamara demasiado la atención. Se acercó a Hanabi y le preguntó si tenía algo en la cara, pero la menor solo sonrió y negó.
La chica intentó no prestarle más atención a las miradas que le perseguían, pero a medida que se acercaba más al instituto eran más notorias. De pronto tanto Karin como Ino y Sakura se acercaron a peliazul, con un aura que indicaba protección, dejándola a ella en el centro.
—Buenos días—dijo la peliazul. —¿Ocurre algo? —dijo confundida, pero simplemente negaron.
Hanabi cuando vio a las otras tres chicas respiró con más tranquilidad, mientras ellas estuvieran con su hermana ninguna de las fans locas del Uchiha osaría hacer nada en contra de Hinata, después de todo ellas habían sido las fundadoras del club del Uchiha. Tal vez ya no eran miembros activos, pero siempre tendrían el respeto de los demás miembros.
—Onee-chan ya me marcho, nos vemos en casa—dijo la menor algo más relajada, cosa que Hinata notó, pero no dijo nada.
Estaba segura de que algo ocurría, pero sentía que nadie se lo quería decir. O tal vez estaba algo paranoica por las miradas de la gente en ella y se estaba imaginando cosas donde nos las había. Después de todo se había dormido algo tarde porque el Uchiha había ocupado sus pensamientos gran parte de la noche.
Aquello también le molestaba un poco, todo había empezado por esa maldita sonrisa que le había tomado desprevenida. No sabía ni siquiera porque le daba tantas vueltas a eso, sí el chico tenía una bonita sonrisa, solo debía aceptarlo y listo.
Hinata iban tan metida en sus pensamientos que no notó los murmullos que se originaban a su paso. Las tres chicas lanzaban miradas matadoras a cualquier chica que trataba de acercarse a la peliazul, no pensaban permitir que nadie le hiciera algo.
—Venga Hina, que llegaremos tarde—dijo Ino tomando la mano de la chica consiguiendo despertarla de sus pensamientos.
La peliazul solo se dejó llevar, totalmente ajena de la situación en la que se encontraba. Posiblemente los únicos que no sabían sobre el rumor que ahora mismo circulaba por toda la escuela eran ella, Naruto y el propio Sasuke, aunque eso no duraría demasiado tiempo.
Al entrar al salón Hinata fue consciente de toda la atención que recibía, parecía que sus compañeros estaban pendientes de cada uno de sus movimientos. Sentía que ese día se ponía más extraño por momentos, intentó hacer memoria, buscando alguna explicación para la situación en la que se encontraba, pero por más que intentaba hallar una respuesta nada le venía a la mente.
Temari y Tenten se alegraron al ver a Hinata totalmente ilesa, menos mal que esas tres la habían protegido.
—¡Hinata! —el potente grito de Kiba hizo que todas voltearan a verlo.
—Kiba-kun, Shino-kun—dijo ella cuando notó que ambos se acercaban, pero al ver la mirada que su mejor amigo le lanzaba solo se quedó callada.
—Tenemos que hablar—dijo Kiba tomando la mano de la peliazul, sorprendiéndola un poco, aún no sabía que era, pero parecía que algo lo había alterado y por su actuar temía que no era nada bueno.
Miró a Shino esperando que él le diera un poco más de información, pero el Aburame permaneció en silencio.
—¿Pasa al? —pero las palabras de la chica fueron cortadas.
—¿A dónde crees que llevas a Hinata? —dijo Ino mirando mal a Kiba. Hinata estaba segura qué si las miradas matasen ambos hubieran acabado el uno con el otro.
—No pueden llevarla contra su voluntad—dijo Karin también molesta, tratando de parecer intimidante, aunque con la mirada que lanzaba no le costaba demasiado.
—Suelta ahora—sentenció Sakura con firmeza, pero el agarre de Kiba solo se hizo más fuerte.
Hinata por su parte cada vez se sentía más perdida, no sabía ni que decir porque no comprendía muy bien lo que estaba ocurriendo.
—Sí, sí, podéis ser las amigas de Hinata, pero nosotros somos sus amigos de la infancia y mejores amigos y tenemos que hablar con ella—dijo Kiba molesto tomando con más fuerza una de las manos de Hinata e inesperadamente Shino se sumó a él agarrado la otra mano. —Así que nos la llevamos—informó para luego desaparecer con ella.
Sin entender muy bien lo que acababa de pasar solo se quedaron calladas por la sorpresa, no pudieron decir nada hasta que los tres se habían marchado. En parte esperaban que la reacción de Kiba fuera así ya que siempre era demasiado impulsivo y protector con Hinata, pero por parte de Shino sí que era una sorpresa.
Estaban seguras de que tras sus lentes oscuros les había lanzado una mirada muy seria y casi fulminante. Algo nada acorde con la tranquila personalidad del chico, las tres habían creído que como siempre pasaba Shino calamara el efervescente carácter del Inuzuka.
—¡¿Dónde está Hinata-sama?! —dijo Neji en tono alarmado mientras las miraba serio.
Las chicas suspiraron, que esos tres estuvieran siempre pendientes de Hinata ese era el por qué ningún chico había intentado nada con ella.
—Kiba y Shino se la acaban de llevar—respondió Tenten, pero ni bien lo dijo el Hyuga desapareció, a veces le preocupaba lo sobreprotector que era su novio con su amiga.
Nuevamente todas suspiraron por la actitud de los tres chicos, no tenían por qué armar tanto jaleo solo porque ahora Hinata y Sasuke estuvieran saliendo, puede que el chico fuera algo frío, pero no la iba a matar.
Por su parte el club de fans del Uchiha estaban separadas a causa de las opiniones bastante contradictorias respecto a la relación de Sasuke con Hinata. Algunas sentían alivio y las demás le tenían envidia.
Claro, no es que les hiciera demasiada gracia que su ídolo saliera con la Hyuga, pero eso significaba que al Uchiha no le gustaban los hombres, por lo que tenían la mínima posibilidad de conquistar su corazón. Y la verdad, Hinata no era una chica de la que se deberían preocupar, estaban seguras de que en nada Sasuke se cansaría de ella y todo volvería a la normalidad.
Es decir. ¿Sasuke y Hinata?
No pegaban ni con cola.
Notas de la autora: Bueno, ya estoy por aquí de nuevo, espero que el cap les haya gustado. No se vayan sin dejarme una review plis.
Gracias por todo.
Ya nos leemos
