¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!

Antes de comenzar, voy a contestar una review:

EldarWarhammer40: Esta Raynare tendrá un trasfondo y una historia muy diferente respecto a mi historia anterior. Pero debo avisar que esta Raynare no es virgen. No sé porqué no te agradaban las protagonistas que no son vírgenes, pero supongo que es por experiencias pasadas que no fueron muy agradables (aunque me hago una idea de lo que puede ser). Puedo asegurarte que esto es algo diferente, pero si no quieres leerlo porque no es virgen, sinceramente no soy nadie para detenerte: la puerta está adelante.

Sin nada más que agregar, es momento de comenzar.

¡Disfruta!

"No sé de que me estás hablando." Raynare respondió con seriedad, observando como Azazel se encontraba apoyado sobre la puerta mientras la miraba con una media sonrisa.

"¿No lo sabes? Has estado actuando de una manera muy sospechosa desde siempre, especialmente estos últimos años." Respondió el Cadre con tranquilidad. "Y por si no lo sabes, los Demonios y Sacerdotes ya nos informaron que estuviste involucrada en una gran cantidad de actos ilegales y sin autorización de tus superiores."

"¡No soy culpable! ¡Es algo que debía suceder!" Exclamó la Caída cuando apuntó la espada hacia Azazel, quien no se veía para nada amenazado.

"¿No eres culpable de la muerte de Hyoudou Issei? ¿No eres culpable de la muerte de Asia Argento? ¿No eres culpable de corromper una de las instituciones sagradas de los Ángeles?" La mirada de Azazel se puso un poco seria cuando dio un paso hacia adelante.

"¿Y que hay de toda la información en la que eras sospechosa? ¿Tampoco mataste a todas esas personas?"

Raynare no pudo evitar dar un paso hacia atrás cuando el hombre se acercó. Aunque intentara no demostrarlo, era obvio que le tenía un gran respeto a Azazel.

Incluso podría decirse que en este momento era más miedo que respeto.

Aún así, ella no pudo evitar reírse ante la situación complicada.

"Escucha, no tienes el derecho de declararme nada. Fue una charla muy simpática, pero ahora necesito irme." Raynare dio un paso adelante para dirigirse hacia la salida, pero Azazel bloqueó su camino.

"Veo que no entiendes en la posición que te encuentras." Aclaró el Cadre, quien ahora lucía una mirada más tenebrosa a la habitual, aunque su expresión relajada aún estaba en su rostro. "Entraste en mi bóveda, quieres robar una de mis Sacred Gears, y como si no fuera poco, nos entregaron información fiable acerca de tus actos." Azazel la observó con detenimiento, haciendo que un aura amenazante comenzara a emanar de su cuerpo.

"¿Piensas que puedes salir impune de tus acciones?"

INICIO DE ARCO-CAPÍTULO 1: CONÓCETE A TI MISMO.

"Todo este lugar es espeluznante." Comentó Raynare, quien seguía de cerca de Azazel, dirigiéndose a un lugar que obviamente desconocía.

"¿Quieres ver mi escritorio para que sepas el significado del verdadero terror?" El Cadre se burló mientras avanzaban por el largo pasillo de la torre.

La caminata se vio interrumpida cuando pasaron por una de las tantas ventanas, algo que llamó mucho la atención de Raynare.

Azazel se posicionó a su lado, observando como el cielo nocturno comenzaba a transformarse a una gran velocidad. Las estrellas se iluminaron con mucha intensidad y la noche se transformó en un hermoso día cubierto de luz que se propagaba a lo largo de toda la ciudad.

"Supongo que nunca estuviste mucho tiempo en Grigori. Es muy bonito, ¿no es así?" Comentó Azazel, observando el amanecer tan abrupto y especial con cierto regocijo.

"¿Cómo es que pudieron crear una ciudad como esta en un sitio subterráneo?" Preguntó Raynare con cierta estupefacción, siendo que nunca se había detenido a observar la belleza de Grigori hasta ahora.

"Esto es gracias a una simple palabra: magia." Declaró Azazel, retomando su camino una vez más.

Raynare lo observó, para luego mirar el amanecer una vez más antes de seguirlo.

"¿Qué dices si tomamos un camino más corto?" Azazel subió a un ascensor junto con Raynare, quien no tenía otro remedio más que seguirlo.

"¿Un camino más corto hacia mi muerte? Supongo que no está mal." Respondió Raynare con claro descaro, ganándose una risa por parte de Azazel.

"Las condenas de muerte son llevadas en otro lugar." Aclaró el hombre con gracia, una gracia que obviamente Raynare no compartió.

"Entonces, ¿a donde mierda vamos?" Su impaciencia no se hizo esperar al igual que el cambio de su lenguaje.

"No seas impaciente, solo estamos yendo a un lugar en donde podamos hablar con más tranquilidad." Contestó el Cadre.

"No me gusta hablar." Raynare le respondió al instante con claro desdén.

"Pues a partir de este momento va a gustarte." Aclaró Azazel en el momento que el ascensor abrió sus puertas.

La sorpresa en Raynare no se hizo esperar al ver que la habitación consistía en un pequeño lugar en la cima de la torre. Lo curioso de esto es que dicha habitación consistía de una reja que se encontraba justo frente al ascensor, las paredes blancas y sumamente comunes se alzaban por toda la habitación. Lo único que decoraba el sitio era una pequeña mesa que poseía un artilugio desconocido para ella.

"Ponte cómoda." Declaró Azazel con suficiencia tras abrir las reyas con un simple chasquido de sus dedos.

Raynare se metió en la rara habitación con lentitud, observando cada rincón con mucha incertidumbre.

"Ahora lo entiendo." Comentó Raynare, viendo como Azazel se acercaba a la mesa para tomar el artilugio que parecía ser un proyector mágico. "No estamos en el matadero, esto es un interrogatorio."

"Yo preferiría decir que simplemente vamos a hablar amistosamente, pero supongo que también puedes verlo de esa manera." Azazel se inclinó de hombros con ligero desinterés mientras intentaba hacer algo con el proyector.

"¿Y entonces de que va a ir esta charla amistosa?" Preguntó Raynare, observando como la reja volvía a cerrarse.

"Últimamente se asentó un grupo rebelde entre los Caídos. Antes solo eran una sombra, pero ahora están haciendo estragos entre las Facciones, y sospecho que tú eres una de sus miembros." Comentó Azazel, quien aparentemente estaba muy centrado en su tarea de hacer funcionar al proyector.

"¿Y si ese supuesto grupo rebelde está presente desde hace tanto tiempo, por qué no hicieron nada antes? Se supone que ustedes son la máxima fuerza y que deberían mantener el orden sobre todas las cosas." Aclaró Raynare con claras intenciones de burlarse del hombre.

"Porque son un grupo extremadamente escurridizo. La mayoría de sus planes siempre funcionan, y cuando no lo hace, todos los involucrados terminan muriendo o desapareciendo sin dejar rastro." Azazel se detuvo por un corto segundo, mirándola de reojo. "O por lo menos era así hasta hoy, ya que te encuentras con vida. Algo extraño, debido a que en el informe entregado por los Demonios te declararon muerta."

Raynare observó en silencio como Azazel continuaba trabajando en el proyector, por lo que apenas le estaba prestando atención.

"¿No te interesa decirme como sobreviviste?"

Raynare apretó la espada con fuerza.

"Definitivamente es complicado entender esta cosa cuando siempre terminas delegando todo tu trabajo…" Pensó Azazel en voz alta con claro aburrimiento en su tono.

Raynare se acercó peligrosamente al hombre para luego cortarlo con su espada.

La guardia baja de Azazel en realidad era una mentira, y eso se demostró al instante cuando el hombre se dio la media vuelta a una velocidad que ella apenas pudo seguir, atrapando la espada con una de sus manos sin ningún tipo de problemas.

"Por cierto, esto es mío." Azazel le quitó la espada con simple fuerza bruta.

El Cadre dejó la espada sobre la mesa y le hizo una seña con su mano, dándole a entender que se sentara.

Sabiendo que no podía hacer nada, Raynare no tuvo otra opción más que acatar sus órdenes.

"Es momento de empezar nuestra charla amistosa." Comentó Azazel, quien se sentó en la otra silla mientras le daba los últimos retoques al proyector.

"¿Qué es lo que quieres de mí?" Raynare observó hacia el gran circulo mágico que se materializó una vez que el proyector se encendió.

"Ya te lo dije antes." Fue la simple respuesta de Azazel.

"No pertenezco a ninguna asociación terrorista." Raynare le respondió con la misma simpleza, ganándose una sonrisa por parte del hombre.

"¿Entonces por qué viniste a robar una de mis Sacred Gears? Si me lo preguntas a mí, diría que fue un movimiento desesperado de alguien que sabe que corre grandes riesgos de morir por haber fallado su misión y que a partir de ahora puede ser perseguida tanto por nosotros como por el líder de esa organización tuya." Azazel se reclinó sobre su silla, sus ojos brillaron con suspicacia. "Entre los demás Cadres, tu líder, y yo…" Azazel se reclinó aún más, haciendo que una sonrisa misteriosa emergiera de su rostro.

"Créeme que tuviste suerte en toparte conmigo primero, de lo contrario ya hubieras muerto."

"Tú no me conoces." Fue la cortante respuesta de Raynare, haciendo que la sonrisa del Cadre se ensanchara aún más.

"¿Eso crees? Una de las cosas que más me fascina a parte de las Sacred Gears es poder cazar a grupos terroristas que amenazan la estabilidad de Grigori. Después de todo, sin buenas relaciones diplomáticas, entonces la colección de mis preciadas Sacred Gears podría sufrir un gran revés."

"¿Entonces quieres cazarme?" Preguntó Raynare con una ceja alzada.

"No tengo interés en ti, solamente quiero atrapar al dueño del circo. Los payasos caerán de igual manera cuando ya no tengan el soporte de su líder." Comentó el Cadre con tranquilidad.

"¿Así que también eres bueno haciendo metáforas?" Raynare se cruzó de brazos, viendo como el hombre se reía por lo bajo tras sus palabras.

"También soy bueno haciendo preguntas. Contéstalas sinceramente, y quizás te pueda dar lo que estás buscando." Raynare mostró algo de desconfianza ante las palabras, pero aún así no pudo evitar sentirse curiosa.

"¿Y qué es lo que busco exactamente?" Le preguntó con un leve inclinar de su cabeza.

"Es una buena pregunta como para comenzar." Declaró Azazel con un leve asentimiento. "¿Qué es lo que buscas? ¿Por qué haces esto?" Raynare alzó su mirada por un corto segundo, pensando su respuesta.

Aunque no le tomó casi nada de tiempo responderle.

"Solo quiero terminar lo que comencé."

"¿Y qué es exactamente?"

"Liberar el mundo." Raynare respondió sin ningún tipo de vacilación.

"¿Así que quieres convertirte en una libertadora, una revolucionaria?" Le preguntó Azazel con interés.

"No es que quiera convertirme, nací para serlo." La convicción de Raynare tan solo incrementó más tras la respuesta.

"¿Y dé que quieres liberar al mundo?" Esa pregunta hizo que Raynare suspirara.

"No creo que puedas entenderlo."

"¿Estás segura de eso?" La pregunta del Cadre hizo que Raynare se quedara callada por unos segundos.

"Quiero liberarlos de la gente como ustedes. El mundo no necesita que sigan contaminando la sociedad de humanos. No necesitan sacerdotes, no necesitan creencias, ni mucho menos necesitan esas Sacred Gears para que ustedes los usen como armas." Raynare no mostró dudas en ninguna de sus palabras, recibiendo un asentimiento por parte de Azazel.

"Muy bien, quieres liberar a los humanos de los Seres Sobrenaturales." Azazel apoyó la mano sobre su mentón y la miró con una leve sonrisa. "¿Y eso que tiene que ver con matar a más humanos? ¿Fue por qué ellos tenían Sacred Gears? Bueno, es cierto que un humano contaminado con esos artilugios está condenado a ser una herramienta de los Seres Sobrenaturales según tu punto de vista. De todas formas, ¿qué se siente matar a la gente que supuestamente buscas proteger?"

"Se siente genial." Raynare respondió sin pizcas de dudas, haciendo que Azazel la mirara con ligero interés.

"¿Disfrutar matar indiscriminadamente?" Aunque Raynare no lo supiera, esa era la pregunta clave del interrogatorio.

"¡Por favor! ¿En serio crees que una mente conservadora podría ser capaz de traer la libertad en este mundo lleno de locos?" La respuesta de Raynare era obvia, al igual que su convicción y seguridad en cada una de sus palabras.

Pero Azazel esta vez no le creyó.

"Dijimos que debías responder todas las preguntas con sinceridad." La respuesta de Azazel la sorprendió bastante, y se demostró cuando sus ojos se ensancharon.

"¿Y qué se supone que estuve haciendo hasta ahora?" Cuestionó la Caída con el ceño fruncido.

"No me malinterpretes. Probablemente tú también piensas todo eso. Seguro lo haces, pero estoy seguro de una cosa…" Los ojos de Azazel se entrecerraron tras decir sus siguientes palabras:

"No entiendo como una persona que busca ayudar a otros, que incluso entregaría su propia vida por esa causa, pueda ser capaz de disfrutar matando gente inocente." Raynare tan solo lo miró sin decir ninguna palabra.

Lo único que hizo fue inclinar su cuerpo lentamente hacia adelante para hacer énfasis en sus siguientes palabras:

"Para mí, la idea de no matar lo único que genera es vergüenza e incertidumbre. Ser blando te hace débil. No puedes ser un líder si eres débil." Esas palabras causaron gracia a Azazel, algo que a Raynare no lo pareció para nada chistoso.

"De todos los payasos que controla el dueño del circo, probablemente tu seas la mejor. Tus palabras te hacen ver como alguien tan decidida a hacer lo que sea…"

"Estoy decidida a hacer lo que sea." Raynare lo interrumpió, demostrando algo de desconformidad en su tono por las palabras del Cadre.

"Entonces, supongo que debo creerte." La mujer asintió sin dudar, haciendo que la sonrisa de Azazel se ensanchara. "Muy bien, entonces miremos como fue la vida de Raynare." El proyector se iluminó tras mencionar el nombre de la mujer.

"Decodificando archivos."

"Simulando la historia de Raynare según la información recaudada."

La Ángel Caída se mostró muy sorprendida ante los mensajes que aparecieron en el circulo mágico que funcionaba como pantalla.

"Si tanto te gusta matar gente, entonces deberíamos empezar por ahí." Declaró Azazel cuando el proyector comenzó a trabajar más arduamente.

El circulo mágico comenzó a decodificar una imagen hasta el punto de presentarse una gran iglesia. Raynare pareció reconocer el sitio, por lo que no pudo evitar impresionarse.

"¿Cómo es qué…?"

"Es una simulación. No es una grabación real. Esto está atado a los datos que nos brindaron, sean falsos o verdaderos." Azazel la interrumpió, sabiendo la pregunta que haría. "Pero ahora ya sabemos que todos estos actos son verdaderos, ¿no es así?"

Raynare tan solo lo miró sin decir ninguna palabra.

"Bueno, pasemos al punto principal." Azazel cortó el momento incomodo cuando colocó sus piernas sobre la mesa. "Grecia, 1898. La Catedral Ortodoxa de Oia. Los sacerdotes estaban realizando un gran llamamiento para todos aquellos que poseían Sacred Gears con el fin de que aprendieran a usarlas y se unieran a Dios, pero tú llegaste." Azazel no necesitó decir nada más, ya que la imagen cambió al interior de la Catedral, revelando docenas y docenas de cadáveres.

La escena fue tan repentina que Raynare no pudo evitar mirar hacia otro lado.

"Es curioso ver como alguien que nació para ser una sanguinaria sin remedio no puede evitar voltear el rostro después de ver algunos muertos." Azazel se burló de ella, logrando que Raynare le entregara una mala mirada.

"¿Ha donde quieres llegar con esto?" Azazel alzó su dedo, esbozando una sonrisa bastante peculiar.

"Apenas estamos comenzando." Aclaró el Cadre, para luego manipular nuevamente el reproductor. "El ataque a Canterbury, Inglaterra en 1903 que se llevó a cabo por un grupo de Ángeles Caídos y sacerdotes renegados que acabaron con más de 26 Demonios por un ataque sorpresa. Además de que se llevaron a más de 183 vidas inocentes por el simple afán de cumplir con su objetivo."

Una gran cantidad de proyectiles asaltaron la pantalla, y Raynare no pudo evitar apretar sus manos con fuerza al ver como una gran cantidad de viviendas humanas eran destruidas por los ataques desmedidos.

"¿Estás segura que te sientes más inteligente por infundir miedo? ¿Por cometer tantos asesinatos?"

"¡No importa lo que digas!" Raynare lo interrumpió con fiereza. "¡Se quien soy!"

"¿Una niña perdida?"

"¡Una revolucionaria!"

"Si, probablemente lo seas en tus sueños. Pero definitivamente eres buena escapándote una vez que realizas estas cosas, ya que nadie pudo afirmar tu culpa hasta este momento." Respondió Azazel cuando detuvo el proyector. "¿Qué dices si nos remontamos en el momento en que te convertirse en esto?" El enfado de Raynare pasó a segundo plano y no pudo evitar mirarlo con mucha confusión.

"¿Cómo dices?"

"Me refiero a esto." Azazel volvió a encender el reproductor, ganándose toda la atención de Raynare. "Japón, 1863. Supongo que recuerdas esa fecha." Raynare se puso de pie prácticamente al segundo tras escuchar esas palabras.

"Apaga eso." Raynare lo dijo al instante, ganándose una mirada curiosa por parte de Azazel.

"¿Por qué quieres que lo apague? Esta es la mejor parte." Respondió el Cadre cuando cruzó sus piernas.

"¡DIJE QUE LO APAGARAS!" Raynare gritó con rabia y se lanzó sobre él, pero antes de poder hacer algo más, Azazel levanto uno de sus dedos para crear una barrera que chocó con fuerza contra la Caída.

Lo siguiente que hizo fue crear otra barrera para empujarla de nuevo a su asiento, haciendo que se quedara completamente en silencio.

"Escúchame, empezaras a tomar las cosas en serio." La seriedad de Azazel indicaba que ya estaba perdiendo la paciencia, lo cual no significaba nada bueno, y Raynare lo sabía muy bien.

"¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Quieres que te diga quien es el líder de la organización? ¿Eso me garantiza algún tipo de libertad?" Raynare se mostró extrañamente más receptiva, algo que Azazel no pasó por alto.

Era obvio que ese cambio de actitud tan repentino se debía a lo que había sucedido en esa fecha.

"Si, quiero saber quien es el líder de la organización. Pero antes de esto, solo quiero que seas sincera contigo misma. No quiero seguir escuchando esas estúpidas ideas narcisistas que son una mentira que tu misma te crees." Respondió Azazel, para luego hacer una pequeña pausa dramática.

"Ahora que lo pienso, ¿hace cuanto tiempo que te estás mintiendo a ti misma? Me pregunto cómo se sentiría ella si te viera ahora." Azazel hizo que el proyector corriera, haciendo que el cuerpo completo de Raynare se tensara.

La pantalla decodificó por completo la imagen, mostrando a una mujer adulta muy parecida a Raynare que llevaba una pequeña niña entre sus brazos mientras jugaban.

Ese momento feliz se vio interrumpido abruptamente cuando las puertas de su choza comenzaron a ser golpeadas con fuerza.

"¡Sal de allí! ¡Ya te descubrimos, maldita bruja!"

Raynare pudo sentir como su piel se erizó tras escuchar la turba de campesinos.

La expresión feliz de la mujer y de la niña cambió completamente tras escuchar los llamados furiosos que se silenciaban con los fuertes golpes que estaban a punto de derribar la puerta.

Raynare no pudo evitar ponerse de pie nuevamente, pero en esta ocasión Azazel no la contuvo, ya que ella estaba muy enfocada en la pantalla.

"¿Por qué tengo que ver esto? ¡Deja los trucos y apaga eso de una vez!" En esta ocasión Raynare no parecía enojada, sino asustada.

"Podría, pero prefiero no hacerlo." Azazel cruzó sus piernas mientras seguía viendo la pantalla, como si estuviera en un cine.

"Escúchame, Raynare. No importa lo que suceda, no importa lo que escuches. No salgas de aquí." El miedo de Raynare pareció ser superado por su ansiedad cuando dio varios pasos hacia el frente, observando la pantalla con una expresión cubierta de melancolía.

"Mamá te amará por siempre, hija mía. Nunca dudes de eso." La mujer acarició el rostro de su hija una vez más antes de enterrarla bajo un montículo de paja, aunque la pequeña Raynare aun era capaz de ver todo lo que sucedía.

"Y los campesinos creen que la sequía de las cosechas se debe a un conjuro de tu madre entonces entran a tu casa muy furiosos. Desafortunadamente para Reyna, ella era un Ángel Caído que nunca se especializó en nada, simplemente quiso vivir entre los humanos como una mujer normal, pero su propio exesposo la traicionó."

"¡Fue buena idea matar a su exesposo! ¡Seguro fue contaminado por una maldición de la bruja!"

"¡Háganle lo mismo a la hija y a la madre! ¡Quememos a toda la familia de monstruos!"

Raynare solo podía observar en silencio como la turba se alzaba sobre su madre y comenzaba a golpearla sin parar, haciendo que la sangre vistiera gran parte del suelo donde se encontraba. Incluso unas gotas llegaron al tumulto de paja donde se escondía la niña, quien estaba observando todo con completo horror.

La golpiza mortal fue silenciada por el característico sonido del metal, un momento que transformó la melancolía de Raynare en un dolor absoluto.

Rayna escupió una gran cantidad de sangre, y su mirada bajó lentamente al notar que alguien había clavado un cuchillo en su pecho. Eso no se detuvo allí, ya que el mismo sujeto continuó apuñalándola varias veces hasta que simplemente no pudo soportar más.

La mirada perdida de la madre se enfocó en su hija una última vez.

A pesar de todo lo que estaba sucediendo…

A pesar de que se encontraba al borde de la muerte…

Ella pudo sonreírle a su hija una última vez.

El proyector se detiene en ese mismo momento, obligando a Raynare a dar varios pasos hacia atrás al mismo tiempo que un rostro cubierto de dolor y sufrimiento se hacía presente en ella.

"Detén esto…" Su voz se escuchó como un susurro, pero fue lo suficientemente alto como para que Azazel la escuchara.

"No voy a detenerme hasta que me digas quien eres realmente."

"¡DETÉN ESTO!" El grito al borde del llanto hizo que Azazel se levantara de su asiento.

"¡No voy a detenerme hasta que aceptes la maldita realidad!" Exclamó Azazel cuando golpeó la mesa con fuerza.

"¡SI NO TE DETIENES AHORA VOY A MATARTE!"

"¿Por qué no lo intentas?"

"¡VOY A MATARLOS A TODOS!"

"¿Así como mataron a tu madre?"

Esa fue la gota que derramó el vaso.

Raynare volvió a tomar la espada y se acercó lo más rápido posible para cortarlo a la mitad, pero Azazel la esquivó sin ningún tipo de problemas y le dio un fuerte golpe en el abdomen que le hizo escupir saliva.

Raynare cayó al suelo, siendo observada por Azazel quien claramente ya se estaba aburriendo de esto.

"No naciste para causar dolor, sufrimiento y muerte. Simplemente eres una niña lastimada que extraña a su madre. Así fuiste, así eres, y así serás si es que no decides cambiar ahora." Comentó Azazel, colocando la espada sobre la mesa una vez más.

Raynare tan solo pudo apoyar su rostro entre sus piernas, apenas siendo capaz de contener su llanto. Aunque ese momento devastador pasó a segundo plano cuando Azazel le extendió su mano, un gesto que ella aceptó con vacilación.

"¿Qué demonios haces aquí, Azazel? Estuve buscándote por todas partes." Un hombre de cabello blanco lacio, ojos purpuras, con una boina violeta y un vestido de medico se presentó en el sitio, llamando la atención de los dos.

"Estaba trabajando, Shemhazai." Comentó el Cadre cuando se cruzó de brazos, ganándose una mirada bastante peculiar por parte de su amigo. "¡Lo sigo en serio!" Azazel alzó sus manos en defensa de inmediato al notar que Shemhazai no parecía creerle ninguna palabra.

"Lo que sea. Tenemos algo mucho más importante ahora. Hubo otro ataque a una iglesia. Necesitamos tu ayuda para resolver unos enigmas." Azazel no pudo evitar mirarlo con gran aburrimiento.

"¿En serio necesitan mi ayuda?" El Cadre se mostraba reacio a realizar más trabajo, ganándose un gran suspiro por parte de Shemhazai. "¡Ah, mierda! ¡Muy bien, iré!" Exclamó Azazel con claro fastidio cuando se encaminó a abandonar el lugar.

Pero justo antes de que el ascensor cerrara, Azazel le dedicó unas últimas palabras a Raynare.

"Tomate este tiempo para pensar en una respuesta correcta." Comentó, para que luego las rejas se cerraran de inmediato.

Raynare se quedó allí sin decir o hacer nada tras ver que se encontraba completamente sola. Lo único que hizo fue enfocar su mirada en la espada.

La Caída no lo pensó dos veces y tomó la espada. El arma impacto con fuerza contra las paredes y las rejas. La desesperación de escapar del lugar era más que evidente, pero el sitio no recibía ningún rasguño.

"¡Mierda!" Gritó Raynare con furia cuando cayó de trasero al suelo y la espada rebotó a su lado. "No puedo usar magia, las paredes son extremadamente resistentes…" Pensó la Caída en voz alta mientras se recomponía. "¿Qué es este lugar?"

Su momento de reflexión se vio interrumpido cuando su mirada se detuvo en el gran circulo mágico que funcionaba como pantalla. La imagen de su madre aun estaba allí, por lo que la Caída no pudo evitar sentirse un poco mal.

Ese sentimiento pasó a un segundo plano a medida que se acercaba lentamente a la imagen.

"Estoy segura que podrás hacer cualquier cosa que te propongas."

Las palabras lejanas de Reyna comenzaron a golpear su mente a medida que se acercaba a la pantalla.

"No necesitas salvar a personas para que esté orgullosa de ti. Ya eres mi heroína."

Una sonrisa emergió en contra de su voluntad cuando colocó una mano sobre la pantalla. Sus lagrimas no se hicieron esperar al igual que sus sollozos, observando la imagen de su madre.

"Hija mía, este es tu hogar. Esta es tu familia. Puede que ellos se equivoquen algún día, pero no dejes de creer en la gente. Si este deja de ser tu hogar, entonces busca otro lugar para construir una familia. Y no importa que tan lejos podamos estar, siempre estaré en tu corazón para consolarte."

Las lagrimas de Raynare se intensificaron al igual que sus sollozos, siendo incapaz de quitar su mirada de la pantalla.

Mientras tanto, en otro lugar muy alejado…

"¿Qué es un Demonio Renegado?" Preguntó Asia con ligero interés.

La joven se encontraba sentada en el sillón mientras tomaba notas. Issei estaba al lado de ella y se encontraba igual. En el otro sillón se encontraba el resto de la nobleza de Rías mientras escuchaban como su ama instruía a los dos recién reencarnados.

"Los Demonios Renegados son todos aquellos que desafiaron las ordenes de su amo. Ellos se convierten en monstruos a causa de las piezas malditas debido a que rompieron el pacto con su amo o ama." Issei quiso demostrar que estaba un poco adelantado en ese tema, pero no le salió tan bien.

"Te has olvidado de un punto importante." Las palabras de Rías hicieron que ambos la miraran. "Los Demonios Renegados se transforman en monstruos no por desobedecer a su amo, sino por matarlo. Aunque, por supuesto, ambas acciones pueden entrar en la misma fórmula, y ambas se consideran como el peor delito que puede realizar un esclavo." Explicó Rías, recibiendo un rápido asentimiento por parte de Issei.

"Así que, eso significa que un Demonio Renegado no necesariamente se transforma en un monstruo. Ese es un buen dato…" Concluyó Issei en sus pensamientos, realizando un leve asentimiento para si mismo cuando comenzó a garabatear la nueva información adquirida.

"Buchou, lamento interrumpir, pero necesito a Issei-kun para una cosa importante." Kiba se levantó de su asiento, llamando el interés de todos.

"¿Puedes explicarme de que se trata?" Consultó la pelirroja con mucha curiosidad.

"Issei-kun quiere que lo entrene para saber como contrarrestar a enemigos con espadas." Esa respuesta hizo que Issei lo mirara lo mirara con mucha confusión.

"¿Yo dije eso? ¡Eh, quiero decir…! ¡Por supuesto que lo dije!" Issei se levantó de su asiento con una sonrisa tensa. "¿Cómo es que pude olvidarme?" Concluyó mientras se frotaba el cabello con cierta timidez.

"Hmmm…" Rías debatió si dejarlo ir o no, pero no tardó mucho tiempo en tomar una decisión. "Muy bien, es cierto que mi preciado esclavo debe volverse más poderoso. Dejaré que lo hagan, pero Asia te dará los apuntes de las lecciones que te saltearas."

"¡No tengo problema con eso!" Issei asintió al instante, para luego despedirse junto a Kiba.

Una vez que ambos estaban un poco lejos del viejo edificio, Issei no pudo evitar entregarle una sonrisa cubierta de complicidad.

"Esa fue una muy buena excusa."

"No hay de qué. Además, realmente voy a tener que ayudarte para lo que viene." La respuesta del rubio impresionó mucho a Issei.

"¿Y qué es lo que viene?" Antes de que obtuviera alguna respuesta, Kiba lo tomó del brazo en el momento que creó un circulo mágico a sus pies.

"Ahora mismo lo sabrás."

Issei no pudo evitar cerrar sus ojos con fuerza cuando el gran brillo del circulo mágico se extendió por doquier.

"Mierda, aun no me acostumbro a moverme así…" Pensó Issei en voz alta cuando abrió sus ojos.

Su expresión dio un cambio de 180 grados al percatarse en donde se encontraban.

"¡¿Esto es una mansión?!" Gritó el joven con mucha energía al ver el ostentoso lugar que estaban cubiertas con alfombras y decoraciones rojas.

Eso no era lo único que había allí, ya que se encontraban una gran cantidad de banderas en el lugar, y casi todas tenían la insignia Gremory en ellas.

Eso fue más que suficiente para saber dónde se encontraban.

"Bienvenidos a la Mansión Gremory." Y como si no fuera suficiente, el hombre alto y pelirrojo que descendía lentamente por las escaleras confirmó en donde se encontraban.

"Muchas gracias por recibirnos, Sirzechs Lucifer." Kiba hizo una reverencia, haciendo que los ojos de Issei se ensancharan en gran medida.

"¡Espera…!" Pensó, imitando la acción de su compañero lo más rápido posible. "¡¿Este tal Sirzechs es el Rey de los Demonios?!" El sudor y el nerviosismo no tardó en caer sobre su rostro al recordar la importancia de los Cuatro Reyes Demonios.

"El placer es mío por tenerlos aquí, así que dejen de hacer eso." Sirzechs les sonrió amablemente cuando agitó su mano con desdén, indicando que abandonaran su reverencia.

"Como hablamos antes, aquí le traje a Hyoudou Issei." Kiba señaló al joven, y el interés de Sirzechs no se hizo esperar al mirar al hombre.

"¡Es un placer conocerlo, Rey Demonio!" Issei hizo otra reverencia, ganándose una sonrisa nerviosa por parte de Kiba.

"Lo mismo digo, Hyoudou Issei. Veo que mi hermana a obtenido un nuevo compañero muy interesante." Esas palabras hicieron que Issei lo mirara con suma sorpresa.

"¡¿Él es el hermano de la Buchou?!" Issei no pudo evitar sentirse aun más nervioso tras la nueva información.

La charla y los saludos quedaron en segundo plano cuando alguien tocó la puerta que estaba detrás de ellos. Justo en ese momento Issei se percató de la gran cantidad de maids que había en el lugar.

Una de ellas abrió la puerta, revelando a una niña un poco menor a Issei que poseía un cabello rubio dividido en dos coletas y unos lindos ojos celestes.

"Ahora que llegó la señorita Ravel, estoy seguro que podemos comenzar con esta reunión." Comentó Sirzechs.

"¿Ravel? Estoy seguro que el señor Phoenix habia mencionado que tenía a su hermana en su nobleza y tenía el mismo nombre…" Issei no tardó en atar los puntos, ya que la jovencita era muy parecida a su hermano.

"Antes que nada, es un placer ver al Rey Demonio y a los dos invitados." Ravel hizo una reverencia muy extrovertida, dejando bien en claro que pertenecía a la nobleza.

Pero ese momento quedó en un segundo plano cuando ella volvió a alzar su rostro, revelando una expresión completamente seria.

"Creo que sería más adecuado iniciar esta conversación en un sitio más privado."

¡FINAL DEL CAPÍTULO!

En realidad, no. Todavía hay una escena más abajo.

Este fue un capítulo para profundizar en la vida de Raynare, y dar comienzo al que será el foco principal de este arco.

Espero que lo hayan disfrutado.

Recuerda que ya tengo un Patre-on, puedes buscarme como Jyanzein. No es un sitio en el que solo sirva para que me dones (recuerda que es opcional), sino que también me sirve como un medio para realizar todo tipo de avisos y actualizaciones respecto a mis historias. No hay lugar que los mantenga más informados que ese sitio.

Dejando eso de lado, es momento de ir cerrando con esta escena final.

¡Muchas gracias por leer!

Azazel entró a la habitación, y lo primero que vio fue como la espada estaba tirada en medio del sitio. Lo segundo que vio es como Raynare estaba sentada en uno de los rincones con sus rodillas tapando su rostro.

"¿Intentaste escapar?" Preguntó Azazel, tomando la espada con cuidado.

"Lo hice, pero es imposible." Raynare alzó su rostro y el Cadre mostró por primera vez algo de sorpresa al notar que los ojos de la Caída estaban cubiertos de lágrimas.

"Entonces, ¿ya tomaste una decisión?" Le preguntó Azazel, viendo como la mujer se ponía lentamente de pie.

"Tienes razón, no disfruto matando gente. Tampoco soy una libertadora." Ella aceptó el hecho con una mirada decaída. "Lo hago, porque es la única opción. Porque no quiero que nadie más sufra lo que tuve que sufrí yo."

"Entiendo tu punto de vista, ¿pero nunca pensaste que quizás estabas equivocada?" Comentó Azazel, acercándose lentamente. "¿Nunca pensaste que la mejor opción era terminar de unirnos en vez de separarnos?"

"Supongo que sí, pero siempre es más fácil…"

"Destruirlo todo." Azazel terminó su idea cuando se detuvo frente a ella.

"Si lo que quieres es mi ayuda, voy a ayudarte." Aclaró la Caída, ganándose una leve sonrisa por parte de Azazel.

"Eso es todo lo que quería escuchar." Aclaró el Cadre con satisfacción.

"Y como dije antes, cumpliré mi parte del trato y te daré lo que buscas." Azazel extendió la espada frente a ella, haciendo que Raynare lo mirara con mucha confusión.

"Poder."

Una mirada que se tornó aun más confundida tras escuchar esa palabra.

Por lo tanto, solo había una manera de reaccionar a semejante situación:

"¿Cómo dices?"