Strike uno.
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RinMakoto. Un buen momento para que las parejas se relajaran y más cuando se trataba de un día en el lago y sí, estamos llegando al final del campamento.
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El Redentor 777. A veces Raito es así, pero es que es de esos que es mejor que los dejes en paz sino te caerá maldición y de ahí, solo quedan pocos capítulos del campamento, terminará en el capitulo 19.
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Sin más, comencemos…
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Los chicos pasaron un buen día de relajación en el que pudieron pasarla bien entre ellos, aparte de que las parejas no podían faltar ya que cada quien convivió entre sí.
Un nuevo día llegaba al campamento, por lo que significaba que otro entrenamiento les llegaría a las chicas las cuales debían estar al tanto de que debían hacer ya que últimamente Fujii había estado bastante exigente.
Los chicos solo dormían tranquilos, hasta que de la nada, estos se fueron despertando uno a uno, aunque no de la forma más linda que digamos.
- ¿Q-Que? – Ángel fue el primero en levantarse y notó que no se podía mover por alguna razón, mejor dicho, sus manos no podían moverse hacia su rostro.
- ¿Qué pasa? – ahora fue Jiro mirando que estaba en el mismo estado que el nipo-hondureño.
- ¿Alguien me puede explicar porque estoy atado de pies y manos? – dijo Kenji y de ahí solo miró al resto del grupo el cual estaba del mismo modo.
- ¿Por qué estamos así? – preguntó Rentaro mientras los demás despertaban poco a poco y se daban cuenta de la situación.
- ¡¿Qué mierda ocurre?! – gritó Raito mientras veía como él y los demás futbolistas estaban amarrados en unos árboles, cosa que no entendía.
- No entiendo que pasa, pero se me hace que llevamos aquí un buen rato – dijo Álvaro a un lado.
- ¿Por qué estamos aquí? – preguntaron Ran y Ren al mismo tiempo.
- Estamos todos, pero siento que alguien no está presente – analizaba Seiya.
- No me digas que… - el peli rojizo los miró a todos de reojo y se dio cuenta de que solo faltaba el mexicano en el lugar.
- ¿Y Efraín?
- ¡Oigan, ¿Qué demonios está pasando?!
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En el campamento…
Las chicas recién se habían levantado y aunque Yomi fue la que quería ver a su chico, esta notó que no había nadie en el sitio en el que dormía, lo mismo que los demás los cuales no se encontraban.
- ¿Y Kenji-kun? ¿Y los demás?
- ¿Qué pasó Yomi-chan? – preguntó Tamaki llegando con su mejor amiga.
- No están los chicos Tama-chan.
- ¿Qué cosa? – la peli negra se acercó a las cabañas y luego de revisar un poco, realmente notó que hacían falta los chicos.
- Que extraño ¿no?
- ¡Chicas, reúnanse que vamos a asignar el siguiente entrenamiento! – dijo Fujii levantando a las demás chicas para comenzar el día.
- ¡Fujii-Sensei! – Tamaki y Yomi llegaron con la maestra la cual estaba esperando a las demás del club.
- Veo que ya están listas Takeda-san, Yamazaki-san.
- Hay algo importante que decirle Sensei.
- Luego me lo dices Takeda-san, hay que esperar a las demás.
- P-Pero es que…
- Dije, que hay que esperar a las demás ¿entendido? – la mirada que le dedicó a las dos chicas las dejó un poco heladas y supieron que era mejor no provocar a su maestra.
Un minuto después, las demás integrantes del club de béisbol de Shin Koshigaya estaba frente a Fujii, aunque también se encontraba Efraín con ella.
- ¿Vázquez-kun?
- Chicas, por lo que veo solo Takeda-san y Yamazaki-san se dieron cuenta de algo, pero por el momento explicaré lo que haremos hoy.
- ¿De qué habla? – preguntó Risa a las dos de primer año las cuales solo se miraban algo preocupadas.
- Bueno, resulta que los chicos no se encuentran en el campamento, ya que ellos han sido llevados a una zona del bosque en el que las estarán esperando.
- ¿Qué cosa? – las demás solo se quedaron viendo entre sí.
- Por eso, su entrenamiento de este día, será buscar entre el bosque a los chicos los cuales se encuentran allá.
- ¿Buscar a los chicos? Pero eso es peligroso – decía Nozomi.
- No se preocupen, lo más que pueden atacar a los chicos son las arañas que habitan allí – decía la maestra causando que las chicas se pusieran un poco nerviosas por las malas experiencias vividas con los arácnidos.
- Arañas.
- Los chicos están bien por el momento, así que ellos estarán esperando a que vayan a rescatarlos – reía Efraín.
- Bueno, si Vázquez-kun lo dice, es que debe ser verdad.
- Aun así, vamos por los chicos.
- Como saben, la prueba de valor del otro día en el que fueron con ellos les dio a entender que siempre deben tener un compañero en quien apoyarse, sin embargo, esta vez hay que mostrar el valor individual – explicaba la maestra – por eso, esta vez cada una irá en busca de los chicos para mostrar como son su valentía.
- Creo que eso no tiene sentido – dijo Ibuki a un lado de su gemela.
- Dejando eso a un lado, quiero que vayan en equipo a buscar a los chicos, ellos deben estar esperándolos.
- ¿Por qué siento que vamos a morir? – dijo Ryo a un lado junto con Sumire.
- No hay tiempo que perder, así que vayan.
- ¡Bien! – con eso, las chicas no perdieron tiempo y aunque estaban asustadas porque debían convivir de nuevo con los insectos que tanto les habían echado, aun así, si debían superar esta prueba, debían ser fuertes.
- ¿Estarán bien?
- No te preocupes, esas chicas pueden superar lo que sea con voluntad.
- Eso esperemos – Efraín y Kyoka solo seguían viendo al equipo irse hacia el bosque en busca de los chicos.
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- ¡Efraín, como seas obra de esto juro que arrancó una vara de estas y te la meto por el cu…!
- Raito, no digas esas palabras.
- Kenji, tal vez no te des cuenta, pero estamos atados a un maldito árbol, no sé tú, pero yo estoy incómodo y con mucha hambre y sed.
- Igual yo, me dan ganas de comerme este árbol a mordisco – decía Rentaro.
- Pero eso es normal en ti amigo, aunque aguantar el hambre te ayudará a bajar unos kilitos de peso.
- ¡No estoy gordo!
- Solo queda esperar a que vengan a salvarnos – dijo el castaño de ojos morados.
- A Kenji es más que obvio que Takeda-san vendrá por él, con Ángel también vendrá Okada-san.
- Puede ser que Rei ya me esté buscando.
- A Raito, o es su prima o es Oomura-san.
- ¿Por qué la mencionas?
- Amigo, por favor, admite que, aunque la rechaces, ella te estima muchísimo – decía Jiro – los sentimientos por una persona no se van tan fácilmente.
- Puede que tengas razón, pero, aun así, no es argumento para que acepte a Oomura-san, es mi palabra y punto.
- Que mal por ella.
- Por cierto, he notado que las gemelas están muy pegadas a ustedes – Ren miró a Jiro y Rentaro los cuales se miraron un poco.
- Ahora que lo dices es cierto – el peli limón habló – aunque si me lo preguntas, si me decidiera por una sería, por alguna razón, Yoshino-san.
- Oye, estaba pensando lo mismo, pero con Ibuki-san – ahora fue el peli chocolate.
- No tenemos remedio – reía Kenji – conocemos un club de béisbol femenino y sin más, ya empezamos a convivir mucho y mira que agarré pareja en poco tiempo, como es el destino de curioso.
- Solo espero que ya vengan esas chicas de una vez – decía molesto Raito – al menos sé que Tamaki sabrá donde estoy.
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Con las chicas…
- ¿A dónde se encontrará Raito? – decía la cátcher del equipo mientras trataba de localizar a su primo.
- ¿Dónde estás Kenji-kun? – ahora Yomi era la que miraba entre todos lados y sin rastros de su amado peli azul.
- Dios, entrar aquí de nuevo me da mala espina – decía Sumire al lado de su mejor amiga.
- Ojalá que no haya otro arácnido porque juro que lo voy a aplastar – Rei miraba hacia todos lados al igual que Risa la cual estaba alerta por si algo se les acercaba.
- T-Tengo miedo – exclamaba Shiragiku yendo detrás de la joven Yamazaki.
- Veamos, ellos deben estar cerca, no sé porque, pero lo siento – decía Yomi mientras seguía adelante.
- Yomi, hace poco tenías miedo por las arañas y ahora tomas valor de la nada.
- Es que, sé que las arañas pueden ser molestas, pero de igual forma si tengo a Kenji-kun cerca, podré superar cualquier miedo sin importar lo que suceda.
- Vaya que has cambiado bastante desde que conociste a Takamura-kun ¿no es así Yomi?
- U-Un poco.
- Realmente pensé que Yomi-chan moriría virgen y solo con objetos de béisbol alrededor – reía Tamaki poniendo roja a la castaña.
- ¡Tama-chan!
- Pero dejemos eso a un lado y es que quiero decirles algo – decía Sumire.
- ¿Y que sería?
- ¡Que allá vienen las arañas! – gritó la chica y sin más, todas miraron hacia donde decía Sumire y efectivamente, se miraba a una pequeña cantidad de tarántulas ir hacia las jóvenes.
- ¡Corran!
- ¡Patitas para que las quiero! - con eso, el grupo entero salió corriendo mientras gritaban por el miedo.
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- ¿Escucharon eso? – preguntó Ángel a los demás.
- Parece que las chicas ya vienen por nosotras – decía Ren mirando a su hermano gemelo - ¿Qué opinas Ran?
- Igual lo creo, ellas no nos dejarían solos.
- Por Buda, me suda bastante el cuerpo – se quejaba bastante Raito – cuando me suelten, no dejaré que esos culpables salgan vivos.
- Vamos amigo, no te alteres mucho.
- Seiya, sé que eres alguien que no le gusta pelear, pero de vez en cuando hay que sacar la cólera.
- Que lógica tienes Raito – reía Jiro a un lado – aun me pregunto qué miró Oomura-san en ti.
- A mí no me importa que miren en mí, solo me interesa jugar futbol y ya está.
- Dios, me pica un poco la cara – Rentaro quería rascarse, pero de igual forma no podía porque sus manos estaban atadas.
- El calor aumenta y a lo mejor empecemos a sentir algo de sed.
- Ojalá que las chicas ya vengan.
- ¡Maldición!
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- ¿Nos escapamos? – preguntó Ibuki mirando hacia todos lados y no viendo a ninguna araña.
- Creo que sí, por el momento nos hemos librado de ese ejército de animales tan feos – temblaba un poco Risa mirando a sus Kouhais.
- No vamos a acobardarnos más, debemos rescatar a los chicos – decía Tamaki mirando a las demás.
- Ojalá que no nos vuelvan a tocar arañas, siento que si me tocan voy a gritar con fuerza – decía Nozomi temblando un poco.
- Dejemos eso a un lado, solo sigamos.
- Pero ¿ahora donde están?
- Eso es un problema, pero solo sigamos adelante, siento que pueden estar más allá – decía Yoshino.
- Ojalá que sí, este bosque da bastante calor – Yomi solo se echaba aire con las manos – solo sigamos.
- Yomi-chan está motivada – reía Ibuki.
- N-No es eso.
Las beisbolistas siguieron avanzando, aunque no encontraban rastro de los chicos, y ya habían pasado 2 horas desde que se adentraron en el bosque, tal parece que se habían perdido.
Aunque en ese momento…
- ¿No creen que nos perdimos? – Ryo miraba hacia todos lados.
- Es lo más probable Ryo – reía Sumire.
- ¿Y ahora qué? – dijo Nozomi sintiendo por un momento que algo caminaba por su espalda poniendo azul pensando en que podría ser – por favor… díganme que alguien me está tocando la espalda.
- P-Pero todas estamos aquí.
- Nozomi-chan, no será que… - Yoshino solo miró a la chica la cual se dio media vuelta y mostró lo que tenía en la espalda y supo que era una araña causando el grito de las chicas y todas salieron corriendo por eso.
De tanto correr, las beisbolistas terminaron accidentalmente llegando a donde estaban los chicos los cuales solo miraron como las jóvenes solo se tiraban al suelo rodando, a lo mejor creyendo que poseían aun la araña.
- ¡Chicas!
- ¿Eh? – Yomi fue la primera en reaccionar y al levantar la mirada, lo primero que se encontró fue con su amado peli azul - ¡Kenji-kun!
- Me alegra que finalmente estés aquí Yomi – río un poco el capitán del equipo de futbol, acto seguido la pitcher comenzó a desatarlo, lo mismo que las demás.
Rei se apresuró a desatar a Ángel, las gemelas Yamaguchi a Jiro y Rentaro, Sumire y Ryo lo hacían con los gemelos Hasegawa, Nozomi a Seiya, Risa a Álvaro y finalmente Tamaki y Shiragiku a Raito.
Con eso, los chicos solo se fueron hacia el campamento, aunque por lo menos habían podido memorizar un poco el camino a casa luego de la prueba en la que salieron los osos.
- ¡Lo hicieron bastante bien! – exclamó Fujii mirando a las chicas las cuales volvían con los jóvenes.
- Dios, ahora mismo podría comerme un barco entero.
- Igual yo.
- Lo hicieron bien chicos – río Efraín al lado de la Sensei.
- ¿Ustedes planearon esto? – preguntó Raito mirándolos.
- Esto era para que las chicas agarraran valor, sé que no estarás molesto ¿verdad Yamazaki-san? – Kyoka miró fijo al peli rojizo el cual parecía estar molesto mirando a la japonesa y al mexicano - ¿Yamazaki-san?
- Raito, ¿no estás molesto verdad?
- ¿Tu qué crees? – en eso, el peli rojizo solo tomó a los dos de los cuellos de sus camisetas y los metió a una de las cabañas – el que vaya a interrumpirme, le caerá lo mismo que a estos dos ¿entendido?
- S-Sí.
- Bien – sin más, el chico solo le metió llave a la cabaña mientras que los demás solo escucharon unos golpes algo fuertes para segundos después salir el peli rojizo – listo, ya me desahogué, ahora iré a comer.
- B-Bien – cuando Raito se alejó un poco, los demás solo se asomaron a ver qué pasaba y quedaron algo helados viendo como tanto Fujii como Efraín estaban en el suelo, los dos con un tremendo chichón en la cabeza.
De ahí aprenderían que con Raito no se debían meter ni mucho cuando se tratara de privarlo de comer.
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Continuará…
