TODO LO QUE NO NOS DIJIMOS
CAPÍTULO 11
DECEPCIÓN
8 años antes
Andrew no era una persona a la que le gustara madrugar en sus días de descanso, sin embargo, aquel sábado no le costó despertarse desde las seis de la mañana para ducharse, vestirse y llegar a tiempo a aquel centro comercial donde había quedado de verse con Makoto.
Cuando estacionó su auto, de inmediato bajó para buscarla por los alrededores del lugar que a las ocho de la mañana estaban casi vacíos, pero al no verla decidió llamarla; sin embargo, cuando abrió su celular grande fue la sorpresa que se llevó al ver que tenía una llamada perdida que ella le había hecho poco después de que había llegado a su casa, pero entonces al meterse a la mensajería de Line, miró un mensaje de ella el cual había escrito pasadas las tres de la madrugada.
Blossom: Andrew, no me he sentido bien en toda la noche, así que no podremos salir mañana.
Aquel mensaje preocupó a Andrew, así que de inmediato le llamó, sin embargo, ella no respondió el teléfono.
-0-0-0-
El sonido de su móvil timbrando despertó a Makoto, y al tomarlo vio en la pantalla el nombre "Estilista", que era como había registrado el número de Andrew.
Al percatarse de que era él, ignoró la llamada y de nuevo hundió su rostro en la almohada. Pese a que no tenía derecho, saber que Andrew le había puesto a decorar el departamento para Naru le había hecho sentirse enojada, triste, traicionada, por lo que durante la noche le había costado conciliar el sueño, así que pensaba dormir un poco más, sin embargo, de pronto la alarma que había programado la noche anterior sonó, avisando que ya eran las ocho de la mañana y debía prepararse para ir a desayunar con los Sanjoin, así que a pesar del desánimo y del cansancio por haber dormido escasas dos horas se puso de pie para ir a la ducha, sin embargo, antes de que dirigiera sus pasos a la ducha, escuchó su móvil avisando que tenia un mensaje en Line, asi que de inmediato lo tomo para darse cuenta de que se trataba de nada más y nada menos que de Andrew.
Estilista: Buenos días blossom. Disculpa que no te haya contestado antes. Anoche me quedé dormido. ¿Cómo te sientes? ¿Hay algo en lo que te puedo ayudar? Cualquier cosa que necesites no dudes en pedirlo.
Tras leer el mensaje, Makoto volvió a dejar el móvil sobre la mesita de noche y se dirigió a la ducha, y bajo aquel chorro de agua tibia, permitió que las lágrimas se desbordaran de sus ojos.
"¿Por que me siento asi?" Se cuestionaba así misma mientras acariciaba su cuerpo con la esponja, sin embargo, ni ella misma estaba segura si era por tener que soportar las infidelidades de Masato, o si acaso aquel sentimiento tenía que ver con Andrew.
-0-0-0-
Dado que su cita con Makoto había sido cancelada y ya no tenía sueño como para regresar a su departamento y seguir durmiendo, Andrew se desvío en su camino para visitar a su abuelo, a quien visitaba una o dos veces al mes, aunque más por un sentido del deber que por el deseo de compartir tiempo con el anciano.
Nada más tocar el timbre, la puerta le fue abierta por la asistente doméstica, quien lo acompañó al jardín donde encontró a su abuelo bebiendo el primer té de la mañana.
—¡Ojiisan!
El anciano nada más escuchar que lo llamaban se puso de pie y dio media vuelta para encontrarse con Andrew.
—¡Andoryu!— Exclamó el anciano con una alegria5 que no hubiera podido ocultar aunque quisiera, y aunque antaño a Andrew no le gustaba que japonizaran su nombre, se terminó rindiendo ante su abuelo Itachi Furuhata que juraba no ser capaz de poder pronunciar un nombre tan Gaijin— ¡Qué milagro que te acuerdas de visitar a este viejo! ¿Cómo has estado? ¡Le pediré Ikuko que te traiga té!
Tras sentarse junto a su abuelo, Andrew como de costumbre se justificó de no visitarlo tan seguido echándole la culpa a su trabajo y a la maestría. Poco después, el abuelo comenzó a hablarle de sus tiempos de juventud, y por enésima vez le contó como se había enamorado de la difunta abuela Azumi nada más verla por primera vez, hasta que de pronto Andrew sintió que la charla los estaba llevando a terrenos pantanosos cuando el abuelo hizo mención de la desgracia que era que su primogénito y único hijo varón se hubiera ido a vivir a Estados Unidos.
—¡Y es que quiero mucho a mis hijas y a mis otros nietos!— Exclamó el hombre— Pero aunque seas Hafu tu eres mi único nieto varón nacido de mi único hijo varón, así que solamente tú puedes darle continuidad al apellido. Darien, Zafiro y Diamante soy muy queridos por mí, pero son hijos de hijas.
Andrew sabía que aquella charla podía llevar a tocar temas que lo hicieran sentir incómodo, pues para nadie era un secreto que el abuelo Itachi Furuhata no había estado muy contento cuando el padre de Andrew en su juventud decidió casarse con una Gaijin americana, quien además años más tarde lo convencería de dejar Japón para residir del otro lado del océano; por fortuna para Andrew, aquella charla se vio interrumpida cuando sonó el timbre y un par de segundos después, en aquel jardín entraron dos miembros de la familia: Darien y Rei.
—¡Ojiisan!— Exclamó Darien al ver al anciano.
—¡Darien!— Exclamó el hombre— ¡Qué alegria verte en casa a ti y a tu bella esposa!
Tras saludarse unos a otros, estuvieron conversando un rato, momento en el que Itachi Furuhata quiso indagar si tras su llegada de su luna de miel, su nieto Darien había visitado primero a su familia paterna antes que a él, hasta que de pronto al anciano se le abrió el apetito y decidió invitarlos a desayunar fuera.
-0-0-0-
Pese a que convivir con los Sanjoin era una tortura, Makoto se había esmerado en verse presentable para la ocasión, así que de su guardarropa eligió un vestido de falda circular en color rosa pastel que combino con zapatillas y bolsa a tono, sin dejar de lado el sutil maquillaje, y por supuesto, una fingida media sonrisa para que pareciera que estaba disfrutando el momento en compañía de aquella familia política que en mala hora había elegido.
Tras arreglarse, se encontró con su marido y el resto de los Sanjoi para finalmente acudir a un lujoso restaurante de comida internacional en Roppongi, lugar que en otro momento quizá hubiera disfrutado, pero no en ese momento en que anímicamente no se encontraba del todo bien y que además la compañía no le era placentera.
—¿Y para cuando los hijos, querida?— Preguntó una de las tías abuela a Makoto, y aunque no la llamó por su nombre, sabía que se dirigía a ella, pues de las mujeres sentadas en la mesa era la única en edad reproductiva y sin hijos.
Aquella pregunta fue como una daga encajada en el corazón de Makoto, pues el tema de su incapacidad para ser madre era un tema que dolía, sin embargo, respiró aliviada cuando otra de las tías de Masato interrumpió la conversación para hablar de algo que seguramente le parecería mas importante.
—¿Acaso aquel hombre joven de cabello oscuro no es tu sobrino, Hatsumono?— Cuestionó la mujer dirigiéndose a la madre de Masato.
—¡Claro!— Exclamó Hatsumono Sanjoin— ¡Es mi sobrino Darien!
Tras escuchar el nombre de Darien, Makoto de inmediato pensó en Rei, a quien echaba mucho de menos tras un mes de no verla, pero el gusto inicial que había sentido se desvaneció cuando vio que su querida amiga no iba sola con su marido, sino también con el abuelo materno de Darien, y Andrew Furuhata.
Todas las Sanjoin asintieron, a excepción de Makoto, cuya mirada de pronto se encontró con la Andrew, provocando que de pronto su corazón se acelerara y que las manos comenzaran a temblarle.
-0-0-0-
Encontrarse con Makoto en aquel restaurante fue algo inesperado para Andrew, sin embargo, tras la sorpresa inicial, sintió una mezcla de emociones desagradables a las que no sabía y no quería ponerles nombre, pero que habían sido provocadas al suponer que quizá Makoto le mintió porque había preferido salir con su marido en lugar de salir con él como lo habían planeado.
—¡Mira nada más!— Escuchó exclamar a Masato— ¡Qué gusto encontrarnos, Familia!
Darien y el abuelo intercambiaron un par de palabras con Masato, Rei se limitó a sonreír ante los halagos a lo bien que le había sentado la luna de miel por Europa, hasta que entonces Masato lanzó una propuesta que no fue bien recibida por Andrew.
—¿Les gustaría compartir mesa con nosotros? — Preguntó Masato — Mi madre estará encantada de pasar un rato con su sobrino favorito y la hermosa Rei—Agregó Masato—Además, los Furuhata siempre han sido como de la familia —Terminó Masato dirigiéndose a Itachi Furuhata.
—¡Por mi encantado de pasar un rato con la estimada familia Sanjoin! — Respondió Itachi Furuhata, y para desgracia de Andrew, Darien y Rei también estuvieron encantados con la propuesta.
—¿Y tú, Andrew? —Cuestionó Masato, sacándolo de su ensimismamiento con Makoto.
—No veo porque no— Respondió tratando de fingir qué la idea le agradaba, aunque por dentro estaba deseando desaparecer del lugar, sin embargo, como si las cosas no pudieran ir peor, permitió que su abuelo designara que lugar en la mesa iban a tomar de los ya disponibles, y el suyo fue justo frente a Makoto.
Tras sentarse, los Sanjoin centraron su atención en Rei y Darien, haciéndoles preguntas sobre los lugares que habían visitado durante el mes que estuvieron de luna de miel, sobre donde se ubicaba el que sería su hogar como recién casados, lo cual tanto Andrew como Makoto agradecieron, pues ambos se sentían incómodos compartiendo espacio aunque ninguno de los dos sabía cómo se sentía el otro.
Poco después de sentarse a la mesa, llegó la mesera para tomarle la orden a cada comensal, y tras ello dejó sobre la mesa charolas con diversos aperitivos que podían degustar en lo que estaban listos los platillos, aperitivos entre los que había: Ajigonomi, tsukemono, tempura, harumaki y eihire.
—Sobrina ¿Ocurre algo? — Lanzó una pregunta Hatsumono Sanjoin a Rei.
—¿Cómo qué, tía? — Respondió Rei, y Makoto por un momento quisiera reír, pues sabía como Rei detestaba a la tía de su marido.
—Sé por mi sobrino que siempre tomas café y que te encanta el eihire, y ahora pediste té y sólo has picoteado las galletas de arroz.
Makoto que estaba tan nerviosa no había prestado atención a ese detalle, hasta que su suegra lo mencionó, lo cual se le hizo raro pues Rei tenía una adicción al café que consideraba severa.
—Estoy tratando de reducir mi consumo de cafeína — Respondió Rei, aunque por la expresión de su rostro, Makoto se dio cuenta de que mentía.
—Es eso o… —Hatsumono Sanjoin hizo una pausa y sonrió — ¿No será que estás embarazada?
—Aún no— Respondió Rei, aunque al ver la expresión de su rostro y su mirada Makoto supo que su amiga lo estaba pero que no quería revelarlo.
—¡Oh, es una pena! — Exclamó Hatsumono Sanjoin— Pero no te tardes mucho querida porque ya tienes veinticinco años, además los hijos de mi sobrino serán quienes le darán continuidad a la dinastía Chiba.
Y hablando de dinastía—Dijo una de las tía abuela de Masato— ¿Cuando darás un heredero a la dinastía Sanjoin, Masato?
Aquella pregunta incomodó a Makoto a pesar de que iba dirigida a su marido.
—Makoto y yo aún somos muy jóvenes, tía — Respondió Masato con aquella excusa que siempre daba, pues aunque en lo privado le echaba en cara a Makoto sus problemas de fertilidad, aquel era un secreto que él estaba más interesado en ocultar que la misma Makoto.
—¿Qué edad tienes, niña? — Cuestionó la misma tía abuela de Masato a Makoto.
—Veinticinco
—Deberías de darte prisa en darle un hijo a Masato—Dijo la mujer—Recuerda que después de los treinta se reduce la capacidad de quedar embarazada.
Makoto esbozó media sonrisa, queriendo que aquel consejo fuera el fin de la conversación, sin embargo la tía abuela de Masato continuó.
—Digo, a tu edad yo ya tenía a dos hijos y la abuela de Nef también ya tenía tres— Dijo la mujer—¿Qué haces a tu edad con tanto tiempo libre?
—Acudir a la universidad — Dijo Makoto— Aún me faltan un par de semestres para graduarme así que paso gran parte del día en la facultad.
—¿Y qué opinan tus padres al respecto?
—Nada—Contestó Makoto— Fallecieron cuando yo era niña
—¡Oh, ya lo recuerdo!— Exclamó la tía abuela de Masato— Vine a tu boda y recuerdo que de tu familia sólo vino tu abuela. Ella es madre de tu…
—De mi difunta madre.
Para Makoto no pasó desapercibida la expresión de sorpresa en la mayoría de los presentes, con excepción de Rei que ya lo sabía, además de Masato que lucía avergonzado.
—¡Eso es tan poco común! — Exclamó la mujer — En ausencia de padres los hijos se suelen quedar con la familia paterna, a menos que… ¿Eres hija de madre soltera?
—Sí— Respondió Makoto
Por un momento, todos los presentes guardaron silencio, y Makoto supo que todos, a excepción de Rei la estaban juzgando por su historia familiar.
Andrew, que hasta entonces había evitado ver a Makoto, la miró rápidamente para después desviar la mirada pero aquello fue suficiente como para percatarse de que aquella conversación la estaba incomodando; y aunque estaba molesto con ella por haberle mentido, más le molestaba el trato que le estaban dando los Sanjoin.
—Pero si mi hijo la eligió por esposa es porque su educación estuvo a manos de su abuela quien crió a una mujer decente y honorable que es digna de ser una señora Sanjoin — Dijo Hatsumono Sanjoin. Cosa que Makoto sabía que su suegra decía hipócritamente para tratar de ocultar la vergüenza de que su hijo no se hubiera casado con alguien como Rei Hino o Naru Osaka
—Así es— Dijo Masato— Mi esposa es una mujer honorable a pesar del desliz de su madre y de no pertenecer a nuestro círculo social.
—Pero que cosas dices, Masato— Habló Rei— Sí ese que llamas nuestro círculo está lleno de eso que consideran mujeres poco honorables. ¿No sabías?
El comentario de Rei irritó a Masato, sin embargo, no se atrevía a responderle de manera ruda a la esposa de su primo.
—No estoy al tanto de esas cosas.
—¿No, querido? — Se atrevió a hablar Makoto — La señorita Naru Osaka está en boca de todos porque sale con un hombre casado a pesar de estar comprometida con Umino Gurio. ¿No lo sabías? Y además se rumora que está embarazada y ni siquiera se ha casado
Masato palideció ante la osadía de Makoto, Rei y el abuelo Furuhata contuvieron las ganas de reír, en tanto que Andrew estaba absorto en la charla entre Makoto y Masato.
—¿Y cuál es lo grave del asunto de que una mujer adulta se embarace? — Cuestionó Andrew de pronto.
Makoto al escucharlo hablar se sintió más irritada.
—Pues no sé, señor Furuhata— Dijo Makoto — No entiendo porque es una abominación que una mujer pobre se embarace siendo soltera pero no si lo hace una rica como la señorita Osaka.
—Hablaba de mujeres solteras en general, señora Sanjoin— Le respondió Andrew— En Estados Unidos nadie se escandaliza si una mujer adulta se embaraza. Incluso las hay que recurren a la inseminación artificial porque quieren ser madres solteras.
Itachi Furuhata dio un pisotón a Andrew, pero eso no hizo que se comiera sus palabras y continuó.
—Y si debo ser honesto, me alegra que su madre se haya embarazado.
Andrew sintió ahora un pisotón más fuerte, pero ni eso ni la cara de sorpresa de los presentes lo detuvo.
—Digo, gracias a su difunta madre, Masato, a quien estimo como un primo la tiene por esposa.
Makoto agachó la mirada, y sonrisas forzadas aparecieron en el rostro de los presentes.
—Son demasiado liberales las mujeres americanas— Soltó la abuela de Masato y matriarca de los Sanjoi— ¿No le parece Andrew?
—Para ser honesto me gusta la mente abierta que tiene la sociedad americana en comparación con la sociedad japonesa
—¿Está insinuando que Estados Unidos es mejor que Japón? — Cuestionó la matriarca Sanjoin con un deje de molestia
—No— Respondió Andrew— Hay cosas que me agrada de Japón y cosas que me agrada de Estados Unidos, pero también hay cosas que me desagradan de ambos.
—Bueno, entiendo que sea muy open mind como dicen ustedes los jóvenes occidentales— Continuó la matriarca Sanjoi— Pero ¿Qué preferiría? ¿Una mujer japonesa modesta y recatada o una americana excesivamente open mind?
Andrew estaba a punto de responder cuando su abuelo lo interrumpió.
—Nieto. No se teclear en el móvil, por favor contesta este mensaje.
A Andrew le sorprendió que su abuelo inventara aquello, pues le constaba que a pesar de su edad era hábil con el uso del móvil,sin embargo, lo que vio no fue un mensaje de Line, sino una nota.
"Ya más de uno seguro noto que te gusta la mujer de Sanjoin. ¡Disimula un poco! "
Andrew se sorprendió de que su abuelo se diera cuenta de lo que Makoto provocaba en él, y dado que quería evitar meterla en problemas dio una respuesta que consideró podría ayudarlo a disimular.
—Las japonesas son muy guapas, pero tengo más afinidad con las americanas o las hafu que han crecido en Estados Unidos.
—Ni modo, mi nieto es más Gaijin que japonés— Dijo Itachi Furuhata—Y ya me resigné, pero en beneficio de su novia que lo espera en América he de decir que es mitad japonesa.
Tras escuchar que Andrew prefería a las americanas por sobre las japonesas y que además tenía una novia que lo esperaba en casa Makoto sintió que en cualquier momento sus emociones se verían desbordadas, así que se disculpó con la excusa de ir al baño.
-0-0-0
El baño de mujeres de aquel restaurante era una larga habitación qué dentro contaba con varios baños individuales, cinco lavabos y una sala de espera decorada con un sofá vintage y un enorme espejo con marco de plata, por lo que varias mujeres podían entrar a la vez, sin embargo, dado que cuando llegó Makoto no había nadie, puso cerrojo a la puerta y se sentó en el sofá donde se echó a llorar en silencio abrazada a sus piernas.
Pasado un rato, escuchó qué alguien tocaba a la puerta así que aunque pudiera haber del otro lado una mujer desesperada, quiso ser egoísta y no abrir, hasta que escuchó la voz de Rei.
—¡Abre la puerta, Makoto!
Makoto rápidamente se limpió las lágrimas y abrió la puerta.
—Lamento que tengas que soportar a esas arpías— Dijo Rei mientras se sentaba en el sofá — Yo tampoco las soporto así que si quieres aquí nos quedamos.
Makoto se sentó junto a Rei, después se quitó las zapatillas y subió las piernas, abrazándose a ellas.
—Te volviste a acostar con Andrew ¿Verdad?
Makoto se sorprendió de escuchar aquello, pues Rei acababa de volver a Tokio y no le había contado, aunque en realidad no le había contado a nadie.
—¿Se lo dijo a Darien y Darien a ti?
—Oh, no— Dijo Rei— A Darien no le ha dicho nada, pero se notaba la tensión entre ustedes en la mesa.
Makoto se sorprendió ante aquel comentario.
—O al menos yo la noté porque ambos evitaban verse.
—Nos hemos visto un par de veces— Dijo Makoto— No tiene importancia.
—¡Ay, Makoto! —Exclamó Rei— Tengo toda una vida conociéndote. Te estás enamorando, pero si tiene novia es tan patán como Masato.
Makoto guardó silencio y Rei continuó hablando.
—Ojalá un día dejes a Masato— Dijo Rei—Quizá creas que porque nací con más ventajas económicas que tú se me hace fácil todo, pero el idiota no es dueño de Japón. Papá podría recomendarte en algún lugar como chef, y mi marido y suegro son médicos así que seguro podrían ayudarte a conseguir un descuento en un asilo.
Makoto guardó silencio. Aceptar la propuesta de Rei sonaba tentador, sin embargo, hacía seis años, cuando estaba ciega de amor por Masato le había mostrado su lado más vulnerable y le había contado secretos queriendo buscar desahogo y consuelo en su amado, sin embargo, haber confiado era el motivo por el que ahora Masato la tenía en sus manos.
—Por cierto. ¿Estas embarazada?— Pregunto Makoto
Rei esbozó una enorme sonrisa ante la pregunta y asintió.
—Tengo casi ocho semanas
Makoto abrió esbozó una sonrisa genuina.
—¡Te embarazaste fuera del matrimonio!— Exclamó fingiendo el modo de hablar de las Sanjoin
—¡Sí! Unas tres semanas antes de mi boda pero apenas hace una semana me di cuenta— Respondió Rei— Dirán las Sanjoin que soy una indigna cuando hagan cuentas.
Makoto y Rei rieron a carcajadas imaginando aquello.
—¡Sólo por favor no le digas a nadie!— Exclamó Rei— En dos semanas Darien y yo organizaremos una pequeña cena para decirles a todos. Y me encantaría no invitar ni a los Sanjoi ni a los Furuhata pero…
—¡Lo sé!— Exclamó Makoto— Tanto Masato como Andrew son primos de tu marido
—¡Por desgracia!
En algún punto, Darien que se preocupó por Rei fue a buscarlas, así que no les quedó más remedio que regresar con los demás, sin embargo, mientras que todos comían con deleite las delicias de aquel restaurante, Makoto y Andrew apenas fueron capaces de probar sus platillos.
-0-0-0-
TIEMPO ACTUAL
Antes de que acabara la reunión para darle la bienvenida a su pequeña hija, esta, al igual que los pequeños Rei y Hanabi habían sucumbido al sueño, tanto, que los dos últimos no se percataron cuando sus padres los alzaron en brazos para llevárselos, así como tampoco la pequeña Andressa se dio cuenta cuando los invitados se fueron, cuando los señores Furuhata se fueron a su habitación a dormir, ni siquiera cuando Andrew la tomó en brazos para dejarla sobre la cama de una habitación que habían preparado para ella.
Tras dejarla en la cama, Andrew contempló embelesado a su hija que dormía tranquila, y dado que no tenía sueño, regresó a la sala para navegar un rato por internet, pero de pronto escuchó un grito de miedo seguido de llanto, así que de inmediato dejó lo que estaba haciendo para ir a la habitación que había preparado para su hija, sin embargo, se sobresaltó cuando no la miró por ningún lado.
—¡Andressa!
Un gemido de la pequeña la delató , y entonces Andrew caminó hasta la ventana y corrió la cortina donde se encontró con la pequeña que por algún motivo había buscado esconderse ahí.
—Andressa ¿Estás bien?— Le preguntó mientras se sentaba en el piso frente a ella
La pequeña siguió llorando asustada, y cuando Andrew levantó una mano para acariciar su cabello la pequeña mostro terror y se hizo un ovillo.
—No te tienes que asustar pequeña— Susurro Andrew conteniendose de tocarla— Aquí yo no te voy a gritar, ni te voy a pegar, tampoco te voy a tocar el cabello si no quieres.
Andressa lo miró asustada y habló.
—Me hice pipí
—¡Oh! ¿Y por eso lloras?— Le preguntó Andrew— ¿Qué pasa si te haces pipí ?
—La abuela Hatsumono y la tía Sonomi me pegaron un día que mami no estaba y me hice pipí
Andrew sabía por boca de Rei y de los psicólogos que su hija había sido violentada físicamente por Hatsumono y Sonomi Sanjoi, pero ser testigo de la herida emocional que habían dejado en su hija le provocó sentimientos de ira y culpa.
—Ellas hicieron mal— Le dijo Andrew— Aquí nadie te va a pegar. Si te orinas me tienes que decir para darte una pijama limpia y cambiar las sabanas y las cobijas de tu cama.
La pequeña esbozó una media sonrisa y asintió, sin embargo, Andrew de pronto cayó en cuenta de que muy seguramente su hija necesitaría ser limpiada, y que quizá también necesitaría ayuda para vestirse.
—¿Te sabes vestir sola y limpiarte cuando vas al baño o mamá lo hace?
—Me cambio sola y me limpio sola, pero mami siempre esta para decirme como se hace porque a veces me equivoco.
—Entonces ¿Necesitas ayuda?
—Sí, pero tú no puedes ayudarme porque eres hombre y mami dice que nunca deje que un señor me vea ni tiente mis partes.
Aquella situación fue el primer quebradero de cabeza que Andrew experimentó, pues era su obligación cerciorarse que su hija tuviera una higiene adecuada, pero al mismo tiempo tampoco quería hacer algo que incomodara a la pequeña. De pronto, sintió que cualquier decisión que tomara podría perjudicarlo en sus pretensiones para quedarse con la custodia de la pequeña, pero entonces Andressa sonrió y miró por detrás de Andrew.
—Señora Gaijin ¿Me puede llevar al baño?— Preguntó Andressa
Andrew volteó hacia atrás, y miró a su madre de pie junto a la puerta.
—¡Claro que sí, mi niña!— Exclamó la mujer— ¿Quieres que yo te cambie y te limpie o quieres que solo vea como hace tu mami?
—Solo ver
Andrew se sintio aliviado ante la ayuda de su madre, asi que mientras ella ayudaba a su hija, el saco un futón y lo preparó para que fuera el lugar de descanso de su pequeña
Minutos despues, Andrew escuchó aplausos y felicitaciones de su madre para Andressa, y cuando salieron del baño, la pequeña ya vestia una pijama rosa y llevaba el cabello peinado en dos trenzas.
—¡Ay, pero que hermosa princesa!— Exclamo Andrew cuando la vio—¿Quieres ver tu cama donde dormirás ahora?— Le preguntó Andrew— Te puse cobijas y muchas almohadas.
Andressa lo siguió , y vio que sobre el piso estaba un futon lleno de almohadas, asi que tiró de una de las manos de Andrew y de su abuela Jane.
—¿Qué sucede, pequeña?
—¿Me cuentan un cuento para dormir?
—Mi madre ya tiene sueño— Dijo Andrew— Pero yo te lo voy a contar. ¿De acuerdo?
Cuando Jane Furuhata se despidió , no sin antes reiterar que la podían despertar si la pequeña Andressa necesitaba ir al baño, Andrew se sentó en el futón junto a su hija, y entonces, comenzó a narrarle un cuento que improvisó, el cual trataba de una hermosa princesa de cabellos castaños de ojos verdes que se enamorada de un hombre que llego de tierras lejanas.
—Y entonces, la princesa se casó con el forastero, y años después tuvieron a una niña de ojos verdes tan bonita como su madre, pero de lindos cabellos rubios — Finalizo5 Andrew
—Una niña rubia como yo.
—Así es, princesa— Respondió Andrew que miraba embelesado a su hija.
—¿Puedo preguntarte algo, Andrew?
—Dime, pequeña.
—¿El forastero quería a la niña?
—¡Claro! — Exclamó Andrew— Era su hija, así que la quería muchísimo.
Andressa sonrió, y después lanzó otra pregunta.
—¿Tú sabes por qué mi papá no nos quería a mi mami ni a mí?
Andrew se sorprendió ante aquella pregunta, y tartamudeó antes de responder.
—¿Él te dijo que no te quería?
Andressa guardó silencio un momento antes de continuar.
—No porque nunca lo he visto.
—¿Cómo que no lo has visto?
—A mi papá de verdad no lo conozco— Dijo Andressa— Mi papá de verdad es un Gaijin que no nos quiere a mi mami ni a mi y por eso nos dejó con papá de mentiras que se llama Masato.
Andrew se sorprendió ante aquella pregunta que no sabía responder.
—¿Sabes por qué mi papá Gaijin no nos quería a mami y a mí? —Insistió la pequeña.
¡Hola!
Pues primero que nada ¡Feliz año nuevo! Espero que hayan pasado bonitas fiestas y que esté 2024 esté lleno de cosas lindas para todos ustedes que me leen.
Creo que ni falta hace decir que no había actualizado porque andaba corta de tiempo e inspiración, pero este 2024 pretendo ser más constante.
Y bueno, como siempre, un enorme gracias a mis amigas Hospitaller Knight y Maga del Mal que siempre me dejan sus reviews.
¡Nos vemos!
Edythe
