¡Saludos, queridos lectores!
Antes que nada deseo que hayan tenido unas lindas fiestas decembrinas, sea cual sea que festejen, y también les deseo un muy hermoso año nuevo. Que este 2024 sea mejor que el año anterior, y les agradezco mucho el apoyo que me han dado, especialmente a las personas que dan like, votan y especialmente las que se toman la molestia de dejar algún comentario, de verdad me animan a seguir escribiendo. Las historias para este 2024 seguirán. Un abrazo a todos n.n
Debido al año nuevo, no pude subir las historias del fin de mes, sin embargo, hoy me he dado el tiempo para hacerlo n.n
Originalmente, este capítulo correspondía al Día 20: Cumpleaños Karin/Tema libre del SasuKarin Month del 2023 y aunque un poco fuera de tiempo (primeros días del 2023), tenemos la actualización n.n
Sin hacer más larga la introducción, los dejo con la actualización de esta historia, la cuál, me alegra y me entristece decir que es el final de esta historia que espero siga siendo de su agrado n.n
Karin tomó al felino para mirarlo a los ojos y Sasuke, que seguía indignado con su mala experiencia y temeroso de no poder recuperar su forma, tenía el ceño fruncido.
Ella le sonrió y soltó una risita.
—Sasu, se parecen tanto… hasta le falta la manita izquierda.
—¿Y eso no te dice algo? —preguntó Sasuke enojado. Comenzaba a sentirse decepcionado de que ella ni siquiera lo sospechara, aunque también podía entender que si no le estuviese pasando a él, tampoco podría creerse que un humano se había transformado en un felino común y corriente.
—Tienes razón, quizá Sasuke se enoje si te llamo así —respondió Karin al oír al gato maullar— Pero es que veo tu rostro y no se me ocurre otro nombre.
—¡Soy Sasuke!
—Podemos llenar esa parte en otro momento —dijo el veterinario terminando de llenar la forma— Así podrás consultar el nombre con tu novio.
—¿N… novio? —preguntó Karin avergonzada y abrazó al felino pegándolo de nuevo a su pecho.
—¡Oh, lo siento! Por la forma en que hablabas de esa persona, pensé que querías ponerle el nombre de tu novio —dijo el veterinario entregándole una copia de la forma a la pelirroja y el folleto que le prometió.
—No, no tengo novio, es sólo un amigo que tiene una mirada muy parecida a este pequeño gatito —decía riendo nerviosa y miró con más detenimiento al felino— Y ahora que lo pienso, el color de su pelo también es igual al suyo, aunque sus ojos son de color diferente.
—¡Soy Sasuke! —el gato insistió— ¿Y no puedes darte cuenta que este imbécil te está coqueteando? —ella volvió a pegarlo a su pecho— ¡Karin!
—Anoté mi número personal en la hoja si tienes alguna otra duda, así que puedes llamarme fuera del horario de atención.
—Gracias, será útil. Es mi primera mascota… o algo así.
—Estaré a su disposición para ayudarla en cualquier momento.
—No te necesitamos —dijo Sasuke irritado por la sonrisa del veterinario.
—Muchas gracias. ¿Dónde puedo comprar la comida?
—En las tiendas de comestibles venden algunos productos, pero lo ideal sería comprar la comida que vendo en el consultorio o en las tiendas especializadas. Sirven para cuidar sus riñones —explicaba el veterinario— Es más cara, pero a largo plazo es mejor para cuidar su salud. Comprando costales grandes, rinde más, pero también puedes prepararle la comida tu misma.
—Olvida esos detalles, no voy a comer eso. Ya vámonos —Sasuke insistía.
—Pensaré en qué darle de comer, después de todo, no sé si me lo quedaré.
—¿Sabes? Creo que puedo darte algunas croquetas para él, si quieres —sonrió el veterinario, pero su sonrisa no era la de alguien que quiere ser amable, sino la de alguien que quiere verse atractivo.
—Dile que no —dijo Sasuke mirando con más recelo al hombre.
—¿En serio? ¿Y cuánto me costarían?
—Puedo dártelas a cambio de una cita.
—¡No! Karin, vámonos. Ni siquiera me las voy a comer —se revolvía en los brazos de la pelirroja y estaba listo para lanzar un zarpazo si ese hombre se acercaba.
—¿Una cita? —preguntó Karin confundida.
—Ella no va a aceptar —Sasuke insistió, y un siseo se le escapó.
—Creo que sigue rencoroso por lo del termómetro —comentó la pelirroja riendo.
—No tienes que decir que sí ahora. Te daré las croquetas y si al final dices que no, entonces sólo habré apostado y perdido doble —el veterinario sonrió divertido, se dió media vuelta y de un estante sacó una bolsa de croquetas que le ofreció a la pelirroja— Además, entenderé si ya estás interesada en alguien más, como en tu amigo que tiene parecido con este pequeño amigo peludo.
—No me toques ni te acerques a ella —dijo Sasuke siseándole de nuevo al veterinario cuando él intentó acariciarle la cabeza y aprovechó el momento para darle un zarpazo.
—¡No hagas eso! —Karin lo alejó del veterinario— Lo siento mucho.
—Está bien, como mencionaste, debe seguir enojado por lo del termómetro.
Sasuke intentó darle otro zarpazo por mencionar el termómetro, pero Karin ya lo había alejado lo suficiente y lo sostenía con suficiente fuerza como para evitar que dañara al hombre.
—¡Vendré a matarte si vuelves a mencionar eso o si te vuelves a acercar a nosotros! —exclamó Sasuke bastante enfadado, de modo que ante ojos de Karin y el veterinario, era la escena de un gato defendiendo su territorio.
—Lamento mucho las molestias —decía la pelirroja apenada.
—Está bien, sólo por favor, considera la propuesta.
—Claro, lo pensaré. Muchas gracias —ella le sonrió al veterinario y al poco salió del consultorio habiendo regresado al felino a la bolsa del mandado mientras sostenía la bolsa de croquetas en la otra mano.
—¿En serio piensas salir con ese imbécil? —preguntó Sasuke irritado.
—Tranquilo. No volveré a traerte al consultorio si no es necesario, así que más vale que te mantengas sano —comentó Karin al oírlo maullar— Aunque supongo que si encuentro a tu familia, no tendrás que preocuparte, salvo que tu familia sea de esta aldea.
Ella suspiró. No sabía cómo, ni por qué, pero se había encariñado muy rápido con ese gato, aunque quizá sólo era porque le recordaba a Sasuke.
Karin hizo algunas paradas más por la aldea, no sólo para conseguir algunos artículos para su nueva mascota y preguntar si alguien lo reconocía, sino también para comprar algunos otros objetos personales.
Sasuke, por su parte, se mantuvo tranquilo durante el trayecto, pues lo último que necesitaba era que ella lo abandonara ahí o se perdiera de ella, pues aunque sabría volver a la guarida, le llevaría mucho tiempo mientras no dominara el equilibrio de la cola.
Durante esa travesía, Sasuke se percató de algo de lo que desconocía completamente: había más de un tipo de esa aldea que coqueteaba con ella, y por algunos de los comentarios que le hacían, Sasuke podía darse cuenta que no era el primer intento que tenían por invitarla a salir, pero ¿cómo no iban a seguir intentando si ella parecía no darse cuenta de los coqueteos?
Ella nunca les daba un sí, pero tampoco un no, y actuaba más bien estúpidamente ingenua, y eso lo asqueaba casi tanto como el hecho de ver a esos tipos tratando de ligársela.
No conocía esa faceta suya y no le gustaba para nada.
—¿Sigues enojado por la forma en que esos hombres me hablaron? —preguntó Karin riendo después de oír al felino emitiendo una suerte de gruñido, uno que había estado dando cada vez que recibía un coqueteo— Vaya, así que resulta que eres un pequeño felino celoso.
—No estoy celoso —Sasuke resopló.
—Pero no tienes que estarlo. Me hago la tonta con ellos porque a veces me hacen descuentos —comentó la pelirroja riendo.
—No digas tonterías. No sólo fueron vendedores los que te coqueteaban.
—Ya sé lo que estás pensando, pequeño, pero no se trata sólo de los descuentos —Karin explicaba mientras caminaba por el bosque de regreso a Oto— Verás, esta aldea es la más cercana a Oto y fue muy difícil convencer a los aldeanos de que nos permitieran la entrada para conseguir las cosas básicas —soltó un gran suspiro— La aldea nos advirtió que si causábamos problemas, aunque fuera el más mínimo, nos betarían.
—¿Por qué yo no sabía nada de eso?
—No sé qué tipo de personas son esos hombres, pero si llegara a rechazar sus estúpidos coqueteos y alguno es un grandísimo imbécil, podrían ir a contar mentiras para betarnos —Karin siguió explicando— Al idiota de Suigetsu por poco le hacen algo como eso y tuvo suerte de que la mocosa fuera una mala mentirosa, así que lo mejor es fingir que no me doy cuenta.
—Sólo vayan a otra aldea.
—Ir a otra aldea no es precisamente la mejor opción, pues las demás que quedan cerca, no nos permiten el acceso por temor, y no los culpo. Sólo un idiota dejaría pasar a ex criminales a su casa, especialmente si ni siquiera nos conocen —comentó Karin— Sasuke tiene suerte de que su aldea le permita seguir yendo y viniendo, y aún así, llegar ahí es de más de un día de viaje, por eso no la contemplamos como opción. Lo mejor es mantener la paz con esta aldea hasta hallar otra alternativa.
¡Ah! Entonces era por eso que ella actuaba de esa forma tan estúpidamente ingenua. Eso sí podía creerlo de ella, pues sugería un movimiento astuto para mantener una ventaja, pero le parecía desagradable permitir que ella tuviese que hacer eso para conseguir las cosas básicas.
—Tendré que hablar con Kakashi sobre esto cuando recupere mi cuerpo —musitó el azabache pensativo. Él desconocía todo aquello.
—Creo que ya me estoy volviendo loca al narrarte cosas incomprensibles para un felino —Karin rió de repente— Pero es que maullas cuando hago pausas y se siente como si entendieras lo que te digo y me contestaras.
—No soy un gato.
—Supongo que a estas alturas, ya no puedo negar que me siento sola si estoy hablando con un gato.
—¿Sola? Pero…
—Esos idiotas me necesitan, incluído Sasuke. Ninguno sabe hacer una buena administración sin causar un desastre —Karin rió— Y aunque sé que no soy la mejor opción, también soy la más diplomática del grupo, así que me encargo de que no se metan en problemas.
—No tienes que quedarte por nosotros. Nos las arreglaríamos.
—No te sientas mal por mi, tampoco lo hago sólo por sacrificio por ellos. Son las consecuencias de ser una ex criminal. Difícilmente me aceptarían en otro lado.
—Quizá en Konoha te reciban si es lo que quieres —respondió Sasuke después de pensarlo.
La verdad, él no había pensado demasiado en si sus compañeros querían integrarse a una aldea, tampoco los había oído mencionarlo y parecían animados estando en Oto. Ahora, oyendo a Karin, se daba cuenta que quizá sólo estaban resignados a estar allí, y que si hubiese sido un poco más considerado, habría buscado la forma de ayudarlos.
No, aún no era tarde, así que cuando lograra recuperar su forma humana, sin duda iba a preguntarles a cada uno si estaban interesados y ayudarlos a conseguirlo si ese era su deseo. Especialmente para Karin, para que no se sintiera sola ni tuviera que estar hablando con animales fingiendo que le entienden… claro, él sí la entendía, pero él no era un gato.
Karin habló algunas cosas más en el camino, sobre ella y cosas que solía hacer, de modo que, aunque Sasuke la conocía, esas cosas que parecían insignificantes, decían mucho de ella, y esa plática que él había deseado con ella por la mañana, se estaba dando de cierta forma, aunque sin que ella pudiera entenderle.
Sasuke quedó tan pensativo en lo que estaba conociendo de Karin, que cuando llegaron a la guarida, por poco olvidaba que debía tomar cualquier oportunidad para poder conseguir el pedazo de gis para comunicarle a la pelirroja que estaba atrapado en ese cuerpo de gato.
Por desgracia, aún si lo hubiese recordado, Karin no lo bajó al piso sino hasta que estuvieron de nuevo dentro de la habitación donde ella había cerrado la puerta.
—Necesito ir a la cocina —decía Sasuke y Karin sólo oía al felino rondar la puerta mientras maullaba.
—Lo siento pequeño, pero debes quedarte dentro de mi habitación si no quieres que alguien de afuera te encuentre y te haga algo —comentó mientras arreglaba la caja de arena y la arena que le había comprado— Créeme que lo último que quiero es tener aquí tu caja, pero quién sabe qué te haría Orochimaru-sama o el idiota de Suigetsu si te ven por la guarida.
—No quiero quedarme en este cuerpo y tener que usar eso —dijo Sasuke indignado de tener que usar una caja de arena, y se sentía afortunado de que aún no hubiese tenido el llamado de la naturaleza.
—No vas a salir —Karin le dijo con firmeza— Voy a dormir un poco antes de volver al trabajo, así que puedes seguir llorando o venir a dormir conmigo —respondió la pelirroja— Tu decides.
Karin ni siquiera lo volteó a ver mientras se acostaba en la cama. Dio un bostezo y después de quitarse los lentes y dejarlos en la mesita de noche, se acurrucó.
Sasuke, al ver esto, comenzó a llamar a su compañera más fuerte esperando hartarla para que le abriera la puerta, pero enseguida supo que seguir maullando no servía de nada, cuando ella comenzó a roncar.
—Maldita sea, Karin. Sólo puedo contar contigo en esto —Sasuke resopló aunque entendía que ella había dormido muy poco, así que no le extrañaba que se quedara profundamente dormida
Si lo pensaba bien, él tampoco había dormido demasiado porque se levantó temprano para ir a hacer su misión, y si bien Karin lo había llevado cargando de ida y vuelta a la aldea vecina, no había descansado de todas esas emociones y el esfuerzo extra que representaba tratar de adaptarse a ese cuerpo.
Mientras Karin estuviese dormida, él no podría hacer mucho, así que decidió subir a la cama y dormir para reponer fuerzas para cuando intentara comunicarse de nuevo con la pelirroja.
Resignado, se acercó a la cama para tratar de saltar a esta y recostarse, pero tuvo que hacer varios intentos antes de conseguir subirse a ella.
Trató de acomodarse a los pies de la pelirroja, pero recordó aquellos días en que de adolescentes, después de haber perdido el miedo a la guarida, Karin daba muchas vueltas en la cama y si aún tenía esa mala costumbre, tarde o temprano iba a tirarlo de allí. No quería tener que saltar quién sabe cuántas veces para volver a subir.
Hizo varios intentos en varias partes de la cama manteniendo cierta distancia de la chica, pero al final, terminó acostándose en su cabeza sobre el cojín, para evitar cualquier tipo de peligros.
Aún si era diferente el dormir como humano que como gato, Sasuke pudo acomodarse haciéndose un ovillo pegado al cabello de Karin y se quedó dormido casi de inmediato. Sin embargo, en algún momento mientras dormía, sintió una inquietud que había olvidado.
Quiso ignorarlo y seguir durmiendo, pero entre más tiempo pasaba, más difícil era ignorar el llamado de la naturaleza.
—Maldita sea —dijo poniéndose de pie, y empezó a dar vueltas sobre la cama.
Sabía que la sensación no se iría sólo caminando, pero intentaba buscar una alternativa en el cuarto. Sin embargo, obviamente no la había y no pudo evitar echar un vistazo a la caja de arena.
¡No! No iba a usar esa porquería, primero intentaría usar el baño antes que tener que considerarlo, pero… no, no pudo, pues además de lo difícil que fue saltar al excusado, no pudo sostenerse en la orilla y terminó en el agua.
Empapado, Sasuke salió del excusado y por instinto, se sacudió para quitarse el exceso de agua.
Aún tenía muchas ganas de usar el sanitario y podía sentir que estaba a muy poco de perder el control de su vejiga.
No quería usarla, de verdad, la simple idea, aún si nadie lo veía, ya aplastaba su orgullo ya lastimado por el termómetro rectal, pero si debía hacerlo, prefería usar la caja que un lugar al azar.
Enojado, frustrado y resignado, Sasuke se dirigió a la caja de arena como si fuera un condenado caminando al patíbulo y lo dejó salir.
Una vez que terminó y enterró la evidencia más por vergüenza que por instinto, notó con molestia, no sólo que algo de arena se le pegaba en las patas al estar mojado, sino que podía usar la arena para tratar de escribirle un mensaje a su compañera.
Entusiasmado con la idea, comenzó a poner su plan en marcha, empezando por sacar la arena de la caja, pero cuando comenzaba a tratar de escribir algunas palabras, algo difícil con una sola pata cuyos dedos no servían para la tarea, Karin despertó.
—Menos mal que estás usando tu caja —comentó la pelirroja sin los lentes que no podía distinguir del todo la figura del felino— La verdad temía que te hicieras en la cama.
—Debo apresurarme para que vea el mensaje —pensaba Sasuke, pero en la habitación se oían maullidos. Estos maullidos llamaron la atención de la joven, quién decidió sentarse en la cama y ponerse los anteojos para tratar de ver qué tenía el felino.
—¡¿Qué estás haciendo?! —se levantó de la cama y se acercó al felino para quitarlo de allí— No se supone que saques la arena de allí.
—¡Mira al piso! —gritaba Sasuke que si bien no había podido hacer una oración, si había podido escribir una palabra. Si ella lo veía, podría darle la oportunidad de terminar de escribir el mensaje.
—¡Mira el desastre que has hecho! —exclamó Karin enojada— ¿Y por qué estás empapado?
—¡Baja la mirada! —Sasuke gritó más fuerte, pero como siempre, su compañera sólo podía oírlo maullar.
—Sabía que criar una mascota no iba a ser fácil, pero no pensé que tuviera que lidiar con esto si se supone que ya tenías un casa —Karin refunfuñaba mientras llevaba al felino hacia la cocina para buscar la escoba y el recogedor— Mira cómo quedaste, todo lleno de arena por todos lados. ¿Qué se supone que intentabas hacer al sacar la arena de la caja de esa forma?
—¡Decirte que soy Sasuke! —decía el varón más que irritado, y aunque maullaba y pataleaba por irse de los brazos de la pelirroja, no sacaba las garras aún si él mismo lo intentaba.
Uchiha hizo todo lo posible para librarse de Karin o al menos señalarle la palabra medio escrita que había podido hacer, pero ya fuera porque el ángulo dónde ella la vio, o quizá porque las líneas estaban algo chuecas porque esas patas no servían para hacer una buena alineación, no importó que ella mirara la arena en el suelo, no pareció notar la palabra y pasó la escoba.
Fue muy frustrante para Sasuke ver cómo en un segundo, la palabra que tanto tiempo y esfuerzo le había costado, se desvanecía sin poder hacer nada para evitarlo, pues aunque se había arrojado hacia la escoba con la esperanza de detenerla, ya de nada servía.
—Mira qué travieso eres. Primero te mojas y ensucias el suelo y ahora quieres jugar con la escoba.
—¡No estoy jugando! —exclamó el varón indignado, pero cuando vio la escoba seguir de un lado a otro, algo se apoderó de él, de modo que primero quedó hipnotizado por el ir y venir de la escoba y cuando menos se dió cuenta, saltó para tratar de atraparla.
—Te ves tan adorable —comentó Karin riendo— Es difícil estar enojada contigo.
—¡Maldita sea! ¡No quiero jugar! —exclamó enojado, pero eso que lo había obligado a saltar a la escoba, no le permitía soltarse de esta mientras se movía de un lado a otro.
—Aún así, mira todo este desorden, y tu quedaste hecho un desastre —lo recogió del piso para poder terminar de barrer sin que el felino interfiriera— Bueno, de todas formas ya pensaba darte un baño, pero esperaba hacerlo en la noche.
—Sólo dame algo con qué escribir y…
Sasuke quedó hipnotizado de nuevo por el vaivén de la escoba, e incluso luchó por bajarse de los brazos de la pelirroja para lanzarse al objeto olvidando por completo su objetivo. Sin embargo, pudo recuperar la razón cuando ella paró, pero estaba bastante aturdido por ello.
—Voy a bañarte y cambiarte la arena. Sé que a los gatos no les gusta el agua, así que si vuelves a hacer desastre, voy a volver a bañarte —Karin le advirtió bajándolo al piso— Y no sólo eso, voy a castigarte. No quiero que subas a mi cama con las patas llenas de arena sucia, así que te dejaré encerrado en el baño.
—No quiero pasar otro día con este cuerpo —dijo Sasuke malhumorado, pero su voz ya tenía un tono de resignación, pues aún si la arena era el material más accesible para tratar de dejar su mensaje, tendría que esperar a que Karin se durmiera para volverlo a intentar.
—Vamos a buscarte una toalla —Karin caminó a un archivero viejo que había adaptado como una cajonera dónde guardaba su ropa— No se me ocurrió comprarte una.
—Usa la mía —respondió el azabache, pero al ver el archivero, no pudo evitar echar un vistazo a toda la habitación.
Tomando en cuenta que un lugar tan lúgubre como una guarida de Orochimaru difícilmente podría ser acogedor, podría entenderse que no hubiesen muebles nuevos o que de verdad aludieran a un hogar y no a una prisión, pero podía notar que Karin hacía un esfuerzo extra por tratar de adaptar ciertas cosas como ese archivero viejo, para fingir que tenía una habitación acogedora.
Recordando las palabras de la pelirroja cuando iban de regreso a Oto, aquél intento por tener el lugar con algunos detalles hogareños, tenía más sentido.
—Supongo que esta servirá aunque esté un poco vieja —comentó la pelirroja extendiendo una toalla y sacándolo de sus pensamientos— Pero primero debo secarte con otra cosa de lo que sea que estés mojado.
La pelirroja caminó hasta un bote que seguramente contuvo algún tipo de químico en el pasado y rebuscó en él.
Sasuke la siguió con la mirada y cada vez que notaba ese tipo de detalles, se reprochaba de nuevo el no haber intuido que ella o el resto de sus compañeros podrían querer una vida normal.
—Karin…
—Usaré está blusa sucia para secarte y luego te bañaré —la pelirroja se acercó a él con una prenda que extendió sobre él para frotarla en su pelaje color azabache— Espero que no me des muchos problemas en el baño.
—Gracias —respondió Sasuke, porque cuando ella comenzó a secarlo, sintió frío a causa de lo mojado, así que se dejó hacer. Sin embargo, al poco de haberle frotado la prenda, de la blusa, salió una pantaleta.
—¡Ups! Debí envolverla en la blusa y apenas salió —comentó riendo la chica al ver su prenda interior, pero no le dio mayor importancia y siguió secando al felino.
El varón, por su lado, se puso tenso y nervioso, aunque quiso fingir que estaba bien, inconscientemente daba varios pasos sobre el mismo lugar.
—Guarda eso —comentó Sasuke.
—Estás muy inquieto. ¿Es porque dije que voy a bañarte? —comentó Karin al ver esos pasos que él daba— Si te portas bien, será un baño rápido, te lo prometo.
Cuando el varón no pudo soportar más sus propios nervios, echó a correr alejándose de las pantaletas.
—Debes ser más pudorosa con ese tipo de cosas —Sasuke reclamó.
—No seas cobarde. Sólo será un baño —respondió Karin, quién asumía que el felino estaba disgustado con la idea del baño— Voy a cambiarme para bañarte, así que hazte a la idea.
Que Karin se cambiara de nuevo frente a él, no ayudó a los nervios de Sasuke provocados por haber sido frotado por la pantaleta, y a pesar de volver a mirar a la pared para no ver la silueta desnuda de su compañera, su imaginación y recuerdos lo traicionaban.
No importaba lo mucho que él intentara desviar sus pensamientos por cualquier cosa: trabajo, familia, pendientes, planes, lo que fuera, la simple idea de saber que ella estaba cambiándose como si nada tan cerca de él, le regresaba a la mente la figura de la chica.
—Listo, Sasu —ella habló de repente, pues Sasuke no había oído los pasos de la chica acercarse. Antes de poder reaccionar, ella ya lo había levantado del piso y segundos después, ya estaban en el baño de la pelirroja.
—No quiero que me bañes, y menos con la imagen mental que tengo de ti —Sasuke intentaba escapar nervioso de los brazos de Karin, porque además de la imagen, no podía evitar pensar que para bañarlo, ella tendría que frotarle el cuerpo con las manos.
—Vamos, sólo es un baño. Además, tu te lo buscaste por ensuciarte —a la pelirroja, que tenía más fuerza que él, no le costaba trabajo sostenerlo, especialmente porque Sasuke seguía sin sacar las garras aún si de verdad quería irse.
La joven cerró la puerta del baño y no fue sino hasta ese momento que dejó al felino en el piso, después, procedió a llenar la tina con agua caliente.
—Vas a sentirte muy avergonzada cuando sepas que soy yo a quién estás bañando —decía Sasuke mientras miraba la puerta caminando de un lado a otro. Sin embargo, la fémina sólo oía maullidos.
—De acuerdo, admito que me haces sentir mal llorando de esa forma, pero soy subordinada de Orochimaru-sama, así que sé cómo hacerme de la vista gorda para hacer lo que tengo que hacer —advirtió Karin— Puedes llorar todo lo que quieras, pero igualmente voy a bañarte, y también estoy preparada para los rasguños. Tus pequeñas garras no son nada comparado con las mordidas de mi piel.
Sasuke iba a replicar sobre que ella pensara que él estaba llorando, cuando en realidad, sólo estaba pensado, y por alguna razón, no importaba si intentaba hablar o pensaba, maullaba. Era como si no pudiera pensar en privado, pero al menos nadie entendía lo que decía. Empero, cuando ella habló de las mordidas en su piel, no pude evitar encogerse en su lugar.
Él sabía la historia sobre esas cicatrices, y de hecho, era por ese motivo que él nunca la hizo usar esa habilidad con él de no ser en una emergencia, de lo contrario, él prefería recuperarse por su cuenta. Sin embargo, al mencionarlas, también recordaba haberla traicionado durante la Cuarta Guerra Ninja y la cicatriz que le dejó en el pecho.
—Que puedas tolerar el dolor, no significa que debas permitir que tu piel se siga lacerando —comentó Sasuke avergonzado del recuerdo y entendiendo cierta situación— Por eso no puedo sacar las garras para soltarme de ti.
—Pórtate bien. Si te dejas bañar, terminaremos más rápido —Karin volvió a levantarlo del suelo después de haber moderado el agua para que quedara tibia— Además, te sentirás más fresco cuando acabemos.
Uchiha ya no pudo pelear, pues además de que había olvidado el motivo por el que se había avergonzado inicialmente, la culpa no le permitía ponerle las cosas difíciles a la pelirroja.
—Supongo que puedo intentar decirte que soy yo, después del baño —se dijo a sí mismo, olvidando también por qué a él le preocupaba que ella lo bañara.
Cuando Karin lo sintió menos tenso, comenzó a acariciarle la cabeza.
—Buen chico. Te meteré al agua poco a poco.
—Hazlo rápido. Quiero poder volver a mi cuerpo lo antes posible —respondió Sasuke— Y deja de acariciarme la cabeza. No soy un gato, así que… ¡Ah! ¡Alto! ¿Qué es ese sonido? —le parecía familiar, pero no lograba recordar dónde lo había oído— Suena muy relajante y… Un momento… soy yo.
Karin había pasado de acariciar su cabeza a rascar su barbilla, y sin darse cuenta, estaba disfrutando el gesto de tal manera que había empezado a ronronear. Al mismo tiempo, se restregaba en las manos de su compañera.
—¡Al fin te oigo ronronear! Los gatos no pueden resistirse a que les rasquen la barbilla. ¿Verdad? —comentaba Karin divertida mientras seguía repitiendo su acción, y aún cuando Sasuke intentaba resistirse, era la misma sensación instintiva que tuvo cuando vio la escoba ir y venir.
—¡Maldita sea, se siente bien! ¡Karin suéltame! —decía Sasuke, pero seguía ronroneando, y si ella quitaba la mano, él se restregaba en ella para pedir por más.
—Ya es suficiente. Tenemos que bañarte —Karin finalmente dejó de acariciarlo y él se restregó en ella— Después seguimos con los mimos.
—Quiero un poco más —decía Sasuke y al oír su maullido, se sintió enfadado de su propia petición.
—¿Quién diría que podrías ser tan mimoso? —preguntó Karin sonriendo, pero no sé detuvo a bajar al felino en la tina.
Sasuke, por su parte, se dejó bajar, pero cuando sintió cerca el agua comenzó a sentirse incómodo y al tocarla, quiso dar un salto fuera de ella.
—No me gusta.
—Coopera y todo será más rápido —Karin lo sujetó fuerte y aunque él peleó, terminó dentro del agua.
—¡Maldición! ¡No odio el agua! —se repetía a sí mismo, pero de nuevo, esa sensación que lo obligaba a actuar conforme a los instintos de un gato, le impedían sentirse tranquilo en el agua— ¡Odio este maldito cuerpo y sus instintos!
—Tranquilo mi amor. No pasa nada —habló Karin comenzando a acariciarlo y Sasuke tuvo una sensación muy extraña. Es decir, primero que nada, temblaba dentro de la tina, pero ya no pataleaba al sentir las caricias, y, además, estaba bastante avergonzado de que ella lo llamara "mi amor" con ese tono y esa mirada tan cariñosos— Me apresuraré y saldrás de allí en un santiamén.
La pelirroja se apresuró a bañarlo, y mientras lo hacía, ella le hablaba de cosas al azar que en otro momento al azabache le importarían poco o nada, pero que en ese momento escuchaba atentamente porque su voz lo ayudaba a sentirse más o menos tranquilo en el agua.
Aprendió de ella cosas que le gustaban, cosas que no le gustaban, pero sobre todo, ella le habló de cuánto le gustaba él, como humano, y por qué se había enamorado de él.
Sí, su compañera de cierta forma se le había declarado sin darse cuenta, y quizá, si ese estúpido instinto felino no lo tuviese tan alterado, podría tener la mente más clara sobre arreglar sus propios pensamientos y sentimientos sobre lo que ella le estaba diciendo.
—Esto es vergonzoso —pensó sonrojado y temblando.
—Cuando lo conozcas, quizá te parecerá frío, pero es más bien que no le gusta ser expresivo. ¿Y sabes lo que pasa con ese tipo de personas? —preguntó Karin al felino mientras terminaba de ponerle el jabón— Sí, son los que más emociones tienen y también cuyos sentimientos pueden ser mucho más grandes que los de otros porque se lo guardan todo.
—Yo no…
—Tu me recuerdas a él, pero aunque te has portado un poco huraño, ya te has mostrado cariñoso conmigo —ella sonrió— ¿Crees que alguna vez Sasuke pueda mostrarme un poco de cariño como tú lo has hecho?
—No es mi fuerte, pero podría intentar hacer algo —respondió Sasuke avergonzado.
—Sé que me tiene algún tipo de afecto. Quizá sólo por compañerismo y lo demuestra en sus acciones, pero me refiero a que si alguna vez él podría sentir algo parecido a lo que siento por él —dijo Karin en voz alta mientras frotaba el pelaje del felino para quitarle el jabón. Al pensar en ello, quedó distraída— Supongo que tal vez ni siquiera tengo alguna esperanza. ¿Verdad? después de tantos años de conocernos, si tuviese alguna intención romántica conmigo, ya se habría notado.
—¡Sácame de aquí! —maulló Sasuke, pues Karin, al distraerse, lo había dejado metido en el agua, algo que el azabache no soportaba.
—Lo siento, mi amor. Ya casi acabamos —la pelirroja destapó la tina para que el agua se fuera, mientras buscaba la toalla con la que secaría al felino.
Conforme el nivel del agua bajaba, aún si sólo le cubría hasta la mitad de las patas, relajaba a Sauke, por lo que pudo pensar más detenidamente en lo que le había oído decir a su compañera.
—Supongo que también me gustas o no tendría el deseo de convivir un poco más contigo —Sasuke pensó desviando la mirada— Y lo sé porque no me habría enfadado viendo a todos esos idiotas coqueteándote de esa forma.
—Ven aquí, vamos a secarte —dijo Karin tomando al felino con la toalla— ¿Qué es ese gesto? Pareces avergonzado.
Ella sonrió y él se sonrojó.
—No digas tonterías —protestó Sasuke más avergonzado.
—¡Qué tierno! Me pregunto… ¿Ah? —Karin cambió su expresión, pero lo seguía mirando.
—¿Qué pasa? —preguntó Sasuke, pero de nuevo sólo se oía un maullido.
—¿Estás pesando más? —preguntó Karin, y casi enseguida ella pegó al felino a su pecho para poder sostener el peso extra— ¿Qué carajos está…?
—¿Qué ocurre? —Sasuke cuestionó, pero a diferencia de cuando se convirtió, en un abrir y cerrar de ojos recuperó su forma original, quedando encima de Karin completamente desnudo. Eso sin mencionar que había terminado con la cara entres sus senos al no poder meter ambas manos para sostenerse.
—¡Ah! —gritó Karin por el impacto, pero conforme la transformación ocurría, había podido percibir el chakra de Sasuke y su cara se puso tan roja como su cabello.
—No hagas tanto escándalo —pidió Sasuke cuando pudo sacar la cara del pecho de su compañera, aunque él estaba del mismo color que ella desviando la mirada.
—¡¿Qué haces aquí?! —preguntó Karin aún gritando y muy confundida— ¡¿Cómo es que te convertiste en gato?!
—Tranquilízate y te explicaré todo —pidió Sasuke tratando de calmarse, pues seguía nervioso. Por otro lado, no sabía cómo es que había tenido tal transformación.
—¡Estás desnudo y mojado encima de mí! —gritó para luego darse cuenta de la situación— ¡Estás desnudo y mojado encima de mi!
—Te oí la primera vez —replicó Sasuke aún más abochornado y notando que la pelirroja parecía un poco menos alterada.
—Yo estoy muy cómoda —Karin le sonrió abrazándolo, pero enseguida recordó todo aquello que le había dicho al felino y se cubrió la cara con las manos— ¡¿Por qué no me dijiste que eras tú?!
—Era lo que intentaba decirte —Sasuke respondió poniéndose de pie y buscando con qué cubrirse.
Karin abrió los dedos para mirar una vez más el cuerpo desnudo del chico, pero en cuanto notó que él dirigió su mirada a ella, cerró los dedos.
—¿Y cómo voy a entenderte con maullidos?
—Eso ya no importa, necesito que me revises para saber qué me pasó y asegurarnos que no vuelva a pasar.
—No, no quiero verte en mil años —respondió la pelirroja recordando todo lo que le dijo pensando que estaba hablando con un felino normal.
—Sólo olvídalo y revísame —él trataba de verse tranquilo, pero no podía ignorarlo del todo.
—¿Tan poco te importo como para olvidar con facilidad lo que dije? —preguntó aún con la cara cubierta por sus manos, y su voz sonaba temblorosa.
No era difícil entender que ella estaba dolida por sus palabras aunque intentara esconderlo cubriéndose la cara, y él no había tenido la intención de lastimarla, era sólo que pensó que ya que ella estaba avergonzada por lo que dijo, sería más sencillo para ella fingir que no había pasado.
—No quise decir eso, pero podemos fingir que no dijiste nada hasta después de investigar esto —Sasuke se apresuró a decir— Podemos hablar de todo eso cuando acabemos… o quizá cuando estés lista para hablarlo. Esperaré.
—Dime aunque sea algo sobre lo que dije —pidió ella casi en reclamo— No podré trabajar con eso rondándome la cabeza.
Karin seguía con la cara tapada por sus manos y Sasuke sabía que eso era principalmente por su vergüenza y no precisamente porque él estuviese únicamente con una toalla alrededor de la cintura. Sin embargo, lo que más lo confundía, era que al principio quería huir y ahora le exigía saber su opinión.
Si fuera elección de él, preferiría resolver el asunto de haberse convertido en gato de la nada primero, y después ese asunto, especialmente porque necesitaba tiempo para organizar sus sentimientos y pensamientos, pero como él no la había visto así de avergonzada antes, ni siquiera cuando era una niña frágil, optó por darle prioridad a ello.
—Me gustaría pasar tiempo contigo —declaró tras arreglarse la voz, y al no recibir respuesta, continuó hablando aún sonrojado— A solas… no precisamente en la guarida.
—¿Enserio? —abrió los dedos para mirar su rostro, pues aún cuando podía saber que él hablaba sinceramente por su chakra, quería una confirmación.
—Sí, aunque primero debo asegurarme que no voy a volver a convertirme en gato, pero para eso necesito de tu ayuda.
—Eres un tramposo —dijo Karin sonrojada.
—De verdad necesito tu ayuda —le extendió la mano para ayudarla a levantarse del piso, y ella al principio dudó porque aún se sentía avergonzada por haber dicho cosas sobre Sasuke frente a él, sin saberlo, pero verlo únicamente con la toalla, la motivó a aceptar la ayuda.
—Si sólo dijiste lo que dijiste para convencerme de ayudarte, voy a molestarte hasta que me des una respuesta —Karin lo amenazó, pues aunque podía percibir cuando alguien mentía, temía que tarde o temprano alguien encontrara la forma de evadir su radar, y sentía que Sasuke, que la conocía tanto y siendo tan analítico, tenía altas probabilidades de lograrlo.
—Estoy seguro que sí —respondió el azabache.
La pelirroja hizo un mohín, porque una parte de ella sentía como que aquello era una fantasía, es decir, había visto a un gato convertirse en Sasuke y después él decía querer tener algo así como una cita con ella. Ella ya se estaba preguntando si no estaba soñando, y si era así, quería seguir mirando… o cambiar la clasificación del sueño.
—Vamos al laboratorio.
—Iré a vestirme primero.
—Mejor quédate así. Tengo que analizar todo tu cuerpo para la investigación —sugirió Karin complacida con la idea, pues no estaba diciendo mentiras y podría seguir mirando— Anda, ve, yo te alcanzo —la pelirroja comenzó a empujar al azabache para que fuera por delante— Debo secarme porque me has dejado mojada… hablo del agua.
Sasuke se sonrojó con aquél comentario al entender lo que había pasado por la mente de la pelirroja, pero no dijo nada y obedeció la instrucción.
Karin lo alcanzó al poco, y lo hizo acostarse en una de las mesas de revisión en lo que ella abría y cerraba cajones buscando algunas de las herramientas.
—Cuéntame qué pasó exactamente —pidió la pelirroja mientras seguía abriendo y cerrando cajones y gavetas.
—Iba camino a mi misión y de repente fui encogiéndome hasta que me di cuenta que me había convertido en gato.
—¿No percibiste algo extraño antes de que pasara? ¿Algún olor, flujo de chakra, una sensación en el aire, o quizá hayas comido algo?
—Sólo comí lo que me diste en el desayuno.
—Yo comí lo mismo que tú y no me ha pasado nada. ¿Algo más?
—No…
—¡Ven, gatito, gatito! —los gritos de Suigetsu se oyeron antes de que irrumpiera en el laboratorio y al entrar y ver a Sasuke con sólo una toalla cubriéndole lo esencial, se acercó a la pelirroja— ¡¿Qué carajo le hiciste a Sasuke?!
—¡Yo no le he hecho nada! —se defendió Karin enfadada.
—¡¿Entonces por qué lo tienes aquí casi desnudo?! ¡Pervertida!
—¡Largo de aquí! —ordenó Sasuke irritado.
—¡Ya te ha manipulado! —exclamó Suigetsu horrorizado.
—¿Qué pasa? ¿Ya encontraste a Sasuke? —Juugo entró al laboratorio al escuchar el alboroto— Estás bien, pensamos que te habías transformado en gato.
—¿Sabían que Sasuke se había transformado en gato? —preguntó Karin confundida.
—¿Cómo saben eso? —preguntó Sasuke insistente, pues ellos no lo habían reconocido cuando se los encontró teniendo forma de felino.
—Casualidad —respondió el albino encogiéndose de hombros y caminando hacia la salida.
—Regresa —Juugo lo haló de la ropa para regresarlo frente al azabache— Dile.
Suigetsu iba a hacer un intento más por huir, pero Juugo, activando la maldición, lentamente le hizo entender que no lo dejaría ir hasta que hablara.
—Bien, de acuerdo, se lo diré —dijo resignado— Ayer encontré unos brebajes muy peculiares en las cosas de Orochimaru, pero me pareció divertido poner un poco en el desayuno que estaba preparando Karin en la mañana —decía tratando de hacerlo parecer como si no fuese grave— Lo puse en tu comida para que pensaras que la bruja lo había hecho.
—¡¿Tu fuiste quien convirtió a Sasuke en gato?! —exclamó Karin enojada y Sasuke no parecía menos molesto.
—Sólo fue una bromita.
—Los encontré cuando iban de salida de la guarida. ¿Por qué no me ayudaste si sabías que era un gato? —Sasuke le recriminó enfadado.
—Olvidó que lo había hecho hasta hace un par de horas y volvimos para encontrarte —explicó Juugo— Tuvo que explicarme lo que hizo para convencerme de abandonar la misión.
—Sólo fue una pequeña broma. Nadie salió lastimado y Sasuke regresó a la normalidad. Volvamos a nuestra misión —dijo el albino caminando a la salida, pero mientras Juugo dió un paso atrás, Sasuke y Karin tenían mucho que reclamar.
Aún sabiendo que Suigetsu había sido el culpable, Karin tuvo que analizar el brebaje y el cuerpo de Sasuke para asegurarse que todo iba bien, aún cuando Orochimaru les había asegurado que parte de la razón por la que había descartado ese cambio de forma, era porque una vez que se deshechaba hasta la última gota del brebaje del cuerpo, se recuperaba la forma original. Además, a veces quedaban pequeñas secuelas del instinto del animal.
Cuando se aseguraron de que todo estaba bien, Karin no sabía cómo introducir aquello que Sasuke le debía. Además, por orgullo, preferiría que él lo hiciera, pero temía que simplemente actuara como si nada hubiese pasado.
De cualquier manera, al final ella optó por no decir nada, porque ya le había hecho una advertencia y si él no podía dar un primer paso, entonces quería decir que no estaba interesado.
Pasaron dos días sin que Sasuke dijera nada, y que tanto él como Juugo y Suigetsu, tuvieran que reprogramar sus misiones por culpa del incidente felino.
Coincidentemente, los tres salieron de la guarida el mismo día y a la misma hora, pero a diferencia de la última vez, Karin no se presentó a despedir a Sasuke como acostumbraba.
—¿Y Karin? —preguntó Suigetsu confundido mientras caminaban a la salida— ¿Estará afuera?
—Ella también saldrá de misión, así que debe estar preparándose —comentó Juugo.
—¿Qué misión tiene? —preguntó Sasuke curioso, pues aún si fuera el caso, Karin no solía faltar para despedirse de él.
—Irá a recoger algunos documentos de la guarida del sur para Orochimaru.
—¡Eso tiene más sentido! La guarida del sur está más o menos en la misma dirección. Seguro asalta a Sasuke en cualquier momento —murmuró Suigetsu para luego acercarse al azabache— Podríamos acompañarte parte del camino para evitar que ella te haga algo. Te daremos ventaja.
Juugo y Suigetsu pararon afuera de la guarida cuando vieron a Sasuke hacerlo.
—¿En qué momento se irá? —Sasuke se dirigió a Juugo.
—No lo sé. Ella…
—¿Aún están aquí? Pensé que tenían prisa —Karin salió de la guarida con una bolsa en su hombro— Nos vemos en unos días, chicos. Adiós.
—Karin, espera —Sasuke la detuvo tomándola suavemente del hombro, pero con premura, llamando la atención de la aludida y los varones.
—¿Qué ocurre? —preguntó ella con tranquilidad aún cuando por dentro estaba confundida por la reacción del azabache.
Sasuke la soltó y se arregló la voz.
—Me gustaría salir contigo al pueblo a comer algo cuando volvamos.
—¡¿Qué?! —gritó Suigetsu, y también había cierta sorpresa en el rostro de Juugo. Dicho esto, Karin estaba todavía más confundida— Esto es por los efectos de convertirse en gato, ¿verdad?
El albino señaló, pues Sasuke si había dos o tres reacciones bastante felinas en los últimos dos días.
—¿Necesitas algo del pueblo? —preguntó Karin incrédula e ignorando la sugerencia de su compañero.
—No. Sólo quiero pasar un tiempo contigo.
—¡¿Qué?! —Suigetsu gritó aún más fuerte.
—¿Enserio? —preguntó Karin aún incrédula, pero comenzaba a verse emocionada.
—Te lo dije ese día. Quiero pasar tiempo contigo —respondió esbozando una sutil sonrisa, muy parecida a la que le ofreció cuando se conocieron— ¿Qué dices?
—¡Sí! —exclamó ella emocionada, le dió un beso en la mejilla y comenzó a correr en dirección al sur.
El gesto hizo sonrojar al azabache, que ocultó su rostro del resto de sus compañeros para que no lo notaran.
—¡¿Qué carajos acaba de pasar aquí?! —preguntó Suigetsu parándose frente a Sasuke— ¿Acaso convertirte en gato te mató las neuronas? Porque no creo que un gato ande pidiendo citas —replicó para luego mirar por dónde Karin se había ido emocionada— ¿Y por qué carajos ella se fue corriendo? ¿No sé suponía que ese era su deseo?
—Entre más pronto volvamos, más rápido saldremos —respondió Sasuke, y manteniendo la sonrisa, se apresuró a cumplir con su misión.
Por mucho tiempo había pensado en pasar tiempo con ella, y técnicamente lo hizo convertido en gato, pero ahora tenían acordada una cita y él también quería que eso ocurriera pronto. Por supuesto, su plan de buscar algunos acuerdos para sus compañeros lejos de ese ambiente también seguía en pie, y esperaba que eso no mermara la cercanía que podría conseguir con la pelirroja en aquella cita.
Hablando de la cita, aún debía pensar qué harían en ese tiempo, pero de algo estaba seguro, quería que la salida fuera en el pueblo para que todos esos hombres que habían intentado ligarla, los vieran juntos, especialmente frente a ese estúpido veterinario al que alguna vez le haría pagar el asunto del termómetro.
No iba a posponer más ese tiempo para conocerse más a fondo y ver qué podía surgir. No quería perder su oportunidad y dejar que alguien más se le adelantara.
FIN
¿Les ha gustado la historia? ¿Esperaban que fuese Suigetsu quién convirtió a Sasuke en gato? ¿Tenían en mente otra teoría?
Me encantará leer su opinión y teorías sobre la historia en los comentarios n.n
Lamento mucho que haya tardado mucho en darle final a esta historia, especialmente porque sólo fueron dos capítulos, pero como la carga de trabajo en mi trabajo era mucha, me era complicado llevar todas las historias, especialmente porque tengo muchas historias pendientes. Además, hace un mes ya había terminado el capítulo, pero no quedé satisfecha con el final, y necesité más tiempo para hacer la revisión y corrección.
A pesar del tiempo que tardé en subir el final, espero que la historia haya sido de su agrado, y a pesar de tener sólo dos capítulos, espero que les haya sacado una risa.
En cuanto al resto de las historias que llevan un tiempo sin actualizarse, conforme vaya terminando historias, las iré terminando, por lo que no habrá historias nuevas por lo menos hasta el próximo SasuKarin Month n.n Si hay alguna historia de las que están detenidas o incluso las que sigo actualizando, pero tardo en subir nuevo capítulo, dejen algún comentario en ella y tomaré en cuenta para darle prioridad en las próximas actualizaciones n.n
Una vez más, espero que el capítulo, y sobre todo la historia, les haya gustado, y así como el mes pasado, les dejaré aquí la lista de los fics que estaré actualizando el día de hoy:
*Apuesta XL
*Placeres compartidos
*Del amor al odio
*Inexperiencia
*La maldición de los Uchiha
*Un día como gato (Final)
De nuevo, deseo que tengan un grandioso año, y aunque mi carga de trabajo sigue igual, quiero anunciarles que este mes intentaré actualizar cada quince días para no hacerlos esperar demasiado. Probaré cómo va mi avance, y de ahí evaluaré si puedo hacer las actualizaciones en ese tiempo, de lo contrario, volveré a las actualizaciones mensuales.
Lamento mucho que no pueda hacerlo más seguido, pero haré lo mejor que pueda para que las esperas, valgan la pena n.n
Sin más por el momento, me despido n.n
¡Hasta la próxima actualización!
