Traducción: DESOLACIÓN JUVENIL de GallaPlacidia
Traducido por Sora Tapia
Resumen: Draco nunca pensó que terminaría como el único tutor de una adolescente con problemas. Harry nunca pensó que terminaría siendo un hombre lobo. Tener veintidós años es difícil.
ADVERTENCIAS: SLASH, Harry Potter Epilogue What Epilogue|EWE, Post-Hogwarts, Angst, Angst with a Happy Ending, Implied/Referenced Child Sexual Abuse, Werewolf Harry Potter, Down and Out Draco Malfoy, Fear of Hell, Veritaserum, H/D Erised 2020, Hurt/Comfort, Domestic Abuse (Not Between Drarry!), Mild Church Of Englad Conversion, Alcoholism Of An Original Character, Look I know the tags are scary but I promise it's not as dark as you're thinking, seriously it's actually quite uplifting by the end, Harry Potter plays the piano freakishly well, potions master Draco, Feminist Draco, A decent amount of teenage girl angst, prolonged and continual jokes about the 2000 classic film Coyote Ugly.
RELACIÓN HOMOSEXUAL, El Epílogo de Harry Potter No Existe, Post-Hogwarts, Angustia, Angustia con Final Feliz, Implícito/Referenciado Abuso Se_xu_al In_fan_til, Harry Potter|Hombre Lobo, Draco Malfoy prisionero y libre, Miedo al infierno, Veritaserum, Traducción de un fanfic del H/D Erised 2020, Dolor/Confort, Abuso Doméstico (¡No entre el Drarry!), Conversión leve por la Iglesia Anglicana, Alcoholismo de un Personaje Original, Sé que las etiquetas dan miedo pero te prometo que no es tan oscuro como se ve, en serio, en realidad es más reflexiva al final, Harry Potter toca el piano increíblemente bien, Draco Maestro de Pociones, Draco feminista, Una cantidad decente de Angustia adolescente, Bromas constantes sobre la película clásica del 2000 Coyote Ugly.
IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia "TEENAGE WASTELAND". Quien ha eliminado su cuenta en la plataforma AO3, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo.
Nota de GallaPlacidia en la versión original:
A Whileatwiltshire: Tus sugerencias fueron muy divertidas. Me encantó que me dieras la libertad de abusar del hurt/comfort, al mismo tiempo que me dabas muchos pequeños detalles con los que trabajar: una amistad entre Draco y Pansy, un Draco que hace perfumes y, lo que es más importante, un Draco y Harry que siempre parecen buscarse el uno al otro. ¡Espero que disfrutes leyéndolo tanto como yo escribiéndolo!
¡Muchas gracias a Aideomai, Alexmeg, Feelsforbreakfast y Tepre por betear esto! También muchas gracias a los moderadores por organizar este gran festival. ¡Black Live Matters! ¡Derechos-Trans! ¡Feliz Navidad/Invierno!
Notas de la Traductora:
Nombre de usuario en podbean & newsletter de Gallaplacidia: gallapod.
En mi perfil de AO3 (Usuario: Sora_Tapia) podrán encontrar el enlace para descargar los fanfics de GallaPlacidia en su versión en inglés (descargados de AO3) en varios formatos, así como Podfics que GallaPlacidia hizo.
DISCLAIMER:
El universo mágico de Harry Potter pertenece a J.K. Rowling, sin ánimo de lucro.
La Portada utilizada en esta historia es una edición hecha por mí, utilizando una variedad de imágenes de internet. Pueden ver la portada en mi Tumblr: soratapia/738647837508829184/teenage-wasteland-de-gallaplacidia?source=share (solo agreguen lo anterior en su buscador).
Toda la historia publicada no me pertenece solamente hice la traducción y la correspondiente edición.
LA UTILIZACIÓN DE CUALQUIER IMAGEN ES CON EL PERMISO DEL ARTISTA Y SIN FINES DE LUCRO.
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CAPÍTULO 6
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Pasaron los días y ni una palabra de Draco. Harry lo repasó todo en su cabeza y se sintió bastante seguro de que lo había arruinado sin remedio. «"No puedo procesar eso en este momento, no puedo"». Harry sintió, quizás irracionalmente, que todo esto era culpa de Dumbledore, o quizás los Dursley, o Voldemort, o Rita Skeeter, o Andrew o…
Pero, sobre todo, pensó en Draco teniendo sexo por primera vez, solo para ser tratado como un criminal después y enviado a casa a tener una conmoción cerebral.
Harry tocó mucho a Prokófiev(1).
—¿Está… está todo bien? —preguntó Hermione, cuando vino a dejar un libro que había tomado prestado. Harry continuó pisando fuerte en el piano mientras tocaba una obra particularmente furiosa de Romeo y Julieta.
—Bien —dijo.
—Solo que parece que estás tocando música rusa bastante enojada —dijo.
—Simplemente ampliando mi repertorio —dijo Harry, golpeando violentamente las teclas.
Hermione se fue. Ron apareció diez minutos después y se sentó en el taburete del piano junto a él. Su cuerpo estaba calmado, y no dijo nada.
Harry llegó al final de la pieza y detuvo sus dedos.
—He estado saliendo con Malfoy —dijo.
—Pensé que era algo así —dijo Ron. Harry giró para mirarlo.
—¿Qué?
Ron parecía alarmado.
—Lo siento, ¿No se suponía que debía saberlo?
—¿Cómo…?
—Estabas normal con él en la escuela —dijo Ron— Y luego fue muy raro entre ustedes dos en el Departamento, y seguías llamándolo Draco.
Harry se giró hacia el piano, sus ojos descansando en las teclas blancas y negras sobre las que sus dedos volaban con tanta facilidad, sin dolor.
—¿Qué paso ahí? —preguntó Ron.
—Le he dicho cómo me siento. Dijo que estaría en contacto.
—¿Cuánto tiempo ha pasado?
—Un siglo, más o menos —dijo Harry.
Ron extendió una mano y presionó una tecla blanca con su índice. Hizo un sonido suave y alto.
—Sin embargo, siempre han estado dando vueltas el uno con el otro, ¿No es así? —dijo.
Harry asintió.
—Se siente de esa manera.
—Hermione cree que estaría loco si no le gustaras —dijo Ron.
—¿Hermione sabe?
Ron solo lo miró. Harry rio y sacudió la cabeza.
—De acuerdo. Sí. Por supuesto.
Ya no hablaron más de eso, por lo que Harry estaba agradecido. Hermione regresó y ambos se quedaron a dormir esa noche, calmando el dolor ansioso en los músculos de Harry.
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Draco no vino hasta el jueves. Harry le hizo una seña para que pasara con lo que esperaba fuera un gesto cortés y no desesperado, y Draco muy formalmente le dio el vial de la poción semanal.
—¿Dinsmore dijo que ya pagaste? —él preguntó.
—Oh, sí —dijo Harry. Draco debe haber estado bien, porque su mano estaba cubierta por glamour, su cabello cuidadosamente peinado y se veía absolutamente intocable— Sí, pensé que sería, simplemente, más fácil.
Draco le dirigió una mirada seria.
—Gracias —dijo, luego respiró hondo y entró en la sala de estar— Desafortunadamente, todavía necesito pedirte dinero.
—Oh, uh, claro, lo que necesites —dijo Harry instintivamente— Eh, ¿Pará que lo necesitas?
La postura de Draco era muy recta. Se paró junto al piano, su mano torcida sobre las teclas, sin presionarlas del todo.
—Yo no lo pediría, para mí mismo —dijo. Luego miró a Harry expectante, como si esperara que Harry se riera y dijera "…que sí, mocoso malcriado", y lo maldijera.
—Entonces —dijo Harry— ¿Para Adelaida?
—Te lo devolveré —dijo Draco rápidamente.
—No tienes que hacerlo —dijo Harry, yendo al escritorio junto a la ventana y sacando su chequera muggle.
—Puede que me lleve unos años, pero me espera un aumento de sueldo en la tienda, si Dinsmore… bueno. Y si no lo hace, entonces encontraré otro…
—Toma —dijo Harry, entregándole a Draco un cheque en blanco, ya firmado— Simplemente agrega la cantidad que necesitas.
Los ojos de Draco se desorbitaron.
—Harry —dijo, mirando el cheque, y Harry esperó a que terminara. Le parecía que cualquier oración que comenzara con Draco diciendo su nombre de pila era probablemente una oración que quería escuchar, pero Draco no lo dijo nada más después. Simplemente dobló el cheque con mucho, mucho cuidado y lo puso en el bolsillo interior de su abrigo.
—¿Te quedarás a tomar una copa, o…? —preguntó Harry, aunque se había dicho a sí mismo un segundo antes que no presionaría.
—No, debería ir a arreglar esto —dijo Draco, palpando el bolsillo con el cheque dentro. Esbozó una sonrisa distraída— Quiero enviar a Adelaida a rehabilitación. Hay una clínica privada no muy lejos que creo que es menos probable que ella odie que las otras, pero no podía… así que, Gracias. No habría preguntado si fuera para mí.
—Sé que no lo habrías hecho —dijo Harry. Estaban parados a unos metros el uno del otro, y Harry sabía que estaba mirando demasiado fijamente, pero no podía detenerse.
—Lo que dijiste el otro día —dijo Draco, apartando los ojos del rostro de Harry— Sobre… estar.
Harry asintió, con la boca apretada, esperando.
—No he tenido la oportunidad de… —dijo Draco— Todo ha sido bastante estresante con Adelaida. Pero me preguntaba, me ayudaría a averiguar si supiera con más precisión qué es lo que quieres.
Eso era fácil.
—A ti —dijo Harry, y los ojos de Draco se posaron en los suyos, oscuros e ilegibles— O, ya sabes, si eso no es lo que quieres —se apresuró a agregar Harry— Entonces simplemente… que las cosas sean menos difíciles para ti.
Draco estaba quieto, pero su respiración se había acelerado. Harry dio un paso adelante.
—Para que me dejes hacerte las cosas menos difíciles —dijo.
Draco cerró la brecha entre ellos, pasando sus brazos alrededor de la cintura de Harry y presionando su rostro contra el cuello de Harry, y Harry lo agarró de vuelta. Él no habló. Trató de decir lo que quería decir con sus brazos, con la forma en que sostenía a Draco, tan cerca y tan apretado, precioso, invaluable y amado.
Draco se quedó en sus brazos por mucho tiempo, mucho más que el de solo un abrazo. Fue la duración de una realización. Cuando se apartó, parecía atónito.
"Te amo", Harry no lo dijo, pero pudo ver que Draco sabía que no lo estaba diciendo, porque seguía mirando a Harry como si fuera algo bastante nuevo e inesperado.
—Correcto —dijo Draco— Será mejor que me vaya.
Harry permaneció en silencio. Draco extendió la mano y tocó su cicatriz con su dedo arruinado. Los ojos de Harry se cerraron.
—Nunca pensé que fuera justo que fueras tan guapo —dijo Draco. Harry rio con incredulidad, y cuando abrió los ojos. Draco estaba sonriendo.
—Lo escondiste bien —dijo Harry.
—Mmm —dijo Draco, sus ojos todavía demasiado atentos, demasiado serios, incluso mientras sonreía.
—¿La próxima semana?
—Sí —dijo Draco— Hasta entonces.
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Nadie había abrazado así a Draco desde que murió su madre. Nadie había sostenido a Draco de manera tan segura y definitiva, solo porque lo necesitaba. Fue a su casa y vio a Adelaida hacer lasaña y se preguntó cómo ese momento de afecto perfecto podría destilarse en palabras.
Sospechaba que lo sabía. Era solo que parecía tan improbable, imposible, que su vida diera un giro como ese, un rayo milagroso de un cielo azul claro. Y, sin embargo.
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Adelaida estaba en silencio mientras hacían las maletas.
—Todos los adictos a la heroína van a pensar que soy una perdedora —dijo.
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El centro de rehabilitación estaba muy limpio y era muy nuevo. Los adolescentes que fumaban en el patio miraron a Adelaida de arriba abajo con leve curiosidad. Su rostro se puso serio. Draco deseaba, a veces, que ella no se hubiera vuelto hermosa hasta que terminara de crecer.
Para gran alivio de Draco, la mujer que llevó a Adelaida a su dormitorio era… genial. Era bonita, no mucho mayor que Draco, y tenía tatuajes en las manos. Draco podía ver a Adelaida decidiendo no odiarla.
—Entiendes que no puedes tener contacto con nadie fuera de las instalaciones durante las primeras cuatro semanas —dijo la mujer, y tanto Draco como Adelaida asintieron.
—Escribiré —dijo Draco— Tan pronto como esté permitido.
—Y cuando salga, conseguiremos a Shark —dijo Adelaida. Shark iba a ser su perro. Adelaida lo había anunciado en el desayuno, esa primera mañana después de Sam.
Draco le dio un beso de despedida y regresó a su departamento vacío, solo. Entró en la habitación de Adelaida y se apoyó en la puerta. Ella tenía dieciséis años; Ni siquiera la tendría por mucho más tiempo. Intentó que no le importara.
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Pansy Parkinson llegó a su puerta a la mañana siguiente.
—¿Pansy?
—¿Feliz de verme?
—¡Ven aquí!
Se veía bien, decidió, mientras le preparaba el té. Loca, pero bueno. Llevaba un vestido transparente que dejaba ver sus pezones y un abrigo de piel de zorro y unas botas que parecían extremadamente caras. Ella se recostó en su silla de cocina simple de Ikea, mirándolo con un placer no disimulado.
—Te he echado de menos —dijo.
—Te he extrañado —dijo Draco— Pensé que te habías casado con un jugador de polo brasileño.
—Rafael es un encanto —dijo Pansy— Y también lo es su esposa, eso sucede.
—Ah —dijo Draco, con una risa— Que sinvergüenza.
—De todos modos —suspiró Pansy— Conocí a un muggle francés muy agradable que tiene una especie de casa de moda. No sé, solo me pongo la ropa.
—Naturalmente.
—Eres difícil de encontrar —dijo Pansy, su voz repentinamente entrecortada.
—Realmente no estoy en contacto con nadie de antes.
—Mm —dijo Pansy— Sabes, tengo novio.
—Espero que sea digno.
—Lo que quiero decir es que no estoy aquí para lanzarme sobre ti. No tenías que esconderte.
Draco casi dejó caer la taza de té que le estaba trayendo.
—¿Esconderme? Pansy, he… —se detuvo. Dejó la taza, se alisó la ropa— No puedes imaginar lo contento que estoy de verte —dijo, cuando estuvo seguro de sí mismo.
—Oh —dijo Pansy en voz baja. Había olvidado lo bien que ella lo conocía. Ella alargó la mano hacia él como un lagarto que atrapa una mosca con la lengua.
—¿Qué sucedió? —preguntó, examinando las articulaciones torcidas.
Entonces Draco le dijo.
En realidad, nunca se lo había dicho a nadie, no así, no a alguien que escuchaba atentamente y emitía sonidos molestos y le decía que estaba arruinado y que no era culpa suya e incluso lloraba un poco, en los lugares justos, cuando Draco describía a Adelaida borracha, tratando de seducirlo, por ejemplo. Sin embargo, cuando trató de hablarle de Harry, descubrió que no podía: el contrato le trabó la lengua y la historia se acabó. Se preguntó si Harry se dio cuenta, si fue un error, o si fue una señal de que Harry lo quería en privado, donde nadie se enteraría.
Terminaron en el sofá, como solían sentarse en Slytherin, Pansy acariciando su cabello, diciéndole que lo habían tratado horriblemente y que todos deberían sentir mucha lástima por él. Él sonrió a pesar de eso, aturdido todavía por su regreso. Se sentía como si ella le hubiera traído una parte de sí mismo y lo hubiera encajado en su lugar. Devolviéndolo al Draco que alguna vez había sido popular, feliz y a salvo.
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El jueves, Harry abrió la puerta principal como si hubiera estado parado junto a ella, esperando que Draco llamara.
—Hola —dijo, sin aliento. Su cabello era salvaje, tan negro. Draco siempre había sentido en privado que las personas con el color de Harry envejecían mejor, y era terrible cómo Harry solo parecía volverse más completo, inconscientemente guapo con cada semana que pasaba.
Draco le tendió la poción. Harry la tomó.
—Adelante, adelante —dijo. Draco obedeció y se quedó en el pasillo mientras Harry cerraba la puerta y se giraba para mirarlo.
Draco dio un paso adelante y puso una mano suavemente sobre la clavícula de Harry, deteniéndolo. Harry estaba mirando como si en cualquier momento pensara que Draco haría algo extraordinario.
Toda la semana, Draco había estado pensando en esto. Se había imaginado a Harry cayendo sobre él besándolo vívidamente, con enojo, como lo hizo cuando Draco comenzó a entregar sus pociones. Se imaginó empujando a Harry hacia atrás, empujándolo contra una pared y arrebatándole un beso. Pero Harry estaba perfectamente tranquilo, alerta, demasiado preparado. Cuando inclinó la cabeza ligeramente hacia adelante… solo un grado infinitesimal… el rostro de Harry se dejó caer hacia adelante, cerrando la distancia entre ellos.
Ambos se detuvieron, a cinco centímetros de distancia. Ambos hicieron una pausa. Draco tenía los ojos en la boca de Harry, pero cuando levantó la vista, Harry encontró su mirada solemnemente. Fue la solemnidad de su expresión lo que convenció a Draco de terminar con esos últimos cinco centímetros.
Sus labios se tocaron suavemente, hormigueantes y sensibles, tan poco necesarios, cada movimiento enorme debido a la atención que requería. Las manos de Harry fueron a la espalda de Draco, pero se movían lentamente, y la presión era tan ligera, como si Draco fuera algo incomparable, que debía tratarse con cuidado o no tocar en absoluto. Draco, por su parte, tenía sus dedos en el cabello oscuro de Harry, sintiendo la elegante curva de su cráneo, la fuerza que emanaba de él, la totalidad de su cuerpo.
Juntaron sus frentes, rompiendo el beso. Harry hizo un sonido de risa, pero los ojos de Draco se movieron hacia la escalera. Harry lo atrapó, por supuesto.
Besó a Draco superficialmente y luego lo llevó escaleras arriba, con ojos ansiosos. Draco se rio y lo siguió. Se detuvo en la puerta del dormitorio.
—¿Esto está bien? —preguntó Harry. Draco asintió. Era la habitación más hermosa del mundo, en ese momento.
Se acostaron de costado en la cama, sus besos se alejaron perezosamente de la boca del otro. Harry besó las cejas de Draco, las esquinas de sus ojos, el hueco debajo del lóbulo de su oreja. Se detuvo en la línea del cabello de Draco.
—¿Puedo tocar tu cabello?
—Por favor —dijo Draco— Siempre me molestó que no lo hicieras, cuando yo…
—Pero tú dijiste —dijo Harry, deslizando sus dedos sobre el cuero cabelludo de Draco, rozando un beso en la sien de Draco— La primera vez que entregaste la poción, dijiste que no tocara…
—¡Vaya…! —dijo Draco, asombrado. Luego se rio, toda una ansiedad desapareciendo en un momento. Las manos de Harry en su cabello, adoradoras— Llevaba gel para el cabello ese día. Pensé que… harías un comentario personal.
Harry se rio en el cuello de Draco.
—Qué estúpido —dijo— Pude haberte tocado todo el tiempo.
Luego comenzó a deslizarse hacia abajo.
—Espera —dijo Draco. Harry miró hacia arriba. "Esos ojos negros", pensó Draco, bastante estúpidamente, "¿Dónde está el verde?"— Espera —dijo Draco nuevamente, vacilante e inseguro— ¿Podrías…? —se humedeció los labios.
—¿Qué? —dijo Harry.
—Esa primera vez, dijiste… Qué se trataba de confianza. ¿Me… dejarías?
La sonrisa de Harry se extendió brillantemente.
—Sí —dijo— Sí. Buena idea.
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Hary todavía estaba debajo de él, con la cara enterrada en la almohada, la espalda sudorosa, pero hizo su magia sin varita para limpiar el desastre, de todos modos.
—Es tan ardiente cuando haces eso —murmuró Draco en su cuello. Harry giró la cabeza para que estuvieran mejilla con mejilla.
—¿En serio?
Draco asintió contra su piel.
—Me volvía loco que siguieras haciéndolo.
Sintió a Harry sonreír contra su rostro y se dio cuenta de que probablemente lo estaba aplastando. Se deslizo fuera de él, y ambos giraron sobre sus costados, uno frente al otro.
—¿Te lastimé? —preguntó Draco.
—No —dijo Harry.
—Mentiroso.
Harry puso una mano posesivamente en la cadera de Draco y la subió por su costado.
—Solo he dejado que otra persona haga esto. Mi ex —dijo.
—Me siento honrado —dijo Draco.
—Salimos durante medio año, justo antes de encontrarte, esa vez en el supermercado —dijo Harry. Lo dijo con una extraña intensidad que le sugirió a Draco que era importante que escuchara, a pesar de lo suave que se sentía su cuerpo y de lo tentador que era dormirse.
—¿Así que yo fui tu rebote?
Harry asintió.
—¿Por qué rompieron? —preguntó Draco.
Como respuesta, Harry se levantó de la cama, metió la mano debajo del colchón y sacó una copia desgastada de Semanario de Bruja. Draco la miró con curiosidad cuando Harry se la pasó. Hary señalo con su barbilla hacia la revista.
— Mira.
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EXCLUSIVA: ¡EL AMANTE DE HARRY POTTER LO CUENTA TODO!
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Decía la portada, plasmada sobre una foto en blanco y negro de Harry luciendo mucho como ahora: desnudo y despeinado, excepto que Harry en la foto estaba completamente relajado sobre almohadas. No era una sesión de fotos: era un momento sincero e íntimo y aunque no mostraba nada, era una violación.
—Léelo —dijo Harry.
—No quiero —dijo Draco, devolviéndoselo— Preferiría que tú me lo dijeras.
Un músculo en la mandíbula de Harry se tensó. Tomó la revista, la pasó hábilmente a la página que quería y comenzó a leer.
—"No es que sea un pobre amante", dice Andrew. "Es que es incapaz. No lo digo con crueldad, quiero decir, no es que no haya posibilidad de que alguien así pueda recuperarse de lo que vivió. Las cosas que experimentó dejaron su marca, y pagará el precio por el resto de su vida.
Draco, siempre el Slytherin, estaba tratando de averiguar qué diablos podría haber obligado a Andrew a hacer tal cosa.
—No entiendo —dijo— ¿Cómo pudo haber pensado que eso era una buena idea?
Harry se encogió de hombros, sin mirarlo.
—No, lo digo en serio —dijo Draco— No hay forma de que Semanario de Bruja le diera más dinero del que habría recibido si se hubiera casado contigo.
Harry todavía estaba hojeando la revista, buscando citas.
—Él quería romper conmigo de todos modos —dijo— ¿Por qué no ganar un poco de dinero en el proceso?
—Miopes —dijo Draco— Tu prestigio social vale mucho más que mil galeones, y no hay forma de que le paguen más que eso.
—"Los apetitos sexuales de Potter…" —comenzó Harry, pero Draco se puso de pie, le quitó la revista de las manos y puso una mano en el cuello de Harry.
—Harry —dijo— No.
Harry bajó los ojos.
—Tengo una pregunta —dijo Draco— ¿Por qué guardas eso debajo de tu colchón?
—Así no lo miraré demasiado.
—De acuerdo. Eso es una locura y te la quitaré.
—No —dijo Harry, mirando hacia arriba, alarmado— Porque a veces…
—¿Lo sacas y te recuerdas cuán amargamente traicionado fuiste por alguien a quien amabas? Si lo sé. Así es como mi terapeuta idiota, Kevin, llamaría a picar la herida.
Harry se inclinó hacia adelante y Draco lo atrapó y lo atrajo hacia sí.
—Lamento que tu ex fuera un idiota miope e intrigante —le dijo Draco al oído— Eso es absolutamente una mierda.
—Tenía razón, sin embargo —dijo Harry.
—¿Amante incapaz? —preguntó Draco— No sé con quién se estaba acostando; Eres sorprendentemente bueno en el sexo. En realidad.
—Sí, bueno, nunca he tenido ningún problema contigo en ese frente —dijo Harry. Draco sonrió.
—¡Porque soy muy guapo! —él dijo. Pero Harry no se rio.
—Creo que, porque lo eres, porque estás incrustado en mi vida. Siempre iba a tener más sentido contigo que con algún otro, porque ya eras parte de mí.
Draco puso el dorso de su mano en la frente de Harry. Harry se rio y se sacudió.
—No me revises si tengo fiebre —dijo.
—Lo que escucho es que solo quieres follar con personas que conoces desde que tenías once años —dijo Draco— ¿Has considerado a la señora Hooch? Porque ella es desaliñada.
Harry estaba serio de nuevo. Se arrastro hacia delante, de modo que quedaron apretados, piel contra piel por todo el cuerpo. Dejó caer sus labios sobre la clavícula de Draco y habló en esa posición.
—Lo sabes, ¿No? —él dijo— Lo que siento por ti.
Draco besó la parte más cercada de Harry, que era su oreja.
—Sí —dijo, y Harry se estremeció contra él— Pero… Adelaida es mi prioridad en este momento.
Harry miró hacia arriba.
—¿Qué estás diciendo?
—Solo que… —Draco quería empujarlo de vuelta a la cama y rodar sobre él, reclamar cada centímetro de él— No lo sé. No sé cómo se sentirá, y no haré nada que la haga sentir incómoda. Y no le mentiré, así que no sugieras eso.
—No iba a hacerlo —dijo Harry, ofendido. Luego suspiró— A ella no le agrado.
—Al principio no le agrada mucho nadie —dijo Draco— Pero si, ella no está interesada en ti. Así que no puedo, ya sabes, no puedo predecir lo que puedo darte, en este momento.
Harry asintió.
—Está bien —dijo— Esperaré.
—¿…Esperar…?
Harry se sonrojó.
—¿A menos que esa fuera tu forma de rechazarme suavemente? —preguntó— Solo quise decir… ella irá a la universidad en unos años, ¿Cierto? Podríamos seguir viéndonos así. Si quisieras.
—Oh —dijo Draco sin comprender— Sí —sacudió la cabeza— De todos modos, tenemos tres meses ahora.
—Está bien —dijo Harry, empujando la nariz de Draco y besándolo— Tres meses.
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«—H&D—»
Volvieron a tener sexo, luego se durmieron y cuando Draco se despertó eran las cinco de la mañana. Besó a Harry para despertarlo.
—Hey —dijo Harry, con una sonrisa soñolienta.
—Hey —dijo Draco— Debería irme. Tengo que estar en el trabajo en tres horas.
—Pero estas tan cálido —dijo Harry.
—Persuasivo —dijo Draco— Pero no lo suficiente.
Harry se incorporó un poco, entrecerrando los ojos.
—Cena esta noche —dijo.
—Sí —dijo Draco— Te veré esta noche.
—Está bien —dijo Harry, hundiéndose de nuevo en la cama— Puedes irte, entonces.
—Gracias, Su majestad —dijo Draco, besándolo una vez más antes de irse.
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«—H&D—»
—¿Ha pasado algo? —preguntó Cynthia, antes de morder su sándwich de queso y tomate.
—¿Mmm?
—Estás sonriendo mucho —dijo Cynthia.
—Oh —dijo Draco— No, no ha pasado nada. Solo de buen humor, supongo.
Cynthía asintió. Esta era el tipo de respuesta que siempre le resultaba completamente satisfactoria, y se limpió un poco de tomate de la barbilla con una servilleta de papel.
«—D&H—»
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«—H&D—»
Harry vestía una camisa abotonada y Draco parecía estar alucinándolo.
—He usado camisas abotonadas antes —dijo Harry, desconcertado, cuando Draco lo tocó por todas partes: los bíceps de Harry se hundieron debajo de las mangas de algodón planchadas, su pecho quedó al descubierto por el botón superior desabrochado, su cuello contra el cuello ligeramente almidonado.
—No desde la escuela —dijo Draco.
Harry se rio de él.
—Vamos a llegar tarde —dijo— Tengo una reservación.
—Oh, a quién le importa —dijo Draco— Eres Harry Potter, te conseguirán cualquier mesa que quieras. Quiero follarte mientras usas esto.
Harry tomó las manos de Draco y las retiró suave pero firmemente de su cuerpo.
—Es un restaurante muggle.
"Ah", pensó Draco, "Por supuesto".
Era un lugar bonito. El mesero les trajo vino a gusto antes de servirlo. Las porciones eran pequeñas y caras.
—Me da nostalgia —dijo Draco.
—¿Las cosas elegantes te dan nostalgia? —preguntó Harry.
—Mmm —dijo Draco, mirando alrededor— Así es como pensé que sería mi vida.
La mirada que Harry le dirigido era muy Pansy en su inexplicable e inmerecida simpatía.
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«—H&D—»
Al día siguiente, para gran sorpresa de Draco, Harry se presentó en la tienda de pociones de Dinsmore a las cinco, con los puños en los bolsillos y el cuello del abrigo levantado contra el viento.
—¡Señor Potter! —dijo Dinsmore— ¡Qué placer! ¿Qué puedo hacer por usted?
Harry miró por encima del hombro de Dinsmore y vio a Draco saliendo por la parte de atrás.
—Solo estoy aquí por Draco. ¡Hola!
—Hola —dijo Draco, acercándose a él. Dinsmore parecía como si acabara de darse cuenta de que era el villano en la historia de otra persona y no le gustó ni un poco.
—¿Hay algún problema? —preguntó esperanzado. Harry le sonrió a Draco.
—No, solo teníamos planes —dijo— ¿Listo?
—Listo —dijo Draco.
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«—H&D—»
En el bar de cócteles muggle, Harry dijo —Normalmente ceno con Ron y Hermione los sábados, ¿Quieres venir?
Draco tragó un poco de cacahuate por el tubo equivocado y tosió por lo que parecieron veinticinco minutos mientras Harry golpeaba su espalda.
—Eh —dijo Draco, cuando pudo respirar de nuevo— Tenía la impresión de que esto era solo una relación de sexo secreta en nuestro trato en público.
Harry parecía desconcertado.
—¿En serio?
—Bueno. No puedo hablar de ti con nadie, debido al contrato —dijo Draco— Así que me imagine…
—Oh, joder, no —dijo Harry— Sí, no, eso no es…
—No estaba seguro si fue un error o un…
—No, no, de hecho, yo … eh… gritó sobre ti en las azoteas —dijo Harry. Su rostro adquirió una expresión de preocupación— Espero que esté bien.
—No, eso está… está bien —dijo Draco, tratando de reprimir su excesiva alegría— Grita lejos. ¿Entonces puedo decírselo a Pansy?
Harry sonrió y se inclinó hacia adelante sobre un codo.
—¿Qué le dirías?
—Que me estoy acostando con un imbécil arrogante —dijo Draco, pero luego Harry pareció decepcionado, así que agregó— No sé, ¿Qué nos… estamos viendo?
Harry se animó.
—Sí —dijo— Eso suena bien, ¿No?
—Apropiadamente vago.
—Pero oficial, también —dijo Harry. Revolvió su bebida con el popote— No sé, no quiero que suene como si solo estuviéramos follando, o lo que sea.
Draco extendió su pierna debajo de la mesa, presionándola contra la de Harry.
—Cuando Adelaida regrese… —dijo.
—Lo sé —dijo Harry, rápidamente— Pero hasta entonces.
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"Pero hasta entonces" resultó ser la respuesta de Harry a muchas cosas. Cuando Adelaida regresara, Draco tendría que mudarse de Grimmauld Place, pero hasta entonces… Cuando Adelaida regresara, Harry dejaría de ir a almorzar a la tienda con comida para llevar del restaurante favorito de Draco, pero hasta entonces… Cuando Adelaida regresara, no pasarían fines de semana enteros en la cama, borrachos de sexo y holgazaneado, tiernos y juguetones, sin decir nunca del todo que se amaban, pero hasta entonces…
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...CONTINUARÁ…
Glosario:
1: Serguéi Prokófiev, fue un compositor, pianista y director de orquesta soviético. Es considerado uno de los principales compositores del siglo XX. El estilo musical de Prokófiev se caracteriza por composiciones disruptivas consideradas demasiado modernas para la época en que las compuso.
Gracias a quienes leen esta traducción, dejan reviews y a los lectores fantasmas si es que hay.
